--- title: 'El Agua de la enseñanza' date: 1975-08-17 activity: 1 place: city: Ponce state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- En Deuteronomio, capítulo 32, y dice la Palabra del Señor: “Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento…”. O sea, si lo simplificamos más para que lo podamos entender, ese verso 2, dice: “Goteará como la lluvia mi enseñanza (o sea, mi doctrina)”. Vamos a inclinar nuestros rostros y vamos a orar al Señor en esta mañana: Padre nuestro que está en el Cielo, Dios eterno, he aquí en esta mañana ante Tu presencia gloriosa nos acercamos. Te damos gracias por Tus bendiciones, oh, Dios, gracias oh, Padre celestial por esta bendición de estar aquí adorando y glorificando Tu Nombre y listos para escuchar Tu gloriosa Palabra. Gracias oh, Padre celestial, Dios eterno. Ahora Te rogamos nos enseñes Tu gloriosa Palabra en esta mañana, enséñanoslo que Tú nos has revelado a través de Tu manifestación en carne en este Siglo XX, oh, Señor. Te rogamos en esta noche que Tu ministerio glorioso de Maestro, en esta mañana, Tú lo manifiestes y nos enseñes lo que debemos saber de Tu gloriosa Palabra; enséñanos Tu Palabra en esta mañana, oh, Señor. Te lo ruego todo, Padre celestial, Dios eterno, en Tu Nombre eterno y glorioso del Hijo de David. Amén, amén. En esta mañana en el mensaje que hemos de traer vamos a abarcar ciertos temas o preguntas, las cuales tenemos en nuestra mente. Una de las preguntas que yo espero que en esta mañana sea contestada para nosotros es: ¿qué ocasiona que se manifieste el poder? Hemos visto que el hermano Branham dice que el poder está en nosotros, pero que se necesita la fe para que ese poder pueda ser movido. Ahora, ¿qué es lo que mueve ese poder? Vamos a titular entonces en esta mañana el mensaje o la enseñanza de esta mañana, vamos a titularla: “EL AGUA DE LA ENSEÑANZA” o “LA LLUVIA DE LA ENSEÑANZA”. Como leímos aquí en la Escritura, el Señor nos dice: “Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca”. Ahora, sabemos que cuando el Señor aquí habla acerca de que la Tierra oiga los dichos de la boca del Señor, pues sabemos que nosotros somos tierra, y del polvo fuimos tomados y al polvo volveremos. Nosotros somos los que tenemos que oír los dichos de la boca del Señor, la enseñanza del Señor; porque la tierra, en su estado más avanzado… ¿qué es la tierra en su estado más avanzado? La tierra en su estado más avanzado son seres humanos, son personas o cuerpos de carne humana donde habitan los hijos de Dios. Por lo tanto, cuando hablamos de tierra y decimos que la tierra escuche, pues nos estamos refiriendo a cuerpos humanos, los cuales están formados de tierra; por eso del polvo fuimos tomados y al polvo volveremos; porque Adán fue formado de la tierra. Así que, Adán o el cuerpo humano es la tierra, es tierra pero en el estado más perfecto o más avanzado; así como usted puede decir: “Te voy a dar un pedazo de agua”. Usted dice: “Pero qué disparate está diciendo este fulano de tal, que me va a dar un pedazo de agua, eso es imposible porque el agua es líquida”. Pero el agua en un estado más avanzado puede ser sólida, lo cual es un pedazo de hielo. Entonces, yo le puedo dar un pedazo de hielo a usted y le estoy dando agua, pero en un estado más avanzado; también le puedo dar agua en un estado de vapor, ¿ve? Le puedo dar agua también a usted en un estado gaseoso, le puedo dar hidrógeno por un lado, y oxígeno, y le estoy dando agua; entonces usted lo junta, y dirá: “Verdad fue, que lo que me dio fue agua”, si usted sabe la fórmula para juntar eso. Entonces, así también es cuanto a la Palabra de Dios, muchas veces encontramos que Dios le habla a los árboles, pero está hablándole a seres humanos que están tipificados también con árboles; dice a la Tierra que escucha, pero le está hablando a la Tierra en su forma más perfecta, que son seres humanos. Y ahora, en esta ocasión, en esta mañana, nos dice que escuchemos los dichos de Su boca, o sea, lo que Él ha hablado, y siempre la boca de Dios ¿qué es? Si son los dichos de la boca de Dios, pues siempre la boca de Dios es un profeta. Entonces escuchémoslo que Dios ha hablado a través de un profeta, porque siempre la boca de Dios es un profeta. Entonces dice que “goteará como la lluvia mi doctrina (dice el Señor)”, o sea, Su enseñanza. El propósito para lo cual tiene que descender la enseñanza de la Palabra de Dios como lluvia, es porque sobre la Tierra hay vida, la cual tiene que brotar a lo que ella es; hay trigo, y el trigo tiene que manifestarse como trigo para que entonces pueda llegar a su posición correcta y no quedarse encerrado esa vida en… no se puede quedar encerrado ahí en esa semilla, sino que tiene que manifestarse como lo que es. Entonces vemos que en una semilla, usted toma una semilla… vamos a hablarlo aquí pero si esto llega a otro país, en otro país esto significa de otra forma; pero vamos a tomar una semilla, una semilla de mango, o de aguacate, o de habichuelas, o cualquiera de estas, y vamos a mirarla completa como ella es, y usted dice: “Esta es la semilla de tal palo, de tal árbol”, pero usted la mira y la ve grandecita, pero realmente la simiente, la vida, de esa semilla, no es todo eso que usted ve, sino que usted la abre y ahí dentro hay una cosita pequeñita, pequeñita, que es diferente al resto; entonces eso que usted ve que es diferente al resto eso es la vida de esa semilla, de esa simiente. Entonces, si una semilla, o sea, una… lo que usted acostumbra a llamar la semilla del aguacate o del mango, lo que usted le llama una semilla no es realmente la simiente sino que es que ahí dentro está la simiente, la vida. Realmente la semilla está ahí dentro de eso que usted de momento ve y dice: “Esta es la semilla de tal árbol”, pero no es así, es ahí dentro de esa cosa grande que usted ve, ahí es que está la semilla y es una cosita muy pequeñita Ahora, si usted toma una semilla o algo así, que no tiene esa partecita pequeñita dentro, lo cual es la vida, usted la siembra y no puede nacer, o usted la abre y le saca esa cosita y la siembra y no nace, porque esa cosita pequeñita es la vida o es la simiente de esa fruta y de ese árbol. Entonces, usted encuentra que el resto, el resto viene a ser pulpa, la pulpa de la semilla es el resto ese que le cubre. Pero encontramos que cuando llega el tiempo para ser sembrada y para que nazca, entonces para eso el resto se pudre y le sirve de alimento para que pueda nacer; pero para que se pudra y pueda nacer lo que es simiente y muera lo que no es simiente, tiene que suceder algo, o sea, es sembrada y entonces tiene que el agua venir, y cuando el agua viene y la toca, y llega ahí adentro, entonces despierta a vida y comienza a surgir; y cuando eso comienza a suceder interiormente el resto comienza a podrirse, a corromperse, y más bien lo que le sirve es de alimento para salir; vea usted de lo que estamos hablando. Entonces, encontramos que si el Señor ha tipificado a Sus escogidos con el trigo, con la simiente de trigo, no con la mata completa sino con la simiente de trigo, no con la cáscara sino con la vida del trigo, entonces todo eso tiene que moverse en lo espiritual en medio del pueblo de Dios para que pueda aparecer la verdadera simiente, aparecer a vida, como está prometido; y el resto entonces tiene que podrirse, o sea, comienza a corromperse, y eso más bien le sirve de alimento a lo que es verdadera simiente, ¿para qué? Para salir, para salir a lo que ella es, para salir como lo que es: simiente verdadera del trigo verdadero, o sea, salir a lo que ella es, hablando en cuanto a los hijos de Dios, los hijos de Dios son la Palabra porque Dios es la Palabra y los hijos de Dios son los atributos de Dios. Entonces, tiene que suceder todo esto para los que son verdaderos hijos de Dios, los que son verdadera Palabra, entonces comiencen a manifestarse como la Palabra, no comenzar a corromperse y a decaer y en vez de manifestarse como la Palabra comiencen a recibir cosas que son anti-palabra, ¿ven? Porque cualquier cosa que es anti-palabra lo que hace es que afecta y corrompe al pueblo de Dios, pero lo que es Palabra más bien le es de bendición para los hijos de Dios. Ahora, vemos que todo esto se mueve así en lo literal como en lo espiritual. El hermano Branham dice: “Usted no puede vencer o ganarle a la naturaleza, usted no la puede derrotar; si en la naturaleza usted ve que las cosas son de esta manera y de esta manera, sépase que en lo espiritual también será de esa misma manera”, porque el plan que Dios desarrolla en medio de Su pueblo con escogidos es el mismo plan que Dios desarrolla en la naturaleza y es el mismo plan que Él desarrolla en el Universo, porque es un plan perfecto; así que es el mismo plan desarrollado en todo lo que Dios hace. Por eso es que Dios puede compararnos a nosotros con árboles, ¿por qué? Porque es el mismo plan que Él desarrolla allá, Él puede compararnos con las estrellas, con el firmamento ¿por qué? Porque es el mismo plan el cual Él desarrolla allá, sino Él no podría hacer esas comparaciones, Él no podría usar esas cosas como tipo de nosotros. Entonces vemos que si hay trigo en lo espiritual entonces tiene que haber lluvia en lo espiritual también, entonces tiene que venir la enseñanza de la Palabra la cual tiene que venir como agua para entrar en medio del pueblo y hacer que brote a lo que es cada cual. El que es simiente, pues brotará a vida, el que no es simiente comenzará entonces a corromperse, porque el agua que le fue de bendición para Noé porque lo levantó con el arca y lo libró de aquella perversa generación, y lo llevó ¿a qué? A un nuevo mundo, porque cuando salió se encontraba en un nuevo mundo, la gente aquella ya no estaban; entonces comenzó un nuevo mundo para él y su familia porque el agua fue el que lo levantó y lo llevó a un nuevo mundo, pero esa misma agua destruyó al resto de la gente. O sea, la misma agua de la Palabra que hace brotar a los que son verdadera simiente, los hace brotar ¿a qué? Los hace brotar a vida, los hace brotar a Palabra, entonces se manifiestan y se identifican con la verdadera Palabra no con quizás o tal vez, sino con la genuina enseñanza de la Palabra de Dios. Entonces, sin embargo eso mismo para el resto le es de juicio, porque el resto comienza a corromperse, o sea, comienza a pervertirse, y cuando la verdadera simiente, la verdadera vida, que está en medio del resto… porque el hermano Branham dice en el mensaje: “Los ungidos de los últimos días”, en el mensaje también titulado: “Tres clases de creyentes”, y en el mensaje titulado: “Los tres éxodos”, el hermano Branham dice que cuando Dios… o sea, cuando el poder de Dios es manifiesto, siempre produce tres clases de creyentes: pueden ser incrédulos, creyentes manufacturados y verdaderos creyentes. Encontramos que la Palabra cuando se manifestó produjo o trajo esos tres clases de creyentes. Luego, el problema es que estando los tres clases de creyentes, nunca, los verdaderos creyentes nunca llegarán a la perfección. Entonces, lo mismo que los trajo, que fue la Palabra, entonces esa misma Palabra vuelve y se mueve a la escena y separa los tres clases de creyentes. Comienza primero con los incrédulos; y empiezan los incrédulos a desparramarse, a irse, porque ya no pueden creer lo que la Palabra dice. ¿Ve usted? Por ejemplo, ¿qué fue lo que trajo a los tres clases de creyentes? La Palabra, cuando se manifestó en carne humana. ¿Ve usted? Trajo los tres clases de creyentes: trajo a los verdaderos creyentes, pero también vinieron los creyentes manufacturados (o sea, creyentes intelectuales, convencidos), pero también trajo a los incrédulos. Pero cuando la Palabra viene nuevamente, la misma Palabra, y se da a conocer nuevamente, entonces los incrédulos dicen: “Eso yo no lo puedo creer”; y se van ¿de dónde? Se van de la Palabra, del Mensaje. Aunque siguen siendo religiosos, y aparentemente dicen que están en el Mensaje, pero no están en el Mensaje; porque cuando se vienen a dar cuenta, y vienen y escuchan lo que realmente es el Mensaje, dicen: “Eso sí que yo no lo puedo creer”. Por ejemplo, encontramos que en este tiempo final, cuando Dios en carne humana se manifestó, trajo los tres clases de creyentes, ¿ve? El mensaje de la hora manifestado en carne humana, Dios en carne humana, trajo los tres clases de creyentes, porque el Mensaje de la hora ¿es qué? Dios en carne humana, es el misterio de la piedad nuevamente en medio del pueblo de Dios; porque grande es el misterio de la piedad y sin contradicción, Dios ha sido manifestado en carne en este tiempo nuevamente. Él es el Séptimo Sello, ese es el misterio que los Truenos tenían oculto y que no habían dado a conocer porque muchos hubieran tropezado en las Edades pasadas de la Iglesia, y en este tiempo era que sería dado a conocer ese misterio de la manifestación de la divinidad manifestada nuevamente en carne humana en este tiempo por segunda vez. Ahora fíjese, cuando se manifestó en carne humana, pues la gente decían: “Yo creo el mensaje”, y trajo tres clases de creyentes ¿dónde? Al mensaje, siguieron al profeta como los tres clases de creyentes que salieron de Egipto siguiendo a Moisés; así también, siguiendo al mensajero de este tiempo, el Elías que habría de venir, salieron los tres grupos. Recuerden eso: que los tres grupos no se ponga a buscarlos fuera del mensaje, sino dentro del mensaje; porque el ciclo o el círculo se va cerrando cada día más, y entonces, cuando venimos a ver y a mirar dónde están las tres clases de creyentes, encontramos que están dentro del mensaje. Entonces, ¿cómo es que ocurre la separación de los tres grupos? Sencillo: como lo que hizo que vinieran es lo mismo que hace que se separen. ¿Qué fue lo que hizo que vinieran? La Palabra cuando se manifestó en carne, los trajo; entonces la misma Palabra vuelve y se manifiesta y se da a conocer la misma Palabra, el mismo mensaje, se da a conocer. O sea, por ejemplo: ahora es el tiempo en que el mensaje está siendo conocido, porque todo el mundo dice: “Yo estoy en el mensaje, yo estoy en el mensaje, yo estoy en el mensaje”; ahora vamos a ver qué es el Mensaje de la hora y usted verá que eso es lo que hace la separación, pues echa a los incrédulos fuera del mensaje. Vamos a verlo por un momentito. Aunque puedan decir que están en el mensaje, pero realmente estar en el mensaje es estar en lo que realmente es el mensaje y creyendo lo que realmente es el mensaje. Ahora fíjese, cuando lo que es el mensaje en sí comienza a ser predicado, porque el mensaje entonces ¿qué hace? Viene y toma nuevamente, toma algún predicador o predicadores, y se mete dentro de alguien, y entonces comienza a salir ¿qué? El mensaje en forma de enseñanza. Entonces cuando el mensaje comienza a salir en forma de enseñanza, pues ahí es que muchos dicen: “Mm, mm, yo no creo eso, yo no creo eso”, y entonces ¿qué es lo que pasa? Entonces comienza a haber una separación; los incrédulos dicen: “Yo no creo”, entonces ¿de dónde es que se van? Se van del mensaje aunque digan que están en el mensaje, pero se van del mensaje porque se van de lo que realmente es el mensaje. ¿Y qué es el Mensaje de la hora? En el libro de Los Sellos, página 213 y 214, el hermano Branham dice: “Dios prometió que en los últimos días Él manifestaría y vindicaría Su Palabra a ella. Y aun con eso ella no aceptaría. Todo lo que Dios le prometió por medio de Sus siervos los profetas: Dios prometió por Jesucristo, por Joel, por Pablo, por Malaquías, por Juan el revelador, Él prometió por todos esos profetas exactamente lo que sería el último mensaje para ella”. Ahora, vamos a ver qué es el último mensaje para la Iglesia. “Ahora si desean revisar estas citas; desde luego ya Uds. las conocen, pero son: Jesús: Juan 14:12 Joel: Joel 2:28 Pablo: 2 Timoteo capítulo 3 Juan el revelador: Apocalipsis 10:1-17”. Y sabemos también nosotros que hay muchas Escrituras más como Lucas 17:30, Zacarías 14:7, y otras Escrituras más que van también con esto. Entonces, sigue diciendo en la página 214: “Prediciéndonos exactamente lo que sucedería ahora mismo. Y para la iglesia ¿qué es? La Palabra encarnada, hecha carne entre Su pueblo de nuevo. Y ellos simplemente no lo creen”. ¿Qué es el Mensaje de la hora? La Palabra hecha carne en medio del pueblo de Dios en el séptimo mensajero, y sin embargo no lo pueden creer. Ahora, ustedes vean que cuando la Palabra estuvo en carne humana en el séptimo mensajero, Dios en toda Su plenitud en Él cumpliendo la Venida del Hijo del Hombre, cumpliendo la Segunda Venida de Cristo, pues esa manifestación de Dios en carne trajo los tres grupos, fue tan poderosa la atracción y el poder que atrajo a los verdaderos creyentes, a los creyentes manufacturados y a los incrédulos, pero después que Dios termina Su manifestación en carne cumpliendo Su Segunda Venida en el séptimo mensajero, ¿qué pasa? Después de eso viene la enseñanza de lo que Dios hizo, entonces el mensaje viene y se mete en seres humanos, se mete en algún predicador, y entonces alguien tiene que comenzar a predicar realmente lo que es el Mensaje de la hora; y cuando comienza a predicar lo que es el Mensaje de la hora, o sea, a enseñar, porque primero viene un ministerio de profeta, porque Dios cuando vino la primera vez vino como un profeta. Luego encontramos que Su Venida como un profeta es la manifestación o la Venida del Hijo del Hombre en Su primera Venida y luego en Su Segunda tiene que ser de la misma manera; si el Señor habría de venir por segunda vez no habría de venir como un pastor o como un evangelista, sino que habría de venir como un profeta. Entonces como un profeta aparecería en la escena, y muchos dirían: “Bueno, es un profeta, quizás fulano o fulano o fulano”; pero esa manifestación del Hijo del hombre, lo cual siempre aparece como un profeta, la pregunta que le fue hecha a los discípulos allá fue: – “¿Quiénes dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”. – “Bueno, unos dicen que Tú eres un profeta, unos dice que Tú eres tal o cual, o tal; unos dicen que Tú eres Elías”. Y hoy es la misma pregunta: “¿Quiénes dicen los hombres que es el Hijo del Hombre el cual se ha manifestado en este tiempo?” – “Bueno, unos dicen que eres Elías, otros dicen que eres Juan el Bautista (¿ve? Precursor de la Segunda Venida de Cristo)”. – “¿Pero quién decís vosotros que es el Hijo del Hombre?”. Entonces el secreto, el cual no es conocido a menos que sea por revelación de lo alto, es conocer cuál es el otro atributo de Hijo que acompaña esa manifestación de Hijo del Hombre. El atributo de Hijo o manifestación de Hijo o Título de Hijo, que acompañaba la Primera Venida de Cristo, o sea, que apareció como Hijo del Hombre, el otro Título de Hijo que acompañaba esa manifestación era ¿cuál? Hijo de Dios, porque siempre están juntos; dos Títulos de Hijo siempre aparecen juntos. Cuando Dios se manifiesta como hombre, en carne humana, entonces es Hijo del hombre como profeta, porque Hijo del Hombre siempre es profeta, o sea, siempre es Dios en carne humana apareciendo como profeta, pero es Dios el profeta en carne humana; pero a esa manifestación, la cual nadie puede conocer, le acompaña un Título de Hijo, otro Título de Hijo, el otro Título que corresponde a esa manifestación el cual allá era Hijo de Dios. Y cuando terminó Su manifestación en carne, entonces vino en espíritu, ¿y cómo vino en espíritu? Vino en espíritu como Hijo de Dios; y en las Edades de la Iglesia se manifestó como Hijo de Dios, el Espíritu Santo, Dios en forma de Espíritu, manifiesto como Hijo de Dios usando ese Título de Hijo. Entonces, vea usted que al final viene, y el Hijo de Dios, que es el Espíritu Santo, se encarna y vuelve y aparece en carne humana, ¿cómo? Como Hijo del Hombre. Entonces, para luego que termina Su manifestación como Hijo del Hombre, o sea, como profeta, como Dios encarnado en un hombre, entonces el Título que está oculto que nadie conoce pero que está ahí, el cual Él va o como Él se va a manifestar después que deje Su instrumento en donde Él se está manifestando como Hijo del Hombre, después que Él termina ese trabajo, después en Espíritu Él va a obrar y se va a manifestar con el Título de Hijo que tiene oculto que nadie conoce, el cual entonces sabemos que es Hijo de David. Dios en Espíritu hoy el Titulo que toma es Hijo de David; eso lo dice el hermano Branham en el mensaje titulado: “Develando a Dios”, y hay otros mensajes más, como el mensaje titulado: “¿Cuál es la atracción en el Monte?”. Y otros mensajes más de los cuales nosotros ya sabemos y hemos leído, y sabemos todas estas cosas las cuales son una realidad para todos nosotros. Ahora, vea usted que cuando sale la enseñanza es el tiempo en que comienza la separación de los tres grupos, es cuando sale la enseñanza. Entonces, encontramos que cuando se da a conocer la enseñanza correcta de lo que Dios ha hecho en este tiempo final, y se da a conocer que Malaquías 4:5, Lucas 17:30, y todas esas promesas que estaban ahí, las cuales se cumplieron ya en carne humana, eso no es otra cosa sino Dios manifestado en carne, Dios encarnado, la manifestación del Dios Todopoderoso, la Segunda Venida de Cristo viniendo como el León de la tribu de Judá y viniendo como Apocalipsis 19, dice que habría de venir montado sobre un caballo blanco, y en Su muslo escrito: el Verbo de Dios; y en Su vestidura escrito también el Nombre Nuevo, el cual es el Verbo de Dios, o sea, la Palabra de Dios. ¿Dónde? En el muslo y en la vestidura Él trae el Nombre escrito, y ese Nombre no es otro sino el Nombre que Él recibió cuando murió en la Cruz del Calvario, descendió al infierno, luego allá tomó las llaves del infierno, y luego pasó por el Paraíso, tomó los que estaban en el Paraíso: Abraham, Isaac y todos estos santos de Dios, y luego ascendió a los Cielos; y cuando ascendió a los Cielos ¿qué pasó? Recibió un nuevo Nombre. Entonces, cuando desciende de los Cielos, desciende ¿con qué? Con el Nombre nuevo que Él recibió allá (porque Él venció); por eso en Apocalipsis 19 nos habla de la Venida del Señor, la Segunda Venida de Cristo, y cuando Él viene por segunda vez viene en carne humana; y entonces viene en carne humana con Su Nombre colocado en Su vestidura de carne; porque Dios se vistió de carne. La vestidura de Dios hoy ¿quién fue? Fue la carne del séptimo mensajero; entonces ahí en Su vestidura, esa vestidura se tenía que llamar ¿cómo? Esa vestidura se tenía que llamar del Nombre nuevo que recibió el Señor; en esa vestidura tenía que estar el Nombre nuevo del Señor, ¿Y cuál es el Nombre nuevo del Señor? El Nombre nuevo del Señor es el Nombre del Antiguo Testamento que nadie sabía pronunciarlo, y que solamente era conocido por cuatro letras, las cuales nadie podía pronunciar, o sea, nadie podía pronunciar un nombre de una persona o el Nombre de Dios con esas cuatro letras; entonces era un misterio que nadie conocía, pero que cuando el Señor ascendió recibió ese Nombre; y cuando desciende en carne humana por segunda vez, entonces es cuando se viste de carne, vestido de carne humana, entonces sobre Su vestidura de carne tiene que tener entonces ese Nombre; esa vestidura de carne se tiene que llamar del Nombre de Dios, tiene que estar sobre el muslo escrito el Nombre de Dios. Entonces vemos, que eso ya está cumplido como lo había dicho que sería cumplido. Ahora, vean ustedes por un momentito esto donde el hermano Branham habla acerca del Nombre nuevo, porque lo vamos a llevar un poquito más adelante luego; dice página 131 del mensaje de Los Sellos, el libro de Los Sellos, dice: “Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte; los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos. Fíjense en el misterio. El viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Uds. saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo”. Entonces, vamos a bajar un poquito más, aquí nos cita Apocalipsis 19, nos lo lee, dice: “Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio. Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura…”. Vea usted, pisa el lagar de la ira del Dios Todopoderoso; Isaías 61 en Su primera Venida ahí está, y en Su Segunda Venida ahí está también; en Su primera como Cordero para traer el año agradable del Señor, y ahí mismo en el capítulo 61 de Isaías, dice: “…y para anunciar el día de venganza”. “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. (Apocalipsis 19:13-16). Allí viene el Mesías, allí es donde está…”. Ahora vea, fíjese, esa es la Venida del Mesías por segunda vez, lo cual es Dios viniendo en carne humana. Ahora, la página 266 el mismo libro de Los Sellos, dice: “Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la tierra, El vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel –la Palabra de Dios encarnada en un hombre”. ¿Qué le parece? ¿Se encarnará la Palabra de Dios en un hombre? Pues ahí lo tiene: el Señor viniendo sobre un caballo blanco como la nieve y trayendo sobre Su vestidura de carne Su Nombre nuevo, y trayendo sobre Su muslo escrito REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES, el Verbo, la Palabra de Dios. Es el Rey de reyes y Señor de señores, el Hijo de David, el cual ha estado manifiesto en carne humana en medio nuestro y la gente no lo conocieron. Qué tremendo hubiera sido si la gente se hubieran dado cuenta de quién era el que estaba en medio nuestro en carne humana, o estuvo aquí en carne humana, hubiera sido una cosa tremenda. ¿Cómo hubiera sido para el pueblo de Israel si hubiera visto quién era el que estaba en medio de ellos cuando vino la primera vez? Hubiera sabido que era el Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo; y hoy los gentiles hubieran sabido que era el León de la tribu de Judá que vino para reclamar a todos los que fueron redimidos para abrir el misterio de los siete Sellos y para traerles juicio, predicarles juicio, al mundo gentil. Entonces encontramos que cuando el mismo mensaje que la gente dice que cree, cuando empieza a ser dado a conocer, cuando empieza a ser enseñado; porque fíjese, para Dios manifestarse en carne ¿qué hizo? Tomó ¿qué? Un profeta; a través de uno donde estaba el ministerio de profeta, a través de uno donde estaba ese ministerio se manifestó en carne y cumplió la Segunda Venida. Entonces, luego tiene que venir, después que termina esa manifestación en carne, después tiene que venir la enseñanza de lo que Dios cumplió; y entonces, cuando viene la enseñanza correcta de lo que Dios cumplió ¿qué es lo que Dios toma? ¿Tendrá que tomar un profeta para traer la enseñanza? No, Él toma un profeta para traer la revelación; para traer la Palabra Dios siempre toma un profeta; y para el Señor venir y encarnarse, Dios siempre toma un profeta. Pero cuando a Él le toca pastorear pues Él toma un pastor, ¿ve usted? Pero cuando a Él le toca evangelizar, pues Él toma un evangelista; cuando Él tiene que hacer la obra misionera, la obra apostólica, pues Él toma un apóstol; porque esos ministerios no son de ningún hombre, sino que son ministerios de Dios los cuales Dios los coloca en personas las cuales Él va a usar para manifestarse o como evangelista (porque el único evangelista es Dios); ¿no dice la Biblia que Dios evangelizó a Abraham? y entonces a la simiente de Dios ¿quién la evangeliza? El mismo Dios, pero Dios siempre usa carne humana para manifestar esos ministerios, y para enseñar entonces ¿qué Dios usa? Tiene que usar Su ministerio de maestro y entonces lo tiene que colocar en alguna persona y entonces traernos la enseñanza de todo lo que fue revelado; y cuando entonces viene la enseñanza, entonces es que comienza la separación. “No, yo no creo eso, no eso sí que yo no lo puedo creer, eso sí que yo no me lo puedo comer”. ¿Qué es lo que está pasando? Muchos se escandalizan, los que no entienden creen que se está formando una revolución, pero más bien es Dios moviéndose a la escena ¿para qué? Para separar los tres grupos; porque está escrito que el trigo y la paja no van a heredar juntos, no van a heredar juntos; más bien dice la Escritura en el mensaje este último que tuvimos que se titula: “La paja no hereda con el trigo”. Ahí el hermano Branham nos muestra un cuadro claro y completo de lo que habría de acontecer en los últimos días en medio de todos aquellos que dicen que creen el mensaje. O sea, en medio de todos aquellos que vinieron cuando Dios se manifestó en carne y vieron el poder de Dios manifiesto y fueron atraídos, vinieron los tres grupos. Entonces, en este mensaje: “La paja no hereda con el trigo”, ahí el hermano Branham nos muestra, Dios a través del hermano Branham, nos muestra lo que habría de acontecer en medio de todos los que dicen que están en el mensaje, porque en medio de todos los que dicen que están en el mensaje están los tres grupos; y entonces habría una separación. ¿Qué sería lo que ocasionaría la separación? La misma Palabra, la misma Palabra los trajo cuando se manifestó, cuando se encarnó esa Palabra y cumplió la Segunda Venida de Cristo como León trajo los tres grupos; y cuando esa misma Palabra venga en forma de enseñanza, eso hace la separación. Entonces, ¿qué pasa? Fíjese, en medio de los tres grupos está ¿qué? Están los incrédulos, están los creyentes manufacturados y están los creyentes verdaderos. Ahora si usted observa una semilla, una pepita (como decimos nosotros), una pepita completa de mango o aún de aguacate, usted encuentra que tiene tres partes también: tiene como una cáscara dura, luego tiene otra parte que es como una pulpa más blandita, y luego, dentro ahí, está una cosita pequeñita que es la vida, que es la verdadera simiente. Fíjese, lo más pequeño siempre es lo genuino. Así que tenemos que saber que el verdadero grupo escogido, la verdadera simiente, los que se van a ir en el rapto, será un grupito pequeño al lado de los otros dos grupos; al lado del grupo de los incrédulos que no pueden creer lo que es el mensaje de la hora que es Dios manifestado en carne. Cualquier persona que no pueda creer eso es del grupo de los incrédulos. ¿Qué más se puede decir de eso? Si es… \[Corte de audio\]… todo lo que correspondía para este tiempo y teniéndolo todo establecido, y trayendo la enseñanza correcta para recibir lo que había que recibir, para nacer un cuerpo de creyentes que tenía que nacer y como tenía que nacer, nació, y como nació, entonces el Espíritu de Dios entró dentro de ese cuerpo de creyentes; y es realmente lo que sabemos que tiene que acontecer nuevamente: tiene que nacer un cuerpo de creyentes el cual es el Hijo prometido que le nacería ¿a quién? A la Esposa, a la Novia. Entonces, vemos que también usted como individuo, como individuo en usted habrá también un nacimiento, y el Espíritu eterno de Dios en toda Su plenitud como individuo se meterá dentro de usted. Ahora, sabiendo que todas estas cosas tienen que ser de esa manera, entonces por eso es que nosotros tenemos que ser personas y creyentes cuidadosos, y escuchar, pero guardar silencio en nuestro corazón para que sea de beneficio para nuestra alma, porque dice la Escritura: “Sea todo hombre (¿cómo?) presto para oír pero tardo para hablar”. \[Santiago 1:19\]. Encontramos entonces que Dios se está moviendo a la escena y lo que Él ha estado haciendo con la enseñanza de Su Palabra, la cual ha estado viniendo como agua, como lluvia, no es otra enseñanza sino la misma revelación que Dios trajo a través de carne humana, lo mismo pero ahora viniendo en enseñanza. Entonces eso es lo que produce la separación, y eso también es lo que produce que el poder y la vida que estaba ahí en medio de los tres grupos salga a lo que ella es: a vida, salga a simiente, salga a Palabra, porque ella es Palabra, entonces cuando viene la Palabra en forma de agua, de enseñanza, entonces ella se identifica, esa simiente se identifica, con esa agua, con esa enseñanza; porque ella, esa simiente verdadera de Abraham, ella es la Palabra; por eso cuando viene la Palabra tiene que dirigirse ¿hacia dónde? Hacia donde está o hacia donde viene la Palabra, o sea, el agua. ¿Hacia dónde se dirige la simiente que está sembrada en la tierra cuando llueve, hacia dónde se dirige? ¿Hacia dónde sale ella? Ella sale hacia arriba, ¿por qué? Porque de arriba es que viene el agua, la lluvia viene de arriba y hacia allá es que ella sale; y no solamente eso, sino que el sol también viene de arriba. Así que esa simiente se levanta hacia arriba y se identifica con lo de arriba. Entonces vemos que estamos nosotros en el tiempo donde ya estamos por recibir la plenitud, entonces algo conforme a lo que dijo Dios a través de nuestro hermano Branham, algo está profetizado que habrá de suceder en medio de todos los que dicen que creen en el mensaje, en medio de todos los que dicen que están en el mensaje habría de acontecer algo, ¿y qué sería? Sería una separación. Eso es lo que dice ahí el hermano Branham, o Dios a través del hermano Branham, en el mensaje: “La paja no hereda con el trigo”. Entonces, cada cual toma su lugar, su posición, y luego viene Dios, cuando todos estén en su posición, viene Dios, ¿y qué hace? Se mete dentro del grupo de los verdaderos escogidos. Eso fue lo que hizo el Día de Pentecostés. Recuerden ustedes que cuando el Señor estuvo sobre la Tierra, si ustedes no le han visto el tipo de la actualidad porque es que sabemos nosotros que el grupo escogido, predestinado, para el rapto, ya fue revelado, está ahí en la página 274 del libro de Los Sellos, ahí está hasta el número. Entonces sabemos que ese grupo es el grupo predestinado para ser raptado, ese grupo vería el mensaje, recibiría la enseñanza, conocería que Dios se manifestó en carne, lo vería, pero ¿qué pasa? En la actualidad nosotros sabemos que si hacemos un censo en Puerto Rico, Venezuela, República Dominicana, México, y un sinnúmero de países más, y esto seguirá moviéndose por todos los países, entonces, si hacemos un censo mundial de cuántos han podido ver la manifestación de Dios en carne en este tiempo, encontraríamos que pasarían el número que está ahí que Dios les reveló a Su pueblo que sería el número que sería raptado. Entonces, para muchos esto podría ser un poco raro. “Pero, ¿cómo puede ser eso?”. … \[Corte de audio\]…carne, pues que sean para el rapto, no, Solamente son para ser raptados los que son predestinados, los que son verdaderos creyentes, los que son verdadera simiente de Abraham por la fe, por la fe, y fe es revelación. Entonces, en ellos estará ¿qué? La simiente de Abraham, que es fe. Ahora vea usted esto, encontramos que cuando el Señor resucitó y ascendió a los Cielos, la Escritura nos dice que cuando Él ascendió a los Cielos ¿había cuántas personas allí? Vamos a ver si estamos correctos, porque si no estamos correctos, entonces hay algo mal en nosotros; pero si estamos correctos entonces tenemos el tipo para hoy, para entonces poder ver por qué en la actualidad han habido más del número que está escrito ahí, han habido más de ese número que han visto la manifestación de Dios en carne humana. Dice San Pablo a los Corintios, Primera Carta, capítulo 15, dice: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen”. ¿Ve usted que no solamente ciento veinte vieron a Dios manifestado en carne? ¿Ve usted que no solamente ciento veinte vieron a Cristo resucitado? ¿Ve usted que fueron más de quinientos? Pero de ese grupo de más de quinientos que vieron a Dios manifiesto allí en medio de ellos, solamente ciento veinte cuadraron con toda la enseñanza que correspondía, solamente ciento veinte eran aquellos escogidos y predestinados que serían los que recibirían el Día de Pentecostés el Espíritu Santo. Entonces encontramos que ellos no pudieron cuadrar con el resto que correspondía, toda la enseñanza en algo tropezaron en cuanto a la enseñanza. Ahora, vemos que en la actualidad muchos del mensaje han visto la manifestación de Dios en carne, otros han visto también un poquito más: han visto la Segunda Venida de Cristo ya cumplida; otros también han podido ver un poquito más y han visto hasta el Nombre nuevo del Señor, ¿dónde? En la vestidura, que es la vestidura de carne en la cual Él vino, con la cual Él vino vestido en medio de los seres humanos. y si nos pusiésemos a sacar cuentas de cuántos han visto todas estas cosas, tenemos que dar un recorrido por toda la América Latina y aun por los Estados Unidos y otros países más, y encontraríamos que el número pasaría del número que Dios le dio a conocer ahí a Su pueblo con la apertura del cuarto sello. ¿Pero qué sucede? Esos que no pertenecen al número escogido y predestinado para el rapto, ¿a qué grupo pertenecen? Pertenecen a los creyentes manufacturados, hechos creyentes, o sea, son creyentes intelectuales, y solamente por el intelecto es que pueden ver, entender lo que entienden; pero cuando se necesita revelación para captar lo que es enseñado, no hay con qué captar la enseñanza, entonces tiene la persona que depender de que si usted lo acepta, pues él lo acepta; que si el otro lo acepta pues él lo acepta, ¿por qué? Porque no tiene con qué él responder a eso que está siendo enseñado, depende del intelecto; y lo que no puede entender por el intelecto, entonces tiene que recostarse del intelecto de otro para entonces, si el otro con el intelecto lo puede entender, entonces: “bueno, si fulano lo entiende o si fulano lo acepta, yo lo acepto, ¿ve? “Porque yo acepto lo que fulano acepte, yo sigo lo que fulano siga”. ¿Entonces qué es eso? Eso es realmente una persona manufacturada, que no tiene revelación de lo alto dentro de él; porque el Señor le dijo a Pedro: “Pedro, bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre sino mi Padre que está en los Cielos”. Entonces todo predestinado está y tiene revelación de lo alto para ver y entender por revelación genuina ¿qué? La Palabra; entonces, cuando escucha la Palabra siendo enseñada de la manera correcta, él por revelación la puede ver. Pero si una persona, la cual no es uno de los verdaderos creyentes la escucha, él hace así y dice: “Mire: esto está duro, esto está un poco dudoso, yo no sé. Yo no sé, yo voy a esperar que dice fulano, que dice zutano; si zutano le dice amén a eso, entonces yo le digo amén”. ¿Por qué? Porque depende del intelecto, no depende de revelación. ¿Por qué? Porque no es un verdadero creyente, un verdadero creyente lo que necesita ¿es qué? Que venga el agua de la enseñanza de la Palabra genuina, y entonces ¿qué hace? Sale a Vida. Entonces cuando brota a Vida, dice: “Amén, yo lo veo”. Y el otro puede decir: “¿Pero qué tú ves? Yo no veo nada todavía”, pero usted lo ve por revelación, porque usted no ve con sus sentidos, usted no depende de sus sentidos para ver la Palabra, los sentidos del cuerpo suyo ni los sentidos de su espíritu, usted depende del sentido del alma, y entonces con el alma usted ve; entonces cuando usted ve ¿quién puede decirle a usted que no es así cuando usted lo ha visto? ¿O quién puede decirle a usted que usted tiene que esperar un poquito más para creer eso, cuando realmente ya usted lo ha visto? Nadie entonces lo puede detener a usted sino que usted clama y dice lo que usted ha visto. Cuando el Señor preguntó, entonces Pedro… el Señor preguntó acerca de la manifestación del Hijo del Hombre y de cuál era el secreto que había envuelto ahí en el Hijo del Hombre: “¿Quién es el Hijo del Hombre?” Entonces cuando Pedro lo vio por revelación, dijo esto es esto: “Tú eres el Hijo del Dios viviente, Tú eres el Cristo”. Entonces para este tiempo ¿saben ustedes que estaba prometido que habría de haber un grupo que lo vería? Por revelación, no intelectualmente; no intelectualmente sino por revelación, porque los que lo vean intelectualmente de nada les sirve. Recuerden ustedes esto, que cuando el Señor mandó a buscar el burrito para montarse en él y luego entrar a Jerusalén, con Él salió un grupito caminando con Él y clamando, pero luego cuando ya llegó a Jerusalén, ya había una multitud grandísima que se había unido a un grupito pequeño, pero esa multitud grandísima que se había unido eran creyentes, pero manufacturados. ¿No sabe usted que cuando la gente ven el poder de Dios moviéndose en una persona o en un grupo de personas, entonces vienen muchas personas intelectuales, creyentes manufacturados, y se acercan, y se unen, porque ven algo, pero después, cuando llega cierto tiempo, éstos son los mismos que le entregan a muerte a estos mismos a los cuales vieron donde Dios estaba manifestado. Entonces, encontramos que un grupo pequeño caminó con el Señor hacia Jerusalén proclamándole Rey de reyes, proclamándole como tenían que proclamarle, pero ¿qué sucedió? A ese grupo se unió otro grupo, pero ese otro grupo que se unió a los mismos que tiraron túnicas y flores y ganchos de árboles para que el Señor pasase, también fueron los mismos que le crucificaron, que se unieron después a la religión organizada y le crucificaron. Pero sin embargo el grupito pequeñito, el grupito pequeñito permaneció fiel al Señor, siguió creyendo lo que creía porque lo creía y lo sabía por revelación; el resto que se unió por el ruido o por la alegría, después se separó nuevamente, cuando las cosas apretaron, cuando las cosas se pusieron bastantes duras, una apretura fuerte, entonces los que eran manufacturados mejor se pusieron en contra del Señor y el grupito pequeño. ¿Sabe usted que el Señor nos ha prometido que en este tiempo habría de acontecer la misma cosa? Vamos a ir por la Escritura y entonces veremos lo que habrá de cumplirse en este tiempo y cómo habrá un grupito pequeño que saldría haciendo la misma cosa. En el mensaje titulado: “¿Cuál es la atracción en el Monte?” página 22 y 23, dice Dios a través del profeta, a través del hermano Branham: “También en Lucas 17:22 al 30, Él dijo: ‘Así como fue en los días de Lot, antes que Sodoma fuera quemada, así también será en el regreso del Hijo del Hombre, aquél día cuando el Hijo del Hombre está siendo revelado”. O sea, dándose a conocer a través de carne humana. “Oh, solo miren las Escrituras! ‘El Hijo del Hombre’, Jesucristo el mismo ayer, y hoy, y por los siglos, brotó de denominaciones pasadas, brotó en la cúspide del árbol”. Cuando hablamos del árbol miren la pirámide, entonces brotó ¿dónde? Arriba en la Piedra Angular. “¿Qué dijo Él en San Juan 14 ó 15? ‘Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, será cortado y echado al fuego y quemado. Pero todo pámpano que lleve fruto, será limpiado para que lleve más’. Oh, en los últimos días habrá una verdadera lluvia temprana y tardía sobre ese pequeño grupo que viene con Él en este pequeño burrito, manso y humilde, sin duda ni denominación, clamando ‘¡Hosanna al Rey que viene en el Nombre del Señor!’ ¿Cuál es la atracción hoy? ¿Cuál es la atracción en el monte?”. ¿Ve usted? Habría un grupito pequeño que vendría clamando: “¡Hosanna al que viene (¿en qué Nombre?) en el Nombre del Señor!” ¿En qué Nombre venía y qué Nombre sería el que clamarían, que traería ese que vendría? vendrían clamando que ese Nombre que traería ese que habría de venir sería el Nombre del Señor, sería el Nombre nuevo que recibió el Señor, entonces cuando viene, viene con ese Nombre. Entonces habría ¿qué? Un grupo pequeño; a ese grupo pequeño por supuesto se unen hasta cierto lugar y hasta cierto tiempo, se tiene que unir una multitud, pero no toda la multitud es escogido para recibir la plenitud como los discípulos la recibieron allá en el Día de Pentecostés, recibieron una porción y acá será la plenitud. De todo el grupo aquel que se unió a ellos cuando Él entró a Jerusalén, una multitud grandísima, de todos ellos recibieron el Espíritu el Día de Pentecostés solamente ciento veinte. Y así será en este tiempo también. De toda la multitud que se una a ese grupito pequeño que proclamará al Señor viniendo por segunda vez con Su Nombre eterno y glorioso puesto en Su vestidura de carne, a ese grupito, de todos los que se unan a ese grupito… hay un grupo que no se une a ese grupo, hay un grupo que no se une si no que es, si usted es un verdadero creyente usted no se ha unido a este grupo de creyentes, usted es parte de ese grupo, usted nació en ese grupo. Pero los que se unan por el regocijo, por la alegría, por la cosa grande que está siendo dada y enseñada y proclamada, de todos los que se unan, encontraremos que no son los que se unan a ese grupo los que recibirán la plenitud sino los que son de ese grupo, de ese grupo pequeño. Entonces, ya estamos en el tiempo final donde todas estas cosas tienen que ser cumplidas, y por lo tanto encontraremos que tienen que acontecer cosas espirituales en medio del pueblo de Dios, y si usted no es una persona espiritual, podría escandalizarse o podría formar algún problema en medio del pueblo por usted no ser una persona que tenga paciencia y mire las cosas desde el punto de vista que debe de mirarlas. Entonces, siendo un tiempo tan importante en el cual nosotros estamos viviendo, lo mejor es hacer como dice la Escritura: “Todo hombre sea presto para oír”, ¿y qué fue lo que leímos aquí en la Escritura que leímos? Vamos a repetirlo, porque eso es lo que el Señor nos está hablando en esta mañana. “Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza…”. Entonces usted que es tierra, o sea, su cuerpo, usted que está en un cuerpo de tierra, entonces oiga con esos oídos, entonces oiga lo que Dios tiene para enseñarnos en esta ocasión, en este tiempo final, porque lo que Él nos hablará goteará como la lluvia, Su enseñanza caerá en forma de lluvia, de enseñanza, será un aguacero, una lluvia, pero es una lluvia de enseñanza, enseñándonos ¿qué? Todo lo que ya fue revelado en la apertura de los Sellos, todo lo que Dios reveló a través de carne humana, a través de nuestro amado hermano Branham, todo eso entonces ahora el Señor nos lo enseña, o sea, nos lo trae nuevamente pero ahora en forma de enseñanza, y nos pide o nos llama a estar atentos a la enseñanza. Por lo tanto, la hora en que vivimos es una hora para estar atentos con nuestros oídos espirituales listos para oír lo que Dios tiene que enseñarnos, y entonces como en las muchas palabras siempre hay pecado, entonces cerrar nuestra boca y no hablar nada y todo guardarlo en nuestro corazón. Dejemos entonces que sea el Señor el que nos hable desde el púlpito a través de la enseñanza de la Palabra, y en cuanto a nosotros como individuos guardar todas las cosas en nuestro corazón, porque es una hora muy delicada, es una hora en que si usted habla todo lo que Dios nos enseña, usted, por ponerse a hablarlo, ocasionará problemas donde quiera que vaya; en vez de ayudar lo que va usted es a desayudar, y podrá ocasionar que muchos nombres sean borrados del Libro de la Vida ¿de quiénes? De los manufacturados. Entonces, no queremos que ningún nombre sea borrado… \[corte de audio\]… los verdaderos creyentes, los escogidos, no pueden ser borrados, pero usted puede ocasionar que un nombre sea borrado, un nombre de otro que no es un escogido. Por lo tanto, sabiendo que todas estas cosas son así, lo mejor entonces es recibir la enseñanza que viene como lluvia, recibirla y dejar que eso haga el trabajo que tiene que hacer ahí para estar listos para recibir la plenitud de Dios, la plenitud del Espíritu de Dios, que ha de venir; y será ¿qué? Dios metiéndose en Espíritu dentro de cada uno de nosotros. Ahora, sabiendo que todas esas cosas son de esa manera, entonces ¿qué debemos hacer? Darle gracias al Señor; cada persona que por revelación ha visto déle gracias al Señor. Si usted no ha podido ver no hable nada… visto para que Dios tenga misericordia de usted y su nombre no vaya a correr peligro, porque no queremos que ningún nombre sea borrado del Libro de la Vida. Sabemos que el de los escogidos no puede ser borrado en ningún momento, pero los escogidos aman al resto de los seres humanos, y los escogidos dicen: “Bueno, sabemos que nuestro nombre no puede ser borrado, pero sabemos que hay un pueblo que tienen su nombres ahí puestos y pueden ser borrados; y si el diablo trata meter en medio de ellos, si él logra meter problemas, cizañas, si él lograr meter enemistades, si él logra torcer las cosas, muchos nombres pueden ser borrados”. Entonces, usted que sabe todas esas cosas que pueden ser hechas si el diablo logra hacerlas, entonces ¿qué pasa? Entonces usted se calla la boca y si usted se calla la boca el diablo no podrá hacer lo que él quiera hacer. Y entonces si algo pasase y algún nombre fuese borrado del Libro de la Vida de alguno que no es predestinado sino que es del otro grupo, entonces la responsabilidad de que haya sido borrado ese nombre no caerá sobre usted, ¿ve usted? Porque siempre el diablo tratará de usar a alguien para llevar a cabo su plan; así como también Dios para llevar a cabo Su Plan, Dios tiene que usar a alguien. Por lo tanto, sabemos que esta hora en la cual vivimos habría un grupo pequeño con un mensaje, con el mensaje del Rey de reyes y Señor de señores proclamándole como Hijo de David. Y también sabemos que vendrían los falsos ungidos, porque hay verdaderos ungidos, ¿ve? Y son verdaderos ungidos y ellos son verdaderos también, tienen un mensaje, y es ese mensaje; pero también están los falsos ungidos, ellos tienen una buena unción, pero ellos, como individuos, ellos son falsos. Entonces, la diferencia entre los verdaderos y los falsos es una sola: la diferencia entre ambos es su enseñanza; la enseñanza de los verdaderos es la enseñanza que corresponde para la hora en que se está viviendo, y la enseñanza de los verdaderos es la enseñanza que tiene ese grupito pequeño que viene clamando y proclamando al Rey de reyes y Señor de señores como Hijo de David, Dios manifestado en carne en este tiempo, el cual ha venido como Hijo del Hombre e Hijo de David. Pero también vendrá otro grupo de falsos ungidos, falsos maestros, porque el ministerio tanto para Dios usar como para el diablo usar en este tiempo, es el ministerio de maestro, ¿ve? Entonces viene con una enseñanza falsa los falsos ungidos; entonces la diferencia la hace la enseñanza, pues los predicadores las mismas señales que hacen los verdaderos la hacen los falsos; en cuanto a atracción son más atractivos los falsos que los verdaderos. El hermano Branham dice que vislumbran más que los verdaderos, porque los verdaderos lo único que tienen, lo cual llama la atención solamente a los escogidos, es la Palabra, la verdadera enseñanza; en cuanto a lo demás no tienen ninguna atracción, en cuanto a ser buenos predicadores, predicar bonito, buena apariencia y todas esas cosas, y buena teología, eso no existe en los verdaderos, mas bien son muy pobres en esa parte. Pero los falsos ungidos son buenos predicadores, buenos teólogos, y el hermano Branham dice: “Y vigile porque hay algo que siempre tiene que ver con el grupo de los falsos ungidos (o sea, de los Judas: los líderes), dice que hay algo en lo cual siempre hay que vigilar, porque nunca falla”. ¿Saben qué es? Siempre hay dinero en envuelto, siempre hay dinero envuelto; y por fama y dinero venden la Palabra, prefieren la fama y el dinero en vez de la Palabra y como es la enseñanza de la Palabra como realmente es. Entonces, vemos que los falsos ungidos se manifestarían en este tiempo final, ¿y dónde estarían los falsos ungidos? Estarían dentro de los que vinieron al mensaje, porque cuando Dios se manifiesta siempre produce tres clases de creyentes; entonces en medio de los tres clases de creyentes, en medio de los tres clases de creyentes estarían los verdaderos predicadores de la verdadera Palabra, o sea, verdaderos maestros. Pero también estarían los falsos, ¿dónde? En el mismo grupo que salió porque en el grupo que salió salieron los tres grupos. Entonces, salieron también los falsos ungidos con el grupo en el tiempo que salieron; entonces los falsos ungidos que engañarían si fuera posible aún a los escogidos, ¿dónde estarían? Estarían en el mismo mensaje. Entonces, fíjese, Dios a través del hermano Branham dice que siempre el diablo para engañar hace siempre la misma cosa: él le pervierte la Palabra al pueblo, ¿cómo? Dice: “Haciéndole ver alguna otra edad”. Vea usted eso: haciéndole ver alguna otra Edad. Entonces, cuando se habla de la Edad en que se está y las cosas que corresponden para la Edad en que se está viviendo. “No, no, eso está para el futuro, para el futuro, todavía no se puede hacer eso, eso es para el futuro, eso es para el futuro”, cuando realmente las cosas son para el presente. Pero los verdaderos ungidos de Dios para traer la Palabra de Dios para el grupo pequeño y escogido de Dios, enseñarán realmente la Palabra como es, y le dirán al pueblo: “Esto no es para mañana, esto es para ahora mismo: Nombre nuevo del Señor, Dios manifestado en carne, Segunda Venida de Cristo, el Nombre nuevo para usarse, y todas esas cosas, esto no es para el futuro, esto es para el presente”. Por lo tanto, no hay motivo por lo cual el grupo escogido, el grupo pequeño, no hay motivo por lo cual que no va a recibir la plenitud, siempre estará aguantado hasta que a lo último se aguanta por completo y no podrá recibir más, no podrá ir más adelante; tiene entonces que quedarse entre medio de Laodicea y de la Edad de la Palabra o se va para Laodicea por completo, ¿ve usted? Porque lo único que hay que espera a todo el que sale de esta Dispensación y de esta Edad de la Palabra, lo único que hay para el que sale de aquí ¿sabe lo que hay? Lo que hay es Laodicea, y aunque no quiera tomar para allá es el único lugar en donde cae automáticamente; y aunque pueda alguien decir que no está en la Edad de Laodicea sino que está en la Edad de la Palabra sus hechos hablaran más fuerte que sus palabras, y por sus frutos será conocido entonces que están en la Edad de Laodicea y que están en la segunda Dispensación y no en la tercera Dispensación. Pero realmente habrá un grupo pequeño que estará metido por completo en la tercera Dispensación y en la única Edad que tiene la tercera Dispensación, tiene una sola Edad, ¿sabe cuál es? La Edad de la Palabra, que es la Edad eterna, no hay más Edades; es la Edad eterna o la Edad de la Palabra porque ya las Edades de la Iglesia ya terminaron, ya concluyeron. Entonces, ¿qué es lo que tenemos en esta Edad de la Palabra en esta tercera Dispensación? No estamos esperando que Dios envíe un profeta, porque ya lo envió, no estamos esperando que Dios revele los misterios que Él prometió que habría de revelar, porque Él ya los reveló, mas bien estamos esperando en todo momento que el que se pare en el púlpito para predicar nos traiga la verdadera enseñanza de todo lo que ya Dios reveló. ¡Bendito el Señor para siempre! Entonces, eso realmente es lo que necesita el pueblo que va a recibir la plenitud, necesita la enseñanza, y estamos en el tiempo de la enseñanza y entonces ya no necesitamos un profeta, porque el propósito de un profeta en este tiempo fue el propósito para Dios manifestarse plenamente en carne, cumplir la Segunda Venida y revelar todos los misterios, y ya lo hizo. Cualquier persona actualmente que esté esperando que Dios envíe otro profeta para que le revele todos los misterios, pues está fuera de tiempo, está fuera de tiempo; si Dios tuviese algún profeta en medio nuestro, sería un profeta menor, y si fuese un profeta menor entonces no podríamos estar esperando que nos revelase nada, más bien tendría que tomar su posición en el cuerpo, y sería más bien… no sería un ministerio mundial, o sea, no sería un ministerio de profeta mayor; por lo tanto no tendría realmente nada para revelar al pueblo de Dios, porque ya Dios lo reveló todo a través del profeta en el cual Él se manifestó. Entonces, cualquier profeta menor que hubiera en medio nuestro tenía que estar sujeto ¿a qué? A la enseñanza de lo que ya Dios reveló; entonces la enseñanza tendría que venir a través del mismo Dios que es el dueño de los ministerios, porque el dueño de los ministerios es Dios; y Él es el que se manifiesta a través de diferentes personas con diferentes ministerios de Él, que Él tiene, los pone en tal persona y Él se manifiesta. Por ejemplo cuando Dios va a pastorear Su pueblo, pues por obligación tiene que haber una persona en la cual Él ponga ese ministerio de pastor, ¿para qué? Para pastorear a todo Su pueblo. Usted no puede decir: “Jehová es mi pastor”, si no se deja pastorear a través de Dios usando a un vaso humano, porque Dios no hace nada si no es a través de carne humana; y encontramos que si Dios nos va a enseñar todo lo que Él reveló a través de Su manifestación en carne, pues tiene Él que enseñarnos a través de Su ministerio de Maestro. Entonces, Él tiene que moverse a la escena y estar en algún predicador en el cual Él tenga ese ministerio de Maestro, y entonces es que escucharemos y que usaremos la enseñanza de la manera correcta del Mensaje de la hora, lo cual ya está en medio nuestro, y entonces tenemos o tendremos la enseñanza correcta del Mensaje de la hora. Entonces, esa es la etapa en la cual estamos actualmente y es una etapa delicada, porque usted sabe que cuando era el tiempo para Dios… Dios le dijo al hermano Branham: “Haz la obra de evangelista”, más bien él no era un evangelista, él era profeta, pero Él le dijo: “Haz la obra de evangelista”, comenzó a hacer a obra de evangelista y Dios comenzó a moverse porque Dios se habría de mover en ese tiempo a través del ministerio de evangelista, por eso era que los pastores no sobresalían en ese tiempo; por eso era que los demás ministerios no sobresalían, sino el ministerio de evangelista, y por esa causa Dios se movía en ese ministerio y se manifestaba poderosamente. Entonces, ¿qué pasó? Entonces toda persona que sentía un llamado de parte del Señor para predicar ¿qué era lo que quería hacer? Nadie quería ser pastor, todo el mundo quería ser ¿qué? Evangelista, porque ese era el ministerio que Dios estaría usando en ese tiempo; y entonces el ministerio y a través del cual Dios usaría ese ministerio sería en ese lapso de tiempo en la permisiva, sería en el hermano Branham. Pero, ¿qué pasó? Todo el mundo quería ser evangelista ¿y qué fue eso? Todo el mundo comenzó a imitar, a meterse en un ministerio el cual no era el que Dios había puesto en ellos, todo el mundo quería ser evangelista y salieron, todo el mundo… muchos predicadores, y eso solamente fue una imitación de lo que Dios tenía en el hermano Branham. Cuando Dios se movió en la escena y encontramos que Dios se manifestó en el ministerio de profeta y se encarnó, y entonces apareció manifestado como el Hijo del Hombre plenamente, encontramos que muchos falsos profetas ya estaban moviéndose, ¿por qué? Imitando al verdadero; porque siempre que hay algo verdadero tiene que haber una falsificación o una imitación de lo verdadero, ¿ve usted? entonces ya pues Dios hizo lo que iba a hacer a través del ministerio de profeta, lo hizo, Su manifestación en carne, manifestación del Hijo del Hombre, la Luz de la tarde, reveló todos los misterios, si ya lo hizo, pues ¿quién quiere ser profeta ahora? Nadie; y si alguno se zafa y trata de meterse en ese ministerio de profeta, comenzará a profetizar y a establecer y a traer revelaciones, que cuando usted viene a ver encontrará que no son la genuina revelación que Dios trajo por el profeta, comenzará entonces a ver que estará fallando cada vez que trata de actuar en ese ministerio; o sea, tratará de profetizar y fallarán sus profecías, tratará de traer revelación y fallará su revelación, toda persona que se meta… \[Corte de audio\]… “EL AGUA DE LA ENSEÑANZA”.