--- title: 'Dependiendo unicamente de Dios' date: 2002-11-06 activity: 2 place: city: Santa Cruz state: country: BO duration: 01:20:09 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, compañeros ministros en el Cuerpo Místico de Cristo, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual leemos en el capítulo 17 de Jeremías, verso 5 al 10, donde dice: “*Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.* *Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.* *Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.* *Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.* *Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;* *¿quién lo conocerá?* *Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“DEPENDIENDO ÚNICAMENTE DE** **DIOS.”** Dios reflejó en el pueblo hebreo, siendo el pueblo hebreo el tipo y figura, la sombra, el tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo, el pueblo hebreo vino a ser la Iglesia de Dios del Antiguo Testamento, y pasaría por las mismas etapas que pasaría la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso, siendo el pueblo hebreo descendiente según la carne de Abraham, encontramos que sería cautivo, habitaría en una tierra ajena, sería cautivo allí, sería esclavo allí, pero Dios lo libertaría luego de cumplidos los cuatrocientos años, y los llevaría a la tierra prometida; tipo y figura de lo que Cristo haría: libertaría al Israel Celestial, que es la Iglesia, los miembros de la Iglesia de Jesucristo; libertaría a ese pueblo Celestial, que está compuesto por los hijos e hijas de Dios. Y ahora, encontramos que, ¿de dónde los va a libertar? Del reino, del imperio, de las tinieblas, que es el reino del maligno, el reino del enemigo de Dios. El ser humano al nacer en la Tierra nace en un reino de una raza caída, por consiguiente nace en el reino de las tinieblas; porque el diablo cuando logró engañar a Eva, y luego Eva dio a comer a Adán, y Adán comió y pecó también, encontramos que todo el reino terrenal cayó en las manos del maligno. O sea, que Adán entregó al diablo este planeta Tierra, por eso es que el diablo es el príncipe de este mundo, y por consiguiente el diablo materializaría su reino espiritual, lo materializaría aquí en la Tierra en seres humanos, y en naciones. Por eso es que las naciones, por ejemplo, en el tiempo de Daniel, el príncipe contra el cual el Arcángel Gabriel peleó, dice que era el príncipe ¿de dónde? De Persia. Ahora, encontramos que así como hay príncipes humanos terrenales, hay príncipes, potestades, y así por el estilo, autoridades también, en el reino espiritual, tanto en el reino espiritual del maligno como en el Reino Espiritual de Cristo nuestro Salvador. Por eso también en el Reino de Cristo encontramos diferentes príncipes espirituales, encontramos por ejemplo al Arcángel Miguel, que es el príncipe que está por los hijos de Israel; y también encontramos al Arcángel Gabriel, son los Arcángeles principales del Reino de Dios. Y algún día hemos de conocer el misterio de estos dos Arcángeles. Recuerden que por ejemplo Gabriel dice a Zacarías... el sacerdote Zacarías le dice Gabriel en el capítulo 1 de San Lucas, verso 15 en adelante: “*... porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.* *Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.* *E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.* *Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.* *Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.”* Y ahora, este Ángel se identifica aquí como el Ángel que está delante de Dios. Ahora, este Ángel junto al Arcángel Miguel, son Ángeles que están delante de Dios, son Ángeles de la presencia de Dios. Ahora, por eso lo encontramos en algunas ocasiones los dos en la misma visión. Por ejemplo, también encontramos a Gabriel en una ocasión en donde fue dicho por uno de los que estaban presentes: “Gabriel, enseña a éste la visión.” Eso fue al Profeta Daniel, al cual le sería mostrada la visión por el Arcángel Gabriel. Ahora, podemos ver que hay príncipes del Reino de Dios, como hay príncipes del reino de las tinieblas. Ahora, encontramos que en el capítulo 17, verso 16 del Éxodo, dice... esto fue cuando Amalec peleó contra los hebreos; fue el primer pueblo, después del pueblo egipcio, el otro pueblo que peleó contra el pueblo hebreo, saliendo el pueblo hebreo de Egipto y pasando al otro lado del mar rojo. Encontramos que luego este pueblo de los amalecitas, descendientes de Esaú, porque Amalec es nieto de Esaú, y es hijo de una concubina del hijo de Esaú. Ahora, vean lo que Dios dice aquí en el capítulo 17, verso... recuerden que esta es la ocasión en que Moisés levanta sus manos; y mientras él tiene sus manos levantadas en alto con la vara en su mano, el pueblo hebreo prevalecía, cuando se le cansaban los brazos y bajaba las manos, Amalec prevalecía; y se dieron cuenta de esto Aarón y otro hombre de Dios se dio cuenta de esto: Hur, y buscaron una piedra, sentaron a Moisés y cada uno en cada lado de Moisés, le mantenía el brazo en alto a Moisés, y entonces ya los brazos de Moisés no tenían que ser bajados, por lo tanto la victoria permanecía a favor del pueblo hebreo. Y el verso 13 en adelante, dice... vamos a ver verso 11 en adelante: “*Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de* *otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.* *Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y dí a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.* *Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi.”* ¿Qué significa Jehová-nisi, Miguel? JEHOVÁ NUESTRA BANDERA.” Y ahora, si ustedes buscan en Isaías, capítulo 59 (después continuaremos aquí), verso 19 en adelante, dice: “*Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.”* Eso será Jehová-nisi también, como sucedió allá cuando vino el enemigo como un río contra el pueblo hebreo, contra el Israel terrenal: Dios levantó bandera contra Amalec, y allí estaba Dios en favor de Josué, que era el que estaba frente al ejército, y Moisés con sus brazos en alto. También si ustedes van a algunos salmos, como el salmo 60, verso 4, vamos a ver lo que nos dice ahí... vamos a ver qué nos dice ese Salmo... no es este el Salmo... vamos a ver: “*Has dado a los que te temen bandera Que alcen por causa de la verdad.”* Y ahora, cuando el enemigo venga como río Dios levantará bandera contra él, porque Dios ha dado bandera a los que le temen. Vamos a ver el 75 a ver qué más hay por aquí, 75:8 a ver si encontramos algo más por aquí... esto ya es hablando de la ira de Dios que caerá sobre la gente. Yo creo que hasta aquí está bien. Ahora, Dios levantará bandera contra el enemigo, y eso está hablando para este tiempo final, porque ese capítulo 59 de Isaías habla de este tiempo final, en donde el pueblo, va a ser completada la Iglesia de Jesucristo, y luego Dios se va a revelar al pueblo hebreo. Por eso es que en Romanos, capítulo 11, San Pablo toma esa profecía, y vean lo que nos dice en Romanos, capítulo 11, versos 25 en adelante: “*Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;* *y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador,* *Que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.”* Ahora, este pasaje de Isaías 59, vean, leímos donde dice: “*...mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.* *Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.* *Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.”* Y ahora vean, esta profecía se cumplirá en favor del pueblo hebreo en este tiempo final cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, o sea, cuando haya entrado hasta el último escogido de Dios. Ahora, vean ustedes, con el pueblo hebreo y en medio del pueblo hebreo se reflejó todo lo que va a pasar en este tiempo final. Así como hubo también un pueblo que creyó y dejó que Dios llevara a cabo esa batalla, Dios le dijo en una ocasión a Josafat, o sea, le dijo a Josafat que no había necesidad de que ellos pelearan. Eso está en Segunda de Crónicas, verso 20 al 15 (y luego terminamos acá con lo que tenemos acá del Éxodo)... Segunda de Crónicas, capítulo 20, verso 15 en adelante, dice... vamos a comenzar un poquito antes porque este personaje aquí aparece en los Salmos también, ¿verdad Miguel? Asaf. Verso 14 en adelante dice: “*Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión;* *y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es* *vuestra la guerra, sino de Dios.* *Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.* *No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.* *Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová.* *Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.* *Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.* *Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.* *Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.”* Porque el pueblo de Dios cuando está en la voluntad de Dios y está dependiendo únicamente de Dios, entonces los que los maldigan serán malditos, y los que los bendigan serán benditos. O sea, que lo que pongan contra el pueblo bendecido de Dios, eso mismo le vendrá en contra de los mimos que pongan esos problemas para el pueblo de Dios. Cuando el pueblo se aparta de la voluntad de Dios, entonces ya tiene problemas. Y ahora, los que bendigan al pueblo de Dios, pues son benditos. Ahora, encontramos ahí que Dios peleó por Israel. Dios dijo que ellos no iban a pelear y no tenían necesidad de pelear. Dios dijo al pueblo: “*Porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.”* Por cuanto hay un mundo invisible, hay dos reinos que están en guerra desde antes de la creación de este planeta Tierra. Hay dos reinos que están en guerra, son los reinos espirituales que están en otra dimensión con ángeles: uno es el Reino de Cristo y el otro es el reino del maligno, y esas batallas luego han venido a ser las batallas del Cielo, han venido a ser luego las batallas en medio de la raza humana, en donde el enemigo ha estado usando pueblos y naciones y reyes. Pero Dios, vean ustedes, ha tenido el pueblo hebreo, del cual Dios dijo: “Israel es mi heredad, la heredad de Dios.” Por lo tanto, el Reino de Cristo en el Antiguo Testamento estuvo reflejándose a través del pueblo hebreo; porque el pueblo hebreo es el tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso el Arcángel Miguel es el príncipe que está por los hijos de Israel. Así también encontramos que el reino de las tinieblas tiene diferentes príncipes sobre diferentes pueblos gentiles; y sobre todo el reino de los gentiles está uno como príncipe sobre esos pueblos, que es el maligno, del cual Cristo dijo: “Viene el príncipe de este mundo, el cual nada tiene en mí.” O sea, que en el Reino de Cristo el diablo no tiene absolutamente nada, son dos reinos diferentes. Ahora, encontramos que hay una guerra entre esos dos reinos, y esa guerra se refleja aquí en esta dimensión terrenal. El diablo ha usado reyes terrenales y ha usado naciones terrenales contra el pueblo hebreo y contra la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual fue tipificada en el pueblo hebreo. Pero la Iglesia del Señor Jesucristo ha tenido Ángeles de Dios de edad en edad. Tenemos siete Ángeles Mensajeros que son espíritus ministradores enviados a los herederos de salvación; tenemos los Apóstoles también, y así por el estilo tenemos diferentes hombres de Dios, Mensajeros de Dios. Para este tiempo final Cristo dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* Para este tiempo final también Cristo tendrá un Ángel Mensajero en Su Iglesia. Pero Cristo es el Príncipe y Rey de toda la Iglesia. Pero para cada etapa de Su Iglesia ha tenido príncipes, Ángeles Mensajeros, que son príncipes del Reino de Cristo. Por eso cuando el Rvdo. William Branham fue al Paraíso de visita en una ocasión, a él lo recibieron los creyentes de su edad, y por eso eran su pueblo y lo colocaron en un lugar alto, y El dice: “¿Por qué ustedes hacen eso conmigo?” Ellos le dicen, y también el Ángel le dice: “Es que tú en la Tierra fuiste un líder.” Y entonces le dicen a él... él dice: “Yo quiero ver a Jesús.” Porque es el Personaje principal que toda persona desea ver, y todo cristiano que parte de esta Tierra desea ver cuando sale de esta dimensión terrenal y va al Paraíso. Y el hermano Branham quería ver a Jesús, pero le fue dicho: “Ahora tú no lo puedes ver, El está más arriba.” Porque a donde fue nuestro hermano Branham fue a la sexta dimensión, que es el Paraíso, y Jesús está más arriba en la séptima dimensión en el Lugar Santísimo del Templo Celestial, haciendo intercesión con Su propia Sangre allá como Sumo Sacerdote, hasta que entre hasta el último escogido de Dios. Pero le fue dicho: “Pero El vendrá a ti primero.” O sea, que en el Paraíso están esperando la Venida del Señor también.” Así como Cristo pasó por el Paraíso cuando murió y fue sepultado, El en Espíritu primero fue al infierno pero después pasó al Paraíso, y allí estaban esperándolo, estaba Juan el Bautista con todo el pueblo del Antiguo Testamento creyente en Dios, creyente en Cristo en el tipo y figura; porque ser un creyente en Cristo en el Antiguo Testamento era ser un creyente en todo el Programa que Dios tenía en el Antiguo Testamento, en donde se sacrificaba el cordero pascual, que es tipo y figura de Cristo, se sacrificaba el macho cabrío de la expiación, que es tipo y figura de Cristo también. Creían en Cristo en lo que era el tipo y figura de Cristo allá, aunque no era la realidad pero era el tipo y figura, y creían a los demás sacrificios, los cuales también tipificaban a Cristo. Por lo tanto, ellos eran los cristianos del Antiguo Testamento en tipo y figura, eran creyentes en Cristo porque creían en esos sacrificios. Ahora, encontramos que Cristo pasó por el Paraíso y luego regresó a la Tierra resucitado y con El resucitaron los santos del Antiguo Testamento. Ahora, encontramos que los santos del Nuevo Testamento que están en el Paraíso tienen la promesa de que van a ser resucitados en cuerpos glorificados, van a regresar a la Tierra en cuerpos glorificados, y van a estar con nosotros acá de nuevo. Por lo tanto, le fue dicho al Rvdo. William Branham: “El vendrá primero a ti (y se pone muy contento) y te juzgará (ahí, pues, cuando se le habla de juicio a cualquier persona, pues ya pues se preocupa la persona); y si tú entras, nosotros entraremos contigo.” - Y El dice: “¿Pero tengo que yo ser juzgado?” - Le fue dicho: “Sí.” - “¿Pero por qué?” - “Porque tú fuiste un líder allá en la Tierra, por lo tanto, vas a ser juzgado por lo que tú has predicado.” - Pregunta: “¿Y San Pablo, tendrá que ser juzgado también?” - “También va a ser juzgado (y por consiguiente, pues cada Mensajero de cada tiempo).” - Y le fue dicho: “Entonces si tú entras, nosotros entraremos también, regresaremos a la Tierra contigo y entonces tomaremos cuerpos y entonces comeremos, y entonces seremos tus ¿qué? súbditos.” - Si van a ser los súbditos, entonces el Rvdo. William Branham es un príncipe, es un rey, porque la bendición para cada Mensajero, Ángel Mensajero, es paralela o como fue o como es la bendición para los Apóstoles, a los cuales Cristo dice: “Vosotros os sentaréis en doce tronos y juzgaréis a las doce tribus de Israel,” hablándoles acerca de la regeneración, lo cual es en el Reino Milenial de Cristo, donde el reino de David y trono de David serán restaurados; por lo tanto, habrá una regeneración del reino, y será establecido el glorioso Reino de Dios en la Tierra. ¿Recuerdan en el Antiguo Testamento cuando Salomón fue a tomar el trono?, dice que cuando se sentó en el Trono, se sentó ¿en qué trono? En el Trono de Jehová, en el Trono de Jehová del Reino de Jehová en la Tierra en medio del pueblo hebreo. Eso está en Primera de Crónicas, capítulo 28, verso 5 al 6, y Primera de Crónicas, capítulo 29, versos 22 en adelante. Ahora, encontramos que el Trono de David es el Trono de Jehová en la Tierra, el Trono terrenal de Dios en la Tierra es el Trono de David, el Reino terrenal de Dios en la Tierra es el Reino de David. Por eso es que la promesa a Cristo para reinar en la Tierra sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, es sentándose en el Trono de David, y siendo así restaurado el Reino de David. Ahora, ese es el mismo Trono del cual Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21: “*Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”* Es paralelo a lo que ha sucedido en el Cielo cuando Dios ha sentado en Su Trono a Cristo. Ahora, Cristo se ha sentado en el Trono del Padre, y le fue dado todo poder y autoridad sobre los Cielos y la Tierra. Por eso la promesa para el Vencedor es que se sentará con Cristo en Su Trono en la misma forma en que Cristo se sentó con el Padre en Su Trono en el Cielo, y allá recibió todo poder y autoridad sobre los Cielos y la Tierra. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 en adelante, dice: “*Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,* *y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”* Ahora, Cristo por cuanto recibió todo poder en el Cielo y en la Tierra, ahora encontramos que dará al Vencedor de ese poder y ese poder que ha recibido Cristo en la Tierra, al sentarse en el Trono de Dios. Por consiguiente la Iglesia del Señor Jesucristo para el Día Postrero, para el tiempo final, será restaurada a todo lo que perdió la Iglesia allá en el tiempo del oscurantismo, y será restaurado todo lo que perdió Adán y Eva. Por eso es que el Título de Propiedad Cristo lo toma en el Cielo en el capítulo 5 del Apocalipsis, lo abre en el capítulo 6 y capítulo 8, verso 1, y luego lo trae a la Tierra en el capítulo 10 y se lo entrega a un hombre. Por consiguiente ese hombre, tipificado en Juan el Apóstol, así como Juan recibió el Libro de los Sellos y se lo comió, y luego en Apocalipsis, capítulo 11, viene el ministerio profético. Pero vean, en el capítulo 10, al final, dice: “*Es necesario que profetices sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”* Y luego el ministerio profético aparece en Apocalipsis, capítulo 11, que es el ministerio de los Dos Olivos. Ahora, allá en Juan el Apóstol fue reflejado lo que Dios estará haciendo en este tiempo final. Para la restauración de los hijos e hijas de Dios a la Vida eterna física, o sea, a un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible, se requiere que el Título de Propiedad sea traído a la Tierra, se requiere que Cristo complete Su Iglesia, se requiere una restauración a la raza humana del Título de Propiedad que perdió Adán y Eva en la caída. Y está prometido en Apocalipsis, capítulo 10, que ese Título de Propiedad será restaurado a la raza humana, pues Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo lo trae a la Tierra para entregárselo a un hombre que se lo coma, y por consiguiente estará recibiendo todas esas bendiciones celestiales que perdió Adán y Eva en la caída. Por lo tanto, la restauración para la Iglesia de Jesucristo, la restauración a un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, vendrá en ese tiempo, cuando Cristo haya completado Su Iglesia, y haya tomado el Título de Propiedad, y lo abra en el Cielo, y haga Su Obra de Reclamo, resucitando a los muertos creyente sen El y transformándonos a nosotros. Ahora, podemos ver que el Libro de los Siete Sellos es más importante que lo que nosotros nos podemos imaginar, ya que es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, y Cristo es el heredero de los Cielos y de la Tierra. Ahora, encontramos que para este tiempo final, así como para otros tiempos hubo un lucha, para este tiempo final hay una lucha, la cual se va a acrecentar cada día más y más, una lucha entre los dos reinos, entre el Reino de Cristo y el reino del maligno, el reino de las tinieblas; y esa lucha se va a reflejar en medio de la raza humana. El maligno tendrá su reino materializado en el anticristo y el reino del anticristo. Pero Cristo tendrá materializado Su Reino en Su Iglesia. ¿Ven lo sencillo que es? Por consiguiente habrá una etapa de apretura, de la cual el Rvdo. William Branham habla que habrá una apretura, pero dice: “Cuando la apretura venga no tengas miedo, no te asustes.” Vamos a ver en qué página es que está. Página 119 del libro de *“Citas,”* párrafo 1054: “*Cuando esta persecución venga, no te asustes; hay una luz que dice que se llevará a Sus hijos. Ella no pasará por la tribulación. Ella nunca lo hará. El dijo que ella no, ella será* *levantada.”* Por lo tanto, la Luz del Día Postrero en la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, es la Luz que se llevará a la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, la Columna de Fuego, la misma Luz que libertó al pueblo hebreo y los llevó a la Tierra prometida, es la misma Luz, la Columna de Fuego, Cristo, el Ángel del Pacto, el que estará manifestado en medio de Su Iglesia y nos preparará, nos transformará y nos llevará con El a la Cena de las Bodas del Cordero, antes que comience la gran tribulación. Por lo tanto, tendremos la Luz, Cristo, el Ángel del Pacto, el Verbo manifestado en medio de Su Iglesia, guiando a Su Iglesia, para recibir nuestra transformación, que será entrar físicamente a la Tierra prometida del nuevo cuerpo, como hemos entrado a la tierra prometida del Bautismo del Espíritu Santo y hemos obtenido el cuerpo angelical, teofánico de la sexta dimensión. Luego que seamos transformados ya se habrán terminado todos los problemas, entonces el que va a tener graves problemas, mayores problemas, será el enemigo, y el reino del enemigo; porque cuando estemos transformados ya el Reino de Cristo estará materializado en cuerpos glorificados, y ese es el poderoso Ejército de nuestro amado Señor Jesucristo de Apocalipsis, capítulo 17, verso 14 al 15, y Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 21. Es el poderoso Ejército del cual habla el Profeta Joel. Ahora, podemos ver que ese gran Ejército de Cristo es la Iglesia del Señor Jesucristo, contra el cual el maligno ha estado peleando y persiguiendo a la Iglesia de Jesucristo. Pero cuando estemos transformados se acabó la persecución. Eso es como cuando hay un muchacho alto, grande y fuerte, y hay un nene pequeño, que cada vez el grande está dándole sus golpecitos ahí en la cabeza, cada vez, y sus empujones. Pero el nene pequeño va creciendo y va fortaleciéndose, y va ejercitándose y va comiendo mucho, hasta que llega a una estatura mayor, que la que tiene el otro muchacho. Y cuando llega a esa estatura mayor, ya no va a poder hacerle lo mismo que le hacía en otras ocasiones. Ahora el que se va a asustar y va a huir es el que primero molestaba mucho al muchachito. Eso sucede también entre los animales. Por ejemplo, hay un perro grande en un hogar, y llevan un perrito chiquito, y el grande cada vez está molestando al pequeño, y hasta le da sus pelas. Pero el pequeñito va creciendo, y si es de una raza que crece más que el otro, luego cuando llega a grande, entonces los problemas los va a tener el otro perro. El perro viejo va a tener problemas con el perro joven, el cual estará más fuerte y más grande. Así que vean, hasta en la misma naturaleza suceden estas cosas. Ahora, esto es lo que está profetizado que va a suceder en este tiempo final, y no se pueden dar muchos detalles para que no se interrumpa todo el Programa que Cristo tiene para darnos la gran victoria en el Amor Divino, en donde Cristo obtendrá la victoria para todos nosotros, será Cristo peleando en favor de todos nosotros. Por lo tanto, ninguna persona sale a pelear por su cuenta, porque esta batalla Cristo la llevará a cabo para darnos la gran victoria en el Amor Divino. Ninguno hace lo que hicieron aquellas personas a las cuales Moisés les dijo: “No salgan a pelear, Dios ha dicho que no irá con ustedes.” Pero se fueron a pelear ellos por su cuenta y vinieron derrotados. Esta batalla de este tiempo final Cristo, el Ángel del Pacto, es que la peleará en favor de nosotros, y hemos de obtener la gran victoria en el Amor Divino, y hemos de obtener el cuerpo glorificado y hemos de ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, esta batalla para este tiempo final está prometida en la Biblia. Cuando venga la apretura, ese es el tiempo. Cristo nos dará la gran victoria en el Amor Divino. Para este tiempo todo el poder divino de Cristo estará manifestado en medio de Su Iglesia, y eso será lo que dijo el Rvdo. William Branham: La Tercera Etapa manifestada en toda Su plenitud, la cual será para el mundo, para la Iglesia, o sea, las vírgenes insensatas que no tenían aceite en sus lámparas, y será también para la Iglesia Novia, la Iglesia representada en las vírgenes prudentes. Por lo tanto, vean todo lo que cubrirá esa Tercera Etapa, donde lo que vimos manifestado en el Rvdo. William Branham luego será manifestado en toda Su plenitud, será manifestado todo ese poder divino sin limitaciones. Ahora, eso está prometido para este tiempo final, y en algún momento va a ser cumplido. Cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión, haya completado Su Iglesia y se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo y haga Su Obra de Reclamo, ahí Cristo obtendrá la gran victoria en el Amor Divino, al resucitar a los muertos creyentes en El y transformarnos a nosotros, y tener Su poderoso Ejército transformado; tendrá Su poderoso Ejército inmortal, incorruptible, glorificado. **¿Quién podrá hacerle frente a Cristo y Su Ejército?** Nadie. Porque a un Ejército de inmortales y con todo el poder de Dios manifestado en cada uno de esos soldados del Ejército de Jesucristo, nadie le podrá hacer frente. **Cristo nos dará la gran victoria en el Amor Divino.** Ahora, leemos en el Éxodo la lectura que estábamos teniendo del tiempo en que Moisés levantó sus manos y tuvo la victoria el pueblo hebreo. Capítulo 17, verso 11 en adelante: “*Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de* *otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol* (y ahora vean, hasta que se puso el sol)*.”* Y este es el tiempo para la Iglesia y para los gentiles, el tiempo de la tarde, donde se pone el sol. ¿Y dónde es que se pone el sol? En el Oeste. Por el Oeste es que se pone el sol. Ahora vean, todo aquel cuadro allá tipifica este tiempo. Amalec y su reino: Amalec representa al anticristo y el reino de Amalec tipifica al reino del anticristo. Y Josué tipifica al Espíritu Santo en este tiempo final. “*Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.* *Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y dí a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.* *Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi; y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.”* Y la última guerra, vean ustedes, de Dios contra Amalec, será la guerra de Cristo contra el anticristo y contra el Reino del anticristo. Y Cristo vencerá y establecerá Su Reino, el Reino de Cristo, que será el Reino Milenial, el Reino de David restaurado, porque ese es el Reino de Dios, de Jehová, sobre la Tierra, y el Trono es el Trono de David. Ahora, ¿qué podemos hacer? Dejar que Dios sea el que gane esa batalla, esa guerra para nosotros. Así como Dios la ganó para el pueblo hebreo, el Israel terrenal, la Iglesia terrenal de Jehová del Antiguo Testamento, Dios la ganará para el Israel Celestial, la Iglesia Celestial de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, podemos ver que todo lo que está hablado acerca de la apretura y de esa situación difícil por la cual pasará la Iglesia, está ya tipificada en esa batalla que se llevó a cabo allá, en la cual fue Dios el que la ganó; confundió a esas personas y a esos ejércitos y se pelearon los unos con los otros y se mataron todos. ¿Y el pueblo hebreo qué hacía? Cantando, cantando, glorificando a Dios, y Dios confundió a los enemigos del pueblo hebreo. CUANDO SE CANTA A DIOS EN EL ESPÍRITU, SE ABRE LA DIMENSIÓN DE DIOS, Y DIOS ESCUCHA ESAS ALABANZAS, ESOS CÁNTICOS, Y RESPALDA A SU PUEBLO. Ahora, vean ustedes, en otras ocasiones también sucedía así, por eso siempre llevaban el Arca del Pacto y los cantores cantando, para todos esos momentos de batallas. Ahora, podemos ver que estamos en un tiempo muy importante en el cual está dicho que habrá una apretura, pero no temáis, Dios, Cristo, peleará por nosotros. Por lo tanto, no tenemos que tener miedo a nada, porque Cristo está con nosotros y peleará en favor de todos nosotros. Eso está prometido como la manifestación de la Tercera Etapa. Por lo tanto, seguimos adelante sirviendo a Cristo con toda nuestra alma en este tiempo final. Nuestro tema ha sido: **“DEPENDIENDO ÚNICAMENTE DE DIOS.”** Dependemos únicamente de Dios. Yo mismo no dependo de sabiduría humana, mía propia, ni dependo de mis propias fuerzas, ni dependo de nada humano, de nada mío, dependo de nuestro amado Señor Jesucristo en este tiempo final; y siempre dependeré de El. **¿Y quiénes más dependen de nuestro amado Señor Jesucristo?** Todos nosotros. Por lo tanto, todos estamos dependiendo ¿de quién? De Dios, de Jesucristo nuestro Salvador. Hemos estado viendo todo lo que El está haciendo en este tiempo. Lo que estamos viendo cuando tenemos las actividades públicas y cuando se hace el llamado a la gente viniendo, eso no es sabiduría humana ni fuerza humana, eso es El el que está obrando porque nos hemos puesto en sus manos, y le hemos dicho a El que El haga la Obra que El ha prometido para este tiempo final. Por lo tanto, El es el que está obrando y está obteniendo la victoria en favor de todas esas personas que pasan al frente para recibir a Cristo como su Salvador, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibir el Espíritu Santo, es Cristo el que está peleando en favor de Su Iglesia, para completar Su Iglesia. Siempre hay una lucha, pero Cristo es el que está al frente y el que está llevando a cabo la victoria. Y hay gozo en el Cielo cuando es visto que la gente viene a Cristo, porque hay gozo en el Cielo cuando un pecador se arrepiente. Así que, hay gozo en el Cielo y también en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, estamos cantando y alabando y adorando a nuestro Dios con toda nuestra alma y con regocijo de nuestro corazón. Por lo tanto, adelante confiando ¿en quién? En Dios, en Jesucristo nuestro Salvador. Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de que estamos confiando en Dios. No hay otro en el cual confiemos. Por lo tanto, estamos dependiendo únicamente de Dios. “**DEPENDIENDO ÚNICAMENTE DE DIOS.”** Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y dejo nuevamente al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte en esta ocasión, y ya nos veremos en la actividad de la noche, y también en la actividad de mañana Dios mediante. Y como le dije a Miguel, ¿en dónde fue el último sitio? En el Perú. Que preferiblemente cuando hay reunión de ministros, deje todo el día y la noche para los ministros, para que así puedan estar todo el día y la noche, hasta la hora que sea necesaria, para que así Dios nos dé todo lo que El quiera darnos durante ese día. Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y con nosotros nuevamente nuestro hermano y amigo Miguel Bermúdez Marín. “**DEPENDIENDO ÚNICAMENTE DE DIOS.”**