--- title: 'La cuarta generación' date: 2007-11-04 activity: 1 place: city: Goiânia state: Goiás country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas y también de internet en diferentes naciones. Para Villahermosa, mis saludos, y también les acompaño en estos momentos difíciles que están pasando por la inundación que hubo a causa de las lluvias allá en Villahermosa. **Que Dios les ayude para la recuperación de todo allá en Villahermosa. Y que Dios bendiga Su Iglesia allá en Villahermosa y les use también para esta recuperación o restauración de Villahermosa.** Pueden comunicarse con el licenciado Benjamín Cruz, el delegado de AMISRAEL allá en la república Mexicana, para todos los que pueden y desean ayudar a los hermanos allá en Villahermosa que han perdido sus casas con todo lo que tenían a causa de la inundación, y están en lugares de albergue (algunos en los dos auditorios de allá de Villahermosa); allá necesitan ropa y comida y todos los que desean unirse para ayudarles, pueden comunicarse con el licenciado Benjamín Cruz, delegado de AMISRAEL, y él les dirá cómo hacer para que les envíen comida y ropa a los hermanos que están allá en Villahermosa, en los albergues de los dos auditorios. Ellos tienen una forma, pues para llegar hasta Villahermosa es difícil, pero ellos tienen en cada ciudad las facilidades que les están prestando el ejército, el gobierno; y cada ministro comunicándose con el licenciado Benjamín Cruz podrán saber cómo ayudar y enviarle alimento y ropa a los hermanos del Estado de Tabasco o de Villahermosa, que necesitan su ayuda. Que Dios bendiga a todos los hermanos allá en Villahermosa y a todos los amigos que están en estos albergues y necesitan ayuda. Que Dios los bendiga a todos y les permita comprender que hay un Programa Divino para nuestro tiempo, para entrar a la Vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Cuando el pueblo hebreo estuvo cautivo en Egipto hubo un Programa Divino que se llevaría a cabo para la liberación de ellos y había sido dado a conocer al patriarca Abraham en el capítulo 15 del Génesis, cuando Dios le apareció a Abraham e hizo un pacto con Abraham. En el capítulo 15, verso 11 en adelante, dice: “*Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.* *Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.* *Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.* *Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.* *Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.* *Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.* *En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eúfrates.”* Aquí podemos ver que Dios hizo un Pacto con Abraham, y le dijo que le daría esa tierra a él y a su descendencia, y por consiguiente Dios les ayudaría para obtener esa tierra. Él le dijo a Abraham que en la cuarta generación regresarían a esa tierra. “**LA CUARTA GENERACIÓN.”** Isaac y Jacob nacieron en la tierra de Israel, luego los hijos de Jacob nacieron en Egipto, excepto Benjamín. Pero luego fueron a la tierra de Israel y vivieron allí, y luego de cierto tiempo José fue llevado a Egipto y vino a ser el segundo en el reino de Egipto, o sea, el primer ministro de gobierno, o virrey. Luego vino una hambruna sobre la tierra de Egipto y del Medio Oriente, incluyendo a Palestina, y a causa de eso Jacob enviaba sus hijos a buscar alimento a Egipto; y no sabía que el que estaba frente al gobierno, colocado por el faraón, era José, su hijo; fueron a Egipto y consiguieron alimento y José los reconoció; pero no se reveló a ellos. Pero les dio alimento y en cierta forma hizo para devolverles el dinero. Luego en otra ocasión volvieron y luego tampoco les cobró por el alimento. Encontramos que él pidió que viniese su hermano menor, Benjamín, el cual era hermano de padre y madre. Y cuando vino se reveló a todos sus hermanos y abrazó y besó a su hermano Benjamín, así se reveló entre los gentiles, pero en medio de sus hermanos, a ellos. Luego pidió que fueran a buscar a su padre, les dio carros de Egipto para traer a toda la familia, y vivieron en lo mejor de la tierra, en Gosén. Pero más adelante hubo un cambio de gobierno, luego de la hambruna (mucho más adelante). Durante el tiempo de la hambruna, José estaba allí para la preservación de la vida de sus hermanos con todos su sobrinos, y de su padre también; y también para la preservación de la vida de los gentiles. Pero luego más adelante vino un faraón que no conocía a José y el pueblo comenzó una etapa de apretura, de esclavitud. Transcurrieron cuatrocientos años y llegó el tiempo de la liberación: Dios envió a Moisés y libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, los llevó por el desierto rumbo a la tierra prometida y le tomó cuarenta años llevarlo a la frontera. Solamente introdujo a la heredad que tendrían a dos tribus y media; dos tribus fueron colocadas sobre su herencia por Moisés, y las otras por Josué, al pasar el Jordán. En la cuarta generación Dios dijo que regresarían y regresaron. Para la restauración de la descendencia de Abraham a la tierra prometida, hubo cuatro etapas para la restauración, o sea, que en la cuarta generación (esa cuarta etapa) entraron a la tierra prometida. Y ahora en el tiempo en que estamos, también cuatro etapas para la restauración de Israel sucedería, y también para la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo, cuatro etapas transcurrirían. En la cuarta, es la entrada a la tierra prometida, a la tierra prometida del cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, para así con ese cuerpo entrar al Reino de Cristo, al Reino eterno de Dios, y así tener la doble porción, el cuerpo angelical, que se obtiene con el nuevo nacimiento, y el cuerpo físico glorificado, lo cual es para este tiempo final, para la cuarta generación. Para esta restauración de la Iglesia a como era en el principio, y ser restaurada a la Vida eterna física, se requiere esas cuatro etapas, que son una generación luterana, la cual ya está en el pasado, ya es historia; una generación wesleyana, la cual es historia también; y una generación pentecostal, la cual también ya es historia; y ahora la cuarta generación, la generación de la Palabra, la generación del Hijo del Hombre, la generación de la edad de la Piedra Angular. En esa generación, en esa etapa de la Iglesia que representa la eternidad, es que todos los hijos e hijas de Dios escritos en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo, los cuales formarían la Iglesia de Jesucristo, entrarán a la tierra prometida del cuerpo glorificado y eterno, y entrarán al Reino de Cristo, que será establecido en la Tierra y será el glorioso Reino milenial de Cristo. Por lo tanto, en esta cuarta generación, la generación de la Palabra, en la cual estaremos escuchando y recibiendo, Palabra sobre Palabra, para tener así la revelación divina de todo el Programa Divino de nuestro tiempo, y también tener el conocimiento histórico de la Iglesia de Jesucristo en las etapas pasadas, ahora en nuestro tiempo es el momento en que entraremos a la total restauración, seremos restaurados a la Vida eterna física con cuerpos eternos, y seremos restaurados físicamente al Reino de Dios, que es el Reino de Cristo. En lo espiritual ya fuimos restaurados al Reino de Cristo, que es el Reino eterno, fuimos sacados del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Cristo con Vida eterna con un cuerpo angelical, espiritual, al recibir el Espíritu de Cristo, obteniendo así el nuevo nacimiento. Hemos nacido a la Vida eterna en el Reino eterno de Cristo. Pero en lo físico todavía estamos en el reino de las tinieblas, estamos en el reino que está controlado por el maligno en la cuarta etapa de ese reino. Esa cuarta etapa tiene dos partes: las piernas de hierro, que fue el imperio romano de los césares, y los pies de hierro y de barro cocido, en los cuales estamos: estamos en esa etapa del reino de las tinieblas. Pero ahora estamos también en la cuarta etapa del Reino de Cristo. Ya la Iglesia ha pasado por la etapa luterana a la etapa wesleyana y la etapa pentecostal; y ha pasado por tres generaciones y ha entrado en la cuarta generación: la generación de la Palabra, la generación del Hijo del Hombre, la generación de la Edad de la Piedra Angular, en donde obtendrá la adopción física, que será Su transformación, la redención del cuerpo de la cual nos habló San Pablo en Efesios, capítulo 4, verso 30, cuando dice: “*Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”* Y también San Pablo en Romanos, capítulo 8, versos 14 al 23, nos habla acerca de la manifestación de los hijos de Dios por la cual claman la naturaleza y también todos los hijos de Dios. La adopción, la redención del cuerpo, que será nuestra transformación para los que estamos vivos si permanecemos vivos hasta ese momento, y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y entonces habremos entrado físicamente al Reino de Cristo y por consiguiente a la Vida eterna física. Israel ha estado pasando también por diferentes etapas o generaciones. En la cuarta generación o cuarta etapa del programa de restauración, Israel entrará al Reino del Mesías, al reino de paz, de amor, de felicidad, de prosperidad, de vida y gozo con Dios. Israel entrará a esa cuarta etapa o cuarta generación. En alguna ocasión veremos ampliamente esas cuatro generaciones o etapas para la restauración de Israel, las cuales están en Joel, capítulo 2, versos 21 al 29; y capítulo 13, verso 16. También veremos con más detalles las cuatro etapas para la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo. Para esta ocasión con lo que ya hemos escuchado tenemos un cuadro claro, que hay un Programa Divino para la restauración de Israel, y para la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso la Iglesia de Jesucristo es el Israel espiritual, es el Israel con visión profética, es el Israel que ha estado buscando a Dios y ha estado entrando al Reino de Dios, que está en la esfera espiritual. Y ahora, tenemos la promesa de una restauración a la Vida eterna y por consiguiente al Reino eterno de Dios, que es el Reino de Cristo, al cual entraremos físicamente al ser transformados; y todo esto es para la cuarta generación, que es la edad de la Palabra, la edad de la Piedra Angular, a la cual yo he entrado. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Estamos en la cuarta generación de la Iglesia del Señor Jesucristo, la edad de la Piedra Angular, la edad de la Palabra, la edad del Hijo del Hombre, donde todas las promesas de Dios para este tiempo final serían cumplidas. Ya muchas han sido cumplidas y otras están en proceso para ser cumplidas. Por lo tanto, yo me mantendré firme en esta cuarta generación, hasta alcanzar mi redención física, que será mi transformación. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Cuando haya entrado hasta el último escogido al Cuerpo Místico de Cristo, Cristo se levantará del Trono del Padre y entonces tomará el Título de Propiedad, el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo, resucitará a los muertos creyentes Él, y a los vivos creyentes en Él los transformará, y entonces todos con cuerpos eternos estaremos sobre esta Tierra por un tiempo corto de treinta a cuarenta días, y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. De ahí en adelante físicamente seremos inmortales, nuestro cuerpo será joven y eterno, será glorificado como el cuerpo glorificado de Jesucristo. Esa es la promesa divina para mí. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también, esa es la promesa para toda la Iglesia del Señor Jesucristo, para todo Su Cuerpo Místico de creyentes de nuestro tiempo y de tiempos pasados. Ya yo estoy en el Cuerpo Místico de Cristo, ya recibí la restauración espiritual y me falta la restauración física a la Vida eterna, la cual tendré al recibir el cuerpo nuevo y glorificado. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. No es solamente para mí, es para ustedes también, para todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, para todos los creyentes en Cristo. Y ahora, si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y nació la fe de Cristo en su alma, puede pasar al frente y yo estaré orando por usted, presentándole a Cristo como un creyente en Él que lo recibe como su único y suficiente Salvador. “La fe viene por el oír.” \[Romanos 10:17\] Ya usted escuchó y nació la fe de Cristo en su alma. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Por lo tanto, puede pasar al frente para confesar públicamente a Cristo como su único y suficiente Salvador. Pueden venir a los Pies de Cristo en estos momentos para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por ustedes, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones escuchando en estos momentos la predicación del Evangelio de Cristo. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están aquí presentes y los que están en otras naciones. La salvación y Vida eterna es para ustedes y para mí también. Cristo dijo: “El que oye mi Palabra y cree al que me envió tiene Vida eterna, y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.” (San Juan, capítulo 5, verso 24). También Él dice: “El que me confesare delante de los hombres, yo le confesaré delante de mi padre que está en los Cielos. Mas el que me negare delante de los hombres, yo lo negaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” (San Mateo, capítulo 10, verso 32 al 33). Él también dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y yo las conozco y yo les doy Vida eterna.” \[San Juan 10:27-28\] Es Vida eterna lo que Cristo le da a todos aquellos que escuchan Su Voz, Su Evangelio, y lo reciben como único y suficiente Salvador. Por lo tanto, es para recibir la Vida eterna que creemos en Cristo y lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador. Él dijo que escucharíamos Su Voz. Él dijo: “También tengo otras ovejas que no son de este redil, las cuales también debo traer, y oirán mi Voz, y habrá un Rebaño y un Pastor.” (San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16. Y la cita anterior era San Juan, capítulo 10, versos 27 al 30). Por lo tanto, es Cristo en Espíritu Santo el que buscaría todas esas ovejas que el Padre le dio para que les diera Vida eterna, están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Él dijo a Sus discípulos en una ocasión que regresaron muy gozosos porque habían estado predicando el Evangelio y sanando los enfermos y echando fuera demonios, conforme al mandato que Cristo les dio y regresaron muy contentos diciéndole a Cristo: “Señor, hasta los espíritus se nos sujetan en Tu Nombre.” \[San Lucas 10:17\] Cristo les dijo: “No os gocéis en que los espíritus se os sujetan en mi nombre, alegraos, gozaos de que vuestros nombres están escritos en el Cielo.” \[San Lucas 10:20\] Ese es el motivo de gozo, que nuestros nombres están escritos en el Cielo, y por esa causa escucharíamos la Voz de Cristo, por esa causa somos identificados por Cristo como las ovejas que el Padre le dio, para que las buscara y les diera Vida eterna. Él dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y yo las conozco y yo les doy Vida eterna.” \[San Juan 10:27\] Es para darnos Vida eterna que Él nos buscaría, nos hablaría directamente a nuestro corazón por medio de Su Evangelio, y nosotros escucharíamos Su Voz, vendríamos a Sus Pies y le recibiríamos como nuestro único y suficiente Salvador, y Él nos daría Vida eterna. Para eso fue que Él envió a Sus discípulos a predicar: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Mientras estamos en esta Tierra viviendo, tenemos la oportunidad de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y que nazca la fe de Cristo en nuestra alma, creer en Cristo y recibirlo como nuestro único y suficiente Salvador, dando testimonio público de nuestra fe en Cristo, y así obtener la salvación y Vida eterna. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Son Palabras de Cristo. Tenemos que asegurar nuestra salvación con Cristo en Su Reino, y así nuestro futuro eterno estará asegurado. Ninguna otra persona le puede asegurar a usted su futuro eterno, solamente hay UNO y Su Nombre es Señor Jesucristo. Aseguremos nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, ése es el único reino que existirá por toda la eternidad, los demás reinos terrenales dejarán de existir; y también todas las demás personas que no entren al Reino de Dios. Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión. Los que están en otras naciones, si falta alguno por venir a los Pies de Cristo, puede venir, y vamos a estar todos puestos en pie para la oración por los que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión. En las demás naciones también puestos en pie para la oración por los que han venido a los Pies de Cristo. Vamos a preguntar a las demás naciones si ya todos vinieron a los Pies de Cristo o si falta alguno por venir. A México, Villahermosa; también a Venezuela, también a Colombia, también a Perú, también a Argentina, también en diferentes lugares de Brasil, también a Chile, también a Bolivia, y demás naciones, pueden ya por internet comunicarse acá con nosotros para que nos digan si ya pasaron todos en sus países. Dios tiene mucho pueblo en el Brasil, en toda la América Latina, en el Caribe, en Norteamérica, en Canadá, en Europa, en el Japón, en el África, y demás naciones; y los está llamando en este tiempo final. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando, has estado escuchando Su Voz, Su Evangelio, porque tu nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, te está llamando para darte Vida eterna, te está llamando para colocarte en Su Reino eterno. Vamos a ver si ya en los demás países ya están listos, ya vamos a orar por todos. Todos puestos en pie con nuestras manos levantadas al Cielo y con nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti de todo corazón; creo en Tu Primera Venida y en Tu Nombre como el único nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos. Creo que Tú eres el Mesías prometido que vendría a la Tierra y morirías en expiación por nuestros pecados. Por lo tanto, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados. Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.*** ***Señor, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo.*** ***Sálvame, Señor, Te lo ruego; perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero entrar a Tu Reino, quiero nacer a la Vida eterna. Señor, sálvame, Te lo ruego. En Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado!** **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado!** **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como único y suficiente Salvador. Él dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Ustedes me dirán: “Ya creí y lo recibí como mi Salvador, y ahora quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible, como hacían los que recibían a Cristo en el tiempo de los Apóstoles, los cuales eran bautizados en el momento en que creían. Aun Pablo predicándoles en la cárcel, el que creyó, el que estaba a cargo de la cárcel, luego le llevó a su casa, lavó sus heridas y le dio comida. Pablo predicó en la casa, todos creyeron y fueron bautizados esa noche, porque la meta es que Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, luego que sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y así entren al Reino de Dios, así obtengan el nuevo nacimiento, nazcan a la Vida eterna, y así es como se entra al Reino de Dios. Cristo dijo a Nicodemo: “El que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios.” \[San Juan 3:5\] Nacer del agua es nacer de la predicación del Evangelio de Cristo, nacer de la Palabra, y nacer del Espíritu es recibir el Espíritu de Cristo, y así es como se nace de nuevo, así es como se nace en el Reino de Cristo y por consiguiente se entra al Reino de Dios. Y ahora, ustedes me dirán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.** El bautismo en agua es simbólico, es tipológico, pero es un mandamiento del Señor Jesucristo, el cual ha estado siendo obedecido por la Iglesia de Jesucristo y siendo aplicado a todos los que reciben a Cristo como su único y suficiente Salvador, porque en el bautismo en agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; cuando la persona es sumergida en las aguas bautismales por el ministro, tipológicamente está siendo sepultada; y cuando el ministro lo levanta de las aguas bautismales está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna en el Reino eterno de Cristo. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados ustedes que han recibido a Cristo y están aquí presentes y también los que están en otras naciones y han recibido a Cristo en estos momentos. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.** Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo con ustedes en estos momentos al reverendo Josué Cuhna para que les indique hacia donde caminar para colocarse las ropas bautismales, a donde llegar a los vestuarios donde están las ropas bautismales para colocárselas y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Habrá personas que les ayudan a llegar hasta los vestuarios y también personas que le acompañarán hasta el bautisterio y ministros que les bautizarán y también personas que cuidarán de sus ropas allá en los vestuarios. Así que bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos en el Nombre del Señor Jesucristo. Con ustedes el reverendo Josué Cunha para continuar. Dios les bendiga y les guarde a todos. “**LA CUARTA GENERACIÓN.”**