--- title: 'El Evangelio de la paz' date: 2007-07-27 activity: 1 place: city: Austin state: Texas country: US duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través de internet o del satélite Amazonas en otras naciones. **Que las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes.** Leemos en el libro de los Hechos, en el capítulo 10 (esto fue en la casa de Cornelio, un gentil, cuando San Pedro llegó a la casa de Cornelio; esta es una visión que Pedro tiene), verso 19 en adelante: “*Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.* *Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.* *Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?* *Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.”* Aquí dice: “Un santo Ángel (fue lo que le apareció a Cornelio).” Y luego el Espíritu Santo le dice a Pedro, le dijo a Pedro: “No dudes porque yo los he enviado.” “*Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.* *Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.* *Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.* *Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre.* *Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido.* *Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;* *por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?* *Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente,* *y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios.* *Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará.* *Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado.* *Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,* *sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.* *Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.”* “**EL EVANGELIO DE LA PAZ.”** Esto es lo que dice San Pedro aquí, que Dios envió mensaje a Israel anunciando el Evangelio de la paz por medio de Jesucristo. “**EL EVANGELIO DE LA PAZ.”** El Evangelio de la paz es anunciado por nuestro amado Señor Jesucristo, conforme a las palabras de San Pedro y San Pablo. En Romanos, capítulo 10, verso 15, dice: “*¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”* O sea, de los que anuncian las buenas nuevas de la paz, de los que anuncian el Evangelio de la paz, porque Evangelio es: “Nuevas,” y el Evangelio de la paz son las buenas nuevas de la paz, son las buenas nuevas de salvación y Vida eterna para el ser humano, son las buenas nuevas del Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano, efectuado por Jesucristo en la Cruz del Calvario, para reconciliar al ser humano con Dios y el ser humano obtener la paz de Dios. Vean, también nos habla San Pablo en Efesios, capítulo 2, verso 14 al 17: “*Porque él es nuestra paz...”* ¿Por qué Cristo es nuestra paz? Conforme a la profecía de Isaías, capítulo 9, verso 6 al 7, Él es el Príncipe de Paz y por lo tanto, “Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno.” Dice: “*Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,* *aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,* *y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.* *Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca.”* Y ahora, el Mensajero de la paz más grande que ha existido en este planeta Tierra tiene un nombre: Su Nombre es Señor Jesucristo, porque Él no solamente anunció la paz sino que por medio de Su Sacrificio, trajo la paz al ser humano. Dios dice que Él hace la paz, ¿cómo ha hecho la paz Dios con el ser humano? Por medio de nuestro amado Señor Jesucristo, por eso Él es nuestra paz, Él es el Príncipe de Paz para el ser humano, para todos los creyentes en Él. Y ahora, Él ha traído la paz al ser humano y estuvo anunciando la paz cuando estuvo en Su ministerio terrenal, y luego cuando descendió en Espíritu Santo el Día de Pentecostés, ha estado en la Tierra en Sus diferentes Mensajeros anunciando las buenas nuevas de paz. O sea, por medio de seres humanos ungidos por el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo ha estado anunciando la paz a los seres humanos. La predicación del Evangelio de Cristo son las buenas nuevas de paz, es el Evangelio de la paz para todo ser humano, porque por medio de Cristo tenemos paz para con Dios, por medio de Cristo, el cual ha efectuado el Sacrificio de Expiación por los pecados del ser humano, y ha reconciliado al ser humano con Dios, y el ser humano ha obtenido la paz con Dios. Está reconciliado con Dios toda persona que ha recibido a Cristo como único y suficiente Salvador. La fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio de la paz, para el ser humano obtener la paz con Dios por medio de Cristo. Tan simple como eso. Veamos otra Escritura. Nos dice en el capítulo 6 de Efesios, versos 14 al 15: “*Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,* *y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.”* Y ahora, son hermosos los pies de los que anuncian la paz, pues están calzados sus pies con el apresto del Evangelio de la paz. Y ahora, aunque haya guerras en diferentes naciones, toda persona que ha recibido a Cristo como Salvador, ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, ha sido bautizado en agua en Su Nombre y ha recibido Su Espíritu, ha entrado al nuevo Pacto que es el Pacto de paz, porque la paz está en el nuevo Pacto. Fuera del nuevo Pacto no hay paz (la paz de Dios para el ser humano), y por consiguiente toda persona para obtener la paz de Dios, tiene que, por medio de Cristo, venir a Dios para ser reconciliado con Dios y obtener la paz con Dios, estar en paz con Dios. Y ahora, siendo que Cristo es ese Príncipe de Paz de Isaías, capítulo 9, versos 6 al 7, en Su Reino la promesa es que la paz no tendrá límites. Veamos aquí en Isaías, capítulo 9, versos 6 al 7, dice: “*Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.* *Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”* Y ahora, para que la paz venga a las naciones y el mundo tenga la paz perfecta, la paz imperecedera, se requiere que las naciones entren al Reino de Cristo que va a ser establecido en este planeta Tierra. En la actualidad el Reino de Cristo está en la esfera espiritual, y han estado entrando millones de seres humanos a Su Reino por medio de la predicación del Evangelio de la paz, que es el Evangelio de Cristo, el Evangelio de salvación, en donde las personas al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, que es la Palabra de Dios, nace la fe de Cristo en su alma, creen, porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios, “y con el corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para salvación,” \[Romanos 10:10\] dan testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador, y son bautizados en agua en Su Nombre y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en ellos el nuevo nacimiento, y así es como se cumplen las palabras de Cristo a Nicodemo, cuando le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” \[San Juan 3:3\] Y ahora, se nace del Agua, de las Aguas del Evangelio de Cristo, de la predicación del Evangelio de Cristo, y del Espíritu Santo, y así la persona ha nacido de nuevo, ha nacido en el Reino de Cristo y por consiguiente a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino, en donde se encuentra reconciliado con Dios y se encuentra con la paz de Dios *acá* en el alma; y aunque las naciones no tengan paz, el creyente en Cristo nacido de nuevo, tiene la paz de Cristo *acá* en su alma. Cristo dijo: “Mi paz os dejo, mi os doy; yo no la doy como el mundo la da.” O sea, el mundo da la paz, ¿cómo? Por medio de tratados humanos, pero Cristo la da por medio de Su Sacrificio de Expiación en la Cruz del Calvario, en donde Él llevó nuestros pecados, y el castigo de nuestra paz fue sobre Él, para que nosotros podamos tener Vida eterna y tener la paz con Dios al estar reconciliados con Dios. La cita que les dí, donde Cristo dice: “Mis paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da, no se turbe vuestro corazón ni tengan miedo.” \[San Juan 14: 27\] Hay cosas en este planeta Tierra que turban el corazón de las personas y les da miedo, pero Cristo dice que no nos turbemos y que no tengamos miedo, Él nos ha dado la paz para que estemos en paz, por medio de ese programa de redención en donde ha establecido un nuevo Pacto y del cual, vean, Cristo en San Mateo, capítulo 26, versos 26 en adelante dice: “*Y mientras comían* (esto fue en la última cena)*, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.* *Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;* *porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”* \[Aquí hubo un corte de luz\] Y pronto, cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo vendrá la redención física, que es la redención del cuerpo, en donde obtendremos nuestra transformación y por consiguiente un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, el cual será joven para toda la eternidad, y el cuerpo también tendrá paz, pues no tendrá problemas de salud, no tendrá problemas de vejez, el cuerpo físico estará en paz como está nuestra alma en paz. También los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos y tendrán paz física también, como han tenido paz espiritual, paz en el alma. Y al ser establecido el Reino de Cristo en la Tierra, la paz será establecida en Jerusalén y de ahí saldrá la paz para todas las naciones, y es en ese único Reino donde todas las naciones obtendrán la paz imperecedera, la paz perfecta, la paz de Dios. Por consiguiente todas las naciones que pertenecerán a ese Reino estarán en paz con Dios; y por consiguiente como en el Reino eterno de Dios, celestial de Dios, estarán en paz. Ahí es donde el lobo y el cabrito se acostarán, estarán juntos, dormirán juntos y no habrá ningún peligro que el lobo se coma al cabrito, habrá paz entre los animales también. O sea, que el planeta Tierra quedará bajo el dominio, el gobierno del Reino de Dios, que será la restauración del Reino de David, donde habrá paz para Israel y para todas las naciones, y así como para individuos, es para naciones. El que quiera la paz de Dios tiene que buscarla a través del Mesías Príncipe, de Jesucristo, que es el Príncipe de Paz; y las naciones que quieran tener la paz de Dios, tienen que buscarla a través del Mesías Príncipe y Su Reino, en el Reino de Cristo, el cual está en la esfera espiritual pero que pronto estará en la esfera física para impartir la paz a todas las naciones comenzando con Israel. “**EL EVANGELIO DE LA PAZ.”** Para la predicación del Evangelio a los individuos, la predicación del Evangelio de la paz, se predica el Evangelio de la Gracia; para la predicación del Evangelio de la paz a las naciones, pueblos y lenguas que entrarán al Reino Milenial, bajo la predicación del Evangelio del Reino que comenzó con Juan el Bautista y continuó con Jesucristo, y que se detuvo cuando fue rechazado el Reino, cuando rechazaron a Cristo al entrar a Jerusalén en Su entrada triunfal. Luego para este tiempo final bajo el ministerio correspondiente al tiempo final, se volverá a predicar el Evangelio del Reino juntamente con el Evangelio de la Gracia, y por consiguiente Dios comenzará a obrar para que sea establecido el Reino de Dios en la Tierra, o sea, sea restaurado el Reino de David y el Trono de David al cual el Mesías Príncipe es heredero. Y ahora, bajo la predicación del Evangelio se da a conocer cómo obtener la paz en el alma cada ser humano, porque el Evangelio de Cristo es nada menos que las buenas nuevas de paz, es el Evangelio de la paz. Por lo tanto, todo ser humano tiene la misma oportunidad en la nación donde vive (o donde vive), tiene la oportunidad de escuchar la predicación del Evangelio de la paz para obtener la salvación y Vida eterna y tener la paz de Dios en su alma por medio de Cristo, en Espíritu Santo en su vida. “**EL EVANGELIO DE LA PAZ.”** Hemos visto que el Evangelio de la paz, es el Evangelio de Cristo, el Evangelio de la Gracia; sin el Evangelio de la Gracia que es el Evangelio de Cristo, ser escuchado, recibido su contenido, su revelación, la revelación de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, el ser humano no puede obtener la paz imperecedera, la paz de Dios en su alma. Pero escuchando, recibiendo a Cristo como Salvador, obtiene la paz en su alma, porque el Evangelio nos habla de la paz de Dios para el ser humano. Por medio de Jesucristo tenemos paz para con Dios, no hay otra forma para el ser humano obtener paz con Dios, por eso el Evangelio nos habla de esa paz que el ser humano tiene por medio de Cristo. Yo he recibido esa paz de Cristo porque escuché la predicación del Evangelio de la paz, el Evangelio de Cristo, creí y recibí a Cristo como mi único y suficiente Salvador, y Él es mi paz. La paz de Dios para mi alma es Cristo, Él ha traído la paz del Cielo a la Tierra. ¿Y para quién más? ¿Para quién más es Cristo la paz y quién más ha recibido la paz de Cristo, la paz de Dios por medio de Cristo en su alma? Cada uno de ustedes también. Aunque escuchamos de guerras, de rumores de guerras también, escuchamos de terremotos, de maremotos, de tsunamis, y escuchamos también de señales en el cielo y de peligros de un choque de algún meteoro con el planeta Tierra, con todo y eso dormimos tranquilos porque tenemos la paz de Cristo en nuestra alma. Estamos reconciliados con Dios por medio de Cristo y por consiguiente tenemos la paz de Dios por medio de Jesucristo, Él es el Príncipe de la Paz, por eso el Evangelio nos habla de Cristo, Él es la persona más importante que ha pisado este planeta Tierra, para traer la paz de Dios al alma del ser humano. Si hay alguna persona que todavía no tiene la paz de Dios por medio de Jesucristo en su alma, puede obtenerla en estos momentos, recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador, para lo cual pueden pasar al frente y yo oraré por usted en estos momentos. Vamos a dar unos minutos, vamos a estar puestos en pie, si hay alguna otra persona puede venir para que Cristo traiga Su paz a su alma. Con el Evangelio de Cristo se puede obtener la paz por medio de Cristo. También los niños de diez años en adelante pueden venir a los Pies de Cristo. Vamos a levantar nuestras manos a Cristo, al Cielo, y con nuestros ojos cerrados los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, ha nacido Tu fe en mi corazón al escuchar Tu Evangelio de paz, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano. Doy testimonio público de mi fe en Ti reconociendo que soy pecador y necesito un Salvador, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor, salva mi alma, Te lo ruego, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento.*** ***Señor, en Tus manos encomiendo mi alma, quiero vivir eternamente, quiero entrar en Tu Reino, quiero tener Tu paz en mi alma, sálvame Señor; me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo, sálvame, Te lo ruego oh Señor. En Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.*** Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Y ahora, pregunto: ¿Tienen luz eléctrica? Van a tener que traer si tienen afuera. Para bautismos, ¿cuándo tienen bautismos? ¿El domingo? Ustedes me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Pues Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio* (o sea, el Evangelio de la paz)... *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Ustedes me dirán: “Ya escuché la predicación del Evangelio de Cristo, y nació la fe de Cristo en mi alma y lo recibí como mi Salvador, y ahora quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de ustedes. Ya el reverendo Juan Ramos dijo que esta misma noche pueden ser bautizados, por lo tanto, bien pueden ser bautizados esta misma noche en el Nombre del Señor Jesucristo. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.** Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y en el simbolismo del bautismo en donde la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, reciban grandes bendiciones de parte de Dios. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, la persona tipológicamente es sepultada; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, es resucitado a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Así que, el bautismo en agua es tipológico y se identifica la persona con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, y fue ordenado por Cristo, como la Santa Cena y el Lavatorio de Pies son ordenanzas de Cristo y son tipológicas o simbólicas, son una ordenanza. Así que, bien pueden ser bautizados en agua. **Y que Dios les bendiga grandemente y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.** Con nosotros el reverendo Juan Ramos, para continuar e indicarles hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales. Que Dios les continúe bendiciendo a todos. “**EL EVANGELIO DE LA PAZ.”**