--- title: 'Jesucristo, el Sol de Justicia' date: 2005-06-03 activity: 1 place: city: Bogotá D.C. state: Cundinamarca country: CO duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes, y representantes del Poder Judicial y del Ministerio Público: abogados, estudiantes de derecho, estudiantes posgrado de las diferentes universidades; también a las autoridades eclesiásticas y a todos los presentes. ***Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto sean sobre todos ustedes, y nos permita a todos entender Su Programa correspondiente a este tiempo final.*** Para lo cual leemos en el libro del Profeta Malaquías, versos 1 al 6, este es el último libro del Antiguo Testamento, y en este último capítulo nos habla de lo que estará sucediendo en este tiempo final, dice: “*Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.* *Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.* *Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.* *Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.* *He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.* *El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión lo tomamos del verso 2, que dice: “*Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia.”* Nuestro tema es: **“JESUCRISTO, EL SOL DE JUSTICIA.”** “A los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia.” Esa es una promesa para todos los que temen el Nombre de Dios. En este pasaje que hemos leído, nos muestra el cuadro de lo que será en este tiempo final. El primer verso nos habla del día ardiente como un horno para los soberbios, para todos los que hacen maldad, dice... los cuales serán ¿qué? Estopa. Y dice: “Aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.” Esto nos está hablando del juicio divino que ha de venir sobre la raza humana durante el lapso de tiempo de la gran tribulación, que durará tres años y medio. La humanidad dice: “Hace cientos y miles de años que están hablando del fin del mundo y no llega.” En los días de Noé se habló del fin de aquella generación, y Noé estuvo predicando, anunciando ese fin de la humanidad por cien o ciento veinte años mientras construía el arca; y muchos se burlaban de Noé, porque pasaba un año, pasaban diez años, veinte años y nada sucedía, y podían decir: “Noé está loco.” Ya a los cincuenta años podían decir, o a los cincuenta años podían decir: “Ya lleva cincuenta años y Dios no ha destruido esta generación, no ha venido ningún diluvio.” Y en aquel tiempo no llovía (para colmo). Pero Dios dijo que iba a destruir la raza humana. Pero dice que Noé halló gracia delante de Él, porque Noé ofrecía a Dios el sacrificio de la expiación por sus pecados y por los pecados de su familia, y quedaban cubiertos sus pecados, y cuando Dios los miraba a ellos (a Noé y su familia), los veía sin pecados, porque estaban cubiertos con la sangre de esa expiación de esos animalitos que Noé sacrificaba. La humanidad estaba cerca de su destrucción y no lo sabía, porque científicamente no se podía pobrar; y para colmo no llovía, y Noé anunciando un diluvio de agua que iba a inundar el planeta Tierra; pero por cuanto fue Dios el que se reveló a Noé, y Noé halló gracia delante de Dios, Dios le mostró a Noé la forma de escapar de ese juicio divino, y Noé recibió la revelación divina de conseguir un arca en donde se iba a salvar él y su familia; la estuvo construyendo por cien años, o ciento veinte años, y la causa por la cual pasaban un año, diez años, veinte años, treinta años, cincuenta años, setenta años, noventa años, y no llegaba el diluvio, era porque la paciencia de Dios estaba extendida para Noé y su familia. Dios tenía paciencia, no con el mundo que iba a ser destruido, sino con Noé y su familia, porque Dios no puede destruir al justo con el injusto, porque Dios es el Juez de toda la Tierra, y es un Juez justo; por lo tanto el juicio es para los que violaron las leyes divinas. Como también en el poder judicial, el juicio y la sentencia de condenación es para los que violan las leyes terrenales; y Dios es el Juez no solamente del planeta Tierra sino del Universo completo. Dios es el Rey de los Cielos y de la Tierra, y Él es Rey, Juez y Sacerdote. Así es en el Reino de Dios: un Rey, Sacerdote y Juez. Y ahora, encontramos que Dios tiene Leyes establecidas y las ha comunicado a la raza humana y están aquí en la Biblia, y por consiguiente el ser humano está llamado a vivir conforme a esas Leyes divinas. Algún día tendrá que presentarse ante el Juez Supremo de los vivos y de los muertos, que es Jesucristo, porque Dios ha hecho a Jesús **Señor** y **Cristo**, y lo ha hecho Juez de los vivos y de los muertos; y por medio de Jesucristo es que Dios, el Juez del Universo, juzgará la raza humana. Por esa causa es que dice Dios en Su Palabra que no nos venguemos nosotros mismos, ¿por qué? porque Él es el Juez, y el Juez es el Vengador. Un juez lo que hace es traer la venganza sobre los que violan las leyes. Y eso es lo que Dios hizo en el tiempo de Noé y eso es lo que Dios hará en este tiempo final, y todo lo hará por medio de nuestro amado Señor Jesucristo. Dios no ha hecho nada en el pasado, ni está haciendo cosa alguna en el presente, ni hará cosa alguna en el futuro que no sea a través de Jesucristo; por ejemplo la Creación de los Cielos y de la Tierra de lo cual dice Génesis, capítulo 1: “*En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”* Luego en San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice: “*En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.* *Este era en el principio con Dios.* *Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”* Y ahora, ¿cómo es posible que por medio del Verbo Dios haya hecho todas las cosas? Y ahora, vamos a ver quién es el Verbo, en el verso 14 de este mismo capítulo de San Juan, dice: “*Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”* Y ahora, el Verbo se hizo carne y habitó en medio de la raza humana, en medio del pueblo hebreo, y fue conocido por el Nombre de Jesús, era nada menos que Jesucristo el Verbo encarnado, el instrumento a través del cual Dios creó los Cielos y la Tierra. Jesucristo antes de tener Su cuerpo de carne aquí en la Tierra, vean cómo Él era. De esto habló Cristo cuando dijo en San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58, dice: “*Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.* *Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?* *Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”* Por lo tanto, el pueblo hebreo estaba frente a un personaje que existía antes que Abraham, o sea, que Jesucristo no es cualquier persona. ¿Cómo era Jesucristo antes de Abraham y antes de Adán? Jesucristo era, es y será eternamente el Verbo, y el Verbo es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual le apareció a Moisés y lo envió a Egipto para libertar al pueblo hebreo. Por lo tanto, Jesucristo es el personaje más grande, más importante de la historia de la raza humana, es un hombre de otra dimensión llamado “el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová,” en el cual estaba, está y estará eternamente el Nombre de Dios. Por eso cuando Dios habla acerca de Su Ángel en Éxodo, capítulo 23, dice (capítulo 23, verso 20 en adelante): “*He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.* *Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.* *Porque mi Ángel irá delante de ti.”* Y ahora, el Nombre de Dios, ¿dónde dice aquí que está? En el Ángel de Jehová, el Ángel de Dios; por eso cuando el Ángel de Jehová le apareció a Moisés en el capítulo 3, y Moisés le preguntó cuál era Su Nombre, Él le dio por nombre cuatro consonantes, que son: Y H W H, pues ése es el Nombre de Dios. Ahora, cuando Jesús aparece en la Tierra, dice: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” Era el Ángel de Jehová encarnado, el Ángel de Jehová hecho hombre en esta dimensión terrenal, era Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros.” Por lo tanto, Jesucristo es la persona más importante que Dios tiene, no solamente en la Tierra sino en el Universo entero. Algunas personas se avergüenzan de Cristo, se están avergonzando de la persona más importante que ha pisado este planeta Tierra; y el cual actualmente está como Sumo Sacerdote, lo cual significa que está como Abogado ante Dios el Juez eterno, y está allí en el Trono de Dios como Abogado haciendo intercesión por toda persona que lo recibe como su único y suficiente Salvador. ¿Qué sucede cuando una persona recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador? Por cuanto Cristo es nuestro Abogado, dice la Escritura: “Si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre: a Jesucristo Su Hijo.” Él conoce las Leyes divinas, Él sabe cómo presentar el caso de cada persona al Juez Supremo de los Cielos y de la Tierra. Una persona que va a la corte para ser juzgado, no puede ir solo, necesita un abogado, el abogado conoce las leyes y sabe cómo defender a su cliente. Y usted y yo necesitamos un Abogado delante del Juez de los Cielos y de la Tierra, un Abogado que conozca las Leyes de ese Reino Celestial; porque usted no puede defenderse usted mismo ante el Juez Supremo de los Cielos y de la Tierra, y el que crea que se podrá defender solo, tendrá la desilusión que saldrá culpable ante el Juez Supremo de los Cielos y de la Tierra. “Si alguno ha pecado,” y la Escritura dice que todos tenemos pecado; por lo tanto todos necesitamos un buen Abogado. Recuerde que de ese juicio depende el futuro de todo ser humano. Unos saldrán culpables y la sentencia será muerte, y la segunda muerte en el lago de fuego, y nadie quiere dejar de existir; por eso necesitamos el mejor Abogado, y el mejor Abogado es Jesucristo, no hay otro abogado que pueda presentarse ante el Juez Supremo del Cielo para defendernos a nosotros. Ahora, cuando la persona escucha la predicación del Evangelio de Cristo y cree en Cristo de todo corazón porque nace la fe de Cristo en su alma, y da testimonio público de su fe en Cristo, y lo recibe como Salvador, y es bautizado en agua en Su Nombre arrepentido de sus pecados, Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado, lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento. Ahora, en términos legales ¿qué sucedió ahí? Lo primero: la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, Dios nos mira y nos ve sin pecado, toda la culpa nuestra desapareció, somos inocentes ante Dios. Lo otro: ¿Qué sucedió con esa persona? Por cuanto la persona al recibir a Cristo como Salvador muere al mundo, en una corte no puede ir un acusador a llevar un caso para acusar un muerto para que lo condenen. Y lo otro: La persona ya es una nueva persona, una nueva criatura con Vida eterna, ya su vida es eterna, y por consiguiente no hay ninguna condenación para los que están en Cristo. Por lo tanto, esas personas no tendrán que ir a ese juicio final, no hay nada en contra de esas personas, gracias al mejor Abogado: nuestro amado Señor Jesucristo. Y ahora, Cristo todavía está como Sumo Sacerdote en el Cielo haciendo intercesión con Su propia Sangre y haciendo esa labor, en donde la persona queda libre de sus pecados, y por consiguiente libre de ir al juicio final. Luego que Cristo complete su labor de Sumo Sacerdote, lo cual es Abogado, así como el sumo sacerdote en medio del pueblo hebreo el día diez del mes séptimo sacrificaba el macho cabrío de la expiación y llevaba la sangre al lugar santísimo, y allí intercedía por el pueblo con la sangre de la expiación. Cristo en el Cielo como Sumo Sacerdote muestra a Dios el Padre que Él murió por los pecados de esas personas, y que Su Sangre derramada los ha limpiado de todo pecado; por lo tanto están justificados ante Dios, no tienen pecado ante Dios, quedan libres, están libres y han recibido Vida eterna. Ahora, Cristo ha estado haciendo esta labor y ha estado reconciliándonos con Dios, como lo hacía el sumo sacerdote en el templo allá en el Antiguo Testamento en medio del pueblo hebreo, cuando el sumo sacerdote salía del lugar santísimo ya por última vez salía, quedaban reconciliados, perdonados y reconciliados todos los que se habían arrepentido de sus pecados y habían pedido perdón a Dios, y creyeron en ese sacrificio de expiación, y tenían el derecho y privilegio de vivir un año más. ¿Por qué un año más? Porque los sacrificios de animales no son perfectos porque los animales no tienen alma, pero aquello era tipo y figura del Sacrificio Perfecto que sería realizado por el Mesías Príncipe: nuestro amado Señor Jesucristo. Ahora, el Sacrificio de Cristo no cubre el pecado sino que quita el pecado, la Sangre de Cristo y nos reconcilia con Dios para toda la eternidad, con un solo Sacrificio. Y desde la muerte de Cristo hacia acá se abrió el ciclo divino del día de la expiación, el día de la reconciliación del ser humano con Dios. Y toda persona que arrepentido de sus pecados ha recibido a Cristo, ha obtenido el perdón de sus pecados y ha recibido la Vida eterna para poder vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Los que no lo hicieran en el tiempo que les tocó vivir ya se les pasó el tiempo, todavía para los que estamos vivos estamos en el tiempo del Día de la Expiación, estamos en el tiempo aceptable delante de Dios, en el día de salvación, el tiempo aceptable, en donde Dios acepta a toda persona que recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador, lo acepta en Su Reino eterno, y por consiguiente en la Vida eterna, y así la persona ha confirmado su lugar en la Vida eterna para vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. Ha quedado la persona reconciliada con Dios, y no hay nada en contra de esa persona delante del Juez de toda la Tierra. No hay nada en la Corte Celestial en contra de esa persona, está reconciliada con Dios y ya esa persona confirmó su lugar en el Reino eterno de Cristo para vivir eternamente con Jesucristo. Jesucristo está tan joven como cuando se fue, ¿por qué? Porque tiene un cuerpo glorificado. Esa clase de cuerpo glorificado es que Cristo va a dar a cada creyente en Él para que pueda vivir eternamente. Lo que parece quizás científicamente algo extraño, como un cuento de hadas, pero no es así, Cristo resucitó glorificado para nunca más morir, y Él es la primicia de la resurrección. Por lo tanto, los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos glorificados y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados y vamos a tener un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado y joven para toda la eternidad, representará de 18 a 21 años de edad, ese cuerpo es un cuerpo en la flor de la juventud. Y así es como hemos de entrar físicamente a la Vida eterna, a la inmortalidad; por lo tanto, podemos ver que todos los seres humanos necesitamos a Jesucristo, el Sol de Justicia, sin Él el ser humano está perdido y no tiene esperanza de volver a vivir, pero con Cristo hay una esperanza viva acá en el alma del creyente en Cristo, que aunque muera físicamente volverá a vivir, pero en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado. Por lo tanto, obtendremos la inmortalidad física también. Ya nuestra alma tiene Vida eterna, tiene inmortalidad, pero nos falta la inmortalidad física para poder vivir con Cristo en Su Reino eterno. Y ahora, el Señor Jesucristo, el Sol de Justicia, es el que ha estado haciendo todo esto, para que nosotros podamos vivir eternamente. Pero cuando termine el Día de Expiación, el Día de la salvación, que es la Dispensación de la Gracia, entonces Cristo se levanta del Trono, ha terminado entonces sus labores como Sumo Sacerdote, como Abogado delante del Padre, delante del Juez Supremo, y entonces tomará el Título de Propiedad, que es el Libro de la Vida del Cordero, el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo, reclamará a todos los que Él ha redimido con Su Sangre, a todos los que Él ha redimido como Salvador. ¿Qué significa que los redimirá, que hará esa Obra de Reclamo? La Redención del cuerpo es nuestra transformación, en donde obtendremos la inmortalidad como Cristo tiene un cuerpo inmortal. Recibiremos esta bendición del Cielo para luego ir con Jesucristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Algunas personas pueden pensar: “Yo no sé si eso es así, pero la Biblia lo dice.” Usted, si no lo cree, pues escogió no creerlo y usted no sabe hacia dónde va después que se muere, pero el creyente en Cristo sabe que va al Paraíso y que va a vivir con Cristo por toda la eternidad en Su Reino con un cuerpo inmortal. Por eso fue que Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso. Es un asunto de fe, de creer en Cristo para obtener las salvación y Vida eterna, y es un asunto de no creer en Cristo para ser condenado y echado en el lago de fuego y dejar de existir. El lago de fuego es la segunda muerte, pero nadie quiere dejar de existir. En el interior del ser humano hay dos deseos: el deseo de vivir y el deseo de morir, y las personas sienten ese deseo, algunas veces sienten el deseo de morir en algunas ocasiones cuando tienen problemas, algunos dicen que desearían morirse, y cuando están muy contentos desean vivir, desean vivir muchos años en esa condición que les trae alegría. Ahora, la persona tiene el deseo de vivir eternamente. Por eso es que los conquistadores españoles estaban buscando la fuente de la juventud, y no se dieron cuenta que la fuente de la juventud es Jesucristo, esa es la fuente de la juventud eterna y de la Vida eterna. Por lo tanto, Jesucristo es la única esperanza para el ser humano. Ahora, llegará un tiempo en que ya Cristo no estará como Sumo Sacerdote en el Cielo, no estará como Abogado por los seres humanos sino que estará como Juez. Y cuando Él esté como Juez, Él es el Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra, y entonces es que traerá el juicio a la raza humana, entonces es que juzgará a los que no le recibieron como Salvador y traerá el juicio en donde nos muestra la lectura que tuvimos al principio, que será el día ardiente como un horno. Para ese tiempo que está señalado como la gran tribulación que durará tres años y medio, cuando comience tendrá una duración de tres años y medio, en ese tiempo la radioactividad se va a desatar con una tercera guerra mundial, y también los volcanes entrarán en erupción todos, y todo eso es parte del juicio divino sobre la humanidad que despreció el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Ya Cristo estará como Juez; aunque las personas quieran arrepentirse, ya no habrá oportunidad, ya se les hizo demasiado de tarde para buscar Misericordia, durante la gran tribulación no habrá Misericordia, será juicio sin Misericordia. Por lo tanto, le conviene a todo ser humano buscar a Jesucristo el Sol de Justicia mientras Él está como Sumo Sacerdote en el Cielo y como nuestro Abogado para interceder por nosotros ante el Padre, el Juez Supremo de los Cielos y de la Tierra. Por lo tanto, queremos a Cristo primero como Sumo Sacerdote y como nuestro Abogado, para obtener Misericordia; y después ya cuando venga como Juez y como Rey de reyes y Señor de señores, ya no tendremos ningún problema porque ya estaremos transformados y no hay nada en contra de nosotros. Toda persona que ha recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador tiene la bendición de que la misericordia de Dios ha sido extendida sobre usted, y ha quedado absuelto ante el Trono de Dios en el Cielo. Por lo tanto, es importante que busquemos en nuestro tiempo, en el tiempo que vivimos, busquemos la misericordia de Dios a través de Jesucristo nuestro Salvador, para poder quedar libres y no recibir ninguna condenación. “Si alguno está en Cristo nueva criatura es,” dice la Escritura. Todo eso lo hace Cristo defendiendo nuestro caso ante el Juez Supremo de los Cielos y de la Tierra. Todos los que han recibido a Cristo como Salvador arrepentidos de sus pecados y han pedido perdón a Cristo por sus pecados y han sido bautizados en agua en Su Nombre y Cristo les ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, han recibido el nuevo nacimiento, han nacido del Agua y del Espíritu y han entrado al Reino de Dios, y por consiguiente son nuevas criaturas, tienen Vida eterna. Su ciudadanía es del Cielo, Celestial porque el nuevo nacimiento es del Cielo, por lo tanto han quedado asegurados en el Reino de Cristo para vivir eternamente. Tan simple como eso. Cristo el Sol de Justicia ha hecho ese milagro para nosotros. A través de diferentes Escrituras, encontramos a Cristo con Su rostro como el Sol, por ejemplo en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 1, y también, capítulo 1, verso 16; y Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, porque ahí está mostrando la Segunda Venida de Cristo como Juez y como Rey. Ahora, hemos visto que Jesucristo es el Sol de Justicia, por lo tanto, Él hará justicia para todos los seres humanos. Es importante que estemos seguros de que cuando Cristo deje Su labor de Sumo Sacerdote y de Abogado en el Cielo, y se convierta en el Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra, tenemos que estar seguros de que ya hemos resuelto nuestra situación con Dios, de que ya hemos encomendado a Jesucristo nuestro caso, para que Él nos liberte, para salir libres y poder vivir eternamente. Por lo tanto, si alguna persona todavía no ha colocado en las manos de Jesucristo su caso, no ha recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador, como su único y suficiente Sumo Sacerdote, como su único y suficiente Abogado, porque no hay otro que lo pueda defender ante el Trono de Dios. Si todavía usted no se ha asegurado de eso, y en esta ocasión al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo nació la fe de Cristo en su alma y cree en Cristo de todo corazón, y todavía no ha venido a los Pies de Cristo, puede hacerlo en esta noche, yo oraré por usted para que Cristo lo reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, y sea bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así usted obtenga el nuevo nacimiento, nazca del Agua y del Espíritu y obtenga la Vida eterna, y así usted tenga asegurado su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. Recuerde que la oportunidad para hacerlo es mientras usted está vivo, cuando usted muere ya se le terminó el tiempo, y usted no sabe cuántos días o minutos le quedan de vida, porque nadie sabe cuánto tiempo va a vivir en este planeta Tierra en estos cuerpos mortales. Por lo tanto, lo primero que toda persona tiene que hacer en su vida es asegurar su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. Cristo dijo: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su padre con Sus Ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.” ¿Ven? Cristo como Juez vendrá para pagar a cada uno conforme a sus obras, ya no habrá Misericordia sino que estará como Juez. También dice: “¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Con dinero usted no puede comprar la salvación. Cristo es un Juez justo y no va a permitir que alguien le ofrezca dinero para comprar la salvación, ya Él la compro para nosotros en la Cruz del Calvario, es de esa forma la salvación para todo ser humano porque no hay otra forma, Él murió por nosotros, buscar otra forma es menospreciar y tener por inmunda la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, si no hay otra forma, tenemos que escoger ¿cuál? La forma de Dios. Esa es la correcta y ésa es la que nos llevará a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Y tenemos que asegurar ese futuro eterno lo más pronto posible, porque nadie sabe si mañana va a amanecer vivo. Por lo tanto, hay que asegurar el futuro eterno y lo tiene que hacer cada persona como individuo, y lo tiene que hacer con Jesucristo el Sol de Justicia, Jesucristo, el Hijo de Dios, el Hombre más grande que ha pisado este planeta Tierra. Y para que tengan una idea más clara de Cristo: el heredero de los Cielos y de la Tierra; y si la persona no recibe al heredero de los Cielos y de la Tierra, ¿cómo va a esperar vivir eternamente? Si no recibió al heredero pues no puede vivir en la herencia de Jesucristo el heredero de Dios, el heredero de los Cielos y de la Tierra. Así que tenemos que tener asegurado nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. Si usted no lo ha hecho todavía, puede hacerlo en estos momentos y yo oraré por usted, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado y sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Jesucristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en usted el nuevo nacimiento, y quede resuelto el caso suyo ante la presencia de Dios. Voy a dar unos minutos para que puedan venir a los Pies de Cristo los que han escuchado y nació la fe de Cristo en su alma y creyeron en Cristo de todo corazón, y yo oraré por ustedes dentro de algunos minutos. También los que están en otras naciones a través de internet o del satélite, pueden también venir a los Pies de Cristo en estos momentos, para asegurar su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Vamos a dar unos minutos, para que así tengan la oportunidad de venir a los Pies de Cristo. Cristo dijo en San Mateo, capítulo 16, y también en San Marcos... vamos a ver lo que nos dice en San Marcos, capítulo 8, verso 38, dice, vamos a leerlo completo, capítulo 8, verso 36 al 38, dice: “*Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?* *¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?* *Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”* Y ahora, el que se avergüence de Cristo aquí en la Tierra delante de la demás personas, Cristo se avergonzará de él en Su Segunda Venida; y delante de los Ángeles de Dios también se avergonzará. Si le damos la espalda a Cristo, Él nos dará la espalda en Su Segunda Venida. Ahora, en San Mateo, capítulo 10, verso 32 al 33, dice: “*A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.”* El que confiesa a Cristo públicamente como su único y suficiente Salvador, Cristo le confiesa delante del Padre Celestial; y el Padre Celestial le da la entrada a Su Reino eterno y por consiguiente a la Vida eterna. “*Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”* ¿Ven? Aquí también nos habla de los que nieguen a Cristo: serán negados por Jesucristo delante del Padre Celestial; pero nadie quiere que Jesucristo lo niegue delante del Padre Celestial. Todos queremos que Cristo nos confiese delante del Padre Celestial y que el Padre Celestial nos dé la entrada a Su Reino eterno para vivir eternamente, porque el deseo de nuestra alma es vivir eternamente. Ese deseo de vivir eternamente se refleja diariamente en la vida de los seres humanos. Vean, las personas cuando se van poniendo avanzados en edad buscan algunas cosas para verse más jóvenes: las mujeres compran sus maquillajes, y cosas así para verse mejor; y los hombres ya también se cuidan y buscan alguna forma para verse mejor, porque todos queremos vernos lo más jóvenes posibles; nadie se quiere ver ancianito. Y si la ciencia llega a descubrir algún producto que restaure al ser humano y que lo regenere a tal grado que una persona que tenga setenta años, al usar ese producto se recupere y quede como de veinte o treinta años, las farmacéuticas y las farmacias, y los consultorios médicos estarían llenos de pacientes; porque nadie quiere ponerse viejo y nadie quiere morir. Miren, también cuando nuestros familiares o cualquiera de nosotros tiene algún problema de salud, pues va al médico porque no se quiere morir, si se quisiera morir no iría al médico. Aun cuando familiares nuestros están en estado de coma, le colocan máquinas para que les alarguen los días de vida, y algunos hijos no quieren que le quiten las máquinas, ¿por qué? Porque quieren que sus familiares continúen viviendo. Todo eso muestra que hay acá en el alma un deseo de continuar viviendo; y si podemos continuar viviendo eternamente, pues mucho mejor. Si algún científico descubre algún producto que nos dé cien años más de vida, todos lo comprarían; y si hay otro científico que luego descubre un producto que les dé mil años de vida a las personas, todo el mundo lo compraría, y los ricos dirían: “Yo doy todo lo que tengo por ese producto.” ¿Por qué? Dice: “Si yo en menos de cien años me he convertido en una persona rica, cómo será viviendo mil años; ya sé cómo trabajar para hacer el dinero.” Por lo tanto, daría todo lo que tiene. Pero Cristo dice: “¿Qué recompensa dará al hombre por su alma?” No hay recompensa que usted pueda dar por la salvación de su alma, solamente hay una forma establecida por Dios y es a través de Jesucristo, el Sol de Justicia, Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, que es el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados. Porque lo que hizo que el ser humano perdiera la Vida eterna fue el pecado, y si Cristo, el Segundo Adán quita el pecado, pues entonces viviremos eternamente. Por lo tanto, no hay ningún producto químico que la ciencia haya descubierto que pueda quitar los pecados del ser humano, que es la causa de la muerte. Solamente hay un producto y es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. La Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado, ¿para qué? Para que podamos vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno. Pero, ¿y por qué luego de recibir a Cristo nuestro cuerpo físico muere a cierta edad? Porque el cuerpo físico es mortal, corruptible y temporal, porque lo obtuvimos de una raza que murió a la Vida eterna; pero Cristo nos dará un nuevo cuerpo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado para vivir con Él en Su Reino, será un cuerpo como el cuerpo glorificado que Jesucristo tiene, el cual está tan joven como cuando Él se fue al Cielo dos mil años atrás. Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por todos los que están viniendo a los Pies de Cristo aquí en Bogotá, República de Colombia. Los niños de diez años en adelante, por cuanto tienen ya conciencia del bien y del mal pueden venir también a los Pies de Cristo. Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también, Él dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.” También Él dijo que el que no sea como un niño, no entrará al Reino de Dios. ¿Y cómo podemos ser como un niño? Pues naciendo de nuevo. Usted nace como un niño, como un bebé en el Reino de Cristo. Cristo tiene muchos hijos e hijas aquí en Bogotá y también en toda la República de Colombia, y los está llamando y el Reino de Cristo se está llenando de colombianos, por lo tanto hay una representación grande de colombianos en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Es Cristo, como les dije, la persona más grande, más importante, les dije que si una persona descubre un producto que le de cien o mil años más de vida a la persona, estarían los miles o millones de personas en fila esperando su turno para comprar ese producto. Y qué si un hombre dice: “Yo he descubierto el secreto de la Vida eterna para todo el que quiera vivir eternamente.” Estarían las calles llenas de personas buscando ese producto, dirían: “El trabajo, siempre va a haber trabajo, pero esto, esto no lo vamos a tener siempre, por lo tanto si obtengo la Vida eterna voy a tener bastante tiempo para trabajar, un día o dos que pierda de trabajo no es nada, voy a tener millones, y millones y millones de años para trabajar y no se me van a acabar los millones de años, por lo tanto esto es primero.” Pues Cristo dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas serán añadidas.” ¿Para qué buscar el Reino de Dios? Para entrar al Reino de Dios y por consiguiente obtener la Vida eterna. ¿Y quién es el hombre que ha descubierto la Vida eterna y la otorga para las personas y cuánto hay que pagar? La persona se llama el Señor Jesucristo, y usted no tendría dinero con el cual comprar no la Vida eterna sino cien años más de vida. Busque a todos los millonarios a ver si han podido comprar cien año más de vida, ninguno ha podido aun con todos los millones que han tenido, y cuando han muerto no se han podido llevar sus millones de dólares o de lo que sea, sus riquezas no se la han podido llevar para el lugar donde fueron. “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y pierde su alma?” Lo más importante del ser humano es su alma. El ser humano es alma viviente, por lo tanto el ser humano es alma, espíritu y cuerpo, y lo más importante es su alma. Por lo tanto, tenemos que asegurar lo más importante, que es nuestra alma, con Cristo en Su Reino eterno. Y ahora, el hombre que ha descubierto la Vida eterna para todos los seres humanos y la otorga gratuitamente, porque ninguna persona tiene con qué comprarla, Cristo ya pagó el precio de la salvación para que todos tengamos Vida eterna, ¿con qué? Con Su muerte en la Cruz del Calvario. Y ahora, la otorga gratuitamente para todos aquellos que escuchan estas buenas noticias de que hay Vida eterna, y que es Jesucristo el que la ha descubierto, la ha dado a conocer, la ha traído a la luz. “Para que todo aquel que en Él crea no se pierda mas tenga Vida eterna.” Por lo tanto, lo que vemos en las actividades en donde se predica el Evangelio de Cristo, y se da la oportunidad a las personas que vengan a los Pies de Cristo ¿qué es? Las personas haciendo fila, vienen en fila, ¿para qué? Para buscar y recibir de Cristo la Vida eterna. No hay otro lugar donde usted la pueda conseguir, solamente en Jesucristo, Él es el Árbol de la Vida eterna, Él es la fuente del Agua de la Vida eterna. Por eso es que a través de la historia del cristianismo, millones de personas han estado viniendo a los Pies de Cristo, han estado haciendo fila ¿para qué? Para buscar la Vida eterna que Cristo les ofrece gratuitamente. Lo que les dije: Si una persona descubre un producto para que puedan vivir cien años más, estarían en fila, estarían buscando a esa persona, se llenaría el patio de la casa de esa persona y la ciudad también (donde vive esa persona), y si hay uno que descubre cómo vivir mil años más, no solamente se llena la ciudad sino que se llena el país completo, haría buen turismo el gobierno. Pero hay UNO que descubrió la Vida eterna, y por eso por millones de seres humanos han estado viniendo a los Pies de Cristo en todos los tiempos del cristianismo; de Cristo hacia acá millones de seres humanos han estado viniendo a Cristo para que les dé la Vida eterna, y así asegurar que vivirán eternamente con Cristo en Su Reino eterno. Si falta alguna persona todavía por venir a los Pies de Cristo para asegurar su futuro eterno, para obtener la Vida eterna puede venir para que quede incluido en esta oración que estaré haciendo dentro de algunos segundos; también los que están en otras naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Recuerden que es un asunto de Vida eterna, Vida eterna es lo que recibimos al recibir a Cristo, el cual es la Vida eterna. Dice en Primera de Juan, capítulo 5, palabras muy adecuadas para este momento. Vean aquí dice Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 al 13: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”* ¿Dónde está la Vida eterna? En Jesucristo, por eso es que el llamado es venir a los Pies de Cristo para recibirlo como nuestro único y suficiente Salvador, para que Él perdone nuestros pecados y con Su Sangre nos limpie de todo pecado, seamos bautizados en agua en Su Nombre y Él nos bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en nosotros el nuevo nacimiento, y así obtengamos la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. El Reino de Cristo es el único Reino eterno, este reino terrenal, vimos en la lectura que tuvimos al principio, que pasará por fuego atómico y volcánico, los volcanes entrarán en erupción también y habrá una situación muy difícil en medio de la raza humana. Pero teniendo asegurado nuestro futuro eterno no hay ningún problema, después que la persona tiene su futuro eterno asegurado, aunque muera ese mismo día, no tiene ningún problema, va al Paraíso a vivir en un cuerpo angelical, y allí espera con todos los santos de las diferentes etapas de la Iglesia, espera en ese lugar glorioso hasta que Cristo complete Su Iglesia y luego serán resucitados en cuerpos glorificados y eternos, y los que estemos vivos seremos transformados, y entonces tendremos la inmortalidad física para vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Si falta alguno por venir a los Pies de Cristo para dar testimonio público de su fe en Cristo puede hacerlo, puede venir dando testimonio público de su fe en Cristo. Los que están también en otras naciones, también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo, los que están en diferentes iglesias y diferentes auditorios y diferentes lugares pueden venir a los Pies de Cristo también. Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si queda alguno que haya sido tímido, que tuvo timidez y se avergüenza de que lo vean pasar al frente para recibir a Cristo, para recibir a la persona más importante, a la persona que nos da la Vida eterna, recuerden Cristo dice: “Yo me avergonzaré de él.” Diga: “Yo he escuchado la Palabra, el Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma, creo en Cristo de todo corazón, y me levanto y paso al frente, y doy testimonio público de su fe en Cristo y lo recibo como mi único y suficiente Salvador, pues yo quiero vivir eternamente con Cristo en Su Reino, quiero asegurar mi futuro eterno con Jesucristo.” Ninguna otra persona nos puede asegurar nuestro futuro eterno, solamente Jesucristo. Vamos a estar puestos en pie todos para orar ya por las personas que han venido a los Pies de nuestro amado Señor Jesucristo, han venido a los Pies de Jesucristo, el Sol de Justicia. Jesucristo, el Sol de Justicia les ha llamado directamente a vuestra alma. Y San Pablo dijo: “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcáis vuestro corazón.” Y usted abrió su corazón para recibir a Cristo en esta ocasión. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo y vamos a orar, los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos aquí en Bogotá, Colombia, y también en las demás naciones. Repitan conmigo esta oración, con nuestros ojos cerrados, repitan conmigo: ***Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; reconozco que soy pecador, reconozco que necesito un Salvador y creo de todo corazón que Tú eres mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, Ten Misericordia de mí, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. Te ruego produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino.*** ***En Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo y nació la fe de Cristo en vuestra alma y creyeron en Cristo y le recibieron como vuestro único y suficiente Salvador, pues Él dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Ustedes han creído de todo corazón y me dirán: “Pero todavía me falta ser bautizado en agua el Nombre del Señor Jesucristo. Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible y por consiguiente, ¿cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes también en el Reino de Cristo viviendo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Y ahora, por cuanto han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Para lo cual pregunto al Doctor Camilo Montoya Reyes si hay agua aquí: Hay agua, hay bautisterios en la parte de atrás. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores de ropas también para cambiarse de ropas, para colocarse las ropas bautismales? También hay. ¿Hay personas que les ayudarán? También hay personas que les ayudará. ¿Y también cuidarán de sus ropas? También. ¿Y ministros que les bautizarán? Hay bautistas allá que les bautizarán. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nazcan a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador, que es Jesucristo el Sol de Justicia.*** Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: **“JESUCRISTO, EL SOL DE JUSTICIA.”** Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Con nosotros nuevamente el Doctor Camilo Montoya Reyes, para indicarles hacia dónde caminar para cambiarse de ropas y colocarse las ropas bautismales, y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les continúe bendiciendo a todos. “**JESUCRISTO, EL SOL DE JUSTICIA.”**