--- title: 'Viendo el Cielo abierto' date: 2005-05-03 activity: 1 place: city: Valparaíso state: Región de Valparaíso country: CL duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual leemos en Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 16, donde nos dice: “*Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.* *Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.* *Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.* *Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.* *De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.* *Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“VIENDO EL CIELO ABIERTO.”** Tomamos ese tema del verso 11 de este mismo capítulo 19, que dice: *“Entonces vi el cielo abierto.”* “**VIENDO EL CIELO ABIERTO.”** A través de la Escritura encontramos que hubo personas que en sueños o en visiones (estando ellos despiertos) vieron el Cielo abierto. Tenemos al patriarca Jacob, el cual en una ocasión en que iba huyendo de su hermanos Esaú, vio el Cielo abierto, pero en sueño, cuando en el capítulo 28 del Génesis, versos 10 en adelante, dice: “*Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.* *Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.* *Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.* *Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.* *Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.* *He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.* *Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.* *Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.”* No es otra cosa sino Casa de Dios, y Puerta del Cielo. Él vio por consiguiente allí el Cielo abierto, vio una escalera, Ángeles de Dios subiendo y bajando por esa escalera, y en la parte alta de la escalera vio a Dios, estuvo viendo el Cielo abierto. Y ahora, encontramos que luego Cristo en San Juan, capítulo 1, nos habla en estos términos también. San Juan, capítulo 1, verso (cuando le contesta) 47 en adelante (esto fue cuando Natanael fue a ver a Jesús), dice: “*Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.* *Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.* *Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.* *Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.* *Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.”* Y ahora, Cristo señala que va a ser visto el Cielo abierto y van a ver a los Ángeles de Dios que suben y bajan, suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. Lo mismo que vio Jacob allá en su sueño, ahora Cristo les está diciendo que eso va a ser visto por los creyentes en Él. Y ahora, ¿cómo es que va a ser visto todo esto por los creyentes? ¿Cómo es que van a ver el Cielo abierto? Encontramos que siendo que en el tabernáculo que construyó el Profeta Moisés estaba reflejado el Cielo, porque allí todas las cosas que estaban incluyendo el mismo tabernáculo era la sombra, el tipo y figura del Templo Celestial; y por consiguiente todas las cosas que allí estaban, representaban algo de las cosas que están en el Cielo, cada una de esas cosas. Vean aquí San Pablo en Hebreos, capítulo 9, versos 18 en adelante, dice: “*De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.* *Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,* *diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.* *Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.* *Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.* *Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así.”* Vean, todas aquellas cosas que estaban en el tabernáculo, en el mismo tabernáculo son todas esas cosas, las figuras de las cosas celestiales, las figuras de las cosas que están en el Cielo; por lo tanto, los que vieron el tabernáculo que construyó Moisés y las cosas que estaban en ese tabernáculo, estaban viendo el Cielo abierto pero en símbolos, estaban viendo los símbolos de las cosas celestiales. Jacob vio en sueños el Cielo abierto, y luego ahora Cristo dice que de aquel tiempo en adelante van a ver el Cielo abierto. Y ahora, encontramos que en aquellos días en que Jesucristo estaba en la Tierra, Él dijo: “Nadie subió al Cielo sino el que descendió del Cielo, el Hijo del Hombre que está en el Cielo.” Allí estaba el Cielo abierto, porque ahí estaba el personaje más importante del Cielo que es Jesucristo, el Hijo de Dios. Y ahora, veamos aquí: “*Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así.”* O sea, fuesen purificadas con la sangre de aquellos sacrificios que fueron hechos por Moisés cuando dedicó el templo a Dios. “*...pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.”* Y ahora, las cosas celestiales van a ser purificadas con un Sacrificio mejor, las cosas del Cielo van a ser purificadas con un Sacrificio mejor, y ese Sacrificio mejor es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; y las cosas celestiales, vean ahí todas esas cosas celestiales y esas personas que están representadas aquí en estos símbolos o en estas cosas terrenales: en el tabernáculo que construyó Moisés y luego en el templo que construyó el rey Salomón, allí están representados todos los escogidos de Dios, allí está representado el Templo de Dios con todos los hijos e hijas de Dios. O sea, que estábamos representados en el tabernáculo que construyó Moisés y en el templo que construyó el rey Salomón. Por eso encontramos, por ejemplo que el candelabro con sus siete lámparas encendidas representa a la Iglesia del Señor Jesucristo durante las siete etapas o edades de la Iglesia con sus siete Mensajeros. ¿Ven? Se ha estado materializando en la Tierra el Cielo, se ha estado manifestando el Cielo aquí en la Tierra, el Cielo ha estado abierto. Encontramos, por ejemplo las siete etapas o edades de la Iglesia, corresponde al Lugar Santo. Vean, el Lugar Santo ha estado abierto y se ha estado materializando aquí en la Tierra en la Iglesia del Señor Jesucristo, y han estado siendo purificados con la Sangre de Cristo todas estas personas correspondientes al Lugar Santo del Templo Espiritual de Cristo. Han estado viendo las personas la escalera que vio Jacob, pero ya no en sueño sino en una realidad, con los Ángeles de Dios subiendo y bajando por esa escalera. Esos son los escogidos de Dios que suben por esa escalera, suben a través de las diferentes etapas de la Iglesia, a través de las diferentes edades; y por eso es que esas diferentes edades todo eso está en forma de una escalera, de una edad a otra, es como una escalera. Y ahora, encontramos que el Cielo ha estado abierto y han estado manifestándose en la Iglesia de Jesucristo todas las cosas celestiales, los escogidos de Dios. Por eso Pablo dice: “Nuestra ciudadanía está (¿dónde?) En los Cielos.” Somos ciudadanos celestiales, pero hemos venido aquí a la Tierra para subir por esa escalera, para subir por la Iglesia; y para subir por la Iglesia hay que entrar a la Iglesia y para entrar hay que entrar por la Puerta, que es Cristo. ¿Ven? Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo es un Templo Espiritual, un Templo compuesto por seres humanos creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo. Y ahora, el Cielo ha estado abierto y tenemos que de edad en edad Dios ha enviado un Mensajero a la Tierra, el cual ha recibido la revelación divina y la ha proclamado, y han sido llamados los escogidos de cada edad y han sido colocados ¿dónde? En la Iglesia del Señor Jesucristo, en la etapa del Lugar Santo, en donde se ha estado materializando el Cielo durante esas siete etapas o edades de la Iglesia. Y luego de las siete edades subimos más arriba: a la Edad de la Piedra Angular. Esa Edad de la Piedra Angular corresponde al Lugar Santísimo del Templo Celestial, por lo tanto todo lo que está en el Templo Celestial allá en el Lugar Santísimo se materializará en la Edad de la Piedra Angular; y ahí está el misterio grande de la Edad de la Piedra Angular, de la etapa final de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, esta es la etapa más importante de la Iglesia del Señor Jesucristo en donde en la Iglesia del Señor Jesucristo se ha abierto esa etapa celestial. Así como se abrió la etapa del Lugar Santo del Templo Espiritual de Cristo en donde las cosas del Lugar Santo se estuvieron manifestando. Ahora, las cosas del Lugar Santísimo se están manifestando en la Iglesia del Señor Jesucristo, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; por lo tanto, en la Edad de la Piedra Angular son llamados los escogidos para formar el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo. Esas personas son las que tienen la bendición más grande de todas las bendiciones que Cristo tiene para Sus escogidos. Y ahora, estamos viendo el Cielo abierto, estamos viendo la etapa del Lugar Santísimo de la Iglesia de Jesucristo, la etapa del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, en donde el Cielo, la parte del Lugar Santísimo, del Templo Celestial está materializándose en la Tierra, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, estamos viendo el Cielo abierto materializándose en la Iglesia del Señor Jesucristo. Ese mismo orden estará establecido en el Reino Milenial de Cristo y por toda la eternidad. Por lo tanto, la Edad de la Piedra Angular es la edad en donde están las grandes bendiciones de Dios a través de Cristo para mí. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también. Y Él está llamando a todos Sus escogidos que pertenecen a la etapa del Lugar Santísimo del Templo Celestial que se materializa en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular. Ya yo fui llamado y estoy en la Edad de la Piedra Angular desde hace años, porque ése es el lugar que me corresponde de acuerdo al Programa Divino. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha respondido al llamado de Cristo en etapas pasadas, y está escuchando en esta ocasión, en esta noche, aquí en Valparaíso, República de Chile, o en alguna otra nación a través de internet o del satélite, o de algún otro medio de comunicación, Cristo te está llamando. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, pues si estás escuchando es porque tu nombre está en el Cielo escrito. Cristo te ha traído para que escuches la predicación de Su Evangelio y comprendas que Él vino a la Tierra, y murió por cada uno de nosotros en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, para así poder colocarnos en Su Iglesia y obtener nosotros la bendición celestial, y entrar así a ese Templo Espiritual que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, Cristo está llamando Sus últimos escogidos que corresponden a la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo donde Cristo está materializando en Su Iglesia las cosas que están en el Lugar Santísimo del Templo Celestial. Ya has escuchado la Voz de Cristo en la predicación del Evangelio de Cristo en estos momentos y por consiguiente ha nacido la fe de Cristo en tu alma, pues la fe viene por el oír la Palabra de Dios. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Por lo tanto, ya ha nacido la fe de Cristo en tu alma en tu corazón, ya estás creyendo en Cristo de todo corazón, ya crees en la Primera Venida de Cristo, crees en la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por tus pecados y ahora te corresponde dar testimonio público de tu fe en Cristo recibiendo a Cristo como tu único y suficiente Salvador para que obtengas la salvación de Tu alma y obtengas la Vida eterna y seas colocado en Su Reino, Su Iglesia. Por lo tanto, tienes ahora la oportunidad, privilegio y derecho a dar testimonio público de tu fe en Cristo. El Cielo está abierto, y ver que tú eres un escogido de Dios, una persona que ha sido enviada a la Tierra para creer en Cristo y recibirlo como tu único y suficiente Salvador, eso es estar viendo el Cielo abierto, estar viendo el Cielo abierto materializándose en la Iglesia del Señor Jesucristo para entrar en la Iglesia del Señor Jesucristo por medio de nacer del Agua y del Espíritu. Cristo dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede ver el Reino de Dios.” ¿Ven? Pero ahora estás viendo al Cielo abierto y ahora puedes entrar al Reino de Dios ¿cómo? Naciendo del Agua y del Espíritu, Cristo dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su Justicia.” ¿Y para qué buscar el Reino de Dios y Su justicia? Para entrar ahí y obtener la Vida eterna, y ser colocados por consiguiente en la Iglesia del Señor Jesucristo que es Su Templo Espiritual. Y ahora, has visto el Cielo abierto, el Cielo se está materializando en la Iglesia del Señor Jesucristo. Estamos viendo el Cielo abierto al ver la Iglesia del Señor Jesucristo y ver la etapa que estamos viviendo. Estamos viendo el Cielo abierto; estuvo abierto el cielo en la etapa del Lugar Santo y ahora se ha abierto también la parte del Lugar Santísimo, que es la Edad de la Piedra Angular, donde el Lugar Santísimo del Templo Celestial se está materializando, se está haciendo una realidad en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, puedes venir a los Pies de Cristo en estos momentos y yo oraré por usted, oraré por ti para que Cristo te reciba en Su Reino, te perdone y con Su Sangre te limpie de todo pecado. Vamos a dar unos minutos en lo que los que han escuchado la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo y han creído, porque nació la fe de Cristo en su alma, puedan venir dando testimonio público de su fe en Cristo y yo oraré por ustedes en esta ocasión. También por los que están en otras naciones a través de internet o del satélite, oraré por todos los que vengan a los Pies de Cristo en estos momentos, porque también tienen la oportunidad de venir dando testimonio de vuestra fe en Cristo recibiendo a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Vamos a dar unos minutos en lo que vienen a los Pies de Cristo dando testimonio público de su fe en Cristo las personas que han escuchado, y han creído de todo corazón y no habían recibido a Cristo todavía como su único y suficiente Salvador. Cristo dijo: “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* \[San Marcos 16:15-16\] Tan simple como eso, es un asunto de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y creer en Cristo de todo corazón para obtener la salvación y Vida eterna. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están aquí en Valparaíso, República de Chile y los que están también en otras naciones. Los que están allá en la América Latina y el Caribe, y Norteamérica, en Canadá, en Europa, en Japón también, y en el África y demás naciones, también pueden venir a los Pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo para que queden incluídos en esta oración que estaré haciendo, para que Cristo les reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado. Pueden continuar viniendo los niños también de diez años en adelante, pueden venir a los Pies de Cristo, para que queden también incluídos en esta oración que estaré haciendo, para que así Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos; pero el que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Y todos queremos que Cristo nos confiese delante de nuestro Padre Celestial como personas que creemos en Cristo, para que Dios, el Padre nos dé la entrada a Su Reino eterno, pues todos queremos vivir eternamente. Dios tiene mucho pueblo aquí en Valparaíso, República de Chile, y también en todas las demás naciones que están escuchando la predicación del Evangelio de Cristo en estos momentos, por lo tanto, Cristo está llamando a todos Sus hijos. “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón.” Dice San Pablo en Hebreos, capítulo 3, verso 7; y Hebreos, capítulo 4, verso 7. Él está llamando para perdonar tus pecados y con Su Sangre limpiarte de todo pecado, y que seas bautizado en agua en Su Nombre y Él bautizarte con Espíritu Santo y Fuego, y producir en ti el nuevo nacimiento; y así nazcas en el Reino eterno de Cristo a la Vida eterna, y así quede asegurado tu futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno, para que así puedas vivir eternamente en el glorioso Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Vamos a estar puestos en pie, mientras esperamos que lleguen las personas que faltan por venir. También los que están en otras naciones, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para que queden incluídos en esta oración que estaré haciendo dentro de algunos segundos. Si falta alguno todavía puede venir a los Pies de Cristo. “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos. Pero el que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” (San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33). San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12, dice: “*Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”* Por lo tanto, el Nombre de salvación es Señor Jesucristo, y por eso se predica el Evangelio de Cristo en Su Nombre y se predica el arrepentimiento y el perdón de los pecados en el Nombre del Señor Jesucristo, Él dijo que era necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día, y que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados. Eso está en San Lucas, capítulo 24, versos 41 al 48. Por lo tanto, se predica en el Nombre del Señor Jesucristo el arrepentimiento y el perdón de los pecados, para que toda persona pueda obtener el perdón de sus pecados, pueda ser bautizado en agua en Su Nombre, en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtenga el nuevo nacimiento, nazca a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno; y así como Jacob vio subiendo Ángeles por esa escalera, usted suba por esa escalera, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Para subir por esa escalera hay que entrar por la puerta de la Casa de Dios, porque Jacob dijo: “Esto no es otra cosa sino Casa de Dios, y Puerta del Cielo.” Por lo tanto, para entrar al Cielo hay que entrar por la Casa de Dios; y para entrar a la Casa de Dios hay que entrar por la Puerta de la Casa de Dios, y la Puerta es Cristo, Él dijo: “Yo Soy la Puerta, el que por mí entrare será salvo.” Eso está en San Juan, capítulo 10, verso 9. Por lo tanto, no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos. Ese Nombre es el Nombre de la Puerta de la Casa de Dios, Cristo es la Puerta de la Casa de Dios, y por consiguiente el Nombre de la puerta es Señor Jesucristo. Hay que entrar por Cristo para entrar al Cielo, para formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. El Cielo está abierto aquí, Él dijo: “De aquí en adelante veréis el Cielo abierto, y a los Ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.” ¿Ven? Por lo tanto, están ligados esos Ángeles de Dios al Hijo del Hombre, a Jesucristo, esos Ángeles son los hijos e hijas de Dios, son todos los creyentes en Cristo que recibirán a Cristo en el tiempo que les tocaría vivir en este planeta Tierra y entrarían y subirían por esa escalera, entrarían por la Puerta de la Casa de Dios, que es Cristo, recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador y entrarían a la Casa de Dios que es la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde el Cielo está abierto y en donde las personas celestiales, que tienen su ciudadanía en el Cielo se encuentran en esa Casa, la Casa de Dios, la Familia de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los pies de Cristo. Si falta alguno todavía puede venir. Algunas veces hay personas que son tímidas, y cuando les toca dar testimonio público de su fe en Cristo, se ponen un poquito tímidos y les da vergüenza que los vean pasar al frente, y la persona necesita comprender que Cristo dijo: “El que se avergonzare de mi y de mis palabras, Yo me avergonzaré de él delante de mi Padre y delante de Sus Ángeles.” Por lo tanto, no podemos avergonzarnos de Cristo, porque Él se avergonzaría de nosotros y entonces no entraríamos a Su Reino, y no viviríamos eternamente, pero todos queremos vivir eternamente, por lo tanto diga: “Yo quiero vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y yo he escuchado la predicación de Su Evangelio y ha nacido la fe de Cristo en mi alma, creo en Cristo de todo corazón y paso al frente y doy testimonio público de mi fe en Cristo y lo recibo como mi único y suficiente Salvador.” Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, si falta alguno puede venir. También los que están en otras naciones que han venido a los Pies de Cristo, ya estamos preparándonos para orar por todos ustedes también, si falta alguno en las demás naciones por venir a los pies de Cristo puede venir para que quede incluido en esta oración que estaré haciendo. Vamos ya a orar por los que han venido a los Pies de Jesucristo. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, y repitan conmigo esta oración los que están aquí presentes y los que están en otras naciones que han venido a los Pies de Cristo. Con nuestros ojos cerrados, repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, vengo a Ti creyendo en Ti de todo corazón, ha nacido Tu fe en mi alma; creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados.*** ***Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Señor Jesucristo, creo en Ti de todo corazón, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, en Tus manos encomiendo mi alma, Señor Jesucristo, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre; y Te ruego produzcas en mí el nuevo nacimiento, quiero nacer a la Vida eterna en Tu Reino eterno.*** ***Señor Jesucristo, quiero vivir Contigo por toda la eternidad, salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego. En Tu Nombre eterno y glorioso Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Cristo les ha recibido en Su Reino, y ahora todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado!** Amén y amén. Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, por cuanto ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo y nació la fe de Cristo en vuestra alma y creyeron en Cristo de todo corazón y lo recibieron como vuestro único y suficiente Salvador. “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* \[San Marcos 16:15-16\] Ustedes han creído de todo corazón, ustedes me dirán: “Y ahora, quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible, pues Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’ Quiero cumplir el mandando de Cristo completo. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de ustedes, desde lo profundo de vuestra alma está esa pregunta. Y yo les digo: Por cuanto ustedes han creído de todo corazón y han recibido a Cristo como Salvador, bien pueden ser bautizados en agua en estos mismos momentos en el Nombre del Señor Jesucristo. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** ***Y a vuestros familiares, Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes en el Reino eterno de Cristo viviendo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y ahora, pregunto al ministro, pregunto al ministro aquí, el ministro Sergio, pregunto si hay agua: Hay agua. El Reverendo Sergio Aguilar me dice que hay agua. ¿Hay bautisterio? Hay bautisterio. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay personas que les ayudarán también? Personas que les ayudarán también, y les llevarán hasta donde están los vestidores de ropas para ponerse las ropas bautismales, cuidarán también de vuestras ropas. ¿Y hay ministros también que les bautizarán? Hay ministros también que les bautizarán. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos mismos momentos. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Y luego regresarán gozosos y agradecidos a Cristo por la salvación de vuestra alma. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: **“VIENDO EL CIELO ABIERTO.”** Cuando uno ve el Cielo abierto entonces quiere entrar al Cielo y entonces hace las cosas establecidas para entrar al Cielo: recibe a Cristo como Salvador arrepentido de sus pecados, pide perdón a Cristo por sus pecados, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce el nuevo nacimiento en la persona y la persona entra al Reino de Dios, al Reino de los Cielos, y viene a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde Cristo está materializando las cosas del Cielo, las personas del Cielo. Y ahora, vuestra ciudadanía está ¿dónde? En el Cielo donde esperamos también a nuestro amado Señor Jesucristo. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: **“VIENDO EL CIELO ABIERTO.”** Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Dejo al reverendo Sergio Aguilar, para que les indique hacia dónde caminar para cambiarse de ropas, colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. También dejo a los ministros que están en las diferentes naciones, a los ministros que están a cargo para que les indiquen a las personas que han recibido a Cristo también, les indiquen hacia dónde caminar para cambiarse de ropa y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque los que recibieron a Cristo en otras naciones también pueden ser bautizados en estos momentos en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego a ustedes también en otras naciones. Y ahora, con nosotros nuevamente el Reverendo Sergio Aguilar para continuar. “**VIENDO EL CIELO ABIERTO.”**