--- title: 'Todo obra para bien' date: 2009-03-17 activity: 1 place: city: Cancún state: Quintana Roo country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; y los que están a través del satélite Amazonas y de internet en diferentes naciones; es un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al gran proyecto de La gran Carpa-Catedral en Puerto Rico. Y espero que Dios les bendiga grandemente, les prospere espiritualmente y materialmente y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Dice el reverendo Miguel Bermúdez Marín, conforme a lo que le han informado de Puerto Rico, que se necesita un super esfuerzo para un super milagro en este proyecto de La Carpa-Catedral; y esperamos que Dios nos use a todos nosotros en ese super milagro que se necesita. También aprecio y agradezco mucho el respaldo que le han estado dando a AMISRAEL en todas las labores que está llevando a cabo desde hace algunos años. Para estos días se tiene el proyecto: *“Un millón de juguetes para un millón de sonrisas,”* el cual se llevará a cabo en algunos lugares de la República Mexicana, o sea, la repartición de ellos; pero a ese proyecto se pueden unir todas las personas que así lo desean. Ya siendo llevando un regalo, el cual se hará llegar al lugar correspondiente, y eso ustedes se ponen de acuerdo con su ministro. Para esta ocasión leemos en Romanos, capítulo 8, versos 28 al 39, donde dice el apóstol Pablo: “*Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.* *Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.* *Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.* *¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?* *El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?* *¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.* *¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.* *¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?* *Como está escrito:* *Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;* *Somos contados como ovejas de matadero.* *Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.* *Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,* *ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión es: **“TODO OBRA PARA BIEN.”** Para entender nuestro tema, vayamos a la historia de un joven que tenía las dos conciencias juntas y que tenía la Bendición de la Primogenitura, y por consiguiente estamos hablando del joven José, hijo de Jacob, el cual nació de Jacob a través de su esposa Raquel, cuando Jacob tenía alrededor de noventa años, por ahí noventa y un años de edad; o sea, que tuvo a José en su vejez; y por eso dice la Escritura que Jacob amaba mucho a su hijo José, porque lo había tenido en su vejez. Y ahora, este joven José, encontramos a través de la historia bíblica que pasó por muchas etapas difíciles, pero Dios era con él. Donde dice que lo tuvo en su vejez es en Génesis, capítulo 30, verso 22 al 25, donde dice: “*Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.* *Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;* *y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.* *Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.”* Y ahora, este caso de José, vean ustedes, ya tenía unos noventa años y algo, pues ya Jacob había trabajado por Raquel siete años y le dieron a Lea, pero con quien se casó fue con Raquel. Luego le pidieron que trabajara siete años más para darle a Raquel, trabajó siete años más y encontró como que eran pocos años; no como algunos jóvenes dicen hoy: “Son muchos años.” Pero para Jacob, como la amaba tanto encontró que el tiempo se fue volando. Y ahora, encontramos que por consiguiente la Bendición de la Primogenitura le tocaba al hijo primero que naciera a través de Raquel; y como todo obra para bien, aunque el primer hijo que tuvo Jacob fue a través de Lea, y fue Rubén, pero vean, perdió la Bendición de esa Primogenitura por ciertos problemas; aun los problemas, vean, de Rubén obraron para bien de José. Esto está en \[Primera\] Crónicas, capítulo 5, verso 1 en adelante, dice: “*Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito;* *bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José).”* Y ahora vean, ese era el que tenía que nacer primero, y fue el primero que nació a través de Raquel, aunque su hermano Rubén había nacido primero que él, pero no fue a través de la esposa amada Raquel, sino a través de Lea. Dios no puede ser burlado, Dios siempre logrará lo que Él ha pensado llevar a cabo. Y ahora, en la vida de José se refleja el Mesías Príncipe, o sea, que José es tipo y figura del Mesías, es tipo y figura de Cristo en Su primera Venida y tipo y figura de Cristo en Su segunda Venida. Encontramos a José representado la primera Venida de Cristo sufriendo. José fue odiado por sus hermanos como sucedió con Jesús, fue vendido por cierta cantidad de piezas de plata como sucedió con Jesús, fue también echado en una cisterna, todo eso habla de la muerte de Cristo, y fue llevado a Egipto, allá fue echado en la cárcel como también Cristo fue muerto y fue al infierno. Luego lo encontramos saliendo de la cárcel y llegando a ser el segundo en el reino del faraón. Dice la Escritura que faraón dijo que en Egipto no se haría nada sino por orden de José, eso está aquí en otras palabras, vamos a ver cómo lo dice en Génesis, capítulo 41, versos 32 en adelante, esto fue cuando le interpretó el sueño que tuvo el rey, faraón, el faraón de Egipto: “*Y el suceder el sueño a Faraón dos veces* (o sea, el de las espigas y el de las vacas flacas y de las vacas gordas)*...* *Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.* *Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.* *Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.* *Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.* *Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.* *El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,* *y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?*” Es algo difícil encontrar un hombre en quien esté el Espíritu de Dios como estaba en José, era un hombre con las dos conciencias juntas, en quien estaba el Espíritu de Dios operando ese ministerio de profeta, ese ministerio que representaba el ministerio de Cristo en Su primera y segunda Venida: “*Y dijo Faraón a José...”* Ahora vean, reconoció que el Espíritu de Dios estaba en José porque pudo interpretar el sueño a faraón, el sueño de las cosas que iban a suceder; como el Ángel que envía Cristo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, del cual dice: “*Yo Jesús he enviado mi Ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* (Apocalipsis 22, verso 6; y también Apocalipsis, capítulo 22, verso l6). Apocalipsis, capítulo 1, ahí es donde nos dice: “*La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”* “*...La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto...”* Vean, la envió por medio de Su Ángel; por lo tanto, ese es el Ángel que conocería todas las cosas que deben suceder pronto, y por medio del cual Cristo se revelaría a Su Iglesia, le hablaría, la guiaría y le mostraría todas estas cosas que deben suceder. Y ahora, si con solamente José decirle al faraón el significado de aquellos dos sueños que había tenido, que vendrían siete años de abundancia sobre la tierra de Egipto, y luego vendrían siete años de hambre sobre la tierra de Egipto, y el consejo que le dio José al faraón: que buscaran un varón prudente y sabio y lo colocaran sobre Egipto para quintar la tierra, almacenar el fruto de esos siete años, para luego en los otros siete años que habría hambre, Egipto no pereciera. Y tanto la interpretación como el consejo, o sea, tanto la interpretación de la bendición primero que vendría y luego el problema grande que vendría, y luego la solución. ¿Ve? Dio a conocer por el Espíritu de Dios la abundancia que vendría durante siete años; y eso nos habla de progreso también; porque cuando hay abundancia, hay progreso. Luego el problema que vendría sobre la tierra, en donde vendría hambre, ya no habría cosechas en esos años. Y luego la solución, cómo salir de ese problema; si consiguieran a José en este tiempo tanto Norteamérica como todas las naciones de la América Latina y todas las naciones Europeas y todas las naciones del mundo, podrían saber cómo salir del problema económico que tienen en la actualidad, como salir. La salida sería el milenio, al Reino milenial de Cristo, pero esa solución va a ser revelada a la Iglesia del Señor Jesucristo, así es como vamos a salir del problema que vendrá sobre la raza humana durante la gran tribulación; vamos a salir a la Cena de las Bodas del Cordero ya con cuerpos glorificados, cuerpos transformados; por lo tanto, la salida es la transformación de los vivos en Cristo y la resurrección de los muertos en cuerpos glorificados. Y ya con esa salida nos iremos a la Cena de las Bodas del Cordero, al Cielo, porque ese cuerpo nuevo tiene todo lo que nosotros vamos a necesitar, en él está todo, será un cuerpo interdimensional, por lo tanto, podrá pasar de una dimensión a otra, que es lo que la ciencia le gustaría conseguir y resolvería el problema del tránsito, y el problema también de los viajes de una ciudad a otra y de una nación a otra y de este planeta Tierra a otros planetas. Pero miren, ya eso Elías... Enoc y Elías ya sabían cómo salir de esta Tierra y también Jesús. Eso mismo será para la Iglesia Novia del Señor Jesucristo. Y ahora, José siendo tipo y figura de Cristo, vean ustedes, él les había dicho a sus hermanos y a su padre que había visto el sol, la luna y las estrellas que se inclinaban delante de él, o sea, once estrellas que son los once hermanos suyos, porque él era el otro hermano; no se estaba contando él, porque era delante de él que se inclinaban, y también Jacob (o sea, Israel). Por lo tanto, eso pareció algo incomprensible para sus hermanos que le tenían envidia y que siempre estaban hablándole ásperamente; y José creía que eso iba a ser así; es que era profeta, tenía las dos conciencias juntas y sabía que Dios le estaba mostrando lo que sería la trayectoria de su vida, por lo cual iba a pasar por muchas etapas difíciles, pero todo iba a obrar para bien; porque para los escogidos de Dios, los elegidos de Dios, los hijos e hijas de Dios todo obra para bien. Y ahora, José sigue su vida sabiendo que va a pasar por diferentes etapas; cuando ya se encuentra segundo en el trono del faraón, con el anillo del faraón... el faraón ahí está representando a Dios el Padre, el anillo del faraón está representando el Espíritu, el sello, porque es con el anillo con el cual sellaban los documentos, y es con el Espíritu Santo que Dios sella a Sus escogidos. Y ahora, encontramos que fue proclamado el hombre correcto para ser colocado en la posición que el mismo José dijo que tenía que buscar un hombre y colocarlo en esa posición; y él sabía que no había otro hombre, él sabía que él era el único que podía ocupar esa posición. Y podemos decir, si no había esa posición, él la hizo, él la creó, sabiendo que todo estaba obrando para bien; era un joven con aspiraciones grandes, un joven con la aspiración de llegar al trono; y ahora estaba entre los gentiles. Por lo tanto, la experiencia de José entre los gentiles es muy importante, siendo que José tipifica a Cristo. Y ahora, el pueblo hebreo, veamos, en la tipología Lea y sus hijos tipifica al pueblo hebreo bajo la Dispensación de la Ley, bajo el pacto antiguo. Y ahora, Raquel y su hijo José, Raquel tipifica la Iglesia Novia, del Señor Jesucristo. ¿Y dónde encontró Jacob a su esposa? Entre los gentiles. Y ahora, encontramos que la primera Venida de Cristo fue representada en José, todos los tipos y figuras, toda la vida de José tipifica ahí la primera Venida; y luego, cuando ya José está sobre el trono, eso nos muestra a Cristo subiendo al Trono del Padre donde se ha sentado y donde ha obtenido todo poder en el Cielo y en la Tierra. Y para el Día Postrero encontramos que toda rodilla será doblada delante del Señor, como dijo la Escritura, de José, que toda rodilla se doblaría delante de José. Eso está aquí en el capítulo 41 del Génesis, donde dice... y estábamos leyendo acá en este pasaje: “*Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú* (porque Dios le había mostrado la interpretación del sueño, el faraón dijo: “No hay entendido ni sabio como tú.” Lo reconoció)*.* *Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.* *Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.* *Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;* *y lo hizo subir en su segundo carro* (eso es importante)*... y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.* *Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.”* Y ahora, cuando sonaba la trompeta e iba José en el segundo carro del faraón, toda rodilla tenía que doblarse, o sea, toda persona cuando escuchaba la trompeta tenía que arrodillarse, porque iba a pasar José. Y la Escritura nos habla de esto mismo en Efesios y en Filipenses; Efesios, capítulo 1, verso 21, vamos a ver aquí lo que dice para que podamos comprender mejor todas estas cosas, en las cuales hay una enseñanza llena de bendición para todos los hijos e hijas de Dios, para que así podamos ver, podamos comprender cómo todos estos tipos y figuras se han ido cumpliendo. Veamos Filipenses (les dije Filipenses también) 2, del 5 en adelante, ahí nos habla... vamos a leer capítulo 2, verso 9 al 11, donde dice: “*Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,* *para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;* *y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”* Eso es lo que está señalado en la profecía bíblica, de la cual San Pablo está hablando, porque también en Isaías nos habla acerca de esto mismo, vamos a ver Isaías, ya ahí está profetizado de que esto sería en esa forma. Vamos a ver lo que nos dice Isaías, vamos a buscarlo... Dentro de unos momentos les diré dónde está ese pasaje. Isaías... si Miguel lo tiene por aquí, es el cuarenta y algo, Miguel si lo tiene listo puede hacerlo llegar a nosotros. La Escritura de Isaías dice: “Porque a mí se doblará toda rodilla.” Capítulo 45, verso 22 al 23, dice: “*Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.* *Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.”* Aquí, hemos visto que ya esto está profetizado, y San Pablo toma esas profecías y las trae a la luz en el Nuevo Testamento. Y ahora, encontramos que en el Cielo y en la Tierra se dobla toda rodilla ante el Señor Jesucristo, y para Su segunda Venida, en donde Sus hermanos, en donde los hebreos verán la Venida del Señor, la Venida del Mesías, pasará como sucedió con los hermanos de José, que se inclinaron delante de él, o sea, doblaron rodilla delante de José, su hermano hijo de Jacob y Raquel, porque en José estaba representándose, tipificándose la primera Venida de Cristo y la segunda Venida de Cristo. Y ahora, recuerden que Raquel tipifica la Iglesia del Señor Jesucristo dentro del nuevo Pacto; por eso es que la Iglesia del Señor Jesucristo es la que está esperando la segunda Venida de Cristo como Rey de Reyes y Señor de Señores; así fue como lo vieron sus hermanos allá en Egipto, lo vieron sentado como príncipe, como segundo en el trono del Faraón. Y ahora, ahí está tipificado Cristo en Su segunda Venida, sus hermanos lo reconocieron cuando él se reveló a ellos y les dice: “Yo soy José, vuestro hermano, al que ustedes vendieron; pero no les pese a vosotros porque todo eso estaba en el Programa de Dios, todo eso obró para bien, o sea, no estén ahora lamentándose, no estén ahora tristes porque todo eso obró para bien.” ¿Por qué? Porque todas las cosas obran para bien para los elegidos de Dios, los escogidos de Dios, los amados del Señor. Por esa causa también el que estemos en esta Tierra, en estos cuerpos mortales en los cuales tenemos muchos problemas de muchas formas, y nos ponemos viejos y tenemos que terminar nuestros días aquí en la Tierra, lo cual no deseamos, porque queremos continuar viviendo siempre y estar cada día mejor. Pero aquí estamos por un propósito divino, y aunque es difícil la vida en estos cuerpos mortales, hay un plan el cual se está llevando a cabo, y es para obtener la redención por medio de Cristo, escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, naciendo la fe de Cristo en nuestra alma, y creyendo en Cristo y recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador, para así ser rociados con la Sangre de Cristo y ser limpiados de todo pecado, bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo bautizarnos con Espíritu Santo y Fuego y producir en nosotros el nuevo nacimiento, y entonces nacer del Cielo. El nuevo nacimiento es muy importante para todos los hijos e hijas de Dios; sin el nuevo nacimiento la persona no tiene Vida eterna, porque cuando nacemos en esta Tierra, nacemos a una vida temporera que se nos acaba a cierta cantidad de años. Pero para vivir eternamente tenemos que nacer en el Reino de Cristo, en el Reino de Dios, y ahí se nace a la Vida eterna, porque la Vida en el Reino de Cristo es eterna. El único Reino con Vida eterna es el de Cristo; por lo cual le dice Cristo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del espíritu, no puede entrar al reino de Dios.” (Capítulo 3 de San Juan). Y ahora, todos queremos entrar al Reino de Dios, por lo cual tenemos que nacer de nuevo. Y ahora, toda la trayectoria de la vida de Cristo, en la cual tanto sufrió, tenía un propósito: era para bien, todas las cosas iban a obrar para bien, para bien de los escogidos de Dios que necesitaban ser redimidos con el Sacrificio de Expiación por los pecados, el cual Cristo llevó a cabo; y luego resucitó glorificado y está a la diestra de Dios en el Cielo, y recibió todo poder en el Cielo y en la Tierra, o sea, que todo obró para bien. Vean, todos los problemas por los cuales pasó, luego lo encontramos ahora en el Trono de Dios sentado; por eso es que antes de Él morir, cuando estaba siendo juzgado por el concilio del Sanedrín, Él dice, en esa ocasión, en el capítulo 26 del Evangelio según San Mateo, verso 64: *“Jesús les dijo: Tú lo has dicho.”* Eso fue cuando le preguntaron: “¿Eres tú?” Veamos: “*Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.* *Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.”* Ya Él sabía que tenía que morir, pero luego iba a resucitar e iba a ascender al Cielo y se iba a sentar en el Trono de Dios, iba a estar a la diestra de Dios y por consiguiente iba a recibir el poder de los Cielos y de la Tierra. Recuerden que en la parábola de San Lucas, en una de ellas Cristo dice que: “Es como un hombre que se fue lejos para recibir un reino y luego volver,” eso está en el libro o Evangelio según San Lucas. Y ahora, el Ángel Gabriel le dice a la virgen María que va a tener un niño, y que le ponga por nombre Jesús, y que Dios le va a dar el Trono de David su Padre. San Lucas, capítulo 1, versos 31 al 33: “*Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.* *Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;* *y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”* Esa es la profecía, y para cumplirse esa profecía, Jesús tenía que pasar por diferentes etapas en donde sufriría mucho, pero al final sería glorioso. Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 3, verso 20, Cristo dice: “*Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.* *El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”* Y ahí Cristo en Espíritu Santo está hablando estas Palabras; por lo tanto, podemos ver que todos esos momentos difíciles, esos sufrimientos por los cuales Cristo pasó, todo obró para bien. Así también los sufrimientos por los cuales pasan los hijos de Dios en esta Tierra, no son comparables con la gloria venidera que ha de manifestarse en ellos, así como fue para Jesús. Dice Romanos, capítulo 8, verso 18 en adelante: “*Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.* *Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.”* La manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos, inmortales, glorificados, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, o sea, estar manifestados aquí en la Tierra en cuerpos inmortales, y por consiguiente cuerpos creados por Dios. Dice: “*Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;* *porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.* *Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;* *y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”* La redención de nuestro cuerpo será nuestra transformación, esa es la adopción para los hijos de Dios, serán adoptados físicamente como hijos e hijas de Dios y por consiguiente inmortales, cuerpos inmortales, cuerpos glorificados, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, y jóvenes para toda la eternidad. Por lo tanto, nuestra estadía en la Tierra y los sufrimientos por los cuales pasamos, no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse; podemos decir: todo obra para bien para los hijos de Dios, para los que conforme a Su propósito son llamados. Y ahora, por cuanto todas las cosas obran para bien, estar en esta Tierra viviendo, aunque hay muchos problemas, obra para bien, porque nos da la oportunidad de oír la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en nuestra alma, creemos y lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador, y Él nos da la Vida eterna. El mismo Cristo dijo en San Juan, capítulo 10, versos 27 en adelante: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y yo las conozco, y yo les doy Vida eterna.” Se predica el Evangelio para que las personas al escuchar el Evangelio, que es la Voz de Cristo, lo sigan, lo reciban como Salvador y Cristo les dé Vida eterna. Esa es la forma en que la persona recibe la Vida eterna, pues recibiendo a Cristo que es la Vida eterna, y tiene la exclusividad de la Vida eterna, para otorgar la Vida eterna a todos los que lo reciben como único y suficiente Salvador. El mismo Cristo dijo: “*Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”* (San Juan, capítulo 14, verso 6). Y ahora, todos queremos la Vida eterna, todos queremos vivir eternamente, y Dios nos dice en San Juan, capítulo 3, verso 16, el motivo por lo cual vino Cristo a la Tierra: “*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* Para que tengamos Vida eterna fue que Dios envió a Jesucristo a la Tierra, para que así creamos en Él, y Él nos dé la Vida eterna. Yo escuché Su Palabra, Su Voz, como Él dijo que Sus ovejas escucharían Su Voz, y lo seguí, fui bautizado en agua en Su Nombre dando testimonio público de mi fe en Cristo, y Él me dio Su Espíritu Santo, me bautizó con Espíritu Santo y Fuego y produjo en mí el nuevo nacimiento, me dio Vida eterna; porque el nuevo nacimiento es... se nace a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, y por consiguiente sabe que no tiene Vida eterna y que no tiene esperanza de vivir eternamente con Cristo en Su Reino, en esta noche puede recibirlo como Salvador, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone, con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento, y así le dé la Vida eterna, para lo cual puede pasar al frente y oraremos por usted. Y los que están en otras naciones a través del satélite Amazonas o de internet, pueden también venir a los Pies de Cristo, para que Cristo les reciba en Su Reino y les dé la Vida eterna. Todos queremos Vida eterna, todos queremos vivir eternamente; y solamente hay una persona que nos puede dar la Vida eterna, y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. Por lo tanto, no podemos ir a otra persona, sino a Jesucristo, recibirlo como nuestro Salvador para que Él nos dé la Vida eterna. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están presentes y los que están en otras naciones, para orar por ustedes en esta ocasión. Cristo tiene mucho pueblo en esta ciudad, y en todas las ciudades de la República Mexicana, y los está llamando en este tiempo final. También los niños de diez años en adelante, pueden venir a los Pies de Cristo. Recuerden que la Vida eterna solamente la podemos recibir a través de Jesucristo, nuestro Salvador. Vida eterna es lo que Dios tiene para todos los que reciben a Cristo como Su único y suficiente Salvador, y todos queremos vivir eternamente: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* (Dijo Jesús en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16). Ninguna persona puede comprar la salvación para su alma, solamente hay uno que podía comprar la Salvación para nuestra alma y la compró, y Su Nombre es Señor Jesucristo. Él en la Cruz del Calvario pagó el precio de nuestra salvación, y por consiguiente ahora todos tenemos la oportunidad de recibir Salvación y Vida eterna por medio de Cristo nuestro Salvador. El mismo Cristo dijo en San Lucas, capítulo 19, verso 10: “*Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”* O sea, que vino a buscarme a mí y a salvarme a mí. ¿Y a quién más? A cada uno de ustedes también. Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Cuando Cristo ordenó a Sus discípulos ir por todo el mundo predicando el Evangelio, Él dice que fueran anunciando el arrepentimiento y el perdón de pecados en Su Nombre, eso está en el capítulo 24, versos 46 en adelante de San Lucas, y dice: “*Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;* *y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas.”* Y ahora, el arrepentimiento y el perdón de pecados se predica en el Nombre del Señor Jesucristo, para que las personas puedan obtener el perdón de sus pecados, ser limpios con la Sangre de Cristo de todo pecado, ser bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo bautizarlos con Espíritu Santo y Fuego y producir en las personas el nuevo nacimiento, y por consiguiente obtener la Vida eterna. Vivir en esta Tierra para todos nosotros obra para bien; usted no escogió vivir en esta Tierra, fue Dios el que escogió para usted y para mí vivir en esta Tierra en estos días, y por consiguiente Él tenía un propósito para enviarnos a esta Tierra y vivir en estos cuerpos mortales; y era que escucháramos la predicación del Evangelio de Cristo, naciera la fe de Cristo en nuestra alma, y creyéramos en Cristo y lo recibiéramos como nuestro único y suficiente Salvador, para ser rociados con la Sangre de Cristo nuestro Salvador y limpiados de todo pecado. Tan simple como eso. La humanidad tiene angustia existencial porque no sabe de dónde ha venido, no sabe porqué está aquí en la Tierra, y no sabe a dónde va cuando muere físicamente; pero cuando la persona recibe a Cristo ya sabe que ha venido del Cielo, de donde vino Cristo, de la casa del Padre, y está aquí en la Tierra por un propósito divino: para recibir la redención, la salvación y Vida eterna, y luego sabe que cuando terminan nuestros días aquí en la Tierra, nos vamos a la casa de nuestro Padre celestial, al Cielo. Y si permanecemos vivos hasta la resurrección de los muertos en Cristo, seremos transformados y después llevados con Cristo a la Cenas de las Bodas del Cordero, al Cielo, a la casa de nuestro Padre celestial, en donde Cristo está desde hace unos dos mil años. Así que, hay un propósito en estar en esta Tierra viviendo todos nosotros, y por esa causa todo obra para nuestro bien. Vamos a estar puestos en pie mientras llegan las demás personas que faltan por venir a los Pies de Cristo, y a las demás naciones también puestos todos en pie, y también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo en las demás naciones, para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo, por todos los que están recibiendo a Cristo como Salvador. Los niños de diez años en adelante, también pueden venir a los Pies de Cristo. Recuerden que Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.” Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a esperar que nos informen si ya en las demás naciones están listos, nos den un avisito; ya estamos listos. Si falta alguna persona por venir a los Pies de Cristo, puede venir para que así quede incluido también en esta noche en la oración que estaremos haciendo, pues todos queremos vivir eternamente, todos queremos la Vida eterna, que solamente uno la puede dar a nosotros, y esa persona es Jesucristo nuestro Salvador, el cual está en el Cielo en Su cuerpo glorificado, y está tan joven como cuando se fue al Cielo. Esa clase de cuerpo es la que Él le va a dar a todos los creyentes en Él, para poder vivir todos eternamente en Su Reino. Ya vamos a orar por todos ustedes. Vamos a tener todos nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y con nuestros ojos cerrados los que han venido a los Pies de Cristo, repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida, creo que Tú eres el Mesías Príncipe prometido, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados. Creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos.*** ***Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Doy testimonio público de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino.*** ***Señor, me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Sálvame, Señor. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.*** Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre le ha limpiado de todo pecado, porque ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en vuestra alma y lo han recibido como vuestro único y suficiente Salvador. Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en Su Nombre lo más pronto posible, porque Cristo dijo: *‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’* ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestra alma. Por cuanto ustedes han creído en Cristo, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Aun el mismo Cristo fue bautizado por Juan el Bautista, y los apóstoles de Jesucristo fueron bautizados por Juan el Bautista también; y los apóstoles bautizaban a todos los que escuchaban a Cristo y creían en Cristo. Y el Día de Pentecostés como tres mil personas creyeron al Evangelio de Cristo cuando Pedro predicó, y lo recibieron como Salvador y fueron bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y así ha sido en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo todo el tiempo. El que escucha el Evangelio de Cristo y cree y lo recibe como Salvador, luego ha estado siendo bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y así es en nuestro tiempo también. El agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo nuestro Salvador el que nos limpia de todo pecado; pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando es sumergido en las aguas bautismales, está siendo tipológicamente sepultado; y cuando lo levantan de las aguas bautismales está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan simple como eso. Tenemos ahí el simbolismo del bautismo en agua; y entendiendo, comprendiendo el simbolismo del bautismo en agua, bien pueden ser bautizados. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.** Continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Y dejo en estos momentos al ministro aquí correspondiente, y también al ministro correspondiente en cada nación, para que les indique a ustedes hacia dónde dirigirse para colocarse las ropas bautismales, y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. El estar aquí ustedes presentes, ha obrado para bien de ustedes, ha obrado para que nazca la fe de Cristo en vuestra alma y lo reciban como único y suficiente Salvador, y puedan ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque todas las cosas obran para bien. ¿Para quiénes? Para los que son amados por Dios, para los hijos e hijas de Dios. Continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Los que están en otras naciones también continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. “**TODO OBRA PARA BIEN.”**