--- title: 'El Primogénito y Su Bendición' date: 2002-09-11 activity: 1 place: city: Monterrey state: Nuevo León country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muchas gracias Roberto Moncibaez, y muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en la congregación que pastorea el Rvdo. Roberto Moncibaez aquí en la República Mexicana; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final. Reciban también saludos de mi esposa Erica, y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela. En esta ocasión leemos en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante, donde dice: “*Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,* *en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;* *el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,* *hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.* *Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:* *Mi Hijo eres tú,* *Yo te he engendrado hoy,* *y otra vez:* *Yo seré a él Padre,* *Y él me será a mí hijo?* *Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:* *Adórenle todos los ángeles de Dios.* *Ciertamente de los ángeles dice:* *El que hace a sus ángeles espíritus,* *Y a sus ministros llama de fuego.* *Mas del Hijo dice:* *Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;* *Cetro de equidad es el cetro de tu reino.* *Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,* *Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,* *Con óleo de alegría más que a tus compañeros.* *Y:* *Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra,* *Y los cielos son obra de tus manos.* *Ellos perecerán, mas tú permaneces;* *Y todos ellos se envejecerán como una vestidura,* *Y como un vestido los envolverás, y serán mudados;* *Pero tú eres el mismo,* *Y tus años no acabarán.* *Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:* *Siéntate a mi diestra,* *Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?* *¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión es: **“EL PRIMOGÉNITO Y SU BENDICIÓN.”** En este pasaje que hemos tenido aquí, nos habla de Jesucristo el Primogénito de Dios y la bendición que Dios le ha dado. Vean, dice: *“En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”* **¿Cómo creó Dios el Universo?** Dice que fue por medio de Su Hijo Jesucristo. **¿Y para quién lo creó?** Para Su Hijo Jesucristo. **¿Y quién es el heredero de toda la creación?** Jesucristo nuestro Salvador. **¿Cómo fue este misterio de la creación del Universo completo?** Dios por medio de Jesucristo en Su cuerpo angelical creó todas las cosas, las que hay en los Cielos y las que hay en la Tierra, las cosas visibles pero también las cosas invisibles, todo fue creado ¿por medio de quién? Por medio de El, por medio de Jesucristo nuestro Salvador, dice San Pablo en Colosenses, capítulo 1, versos 15 en adelante. Dice: “*El es la imagen del Dios invisible.”* O sea, que Jesucristo es el cuerpo angelical de Dios llamado el Angel de Jehová, ese cuerpo teofánico, esa teofanía que apareció en el Antiguo Testamento y los Profetas lo llamaron “El Angel de Jehová,” y Dios dice de ese Angel en Exodo, capítulo 23, versos 20 en adelante: “*He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”* El Nombre de Dios ¿dónde estaba? En Su Angel, el Angel de Jehová que es el cuerpo angelical de Dios, a través del cual Dios ha estado en toda Su plenitud manifestado y a través del cual creó los Cielos y la Tierra, por eso Jesús podía decir: “Antes que Abraham fuese, yo soy.” **¿Cómo era Cristo antes de Abraham?** Nos dice ahí Cristo: “Antes que Abraham fuese, yo soy.” Eso está en San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58. Y ahora, ¿cómo era Cristo antes de Abraham? ¿Y cómo era Cristo antes de Adán también? Cristo era el Angel de Jehová a través del cual Dios creó los Cielos y la Tierra. Cristo es el Ángel del Pacto; por eso por medio de Cristo manifestándose a través de Moisés libertó al pueblo hebreo y le dio sus leyes en el Monte Sinaí al pueblo hebreo. Por eso dice la Escritura en el libro de los Hechos y en Hebreos, que la Ley fue dada por comisión de Angeles. Fue el Angel de Jehová, el Ángel del Pacto el que le dio al pueblo hebreo las leyes para todo el pueblo de Israel y se las entregó a Moisés, ese gran Profeta de Dios el cual pudo estar en la presencia del Angel de Jehová. En el libro de los \*Hebreos, capítulo 2, verso 2, dice: “*Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,* *¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,* *testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.”* Y ahora, encontramos que la Ley fue dada por comisión de Angeles, esa Palabra dicha por los Angeles, por Angeles, fue dada al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés. En el libro de los Hechos, capítulo 7, verso 53 también nos dice que la Ley fue dada por comisión de Angeles. Eso lo dice ahí Esteban cuando iba a ser apedreado, primero predicó un importante discurso en el cual dio a conocer estas cosas. Y ahora, vean ustedes, en el capítulo 7, verso 53 del libro de los Hechos, dice: “*Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.”* Y ahora, podemos ver que Dios dio al pueblo hebreo la Ley por disposición de Angeles, fue dada por Dios a través del Angel de Jehová, en el cual estaba el Nombre de Dios y el cual quiso conocer Moisés en el capítulo 3, verso 13 al 14, cuando le dice: “Si ellos me preguntasen cuál es Su Nombre (o Tu Nombre) ¿qué les responderé?” el Angel de Jehová le dijo: “Yo soy el que soy, y dirás al pueblo: ‘Yo soy me envió a vosotros.” Ese “Yo soy” en el original son cuatro letras, cuatro consonantes, que son la Y (griega), la H, la W, H. ¿Ven? Y griega (o sea, la “i”); Y H W H. Y ahí está contenido el Nombre de Dios. Por eso cuando el Ángel del Pacto, el Angel de Jehová vino en carne humana fue conocido por el Nombre de Jesús, y por eso El decía: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” El mismo Angel que libertó al pueblo hebreo por medio del Profeta Moisés y le dio las leyes allá en el Monte Sinaí, el Angel que Dios envió, en quien estaba el Nombre de Dios porque estaba Dios en toda Su plenitud en él, y era nada menos que el cuerpo angelical de Dios, cuando vino en carne humana, pues tenía el Nombre de Dios. Por eso podía decir: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” Y les dijo a ellos: “Y no me recibís.” Ahora, en el Nombre del Padre fue que Jesucristo vino y obró todas aquellas maravillas y señales como había obrado en el Antiguo Testamento libertando al pueblo hebreo, y luego llevándolos por el desierto a la tierra prometida, y luego obrando también a través del Profeta no solamente Moisés, sino también de Josué que era Profeta y era el primero de los jueces, y luego obrando a través de cada uno de los jueces (a través del último de los jueces también: Samuel), y luego a través de los diferentes Profetas. Vean, Samuel era juez y era también Profeta, luego obró también a través de los demás Profetas, tenemos a Elías, a Eliseo, a Isaías, a Jeremías, a Ezequiel, a Daniel, y así por el estilo tenemos un sinnúmero de Profetas a través de los cuales Cristo, el Ángel del Pacto estuvo manifestado, velado y revelado a través de esos Profetas en la porción correspondiente a cada edad. Pero luego tuvo un cuerpo propio Suyo, el cual fue creado en el vientre de María, el cual se multiplicó célula sobre célula, pues Dios creó en el vientre de María una célula de vida, de Sangre, la cual se multiplicó célula sobre célula y así se formó el cuerpo de Jesús. Y cuando nació ese cuerpecito, era el cuerpo en donde Dios habitaría en toda Su plenitud. Por lo tanto, así como Dios tiene un cuerpo angelical, Dios tendría un cuerpo físico de carne en el cual habitaría en toda Su plenitud, y a través de ese cuerpo Dios se manifestaría y llevaría a cabo Su ministerio mesiánico, y luego llevaría a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Por medio de Su propio cuerpo de carne Dios nos reconcilió con El, llevó a cabo la Obra de Reconciliación; alguien tenía que morir por nosotros, que no tuviera pecado y que tomara todos nuestros pecados y los quitara de nosotros y muriera por ellos, y ese fue nuestro amado Señor Jesucristo el que tomó nuestros pecados y murió por todos nosotros. Vean, dice: “*El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”* Lo primero visible de Dios es Su imagen, encontramos que ese es Cristo en esa teofanía, Su cuerpo angelical, y a través de ese cuerpo angelical llamado también el Verbo que era con Dios y era Dios, por el cual creó todas las cosas, Dios creó el Universo completo, creó el mundo invisible primero, y después el mundo visible, creó las dimensiones y así por el estilo. Ahora, continuamos leyendo, dice: “*Porque en él fueron creadas todas las cosas.”* Encontramos que todo el fruto que un árbol —digamos— de mango o mangos va a producir, todo eso ya está creado ¿dónde? En una semilla que es la que es sembrada, nace, y ahí estaban todos los frutos que iba a tener ese árbol, todas las hojas, todas las ramas, todo estaba creado ya en esa semilla. Si no estaba allí en esa semilla, no podía aparecer cuando esa semilla naciera en forma de árbol para reproducirse en frutos iguales al fruto de esa semilla. Cada simiente tiene que producir de acuerdo a su género. Ahora, vean lo sencillo que es todo; Cristo es el grano de trigo que fue sembrado en tierra, por lo tanto así como en un grano de trigo que es sembrado en tierra están todos los granos de trigo que van a nacer en esa planta de trigo que va a nacer, todo eso estaba ¿dónde? En el grano de trigo. Y ahora, todos los hijos e hijas de Dios estaban en Cristo el grano de trigo, y toda la creación estaba en Cristo el grano de trigo. Todo estaba en Cristo. Y Cristo siendo el instrumento a través del cual Dios se ha manifestado para llevar a cabo la creación divina, vean, por medio de Cristo el grano de trigo, es que ha venido toda la creación, del mundo invisible primero y luego del mundo visible. Vean, si usted pone un grano de trigo o una semilla de mango o de algún otro árbol, la puede mirar, y si usted sabe que cada simiente debe dar de acuerdo a su simiente, puede decir: “Yo veo en esta semilla un árbol de mango (si la semilla es de mango).” Si es de aguacate: “Yo veo un árbol de aguacate aquí. ¡Pero está en forma invisible!” Cualquier persona dice: “Tú estás loco.” Pero la persona puede decir: “No estoy loco, yo conozco la ley de la reproducción divina, por lo tanto en esta semilla están contenidos todos los misterios que serán manifestados en el árbol de aguacate o de mango cuando aparezcan. Pero aquí está todo, es invisible de momento pero vamos a sembrarlo y esperamos el tiempo correspondiente y verás que nacerá un árbol de mango (si es la semilla de mango), o de aguacate (si es de aguacate), o de trigo (si es una semilla de trigo).” Y luego puede decir: “Ahí están todos los frutos, las hojas, las ramas, todo está ahí en esa semilla.” Y no solamente está ese árbol, si no que hay muchos árboles ahí en esa semilla. ¿Cómo que hay muchos árboles en una sola semilla? Claro que sí, porque usted luego que siembra esa semilla nace un árbol, y luego toma todo el fruto y toma todas las semillas y las siembra y después aparecen muchos árboles más, pero todo eso estaba en una semilla. Y Cristo es esa semilla, la simiente, la semilla original de donde saldría toda la creación y de donde saldrían todas las cosas invisibles y visibles, toda la creación divina, y todos los hijos e hijas de Dios, todos los Angeles estaban ahí también en Cristo. Por eso de Cristo y a través de Cristo Dios creó todas las cosas: el mundo invisible y el mundo visible, creó Angeles, Arcángeles, querubines, serafines, y tronos y reinos, potestades, todo esto lo creó Dios por medio de Cristo, ¿y para quién? Para Cristo. Y luego creó el mundo visible, por lo tanto lo visible es hecho ¿de qué? De lo invisible, de lo que no se veía, como también sucede en la siembra y la cosecha, por lo tanto nosotros estábamos en Cristo eternamente, en el Primogénito de Dios el cual es también el Unigénito. Esas dos palabras: primogénito y unigénito parecen contradecirse, pero no hay ninguna contradicción cuando son aplicadas a Jesucristo nuestro Salvador. Si una persona es el primogénito no puede ser el unigénito, porque tiene más hermanos un primogénito; si es el primogénito entre muchos hermanos, pues no puede ser el unigénito. Pero en Cristo sí, ¿por qué? Porque Cristo es el Unigénito, el principio de la creación de Dios; y luego que salió de Dios Cristo, el Ángel del Pacto, el Angel de Jehová, salió de Dios ese cuerpo angelical, luego no siguieron saliendo más cuerpos angelicales de Dios, sino que después todos los cuerpos angelicales salían ¿de quién? De Cristo, el Ángel del Pacto. ¿Ven? Por eso es el Unigénito: porque Dios no hizo, de Dios no salió otro sino solamente Cristo, el Ángel del Pacto, el Angel de Jehová, el Verbo que era con Dios y era Dios, y luego toda la creación salió de Cristo el Ángel del Pacto. ¿Ven? Por lo tanto todo fue creado por medio de El y para El, Dios no creó nada aparte de Cristo, todo fue creado por Dios a través de Jesucristo nuestro Salvador. Continuamos leyendo aquí en Colosenses: “*Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él* (¿ven?)*.* *Y él es antes de todas las cosas* (El es antes de toda la creación)*, y todas las cosas en él subsisten.”* O sea, si los árboles usted los ve existiendo es por medio de Cristo “...todas las cosas por El subsisten.” Si usted ve seres humanos, subsisten ¿por qué? Por medio de Cristo, es Cristo el que les da ese sostén o sostenimiento a toda la creación, al Universo completo, porque en El está la vida, y El imparte vida a toda la creación, y mantiene esa vida. **¿Qué hacía Dios antes de la Creación?** Planificando lo que El iba a crear, preparando todo ese diseño porque El es el Arquitecto de toda la creación, y también el Constructor, Creador de toda la creación. Luego, **¿qué hacía a través de Cristo, el Ángel del Pacto?** Pues llevando a cabo toda la creación; y luego que llevó a cabo toda la creación ¿qué hacía Dios? Sosteniendo esa creación, dándole sostén a esa creación, dándole continuidad a esa creación, dándole el alimento a esa creación para que se mantenga en existencia esa creación. Si no hace eso, se deshace todo lo que El creó: “*Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;* *y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;* *por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.”* Toda la plenitud habitó en Cristo en Su cuerpo angelical, y luego habitó en Cristo en Su cuerpo de carne. Por eso El es el Hijo Primogénito de Dios y también El es el Hijo Unigénito de Dios. Y no hay ninguna contradicción cuando aplicamos estos dos términos a nuestro amado Señor Jesucristo. Ahora, El es el Primogénito entre muchos hermanos, pero El es el Unigénito y de El es que vienen todos esos Sus hermanos. El alma, El Espíritu angelical teofánico, y el cuerpo físico glorificado vienen de Jesucristo para todos los hijos e hijas de Dios, que son los hermanos también de Jesucristo, porque El es el Primogénito entre muchos hermanos. Por eso El es el heredero de todas las cosas, de las que están en los Cielos y de las que están en la Tierra, sean visibles o sean invisibles, todo fue creado por medio de El y para El. Y ahora, Jesucristo nuestro Salvador siendo el heredero, tiene por consiguiente la Primogenitura, siendo el Primogénito de Dios y también el Unigénito, por lo tanto nadie más tiene nada, todo fue creado por medio de El y para El. Nadie más tiene nada, pero El nos tiene a todos nosotros; y los Primogénitos de Dios son los creyentes en Cristo nuestro Salvador, los cuales estaban en Cristo desde antes de la fundación del mundo, fueron los primeros en los cuales Dios pensó: en Cristo y todos los hijos que Dios tendría por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Esos son los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. En Hebreos, capítulo 12 nos habla de estos Primogénitos, y dice capítulo 12, versos 22 al 23: “*Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,* *a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos.”* Los espíritus de los justos hechos perfectos son los espíritus teofánicos, los cuerpos teofánicos. Y ahora, estos Primogénitos están inscritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y ahora, Cristo es el primero de todos esos hijos Primogénitos de Dios, y por medio de Cristo es que vienen todos los Primogénitos de Dios. Por medio del Unigénito de Dios y Primogénito de Dios vienen todos los demás Primogénitos de Dios, los primeros en que Dios pensó. El primogénito, recuerden que siempre es el primero que viene a la familia. Y el primero que viene a la familia, el primero que nace en la familia, pues es el primero en que la pareja pensó, pensó en tener el primer hijo. Y ahora, encontramos que Cristo es el Primogénito de Dios, y luego todos aquellos en los cuales Dios pensó para manifestar a través de Cristo, son los Primogénitos de Dios, los primeros en los cuales Dios pensó para materializarlos en carne humana. Pero primero los manifiesta en cuerpos angelicales, pero antes de eso tenemos que pasar por esta dimensión terrenal para hacer contacto con el Programa de Redención y Vida eterna, que es el Programa de creación de una Nueva Raza que Cristo, el Primogénito de Dios, está creando. Cristo es el Primogénito de Dios y tiene la Bendición de la Primogenitura, por eso veremos una bendición doble siempre en Cristo: heredero de los Cielos y de la Tierra, o sea, una doble porción de herencia: los Cielos y la Tierra. Heredero del mundo invisible y del mundo visible. Solamente hay dos mundos: el invisible y el visible. El es el heredero del pueblo hebreo y también de Su Iglesia, del Israel terrenal y del Israel Celestial. Encontramos que El siempre estará con una doble porción de herencia, porque es el Primogénito de Dios, y la herencia del Primogénito siempre es una doble porción. Por eso también El tiene un cuerpo angelical y tiene un cuerpo físico glorificado, una doble herencia de cuerpo. Y así por el estilo ustedes encontrarán que El es el heredero de Dios y por consiguiente tiene una doble porción Su herencia, miren ustedes, El es el heredero del Trono Celestial, El es el que se sentó en el Trono de Dios en el Cielo, y El es el heredero del Trono de David, ahí tenemos dos Tronos también, heredero a dos Tronos, y heredero al Reino Celestial y heredero del Reino terrenal también. Todas estas bendiciones corresponden al Primogénito de Dios, Jesucristo nuestro Salvador, el principio de la creación de Dios conforme a Apocalipsis, capítulo 3, verso 14. Ahora, encontramos que Cristo ascendió al Cielo victorioso y se sentó en el Trono de Dios. Por eso El podía decir: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” (San Mateo 28, verso 18). El es el heredero de todo el poder de Dios, El se ha sentado a la diestra de Dios, y la diestra de Dios es el poder de Dios. Todo poder le ha sido conferido a Jesucristo nuestro Salvador, y desde el Trono es manifestado todo el poder de Dios. Recuerden que en un reino el poder es manifestado desde el trono, y el que está sentado en el trono es el que tiene el poder, y Cristo tiene el poder de los Cielos y de la Tierra porque se ha sentado en el Trono de Dios, se ha sentado a la diestra de Dios. O sea, que todo el poder de Dios está en Jesucristo nuestro Salvador. La diestra de Dios significa el poder de Dios. Y ahora, Cristo hace como Dios hizo en el Antiguo Testamento. Hemos visto que todo fue creado por medio de El y para El, y El es el heredero de todas las cosas. Pero ahora, vean, en el Antiguo Testamento Dios envió Su Angel, que es el Angel de Jehová, Cristo en Su cuerpo angelical, y por medio de El obró y en El estuvo el Nombre de Dios, y todas las cosas Dios las hizo en el Antiguo Testamento por medio de Su Angel, el Angel de Jehová. Toda la creación fue por medio del Angel de Jehová, Dios en Su Angel. “Todas las cosas por El fueron hechas, y sin El nada de lo que fue hecho, fue hecho.” En San Juan, capítulo 1, verso 1 al 18 nos habla del Verbo que era con Dios y era Dios, el cual y por medio del cual creó Dios todas las cosas, El dice que era la luz de los hombres, y nos dice que: *“Aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”* San Juan, capítulo 1, verso 9. ¿Cómo venía a este mundo? Dice: “*En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.* *A lo suyo vino* (o sea, al pueblo hebreo)*, y los suyos no le recibieron.”* Lo rechazaron en Su primera Venida cuando se hizo carne en medio del pueblo hebreo, cuando se hizo carne en medio de la raza humana. El Verbo que era con Dios, el Angel de Jehová, venía a este mundo en un velo de carne humana, el cual fue manifestado en medio del pueblo hebreo, y vino a los suyos y los suyos no le recibieron: el pueblo hebreo, con el cual estaba el pacto del Antiguo Testamento. Pero ahora Dios por medio de Cristo, el Verbo, el Angel de Jehová, tendría un ministerio mesiánico. “Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre) lleno de gracia y verdad.” San Juan, capítulo 1, verso 14. Y a través de ese velo de carne, Dios con Su cuerpo angelical manifestado dentro de ese velo de carne tuvo el ministerio profético de tres años y medio, y llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Luego que murió, fue sepultado, resucitó al tercer día glorificado, ascendió al Cielo, se presentó en el Cielo, y luego fue aceptado y luego descendió y apareció a Sus discípulos, a las creyentes, hermanas creyentes y luego a Sus discípulos, aunque primero había aparecido a María Magdalena, pero cuando ella vino para postrarse ante Sus pies y adorarlo, le dijo: “No me toques porque aún no he subido al Padre.” No había subido al Padre, por lo tanto no podía ser tocado porque entonces dañaría el Sacrificio de Cristo y la Obra Redentora de Cristo. El tenía que presentarse al Padre y ser aceptado y ya después descendió de nuevo, apareció a las otras hermanas donde también estaba María Magdalena, y entonces vinieron, abrazaron Sus pies y lo adoraron. ¿Ven? Luego estuvo apareciendo por 40 días a Sus discípulos, de ocasión en ocasión, no menos de ocho ocasiones en 40 días; y después ascendió al Cielo victorioso y está a la diestra de Dios haciendo intercesión por cada creyente que lo recibiría en el tiempo correspondiente en que Dios lo enviaría a la Tierra. Todas esas personas estaban en Cristo. Por lo tanto, Cristo, así como Adán recibió una novia para reproducirse a través de ella, casarse y reproducirse a través de ella, Jesucristo, el Segundo Adán, recibió una Iglesia Novia para reproducirse a través de ella en hijos e hijas de Dios; así como el grano de trigo cuando es sembrado en tierra, nace y recibe una planta de trigo, esa planta es la Iglesia del Señor Jesucristo, esa planta de trigo es la Iglesia Novia del grano de trigo, esa planta de trigo es la Esposa, la Novia del grano de trigo para reproducirse a través de esa planta de trigo. Por lo tanto, la vida del grano de trigo que es el Espíritu Santo, fluye a través de esa planta de trigo, fluye a través de la Iglesia para reproducirse en hijos e hijas de Dios, para reproducirse en granos de trigo, como lo hace en la planta de trigo, la vida que estaba en el grano de trigo, que es tipo y figura del Espíritu Santo que estaba en Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora, nos encontramos aquí en la Tierra nosotros, en el Cuerpo Místico de Cristo como hijos e hijas de Dios, como granos de trigo en la planta de trigo, la Iglesia del Señor Jesucristo. Cualquier persona puede decir: “No, si yo puedo estar en cualquier grupo cívico o cualquier grupo religioso, ya sea de Mahoma o de los budas o así por el estilo.” Pero esa no es la planta de trigo que nació el Día de Pentecostés a través del Espíritu Santo que vino sobre ciento veinte personas; tiene que estar en la planta de trigo, la Iglesia del Señor Jesucristo, para poder ser un grano de trigo, producto de Cristo, el grano de trigo que fue sembrado en tierra. Y ahora, Cristo, el Primogénito, tendría muchos hijos e hijas, pero Dios, el Padre tuvo uno: Jesucristo. Pero ahora por medio de Jesucristo Dios tendría muchos hijos e hijas de Dios, y esos son los Primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Ahora, encontramos que lo mismo que el Padre hizo en el Antiguo Testamento: envió a Su Ángel y por medio de Su Ángel se manifestó y obró todo el tiempo en el Antiguo Testamento, encontramos que en el Nuevo Testamento nuestro amado Señor Jesucristo dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* Encontramos también en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3 al Angel de Jesucristo del cual dice en Apocalipsis: “*La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,* *que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.* *Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.”* Y ahora, así como Dios obró por medio de Su Angel: el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento, ahora Cristo en el Nuevo Testamento está obrando por medio de Su Angel, y lo envía a Juan con la revelación de todas estas cosas que sucederían bajo el Nuevo Pacto, bajo la Dispensación de la Gracia y luego bajo la Dispensación del Reino. El Rvdo. William Branham hablando de este Angel, dice: “Este Angel es un Profeta.” Fue un espíritu de Profeta el que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis, así como el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento era un espíritu de Profeta, era nada menos que Cristo en Su cuerpo angelical . Siempre el cuerpo angelical es un espíritu, y un espíritu es un cuerpo de otra dimensión parecido al cuerpo nuestro de esta dimensión, pero pertenece al mundo invisible, al mundo invisible pertenece el espíritu del ser humano, que es un cuerpo de otra dimensión. Y ahora, Dios es el Dios de los espíritus de los Profetas, y nos dice San Pablo en Hebreos, la lectura que tuvimos hace algún momento del capítulo 12 el verso 23: “*a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos.”* Y ahora, los espíritus de los justos hechos perfectos son los cuerpos angelicales de los creyentes en Cristo, que son los justos que han sido justificados por Cristo y han quedado como si nunca en la vida hubiesen pecado; están justificados porque la Sangre de Jesucristo nos ha limpiado de todo pecado. Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que ya desde aquellos tiempos de los Apóstoles Cristo está enviando Su Angel, lo envió a Juan para darle la revelación Apocalíptica que contiene todas las cosas que sucederían en el Nuevo Testamento. Por lo tanto, aquí está todo lo que sería la historia, está ya profetizada en libro del Apocalipsis. Por lo tanto la historia de las cosas que sucederían en el Nuevo Testamento ya fueron profetizadas. También están profetizadas en el Antiguo Testamento, pero aquí en el Nuevo Testamento en el Apocalipsis están profetizadas más ampliamente. Y ahora, este Angel del Señor Jesucristo ha estado en la Iglesia de Jesucristo todo el tiempo, así como estuvo el Angel de Jehová todo el tiempo con el pueblo de Dios del Antiguo Testamento. Y Cristo que es el Angel de Jehová, el Ángel del Pacto, vean ustedes, estuvo todo el tiempo desde Adán y luego se hizo carne, luego Cristo ha estado también en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo, y El ha enviado Su Angel, por lo tanto el Angel del Señor Jesucristo es el instrumento de Cristo para darle a Juan la revelación del Apocalipsis. De entre todos los hijos e hijas de Dios, los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, ese Angel es el Mensajero Primogénito de Jesucristo, así como Jesucristo es el Angel de Jehová, el Primogénito de Dios. Y ahora, el Primogénito de Jesucristo como Mensajero es el Angel del Señor Jesucristo; y así como Dios prometió al Primogénito sentarlo en Su Trono, ahora Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21: “*Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”* ¿Ven? En la misma forma en que Cristo venció y se ha sentado con el Padre en Su Trono, Cristo le dará al vencedor del Día Postrero que se siente con El en Su Trono. **¿Quién fue el que venció allá?** El Primogénito de Dios que es el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento, y luego se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo y obtuvo la gran victoria en el Amor Divino. Para el Día Postrero el que vencerá como Mensajero será el Angel del Señor Jesucristo que estará en medio de la Iglesia de Jesucristo en carne humana, enviado por Jesucristo para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto. Ese será el que se sentará con Cristo en Su Trono, ese será el que será adoptado en el Día Postrero, o sea, será transformado; y con la transformación de él, con la adopción de él que es la transformación, serán adoptados todos los hijos e hijas de Dios que estarán viviendo en este tiempo final y los que han partido en las edades pasadas. Y ahora, ese será el que se sentará con Cristo en Su Trono, ese será el que estará a la diestra de Jesucristo, ese será a través del cual el poder de Jesucristo en toda Su plenitud será manifestado en el Día Postrero en la Tercera Etapa, en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, para Cristo por medio de Su Angel manifestar Su poder y traer un testimonio, una manifestación plena de Su poder, y estremecer este mundo. La Tercera Etapa será para los perdidos (como fue cuando Cristo descendió al infierno. Para este tiempo final el infierno estará sobre la Tierra), y será para las vírgenes fatuas y será para la Iglesia Novia; o sea, que cubrirá al mundo, a las vírgenes fatuas o insensatas que pasarán por la gran tribulación, y cubrirá también a la Iglesia Novia del Señor Jesucristo para la transformación de nosotros los que vivimos, la resurrección de los muertos en Cristo y nuestra ida con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Todo eso está contenido en la Tercera Etapa que será manifestada por Cristo en Espíritu Santo a través de Su instrumento, que es Su Angel, el cual tendrá en el Día Postrero en Su Iglesia en carne humana, al cual le dará la gran victoria en el Amor Divino. Cristo será en él el que le dará la gran victoria en el Amor Divino, ese será el que obtendrá la gran victoria, ese será el que vencerá y se sentará con Cristo en Su Trono; y ese como Mensajero en la Iglesia de Jesucristo es el Angel Mensajero Primogénito de los Angeles Mensajeros del Señor Jesucristo; es el primero en el cual Cristo pensó. Vean, antes de venir los Angeles Mensajeros de las edades, antes de venir el segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto y séptimo Angel Mensajero, ya ese Angel de Jesucristo estaba dándole la revelación del Apocalipsis a Juan el Apóstol. ¿Ven? Era primero que el séptimo, que el sexto, que el quinto, que el cuarto, que el tercero, que el segundo y que el primero también. En la misma forma en que Jesús decía: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy.” Y ahora, este Angel Mensajero antes que fuesen los siete Angeles Mensajeros, ya este Angel Mensajero era, ese es el Angel del Señor Jesucristo, es un Angel Mensajero dispensacional, el cual para el Día Postrero estará en carne humana en medio de la Iglesia de Jesucristo, para Cristo por medio de él hacer el entrelace dispensacional, entrelazar la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia, así como Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, el Angel de Jehová entrelazó la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la Ley. Ahora, podemos ver que hay un gran misterio aquí en el Primogénito y su bendición, el Primogénito de Dios, el Angel de Jehová, Cristo nuestro Salvador; pero Cristo, Dios tiene muchos Primogénitos, hijos Primogénitos que son los que componen la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, Cristo tiene muchos Primogénitos: son los miembros de Su Iglesia y tiene unos cuantos Angeles Mensajeros para Su Iglesia, los Apóstoles y los siete Angeles Mensajeros, pero también tiene Su Angel, el Angel del Señor Jesucristo, y así como el Angel de Jehová vino cuando estaba finalizando la Dispensación de la Ley, vino en carne humana pero había estado dentro de la Dispensación de la Ley en Su cuerpo angelical. Así también el Angel del Señor Jesucristo ha estado en la Dispensación de la Gracia en su cuerpo angelical, le dio la revelación a Juan el Apóstol (del Apocalipsis), de todas las cosas que sucederían durante la Dispensación de la Gracia y también durante la Dispensación del Reino y luego durante la eternidad. O sea, luego de la Dispensación del Reino, y luego del Reino Milenial. Habló de la entrada a la eternidad también. Ahora, este Angel al tiempo en que llega el fin o el tiempo del fin para la Dispensación de la Gracia, Cristo envía ese Angel en carne humana en medio de Su Iglesia, en medio del Israel Celestial. Así como Dios envió en medio del Israel terrenal a Su Angel, el Angel de Jehová en carne humana. Pero ahora nos preguntamos. **¿Y habrá una virgen como la virgen María que dará a luz ese Hijo de Cristo?** Claro que sí. Esa virgen es la Iglesia del Señor Jesucristo. Es en la Iglesia del Señor Jesucristo y a través de la Iglesia de Jesucristo que nacen los hijos e hijas de Dios. Por lo tanto la Iglesia del Señor Jesucristo del tiempo final daría a luz ese Hijo de Cristo, porque Cristo por medio de Su Iglesia se reproduce en hijos e hijas de Dios. Y ahora, esto es nacer en el Reino de Cristo, en el tiempo final nacería este Primogénito de Cristo en Su Iglesia: el Israel Celestial. O sea, que obtendría el nuevo nacimiento, nacería en el Reino de Cristo; y ese espíritu angelical teofánico que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis llamado el Angel de Jesucristo, estaría en carne humana en un velo de carne manifestado, y luego estará manifestado en un cuerpo de carne glorificado, carne glorificada que será el cuerpo nuevo que ha de recibir en el Día Postrero cuando sea adoptado. Ese es el Angel Primogénito de Cristo que se sentará con Cristo en Su Trono, por lo tanto estará con Cristo en Su Trono terrenal que es el Trono de David, no en el Trono Celestial sino en el Trono terrenal. El Trono terrenal de David al cual Cristo es el heredero, dice en Primera de Crónicas, capítulo 28, verso 5 en adelante (5 al 6), dice, David hablando dice: “*Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”* El Trono del Reino de Jehová terrenal sobre Israel, o sea, el Trono de Dios en la Tierra en medio del pueblo hebreo, ese es el Trono de David, el Trono del Reino de Dios en la Tierra en medio del pueblo hebreo; y desde ese Trono Dios gobernaría, reinaría sobre el pueblo hebreo ¿cómo? A través de un hombre, a través de David y luego a través del rey Salomón. Y para el tiempo final la promesa es que Dios le ha dado a Cristo, el Angel de Jehová el Trono de David. Por lo tanto el Reino de Jehová vendrá a la Tierra. Cristo en la oración que le enseñó a Sus discípulos les dijo que oraran diciendo: “Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra.” Y ahora, los hebreos le preguntaban a Cristo, los creyentes en Cristo de aquellos días antes de Cristo irse le preguntaban: “¿Restaurarás Tú el Reino de Israel en este tiempo?” Si restauraba el Reino de Israel en ese tiempo el Trono de David sería restaurado y el Mesías se sentaría sobre el Trono de David, y así sería restaurado el Reino de Dios en la Tierra. Pero cuando el pueblo hebreo rechazó a Cristo, rechazaron el Reino de Dios y rechazaron al Rey, y rechazaron la restauración del Reino, por lo tanto el Trono de David no fue restaurado y por consiguiente el Reino de Dios no fue restaurado en medio del pueblo hebreo. Y ahora, vean ustedes, para este tiempo final la promesa es que Cristo sentará con El en Su Trono al Vencedor, ese es el Trono de David. Y durante el Reino Milenial lo veremos con Cristo en Su Trono, y eso nos habla de que el poder de Cristo estará manifestado en ese Vencedor, estará con Cristo en Su Reino como el Siervo fiel y prudente al cual su Señor pondrá sobre todos Sus bienes, será Administrador en el Reino de Cristo. La posición más alta que le sigue a la posición de nuestro amado Señor Jesucristo. En la misma forma que el Padre ha sentado en Su Trono, ha sentado a Su diestra a Cristo en el Cielo en Su Trono, y todo poder le fue dado a Cristo, así Cristo sentará en Su Trono al Vencedor, y por consiguiente le dará así poder sobre las naciones en el Reino terrenal. Eso está en Apocalipsis, capítulo 2, el poder que le será conferido por Cristo, pues Cristo es el que tiene todo el poder en los Cielos y en la Tierra y puede darlo a quien El quiera, y lo dará al Vencedor que será Su hijo, Su Mensajero Primogénito en medio de Su Iglesia. Capítulo 2 de Apocalipsis, verso 26 al 27, dice: “*Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin* (guardare las obras de Cristo ¿hasta cuándo? hasta el fin, o sea, estará viviendo en el tiempo del fin)*, yo le daré autoridad sobre las naciones.”* Porque Cristo es el que recibió autoridad sobre todas las naciones: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” El único que puede dar poder entonces ¿es quién? Jesucristo nuestro Salvador el cual lo recibió del Padre, dice: “*Y las regirá con vara de hierro* (o sea, las gobernará con vara de hierro)*, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”* ¿Ven? En la misma forma que El ha recibido del Padre El la confiere al Vencedor, que será el Mensajero de Jesucristo, el Angel de Jesucristo que estará en la Iglesia de Jesucristo en carne humana, como estuvieron en la Iglesia de Jesucristo los Mensajeros de cada edad del pasado en carne humana, a través de los cuales Cristo en Espíritu Santo se manifestó. Y ahora, para el Día Postrero se estaría manifestando a través de Su Angel Mensajero. Y ahora, hemos visto cómo es que le dará autoridad sobre las naciones. Toda autoridad y poder en el Reino de Cristo viene desde el Trono de Cristo: el Trono de David, por eso lo sentará en Su Trono con El y por eso recibe autoridad sobre las naciones, porque todo el poder y la autoridad sobre todas las naciones será desde el Trono de David. O sea, que el Trono de David gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Continuamos leyendo en la página... capítulo 29, verso 22 al 23, donde dice: “*Y comieron y bebieron* (esto fue cuando ungieron por segunda vez y le dieron investidura por segunda vez a Salomón, dice)*... Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.* *Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.”* Y ahora, podemos ver que el Trono de Dios terrenal es el Trono de David, pero Dios tiene Su Trono Celestial en el Cielo donde está Cristo sentado a la diestra de Dios, pero el Trono terrenal de Dios es el Trono de David, al cual Cristo es heredero y Cristo sentará con El en Su Trono al Vencedor del Día Postrero que será el Angel del Señor Jesucristo, que es el Mensajero Primogénito de Jesucristo, en el primer Mensajero que Cristo pensó para Su Iglesia. Y ahora, también en Romanos, capítulo 8 nos habla San Pablo, desde el verso 14 en adelante, diciendo: “*Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”* Estos son los que son guiados por el Espíritu de Dios que reciben el Espíritu Santo y obtienen el nuevo nacimiento y obtienen el cuerpo angelical teofánico, ese espíritu teofánico angelical de la sexta dimensión, y son guiados por ese espíritu celestial: “*Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”* Y por consiguiente hemos recibido una Adopción espiritual, hemos obtenido una transformación interior y hemos obtenido un cuerpo angelical teofánico, un espíritu angelical teofánico. “*El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.* *Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”* Y ahora, somos herederos de Dios, ¿pero cómo vamos a heredar? Vamos a heredar por medio de Jesucristo porque somos herederos de Dios y coherederos de Jesucristo, porque Cristo es el heredero de todas las cosas, todas las cosas fueron hechas por El y para El. Por lo tanto, al ser nosotros herederos de Dios, heredamos con Jesucristo nuestro Salvador, por lo tanto somos coherederos con Cristo. Así como Eva era coheredera con Adán, la Iglesia del Señor Jesucristo es coheredera con Cristo nuestro Salvador; por eso es que nos enseña que somos herederos de todas las cosas, porque somos coherederos con Jesucristo nuestro Salvador. Ahora, podemos ver entonces que al ser coherederos con Cristo, somos los Primogénitos de Jesucristo en Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes, nosotros como individuos somos coherederos con Cristo, y la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes es coheredera con Jesucristo nuestro Salvador. Y por medio de Su Iglesia es que Cristo trae esa Nueva Raza, Cristo en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo produce el nuevo nacimiento de todos los que lo reciben como su Salvador, los cuales estaban en Dios desde antes de la fundación del mundo, eternamente estábamos en Dios. Y luego, cuando de Dios salió ese cuerpo angelical, el Verbo que era con Dios el cual salió de Dios, ahí estábamos nosotros saliendo de Dios a ese cuerpo angelical teofánico, a Cristo en Su cuerpo angelical. Por eso Cristo desde antes de la fundación del mundo fue destinado como el Cordero de Dios para morir por todos nosotros, y nosotros estábamos en El desde antes de la fundación del mundo. Donde quiera que El apareció estábamos con El, así como dondequiera que usted lleva la semilla de mango o de aguacate, ahí está el árbol de aguacate con sus hojas y también con todo el fruto, pero la gente no lo ve; como no nos podían ver a nosotros allá cuando Cristo estaba aquí en la Tierra, pero estábamos en El. Pero ahora, en Su Iglesia (el árbol Novia) hemos aparecido, porque en el árbol es que aparece el fruto que estaba contenido en la semilla. Y ahora, hemos aparecido en este tiempo como el fruto que madurará y llegará a la perfección y llegará a ser a imagen y semejanza de Cristo sin ver muerte. Esa es la parte alta del árbol donde siempre los frutos se maduran primero, porque es la parte donde el sol le da, el sol del verano ahí le da fuerte y madura el fruto primero. Y nosotros estamos en la parte alta del árbol Novia, en la Edad de la Piedra Angular para madurar como cristianos, a medida que el sol, Cristo con Su revelación nos enseña todas estas cosas que deben suceder en nuestro tiempo, y también nos enseña las cosas que ya sucedieron en el pasado y nos enseña las cosas que sucederán más adelante. Y así vamos madurando, y con la lluvia tardía de la enseñanza del Séptimo Sello, la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo, vamos recibiendo esa agua para madurar, obtener el color de trigo, el color trigueño, el color que identifica al trigo como un trigo ya maduro para ser cosechado. Y ahora, con el sol del verano y la lluvia del verano, la Lluvia Tardía, encontramos que los hijos de Dios están madurando, la Lluvia Tardía que es la lluvia del verano, la lluvia del Reino de Cristo. Por eso Cristo dijo: “Cuando ustedes vean suceder estas cosas, entended que el verano está cerca, entended que está cerca el Reino de Dios.” Y ahora, tenemos la lluvia tardía y tenemos también el Sol del verano, Cristo, el Angel del Pacto manifestándose en este tiempo final y enseñándonos, revelándonos Sus misterios del Día Postrero, pero tiene que usar a un instrumento el cual está señalado como el Angel del Señor Jesucristo: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, y Apocalipsis 22, verso 6, dice: “*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel* (para manifestar) *para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* Y Cristo ya había prometido que daría a conocer estas cosas en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1 donde dice con esa Voz de Trompeta: “*Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”* Y ahora, las da a conocer por medio de Su Angel, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia manifestado a través de Su Angel Mensajero nos daría a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Y todo esto ocurre ¿dónde? En la Iglesia del Señor Jesucristo que es la congregación de los primogénitos de Dios, en donde Cristo, el Primogénito de Dios, estaría manifestado de edad en edad, y en donde tendría Sus Angeles Mensajeros y para el Día Postrero Cristo enviaría Su Angel Mensajero, Su Angel Mensajero Primogénito para dar testimonio de estas cosas en medio de Su Iglesia. Por eso también hereda el Nombre del Señor, dice: “Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios (capítulo 3, verso 12 del Apocalipsis), y nunca más saldrá de allí...” Vamos a ver, a leerlo tal y como está ahí: “*Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”* ¿Ven que hereda el Nombre de Su Padre, de Cristo? En Apocalipsis, capítulo 22 también dice, 21 nos dice: “*Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.”* Esa es una promesa para el Vencedor del Día Postrero, y dice ahí: “*...yo le daré gratuitamente* (dice, ¿de qué? Del agua de la Vida. Yo le daré a beber del agua de la vida gratuitamente es lo que El dice ahí, y dice)*. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”* (Nota - Apocalipsis, capítulo 21:6-7). Así que, el que hereda con Cristo y se sienta con Cristo en Su Trono y hereda también el Nombre de Dios y de la ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, es un hijo de Dios por medio de Jesucristo en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Y ahora, podemos ver el misterio del Primogénito y su bendición. Ese heredero tendrá una doble porción también en el Reino de Cristo, él tendrá cuerpo angelical teofánico (como Cristo) y cuerpo físico glorificado como Cristo, y cada creyente en Cristo también, y tendrá también en el Reino de Cristo el privilegio de estar sentado con Cristo en Su Trono a la diestra de Cristo, o sea, que el poder de Cristo estará manifestándose a través de él, y tendrá en ese Reino una doble porción: estará en ese Reino sobre el pueblo hebreo y también sobre los gentiles, o sea, será el Siervo fiel y prudente al cual Cristo pondrá sobre todos Sus bienes. O sea, tiene que ver con el pueblo hebreo y con los gentiles, una doble porción de Reinos tendrá ese Trono de Cristo en la Tierra y ahí estará el Vencedor con Cristo. Y así por el estilo ustedes encontrarán que habrá siempre una doble porción en el Primogénito y su bendición. Y en ustedes como primogénitos también está esa bendición doble: un cuerpo angelical y un cuerpo físico glorificado, el cual pronto El nos dará, y un Reino en el cual reinaremos con Cristo sobre el pueblo hebreo y sobre los gentiles, una doble porción de Reino también. Y así encontraremos que en todo tendremos una doble porción, porque el Primogénito siempre tenía una doble porción. Por lo tanto, como Primogénitos de Dios y herederos de Dios y coherederos de Dios por medio de Jesucristo, coherederos con Cristo, agradecidos a Dios por Cristo, caminamos hacia adelante en el Cuerpo Místico de Cristo sirviéndole todos los días de nuestra vida, y llevando el Mensaje por todos los lugares para que así llegue hasta los oídos y el corazón de todas las ovejas que el Padre le ha dado a Cristo para que les dé Vida eterna, para que escuchen la Voz de Cristo y sean llamados y sean colocados en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, cada persona que está en esta noche aquí presente y que ya ha recibido a Cristo como su Salvador, ya está en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, ese Reino está en el campo espiritual, pero pronto va a estar en el campo físico gobernando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Si alguna persona no ha recibido a Cristo como su Salvador, pues todavía se encuentra en el reino de las tinieblas, el reino del maligno como se encontraba el pueblo hebreo en Egipto esclavizado, por lo tanto necesita ser libertado, y el único que lo puede libertar es Jesucristo nuestro Salvador, sacarlo del reino de las tinieblas, de ese reino espiritual de las tinieblas y colocarlo en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, la persona necesita recibir a Cristo como su Salvador, arrepentido de sus pecados, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo reconociendo el Sacrificio de Cristo por el pecado del ser humano, y necesita ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, para que Cristo lo bautice con Su Espíritu Santo, le dé el Espíritu Santo y la persona obtenga el nuevo nacimiento, y nazca de nuevo, nazca en el Reino de Cristo nuestro Salvador. Porque el que no nazca de nuevo del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Dijo Cristo en San Juan, capítulo 3, verso 1 al 6 a Nicodemo. Por lo tanto, toda persona quiere entrar al Reino de Dios, al Reino de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; por lo tanto se preguntan: “¿Qué haremos?” Vamos a ver lo que el Espíritu Santo dijo a través de San Pedro que hay que hacer para que usted que no ha recibido a Cristo como su Salvador, que no esté en el Reino de Cristo pueda ser libertado del reino de las tinieblas y ser colocado en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Dice en el libro de los Hechos, capítulo 2, versos 34 en adelante, 34 al 41, Pedro predicando, dice: “*Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,* *Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.* *Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”* Por eso colocamos al Nombre Jesús: Señor JESU-CRISTO, unimos Señor y Cristo al Nombre de Jesús y entonces el Nombre es Señor Jesucristo; Dios lo ha hecho Señor y Cristo y por eso se dice ahora SEÑOR JESUCRISTO, porque en Cristo estuvo manifestada toda la plenitud de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo estaba en Jesucristo, eso es la plenitud de la divinidad habitando corporalmente en un cuerpo de carne humana, el cuerpo de Jesús. “*Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”* Y ahora, preguntaron: “¿Qué haremos?” Y Pedro les dice: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre del Señor Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” No hay otra forma para recibir el Don del Espíritu Santo sino estando arrepentido de los pecados y recibir a Cristo como nuestro Salvador, y así lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para recibir el Espíritu Santo, y obtener el nuevo nacimiento, y nacer como hijos e hijas de Dios en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, y tener así la esperanza de una vida nueva en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, para vivir en el Reino de Cristo por el Milenio y por toda la eternidad. No hay otra forma para el ser humano obtener el perdón de sus pecados y obtener el bautismo del Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y obtener Vida eterna. Por lo tanto, amigo y hermano presente, éste es el Programa de Cristo nuestro Salvador, el Primogénito que tiene la Bendición de la Primogenitura, para que así toda persona pueda recibir salvación y Vida eterna. Por lo tanto, toda persona que en esta noche no ha recibido a Cristo como su Salvador todavía, puede hacerlo levantando su mano para orar por usted, para que Cristo perdone sus pecados y Cristo le reciba como un hijo Suyo, y Cristo lo llene con Su Espíritu Santo. Por lo tanto, toda persona que esta noche quiere recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo y ser bautizado en agua en Su Nombre para recibir el Espíritu Santo, pueden levantar su mano y estaré orando por usted en esta ocasión. Y también las personas que en una ocasión estaban en el camino de Cristo y se apartaron, en esta noche pueden ser reconciliados con Cristo. Por lo tanto, levantando sus manos será señal de que usted quiere recibir a Cristo como su Salvador (si nunca lo había recibido), y si lo había recibido y se había apartado, quiere reconciliarse con Cristo. Pueden levantar sus manos los que desean hacerlo y estaré orando por ustedes para que Cristo tenga Misericordia de ustedes, perdone sus pecados y les lave con Su Sangre preciosa, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento y los coloque en Su Reino. *Acá* veo en esta área unas cuantas manos, también por *acá* veo algunas manos, por *acá* también veo más manos levantadas; unos que quieren recibir a Cristo como su Salvador, otros que ya lo habían hecho pero que se habían apartado y quieren ser reconciliados con Cristo. Pueden seguir levantando sus manos los que quieran ser reconciliados con Cristo si se habían apartado de Cristo y los que nunca lo habían recibido para recibirlo. Pueden también pasar acá al frente para orar por ustedes para que Cristo tenga Misericordia de ustedes, y les perdone sus pecados y los restaure a la Vida eterna. *“El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene Vida eterna; y no vendrá a condenación, más pasó de muerte a vida.”* También los hijos de los creyentes que nunca han recibido a Cristo como su Salvador, lo pueden hacer en esta ocasión. Puede recibir a Cristo como su Salvador para que Cristo perdone sus pecados y los lave con Su Sangre preciosa, sean bautizados en agua en Su Nombre y Cristo les dé el bautismo del Espíritu Santo, para que así sean colocados en el Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo, para que así Cristo les dé el nuevo nacimiento y así sean miembros vivientes del Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo. Todavía están pasando personas para que oremos por ellos, para que Cristo tenga Misericordia de ustedes, les perdone, les lave con Su Sangre preciosa, sean bautizados en agua en Su Nombre y Cristo les dé el Espíritu Santo y obtengan el nuevo nacimiento, y sean colocados así en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, sean colocados así en la Iglesia de nuestro amado Señor Jesucristo para perseverar en Cristo todos los días de nuestra vida. Todavía siguen pasando, ya dentro de un momentito estaremos orando por todas las personas que están pasando al frente para que oremos por ellos, para recibir a Cristo como su Salvador o para ser reconciliados con Cristo. Todavía están pasando algunas personas más, todavía si quedan más personas por pasar, para recibir a Cristo como su Salvador o ser reconciliados con Cristo porque se habían apartado de Cristo en alguna ocasión, pueden hacerlo, todavía hay oportunidad, estamos esperando que lleguen los últimos que han de llegar, todavía están pasando más. Por lo tanto estaremos esperando hasta que lleguen para orar por ustedes, para que la Misericordia de Cristo sea extendida a ustedes. Recuerden que Cristo todavía está en el Trono del Padre haciendo intercesión por todos los que le reciben como su Salvador, y con Su Sangre nos limpia de todo pecado. Ninguna otra persona y ninguna otra cosa les puede limpiar de todo pecado, sino Cristo con Su Sangre preciosa, para así obtener la salvación y la Vida eterna. Todavía están llegando más personas, así que, esperaremos un momentito más en lo que llegan las otras personas que están viniendo para presentarlas ante Cristo, para que Cristo extienda Su Misericordia sobre ustedes, perdone sus pecados, les limpie con Su Sangre preciosa y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para Cristo llenarlos con Su Espíritu Santo, bautizarlos con Su Espíritu Santo y producir en ustedes el nuevo nacimiento. Todavía siguen pasando más personas, por *acá* vienen más personas. Así que vean, hay muchas personas aquí en esta noche, que necesitaban a Cristo como su Salvador. Sin Cristo el ser humano está perdido, y se encuentra sin esperanza, pero con Cristo el ser humano está salvo, y con esperanza, con la esperanza de una nueva vida en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. ¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y pierde su alma? De nada le sirvió entonces haber vivido en este planeta Tierra; el propósito de vivir en este planeta Tierra es que nuestra alma sea salvada por Jesucristo nuestro Salvador, por eso se llama a la gente a recibir a Cristo como su Salvador, para que Cristo salve el alma de la persona, para que esa alma sea limpiada de todo pecado y sea salva y pueda vivir en el Reino de Cristo por toda la eternidad. Ese es el propósito de la predicación del Evangelio a toda criatura, es lo más importante para el ser humano: la salvación de su alma, eso es lo más importante. No hay nada más importante que la salvación del alma para el ser humano, la Vida eterna para el ser humano. El trabajo es importante porque nos da dinero para comprar comida y ropa, pero eso es temporal, pero la salvación del alma eso es para toda la eternidad, la Vida eterna es lo más importante entonces para todos nosotros, y esa Vida eterna está ¿dónde? En Jesucristo nuestro Salvador, El es el único que puede dar Vida eterna al ser humano. Bueno, ya vamos a orar por las personas que han pasado en esta noche, ustedes repetirán esta oración que estaremos haciendo por ustedes. Inclinemos nuestros rostros para orar: ***Padre nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hagase Tu voluntad aquí en la Tierra como en el Cielo.*** ***Señor Jesucristo, Te rogamos perdones nuestros pecados, nuestras faltas, nuestros errores; los confesamos a Ti reconociendo que somos pecadores arrepentidos, que deseamos que Tu nos perdones y nos limpies con Tu Sangre preciosa. Te recibimos como nuestro Salvador, Tú eres el único que puede salvar nuestra alma. Salva nuestra alma Señor; perdona nuestros pecados, limpianos con Tu Sangre preciosa, reconcilianos con Dios.*** ***Y, Señor, danos Tu Espíritu Santo, el cual nosotros necesitamos, y produce así el nuevo nacimiento en nosotros.*** ***Como testimonio de que hemos creído en Ti como nuestro Salvador, y hemos creído en Tu muerte, Tu sepultura y Tu resurrección, seremos bautizados en agua en Tu Nombre, en el Nombre del Señor Jesucristo, y deseamos nos des Tu Espíritu Santo porque Tú lo has prometido; necesitamos y deseamos nacer de nuevo, nacer en Tu Reino como hijos e hijas Tuyos para vivir en Tu Reino por toda la eternidad.*** ***Señor, Te lo rogamos todo en el Nombre del Señor Jesucristo, ¡oh Padre Celestial! Amén y amén.*** Y ahora, después que una persona ha recibido a Cristo como su Salvador (como lo han hecho ustedes), sucede lo que sucedió con el eunuco cuando Felipe le enseñó el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención, y le habló también del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. El eunuco le dijo a Felipe: “He aquí el agua, he aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” Porque lo primero que una persona desea, luego que ha recibido a Cristo como su Salvador confesando sus pecados a Cristo, lo primero que él desea luego es ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y Felipe le dice: “Si crees, puedes ser bautizado.” Y bajaron del carro, bajaron a las aguas y fue bautizado por Felipe el eunuco y luego se fue contento a su país, allá al lugar de Etiopia. Y ahora, ustedes también saben que de seguro aquí hay agua, hay algún bautisterio en donde pueden ser bautizados en esta noche, y si está disponible el bautisterio y la ropa para ser bautizados, entonces si crees, puedes ser bautizado. Y ustedes han creído con toda vuestra alma, por lo tanto ahora el próximo paso es el bautismo en agua para todos ustedes, y en esta noche está el agua en el bautisterio y la ropa lista para cambiarse y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Todo esto está en el Programa de Redención, en el Programa de salvación. Cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador, recibe todo ese Programa y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, nuestro Señor y Cristo le da Su Espíritu Santo, es la promesa de parte de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, los ministros que estarán bautizando, las personas que estarán bautizando a los creyentes que en esta noche han recibido a Cristo, pueden ya estar listos para los bautismos en agua que se llevarán a cabo en esta noche para todos los que han recibido a Cristo como su Salvador. Dejo nuevamente al Rvdo. Roberto Moncibaez para continuar y dar los demás detalles para los que han recibido a Cristo como su Salvador, para ser bautizados en agua en esta ocasión. Recuerden, el bautismo en agua, el agua no quita los pecados sino la Sangre de Jesucristo, pero damos testimonio que hemos creído en Cristo y que la Sangre de Jesucristo nos ha limpiado de todo pecado, y que hemos muerto al mundo, la vieja criatura murió y es sepultada, al ser bautizada da testimonio de que hemos muerto y hemos sido sepultados, y al ser levantados de las aguas en el bautismo, es un testimonio de que hemos resucitado con Cristo nuestro Salvador para vivir una vida nueva en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, vivir una vida como creyentes en Cristo en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es Su Reino, Su Redil, el Redil de Sus ovejas. Bueno, ya tenemos al Rvdo. Roberto Moncibaez con nosotros para cualquier detalle para el bautismo en agua de los creyentes que han recibido a Cristo ya en esta noche y ya han creído en Jesucristo como nuestro Salvador. Con nosotros el Rvdo. Roberto Moncibaez para continuar. “**EL PRIMOGÉNITO Y SU BENDICIÓN.”**