--- title: 'Cómo consultar a Dios Hoy' date: 2003-05-14 activity: 2 place: city: San Luis Potosí state: San Luis Potosi country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes aquí en San Luis, Potosí, República Mexicana, unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos también saludos de mi esposa Erica, y los niños reciban saludos de mi niña América, y también de mi niña Yahannah Gabriela. Para esta ocasión leemos en Segunda de Crónicas, capítulo 20, verso \*1 en adelante, dice: “*Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra* *Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.* *Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.* *Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.* *Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;* *y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?* *Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?* *Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:* *Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. El tema es: **“CÓMO CONSULTAR A DIOS HOY.”** En este pasaje que hemos leído, encontramos que el rey Josafat con el pueblo hebreo, iban a ser atacados en una guerra en que los hijos de Moab y los hijos de Amón prepararon en contra del pueblo hebreo. Por lo tanto, estaban en peligro de muerte todos los hebreos, hasta los niños; y Josafat tuvo temor porque era una multitud grande, la cual humanamente no podía vencer Josafat con los soldados que él tenía. Por lo tanto, era un asunto de vida o muerte ese momento, en la vida e historia del rey Josafat con el pueblo hebreo. Y Josafat se presentó en el templo, se presentó ante Dios, presentó los sacrificios correspondientes para poder acercarse a Dios. Porque a Dios la persona no se puede acercar sin el sacrificio por el pecado. Porque si se presenta ante Dios sin el sacrificio por el pecado, miren lo que sucede: en Levítico, capítulo 10, dos sacerdotes hijos de Aarón se presentaron ante Dios sin el sacrificio por el pecado y con un fuego extraño que Dios no había demandado. O sea, era algo conforme al intelecto de ellos. Capítulo 10 de Levítico, verso 1 en adelante, dice: “*Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.* *Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.”* Ellos entraron al lugar santísimo del templo con sus incensarios, con el fuego en el incensario y con incienso que echaron; y cuando echan el incienso en el fuego del incensario, entonces se levanta el humo, y entraron así; pero ese fuego extraño Dios no lo había demandado, no era esa la forma correcta para acercarse a Dios con un fuego extraño. En Levítico, capítulo 16 veamos la forma de acercarse a Dios, establecida por el Dios Todopoderoso: “*Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.* *Y Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.* *Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.* *Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.* *Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.* *Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.* *Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.* *Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.* *Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.* *Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.* *Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.* *Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo.* *Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.* *Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.* *Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.* *Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.* *Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.* *Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.* *Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.”* Ahora, aquí podemos ver cómo tenía que hacer el sumo sacerdote; y era el único que podía entrar al lugar santísimo, y tenía que entrar con la sangre de la expiación. Y ahora, toda persona ha deseado ver a Dios, ha deseado ir ante la presencia de Dios y ha deseado consultar a Dios; ese ha sido el deseo del alma, del corazón de todo ser humano, y todo ser humano ha deseado ver a Dios, como también dijo Moisés a Dios, él le dijo: “Te ruego que muestres tu gloria.” Dios le dijo: “Yo voy a pasar delante de ti, y voy a proclamar el Nombre de Jehová; y cuando haya pasado, mientras esté pasando yo te cubriré con mi mano, pero cuando haya pasado entonces quitaré mi mano de delante de ti y entonces tú verás mis espaldas; pero no podrás ver mi rostro, porque no me verá hombre y vivirá.” Y luego pasó Dios delante de Moisés y entonces Dios se dejó ver de espaldas; y lo que vio Moisés fue un hombre de espaldas que había pasado delante de él. Eso era Dios en Su cuerpo angelical. El cuerpo angelical de Dios es llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová; por eso cuando le apareció a Moisés el Ángel de Jehová en el capítulo 3 del Apocalipsis, le dijo el Ángel de Jehová: “Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Porque era Dios en Su Ángel, Su cuerpo angelical. El Ángel de Jehová del Antiguo Testamento es nuestro amado Señor Jesucristo en Su cuerpo angelical, ése es el Ángel de Jehová, el cual se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, y fue visto por el pueblo hebreo y allí estaba Dios, estaba Dios dentro de Jesús; por eso Cristo decía: “El Padre que mora en mí, Él hace las obras.” Por eso también en otras ocasiones hablando del Padre, dice también a Felipe cuando él dice: “Muestranos al Padre y nos basta (allá en el capítulo 14 de San Juan).” Jesús le dice: “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto a mi, ha visto al Padre, ¿cómo pues dices tú muéstranos al Padre y nos basta? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y el Padre en mí, y el que me ha visto a mí ha visto al Padre?” Ahora, Dios estaba morando en Jesús en toda Su plenitud, por eso es que el que veía a Jesús, estaba viendo a Dios, porque Dios estaba en Jesús, y estaba vestido de ese cuerpo de carne llamado Jesús. Así como los que vieron al Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento, dicen que vieron a Dios cara a cara. Tenemos el caso de Jacob en Génesis, capítulo 32, donde dice... verso 24 en adelante, dice: “*Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.* *Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.* *Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendice*s (esa es la forma en que uno tiene que agarrarse de Dios: hasta recibir la bendición de Dios)*.* *Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.* *Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.* *Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.* *Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.”* También encontramos en el libro de los Jueces, capítulo 13 a los padres de Sansón que son: su padre Manoa y su madre la señora Manoa. En el capítulo 13 dice... Jueces, capítulo 13, ya al final, verso 16 en adelante para no leer mucho, dice: “*Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová* (no sabía que era el Ángel de Jehová)*.* *Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?* *Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?* *Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.* *Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.* *Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.* *Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.”* Siempre que el Ángel de Jehová aparecía en algún lugar, ¿quién aparecía? Jehová Dios, porque Jehová Dios aparecía en Su cuerpo angelical, el Ángel de Jehová es el cuerpo angelical de Dios, el Ángel de Jehová es Cristo en Su cuerpo angelical, es el cuerpo angelical de Cristo, un cuerpo de otra dimensión, de la sexta dimensión, de la dimensión de los Ángeles; por eso se le llama el Ángel de Jehová, porque es un cuerpo como el de los Ángeles, de otra dimensión, de la sexta dimensión. Y luego el Ángel de Jehová se hizo carne, se hizo hombre, el Ángel de Jehová es el mismo Verbo que era con Dios y era Dios, el cual aparece en San Juan, capítulo 1, verso1 en adelante. Es importante conocer estas cosas, conocer a Dios para saber a quién es que vamos a consultar: *“En el principio...”* capítulo 1 de San Juan, verso 1 en adelante dice: “*En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.* *Este era en el principio con Dios.* *Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho* *En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”* Y ahora: *“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.*” Por Él, todas las cosas por Él fueron hechas, toda la creación, los Cielos y la Tierra, el mundo visible y el mundo invisible también, todo fue creado por Él y para Él. Luego dice en el mismo capítulo 1 de San Juan, verso 14: “*Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”* Cuando se hizo carne el Verbo y habitó en medio del pueblo hebreo y por consiguiente en medio de la raza humana, lo conocimos por Jesús. El Señor Jesucristo es el Verbo hecho carne, el Señor Jesucristo es el Ángel de Jehová hecho hombre, hecho carne; y por consiguiente, por cuanto Dios estaba en el Verbo que era con Dios y era Dios, en el Verbo que es el cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, por eso es que Cristo, vean ustedes, aquí dice que el Verbo se hizo carne. O sea, que antes de hacerse carne, ya existía, era nada menos que el Ángel de Jehová. Ahora, en el capítulo 8 de San Juan dice, verso 56 en adelante: “*Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.* *Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?* *Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo* (o sea, esto es una verdad, de verdad, de verdad les digo)*: Antes que Abraham fuese, yo soy.”* Eso sorprendió a todos aquellos judíos, y pensaron que Jesús era un loco, porque todos sabían que Jesús había nacido en algún lugar; algunos pensaban que había nacido en Nazaret (porque allá se había criado), pero otros ya sabían que había nacido en Belén de Judea, como los discípulos de Jesucristo, porque ya María les había contado dónde había nacido Jesús. Y eso fue conforme a la profecía, porque el Mesías nacería en Belén de Judea a través de una virgen, de una mujer virgen descendiente del rey David. Así que fue cumplida toda la profecía mesiánica del nacimiento del Mesías. Ahora, encontramos que la Escritura nos dice que en Jesucristo moró la plenitud de la Divinidad. En Colosenses está, capítulo 1, verso 15 en adelante, dice: “*El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”* ¿Quién es la imagen del Dios invisible? Jesucristo, ¿y qué es la imagen del Dios invisible? El cuerpo angelical llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová: “*...porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”* Dios por medio de Jesucristo creó el mundo invisible y el mundo visible también, toda la creación fue realizada por Dios a través de Jesucristo. En palabras más claras: así como usted, que es alma viviente, si escribe, o si lee, o si come, o si trabaja, todo usted lo hace, pero usted es alma viviente. ¿Y cómo lo hace? Por medio de su cuerpo físico. Y Dios, que es Espíritu, por medio de Su cuerpo angelical creó los Cielos y la Tierra, creó el mundo invisible primero y luego el mundo visible. Todo fue creado por Él y para Él, Él es el dueño de todo. Y ahora, hemos visto cómo fue realizada la creación del universo; la ciencia todavía está buscando cómo surgió la creación del Universo, y miren, aquí está, aquí está el origen del Universo. Dice: *“Porque en él fueron creadas todas las cosas...”* en Él fueron creadas; y luego dice que por medio de Él fueron creadas todas las cosas. Son dos cosas diferentes. Por medio de Él fueron creadas todas las cosas; pero cuando dice: “En Él fueron creadas todas las cosas.” Eso nos habla que antes de las cosas existir, todas estaban en Cristo; en Cristo, en Su cuerpo angelical todas las cosas estaban allí, todas las cosas que iban a ser creadas por Dios. ¿Y cómo podemos entender esto? Eso es lo más sencillo para entender: una planta de trigo antes de aparecer en la Tierra ¿dónde está? En la semilla de trigo, ahí estaba creada la planta de trigo con todos los granos de trigo que iba a tener. Y aun si esos granos de trigo luego se siembran, producen muchísimas plantas de trigo con más granos de trigo, y si todos esos granos de trigos que produce, se siembran de nuevo, entonces produce miles o millones de plantas de trigo con fruto también, con muchos granos de trigo, en el tiempo en que ya nacen los granos de trigo. Y luego si los siembran de nuevo, vuelven a tener millones de plantas de trigo con millones de granos de trigo. ¿Y dónde estaban? Estaban creados en la semilla primera que fue sembrada en tierra. Así también toda la creación estaba en Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora, veamos también, cuando Dios creó al ser humano, lo creó a Su imagen y luego a Su semejanza; la imagen es el cuerpo angelical, la semejanza es el cuerpo físico de carne. En el Génesis, capítulo 1, verso 26 al 27, dice: “*Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.* *Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”* A imagen de Dios. ¿Ven? Primero crea al hombre a Su imagen; pero Dios había dicho: *“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.”* ¿Ven? Primero la imagen y después la semejanza. Y ahora, estando el hombre creado a la imagen de Dios, eso es en cuerpo angelical, como el cuerpo angelical de Dios; por lo tanto, todavía no podía trabajar en el Huerto del Edén, porque todavía era un hombre espíritu, porque el espíritu es un cuerpo parecido al nuestro pero de otra dimensión. Y luego en el capítulo 2 del Génesis, verso 7, es donde Dios le crea el cuerpo físico al hombre del polvo de la tierra. Dice capítulo 2, verso 7 del Génesis: “*Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.* *Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.”* Lo puso allí ¿para qué? Para labrar el Huerto del Edén y también recibir los frutos del Huerto para comer, y así que su cuerpo fuese alimentado. Luego en el mismo capítulo 2, verso 15, dice: “*Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.* *Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;* *mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.* *Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea* (¿ven? Todavía no tenía una compañera Adán; todos los animales tenían una compañera, pero Adán no tenía una compañera) *para él.* *Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.* *Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.* *Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.* *Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.* *Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.”* Y ahora, ¿dónde estaba Eva? En Adán. ¿Ven cómo, así como toda la creación estaba en Cristo, Eva estaba en Adán? Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo ¿dónde estaba? En Cristo, y ahora, de Cristo es que ha surgido la Iglesia del Señor Jesucristo del Nuevo Testamento. El Día de Pentecostés vino el Espíritu de Cristo a ciento veinte creyentes en Él, y allí nació la Iglesia del Señor Jesucristo; y ha continuado Cristo derramando de Su Espíritu Santo sobre todos los que reciben a Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así obtienen el nuevo nacimiento, nacen del Agua y del Espíritu y entran así al Reino de Dios, nacen en el Reino de Dios como unos bebés, y así son hijos e hijas de Dios nacidos en el Reino de Dios. Por eso es que San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 en adelante dice que nuestra ciudadanía está ¿dónde? En el Cielo. Si nosotros físicamente nacimos en la Tierra ¿cómo vamos a obtener nuestra ciudadanía en el Cielo? Es que nuestra ciudadanía terrenal es a causa del nacimiento de nuestro cuerpo físico que nació en alguna nación, y tenemos la ciudadanía terrenal de esa nación; pero nuestra ciudadanía celestial como hijos e hijas de Dios nacidos de nuevo, nacidos en el Reino de Dios, nuestra ciudadana es celestial, esa ciudadana del nuevo nacimiento es celestial porque el nuevo nacimiento no es algo terrenal, el nuevo nacimiento es celestial. La persona ha nacido del Cielo cuando ha recibido el Espíritu Santo, y por consiguiente es un ciudadano celestial, pertenece al Reino de Dios, pertenece a la Nueva Jerusalén, la Jerusalén Celestial. Dice en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21: “*Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;* *el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya...”* O sea, que Cristo en Su Segunda Venida va a transformar nuestros cuerpos físicos para que tengamos un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual a Su cuerpo glorificado. Esa es la promesa para todos los creyentes en Cristo. ¿Cómo lo va a hacer? ¿Con qué poder? “*Con el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”* Con el poder con el cual Él creó los Cielos y la Tierra, con el poder con el cual Él sostiene los Cielos y la Tierra, con ese poder, con el poder con el cual Él resucitó Su cuerpo muerto y sepultado, con ese poder que resucitó Su cuerpo físico, con ese poder es que Él va a transformanos a nosotros los que vivimos y vamos a tener un cuerpo jovencito y eterno y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Y a los muertos en Cristo los va a resucitar en cuerpos glorificados, en cuerpos nuevos y eternos, cuerpos iguales al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador; y serán jovencitos todos ellos también. Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por los creyentes en Cristo, llegará a un momento en que no tendrá niños, ni viejos, todos serán jóvenes, y eso será cuando seamos transformados. Esto es para las personas que han recibido a Cristo como su Salvador personal, esto es para las personas que han consultado a Dios para salvación. La consulta a Dios más importante que usted puede hacer, es la consulta para salvación. Así como vamos al médico para una consulta porque tenemos algún problema de salud, y vamos a consultar al médico para ver la solución a nuestro problema, y entonces para que nos aplique la solución a nuestro problema de salud, porque nadie quiere tener problemas de salud. Y ahora, el ser humano tiene un problema de salud muy grande, el ser humano en el Huerto del Edén fue engañado, y el ser humano en el Huerto del Edén murió a la Vida eterna. Dios le había dicho: “El día que comas del árbol de ciencia del bien y del mal, ese día morirás.” Por lo tanto, cuando Eva y luego Adán pecaron ante Dios, murieron a la Vida eterna y se hicieron mortales, ya de ahí en adelante sus cuerpos físicos no podrían existir eternamente, porque la paga del pecado es la muerte. Por lo tanto, a causa del pecado, el cual entró a la raza humana por Adán y Eva, ahora, toda la descendencia de Adán y Eva serían mortales, vivirían en la Tierra, nacerían y vivirían en la Tierra un corto tiempo. Dice San Pablo en Romanos, capítulo 3, verso 23: “*Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”* Por lo tanto, toda persona que nace a través de sus padres terrenales de Adán y Eva hacia acá, todos están destituidos de la gloria de Dios, no pueden nacer con un cuerpo angelical teofánico dentro del cuerpo de carne, y que sea el cuerpo de carne eterno; fueron destituidos de la gloria de Dios, por lo tanto fueron destituidos del cuerpo angelical de la sexta dimensión, y fueron destituidos de un cuerpo de carne eterno. Por lo tanto, al nacer una persona recibe un cuerpo físico mortal, corruptible y temporal para vivir una temporada; y recibe un espíritu del mundo, de la quinta dimensión, el cual lo inclina hacia el mal; por eso necesita nacer de nuevo y recibir el Espíritu de Cristo, que es de la sexta dimensión, para que lo guíe a toda justicia y a toda verdad. Y luego necesita recibir un cuerpo físico inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo para poder vivir físicamente eternamente. Y ese es el cuerpo que Él ha prometido darle a todos los creyentes en Él en el Día Postrero, en el cual Cristo resucitará a los creyentes que han partido. Vean, aquí en San Juan está la promesa. San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40, dice: “*Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”* La resurrección para todos los creyentes en Él está señalada para el Día Postrero, y el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá y/o tercer milenio de Cristo hacia acá; pero no sabemos el año. Ahora, tiene que ser en el primer milenio de ese séptimo milenio, pero el año no sabemos. “*...y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”* Esta es la promesa de Cristo para todos los creyentes en Él; por eso fue que Cristo vino en carne humana, Cristo, el Ángel del Pacto, vino en carne humana para morir por todos nosotros, para que podamos tener Vida eterna. Por eso en San Juan, capítulo 10, versos 17 al 18 dice: “*Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.* *Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”* También en el mismo capítulo 10, verso 27 en adelante dice (de San Juan): “*Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,* *y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.* *Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.* *Yo y el Padre uno somos.”* Y ahora, aquí hemos visto que el único que puede darle Vida eterna a las ovejas del Padre, es Jesucristo nuestro Salvador, Él dice: *“Y yo les doy vida eterna.”* Ninguna otra persona puede darle Vida eterna a otra persona, solamente Jesucristo nuestro Salvador. Él vino en Su Primera Venida de Cristo para ese propósito. Y ahora, la lectura que habíamos tenido en Colosenses, capítulo 1, en donde nos detuvimos aquí donde dice: “*Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;* *y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;* *por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.”* Toda la plenitud de Dios habitó en Jesucristo. ¿Y qué significa que habitó toda la plenitud de Dios en Jesucristo? Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo estaba en un Hombre llamado Jesús. Por eso San Pedro dice que Dios ha hecho a Jesús Señor y Cristo, porque en Él habitó la plenitud de Dios: “*...y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.* *Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado.”* Y ahora, es por medio de Jesucristo que el ser humano es reconciliado con Dios; y así como el sumo sacerdote tenía que acercarse a Dios habiendo realizado y habiendo tenido el sacrificio por el pecado, ahora todo ser humano para acercarse a Dios necesita el sacrificio por el pecado. Y ya en medio del pueblo hebreo no se efectúan sacrificios por el pecado, el sacrificio del macho cabrio de la expiación, ya no tienen el templo; pero Dios ha provisto el sacrificio por el pecado, que es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Sin ese Sacrificio por el pecado ninguna persona puede acercarse a Dios, porque le sucede como le sucedió a los hijos de Aarón: que murieron ante la presencia de Dios. La raza humana en este tiempo está en un ciclo, en donde todas las naciones están entrando a la presencia de Dios sin darse cuenta, el ciclo de entrar a la presencia de Dios, y sin la Sangre de la Expiación de Cristo en la Cruz del Calvario, no hay Vida para las naciones; por lo tanto el juicio divino va a venir sobre todas las naciones. Por eso es que vendrá el juicio divino: porque Cristo va a salir del Trono de Intercesión y ya no habrá Sangre allá en el Trono de Intercesión, en el Lugar Santísimo del Templo Celestial, donde está Cristo como el Sumo Sacerdote, el cual es Melquisedec, haciendo intercesión con Su Sangre por todos los que serán reconciliados con Dios y obtendrán el derecho a vivir eternamente. Como sucedía cuando se hacía, se realizaba el sacrificio de la expiación en medio del pueblo hebreo: los que afligían sus almas por haber pecado contra Dios y pedían perdón a Dios, ese día obtenían el perdón, eran cubiertos con la sangre de la expiación y vivían un año más. Cada año se renovaba ese sacrificio, se realizaba porque los animales no son perfectos por cuanto no tienen almas, por eso los sacrificios nos eran perfectos, eran tipo y figura del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Y por cuanto el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario fue un Sacrificio perfecto, ya no se requieren más sacrificios por el pecado. Toda persona necesita un sacrificio por el pecado, y hay un solo sacrificio por el pecado, y es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Por eso es tan importante que toda persona consulte a Dios para y por la salvación de su alma, para que sepa cómo obtener el perdón de sus pecados y sepa qué hacer, y haga lo que tiene que hacer para obtener el perdón de sus pecados y obtener así la salvación de su alma. Y ahora, ¿qué hay que hacer para obtener el perdón de los pecados?, pues Cristo ordenó que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados allá en San Lucas, capitulo 24, versos 46 en adelante; y en San Marcos dijo también algo muy importante luego de estar ya resucitado. San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, dice: “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Y ahora, hemos de estar consultando a Dios por salvación, hemos estado consultando aquí a Dios en Su Palabra, para ver cómo puede obtener el ser humano la salvación de su alma; y ya hemos visto que es por medio de creer la predicación del Evangelio, y el Evangelio presenta a Cristo como nuestro Sacrificio por el pecado. Por lo tanto, creyendo en Cristo y Su Sacrifico en la Cruz del Calvario por nuestros pecados, recibiéndolo como nuestro Salvador, obtenemos el perdón de nuestros pecados, y Él con Su Sangre nos limpia de todo pecado, y somos bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así obtenemos el nuevo nacimiento, así es como nacemos del Agua y del Espíritu en el Reino de Dios, así entramos al Reino de Dios, nacemos como niñitos, como bebés en el Reino de Dios. Pedro el Día de Pentecostés, predicando en el capítulo 2, verso 36 en adelante, dice: “*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”* Vean porqué es que llamamos Jesús “Señor Jesucristo,” porque Dios lo ha hecho Señor y Cristo, y por consiguiente se le añade Señor y Cristo, se le añade al Nombre Jesús y se lee Señor Jesucristo. “*...al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.* *Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”* Y luego en el capítulo 4, verso 12, dice San Pedro (verso 11 al 12): “*Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.* *Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”* No hay otro nombre, ya hemos consultado a Dios en Su Palabra. En el Antiguo Testamento se consultaba a Dios a través de los Profetas, se consultaba a Dios a través del arca, allí Dios estaba a través del Tumim Urim que llevaba el sumo sacerdote puesto, y se consulta a Dios también a través de Su Palabra, para así saber lo que Dios dice con respecto a lo que nosotros queremos saber. Y ahora, por cuanto nuestro tema es: **“CÓMO CONSULTAR A DIOS HOY,”** hemos visto que por Su Palabra lo podemos consultar para la salvación de nuestra alma, y Él nos dice que por medio de Su Palabra qué hacer para obtener el perdón de nuestros pecados, ser lavados con la Sangre de Jesucristo, ser limpiados de todo pecado y ser perdonados, y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento. Cristo dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios. ” Nicodemo le pregunta: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios. No te maravilles que te dije os es necesario nacer de nuevo.” Hay una forma para obtener ese nuevo nacimiento, y es por medio de Jesucristo, creyendo en Jesucristo como nuestro Salvador, recibiéndolo como nuestro Salvador, confesando a Cristo nuestros pecados arrepentidos de nuestros pecados, y pidiéndole a Cristo perdón por nuestros pecados; y Cristo nos perdona, Cristo nos limpia con Su Sangre preciosa, somos bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego y así obtenemos el nuevo nacimiento, así nacemos en el Reino de Cristo, así entramos al Reino de Cristo y obtenemos así la Vida eterna. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Nadie quiere ser condenado por Dios, todos queremos ser salvos; por lo tanto no tenemos otra cosa que hacer para ser salvos, sino lo que Dios dice que hay que hacer. Por lo tanto, ¿qué hay que hacer para ser salvos? Lo que hemos escuchado que dice Dios por medio de Su Palabra, las cosas que Jesús habló y los Apóstoles hablaron con respecto a la salvación de nuestra alma. No hay otra cosa para hacer, ya está establecido aquí en Su Palabra. Por lo tanto, hemos consultado a Dios hoy con relación a la salvación de nuestra alma, y ya hemos escuchado lo que Dios dice por medio de Su Palabra; lo cual Dios habló por medio de Su Espíritu Santo a través de Jesús, de los Apóstoles y de los diferentes Ángeles Mensajeros. Por lo tanto, “el que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Esto también fue hablado aquí en Juan, capítulo 3, verso 14 en adelante, dice: “*Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,* *para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* La Vida eterna no la puede obtener una persona, a menos que sea creyendo en nuestro amado Señor Jesucristo, creyendo en el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. “*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.* *Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.* *El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”* Es un asunto de creer para obtener Vida eterna, no hay otra forma; y no es en creer cualquier cosa, sino en creer en nuestro amado Señor Jesucristo. Y ahora, la buena noticia que nos da San Juan en Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 en adelante es: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.* *El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida* (el que no tiene al Hijo de Dios no tiene Vida eterna; el que tiene al Hijo de Dios tiene Vida eterna)*.* *Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”* Y ahora, hemos visto la buena noticia para todos los creyentes en Cristo: la buena noticia es que tenemos Vida eterna, y esta Vida está escondida en Jesucristo, nuestro Salvador. Y ahora, ¿cuántos tienen Vida eterna? Todos nosotros, porque hemos creído en Jesucristo, el Hijo de Dios, lo hemos recibido como nuestro salvador, hemos confesado a Cristo nuestros pecados, Él nos ha perdonado, nos ha lavado con Su Sangre preciosa, hemos sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo nos ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y hemos obtenido el nuevo nacimiento, y así hemos nacido en el Reino de Dios, hemos entrado al Reino de Dios. Los que no han creído, pues no tienen Vida eterna, no han entrado al Reino de Dios, todavía permanecen en el reino de las tinieblas, que es el reino del maligno. ¿Y qué pueden hacer esas personas para salir del reino de las tinieblas, y entrar al Reino de Dios y obtener la Vida eterna? Lo mismo que nosotros hemos hecho: creer en Jesucristo como su Salvador, recibirlo como su Salvador personal, arrepentido de sus pecados y confesar a Cristo sus pecados, Cristo lo perdonará, lo limpiará con Su Sangre preciosa y será bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego y obtendrá el nuevo nacimiento, y así nacerá en el Reino de Dios, entrará al Reino de Dios y tendrá Vida eterna. Una reconciliación, no por un año más, sino por toda la eternidad. Por lo tanto, obtenemos el derecho a vivir por toda la eternidad en el Reino de Dios con nuestro amado Señor Jesucristo. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de nuestro tema: **“CÓMO CONSULTAR A DIOS HOY.”** Dejo al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para que ore por todas las personas que levantarán sus manos, para que Cristo tenga Misericordia de ustedes, para recibir a Cristo como su Salvador, para que Cristo perdone sus pecados, y los limpie con Su Sangre preciosa, y que sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego. Todos los que todavía no han recibido a Cristo, lo pueden hacer en esta noche, y Cristo los recibirá en Su Reino, y la Misericordia, Amor de Cristo, será extendida hacia ustedes. Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Con nosotros nuevamente el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para orar por todas las personas que levantarán sus manos, para así recibir a Cristo como su Salvador personal. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “**CÓMO CONSULTAR A DIOS HOY”**