--- title: 'Estamos completos en Cristo' date: 2003-02-11 activity: 1 place: city: Bucaramanga state: Santander country: CO duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela. América les envió muchos saludos a los niños, a los Cachorritos del León de la tribu de Judá. Para esta ocasión leemos en Colosenses, capítulo 2, versos 8 en adelante, donde nos dice el gran Apóstol San Pablo: “*Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.* *Porque en él* (o sea, en Cristo)*... en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad* (o sea, de Dios)*,* *y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.* *En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;* *sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.* *Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,* *anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,* *y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.* *Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,* *todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO.”** Este tema lo tomamos del capítulo 2, verso 10 de esta lectura de Colosenses, donde dice: “*Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”* Estamos completos en El. Así como Eva estaba completa en Adán; cuando Dios creó a Adán, veamos cómo dice Génesis, capítulo 1, que Dios creó a Adán. Capítulo 1, verso 26 en adelante, 26 al 27, dice. “*Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.* *Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”* Cuando Dios creó a Adán, antes de darle un cuerpo físico de carne creado del polvo de la tierra, le dio un cuerpo espiritual teofánico de la sexta dimensión, o sea, que el hombre es un extraterrestre, vino de otro mundo, vino del mundo que no se ve y no se veía en aquel tiempo. Por lo tanto el ser humano ha venido de otra dimensión, como también Cristo ha venido de otro mundo, de otra dimensión. Cristo dijo: “Nadie subió al Cielo, sino el Hijo del Hombre que está en el Cielo.” Ahora vean, en Hebreos, capítulo 11 dice el gran Apóstol San pablo, verso 1 en adelante, dice: “*Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.* *Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.* *Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”* Así también es el ser humano: vino de otra dimensión invisible a la vista humana; antes de venir a esta dimensión física, mortal, terrenal que tenemos en la actualidad, ya él existía en otra dimensión, que es la sexta dimensión; a esa dimensión sexta es que van los creyentes en Cristo cuando mueren físicamente aquí en la Tierra. Ahora, el ser humano estando en su cuerpo angelical, fue varón y hembra; pero ahora (más adelante) en el capítulo 2, verso 7, Dios le crea un cuerpo físico de esta dimensión terrenal en este Planeta Tierra, donde el ser humano comenzó físicamente. Pero el ser humano interiormente no comenzó aquí en la Tierra sino en otra dimensión. Cuando las personas escuchan acerca de los extraterrestres y de los platillos voladores se asustan, y no se dan cuenta que el ser humano es un extraterrestre, vino de otro mundo, de otra dimensión, Dios lo trajo a esta dimensión. Ahora, veamos cómo Dios trajo al ser humano físicamente a esta dimensión. Ahora, el ser humano estando en otra dimensión, ya existiendo, en un cuerpo angelical (como el cuerpo de los Ángeles), el ser humano ya estaba en la Tierra, pero en ese cuerpo angelical, el cual es invisible a la vista humana (como son invisibles los Ángeles a la vista humana); aunque *aquí* este lugar esté lleno de Ángeles de Dios, ustedes no los pueden ver, porque están en otra dimensión llamada la sexta dimensión, la dimensión de la Palabra, de la teofanía. Así estaba Adán, pero Adán fue colocado, aún estando en su cuerpo angelical, fue colocado sobre toda la creación terrenal, sobre los árboles, sobre los peces, sobre los animales, sobre las aves, sobre todo lo que Dios colocó en la Tierra. Por lo tanto, Dios colocó a Adán en este Planeta Tierra, como rey de este Planeta Tierra, aún estando en cuerpo angelical; siendo que estaba en cuerpo angelical podía aparecer a los animales, o a las aves, o a los peces en forma de luz, “Porque Dios hace a Sus Ángeles espíritus, y a Sus ministros llama de fuego,” dice San Pablo en Hebreos, capítulo 1, y vamos a leerlo para que tengamos el cuadro claro de este misterio del ser humano. Hebreos, capítulo 1, verso 7, dice: “*Ciertamente de los ángeles dice:* *El que hace a sus ángeles espíritus,* *Y a sus ministros llama de fuego.”* Y también en el verso 14 de este mismo capítulo 1 de la carta de San Pablo a los Hebreos, dice: “*¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”* Y ahora, encontramos que los Ángeles son espíritus ministradores, son llama de fuego también, y son espíritu. Un espíritu es un cuerpo pero de otra dimensión. Si es un espíritu de parte de Dios, es un espíritu de la sexta dimensión. Si es un espíritu del maligno, del diablo, es un espíritu de la quinta dimensión (la quinta dimensión es el infierno y la sexta dimensión es el Paraíso). Por eso cuando la persona sin Cristo (que no ha recibido a Cristo como su Salvador) muere, esa persona es llevada a la quinta dimensión que es el infierno, y de allí no puede salir hasta que llegue el día del juicio final, donde Dios lo resucitará para llevarlo frente al juicio final del Trono Blanco, en donde Cristo lo juzgará y lo condenará por incrédulo. El que no cree es condenado, ha sido condenado, pero el que cree, el que cree es salvo, no se perderá. Ahora, vean por eso es que Cristo cuando ordenó a Sus discípulos a ir por todo el mundo predicando a todas las personas (ya cuando estaba resucitado), dice: “*El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* \[Nota - San Marcos 16:16\] Toda persona quiere ser salva, nadie quiere ser condenado, nadie quiere ser echado al lago de fuego que es la segunda muerte, donde Dios echará a todos los incrédulos, comenzando desde el diablo, que es el primer incrédulo y el padre de la incredulidad y padre del pecado. Ahora, nadie quiere ir al lago de fuego donde va a estar el diablo allí echado para ser destruido; Cristo dijo: “Ustedes no teman a los hombres que pueden matar el cuerpo pero después no tienen poder para matar el espíritu o el alma, teman a aquel que puede matar el cuerpo y el alma en el infierno.” ¿Ven? Así que podemos ver que hay un futuro para toda persona, para todo ser humano; y el futuro de todos los seres humanos es: o en el lago de fuego donde serán echados los que no han creído en Cristo como su Salvador por incrédulos, porque allí van a ser echados los incrédulos; y el futuro de otra parte de la humanidad será en el Cielo, en el Reino de Cristo con Vida eterna; y toda persona quiere ese futuro, quiere que su futuro después de esta vida terrenal sea en el Reino de Dios con Cristo como Rey sobre el Planeta Tierra y sobre toda la creación. Por lo tanto, tenemos que hacer conforme al programa que Dios tiene, para que podamos vivir eternamente en el Reino de Cristo. Y eso es lo que Cristo quiere: que todos vivamos con El en Su Reino; pero el diablo quiere que la gente vaya con él al lago de fuego; pero el ser humano no puede darle ese gusto al diablo, el ser humano tiene que reconocer estas verdades bíblicas de las cuales habló Cristo, para recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y así obtener Vida eterna. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Eso es lo que Cristo quiere para ustedes y para mí también, ¿cómo lo logramos? Pues creyendo en Cristo como nuestro Salvador, arrepentidos de nuestros pecados y siendo bautizados en agua en Su Nombre; así obtenemos salvación y Vida eterna, y entonces nuestro futuro es un futuro glorioso, nuestro futuro es estar con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. ¿Vieron lo sencillo que es el programa de salvación que Cristo tiene para que el ser humano pueda vivir eternamente en el Reino de Cristo?, es tan sencillo que hasta los niños lo pueden entender y hasta las personas que nunca han ido a la escuela lo pueden entender, está al alcance de todo ser humano. Ahora, encontramos que el ser humano ha venido de otra dimensión y tiene que pasar por esta dimensión terrenal para confirmar su lugar en la Vida eterna, por lo tanto tiene que confirmar su lugar en el Reino de Cristo nuestro Salvador. Les dije que antes de Adán tener un cuerpo físico tenía un cuerpo espiritual, un cuerpo espiritual que es el espíritu del ser humano, es un cuerpo de otro mundo, de otra dimensión. Estando Adán en ese cuerpo recibió poder y autoridad sobre el Planeta Tierra con todo lo que tenía el Planeta Tierra; por lo tanto él siendo el rey, guiaba y gobernaba a los animales, a las aves, a los peces y a toda la vegetación, los árboles y todo, y él se manifestaba (el ser humano) en una luz guiando a los animales de un lugar a otro, porque Dios hace a Sus Ángeles espíritu y a Sus ministros llama de fuego. Adán fue colocado como un ministro en la Tierra, para ministrar la Palabra de Dios aquí en la Tierra y gobernar sobre todo lo creado aquí en este Planeta Tierra. Adán era el rey en el Planeta Tierra, pero Dios es el Dios en todo el Universo, pero colocó a uno de Sus hijos, el primer hijo que tuvo aquí en la Tierra, lo colocó sobre este reino terrenal. Ahora, encontramos que Adán era varón y hembra (dice la Escritura); luego Dios, dice en el capítulo 2, donde nos va a hablar ahora de la parte física del ser humano. Capítulo 2, verso 7 en adelante del libro del Génesis, dice: “*Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”* Fue el hombre un ser viviente de este Planeta Tierra con un cuerpo físico, como tienen un cuerpo físico los peces, los animales y las aves también, y los árboles también. Ahora, el ser humano está en una forma visible, ya no en una forma invisible, sino en una forma visible para gobernar y para trabajar, labrar la Tierra y cuidar el Huerto del Edén, y poder comer de los frutos que hay en el Huerto del Edén; pero cuando estaba solamente en su cuerpo angelical, su cuerpo espiritual él no podía tomar de los frutos del campo y comer, porque el espíritu del ser humano no puede comer. Ahora, encontramos que estando en el cuerpo físico, vean lo que sucede. “*Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.* *Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.* *Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.”* Y continuamos acá. Recuerden que eso es en el área de Kuway, allí era el Huerto del Edén, el lugar donde en la actualidad hay muchos problemas políticos y en donde han luchado por ese lugar, porque es un lugar donde hay mucho petróleo. Continuamos en el verso 15, del capítulo 2 del Génesis, dice: “*Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.* *Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;* *mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.* *Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”* Ahora vean, Dios cuando le creó, le formó del polvo de la tierra un cuerpo físico al ser humano, a Adán, todavía Adán se encontraba solo, no tenía una compañera idónea en un cuerpo físico también, pero ¿y dónde estaba Eva? En Adán, ¿ven? Adán era, fue hecho varón y hembra en la sexta dimensión y también en la dimensión terrenal. “*Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.* *Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.”* Vean toda la labor que hizo Adán, pero todavía se encontraba solo. Encontramos que cada animal masculino tenía una compañera femenina, pero Adán no tenía una compañera idónea para él en un cuerpo de carne, ¿pero y dónde estaba la compañera para Adán? Estaba en él. Vamos a ver, dice: “*Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.* *Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.* *Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.”* ¿De dónde vino Eva? Del varón, de Adán, ¿ven? La mujer esposa de Adán salió de Adán, y Eva estaba completa en Adán. Así como la Iglesia del Señor Jesucristo está completa en Cristo, y así como todo ser humano creyente en Cristo está completo en Cristo; el ser humano sin Cristo está incompleto, por lo tanto se requiere que todo ser humano reciba a Cristo como su Salvador, porque El es la Cabeza de todo ser humano, y en El somos nosotros completos, sin El la persona está incompleta, no tiene a Cristo como su Cabeza, y Cristo es la Cabeza de la raza humana, Cristo es el Segundo Adán. Y ahora, Dios está creando una nueva raza con Vida eterna, porque la raza que comenzó con Adán y Eva cayó de la Vida eterna al pecar, y toda la descendencia de Adán y Eva es mortal, corruptible y temporal. Al nacer nosotros de nuestros padres terrenales hemos nacido en una raza caída, una raza sin Vida eterna, por eso el tiempo de vida nuestra en este cuerpo físico es corto, la Escritura dice 70 años y en los más fuertes 80 años, algunos también llegan a cien años, y eso es un éxito para una persona que llegue o pase de cien años; esto es así porque la raza humana cayó cuando Adán y Eva pecaron, por lo tanto la raza humana descendiente de Adán y Eva no tiene Vida eterna, lo que tiene es muerte ¿ven? El final de la vida terrenal es la muerte física. No importa cuanto el ser humano logre superarse aquí en la Tierra por medio de sus estudios universitarios y logre convertirse también en una persona importante, una persona muy rica por medio de su trabajo terrenal, no importa nada de eso, su final es la muerte, ese es el fin de todo ser humano nacido en la Tierra como descendiente de Adán y Eva, porque hemos nacido en una raza caída. Ahora, ¿qué se puede hacer para que el ser humano pueda lograr la inmortalidad, la Vida eterna?. Los conquistadores españoles buscaban la inmortalidad, buscaban la fuente de la juventud y con todo y eso no la consiguieron sino que lo que encontraron fue la muerte, porque la raza humana no tiene en sí misma Vida eterna, pero hay una forma de Vida eterna disponible para todo ser humano que desea vivir eternamente. Cristo dijo: “*Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”* \[Nota - San Juan 14:6\] Cristo es la Vida eterna; por lo tanto toda persona que desea vivir eternamente en el Reino de Dios, tiene una oportunidad cuando pasa por esta vida terrenal, esa oportunidad la tiene todo ser humano para que haga contacto con la Vida eterna que es Cristo nuestro Salvador, y arrepentido de sus pecados Lo reciba como su Salvador, lave sus pecados en la Sangre de Cristo, y sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtiene Vida eterna, obtiene ahí la persona la salvación de su alma, el ser humano es alma viviente. Lo más importante que hay en usted y en mí es el alma, el espíritu de la persona es un cuerpo de otra dimensión, y el cuerpo físico es un cuerpo de esta dimensión, pero el alma es lo que en realidad es usted y soy yo; por lo tanto se dice: “la salvación del alma”. Por eso es que toda persona que desea vivir eternamente lo desea ¿dónde? En su alma, y es el alma de la persona el que recibe a Cristo como su Salvador, por eso se dice también: “Dale tu corazón (que es el alma) a Cristo, para que Cristo salve tu alma.” Y cuando Cristo termine Su Obra: de llamar hasta el último escogido de Dios escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, entonces El resucitará a todos los creyentes en El, que han muerto físicamente, los resucitará, no en el cuerpo físico que tuvieron aquí en la Tierra sino en un nuevo cuerpo; y a los que vivimos y permanezcamos vivos hasta ese momento nos transformará, y entonces todos tendremos un nuevo cuerpo inmortal, incorruptible igual al cuerpo físico glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, así tendremos nosotros un cuerpo glorificado y seremos a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador. Esto es así porque en Cristo estamos completos. No necesitamos a ninguna otra persona para que nos dé salvación y Vida eterna, solamente a uno: a Cristo el Segundo Adán. Así como Eva estaba completa en Adán, cada creyente en Cristo está completo en Cristo, y la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes está completa en Cristo. Sin Cristo la Iglesia sería una mujer (hablando en términos espirituales, porque la Iglesia está representada en una mujer), la Iglesia sería una mujer sin cabeza, y una mujer sin cabeza no tiene vida, está muerta; y así también es para todo ser humano, pero con Cristo nuestra cabeza, la Iglesia y nosotros como individuos tenemos Vida eterna, porque en Cristo estamos completos, sin Cristo estamos sin cabeza y por consiguiente estamos sin vida. Ahora, cuando Cristo apareció en la Tierra, apareció el Segundo Adán; y así como del primer Adán Dios sacó la compañera, la ayuda idónea para Adán y colocó en ella el espíritu femenino que estaba en Adán, porque Adán era varón y hembra, y entonces Dios tomó el espíritu femenino que estaba en Adán y lo colocó en el cuerpo de carne que hizo para que fuera la compañera de Adán. ¿Ven? El cuerpo de la compañera para Adán ¿de dónde salió? Del cuerpo físico de Adán, y el espíritu para la compañera de Adán ¿de dónde salió? De Adán, porque Adán era varón y hembra, tenía espíritu masculino y espíritu femenino; por lo tanto Dios colocó el espíritu femenino en Eva y entonces hubo dos cuerpos: uno masculino (Adán) y uno femenino llamado Eva. Y ahora, el Segundo Adán cuando estuvo allí en la Cruz del Calvario muriendo, encontramos que Dios al mirar sobre Cristo (el Segundo Adán) ve varón y hembra; por lo tanto el Día de Pentecostés (donde nació la Iglesia del Señor Jesucristo), Dios colocó ese espíritu femenino que estaba en el Segundo Adán, lo colocó en la Iglesia del Señor Jesucristo que estaba naciendo el Día de Pentecostés. Y por eso la Iglesia es representada en una mujer, una joven virgen. La Iglesia es la Iglesia Novia de Cristo desposada con Cristo. Cuando se dice que está desposada es que está comprometida, un compromiso de matrimonio. Ahora, encontramos que Cristo es el Segundo Adán, y la Iglesia del Señor Jesucristo es la Segunda Eva en donde está el espíritu que estaba en Cristo, de Cristo salió el espíritu que vino sobre ciento veinte creyentes el Día de Pentecostés, El había dicho que El enviaría el Espíritu Santo a los creyentes en El. Por lo tanto, eso fue cumplido el Día de Pentecostés y de ahí en adelante ha estado enviando Su Espíritu Santo sobre toda persona que recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego. En el Antiguo Testamento, tanto en el libro del Profeta Isaías, en el de Jeremías y en el de Ezequiel nos habla de que Dios dará al ser humano creyente en Dios, dará un nuevo espíritu, eso es el bautismo del Espíritu Santo que Dios daría el ser humano. También dice en Isaías que Dios derramará de Su Espíritu sobre toda carne, dice que derramará de Su Espíritu sobre la generación de Cristo, el Mesías; por lo tanto es para los creyentes en Cristo el bautismo del Espíritu Santo con el cual la persona al recibirlo, recibe el nuevo nacimiento y recibe un cuerpo angelical de la sexta dimensión, y así recibe un nuevo espíritu que lo guía en el camino de Dios. El espíritu que recibimos al nacer en la Tierra cuando nacimos a través de nuestros padres terrenales, es un espíritu del mundo que inclina al ser humano hacia el mal, pero el espíritu que recibimos de Cristo, al recibir a Cristo como nuestro Salvador es un espíritu, el Espíritu Santo que nos inclina hacia el bien, hacia Dios y Su programa. Ahora, se requiere que el ser humano reciba el Espíritu de Dios. Cristo hablando a Nicodemo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” No lo puede entender, le es locura; pero Nicodemo estaba interesado en el Reino de Dios, y le pregunta a Cristo: “¿Cómo puede hacerse esto, puede el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo?” Cristo le dice: “*De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.* *Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.* *No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”* Y eso es no solamente para Nicodemo sino para todo ser humano, nadie puede entrar al Reino de Dios sino por medio de nacer del agua y del espíritu, por lo cual hay que recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre y ser bautizados en agua en Su Nombre, y El nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así obtenemos el nuevo nacimiento, y así recibimos un nuevo espíritu dentro de nosotros que nos guía en el camino de Dios. Y así estamos completos en Cristo, sin Cristo el ser humano está incompleto, con Cristo el ser humano está completo, estamos completos en Cristo. Así como Eva estaba completa en Adán y cada esposa está completa en su esposo. Y ahora, vean San Pablo dice, hablando del matrimonio, que vienen a ser una sola carne; así como Adán y Eva era una sola carne, el cuerpo físico de Eva era parte del cuerpo físico de Adán, y viene a ser también un mismo espíritu, porque el espíritu que Eva recibió era y estaba en Adán; y así también el espíritu que recibimos de parte de Dios estaba ¿en quién? En Jesucristo nuestro Salvador. ¿Ven? Por lo tanto somos parte de Cristo, carne de su carne, huesos de sus huesos y espíritu de Su Espíritu. Así es para nosotros como individuos y para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes. Hemos venido a este Planeta Tierra para venir a ser completos en Cristo. Por lo tanto todo ser humano necesita a Cristo, no hay ningún ser humano que no necesite a Cristo. Por lo tanto se requiere que todo ser humano reciba a Cristo como su Salvador personal. “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16). Ahí es donde Jesús habló y dio este mandamiento. También en San Lucas, capítulo 24, Cristo luego de resucitado, también aquí habló en el verso 46 en adelante, 46 al 49 donde dice: “*Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;* *y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.* *Y vosotros sois testigos de estas cosas.* *He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros.”* Ahora, podemos ver aquí que el arrepentimiento y el perdón de los pecados se predica en el Nombre del Señor Jesucristo. Nadie puede perdonar sus pecados o mis pecados, solamente Jesucristo; y somos llamados al arrepentimiento en el Nombre del Señor Jesucristo, para arrepentirnos delante de Jesucristo nuestro Salvador y pedirle perdón para que El perdone nuestros pecados, por eso se predica el arrepentimiento y el perdón de los pecados en el Nombre del Señor Jesucristo, porque El es el único que nos puede perdonar, por lo tanto delante de El es que nosotros tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados. Una persona puede arrepentirse de sus pecados delante de cualquier persona, pero eso no significa que va a recibir el perdón de sus pecados; pero cuando lo hacemos recibiendo a Cristo como nuestro Salvador y confesando a Cristo nuestros pecados, y pidiéndole a El que nos perdone y nos limpie con Su Sangre preciosa, El lo hace y entonces recibimos así el perdón de nuestros pecados y son borrados nuestros pecados con la Sangre de Cristo y quedamos justificados ante Dios, eso significa quedamos como si nunca en la vida hubiésemos pecado. Por lo tanto quedamos salvos delante de Dios, Cristo es el único que lo puede salvar a ustedes y a mí, El es el Segundo Adán, y nosotros somos miembros de la Iglesia de Jesucristo, y la Iglesia es la segunda Eva para tener hijos e hijas de Dios por medio de Jesucristo, para así estar completos en Cristo. Y ahora, por cuanto toda persona desea vivir eternamente con Cristo en Su Reino y no ser echado al lago de fuego, entonces se requiere que reciba todo ser humano a Cristo como su Salvador, y entonces la persona podrá decir: “Ahora yo estoy completo en Cristo y tengo Vida eterna,” porque la Vida eterna es Cristo y está en Cristo, y es Cristo el que la otorga, por lo tanto todo lo que Cristo tiene lo comparte con ustedes y conmigo, y por eso nosotros estamos completos en Cristo nuestro Salvador. ¿Cuántos están completos con Cristo? Esto es porque ustedes y yo lo hemos recibido como nuestro Salvador, por lo tanto así como Cristo tiene Vida eterna, El nos ha dado Vida eterna también a nosotros, tenemos Vida eterna y de todo corazón lo podemos proclamar. Cualquier persona podrá decir: “Pero tu te enfermas, tu te pones viejo y después te mueres,” eso es en el cuerpo que recibimos de Adán, el cual cayó, la descendencia de Adán, pues recibe ese cuerpo, y nosotros por cuanto hemos nacido en medio de la descendencia de Adán recibimos este cuerpo mortal, pero por medio del nuevo nacimiento Cristo nos ha dado Vida eterna, y ya nos ha dado un cuerpo espiritual con Vida eterna llamado: el cuerpo de la Palabra o cuerpo teofánico angelical. Ya tenemos la primera parte, que es eterna, el cuerpo angelical, y nuestra alma tiene Vida eterna, luego nos dará la segunda parte que es el cuerpo físico glorificado, lo cual será muy pronto cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, veamos lo que nos dice el Apóstol San Juan en Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 en adelante, dice: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”* ¿Ven? ¿Dónde está la Vida eterna? En el Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Salvador, por eso somos y estamos completos en Cristo con Vida eterna. “*El que tiene al Hijo, tiene la vida* (o sea, tiene la Vida eterna)*; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida* (no tiene Vida eterna)*.* *Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna...”* Esa es la buena noticia para los creyentes en Cristo, la buena noticia es que tenemos Vida eterna. “*...Para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”* Y ahora, tenemos Vida eterna en Cristo y de Cristo, porque la Vida eterna está en Cristo, nuestra Vida eterna está en Cristo nuestro Salvador, y en Cristo estamos completos. Nadie más nos puede dar Vida eterna, nadie más nos puede perdonar los pecados, nadie más puede quitar nuestros pecados, solamente Cristo con Su Sangre preciosa, por lo tanto estamos completos en Cristo como individuos y estamos completos en Cristo como miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, los que tienen a Cristo, el Hijo de Dios tienen la Vida eterna, están completos en Cristo con Vida eterna, el que no tiene a Cristo no tiene Vida eterna, y lamentablemente será juzgado, condenado y echado al lago de fuego, pero ¿qué puede hacer esa persona? Pues recibir a Cristo como su Salvador para que reciba Vida eterna, y no sea echado en el lago de fuego sino que sea colocado en el Reino de Dios con Vida eterna, y así esté completo en Cristo. Y ahora, todos los que todavía no están completos en Cristo son los que no han recibido a Cristo como su Salvador, pero pueden estar completos en Cristo recibiéndolo en esta noche como su Salvador personal, y así recibir el perdón de sus pecados, ser lavados con la Sangre de Cristo y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y fuego, y así tendrá Vida eterna, y estará completo en Cristo. En el libro de los Hechos, capítulo 2, dice el Apóstol San Pedro en su primer mensaje predicando el Día de Pentecostés, capítulo 2, verso 36 en adelante del libro de los Hechos, dice: “*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.* *Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.* *Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”* Vean, cuando Pedro les explicó el arrepentimiento y el perdón de los pecados, y el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, como tres mil personas creyeron y fueron bautizadas en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y fueron añadidas a la Iglesia como tres mil personas en ese primer mensaje de San Pedro. Eso es lo mismo para todos nosotros en este tiempo, los que todavía no han recibido a Cristo, tienen la oportunidad de hacerlo en esta noche para que arrepentidos de sus pecados pidan perdón a Cristo, y Cristo les perdone y los limpie con Su Sangre preciosa, y sean bautizados en Su Nombre, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así obtengan el nuevo nacimiento, nazcan del Agua y del Espíritu, y estén completos en Cristo, y puedan decir juntamente con todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo: “Nosotros estamos completos en Cristo.” “ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO.” Dejo al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín nuevamente, para que ore por todas las personas que levanten sus manos para recibir a Cristo como su Salvador, para que Cristo les perdone y les limpie con Su Sangre preciosa, y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así estén completos en Cristo también, y así tengan salvación y Vida eterna en sus almas. “**ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO.”** Ese ha sido nuestro tema, y ahora tenemos ya al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín por aquí con nosotros, para orar por todas las personas que levantarán sus manos para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador. Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. “**ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO.”**