--- title: 'La pesca milagrosa' date: 2003-06-07 activity: 1 place: city: San Bartolomé Milpas Altas state: country: GT duration: 01:37:13 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, compañeros, ministros en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. La lectura que tenemos es la misma que Miguel tuvo, la de San Lucas, capítulo 5, verso 4 en adelante (luego de terminar Jesús de hablar, de predicar, desde la barca de Pedro), dice: “*Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.* *Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.* *Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.* *Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.* *Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.* *Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,* *y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.* *Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“LA PESCA MILAGROSA.”** Éste es uno de los pasajes que nos habla de esta pesca milagrosa, que nos habla de este milagro que fue realizado por Cristo. Dice el Rvdo. William Branham que Cristo creó peces para que Pedro los pescara. Ahora, fue un milagro porque fue una Obra de Creación que Cristo llevó a cabo para que Pedro (el que le había prestado la barca como púlpito para predicar); ahora, vean ustedes, le va a dar a él y a sus compañeros una buena pesca, una buena cantidad de peces que ellos luego podían vender y sacar dinero; porque habían pescado toda la noche y no habían pescado nada; y ahora, vean ustedes, los pescadores van ¿de día o de noche a pescar, Miguel? De noche a tirar las redes. Pero ahora vean, Pedro, un experimentado pescador como Jacobo y Juan en el otra barca, no habían pescado nada durante la noche y eran buenos pescadores; y ahora, Jesús, que era un carpintero, viene, predica desde la barca de Pedro, y luego le dice: “Vamos mar adentro para que tiren las redes para pescar.” Y ahora de día van a pescar, porque de día es más difícil porque está la luz del sol, y los peces, pues se esconden más abajo. Y ahora, Jesús, un carpintero, viene a enseñarle a un pescador cómo pescar. Pero por cuanto para Él no había nada imposible (y no habían peces), Él los creaba. Y ahora, encontramos que Pedro con la experiencia que tiene, le dice: “Hemos trabajado toda la noche y nada hemos pescado, pero en Tu Palabra voy a echar la red.” Ahora, no en el conocimiento que Pedro tenía, no en la experiencia que Pedro tenía, porque con eso no pescó nada, no le sirvió de nada la experiencia, no le sirvió de nada todo el trabajo que pasaron, no le sirvió de nada las redes. Cuando la sacan, vean, tuvieron que estar remendándolas porque se le habían afectado un poco. Pero ahora encontramos que Jesús le dice: “Boguen mar adentro para pescar, y echen la red.” Y Pedro dice: “La echaré en Tu Nombre, en Tu Palabra. Mas en Tu Palabra echaré la red.” Siempre hay que echarla en la Palabra del Señor, la red para pescar; y cuando se echa en la Palabra del Señor, se echa en el Nombre del Señor, porque es la Palabra del Señor. Ahora, luego que echa la red y la halan, al momento, no mucho tiempo luego de haberla echado, sienten que está bien pesadita. Y cuando la están sacando está tan llena que la red se está rompiendo, llaman a los compañeros, a los que estaban en la otra barca, Jacobo y Juan, vienen y echan peces en ambas barcas, se llenan ambas barcas y las barcas casi se hunden. Cuando un pescador sale de pesca, se pone muy contento cuando su barca viene bien bajita, porque viene llena de peces; y casi se hunde, eso es que casi estaba el agua *aquí*, y la barca aquí bien pegadita del agua, la parte de arriba, la parte de arriba de atrás de la barca; pero no se hundió; iban muy contentos y muy temerosos, sabían que se habían encontrado con el Mesías, ya ellos eran discípulos de Jesucristo, pero no habían tenido esta experiencia tan grande. Todavía - ellos eran discípulos de Cristo, pero todavía no se habían dedicado al ministerio; pero ahí, luego de ese milagro Cristo los llama al ministerio y les dice: “*Y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón* (Pedro; o sea, todos ellos pues estaban llenos de temor)*. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.”* Y luego lo mismo fue para Juan y Jacobo, y para todos los que Él llamó. El cristianismo en tiempos antiguos, allá en el tiempo de las catacumbas lo representaban en peces. ¿Y cómo era que colocaban los peces en las catacumbas, Miguel? Los dibujaban ¿dos pececitos cruzados eran? ¿O uno frente al otro? Era el signo de piscis, porque la era cristiana, la Dispensación de la Gracia está bajo la era de piscis. Y por eso el cristianismo está representado en peces, y las aguas representan pueblos, naciones y lenguas, en donde se echa la Red del Evangelio de la Gracia para sacar muchos peces para Cristo. Por eso se echa en la Palabra de Cristo, el Evangelio de Cristo, para que ocurra el milagro, ocurra la pesca milagrosa de sacar peces en y por la Palabra de Cristo, por la predicación del Evangelio de Cristo. De etapa en etapa se ha estado llevando a cabo una pesca milagrosa, cada ocasión en que Cristo ha enviado un Mensajero con la revelación divina. Por lo tanto, ese Mensajero con los colaboradores maravillosos que Dios le ha dado, han sido los pescadores de esa etapa, han tirado la Red sobre - en las aguas de pueblos, naciones y lenguas, y han sacado peces para Cristo. Y ha sido una pesca realmente milagrosa, porque ha sido tirada la Red en la Palabra revelada de Cristo para cada edad. Y ya han sido tan grande la cantidad de peces, de personas, que han sido tomados por la Red del Evangelio y colocados en el Reino de Cristo, que ya pronto se completará el número de los peces que Cristo llamaría y juntaría en Su pueblo. Aquellos fueron peces creados por Cristo. Y ahora, en la pesca milagrosa de peces, que representa personas, almas para Cristo, esas son personas que reciben a Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y se produce en ellos la Nueva Creación, son creados por Cristo como nuevas personas, nuevas criaturas, las cuales nacen en el Reino de Cristo. Y así es como Cristo recoge todos los peces que son Suyos, los cuales son colocados en el Reino de Dios por creación divina. Esa primera etapa de creación divina, que es el bautismo del Espíritu Santo, donde obtenemos el cuerpo angelical; y luego la segunda parte bajo el milagro de la pesca milagrosa viene para este tiempo final, luego que Él complete Su Iglesia, luego que Él haya recogido todos los peces del Día Postrero. Siempre ha estado usando instrumentos para esa pesca milagrosa que ha llevado a cabo de etapa en etapa. Vean que en la barca de Pedro, aunque Pedro era el dueño, Cristo era el que mandaba. Él dijo: Tiren la red.” Pedro dijo: “Hemos pescado toda la noche.” ¿Ven? Bajo la dirección de Pedro y no habían pescado nada. Pero ahora Pedro se coloca bajo la dirección de Cristo: “Pero en Tu Palabra la echaré.” Por lo tanto, la Palabra que daba la orden era la Palabra de Cristo. Y ahora, encontramos que bajo la orden de la Palabra de Cristo es que se lleva a cabo la pesca milagrosa. Y ahora, esto es muy importante, ya que no solamente en este milagro de San Lucas, capítulo 5, versos 1 al 11, se llevó a cabo una pesca milagrosa, sino que en San Juan, capítulo 21 también se llevó a cabo otra pesca milagrosa, luego que ya Cristo estaba resucitado. Y la encontramos aquí en el capítulo 21, verso 3 en adelante, dice: “*Simón Pedro les dijo: Voy a pescar* (es que ése era el oficio de ellos, y para ganar dinero tenían que trabajar; y para comer tenían que trabajar, e iban a pescar para vender la pesca; y también de los peces comer algunos peces. Y Pedro parece que ya estaba flojo económicamente, y los demás también)*...* *Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.* *Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.* *Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.* *Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.* *Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro:* *¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.* *Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos* (era cerquita)*.* *Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.”* O sea, que Jesús sabía cocinar; y pescado, eso cualquiera lo sabe cocinar: enciende un fuego, puede poner unas piedras ahí, enciende el fuego y coloca un pescado con todo y escama; si le quiere sacar las tripas se las saca, y si no, se las deja, y ya cuando se lo va a comer, lo abre y saca las tripas (si no se las había sacado), y no le va a sacar las escamas, sino se come toda la carne de adentro y deja ahí la piel, el cuero, con las escamas y las espinas. ¿Ven? Es sencillo el asunto de comer pescado, de hacer pescado, y así por el estilo. Ahora, la harina, pues Él tuvo que haberla traído de alguna forma. Recuerden que en esos tiempos la gente caminaba con un saco de tela o de lo que fuera, ¿y saben cómo se llamaba eso? O una sábana, y ahí echaban todas las cosas. Todavía entre los indígenas acostumbran eso: echan muchas cosas de comer, de esto y de lo otro, y abrigos y de todo, y le hacen un nudo *acá* y otro *acá*, y metían una vara y seguían con eso, ése era el morral; y andaban con la comida y hasta con la frisa encima; la frisa algunas veces era lo que envolvía todo y amarraba todo (Nota - *Frisa: Tela de lana*). Por lo tanto, en esos tiempos, pues, eran más precavidos que en este tiempo, y en esos tiempos pues la situación era más difícil que en este tiempo. Por lo tanto, las personas ya se iban con la comida del día; como los que trabajan en construcción, que se llevan su lonchera, su fiambrera, su comidita, en loncheras o en termos, y así por el estilo, y pasan el día fuera trabajando, pero ya tienen su comida. Así que en esos tiempos pues llevaban comida. Vean, cuando hizo el milagro de los panes y los peces, dijo Jesús, cuando recogieron todo lo que sobró, que sobró más que lo que había, que lo que hubo cuando Jesús hizo el milagro; o sea, cuando antes de Jesús hacer el milagro. Habían unos panecitos y unos pececitos en una canasta, y después necesitaron unas cuantas canastas para recoger lo que sobró; en una ocasión doce y en otra ocasión si. Así que, vean ustedes, y Cristo les dijo: “No boten nada, recojan todo para que no se pierda nada, porque eso ya lo iban a usar en su trayectoria, ya tenían la comida de la semana. Y ahí pues no iban a tener problema porque ya tenían pan y peces, y eso pues no se daña rápido, si el tiempo, pues no está muy caliente. Así que ellos ya tenían para comer, o ese día o en la noche si les daba hambre, o al otro día. Y ahora, toda esa comida iba a ser utilizada, porque Dios estaba dando allí ese alimento para que se usara. Por lo tanto, en el Programa Divino no sobra nada, lo que sobra se usa, tiene un uso. Ahora, encontramos que Cristo había multiplicado los panes, y multiplicó también los peces; o sea, que multiplicó ya algo que estaba creado. Pero en el caso de los peces que fueron pescados, Él los creó para que Pedro los pescara. Y Pedro podía decir: “Dios proveyó.” Pues Dios estaba en carne humana manifestado proveyendo allí. Ahora, en el milagro éste que vamos aquí a ver, donde Él dice: “*El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.”* Ahora, habíamos visto que era cerca, unos doscientos estadios, algo así. Sí, era algo raro. Ahora vean, ya Cristo estaba resucitado y ya estaba glorificado. Por eso ustedes encuentran que no lo conocían, desde que le apareció a Sus discípulos no lo conocían; caminó con los caminantes de Emaús y no lo conocían; y aun María Magdalena en uno de los Evangelios no lo conoció; luego encontramos que aun cuando luego se encuentra con los discípulos y entra donde ellos están encerrados, no creían que era Jesús. Nosotros vamos a ser a Su imagen y a Su semejanza, y vamos a ser jovencitos como de 18 a 21 años de edad en apariencia. ¿Qué les apareció a ellos? Un joven, porque en el cuerpo glorificado la persona es joven, como también en el cuerpo angelical la persona es joven. Cuando el Rvdo. William Branham estuvo en el Paraíso, él dice que él para saber si era realidad lo que él estaba viviendo allí, se mordió un dedo y sintió; o sea, que no era una visión, era una realidad. Él había llegado al Paraíso, al lugar donde estaban los creyentes en Cristo que habían partido; había llegado a la sexta dimensión. Y dice que se toco la cabeza para ver si tenía su cabello, y tenía todo su cabello. Y cuando vio a las personas dice que eran como de 18 a 21 años de edad, las personas que allí estaban; y cuando vio una joven como de 18 a 21 años de edad, el Ángel le dice: “¿La conoces?” El hermano Branham le dice: “Parecía un Ángel.” Y el hermano Branham le dice: “No, no la conozco.” Él le dice: “Ella tenía (¿cuánto era Miguel? ¿Cómo noventa años? Noventa años o algo)... noventa y algo de años, cuando ella recibió a Cristo.” Por supuesto bajo el ministerio del hermano Branham. Por eso es que ella dice: “Si tú no hubieras venido, no estaríamos aquí.” ¿Ven? Todos allí tenían la misma experiencia; y eran todos jóvenes, aunque en la Tierra habían llegado a una edad (muchos de ellos) de ancianos. Cuando esa señora recibió a Cristo bajo el ministerio de nuestro hermano Branham, tenía noventa y algo de años, noventa o noventa y algo de años. Y ahora cuando la ve en el Paraíso la ve jovencita, lo que ve es una joven como de 18 a 21 años de edad, que parecía un Ángel. En el cuerpo angelical no hay niños ni hay viejos, solo jóvenes. Cuando el hermano Branham tuvo la experiencia también de tener un sueño o una visión, en donde visitó el Paraíso, Dios le permitió ir allá (fuera en sueño o en visión); y vio una joven de ojos (dice) azules, ¿verdad Miguel? Aunque sus ojos eran cafés en el cuerpo físico; es algo muy interesante eso. Ahora vean, hubo un cambio de color de ojos, porque dice que Sharon Rose tenía los ojos color café acá en la Tierra, pero cuando la ve allá, vean, ella murió de poquito tiempo, no tenía muchos años, era como ¿cuánto tiempo? No recuerdo bien la edad... vamos a ponerle un año con seis meses, más o menos. Y cuando partió, luego la ve allá, ve una joven como de 18 años de edad que está al lado de una carreta, y le dice, cuando lo ve le dice: —“Papá.” - Y él vira y le dice: “Joven, ¿por qué usted me dice papá, si somos casi de la misma edad?” - Y ella le dice: “Papá yo soy tu niña Sharon Rose; en la Tierra yo era una bebé, pero aquí ya soy una jovencita; esto es lo que tú predicabas.” Y ahí él comprendió que en el cuerpo angelical, vean ustedes, cuando la persona parte, no parte para ser de la edad que tenía aquí en la Tierra, sino que parte para el Paraíso en un cuerpo que representa de 18 a 21 años de edad, aunque la persona haya tenido un año, o seis meses, o la persona haya tenido noventa años o cien años. No importa la edad que haya tenido, va a vivir en el cuerpo angelical que representa de 18 a 21 años de edad. Y allí no hay calvos tampoco, porque al hermano Branham se le había caído el cabello en la Tierra, y cuando llegó allá en el cuerpo nuevo, en el cuerpo angelical, tenía todo el cabello; y en el cuerpo físico y glorificado también es así. Por lo tanto, nosotros al ser creyentes en Cristo no perdemos nada; aunque se nos caiga todo el cabello, ni un cabello de nuestra cabeza perecerá, porque en el nuevo cuerpo tendremos todo el cabello; y en el cuerpo angelical también, vean, porque son dos cuerpos: el cuerpo angelical es de otra dimensión, de la sexta dimensión, y el cuerpo físico, el nuevo, es interdimensional, puede aparecer en esta dimensión o en cualquier dimensión. Ahora, esto es un misterio del Reino de Dios, eso es la clase de cuerpo en que nosotros teníamos que aparecer si Adán y Eva no pecaban. Si Adán y Eva no pecaban, nosotros no teníamos que venir en estos cuerpos mortales, terrenales y temporales, ni tampoco teníamos que tomar un espíritu del mundo, sino que recibíamos el espíritu angelical teofánico de la sexta dimensión, y recibíamos el cuerpo físico glorificado. Eso tenía que ser así, si Adán y Eva no pecaban. Si Adán y Eva no pecaban, el primer hijo que tendrían ellos sería Jesús. Y de Jesús vendrían todos los demás hijos. Ahora, hemos visto que Adán perdió esa bendición; pero Cristo, el Segundo Adán, está produciendo, creando, esa Nueva Raza, que es la Raza original que Dios tuvo en su mente desde antes de la creación del mundo. Esa es la Raza que es parte de Dios, es la descendencia de Dios, los hijos e hijas de Dios, que tenían que venir de todos modos. Aunque hubo una interrupción allá, de todos modos teníamos que ser manifestados como hijos e hijas de Dios. Y como hijos o hijas de Dios, la primera parte es la manifestación espiritual, en donde obtenemos el cuerpo angelical; en donde nuestra alma obtiene el cuerpo angelical, eso es la primera parte del Programa de Creación Divina con Vida eterna. Y luego la segunda parte es el cuerpo físico glorificado, el cual estamos esperando. Por eso es que se ha estado llevando a cabo una pesca milagrosa en la Dispensación de la Gracia, y todas esas pescas que han realizado los Apóstoles, los siete Ángeles Mensajeros, y la que se realizará o se realiza en este tiempo final, componen la Gran Pesca Milagrosa de la Dispensación de la Gracia en el campo espiritual; y luego para este tiempo final en adición recibiremos nuestra transformación, en donde todos esos peces serán transformados y vendrán a ser eternos físicamente también. Ahora, para este tiempo final esta pesca milagrosa que aparece en San Juan, capítulo 21, donde nos dice: “*El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.* *Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro:* *¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.* *Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.* *Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.* *Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar.* *Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió* (153 peces, al ser tan grandes eran muchos)*.”* Y ahora, 153 peces grandes representan los escogidos de Dios de entre la Iglesia de Jesucristo y los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Encontramos que en una ocasión tuvo una visión o un sueño el Rvdo. William Branham, en donde él se halló pescando en un lago, y ese lago estaba lleno de truchas muy hermosas; aunque antes, primero había estado en un lugar donde vio peces con manchas blancas y negras, y no le gustó esa clase de peces, no le agradó mucho. Vamos a ver, pero luego se encontró pescando en un lago cristalino, el agua bien clara, y vio muchos peces grandes allí; aquí en el libro de *“Citas,”* en la página 12, párrafo 97, ahí está, y les voy a leer aquí, está aquí escrito, dice: “*Cuando yo primeramente entré en el ministerio nueve años pasados, yo había visto una visión y yo estaba cogiendo pescados* (o sea, peces)*, pero los peces tenían manchas grandes de negro y blanco en ellos; no se miraban bien. Pero ahora, en esta visión* (ahora, ¿ven? primero había tenido una visión, pero ahora tiene otra visión; ahora en esta otra visión vean lo que él vio)*... Pero ahora, en esta visión, yo miré en el agua cristalina truchas iridiscentes* (¿Qué es eso Miguel? ¿Iridiscentes? Fluorescentes, como fluorescentes)*... truchas iridiscentes, grandes y hermosas* (¿ve? Grandes y hermosas)*, y el lago era extremadamente grande. Todo alrededor habían cientos y cientos de ministros* (Puede decir: ‘En todo alrededor habían cientos y cientos de ministros.’) *cogiendo pescados pequeños. Yo dije en mi corazón: ‘Yo soy tan buen pescador como ellos, o quizás mejor que lo que son ellos.”* Ahora vean, lo que pescaban eran pescados pequeños. Recuerden que los peces grandes representan a los escogidos de Dios, representan a las vírgenes prudentes. Pero peces pequeños representan vírgenes insensatas, son peces también. “*Yo quería coger un pez grande y hermoso y comencé a preparar mi línea y el señuelo* (o sea, la carnada)*. Entonces de mi lado derecho, detrás de mí, vino la misma voz del ángel del Señor, quien me había hablado a mí desde que yo era un niño, diciendo: ‘Yo te enseñaré cómo pescar.”* Vean, hay alguien que sabe cómo pescar. Así como Jesús en dos ocasiones, vean ustedes, le dijo a Pedro cómo pescar; cuando no hubo peces primero para Pedro pescar, habían pasado la noche sin pescar nada, y ahora Cristo le va a enseñar cómo pescar: tirando la red en la Palabra del Señor. En la Palabra del Señor para cada edad se tira la Red y se pescan los peces de Cristo. Peces, pues representa cristianos, creyentes en Cristo. “*Yo te enseñaré cómo pescar* (y que bueno es cuando de parte de Dios somos enseñados a pescar)*.’ Pero tú debes de guardar silencio, no digas nada acerca de ello.’ Yo contesté: ‘Yo lo haré.’ El dijo: ‘Asegura tu señuelo.’ Esto lo hice. Entonces él dijo: ‘Ahora, para coger esos peces grandes, tienes que ir más allá hacia lo profundo del agua.”* Y ahora, el Ángel le está enseñando cómo pescar. Aguas representan: naciones, pueblos y lenguas; y peces, pues son gente. *“Yo me volteé y arrojé con toda mi fuerza y la línea se fue hacia su distancia plena. El dijo: ‘Eso está bien.”* O sea, eso es una felicitación para la persona cuanto tira *así* la línea con el anzuelo y la carnada y se va hasta lo último, o sea, se desenrolla todo el hilo que hay y llega hasta lo último, cae allá en lo profundo y baja hasta el fondo; porque la enseñanza era que tenía que ser en aguas profundas, en la parte profunda, en la parte más honda del lago. “*Al hundirse el señuelo casi hasta el fondo del agua cristalina, él dijo: ‘Ahora primero dale un estirón lento y adquiere la atención de los peces pequeños. Después dale un estirón rápido y estira el señuelo lejos de ellos* (o sea, dale un estirón, y al halar saca del área donde había caído el anzuelo con la carnada, que fue donde ya se habían reunido los peces pequeños, de ahí los tienes que sacar fuera de ellos. Vamos a ver aquí:)*... lejos de ellos, y los peces grandes lo seguirán cuando miren a los peces pequeños perseguirlo.”* ¿Ven? Porque cuando se mueve algo en el agua, los peces seguida van buscando, y ya como había caído entre... en un sitio, y los peces pequeños ya se habían acercado por ahí, ya cuando le dan el halón lento, los peces pequeños van siguiéndolo; y cuando le dan el halón más fuerte, los peces pequeños tienen que desarrollar más velocidad para seguirlo. Y los peces grandes cuando ven eso salen a seguir hacia donde están los peces pequeños. “*...y los peces grandes lo seguirán cuando miren a los peces pequeños perseguirlo.”* Y los peces grandes pues van a tratar de agarrar esa carnada; o sea, que es un plan perfecto el que le está dando el Ángel del Señor al Rvdo. William Branham para la pesca, de lo que el hermano Branham quería: pescar un pez bien grande. Y el Ángel le enseña cómo pescar peces grandes. “*...y los peces grandes lo seguirán cuando miren a los peces pequeños perseguirlo* (ya eso es en el segundo halón, ahí en ése segundo halón es que los peces grandes verán los peces pequeños seguirlo, y van a seguirlo)*. Recuerda, guarda silencio y no digas nada acerca de ello a nadie. Para el tercer halón fija tu línea tirante* (o sea, bien estiradita)*. Tú estás listo para la pesca* (ya para el tercer halón es que tiene que tener la línea bien estiradita, listo para la pesca, para pescar ¿qué? Peces grandes, un pez bien grande)*.’ Yo dije: ‘Yo entiendo.’ Todos los ministros comenzaron a venir alrededor de mí, diciendo: ‘Hermano Branham nosotros sabemos que usted puede coger peces.’ Yo respondí: ‘Oh sí, yo sé cómo hacerlo.’ Entonces comencé a explicarles el modo exacto relatado a mi por el Ángel del Señor. Yo me excité tanto queriendo enseñarles a los ministros cómo pescar, que yo sacudí el señuelo completamente afuera del agua, cogiendo un pescado como del tamaño del señuelo.”* Y eso fue en el segundo halón, salió antes de tiempo del agua la línea con el anzuelo, no llegó a la Tercera Etapa. “*Parecía ser como* (como la piel, el cuero del pescado)... *como que el cuero del pescado estaba extendido tirantemente* (o estirado) *sobre el señuelo. Pensé cómo habría de quitarlo. El Ángel del Señor anduvo detrás de mi, a mi lado derecho y vino directamente en frente de mi; el mismo que he visto: un hombre alto, fuerte, del tamaño de un hombre de 200 libras, brazos grandes, vestido en túnica blanca, descalzo, cabello obscuro. Me miró directamente* (en el rostro, o sea) *en la cara y dijo: ‘Lo que te dije que no hicieras, hiciste. Yo pensé ‘Esto es el fin de mi ahora* (o éste es mi fin ahora)*.’ El dijo: ‘La primera vez que yo te dije que le dieras un estirón lento y que guardaras silencio acerca de ello, era cuando ellos ponían sus manos en las tuyas. Tu segundo* *halón...”* O sea, era cuando la vibración en la mano: ponían la mano sobre la del hermano Branham, y ahí por unas vibraciones, el brazo, si la persona tenía alguna enfermedad, el brazo se hinchaba y tomaba ciertos colores y el hermano Branham ya sabía que enfermedad tenía la persona. Pero él hasta públicamente mostró el brazo y la forma en que funcionaba esa señal. “*Tu segundo halón cuando yo te dije que sacudieras más rápido y que guardaras silencio acerca de ello, era cuando yo te daba las visiones para que supieras los secretos de los corazones de las gentes y mientras tú predecías lo que yo te decía yo hacía exactamente lo que te decía que hicieras* (o sea, el que hacía las cosas era el Ángel)*. En vez de guardarte silencio acerca de estas cosas, te subiste en la plataforma e hiciste un espectáculo público de estos dones Divinos. Mira lo que has causado: una muchedumbrede personificaciones carnales.’ Yo comencé a llorar verdaderamente fuerte, yo dije: ‘Siento mucho, Señor, que hice eso.’* *Mi línea estaba apilada todo alrededor de mis pies. Yo tenía el señuelo en mi mano y mientras yo lloraba, comencé a recoger la línea pasándola por mis dientes tratando de enderezarla* (o sea, de soltarla para desenredarla). *Entonces El me miró con firmeza y dijo: No dejes que se enrede tu línea en esta clase de tiempos.’ Yo dije: ‘Yo trataré de que no se me enrede jamás, buen Señor.’ Entonces parecía que me iba hacia otra dimensión todavía más alta. La línea de pescar que tenía en mi mano se tornó en* (una) *correa de zapato* (o sea, en un gabete, cordón de zapato, que uno lo mete por los ojitos del zapato; se le llama gabete o cordón del zapato)*... La línea de pescar que tenía en mi mano se tornó en* (una) *correa* (o un gabete o cordón) *de zapato, como de media pulgada en diámetro. Yo estaba deteniendo un zapato de niño, con ojetes como de un octavo de pulgada en diámetro. Yo estaba tratando de poner esta correa de media pulgada por el ojete de un octavo de pulgada y yo había quebrado la correa en muchos hilos. El Ángel del Señor estaba todavía parado allí en frente de mí y él* *preguntó firmemente, pero amorosamente: ‘¿Qué es lo que tratas de hacer?’ Yo respondí: ‘Estoy tratando de abrochar este zapato.’ El dijo: ‘Estás usando la punta incorrecta de la correa.’ Yo miré abajo a la otra orilla de la correa y me fijé que estaba reducida y atada con una punta de metal que fácilmente entraría en el ojete.”* En otros lugares encontramos que este zapatito de bebé representa algo aquí en esta visión. Vamos a ver si podemos... hay unos lugares donde hablándole el Señor con relación a esta visión, vamos a ver si lo podemos conseguir... vamos a ver qué él nos dice en el libro de *“Los Sellos,”* aquí está página 471. En el libro de “*Los Sellos,”* Página 471, nos dice: “*Y en eso le arranqué duro y la carnada se salió del agua, y vi que tenía un pez, pero era tan pequeño que parecía la piel del pez adornando la carnada. Entonces oí la Voz que me dijo: ‘Te dije que no hicieras eso.’* *Entonces comencé a llorar; y la cuerda la tenía toda enredada. Estaba llorando con la cabeza inclinada, y dije: ‘Dios, perdóname. Yo soy tan torpe. Perdóname.’ Tenía esta cuerda, y en la mano tenía el zapatito de niño muy pequeño. La cuerda que tenía en la mano era como del grueso de mi dedo, como de un centímetro, y el agujero en el zapatito, tenía como un milímetro y yo estaba tratando de meter esa cuerda en ese agujerito. En eso la Voz me dijo: “No puedes enseñarles las cosas sobrenaturales a los bebés pentecostales.”* Y ahora, vean a dónde es llevado todo este misterio de la pesca, en donde el Rvdo. William Branham quería pescar peces grandes, luego de ahí pasa a otra etapa porque aquella etapa no la hizo correctamente, y no pudo pescar los peces grandes; y ahora se encuentra que la cuerda de pescar, el hilo de pescar, se le convierte en un cordón de un zapatito de bebé, y está tratando de meter por el ojete de ese zapatito de bebé, está tratando de meter el hilo o el cordón, y el cordón pues tiene una parte gruesa en un lado y una parte finita en el otro lado; y la parte finita del otro lado está con una, algo de metal, para que sea más fácil, para colocar el cordón en el zapatito del bebé. Y ahora, vean ustedes, él haciendo eso, era él estar enseñándoles a los bebés pentecostales cosas sobrenaturales. Ese zapatito, vean, representa a los bebés pentecostales; por eso era un zapatito de bebé. “*No puedes enseñarles las cosas sobrenaturales a los bebés pentecostales. ¡Déjalos!”* Y esa fue una orden. “*¡Déjalos!’ Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión* (y ya esa reunión y ese lugar elevado no es con el zapatito de bebé; en palabras más claras no es con bebés pentecostales)*... Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión.”* O sea, que no era una actividad del hermano Branham; había una reunión ahí, y donde hay una reunión o hay actividades de la predicación de la Palabra, pues ése es un lugar donde se están llevando a cabo actividades. Hay un lugar... vamos a ver.. Miren aquí en la página 12-A, párrafo 115, dice: “*Y ustedes creen que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre y yo estoy aquí para hacer conocer Su obra y Su forma. Durante los 15 ó 16 años que he estado en el campo, he sido muy renuente a estas cosas, pero ahí viene una hora cuando algo se está arreglado para suceder* (ya está arreglado)*. El Mensaje irá a otra nación, a otro pueblo. Pero mientras estamos en la presencia de Su Santo Ser... creo que la Iglesia en América está casi para ser llamada; ella ha terminado; ella está lavada; ella está lista, la Iglesia real.”* Y ahora, se estaba acabando la etapa, está en el 63 hablando, y se estaba acabando la etapa de la Iglesia y de la séptima edad, que corresponde a Norteamérica. Por eso es que en la Visión de la Carpa él escucha esa Tercera Etapa en otro idioma, no en el idioma inglés. Ahora, hay otro lugar, vamos a ver si se los consigo rápido, donde él fue a un lugar, un tabernáculo, y le fue dicho: “Pero éste no es tu tabernáculo.” Vamos a dejarlo pendiente ahí, vamos a continuar aquí en el libro de *“Los Sellos.”* Aquí en el libro de “*Los Sellos,”* cuando nos habla de la Visión de la Carpa, y nos habla de la Tercera Etapa, vean, ahí Dios nos da más luz acerca de la Visión de la Carpa, que viene ya desde los comienzos del ministerio del hermano Branham. Sigue diciendo: “*Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión, y parecía una carpa o una especie de catedral. Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño...”* Porque en un edificio o una carpa gigante, un cuartito de doce pies por veinte pies, o sea, de unos cuatro metros de ancho por unos cinco metros o siete metros de largo, eso es un cajoncito comparado con una catedral o una carpa gigante; digamos carpa o catedral que quepan veinte mil personas, y que esté lleno; pues un cuartito, algo como eso, eso es algo insignificante, pequeñito. ¿Ve? Por eso él lo ve como una cajita. “*Y esa luz que Uds. ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba* (o sea, que no era con él la cosa)*. Se fue volando de donde yo estaba, y se fue a posar sobre la carpa, y dijo: ‘Te encontraré allí. Esto será la tercera etapa, y no se lo dirás a nadie.* *Y allá en el Cañón Sabino, El me dijo: ‘Esta es la tercera etapa.’ Hay tres cosas muy grandes que acompañan la tercera etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido. Pero estuve allí parado, y lo miré directamente; y esta es la tercera etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios.”* Vean, es el Espíritu Santo llevando a cabo la Obra correspondiente a este tiempo final, para lo cual en el cumplimiento pleno de esa Tercera Etapa, vean cómo estará el Espíritu Santo llevando a cabo esa Obra. Página 134 del libro de *“Los Sellos,”* dice: “*Y noten Uds.: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando El llegue a ser encarnado en la* *Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores.”* Eso es lo que está prometido para esta etapa final. Vean también aquí en la página 146 del libro de *“Los Sellos,”* dice: “*Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.”* Luego en la página 352 del libro de *“Los Sellos,”* dice: “*Y sucederá que al tiempo cuando el anticristo venga en su plenitud, Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos* (o sea, para transformarnos; porque es la Redención del cuerpo, que es nuestra transformación)*.”* Ahora, vean cómo aquí nos muestra que nuestra Redención física, que es nuestra transformación, está ligada a esta manifestación del Espíritu Santo, esta manifestación de Dios. “*Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos. Siempre corren paralelos. Caín y Abel, el cuervo y la paloma en el arca, Judas y Jesús.”* Ahora, ahí podemos ver algo ahí muy importante. Veamos también acá en la página 131 del libro de *“Los Sellos,”* dice: “*Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte; los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos.* *Fíjense en el misterio. El viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Uds. saben eso. ¡Tiene que venir algo!* *Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino El mismo.”* Eso que tiene que venir para cambiar esta Iglesia es: El Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19. Luego sigue diciendo: “*Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.”* El Verbo, el Verbo que se hizo carne dos mil años atrás está prometido para venir nuevamente en carne humana. “*Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.* *Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.* *Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. (Apocalipsis 19:13-16).* *Allí viene el Mesías, allí es donde está.”* Y ahora, la página 277, dice (del libro de *“Los Sellos,”*), orando el Rvdo. William Branham, dice: “*...pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y El llame los Suyos.”* Aquí tenemos también el llamado de todos los hijos de Dios, de todos los escogidos de Dios, de los peces grandes; es el llamado del Espíritu Santo en el Día Postrero, en la Obra correspondiente al Día Postrero, así como el Espíritu Santo obró en cada Ángel Mensajero y llamó y juntó los peces de Cristo, los escogidos. Ésos son peces grandes, los escogidos de cada edad. Y los que son las vírgenes insensatas, pues son peces pequeños. Y ahora, encontramos que ha sido el Espíritu Santo el que ha estado llevando a cabo la Obra de edad en edad; y el Rvdo. William Branham dice: “*Y cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo...”* Vean, el Espíritu Santo que ha estado en la Iglesia de Jesucristo de edad en edad, de etapa en etapa, está prometido que así como el Ángel de Jehová que estuvo de etapa en etapa en medio del pueblo hebreo manifestándose por medio de cada Profeta, de cada Mensajero, vean, fue el Espíritu Santo allá hablando por medio de cada Profeta. Pero luego el Ángel de Jehová se hizo carne en medio del pueblo hebreo. Allí estaba el Espíritu Santo en medio del pueblo hebreo. Por eso cuando Cristo habló del Consolador, Él dijo: “El Consolador que está con vosotros.” Estaba con ellos, estaba con ellos en carne humana. Luego, del Día de Pentecostés en adelante ha estado en medio de Su Iglesia, pero ha estado manifestándose a través de cada Mensajero que Él ha enviado. Para el Día Postrero tenemos la promesa que Él se hará carne, vendrá en carne humana, se encarnará, tendrá un velo de carne. Ahora, esta manifestación para este tiempo final será para llamar y juntar todos los peces grandes, los escogidos de Dios de entre los gentiles en el Cuerpo Místico de Cristo, y luego los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Siendo que los hebreos van a creer en Cristo, van entonces a ser cristianos también, van a ser peces también. Ahora, podemos ver que esta es una obra que está prometida para ser hecha en este tiempo final, y corresponde a la Tercera Etapa. Y le fue dicho al hermano Branham: “De esto tú no dirás nada, y de esto no habrá imitaciones, porque el enemigo no sabrá nada de esto y no sabrá cómo funciona la Tercera Etapa, por lo tanto no habrá imitaciones. Por eso también le fue dicho: “No será un espectáculo público.” Para que no haya, pues, imitaciones. Bajo esa etapa es que cuando Cristo complete Su Iglesia, es que se va a cumplir esta promesa, de la página 22 del libro de *“Citas,”* el párrafo 176: “*Y allí están esos dos testigos. Y cuando ellos atormenten al mundo, con sus predicaciones, y reúnan otra vez a los judíos, trayéndolos al arrepentimiento, trayéndolos otra vez para que crean; cuando vean a Jesucristo viniendo por la Novia, ellos dirán: ‘Mirad, éste es el Dios a quien esperábamos. ¡Éste es El!’ Pero Él no viene por ellos, viene por Su Novia.”* Y más abajo en ese mismo párrafo, dice: “*Cuando el Señor Jesucristo venga por su Novia, y ellos lo vean a Él, ellos dirán: ‘Éste es el que hemos esperado, allí está Él.’ Él se levantará con sanidad en Sus alas.”* Y ahora, para la Iglesia, para los escogidos, será sanidad total. Eso es la transformación de nuestros cuerpos, en donde desaparecerán todos los achaques, cuanto achaques tenga el cuerpo físico de los escogidos, desaparecerá; no importa, sea grande o sea pequeño el problema, va a desaparecer; porque cuando recibamos el cuerpo nuevo no tendrá ningún problema el cuerpo nuevo, no tendrá ningún problema de salud. Ahora, leemos aquí también en la página 22 y 23, párrafo 183, dice: “*El hijo del hombre está ahora siendo revelado desde el cielo.* *¿Vendrá después de un tiempo, hermano Branham? Es ahora; y yo deseo no hacer esto tan personal en esta reunión, espero que su espíritu dentro de usted que es dado por Dios, pueda leer lo que estoy hablando. El Hijo del Hombre ya ha venido de Su gloria y se está revelando a sí mismo por los cuantos años pasados, a Su Iglesia en Su misericordia; enseñándoles Su gran presencia, haciendo las mismas cosas que Él hizo cuando El estuvo aquí en la tierra, revelándose a sí mismo como Él lo hizo a Abraham antes de la destrucción. Él ha venido ahora en misericordia revelándose a sí mismo a la Iglesia; se han reído y lo han escarnecido. La siguiente vez que Él se revele a sí mismo, será en el juicio al mundo y las naciones que se olvidaron de Dios y pecaron su manera de gracia, Su día de Gracia (más bien).”* Y el Día de Gracia es la Dispensación de la Gracia. Y ahora, esto va también con el libro de *“Los Sellos,”* página 57, donde dice: “*Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...’* *Ahora, si Ud. se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Angel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los Judíos porque la iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:* ‘*...y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.’* *¿Recuerden el Ángel de Apocalipsis capítulo uno? Éste es el* *mismo. Un Ángel es un Mensajero, y él es un Mensajero a Israel.* *¿Ve Ud.? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su iglesia.”* Y ahora, Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel que viene por el pueblo hebreo, el Ángel del Pacto, viene por la Iglesia, porque está a punto de ser raptada, porque se ha completado la Iglesia, y por consiguiente Él viene por Su Iglesia, y después se revela al pueblo hebreo; es en medio de la Iglesia de Jesucristo donde el pueblo hebreo verá a Cristo, el Ángel Fuerte, el Ángel del Pacto revelado, y realizando todo lo que Él prometió para este tiempo final. Ahora, podemos ver que hay algo grande ahí para la pesca milagrosa del Día Postrero, es el Ángel de Dios. Vean ustedes, no es una obra humana, es la Obra del Ángel del Pacto para el Día Postrero en la pesca milagrosa. Encontramos que esa pesca milagrosa para este tiempo final, cubre primero a los escogidos que vienen a formar parte de la Iglesia, los escogidos de entre los gentiles, y después los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Aunque de entre los escogidos de la Iglesia de Jesucristo, del Día Postrero, la pesca milagrosa, muchos pueden ser hebreos descendientes hebreos, aunque no sepan que son descendientes hebreos. Pero no pertenecen al grupo de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, porque el grupo de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, pertenecen al pueblo de los siervos. Y el grupo de los escogidos del Día Postrero, la Iglesia de Jesucristo, pertenecen al grupo de los hijos e hijas de Dios. Y por consiguiente primero le toca a los escogidos de la Iglesia en el Día Postrero ser llamados y juntados, porque el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles con gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos. De esto habló Cristo en diferentes ocasiones allá en San Mateo, capítulo 13, dice en la parábola del trigo y de la cizaña, cuando los obreros quisieron que el Señor les permitiera arrancar la cizaña, Él dijo... vamos a ver capítulo 13, verso 27: “*Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde,* *pues, tiene cizaña?* *El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron:* *¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?* *El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.* *Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.”* Y luego la explicación que dio Cristo de esa parábola en el mismo capítulo 13, verso 37 en adelante, dice: “*Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.* *El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.* *El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.* *De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.* *Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,* *y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.* *Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.”* Y ahora, para el Día Postrero el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre es el ministerio que se encarga de la labor del Día Postrero; éstos son los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y de Elías. También en el capítulo 13, versos 47 al 50, Cristo dice: “*Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;* *y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.* *Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,* *y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.”* Y ahora vean, para el tiempo en que la Red, que ha sido echada en el mar para sacar peces, luego encontramos que en el Día Postrero los Ángeles del Hijo del Hombre la sacan, son los que están a cargo de esa labor, son los que están a cargo de esa pesca milagrosa del Día Postrero, en donde sacan los peces buenos, los peces grandes, y los colocan en cestas, dice; no es sectas religiosas, sino en cestas, canastas; y eso es siendo colocados en el Reino de Cristo, y luego siendo transformados y siendo llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Todo eso está bajo el gran milagro de la Pesca Milagrosa de este tiempo final. Por lo tanto, nosotros estamos en el tiempo en donde Él nos manda a tirar la Red correctamente, y hemos estado viendo cómo Cristo ha estado cumpliendo Su promesa. Él dijo en San Lucas y también en San Juan. En San Lucas la lectura que tuvimos nos dice: “*Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.”* Y en San Juan, capítulo 21, dice, verso 6: “*El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.”* Así que, tenemos que saber hacia donde hay que echar la Red, y nosotros hemos sido comisionados a echar la Red en la América Latina y el Caribe, en las aguas de pueblos, naciones y lenguas latinoamericanas y caribeñas. ¿Y qué estamos viendo? Que hay peces. Cuando se hace el llamamiento, ¿qué sucede? Hay peces. Y, vean ustedes, ya llevamos unos cuantos años, y cada día hay más peces, hay más creyentes en Cristo, hay más personas que han estado recibiendo a Cristo como su Salvador, hay más personas que han estado entrando al Reino de Cristo, al Cuerpo Místico de Cristo, a la edad correspondiente a este tiempo; y se ha estado llenando la edad con peces grandes, escogidos de Dios, de este tiempo final, del Cuerpo Místico de Cristo. Y luego faltan los escogidos del pueblo hebreo, que es un grupo de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Así que si echando la Red como Cristo nos dice para este tiempo final, hemos estado pescando grandes cantidades de peces para el Reino de Cristo, también va a funcionar cuando Él nos ordene tirarla hacia los peces hebreos. Por lo tanto, eso no fallará, porque la tiramos en la Palabra del Señor correspondiente a nuestro tiempo. Lo que Él habló allí a Pedro: “Echa la red.” Él dijo: “Yo la echaré en Tu Palabra (en la Palabra que Él les habló allí, la Palabra del presente).” Y en la Palabra del presente para nuestro tiempo echamos la Red del Evangelio y encontramos peces y la pesca siempre es buena. Y cuando terminemos nuestras labores veremos que la pesca total será una pesca grande, tan grande que nos maravillaremos y reconoceremos que ha sido Jesucristo en Espíritu Santo el que ha hecho ese milagro. Él tenía peces para que fueran pescados en este tiempo y fueran colocados en la Barca, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, adelante trabajando en esta labor de la Pesca Milagrosa, porque eso es lo que está señalado para este tiempo final. Y Cristo por medio de Sus Ángeles es el que obra esa Pesca Milagrosa, y todos somos colaboradores con Cristo y los Ángeles del Hijo del Hombre, en esta gran labor de la Pesca Milagrosa para este tiempo final. Estamos echando la Red correctamente, por eso es que están siendo pescados muchas almas para Cristo. Y esa gran pesca se extenderá luego a muchas otras naciones, cuando llegue el momento. Ya hasta el África se está extendiendo y están respondiendo, vean, y sin hacer esfuerzo; mas bien ellos son los que están pidiendo, están pidiendo el Mensaje, no solamente de grupos seguidores del Mensaje del hermano Branham, sino de grupos de diferentes organizaciones religiosas. Es que la Red se echa en la Palabra del Señor del tiempo en que uno vive, y saca peces de aguas, de las aguas de pueblos, naciones y lenguas. Así que adelante en la Pesca Milagrosa de este tiempo final, porque hay muchos peces, tanto en la América Latina y el Caribe, como también en el África y en otras naciones, y en el pueblo hebreo. Vean, esto fue lo que quiso el hermano Branham lograr, pero no le fue permitido; él quiso también ir al pueblo hebreo para echar la red allá y pescar, pescar el grupo de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y no le fue permitido, le fue dicho: “No es el tiempo, no vayas.” Así que esos peces grandes probablemente estaban pequeñitos todavía, tenían que crecer. Ya deben estar bien grandes esos peces para ser pescados cuando se eche la Red hacia el pueblo hebreo. Pero cada cosa tiene su tiempo. Ahora lo más importante es que la Red esté en medio de la Iglesia de Jesucristo en el territorio latinoamericano y caribeño, recogiendo los peces latinoamericanos y caribeños. Y vean, hasta el África también están pidiendo que la Red del Evangelio del Día Postrero y para el Día Postrero, llegue hasta ellos, porque ellos quieren ser peces pescados con la Red en el Día Postrero, en la Pesca Milagrosa que el Señor ha prometido. Todos somos peces de esa Pesca Milagrosa, que fuimos tomados por la Red del Evangelio, la Red de la Palabra de Cristo para este tiempo final. Así que estamos viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, estamos viviendo en el tiempo de la pesca milagrosa. Y lo que para algunas personas quizás no iba a llegar ni a la esquina (en los días de Jesús), vean, desde la tierra de Israel ha viajado hasta el Occidente, y ha cubierto todo Europa y el mundo entero. Y ahora, lo que para este tiempo final, para algunos, no iba a llegar ni a la esquina, vean, ha cubierto toda la América Latina y el Caribe; ha llegado también a Norteamérica, ha llegado hasta el África; y llegará también hasta el pueblo hebreo. Así que esto es porque la Red de la predicación del Evangelio está siendo echada en la Palabra de Cristo para el tiempo presente. “¡En Tu Palabra echaré la Red!” Y vean, no falla, no falla porque es en la Palabra de Cristo, y Él dijo que era para pescar. Por lo tanto, cuando salimos en los viajes misioneros, salimos a pescar, a pescar peces, almas para Cristo. Así que adelante trabajando en la Obra del Señor, en la Obra Misionera, en la Obra Evangelística, y hallaréis peces, porque estamos en el tiempo de la Pesca Milagrosa. Es algo maravilloso cuando en diferentes países se hace el llamamiento y las personas pasan al frente para recibir a Cristo, es que se echa la Red de la predicación del Evangelio en la Palabra de Cristo para nuestro tiempo, y por consiguiente tiene que producir lo que Cristo ha dicho: que hallaremos peces, hallaremos almas para Cristo. Y nosotros mismos fuimos también pescados por la Red del Evangelio. Así que le damos gracias a Cristo por este milagro de la pesca milagrosa que se está llevando a cabo en este tiempo final, entre los gentiles, en la América Latina y el Caribe, y que también ha estado pasando hacia el África y hacia otras naciones; y pasará también al pueblo hebreo. Y lo que muchos grandes predicadores no han logrado a través de la historia del cristianismo: de convertir el pueblo hebreo a Cristo, será logrado en este tiempo final, en la Pesca Milagrosa de este tiempo final. Y será algo maravilloso. Podrán decir después, mucha gente: “Nosotros con tanto estudio y con tanto trabajo misionero no logramos lo que están logrando estas personas con algo tan sencillo.” Pero es que es echada la Red en la Palabra del Señor para nuestro tiempo. Bueno, ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: **“LA PESCA MILAGROSA.”** Y nosotros hemos sido llamados para ser pescadores de hombres, por lo tanto, no tenemos miedo de echar la Red en la Palabra de Cristo del tiempo presente; porque Él dijo que hallaremos peces. Bueno, muchas gracias por vuestra amable atención, y que las bendiciones de Cristo continúen con todos ustedes y les use grandemente a cada uno de ustedes y a mí también en esta Gran Pesca Milagrosa, en donde estamos en la labor como pescadores de hombres, para Cristo, nuestro Salvador; pescando almas, seres humanos, para Cristo, para que sean peces de Cristo, para que sean cristianos, hijos e hijas de Dios. Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, y dejo nuevamente a nuestro hermano y amigo, el misionero, Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para ya finalizar nuestra parte o mi parte ya la finalizo y él continúa con la de él en esta noche. Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, ya Miguel no llega, y mientras él no llega, tengo yo que seguir aquí. Pero ya yo creo que con lo que hemos hablado ya tenemos suficiente, y mañana estaremos echando la Red. Oren mucho por la actividad de mañana, para que Dios saque muchos peces en la actividad de mañana. Bueno, que Dios te bendiga Miguel, y que Dios les bendiga a todos, y nos vemos mañana en la mañana Dios mediante, en el lugar que ya ustedes saben. Dios te bendiga. “**LA PESCA MILAGROSA.”**