--- title: 'El Testigo fiel y verdadero' date: 2005-12-04 activity: 1 place: city: Goiânia state: Goiás country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes, y los que están a través de internet o del satélite, allá en Puerto Rico, en México, y las demás naciones de la América Latina y del Caribe; y también en Norteamérica, en el África y demás naciones. Es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para esta ocasión leemos en el libro del Apocalipsis, capítulo 3, versos 14 en adelante, donde dice: “*Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto...”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“EL TESTIGO FIEL Y VERDADERO.”** A través de todo el libro del Apocalipsis encontramos a un personaje hablando. Ese personaje que habla es el Espíritu Santo de edad en edad. Él se identifica como el Testigo fiel y verdadero. Él se identifica en Apocalipsis, capítulo 2, verso 1, como el que tiene las siete estrellas en Su Diestra. Apocalipsis 2, verso 1, dice: “*Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto...”* Y luego en el verso 7, dice: “*El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”* Y ahora, todo lo que dijo aquí en Apocalipsis capítulo 2, verso 1, en donde se identifica como el que tiene las siete estrellas en Su Diestra y habla todas estas cosas, luego dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Es Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, hablándole a Su Iglesia de edad en edad. En medio de Su Iglesia Cristo ha estado velado y revelado en el Ángel Mensajero correspondiente a cada edad, y por consiguiente ha estado también en Su Iglesia de edad en edad. Ahora, veamos lo que nos dice en San Mateo, capítulo 28, verso 18 al 20: “*Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.* *Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;* *enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”* Y ahora, Jesucristo ha prometido estar con Su Iglesia y por consiguiente en medio de Su Iglesia todos los días hasta el fin del mundo. Él también dijo: “Donde estén dos o tres reunidos en mi Nombre, allí Yo estaré.” \[San Mateo 18:20\] Y ahora, Jesucristo, el Testigo fiel y verdadero estaría en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo, hablándole a Su Iglesia y guiando a Su Iglesia. Veamos también en San Marcos, capítulo 13, verso 9 al 11, dice: “*Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.”* Y ahora, para testimonio a los gobernadores y reyes, los discípulos del Señor Jesucristo, los creyentes en Cristo van a ser llevados ante reyes y gobernadores. “*Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.* *Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.”* Y ahora, siendo que Jesucristo estaría en medio de Su Iglesia todos los días hasta el fin del mundo, Él sería el que hablaría por medio de personas a los reyes, a los gobernantes, y también en las sinagogas a los sacerdotes de las sinagogas, hablaría ¿quién? Jesucristo en Espíritu Santo a través de los Apóstoles y demás Mensajeros que Él enviaría a Su Iglesia, y por medio de ellos se manifestaría. Diferentes Ángeles Mensajeros, Él tendría en Su Iglesia de edad en edad; así como en el Antiguo Testamento Dios por medio de Su Espíritu Santo habló al pueblo hebreo a través de los Profetas, y los Profetas vinieron a ser el velo de carne en el cual estaba Dios por medio de Su Espíritu Santo hablando. Por lo tanto, el Testigo fiel y verdadero en el Antiguo Testamento habló a través de los Profetas. Y ahora, en Hebreos, capítulo 1, y también en Zacarías, capítulo 7, nos dice de la siguiente manera... Zacarías, capítulo 7, versos 11 al 12, dice: “*Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;* *y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu...”* Dios envía Su Palabra a Su pueblo, por medio de Su Espíritu, que es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Cristo en Su cuerpo angelical, el cual es el Testigo fiel y verdadero. Dice: “*...por medio de los profetas primeros* (o sea, que el Espíritu Santo hablaba por medio de los Profetas primeros)*; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”* Para todos aquellos que no quieren escuchar la Voz de Dios por medio de Su Espíritu Santo a través de Sus Profetas, ¿qué viene? La ira de Dios. Pero para los que escuchan la Voz de Dios, la Voz del Testigo fiel y verdadero, ¿qué viene? La bendición de Dios. Y ahora, encontramos en Hebreos, capítulo 1, las palabras de San Pablo con relación a este tema, nos dice: “*Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas...”* ¿Cómo Dios habló al pueblo hebreo? Por medio de los Profetas. Fue Dios por medio de Su Espíritu Santo hablando al pueblo hebreo a través de Profetas, a través de hombres donde Él colocó Su Espíritu y colocó Su Palabra en la boca de esos Profetas “*...en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo...”* Y ahora, encontramos que San Pablo nos dice que en estos Postreros Días nos ha hablado por el Hijo, o sea, por Jesucristo. En los días de Jesús comenzaron los Días Postreros. Y por eso San Pablo dice: “En estos Postreros Días.” Un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día. Por lo tanto, los Días Potreros delante de Dios para los seres humanos son los milenios postreros que comenzaron en el tiempo de Jesucristo. Y todavía estamos viviendo en los Días Postreros delante de Dios, que para los seres humanos son los milenios postreros. ¿Y en cuál de los Días Postreros estamos viviendo delante de Dios? En el último, en el Día Postrero, que para los seres humanos es el milenio postrero. Y ahora, encontramos que el Dios creador de los Cielos y de la Tierra, habló por medio de Su Espíritu Santo, el cual es el Ángel de Jehová. Un espíritu es un cuerpo angelical de otra dimensión, es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión. Vean lo que dice de los Ángeles aquí: Hebreos, capítulo 1, versos 7, dice: “*Ciertamente de los ángeles dice:* *El que hace a sus ángeles espíritus,* *Y a sus ministros llama de fuego.”* Los Ángeles son Espíritus y Sus ministros son llama de fuego. Por eso el Ángel de Jehová, el cual ministró a Moisés, y por consiguiente al pueblo hebreo, aparecía en llama de fuego; porque hace a Sus ministros llama de fuego: Esos Ángeles ministradores que vienen a la Tierra para ministrar. El verso 14, dice (de este mismo capítulo 1 de Hebreos): “*¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”* De edad en edad Dios envía un Espíritu ministrador, el cual se encuentra en el Cielo y es manifestado en la Tierra en carne humana, y ese ministro o Ángel ministrador es el Mensajero a esa etapa de la Iglesia; y en ese Mensajero viene el Espíritu Santo, el Testigo fiel y verdadero dando testimonio a la Iglesia y a la humanidad. Y la Iglesia da testimonio, el mismo testimonio que el Espíritu Santo está dando a través de ese Mensajero, lo da la Iglesia también. En palabras más claras: el Espíritu Santo, a través del Mensajero, trae un Mensaje, y luego la Iglesia que recibe ese Mensaje, toma ese Mensaje y lo lleva al pueblo. Lo lleva al pueblo, a su ciudad y a su país: impreso en folletos, en videos, y así por el estilo; el mismo Mensaje, no puede llevar otro, tiene que llevar el Mensaje que está dando el Testigo fiel y verdadero, que es el Espíritu Santo, el cual habla de edad en edad por medio del Mensajero correspondiente a cada edad. Ese es el orden divino. Y ahora, hemos visto que el Testigo fiel y verdadero es Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, es nada menos que Cristo en Su cuerpo angelical, el cual fue llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová; y del cual Dios dijo a Moisés en el Éxodo, capítulo 23, verso 20 al 23: “*He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino...”* Las naciones dicen que tienen un ángel guardián, algunas naciones dicen que su ángel es *tal* o *tal;* el pueblo hebreo tiene un Ángel guardián: el Arcángel Miguel; y así por el estilo encontramos un Ángel de otra dimensión a cargo de una nación, y también encontramos al Ángel de Jehová que es Cristo a cargo del pueblo hebreo. Él también es el Ángel de Su Iglesia. Ahora, Él siendo el Ángel de Jehová, tiene muchos Ángeles a su cargo; y de edad en edad envía uno; y en esa manifestación aparece el Ángel de Jehová, el Testigo fiel y verdadero manifestándose por medio de ese Mensajero enviado para esa edad en carne humana. Y esa es la revelación de Jesucristo para esa edad: es Cristo en Su manifestación correspondiente a esa edad de la Iglesia; como fue de etapa en etapa en medio del pueblo hebreo. Nosotros tenemos el plano o patrón de lo que Dios haría en Su Iglesia, lo tenemos en el pueblo hebreo representado, tipificado. Y ahora, el Testigo fiel y verdadero, vamos a verlo más ampliamente en San Juan, porque esa es la forma que Cristo estaría en medio de Su Iglesia, y estaría en Su Iglesia todos los días, hasta el fin del mundo; estaría en donde estén dos o tres reunidos en Su Nombre. Recuerden que el Nombre es muy importante. La Casa de Dios es identificada por el Nombre. Por ejemplo, en algunos hogares en la entrada dice: “Familia...” y ponen el nombre de la familia, el nombre del esposo; algunas veces le colocan el nombre del esposo y le añaden: “...y familia.” Y Dios dijo al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés que Él escogería el lugar donde Él colocaría Su Nombre; la ciudad fue Jerusalén, y el lugar en esa ciudad que estaría el Nombre, fue el templo; y así por el estilo. Eso fue en el pacto que Dios estableció con el pueblo hebreo. Y ahora, en el Nuevo Pacto el Nombre de Dios estaría en Su Templo Espiritual, que es Su Iglesia. Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo haría como San Pablo dijo. San Pablo dijo: “Y todo lo que hagáis, ya sea de palabras o de hechos, hacedlo todo en el Nombre del Señor Jesucristo, o de Jesucristo.” \[Colosenses 3:17\] Esas son las palabras de San Pablo. Dije: “O de Jesucristo,” para que ustedes busquen para ver si dice: “Jesucristo,” o si dice: “Señor Jesucristo.” Pero el Nombre es el Nombre del Señor Jesucristo, y ese Nombre está ¿dónde? En Su Casa, que es Su Iglesia, que es Su Familia. Miren aquí en Hebreos, capítulo 3, lo que nos dice San Pablo, versos 5 en adelante (5 al 6): “*Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;* *pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros...”* ¿Cuál es la Casa de Dios o Casa de Jesucristo? Su Iglesia, de la cual yo soy miembro. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Y ahora, en esa Casa está el Nombre del Señor Jesucristo, porque es Su Casa, y ese es el Nombre entonces que tiene que estar en la Casa o Cuerpo religioso. Del budismo o de Buda, ¿qué nombre tiene que estar allí? El de Buda, porque esa es la casa espiritual de Buda, y así por el estilo. Cada grupo religioso, cada religión, lleva el nombre del señor de esa religión. Y ahora, en la Casa de Dios, que es la Iglesia de Jesucristo, está el Nombre del Señor Jesucristo, porque esa es Su Casa; y los miembros de esa Casa son Su Familia, Sus hijos. Veamos esto más claro en Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante: “*...sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,* *a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,* *a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”* Y ahora, nos hemos acercado, no al Monte Sinaí, nos hemos acercado al Monte de Sión, a la Ciudad del Dios vivo, Jerusalén la Celestial; y por eso es que nuestra ciudadanía está en los Cielos, ¿dónde? En la Jerusalén Celestial, de donde también esperamos al Salvador, Jesucristo, ¿para qué? Para que transforme el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya; o sea, para que tengamos un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo, y joven para toda la eternidad. Ahora, eso está en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21. Y ahora, veamos Gálatas, capítulo 4, versos 22 en adelante, dice: “*Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre* (o sea, uno de Agar y otro de Sara. El hijo de Agar es Ismael, el hijo de Sara es Isaac. Dice:). *Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.* *Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.* *Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual* (o sea, a la Jerusalén terrenal)*, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.* *Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.* *Porque está escrito:* *Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;* *Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;* *Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.* *Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.* *Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.”* Por eso el Judaísmo persiguió el Cristianismo en su comienzo. El hijo de la esclava persiguiendo al hijo de la libre. Eso es lo que muestra San Pablo. “*Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.* *De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre*(o sea, de la Jerusalén celestial)*.”* Los miembros de la Iglesia de Jesucristo son los hijos de la Jerusalén Celestial, es la Familia Celestial de Dios. En Efesios, capítulo 2, verso 19 en adelante, dice: “*Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios* (miembros de la Familia de Dios como hijos e hijas de Dios, descendientes de Dios)*,* *edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,* *en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor.”* La Iglesia del Señor Jesucristo es el Templo Espiritual de Cristo, y va creciendo a medida que van siendo añadidos más y más hijos de Dios, a medida que van naciendo en el Reino de Dios hijos e hijas de Dios. Así como a medida que los niños van comiendo, y más células van siendo añadidas a su cuerpo, más va creciendo el niño hasta llegar a adulto. Y la Iglesia del Señor Jesucristo que nació en Jerusalén el Día de Pentecostés, ha ido creciendo de etapa en etapa; y en este Día Postrero llegará a su perfección, llegará a su estatura completa; y luego, por cuanto esa Iglesia va creciendo para ser un Templo Santo al Señor, dice: “*...en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”* Y así como cada creyente espiritualmente va creciendo, y es el Templo Espiritual, un Templo Espiritual como individuo, para morar el Espíritu Santo en la persona, así la Iglesia como un Cuerpo Místico de creyentes va creciendo para morada de Dios en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, para tener el Testigo fiel y verdadero, el Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto, en medio de ella de edad en edad. Y en el Día Postrero llegará a la Edad Perfecta, que es la Edad de la Piedra Angular, la Edad de Oro en donde el Testigo fiel y verdadero, el Espíritu Santo, estará manifestado en el último Mensajero que Jesucristo tendrá en Su Iglesia; y por eso toda manifestación de Cristo prometida a Su Iglesia para el tiempo final, la veremos realizada por el Testigo fiel y verdadero, por el Espíritu Santo en Su manifestación final en medio de Su Iglesia en el Mensajero correspondiente al Día Postrero, al Séptimo Milenio, correspondiente a la Edad de la Piedra Angular. Si leemos lo que dijo el reverendo William Branham, acerca del Testigo fiel y verdadero, tendremos un cuadro más claro de lo que estará sucediendo en este tiempo final. Vamos a ver algunos detalles para que tengamos un cuadro claro. Dice en el libro de *“Las Siete Edades de la Iglesia,”* página 373 en español, dice: “*Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: (Apocalipsis 3:14).* *¿No es esa la más hermosa descripción de los atributos de nuestro benigno Señor y Salvador, Jesucristo?* (Y sigue hablando aquí y dice) *Estas palabras me dan ganas de gritar. Traen a mi corazón un espíritu de realidad. Solamente leyéndolas, aun sin esperar una completa revelación del Espíritu, me encantan sin medida.* *Jesús nos está dando esta descripción de Sí mismo en relación a la última edad. Los días de gracia están por terminar. Él ha mirado desde el primer siglo hasta el presente siglo veinte, y nos ha dicho todas las cosas concernientes a estas edades. Antes de que Él nos revele las características de la última edad, nos da una descripción final de Su propia Deidad, benigna y suprema. Esta es la revelación final de Si mismo.”* La revelación final de Jesucristo mismo es ésta, en donde Él se presenta como el Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la Creación de Dios. Sigue diciendo: “*Así dice el ‘Amén’ Jesús es el Amén de Dios. Jesús es el ‘Así sea’ de Dios. Amén significa lo final, significa aprobación, significa promesa prevaleciente, significa promesa que no cambia, significa el sello de Dios.* *Quiero que se fije bien ahora, para que vea algo muy precioso y hermoso. Dije que esta es la revelación del tiempo del fin, la revelación de Sí mismo. Cuando el día de la gracia termine, entonces dentro de poco tiempo empezará el Milenio.”* Ahí tenemos lo que dijo el reverendo William Branham con relación al Amén, que es Cristo. Y ahora, veamos lo que sigue diciendo en la página 376 y 377 del libro de *“Las Edades,”* en español. Dice: “*Nosotros ahora conocemos a Dios hasta el límite de nuestros sentidos. Pero algún día será cara a cara. Eso es para esta edad. Él viene al fin de esta edad* (o sea, al fin de la edad de laodicea y también al fin de la Dispensación de la Gracia)*. Realización parcial será hecha REALIZACIÓN PERFECTA...”* Lo repito: *“Realización parcial será hecha REALIZACIÓN PERFECTA, REALIZACIÓN COMPLETA. ¡Aleluya! Hemos estado mirando a través de un espejo oscuro, pero muy pronto será cara a cara. Hemos estado caminando de gloria en gloria, pero muy pronto será directamente a la gloria, y en Su Gloria brillaremos. ¡Seremos semejantes a Él, maravillosamente como Él: Jesús nuestro Divino Salvador! ¿No es maravilloso? Somos completos en Él. Eso es correcto. Él no nos miente en cuanto a eso. Pero un día seremos cambiados en los átomos* (o sea, los átomos de nuestros cuerpos van a ser cambiados). *Nos vestiremos de inmortalidad. Seremos consumidos en vida. Entonces experimentaremos REALIZACIÓN.”* Luego en la página 377, dice: “*Jesús fue un mártir fiel. El Espíritu Santo es testigo de eso. El Espíritu da testimonio de ello.”* Y ahora, más abajo dice: “*La presencia del Espíritu Santo en lugar de Jesús en este mundo, prueba que Jesús fue justo y que fue al Padre. Pero la Biblia también dice en Juan 14:18:* ‘*No os dejaré huérfanos: vendré a vosotros.’* *Él mandó al Consolador. Él fue el Consolador. Él volvió en forma de Espíritu sobre la Iglesia. Él es el testigo fiel y verdadero en medio de la Iglesia* (Cristo en Espíritu Santo es el Testigo fiel y verdadero en medio de Su Iglesia)*; pero algún día volverá otra vez en forma de carne. Entonces probará que Él es el Único Poderoso Sabio, Cristo Jesús el Señor de la Gloria, el Testigo Fiel y Verdadero, Creador y Sustentador, Realización perfecta, el Amén de Dios.”* Y aquí tenemos la descripción de quién es el Testigo fiel y verdadero: es el Amén de Dios, es Jesucristo, el cual estaría en Su Iglesia en Espíritu Santo, todos los días hasta el fin del mundo. Y ahora, teniendo ya el conocimiento de quién es el Testigo fiel y verdadero, podremos ver otras cosas muy importantes que tienen que suceder en este tiempo final. Escuchamos en la lectura de las palabras que habló Dios por medio del reverendo William Branham que el Testigo fiel y verdadero es Cristo, que es Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia; pero que algún día vendrá en carne. Vamos a leerlo aquí de nuevo: “*...pero algún día volverá otra vez en forma de carne.”* El cuerpo de carne que Él tuvo aquí en la Tierra, murió, resucitó, está glorificado y está en el Cielo. Pero Su Espíritu, Su cuerpo angelical, está en medio de Su Iglesia todo el tiempo. Y ahora, veamos aquí algo más, que tiene que ver con la promesa dada de la Venida del Testigo fiel y verdadero, del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo. En la página 120 y 121 en español, del libro de *“Los Siete Sellos,”* predicado por el reverendo William Branham, dice: “*Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego* (está leyendo Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante). Y dice: “*Ahora nosotros vimos la misma cosa, la cual es Cristo; y sabemos que Cristo siempre es el Mensajero a la Iglesia. Él es llamado ‘Columna de Fuego,’ ‘El Ángel del Pacto,’ y así por el estilo.* ‘*Y tenía en su mano un librito abierto...”* Y ahora, este Ángel con el librito abierto es Cristo, el Mensajero a la Iglesia; es Cristo, la Columna de Fuego; es Cristo, el Ángel del Pacto. Y ahora, veamos lo que nos dice en la página 57 y página 59 de este mismo libro de *“Los Siete Sellos,”* que él predicó. Dice: “*Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...’* *Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto* (es el mismo Ángel del Pacto, el mismo Ángel de Jehová del Antiguo Testamento)*; y Él ahora viene directamente a los Judíos porque la iglesia ha llegado a su fin.”* Y ahora, habíamos leído que Él es el Mensajero a la Iglesia, y ahora Él dice que viene directamente a los Judíos, o sea, que va a tener una relación ministerial con el pueblo hebreo y con la Iglesia del Señor Jesucristo; Él sabe cómo moverse con los hebreos y cómo moverse con la Iglesia (moverse en términos escriturales). ‘*...y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.’* *¿Recuerden el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su iglesia.”* Y ahora, el Mensajero a Israel, el Ángel del Pacto, Cristo, viene por Israel, es el Mensajero a Israel; pero por cuanto la Iglesia está a punto de ser raptada, viene por Su Iglesia. En la página 59, dice: “*Cuando los sellos sean abiertos y el misterio de Dios sea revelado, luego allí baja el Ángel, el Mensajero, Cristo, colocando un pie sobre la tierra y el otro sobre el mar, con un arco iris sobre Su cabeza.”* Y aquí tenemos que Cristo, el Ángel del Pacto, es ese Ángel Fuerte de Apocalipsis, capítulo 10. Ahora, vamos a leer otro lugar: en Apocalipsis lo vimos en el capítulo 10. Y ahora, vamos a ver lo que nos dice el reverendo William Branham en la página 134 del libro de *“Los Sellos:”* “*Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo* (¿ven?)*, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores.”* ¿Quién va a coronar a Cristo, al Espíritu Santo como Rey de reyes y Señor de señores, para sentarse en el Trono de David? Su Iglesia, los creyentes en Él, Su pueblo. ¿Quién coronó al rey David y quién coronó al rey Salomón? Su pueblo. No lo coronó un pueblo pagano, sino su propio pueblo. Y ahora, tenemos la promesa que el Espíritu Santo va a venir a Su Iglesia encarnado, se va a encarnar. Y ahora, vamos a ver página 146, el último párrafo dice: “*Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.”* Esa es la promesa para el Día Postrero, en donde el Testigo fiel y verdadero, el Espíritu Santo, el Ángel de Jehová, Cristo en Espíritu Santo, el cual ha estado en medio de Su Iglesia, en el Día Postrero tendrá una manifestación plena en medio de Su Iglesia, y lo tendremos encarnado en medio de Su Iglesia. En la página 352 del libro de *“Los Sellos,”* dice el Espíritu Santo a través del reverendo William Branham: “*Y sucederá que al tiempo cuando el anticristo venga en su plenitud, Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos* (o sea, para transformarnos, porque esa es la Redención del cuerpo, esa es nuestra transformación, esa es la Adopción)*.”* Dice: *“...Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos.”* Y ahora, vamos a ver en la página 277, el reverendo William Branham orando dice: “*...pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos.”* Y ahora, encontramos que el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, Cristo. Y ahora, vamos a continuar. No nos podemos quedar sin terminar de dar a conocer todo esto que está aquí prometido. En la página 131, del libro de *“Los Sellos,”* en español, dice el Espíritu Santo por medio del reverendo William Branham: “*Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte; los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre.”* Cuando Él subió al Cielo, recibió un Nuevo Nombre. Él ascendió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios y recibió un Nombre Nuevo, así como José, el hijo de Jacob cuando subió para ser el segundo en el reino del faraón, recibió un nombre nuevo. Ahí está tipificado o reflejado lo que sucedería con Cristo el Mesías cuando subiera al Cielo victorioso y se sentara en el Trono de Dios. Por eso Cristo dice: “Al que venciere, Yo lo haré columna en el Templo de mi Dios; y nunca más saldrá fuera (o sea, nunca más saldrá de allí del Templo); y nunca más saldrá fuera.” Vamos a leerlo tal y como lo dice: capítulo 3, verso 12 del Apocalipsis: “*Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”* Es Cristo, el Ángel del Pacto, hablando a Su Iglesia. Cristo en Espíritu Santo, el Testigo fiel y verdadero hablándole a Su Iglesia estas cosas; y si Él dice que al Vencedor lo hará Columna en el Templo de Su Dios, Él lo va a hacer; y si dice que va a escribir sobre Él el Nombre de Su Dios, Él lo va a escribir; y si dice que va a escribir el Nombre de la Ciudad de Su Dios, la Nueva Jerusalén, pues lo va a escribir sobre el Vencedor; y si dice que va a escribir Su Nombre Nuevo sobre el Vencedor, lo va a escribir. Hay personas que no saben que Cristo tiene un Nombre Nuevo, el cual recibió cuando ascendió al Cielo. Ese es el Nombre que será revelado en el Día Postrero, en la manifestación final de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, viniendo el Espíritu Santo encarnado. Dice que el Espíritu Santo vendrá encarnado en un hombre. Si conseguimos ese hombre, él nos podrá decir mucho sobre estas cosas que Cristo estará haciendo a través de Él en este tiempo final. Ese hombre será el único que conocerá ese misterio. Vean aquí también en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17. Hay muchos estudiosos de la Biblia que dicen o que piensan que ellos saben cuál es el Nombre. Pero vamos a ver qué dice Cristo por medio de Su Espíritu Santo, Él nos va a decir si realmente saben o no saben cuál es el Nombre. Cristo va a decir por medio de Su Espíritu Santo si ellos realmente están diciendo la verdad al decir que ellos saben. Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, dice: “*El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”* ¿Ven? Solamente uno: aquél que recibirá ese Nombre, será el que lo conocerá. No importa cuántos digan que conocen ese misterio, solamente uno lo conocerá. Y no importa cuántas personas digan que nadie podrá conocer ese misterio, Jesucristo dice que uno lo va a conocer: aquél que lo va a recibir; y ése es el que lo tiene que conocer. Eso será así como en el Antiguo Testamento Dios dijo del Ángel de Jehová en Éxodo, capítulo 23, verso 20 al 23: “*He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz...”* ¿Qué Voz es la que tenemos que escuchar? La Voz del Ángel de Jehová. Ese Ángel de Jehová es Cristo en Su cuerpo angelical, es el Espíritu Santo. Esa es la única Voz que el pueblo de Dios tiene que escuchar; las demás voces son opiniones religiosas. Pero la única Voz verdadera es la Voz del Ángel de Jehová, la Voz del Espíritu Santo, la Voz del Testigo fiel y verdadero. Por eso las palabras que habla Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo son palabras fieles y verdaderas. “*...para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”* ¿Dónde está el Nombre de Dios? En Su Ángel, el Ángel de Jehová. “*Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.* *Porque mi Angel irá delante de ti...”* Y continúa ahí diciendo todas las cosas que va a hacer, los va a introducir en la tierra prometida. Y ahora, encontramos que toda persona que escucha la Voz del Ángel de Jehová, la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo en el tiempo que le toca vivir, así como fue allá en aquel tiempo, tiene la bendición de Dios; y a todos los que se levanten en contra de esas personas, Dios dice que los afligirá, afligirá a sus enemigos; o sea, le viene el juicio divino a toda persona que se levante en contra de aquellos que escuchen la Voz de Dios, la Voz de Cristo, la Voz del Ángel del Pacto, la Voz del Ángel de Jehová, la Voz del Espíritu Santo, la Voz del Testigo fiel y verdadero, el cual ha estado hablando en el Antiguo Testamento a través de Sus Profetas. Y luego en el Nuevo Testamento encontramos hablando a través de Jesús, y luego a través de los Apóstoles, y luego a través de cada Ángel Mensajero enviado de edad en edad; los que han escuchado la Voz de Cristo, del Espíritu Santo, han sido bendecidos; los que se han levantado en contra de esa Voz, de ese Mensaje que trae el Espíritu Santo han sido maldecidos. Vean aquí en Génesis, capítulo 12: por cuanto la bendición de Abraham pasó a los gentiles y por consiguiente a la Iglesia de Jesucristo, ahora vean Génesis, capítulo 12, verso 1 al 3, dice: “*Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.* *Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.* *Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”* Y ahí tenemos la promesa a Abraham: “A los que te bendigan, los bendeciré; a los que te maldigan, los maldeciré.” O sea, que le rebotará a la persona lo que diga y haga contra Abraham y su descendencia, que son los que escuchan la Voz de Cristo. Esa es la descendencia de Abraham. Y ahora, la descendencia de Abraham tiene una bendición grande, anda con una bendición; y el que los bendiga, recibe bendición; el que los maldiga, recibe maldición. Cristo dijo: “El que diere un vaso de agua fresca a uno de esos mis pequeñitos, no perderá su recompensa.” \[San Mateo 10:42\] La recompensa es bendición, Vida eterna. También dijo en una ocasión: “Por cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste.” \[Sa Mateo 25:40\] Y la bendición fue: “Entren al Reino preparado para vosotros desde la fundación.” Y ahora, hemos visto aquí la bendición que hay en escuchar la Voz del Ángel de Jehová, que es la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo en medio del pueblo hebreo, y luego en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Para este tiempo final la Voz que estremecerá los Cielos y la Tierra conforme a Hebreos, capítulo 12, será la Voz del Testigo fiel y verdadero, la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo en Su manifestación final, en donde estará operando los ministerios de los dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías; el Mensaje que estarán trayendo será la Voz de Cristo, del Espíritu Santo, hablándole al pueblo hebreo. Pero primero estará el Espíritu Santo manifestado en medio de Su Iglesia operando esos ministerios y después en medio del pueblo hebreo; o sea, que es el Testigo fiel y verdadero, Cristo, el Espíritu Santo, el único que tiene ministerios y el cual estaba en medio del pueblo hebreo, y luego ha estado en medio de la Iglesia hablándole; y va a regresar al pueblo hebreo, para hablarle al pueblo hebreo. Será el Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo viniendo en medio de Su Iglesia en Su manifestación final; y eso es lo que estaremos viendo en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo; y lo vamos a conocer porque estará hablándonos de todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final. El único que conoce todas las cosas es Cristo por medio de Su Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. Por lo tanto, será Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, que es el Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. Ese es el Testigo fiel y verdadero. Y cuando habla por medio de alguno de Sus Mensajeros en la edad o dispensación que sea, está hablando palabras fieles y verdaderas. Por eso en el libro de Apocalipsis las palabras que habla el Espíritu Santo, por medio de Su Ángel Mensajero en medio de Su Iglesia, son palabras fieles y verdaderas. Aquí lo dice en el libro del Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice: “*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* Y ahora, Dios por medio de Su Ángel es que nos habla estas palabras fieles y verdaderas, porque Dios por medio de Su Espíritu Santo estará hablándonos en este tiempo final; el mismo que habló en el Antiguo Testamento, el mismo que habló a través de Jesús, el mismo que habló a través de los Apóstoles, el mismo que habló a través de cada Ángel Mensajero, estará hablándonos en este tiempo final por medio de Su Mensajero correspondiente al Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular; y esas serán palabras fieles y verdaderas del Testigo fiel y verdadero, Palabras fieles y verdaderas del Espíritu Santo, de Cristo, del Ángel del Pacto. Sigue diciendo en Apocalipsis 22, verso 16: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.” Es a través de Su Ángel que Cristo estará manifestado en el Día Postrero, ése será el instrumento a través del cual el Testigo fiel y verdadero, Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, estará manifestado hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. Hemos visto este misterio del Testigo fiel y verdadero, hemos visto que es Cristo, el Espíritu Santo, en medio de Su Iglesia. Por eso en el libro del Apocalipsis, capítulo 2 y capítulo 3, comienza identificándose y después al final dice: “El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Es el Espíritu Santo el Testigo fiel y verdadero, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia hablando, por medio de cada Mensajero que Él envía de edad en edad. “**EL TESTIGO FIEL Y VERDADERO.”** Hemos visto que todo es sencillo, tan sencillo que los niños lo pueden comprender. El Testigo fiel y verdadero, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia ha estado llamando y juntando Sus escogidos de etapa en etapa. Él ha estado dando testimonio de Cristo, ha estado dando testimonio de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados. Vean aquí en San Juan, capítulo 15, verso 26 al 27, dice: “*Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”* Y el Espíritu Santo vino el Día de Pentecostés y ha estado en medio de la Iglesia de Jesucristo, y ha estado dando testimonio de Cristo, ha estado dando a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados. Ese es el Testimonio que ha estado dando el Espíritu Santo acerca de Cristo. Y Cristo dice: “*Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.”* Y ahora, los Apóstoles y por consiguiente toda la Iglesia estará dando testimonio de Cristo, estará diciendo lo mismo que el Espíritu Santo estará hablando por medio de Sus diferentes Mensajeros. También nos dice en San Juan, capítulo 16, verso 7 en adelante: “*Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.* *Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”* ¿Quién es el que convence al mundo de pecado? El Espíritu Santo y trae esa convicción de pecado al alma, al corazón del ser humano. “*De pecado, por cuanto no creen en mí;* *de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;* *y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.* *Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.* *Pero cuando venga el Espíritu de verdad...”* ¿Por qué el Espíritu de verdad? Porque ése es el Testigo fiel y verdadero; por lo tanto, estará hablando la verdad. “*...él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”* Es el Espíritu Santo, el Testigo fiel y verdadero, el que anuncia las cosas que han de venir. “*El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.* *Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”* Y ahora, hemos visto aquí quién es el que guiará a la Iglesia de Jesucristo a toda justicia y a toda verdad, y le mostrará todas las cosas que han de suceder. Es el Espíritu de Cristo, es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, ése es el Testigo fiel y verdadero, el cual ha tenido diferentes manifestaciones en diferentes Mensajeros en medio del pueblo hebreo, y luego en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Con la manifestación final que Él tendrá en medio de Su Iglesia, luego pasará al pueblo hebreo, con esa misma manifestación que tendrá en carne humana en el Día Postrero en un hombre, en un Profeta dispensacional, el cual será el Elías prometido con la quinta manifestación de Elías, conforme a Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6. Con esa quinta manifestación de Elías que el Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto, tendrá en un hombre del Día Postrero en medio de Su Iglesia, con esa manifestación luego pasará al pueblo hebreo. Y ése será el único que podrá tratar con el pueblo hebreo; los demás tratarán de ser algo, pero no podrán. El único que tendrá esto será ése, en el cual Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, estará manifestado en el Día Postrero en medio de Su Iglesia, dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto; y así es como estaremos viendo al Testigo fiel y verdadero, al Espíritu Santo, a Cristo en Espíritu Santo manifestado en medio de Su Iglesia, y después en medio del pueblo hebreo. Ese es el que está esperando el pueblo hebreo: un hombre con el Espíritu de Dios manifestado, operando el ministerio de Elías. “**EL TESTIGO FIEL Y VERDADERO.”** Hemos visto cómo es que estará el Espíritu Santo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo manifestado en el Día Postrero en la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, y después en medio del pueblo hebreo; tendrá un velo de carne, un Profeta dispensacional, en el cual el Espíritu Santo estará velado y revelado, y ese Mensajero será el único que conocerá el misterio de Nombre de Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Ese será el único hombre que conocerá el misterio del Nombre en la piedrecita blanca, porque ése será el que recibirá esa piedrecita blanca, y sobre el cual Cristo escribirá Su Nombre Nuevo, el Nombre de Dios y de la ciudad de nuestro Dios. Por lo tanto, siendo que Cristo es el que tiene la exclusividad de estas cosas, Él mantendrá Su exclusividad, y será Cristo velado y revelado en carne humana en un hombre, el último Mensajero de la Iglesia del Señor Jesucristo, que será un Profeta dispensacional, para poder el Espíritu Santo operar a través de él, y para traer el pueblo hebreo a una nueva dispensación: la Dispensación del Reino. “**EL TESTIGO FIEL Y VERDADERO.”** Pronto Cristo completará Su Iglesia y entonces se revelará al pueblo hebreo. Si hay alguna persona que ha recibido a Cristo como Salvador, y arrepentido de sus pecados, le ha pedido perdón a Cristo por sus pecados, y ha sido bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, esa persona ha obtenido el nuevo nacimiento, y ha sido colocado en el Reino de Cristo; es un miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo. ¿Y quiénes son esas personas? Aquí estamos presentes. Si hay alguno que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, no ha dado testimonio público de su fe en Cristo, y ha nacido la fe de Cristo en su alma en estos momentos, ustedes que están aquí presentes y los que están a través de internet, pueden venir a los Pies de Cristo en estos momentos, para que Cristo les reciba en Su Reino. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcáis vuestros corazones, si oyes hoy la Voz del Testigo fiel y verdadero, la Voz del Espíritu Santo, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para bendecirte, para darte la salvación y Vida eterna. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para dar testimonio público de vuestra fe en Cristo. Los que están en otras naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo en otras naciones también, que están a través de internet o del satélite en estos momentos, para dar testimonio público de vuestra fe en Cristo, para que Cristo le reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y sean bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y así les dé la salvación y Vida eterna. Es el Testigo fiel y verdadero, el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, el que le está llamando, porque Él está llamando y juntando a todas las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que les dé Vida eterna. Cristo dijo en San Juan, capítulo 14, y también capítulo 10. Capítulo 10, dice (versos 14 al 18): “*Yo soy el buen pastor* (y sigue diciendo)*; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,* *así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.* *También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.* *Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.* *Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”* Él vino a la Tierra ya con el mandamiento de poner Su vida por mí. ¿Y por quién más? Por cada uno de ustedes también. “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Dijo Cristo en San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33. “Pero el que me negare delante de los hombres, yo le negaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Si queremos que Cristo nos confiese delante del Padre Celestial, tenemos que confesarlo públicamente delante de los hombres, dando testimonio público de nuestra fe en Cristo, recibiéndole como nuestro único y suficiente Salvador. Para lo cual usted tiene la oportunidad en esta ocasión, si todavía no ha recibido a Cristo como Salvador. Los que están en otras naciones también tienen la misma oportunidad. Vamos a estar puestos en pie para orar. Si falta alguna persona por venir, puede venir. Cristo no se avergonzó de nosotros para morir en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, nosotros no podemos avergonzarnos de Cristo para recibirlo como nuestro Salvador. Es Vida eterna lo que Cristo le da a toda persona que lo recibe como su único y suficiente Salvador. Venimos a los Pies de Cristo y entregamos nuestra vida a Cristo, en alma, espíritu y cuerpo, para que Él nos dé la salvación y Vida eterna, para que Él salve nuestra alma. Ya estamos para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguno por venir aquí presente o en alguna otra nación que está a través de internet o del satélite, puede venir. Los que estén en Puerto Rico también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, en la República Mexicana también, en todo el Brasil también, en Colombia también, y en Perú también, en Bolivia también, en el Ecuador también, en Chile también, en Paraguay también, en la Argentina también, en Uruguay también, en Norteamérica también, en el África también, y en todas las demás naciones, en la República Dominicana también, en todo el Caribe también; en todos los países que están escuchando en estos momentos, pueden venir a los Pies de Cristo para recibirle como vuestro único y suficiente Salvador, para que Cristo les dé la Salvación y Vida eterna. Dios nos ha dado Vida eterna, y esta Vida está en Su Hijo, en Jesucristo, para lo cual recibimos a Cristo y Él nos da la Vida eterna. Vamos ya a orar por todos. Si falta alguno por venir, puede venir. Vamos ya a orar, vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, y repitan conmigo esta oración, nuestros ojos cerrados. También los que están en otras naciones con sus manos levantadas al Cielo, repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo para dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como su único y suficiente Salvador. Repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, vengo a Ti dando testimonio público de mi fe en Ti, ha nacido Tu fe en mí, a medida que escuchaba Tu Palabra siendo predicada, Tu Evangelio; creo en Ti de todo corazón, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario, como el Sacrifico de la Expiación por mis pecados, y doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Reconozco que soy pecador, Te ruego me perdones y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.*** ***En Tus Manos encomiendo mi alma; luego que sea bautizado en agua en Tu Nombre, Señor, bautízame con Espíritu Santo y Fuego. En Tus Manos encomiendo mi alma. Salva mi alma, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y ahora con nuestras manos levantadas al Cielo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Y ahora que ustedes han recibido a Cristo como Salvador, y han dado testimonio público de vuestra fe en Cristo, me dirán: “Escuché la predicación del Evangelio, nació la fe de Cristo en mi alma, y he dado testimonio público de mi fe en Cristo, recibiéndolo como mi único y suficiente Salvador. Él dijo: ‘El que creyere,’ y ya he creído, ‘y fuere bautizado, será salvo.’ Me falta ser bautizado en agua en Su Nombre, y quiero ser bautizado lo más pronto posible, ¿cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestra alma. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón y lo han recibido como Salvador, bien pueden ser bautizados en agua en Su Nombre en estos momentos. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé la salvación y Vida eterna. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Para que estén con ustedes eternamente en el Reino de Cristo. Y ahora, pregunto al reverendo Salomón Cunha si hay agua: Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores de ropa, lugar dónde colocarse ropas bautismales? También hay. ¿Y personas que les ayudarán? También hay personas que les ayudarán y cuidarán de vuestras ropas. ¿Hay ministros también que les bautizarán? Hay ministros también que les bautizarán. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Y nos continuaremos viendo en estos cuerpos; y cuando tengamos el nuevo cuerpo, nos continuaremos viendo también por toda la eternidad en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. ***Que Dios les continúe bendiciendo a todos. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Con nosotros nuevamente el Reverendo Salomón Cunha para indicarles hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Los que están en otras naciones también pueden ser bautizados en agua, en donde ustedes se encuentran, pues hay bautisterios y ministros que les bautizarán, y ropas bautismales también. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, a ustedes también, que están en otras naciones. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Con nosotros el reverendo Salomón Cunha para continuar. “**EL TESTIGO FIEL Y VERDADERO.”**