--- title: 'Que vuestra fe no falle' date: 2004-12-13 activity: 1 place: Santa Martha Acatitla city: Ciudad de México state: country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban también saludos todos los hermanos y amigos y también las iglesias que están en conexión vía satélite y también vía internet, con esta actividad que se está llevando a cabo aquí en Ciudad México, República mexicana. Que Dios les bendiga a cada uno de ustedes también los que están a través de internet y del satélite en diferentes iglesias. Para esta ocasión vamos a leer en San Lucas, capítulo 22, versos 24 al 34 palabras de Jesucristo, dice: “*Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.”* Eso fue entre los discípulos del Señor, porque siempre todos desean ser el mayor, todos desean llegar a la cúspide, ser el primero siempre en todas las cosas en la vida, y aquí entre los discípulos del Señor Jesucristo hubo disputa de cuál de todos ellos sería el mayor en el Reino de Cristo. “*Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.* *Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;* *mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.* *Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.”* Y ahora, el mayor de ellos estaba con el que servía sirviéndole a todos ellos. “*Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.* *Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,* *para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”* Y aquí le está dando una posición importante a Sus Apóstoles, esa posición que tendrán en el Reino de Cristo. “*Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;* *pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.* *El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.* *Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”* ***Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla, nos abra el corazón y la mente para entender y nos abra las Escrituras para poderlas comprender. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Nuestro tema para esta ocasión es: **“QUE TU FE NO FALLE,”** o sea, que tu fe no desmaye, que tu fe no te falte. Cristo nuestro Salvador ha enseñado en Su Palabra en San Lucas, capítulo 9, capítulo 9 de San Lucas, aquí Cristo nos enseñó algo muy importante, capítulo 9, verso 62 donde Cristo dice de la siguiente manera, y vamos a leerlo para que tengamos el cuadro claro: “*Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”* Aquí encontramos que la persona que pone su mano en el arado, la persona que recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador, y lava sus pecados en la Sangre de Cristo, y es bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo en agua, y Cristo lo bautiza en Espíritu Santo y Fuego obtiene el nuevo nacimiento, y camina hacia adelante todos los días de su vida sirviendo a Cristo su Salvador, pues Cristo dice que ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios. Por lo tanto, hay que caminar siempre adelante siguiendo a Cristo y para que nuestra fe no falte, para que nuestra fe no desmaye, ¿qué tenemos que hacer? Así como la fe viene por el oír la Palabra de Dios, y con el corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para salvación, luego la fe crece, ¿con qué? La fe crece con la misma Palabra de Dios. | Y sigue creciendo nuestra fe y continuamos arraigándonos más y más en Cristo, como el hombre que edificó su casa sobre la roca el cual cavó y ahondó y edificó su casa sobre la roca y vinieron vientos y vinieron las lluvias y vino el río, y dio sobre esa casa y no cayó, porque estaba bien cimentada, su fe (lo cual representa al creyente en Cristo que permanece firme), su fe no decayó, no desmayó y por consiguiente permaneció firme y fiel a Cristo todos los días de su vida. Toda persona que se aparta del camino de Cristo después de haber creído en Cristo, sus justicias que había hecho no le serán recordadas o contadas en su favor, vean, eso está en Ezequiel, capítulo 3, verso 17 al 21 donde dice Dios al Profeta Ezequiel: *“Hijo de hombre...”* Vean, le dice: “Hijo de Hombre,” como también a otros Profetas como a Daniel y a otros Profetas Dios le llamó hijo del hombre o Hijo de Hombre, ¿por qué? Porque el título Hijo de Hombre corresponde siempre a un Profeta. Para una persona tener el título de Hijo de Hombre tiene que ser ¿qué? Un Profeta: “*Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.* *Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.* *Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.* *Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.* *Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.”* ¿Ven? Por lo tanto, ninguna persona puede apartase del camino del Señor, hemos venido a Cristo para vivir con Cristo por toda la eternidad. Veamos un ejemplo de uno que se apartó. Ahora, encontramos que ese que se apartó, vean, estaba la promesa: “Vosotros os sentaréis sobre doce tronos.” Eso está en el pasaje que leímos en San Lucas y también encontramos lo mismo en el pasaje... acá dice: “*...y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”* Fue la lectura que tuvimos de San Lucas, y en San Mateo, capítulo 18 versos 27 al 30, que es el mismo caso, el mismo pasaje, la misma narración pero con otras palabras, dice, capítulo 19, verso 27 al 30 de San Mateo, dice: “*Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?”* O sea, preguntando qué van a tener en el Reino de Cristo cuando Cristo establezca Su Reino en este planeta Tierra, porque ellos habían dejado todo: habían dejado su trabajo de pescadores, ellos habían dejado sus embarcaciones, aún habían dejado a sus familias allá y estaban siguiendo a Cristo en ese ministerio mesiánico que estaba siendo manifestado en medio del pueblo hebreo por Cristo el Mesías. “*Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria.”* O sea, esto es en el Reino Milenial y después sigue para toda la eternidad. En la regeneración, o sea, en el Reino de David, el cual será restaurado y el cual es el Reino de Dios en esta Tierra, porque el Reino de David es el Reino de Jehová terrenal en este planeta Tierra y el Trono de David es el Trono terrenal de Dios, al cual Cristo como Hijo de David es el Heredero. Cristo es el Heredero al Reino de David y Trono de David, por lo tanto, Cristo es el Heredero al Reino del pueblo hebreo, Cristo es el Rey de ese Reino de Dios en medio del pueblo hebreo. Cristo dijo que orando pidieran ¿qué? La venida del Reino. “*Venga tu reino.* *Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”* Y ahora, en la regeneración (esto es en el Reino Milenial), en donde será establecido ese Reino y el Trono de David será restaurado, ahí dice: “*De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria.”* El Trono de Su gloria es el Trono de David, del cual el Arcángel Gabriel le dijo a la virgen María que Dios le daría el Trono de David Su Padre y reinaría para siempre. Vean eso está en San Lucas, capítulo 1, verso 31 en adelante, dice: “*Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.* *Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;* *y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”* Por lo tanto, cuando Cristo se siente en el Trono de David será establecido el Reino de Dios en la Tierra, y por consiguiente el Reino de Dios estará gobernando en este planeta Tierra, por lo tanto por las cosas que se realizarán en ese Reino será de acuerdo a la voluntad del Padre Celestial, y por consiguiente la voluntad de Dios se estará haciendo así como en el Cielo, también aquí en la Tierra, y en ese Reino, vean las posiciones aquí que Cristo menciona para ellos, dice: “*Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.”* Por lo tanto, al ser colocados sobre doce tronos estarán como Jueces, como Reyes y también como Sacerdotes de ese Reino Milenial de Cristo. Y así como antes del Reino estar establecido en donde hubo reyes aquí en la Tierra en medio del pueblo hebreo como David, Salomón y otros más, antes de eso estaban los Jueces, también Saúl fue rey pero fue un rey de acuerdo al corazón del pueblo, no de acuerdo al corazón de Dios, por eso fue temporal. Ahora, encontramos que antes estaba Samuel y todos los demás jueces que vinieron antes de Samuel; Samuel fue el último de los Jueces, a través de los Jueces Dios estaba reinando en medio del pueblo hebreo, estaba la teocracia; luego cuando pidieron rey entonces vino la monarquía. Pero ahora, Dios bajo la teocracia, eso era Dios reinando sobre el pueblo hebreo a través de un hombre; por eso cuando el pueblo hebreo pidió un rey conforme a los reyes de las demás naciones y Samuel se puso muy triste, Dios le dice, y se lo refirió en oración a Dios, Dios le dijo: “No te han desechado a ti, me han desechado a mí para que no reine sobre ellos.” ¿Ven? Dios estaba reinando a través de Samuel. Ahora, eso es bajo la teocracia, Dios reinando por medio de un hombre. Y ahora, encontramos que aquí la promesa es que van a estar en doce tronos Sus discípulos y van a estar juzgando a las doce tribus de Israel, por lo tanto, los negocios de esas doce tribus va a tener que ver con los Apóstoles del Señor Jesucristo. Eso será en el Reino Milenial de Cristo. “*Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”* Lo más importante es la Vida eterna. “*Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.”* Ahora vean, esta promesa de Dios a través de Cristo, vean, es confirmada a aquellos que perseveran hasta el fin. Vea aquí en Gálatas, capítulo 6, verso 7 al 9, dice: “*No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.* *Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.* *No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”* Vean, segaremos, cosecharemos si no desmayamos, si no nos falta la fe, sino que perseveramos en la fe sirviendo a Cristo todos los días de nuestra vida, segaremos, cosecharemos ¿qué? La Vida eterna, obtendremos nuestra transformación y seremos así eternos físicamente. Ahora, de entre los Apóstoles de Cristo encontramos que uno de ellos falló en la fe, a uno de ellos le falló la fe en Cristo, a uno de ellos, uno de ellos desmayó en la fe en Cristo, y luego que desmayó la fe en Cristo, en vez de venir a Cristo pidiéndole perdón fue y se ahorcó. Ya ustedes saben que ese fue Judas Iscariote, y perdió la bendición de la Vida eterna porque desmayó, desmayó en la fe, y perdió el trono que estaba ahí señalado para uno de los Apóstoles del Señor. Pero las bendiciones de Dios no se pierden, las pierde la persona que desmaya, pero si alguien desmaya y pierde la bendición, viene otro y Dios le da a otra persona la bendición. Después vino otro y ocupó el lugar de Judas Iscariote. Por lo tanto, estarán los doce tronos ocupados allí para juzgar a las doce tribus de Israel los que estarán en esos doce tronos, y son veinticuatro tronos: doce pertenecen a los doce patriarcas y los otros doce pertenecen a los Apóstoles del Señor. Por lo tanto, que tu fe no falle, que tu fe no desmaye, manténte firme en la fe, que tu fe en vez de desmayar crezca. Vean ustedes aquí en Amós, aquí tenemos en Amós una enseñanza muy clara que cubre tanto el aspecto físico como el aspecto espiritual. Amós, capítulo 8, verso 11 al 14, dice: “*He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.* *E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.* *En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.”* Y ahora, vean ¿por qué desmayarían? Por falta de agua y alimento, y por cuanto el agua y la comida son tipo y figura también de cosas espirituales, vean la comida es la Palabra (en lo espiritual). “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” San Mateo, capítulo 4, verso 4; y Deuteronomio, capítulo 8, verso 1 en adelante. Por lo tanto, así como necesitamos alimento físico para nuestro cuerpo, necesitamos Alimento Espiritual para nuestra alma, necesitamos el Alimento Espiritual de la Palabra de Dios para estar bien alimentados *acá* en nuestra alma y que nuestra fe no falle, nuestra fe en Cristo que no falle, porque si falla perdemos la bendición de la Vida eterna. Ahora, eso es lo que le sucede a las personas que fallan como Judas Iscariote, que pierden la bendición de la Vida eterna y de todos los galardones que Cristo tiene para los creyentes en Él en Su Reino. Cristo dice: “Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” Por lo tanto, el que no le sirve a Cristo no será honrado por nuestro Padre Celestial. Y ahora, para que nuestra fe no falle, no desmaye, entonces tenemos que alimentarnos con la Palabra de Dios y con el Agua del Espíritu Santo, y así nuestra fe va creciendo más y más, porque la fe viene por el oír y también nuestra fe va creciendo a medida que vamos escuchando la Palabra del Señor. Así que, hemos visto cómo nace la fe en el alma, en el corazón de la persona y hemos visto por consiguiente cómo viene la fe a la persona, y también hemos visto cómo crece la fe. Así como las plantas y nuestro cuerpo físico, las plantas para crecer necesitan agua y también necesitan el sol, y necesitan el alimento de la Tierra; y nosotros para crecer espiritualmente necesitamos el sol (a Cristo), el Sol de Justicia que nos alumbre, nos de Su Luz, Su Palabra revelada para nuestro tiempo, y necesitamos el Alimento de la Palabra de Dios y necesitamos el Agua del Espíritu Santo para no desmayar, para que nuestra fe no falle, para que nuestra fe no desmaye y para que así lleguemos a obtener la Vida eterna, para que cosechemos la Vida eterna, que es la meta de nuestra fe en Cristo, es obtener la salvación y Vida eterna. Por lo tanto que tu fe no falle, que no desmaye tu fe, no desmayes en tu fe en Cristo en ningún momento de tu vida. Hubo uno que tuvo (diríamos) un desmayo, un mareito que fue Pedro, el cual decía: “Yo estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y aun a morir contigo.” Pero Cristo le dijo: “Satanás los ha pedido a ustedes para zarandearlos como trigo, pero yo he orado para que tu fe no falle, no desmaye, para que no falte tu fe.” Vean, tenemos el respaldo de Cristo: orando por todos los creyentes en Él también, pero cada uno haga su parte, ocúpese (como dice Pablo), ocupémonos de nuestra salvación con temor y temblor, ¿para qué? Para que nuestra fe no desmaye, no falle, no falte en nuestra alma. Toda persona que ha recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, vean ha obtenido la fe de Cristo *acá* en su alma, porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios. Cristo dijo: “ *Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere será salvo.”* \[San Marcos 16:15-16\] El que creyere ¿y qué? *“...y fuere bautizado, será salvo...”* “*...mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso, eso es un asunto de fe en Cristo para obtener la salvación y Vida eterna, y es un asunto de incredulidad a Cristo para la persona ser condenada y perder el privilegio y el derecho a vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno; si rechazan al Rey de ese Reino cómo van a querer vivir con Él eternamente, Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre; pero el que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre.” Eso está en San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33. Por lo tanto, adelante con nuestra fe firme, con nuestra fe bien alimentada, creciendo a medida que vamos recibiendo la Palabra revelada para nuestro tiempo. Y cuando se sienta un poquito débil, como algunas veces nos sentimos un poquito débil, algunas veces, por la mañana cuando nos levantamos o durante el día. ¿Y qué usted hace cuando se siente un poquito débil? “Quiero algo de comer,” come algo, y también se toma algunas vitaminas y ya: “Ahora me siento mejor, ahora me siento con fuerza, con ánimo, ahora se me fue esa debilidad.” Así es cuando usted siente debilidad espiritual, cuando usted se siente débil en la fe en Cristo, en la fe cristiana, cuando usted se siente como que ya no va a seguir más hacia adelante, ¿ven? Eso es así con las personas cuando se sienten débiles, cuando se enferman y le baja también toda esa potencia del cuerpo, le baja todo el sistema de inmunidad, y entonces se sienten débiles y ya no quieren seguir adelante, no quieren levantarse temprano para ir al trabajo; si están estudiando no quieren levantarse temprano para ir a la escuela, y más bien quieren echarse la frisa, la sábana encima para seguir durmiendo. Pero Pablo dice: “*Despiértate, tú que duermes,* *Y levántate de los muertos,* *Y te alumbrará Cristo.”* ¿Ven? Por lo tanto, tenemos que estar despiertos a la Vida eterna en el Reino eterno de Cristo nuestro Salvador. El mundo está en tinieblas y los que duermen de noche duermen. ¿Ven? El mundo está de noche, en tinieblas, el mundo, el cual corresponde al reino de las tinieblas. ¿Ven? Porque está el mundo en el reino de las tinieblas y está en oscuridad. “Pero vosotros no sois de la noche,” dice Pablo en Efesios y en Primera de Tesalonicenses. Primera de Tesalonicenses nos dice Pablo en el capítulo 5, verso 1 en adelante, dice: “*Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.* *Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;* *que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina...”* ¿Y por qué dice: ‘Sobre ellos.’? No incluye a los escogidos de Dios, no incluye a la Iglesia del Señor Jesucristo, vamos a ver por qué: “Sobre ellos,” esto es sobre el mundo, sobre los que están en tinieblas. “*...que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.* *Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.* *Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.* *Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.* *Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.* *Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe.”* ¿Ven? ¿Vestidos con qué? con la coraza de fe. “*...y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.”* Porque tenemos una esperanza: la salvación total, la plenitud de la salvación, que es cuando obtengamos el cuerpo nuevo, glorificado, y entonces seremos inmortales físicamente y tendremos un cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, un cuerpo que será joven ¿para cuánto tiempo? Para toda la eternidad, representaremos en ese nuevo cuerpo de 18 a 21 años de edad. ¿Ven el porqué los discípulos no reconocían a Cristo luego de resucitado ya glorificado? Porque la resurrección de los muertos en Cristo es en cuerpos jóvenes, eternos, inmortales y glorificados, y es como fue en la resurrección de Cristo para todos ser a Su imagen y a Su semejanza. Y ahí podemos ver, ahí podemos ver claramente la bendición tan grande que hay para todos los creyentes en Cristo, para aquellos que su fe no falla, para aquellos que su fe no desmaya. Ahora vean, continuamos aquí leyendo. Ahora: “*Tenemos la esperanza de salvación como yelmo.”* Tenemos la esperanza de recibir el cuerpo eterno, inmortal, glorificado, tenemos la esperanza recibir la inmortalidad física para ser inmortales como nuestro amado Señor Jesucristo. Ya somos inmortales espiritualmente porque hemos recibido la salvación y Vida eterna, pero nos falta la Vida eterna física, nos falta la inmortalidad física, que será nuestra transformación, para nosotros los que vivimos si permanecemos vivos hasta el momento en que Cristo resucite a los muertos creyentes en Él: “*Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.”* ¿Ven? La salvación se alcanza en una sola forma: por medio de nuestro amado Señor Jesucristo, no hay otra forma. Cristo dijo en San Juan, capítulo 14, verso 6: “*Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”* No hay otra forma de llegar a Dios, no hay otra forma de obtener la Vida eterna para vivir eternamente con Dios en Su Reino, es por medio de Jesucristo nuestro Salvador. “Porque no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Dijo San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 2. Por lo tanto, es a través de Jesucristo la salvación y Vida eterna. Y ahora, por cuanto hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, ahora hemos despertado de entre los muertos. ¿Por qué San Pablo le llama “muertos,” a los seres humanos que no han recibido a Cristo como su Salvador? Porque están muertos a la Vida eterna, no tienen Vida eterna, porque solamente la Vida eterna se obtiene a través de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, la humanidad está muerta, pero hay un grupo de seres humanos en cada tiempo que no está muerto, un grupo de seres humanos que tiene Vida, Vida eterna porque tienen a Cristo *acá* en su alma. Vean, en Primera de Juan, capítulo 5, dice en el capítulo 5 de Primera de Juan, verso 10 en adelante: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”* ¿Dónde está la Vida eterna? En Jesucristo el Hijo de Dios. “*El que tiene al Hijo, tiene la vida.”* El que tiene al Hijo, a Cristo, el que lo ha recibido como su Salvador tiene ¿qué? La Vida eterna. “*...el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”* La persona puede decir: “Yo tengo vida.” Pero lo que tiene es una vida temporal que se le va a terminar en algún momento, pero la Vida eterna no la tiene si no tiene a Cristo *acá*, si no lo ha recibido como su único y suficiente Salvador. “*Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”* ¿Ven? Por lo tanto, la buena noticia para los creyentes en Cristo es que tenemos Vida eterna. Y aunque tenemos vida física temporal es por un tiempo, pero tenemos la más grande, que es la Vida eterna. Por lo tanto, no nos preocupa si se nos acaba en algún momento la vida física, eso es temporera y se le acaba a todo el mundo que vive en la Tierra, pero tenemos la Vida eterna para vivir eternamente con Cristo en Su Reino; y si nuestro cuerpo físico muere, no hay ningún problema, Cristo ha prometido resucitar a todos los creyentes en Él. Vean aquí en San Juan, capítulo 11, hablando Cristo con la hermana de Lázaro, con Marta, cuando fueron a resucitar a Lázaro, le dice en el capítulo 11, verso 26 en adelante de San Juan, capítulo 11, verso 22 en adelante dice: “*Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.* *Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.* *Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.* *Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.* *Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?* *Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”* ¿Y nosotros qué decimos? ¡Amén! También nosotros lo creemos de todo corazón. Por esa causa es que cuando el carcelero de Filipo preguntó a Pablo y a Silas qué debía hacer para ser salvo. Eso está en el capítulo 8, verso 34 al 40, capítulo 8, verso 34 al 40 del libro de los Hechos, dice: “*Respondiendo...”* esto es lo del eunuco, vamos a ver, del carcelero, 16, capítulo 16, verso 30 al 34 del libro de los Hechos: “*...y sacándolos* (sacándolos de la cárcel)*... y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?* *Ellos dijeron* (o sea, Pedro y Bernabé, o Pedro y Silas)*:* *Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.* *Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.* *Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.* *Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.”* Y ahora, aquí en el capítulo 8 tenemos a Felipe y el Eunuco, capítulo 8, verso 34 dice: *“Respondiendo el eunuco...”* el cual estaba pues leyendo el libro del Profeta Isaías, dice, estaba leyendo este pasaje que dice, vamos a leer un poquito antes... versos 21 en adelante. Recuerden que el eunuco iba de regreso a su lugar allá en el territorio de Etiopia, allá donde la reina de candase era a la cual él le servía, era la reina de los etíopes. Y ahora, él era un creyente de la religión hebrea, y por eso iba a Jerusalén a adorar a Dios. Y ahora: “*Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.* *Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?* *El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.* *El pasaje de la Escritura que leía era este:* *Como oveja a la muerte fue llevado;* *Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca.* *En su humillación no se le hizo justicia;* *Mas su generación, ¿quién la contará?* *Porque fue quitada de la tierra su vida.* *Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?* *Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.* *Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?* *Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.* *Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.* *Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.”* Ahora vean, la fe en el corazón del eunuco nació cuando Felipe lleno del Espíritu Santo le habló, le abrió las Escrituras, le reveló el significado de esa y otras Escrituras mesiánicas que se habían cumplido en la persona de Jesús. Por lo tanto, escuchando la Palabra prometida para el tiempo en que la persona vive, nace la fe de Cristo en su alma, y para los que ya tienen a Cristo, pues crece la fe de Cristo *acá* en su alma, en su corazón, para que así la fe de la persona esté fortalecida y no falle en ningún momento de su vida. La de Pedro falló en cierto momento cuando pasó por esa prueba, esa tentación pero fue temporal. Cristo había orado por Pedro y Sus Apóstoles para que no fallara la fe de ellos en ese momento; y cuando cayó la de Pedro, que le negó tres veces, luego que oyó el gallo cantar, lloró amargamente arrepentido. La fe de los demás también falló, pero Pedro le confirmó la fe a ellos, los confirmó a ellos en la fe, y el Día de Pentecostés allí estaban con la fe confirmada en Cristo llenos del Espíritu Santo. Judas Iscariote no apareció por ningún lugar, la fe de Judas falló y no se arrepintió, y por consiguiente no pudo ser restaurado. Si en algún momento alguien falla, no se quede así, recurra a Cristo, pida Misericordia a Cristo y perdón por haberle fallado, para que Cristo lo restaure en la fe, para que continúe hacia adelante, porque si se queda sin buscar a Cristo para que Cristo lo perdone y lo limpie con Su Sangre de su pecado, y lo restaure, pues entonces la persona pierde la bendición de Dios; pero si se arrepiente y le pide perdón a Cristo, Cristo lo perdona, con Su Sangre lo limpia de todo pecado y lo restaura en la fe. Por lo tanto, es importante que nuestra fe no falle, y para que no falle, entonces vamos a darle mucho alimento, vamos a hacerle la dieta correspondiente al Día Postrero, que es el Mensaje correspondiente al Día Postrero a la Edad de la Piedra Angular, para que la fe se mantenga viva ahí en nuestra alma, y así perseveremos hasta el fin y obtengamos la Vida eterna física también. Si alguna persona todavía no ha recibido a Cristo y quiere vivir eternamente, pues necesita recibir a Cristo, para que así Cristo salve su alma. Los que ya lo han recibido, han recibido la bendición de la salvación y Vida eterna, y hemos asegurado nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Yo lo aseguré (mi futuro eterno), con Jesucristo en Su Reino eterno. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, puede hacerlo en esta noche, porque ya la fe de Cristo ha nacido en vuestro corazón mientras usted escuchaba la predicación del Evangelio de Cristo. Y usted ya está creyendo de todo corazón en Cristo, ha creído en la Primera Venida de Cristo y en la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, porque Él murió por nosotros en la Cruz del Calvario, sabiendo que al morir en la Cruz del Calvario estaba salvándonos a todos nosotros. Por lo tanto, si alguno todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, si alguno todavía no ha dado testimonio público de su fe en Cristo, ya ha nacido la fe de Cristo en vuestra alma, para ustedes los que están aquí presentes y para los que están a través de internet o del satélite, en diferentes Iglesias, diferentes congregaciones o a través de la televisión. Por lo tanto, ha nacido también en ustedes allá, en los países donde se encuentren ha nacido la fe de Cristo en vuestros corazones. Por lo tanto, ahora tienen la oportunidad todos los presentes y los que están a través de internet o de la televisión o del satélite de dar testimonio público de vuestra fe en Cristo, para que Cristo le reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y puedan ser bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Por lo tanto, bien pueden venir a los pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo, dando testimonio público de que ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y ha creído en Cristo de todo corazón. Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado será salvo,” para eso fue que Él ordenó a ir por todo el mundo predicando el Evangelio: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Bien pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo, porque ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y han creído, ha nacido la fe de Cristo en vuestros corazones, en vuestras almas. Por lo tanto, con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación, se da testimonio público de vuestra fe en Cristo, para que Cristo les dé la salvación y Vida eterna. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están aquí presentes, y también los que están a través de internet, o de la televisión o del satélite en los diferentes países allá en el Brasil, allá en Argentina, allá también en el Paraguay, allá también en el Uruguay, allá también en Bolivia, en el Perú, en el Ecuador, en Colombia, en toda la República mexicana, en Puerto Rico también, en los diferentes países de la América Latina y el Caribe. Allá también en la República Dominicana, allá también en Haití, y también allá en Europa, y también allá en el África y en todos los países, y en todas las naciones donde estén escuchando esta conferencia; también pueden venir a los pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado y sean bautizados en agua en Su Nombre y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y así nazcan ustedes del Agua y del Espíritu, nazcan ustedes del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, y así obtengan el nuevo nacimiento, y así entren al Reino de Cristo, al Reino eterno en donde Él nos coloca con Vida eterna para vivir con Él por toda la eternidad. Todavía pueden continuar viniendo a los pies de Cristo, también los niños de diez años en adelante pueden venir a los pies de Cristo dando testimonio público de su fe en Cristo en esta noche para que Cristo les reciba en Su Reino. También en todos los países, y todas las iglesias que en estos momentos están viendo y escuchando, también pueden venir a los pies de Cristo, pueden pasar al frente para que queden incluidos en esta oración que haré por todas las personas que están viniendo para dar testimonio publico de su fe en Cristo. Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre; pero el que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre.” San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33. Todos queremos que Cristo nos confiese delante de nuestro Padre Celestial como creyentes en Él, en Cristo para que Dios nos de la Vida eterna, porque no hay nada más importante para el ser humano que la Vida eterna, eso es lo más importante. Si nuestra vida terrenal es importante cuánto más la Vida eterna, por lo tanto queremos vivir eternamente y para vivir eternamente necesitamos entonces que Cristo nos dé la Vida eterna, y por consiguiente recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, para eso es que recibimos a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador: para que Él nos dé la Vida eterna. El tesoro más grande de todos los tesoros, que es la Vida eterna. Los conquistadores españoles cuando vinieron al continente americano, a la América, estaban buscando también una fuente de agua, la cual ellos pudieran usar, tomar de ella y ser jóvenes para siempre, pero no la encontraron, ¿por qué? Porque la Fuente de la Juventud es Cristo. Cristo dijo: “*Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.* *El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.* *Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”* Esto está en San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39. Por lo tanto, toda persona que quiere vivir eternamente necesita tomar de la Fuente del Agua de la Vida, y la Fuente del Agua de la Vida es Jesucristo y el Agua de la Vida es el Espíritu Santo que está en Jesucristo del cual Él le da a toda persona que viene a Él y lo recibe como su único y suficiente Salvador. Él es el único medio de salvación para el ser humano, Él es el único medio por medio del cual el ser humano puede obtener la Vida eterna. No hay otra forma para que el ser humano reciba la Vida eterna, por eso es que Él ordenó predicar el Evangelio a toda Criatura, y el que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado y pierde la bendición de la Vida eterna, y por consiguiente será juzgado y condenado y echado en el lago de fuego, que es la segunda muerte, donde dejará de existir en alma, en espíritu y en cuerpo, porque el que sea echado en el lago de fuego será quemado en espíritu, cuerpo y alma. Por eso fue que Cristo dijo: “*No temáis a los que matan el cuerpo...”* Lo cual hacen y después no pueden hacer nada más; vean aquí, en el capítulo 10, verso 28, dice, de San Mateo: “*Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”* A ése es que hay que temer: a Dios. Por lo tanto, con temor a Dios recibimos a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. El Temor a Dios es el principio de la sabiduría, de la sabiduría divina, comenzamos temiendo a Dios y recibiendo a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Todavía si falta alguna persona por venir a los pies de Cristo, puede venir antes que comencemos a orar por las personas que ya han venido. Dios tiene mucho pueblo aquí en Ciudad México, aquí en el D.F., y también en ciudades cercanas, en todas las comunidades y en todas las ciudades de este Estado, y también de toda la República Mexicana, y los está llamando en este tiempo final. “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas Tu corazón, Él está llamándote para darte la Vida eterna.” No hay otro medio por el cual usted pueda recibir la Vida eterna, solamente a través de Jesucristo nuestro Salvador, y tenemos nosotros que asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, para poder vivir eternamente con Cristo. Después que las personas se mueren, ya no tienen más oportunidad para buscar a Cristo, para asegurar su vida con Cristo. Si ya la aseguró, pues va al Paraíso, sino la aseguró con Cristo no puede ir al Paraíso, va a la quinta dimensión que es el infierno. Tan simple como eso. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” ¿Ven? Tan simple com eso. Dios ha puesto delante del ser humano la Vida y la muerte, la bendición y la maldición, y Dios dice: “Escoge la vida para que vivas tú y tu familia y tu descendencia.” ¿Ven? Por lo tanto, si quieres vivir eternamente, escoge la vida, si no quieres vivir eternamente pues no vas a escoger la vida, la vida es Cristo. “Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Dijo Cristo en San Juan, capítulo 14, verso 6. Por lo tanto, yo he escogido la Vida eterna, y he escogido la Vida eterna escogiendo ¿a quién? A Cristo, porque Él dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida.” Escoger a Cristo es escoger la Vida eterna. Cristo es nuestro único y suficiente Salvador, Él es el único que puede salvar tu vida, tu alma, para que puedas venir eternamente con Él en Su Reino eterno. Vamos ya a orar por las personas que han pasado, que han venido a los Pies de Cristo aquí en Ciudad México, República Mexicana, y también por los que han pasado al frente dando testimonio público de su fe en Cristo en los diferentes naciones y diferentes Iglesias. Si falta alguno también en otras naciones y en otras iglesias que están en estos momentos conectados con esta transmisión, pueden pasar al frente, pueden venir a los pies de Cristo dando testimonio de su fe en Cristo. Los niños también de diez años en adelante, también pueden venir a los Pies de Cristo. Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.” Por lo tanto, Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Vamos ya a orar por todas las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a estar todos puestos en pie, los que están aquí presentes y los que están en diferentes naciones y diferentes Iglesias en estos momentos viendo y escuchando esta conferencia y esta actividad. Vamos ya a orar por todos, vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo en señal de que estamos rendidos a Cristo, y de que entregamos nuestra vida, nuestra alma, nuestro ser a Cristo para que Él nos de la salvación y Vida eterna, y vamos a cerrar nuestros ojos y vamos a orar. Repitan conmigo esta oración. ***Señor Jesucristo, vengo a Ti en estos momentos habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, ha nacido Tu fe en mi corazón, y por consiguiente creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario, como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; y doy testimonio público así de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador, Te ruego me perdones y Te ruego me limpies de todo pecado con Tu Sangre preciosa, y Te ruego me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento.*** ***Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero vivir contigo por toda la eternidad. Señor Jesucristo, bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.*** ***Señor Jesucristo, yo quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino eterno. En Tus manos encomiendo mi alma. Salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego, En Tu Nombre Eterno y Glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado!** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado. Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”* Ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y han creído en Cristo de todo corazón. Y ustedes me dirán: “Pero todavía me falta ser bautizado en agua en Su Nombre. ¿Cuándo me pueden bautizar? Porque quiero ser bautizado lo más pronto posible en el Nombre del Señor Jesucristo, para cumplir así el mandato de Cristo completo.” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, esta misma noche. En el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador ha muerto al mundo, y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, lo está sepultando, está sepultando al viejo hombre; y cuando el ministro lo levanta de las aguas bautismales, la persona está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo esta misma noche. Si Jesucristo necesitó ser bautizado en agua por Juan el Bautista, ¿cuánto más yo? Yo he sido bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y cuánto más, ¿quién más? Cuanto más todos ustedes también, cuanto más nosotros tenemos necesidad de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Ya yo he sido bautizado en agua y ¿quién más? Cada uno de ustedes también, y esta noche ustedes tienen la oportunidad, bendición y privilegio de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y así cumplir el mandato de Cristo completo. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Pedro dijo: “*Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”* Para los que están lejos, para los que estén cerca, para todos los que el Señor llame por medio de la predicación del Evangelio de Cristo y por medio del Espíritu Santo, para esas personas que Él llama es el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y es el bautismo del Espíritu Santo para producirse en la persona el nuevo nacimiento y así hacer del Agua y del Espíritu y nacer en el Reino de Cristo nuestro Salvador, porque el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios. Tan simple como eso. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego a todos ustedes, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y entren así completamente al Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Y a vuestros familiares, Cristo los llame y les dé la salvación y Vida eterna para que estén con ustedes en el Reino Eterno de Cristo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Y que Jesucristo les continúe bendiciendo a todos, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad.*** Si no nos vemos más en este cuerpo físico que tenemos, pues nos veremos en el nuevo cuerpo, cuando lo tengamos, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad. ***Que Dios les bendiga a todos, y les guarde a todos, y que vuestra fe nunca falle; que tu fe no falle, mantén tu fe en Cristo firme, alimentando tu fe con la Palabra de Cristo, y que Dios les continúe bendiciendo a todos.*** Pasen todos muy buenas noches. Nuestro tema fue: **“QUE TU FE NO FALLE.”** Pregunto aquí al Reverendo, en estos momentos, el Reverendo (puede acercase *acá* al micrófono). Reverendo Villagrán: ¿Hay agua aquí? Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores también? Allá, hay para hombres, ¿en qué lado? Aquel lado para varones y este lado para damas. ¿Hay también personas que les ayudarán? Hay personas que les ayudarán también; por lo tanto, el Reverendo Villagrán les dirá. Ya saben, las damas hacia este lado y los caballeros hacia este otro lado, para cambiarse de ropas, colocarse las ropas bautismales, y habrá personas que cuidarán de vuestras ropas y luego serán bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego también, y luego regresarán a sus lugares (donde se cambiaron de ropa) para colocarse de nuevo las ropas de ustedes y regresar a sus hogares gozosos y agradecidos a Cristo por la salvación de vuestra alma. Mucha gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Dejo con ustedes al Reverendo Villagrán para continuar. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “**QUE VUESTRA FE NO FALLE.”**