--- title: 'El Enviado de Dios' date: 2001-10-10 activity: 1 place: city: Trujillo state: La Libertad country: PE duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y radioyentes en la Ciudad de Trujillo, República del Perú; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en Malaquías, capítulo 3, verso 1 al 2, donde dice: “*He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.* *¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión es: **“EL ENVIADO DE DIOS.”** En este tiempo de expectación y de tanta confusión en que se encuentra la humanidad, a causa del cumplimiento de las profecías correspondientes a este tiempo final, para el cual Dios dijo que habría guerra y rumores de guerras, y la humanidad estaría perpleja y estaría con graves problemas aun de salud, con problemas también en el corazón. Encontramos que es muy importante conocer el Programa de Dios correspondiente a este tiempo final, porque el único consuelo y esperanza nuestra está en Dios. Por lo tanto, nosotros viviendo en un tiempo paralelo al tiempo de Jesús, de Moisés, de Abraham y también de Noé, en donde Dios envió Sus Mensajeros para darle a conocer al pueblo el Programa de Dios correspondiente a aquellos tiempos; para hoy nosotros necesitamos conocer el enviado de Dios. Para el tiempo en donde Dios iba a destruir la raza humana con un diluvio, hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamó Noé, y fue un Profeta dispensacional, o sea, la clase de Profeta más grande que Dios envía a la Tierra. De esa clase de Profeta solamente Dios tiene siete Profetas, siete Profetas dispensacionales, los cuales son: el primero, Adán para la Dispensación de la Inocencia. Recuerden que esos Profetas son enviados siempre para una dispensación; y hay siete dispensaciones en el Programa de Dios, y por consiguiente hay siete Profetas dispensacionales con siete mensajes dispensacionales. Esos son los enviados de Dios más grandes que Dios tiene en Su Programa. Y ahora, el primer enviado de Dios fue Adán para la Dispensación de la Inocencia, por lo tanto Adán tenía el Mensaje de la Inocencia. El segundo enviado de Dios, el segundo Profeta dispensacional enviado de Dios fue Set, con el Mensaje de la conciencia para la Dispensación de la Conciencia, que fue la segunda dispensación. El tercer Profeta dispensacional enviado por Dios fue Noé para la tercera dispensación, que fue la Dispensación del Gobierno Humano. El cuarto Profeta dispensacional enviado por Dios fue Abraham con el Mensaje de la promesa, para la Dispensación de la Promesa, que es la cuarta dispensación. El quinto Profeta dispensacional enviado por Dios fue Moisés con el Mensaje de la Ley, para la quinta dispensación que fue la Dispensación de la Ley. El sexto Profeta dispensacional fue Jesucristo nuestro Salvador, para la Dispensación de la Gracia, con el Mensaje de la Dispensación de la Gracia, que es la sexta dispensación. Y ahora, solamente falta el último enviado de Dios para la última dispensación, que es la Dispensación séptima: la Dispensación del Reino. Ese es un Profeta dispensacional, el último Profeta dispensacional o séptimo Profeta dispensacional, con el Mensaje del Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino. Ahora, ya hemos visto que ya Dios ha enviado seis Profetas dispensacionales, esos han sido los enviados mayores que Dios ha enviado a la raza humana, porque esa es la clase de Profeta más grande que Dios envía a la Tierra. Y ahora, solamente queda el último Profeta dispensacional para la dispensación séptima: la Dispensación del Reino. Para poder conocer el misterio del enviado de Dios para la séptima dispensación: la Dispensación del Reino, necesitamos comprender el misterio del enviado de Dios para cada dispensación que ya ha transcurrido. Estamos nosotros viviendo al final de la sexta dispensación la cual muy pronto terminará, se cerrará, y la séptima dispensación entrará de lleno en medio de la raza humana, por lo tanto, veamos cómo fue en cada momento en que Dios envió un Profeta dispensacional para abrir una nueva dispensación. En el tiempo, por ejemplo, de Noé, el mundo había llegado al final de la dispensación anterior: la Dispensación de la Conciencia, y tenía que comenzar la Dispensación del Gobierno Humano. Siempre al final de una dispensación Dios envía un Profeta dispensacional para entrelazar una nueva dispensación, y ese Profeta Mensajero trae el Mensaje que entrelaza una nueva dispensación con la dispensación que está llegando a su final. Y ahora, cuando se llega al final de una dispensación el juicio divino tiene que venir sobre la raza humana. Encontramos que para los días de Noé el continuo pensar del corazón de los seres humanos era de continuo al mal, y Dios determinó traer los juicios divinos sobre la raza humana y raer de la Tierra al ser humano. Pero halló Noé gracia delante de Dios, Dios halló a un hombre justo, o sea, un hombre que estaba cubierto con la sangre de los sacrificios que él realizaba por sí mismo y por su familia. Recuerden que desde el Huerto del Edén Dios estableció el sacrificio de animalitos para cubrir con esa sangre el pecado del ser humano luego de la caída del ser humano. Esos sacrificios de animalitos que encontramos en el Antiguo Testamento, representan a Jesucristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. Por eso eran establecidos por Dios y aceptados por Dios, porque representaban el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo. Y ahora, en el Antiguo Testamento encontramos a Noé cubierto con la sangre del sacrificio que él realizaba en cada tiempo, y por consiguiente Dios lo vio justo delante de El, porque sus pecados estaban cubiertos con la sangre de esos sacrificios que él ofrecía a Dios. Y Dios no puede destruir al justo con los injustos, por lo tanto le dio una forma de escape a Noé, le dijo que construyera un arca, y en esa arca entraran él y su familia y también colocara animales, cierta cantidad que Dios le estableció, y aves del Cielo y reptiles también, para que se salvaran todos en el arca, se salvaran del juicio divino, del diluvio que Dios enviaría sobre la raza humana. Noé hizo como Dios le ordenó, y también proclamó el juicio divino que vendría sobre la raza humana, Mensaje que no creyeron los habitantes de la Tierra del tiempo de Noé. En aquel tiempo no llovía como sucede por ejemplo en Lima, que lo que cae es un rocío, una llovizna, y también aquí en Trujillo muy pocas veces ha llovido a cántaros, o nunca o muy pocas veces. En el tiempo de Noé durante la noche subía un vapor de humedad de la tierra y con eso se regaba la vegetación; pero no había caído lluvia como cae en diferentes países en donde se llenan las calles y los ríos de agua. Por lo tanto, lo que Noé estaba anunciando era algo inconcebible a la mente humana, pero Dios es el Creador, y como El dice que va a hacer, así Dios hace aunque no sea concebible a la mente humana; pero después que sea concebible a la mente de Dios tiene que ser hecho como Dios lo pensó. Los Profetas de Dios anuncian lo que Dios les revela a ellos, sea concebible o no sea concebible a la mente humana. Ahora, Noé anunciando que vendría un diluvio en el cual sería destruida la raza humana y los animales, Noé con ese Mensaje tardó muchos años, cien o ciento veinte años anunciando ese juicio divino que vendría sobre la raza humana, y durante todo ese tiempo Noé estuvo construyendo el arca que Dios le ordenó. Y las personas podían decir: “Ya llevamos veinte años escuchando a Noé diciendo que viene el juicio divino y no ha venido.” Después podían decir: “Ya lleva cincuenta años, está loco, dice que va a venir una lluvia y acá no llueve, no hay tal cosa como la que Noé está anunciando.” Podían probar científicamente que eso era imposible. ¿Pero hay alguna cosa imposible para Dios? No la hay. Por lo tanto, si Dios dijo que iba a llover, a venir un diluvio, iba a venir ese diluvio en cierto momento. ¿Pero por qué no llegaba? ¿Porque transcurrían los años y Noé seguía predicando lo mismo y no venía el juicio divino? La Escritura nos enseña el porqué no llegaba el juicio divino sobre la raza humana. Primera de Pedro, capítulo 3, versos 18 en adelante, dice: “*Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;* *en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,* *los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.”* Y ahora, ¿por qué no llegaba el juicio del diluvio sobre la raza humana y Noé seguía predicando lo mismo, y Noé continuaba construyendo el arca? Porque Noé no había terminado el arca donde se iba a salvar él y su familia, era la paciencia de Dios con Noé esperando a que terminara de construir el arca, y entraran al arca Noé y su familia y los animales y aves y reptiles que Dios le diría que entrara, y entonces Dios cerraría la puerta del arca y luego vendría el diluvio sobre la raza humana. Cuando Dios ha dicho que viene algo, vendrá lo que El ha prometido. Ahora vean, la paciencia de Dios era a causa de Noé y la construcción del arca que él estaba llevando a cabo, la cual todavía no estaba terminada. Si Dios enviaba el juicio divino sobre la Tierra antes de Noé terminar el arca, Noé moriría también y su familia. Y Dios no puede destruir el justo con los injustos, por lo tanto tenía que esperar con paciencia que Noé terminara la construcción del arca. Ahora, la raza humana dijo Cristo que en estos días finales estaría viviendo como en los días de Noé. Como en los días de Noé sería el día, el tiempo en que el Hijo del Hombre se manifestará. Por lo tanto estamos viviendo en tiempo paralelo al tiempo de Noé. Ahora, los Apóstoles y los diferentes predicadores a través de estos dos mil años que han transcurrido aproximadamente de Cristo hacia acá, se ha estado predicando que viene un juicio divino sobre la raza humana, y que no será de agua , de un diluvio de agua sino de fuego, fuego atómico en donde una tercera guerra mundial estallará, y en donde el fuego atómico traerá la destrucción de naciones, de pueblos, de millones de seres humanos. Pero habrán sobrevivientes también en algunos países, para poder entrar al Reino Milenial de Cristo. Ahora, ¿por qué no ha venido ese juicio divino sobre la raza humana aunque ya van alrededor de dos mil años que se ha estado anunciando ese juicio divino que vendrá sobre la raza humana? Porque Jesucristo nuestro Salvador está construyendo un Templo Espiritual, el cual es Su Iglesia, con seres humanos los cuales están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida Dios desde antes de la fundación del mundo, los cuales en el tiempo en que son enviados a la Tierra para vivir en cuerpos humanos, reciben a Cristo como su Salvador al escuchar la predicación del Evangelio y reconocer que el único Salvador es Jesucristo nuestro Salvador, el cual murió en la Cruz del Calvario llevando nuestros pecados para con Su Sangre limpiarnos de todo pecado. Y ahora, la oportunidad que tiene todo ser humano que viene a este planeta Tierra a vivir en estos cuerpos mortales, es la oportunidad de salvación, la oportunidad que Dios nos da para recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo, y así obtener el nuevo nacimiento y obtener un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión, que es el Paraíso de Dios. Ahora, en este Programa de salvación Jesucristo en Espíritu Santo ha estado por estos dos mil años aproximadamente, llamando y juntando Sus ovejas que el Padre le dio para que les dé Vida eterna. Por lo tanto, Dios ordenó un grupo de esas ovejas para vivir en el primer siglo en el cual vivió Jesús, vivieron los Apóstoles también; luego también Dios ordenó y envió un grupo de Sus ovejas, de Sus hijos en cuerpos mortales en el segundo siglo, y así en cada siglo ha enviado esas almas de Dios, estas ovejas de Dios, para venir a la Tierra en cuerpos mortales y confirmar su lugar en la Vida eterna recibiendo a Cristo como su Salvador. Ahora, es una oportunidad única que tiene cada persona aquí en la Tierra, cuando tiene el privilegio de vivir en un cuerpo mortal, corruptible y temporal; y la persona, que es alma viviente y vive dentro de ese cuerpo de carne, tiene que hacer su elección: si quiere vivir eternamente o si no quiere vivir eternamente. Si quiere vivir eternamente tiene la oportunidad de quitar sus pecados con la Sangre de Cristo, ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo en agua y recibir el Espíritu Santo, y así obtener el nuevo nacimiento y entrar al Reino de Dios, el Reino de Jesucristo. “Porque ninguna persona puede entrar al Reino de Dios si no nace de nuevo.” Dijo Cristo a Nicodemo: “El que no nazca de nuevo no puede entrar en el Reino de Dios.” San Juan, capítulo 3, verso 1 al 6. Y Nicodemo pensando que era nacer por medio de una mujer nuevamente, le pregunta a Cristo: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.” Toda persona como Nicodemo quiere entrar en el Reino de Dios para vivir eternamente. Y ahora, el alma de toda persona desea la Vida eterna, y Cristo dice en San Juan, capítulo 14, verso 6: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida; y nadie viene al Padre sino por mí.” Por lo tanto el Camino a la Vida eterna, el Camino al Padre y la Verdad y la Vida, es Jesucristo nuestro Salvador. Fuera de Jesucristo ninguna persona puede obtener la salvación, la Vida eterna. Por lo tanto, todo ser humano necesita recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo y ser bautizado en Su Nombre en agua, y recibir Su Espíritu Santo y así obtener el nuevo nacimiento, para así estar dentro del Reino de Dios. Nosotros al vivir en este planeta Tierra en estos cuerpos mortales, tenemos esa oportunidad de entrar al Reino de Dios. Y ahora, hemos visto que es una oportunidad única, la cual todo ser humano tiene cuando llega a esta Tierra. Si no recibe a Cristo como su Salvador estando en esta Tierra, perdió la oportunidad de vivir eternamente. Cristo, vean ustedes, nos habla acerca de esta bendición tan grande en San Juan, capítulo 3, verso 13 en adelante, donde dice: “*Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.* *Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,* *para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* ¿Para qué y por qué creemos en Cristo? Para no perdernos sino tener Vida eterna. “*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.* *Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.* *El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”* Y ahora, podemos ver que todo ser humano tiene la oportunidad de creer para recibir Vida eterna. El que no cree ya es condenado porque no ha creído. Todos los incrédulos están condenados. Pero cuando salimos de la incredulidad y creemos en Cristo, entonces recibimos Vida eterna. Y ahora, podemos ver el propósito de nuestra existencia en esta Tierra, el cual es para que nosotros podamos recibir Vida eterna, para que nuestra alma no tenga que ser juzgada y condenada en el juicio final y ser echada en el lago de fuego, sino que podamos vivir eternamente en cuerpos eternos, inmortales, glorificados, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Será un cuerpo joven y eterno el que Cristo nos dará para que vivamos eternamente con El en Su Reino. Y ahora, viendo que así como Dios envió a diferentes Profetas dispensacionales en dispensaciones anteriores, luego Dios envió a Jesucristo nuestro Salvador al final de la Dispensación de la Ley, o sea, en los últimos años de la Dispensación de la Ley, para hacer un entrelace dispensacional y abrir una nueva dispensación en donde entrarían no solamente hebreos sino gentiles también, y así los gentiles tendrían la oportunidad de Vida eterna, y Dios establecería un Nuevo Pacto tanto con el pueblo hebreo como también con toda persona que recibiera a Cristo como su Salvador. El Nuevo Pacto lo establece Dios por medio de Cristo, y la Sangre de Jesucristo derramada en la Cruz del Calvario es la Sangre del Nuevo Pacto. Toda persona que recibe a Cristo como su Salvador entra a un Nuevo Pacto y queda cubierto con la Sangre de Cristo, que es la Sangre del Nuevo Pacto, y recibe el Espíritu de Cristo, que es la vida de la Sangre de Cristo; y así queda sellada la persona con el Espíritu Santo para el Día de la Redención, que es el día, el tiempo donde Cristo resucitará los muertos creyentes en El en cuerpos eternos y glorificados, y a los que estemos vivos nos transformará, y entonces todos tendremos cuerpos eternos y glorificados, seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, a Su imagen y a Su semejanza. Ese es el Programa Divino que Cristo vino a establecer en Su Primera Venida, para que podamos nosotros recibir Vida eterna y vivir eternamente en el Reino de Cristo con Cristo, en cuerpos eternos y glorificados. Ahora, durante la dispensación sexta, que es la Dispensación de la Gracia, donde Dios por medio de Cristo ha establecido un Nuevo Pacto y ha establecido que la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre de Cristo, pues Cristo mismo dijo en la última cena cuando dio el pan a Sus discípulos, dijo: “Comed, este es mi cuerpo que por vosotros es partido.” Y luego tomó la copa y la bendijo dando gracias a Dios y dijo a Sus discípulos: “Tomad, bebed, esta es la Sangre del Nuevo Pacto que por vosotros es derramada, esta es mi Sangre.” O sea, que en el pan representó Su cuerpo que sería crucificado, y en la copa de vino, en el vino representó Su Sangre que sería derramada en la Cruz del Calvario y que vendría a ser la Sangre del Nuevo Pacto, para que toda persona que Lo recibe como su Salvador entre al Nuevo Pacto y quede cubierta con la Sangre de Cristo, que es la Sangre del Nuevo Pacto, y quede justificada la persona delante de Dios (o sea, quede como si nunca en la vida hubiese pecado ante Dios). Así es como queda toda persona que recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y recibe el Espíritu Santo, queda justificada la persona delante de Dios, queda como si nunca en la vida hubiese pecado. Por lo tanto esa persona tiene Vida eterna. Si su cuerpo físico muere la persona pasa al Paraíso a vivir, y luego en el Día Postrero Cristo le resucitará en un cuerpo eterno y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo, y a nosotros los que vivimos nos transformará. Ahora, no sabemos en qué año del Día Postrero, el Día Postrero es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá. “Porque un Día delante del Señor es como mil años y mil años como un Día.” Dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8; y dice también el Profeta Moisés en el Salmo 90, verso 4, que un Día delante del Señor es como mil años y mil años como un Día. Y ahora, han transcurrido de Cristo hacia acá dos mil años, y delante de Dios solamente son dos días. Y ahora, este año 2001 conforme al calendario gregoriano, hemos entrado al siglo XXI y por consiguiente hemos entrado al Tercer Milenio de Cristo hacia acá, que también es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá. Y siendo el Séptimo Milenio delante de Dios, ese es el Día Postrero, para los seres humanos el milenio postrero en donde Cristo resucitará los muertos creyentes en El y a nosotros nos transformará, es también el milenio donde el juicio divino caerá sobre la raza humana y luego Cristo establecerá Su Reino aquí en la Tierra, es el milenio donde todos los creyentes en Cristo recibirán el cuerpo nuevo y eterno, y serán llevados con Cristo a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero. Pero no sabemos en qué año de este milenio que ha comenzado, pero en algún año acontecerá todo esto que Cristo ha prometido para este tiempo final. ¿Por qué no ha acontecido ya? Porque Dios lo prometió para el Día Postrero, y está prometido para cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Templo Espiritual de Cristo en donde El ha estado colocando a todos los creyentes en El, los cuales están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Por eso es que el juicio divino no ha venido sobre la raza humana, y solamente la raza humana ha tenido juicios temporales, parciales y pequeños comparados con el juicio divino que ha de venir sobre la raza humana durante el tiempo de la gran tribulación, que es el tiempo en donde el día de venganza del Dios nuestro estará siendo manifestado. Ahora, Cristo ha tenido diferentes enviados de etapa en etapa en medio de Su Iglesia, Cristo envió a Sus Apóstoles a llevar el Mensaje del Evangelio, y dijo a ellos en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, dijo Cristo de la siguiente manera: “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Esa es una oportunidad que Dios le da a todo ser humano para que pueda vivir eternamente. Sin Cristo la persona no puede vivir eternamente, necesitamos a Jesucristo nuestro Salvador para que nos dé Vida eterna. Ahora, Cristo de etapa en etapa ha enviado Sus Mensajeros, envió Sus Apóstoles, envió los Angeles Mensajeros de cada etapa de Su Iglesia también: San Pablo en Asia Menor, cinco Mensajeros también en Europa en diferentes siglos, en diferentes tiempos, y en Norteamérica al Rvdo. William Branham como precursor de la Segunda Venida de Cristo y Angel Mensajero de la séptima etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles. Y ya todos esos enviados de Dios terminaron su labor en la Tierra y se fueron, se fueron al Paraíso a vivir. Y ahora, ¿qué queda de parte de Dios, de Cristo para nosotros en este tiempo final?, ya que todos los enviados del Antiguo Testamento ya Dios los envió y se fueron, y los enviados del Nuevo Testamento como Mensajeros para las diferentes edades, las siete edades de la Iglesia también Cristo los envió y ya terminaron y se fueron, ¿qué queda para nosotros en este tiempo final? Porque todavía la Dispensación de la Gracia no se ha cerrado, la Puerta de la Gracia, que es Cristo, todavía no se ha cerrado; pero algún día se cerrará la Puerta de la Misericordia divina, como nos dice en San Lucas, capítulo 13, verso 25, dice: “*Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.”* Esto va a suceder algún día como sucedió en el tiempo de Noé, en donde se terminó la construcción del arca, entraron al arca Noé y su familia y también los animales, aves y reptiles que fueron escogidos para entrar, y luego Dios cerró la puerta del arca, y luego vino el diluvio. Nadie más podía entrar al arca porque ya la puerta estaba cerrada. Y la puerta del arca se cerrará en este tiempo final. Cristo es nuestra arca, y El está construyendo Su Iglesia, creando una Nueva Raza que es Su Iglesia, y la puerta en esa Nueva Raza, que es Su Iglesia, Su Templo Espiritual, la puerta es Cristo. Y algún día esa puerta se cerrará y nadie más podrá decir: “Yo quiero recibir a Cristo como mi Salvador.” ¿Por qué? Porque algún día va a ser cerrada esa Puerta de Misericordia y vendrá el juicio divino correspondiente a la gran tribulación, y las personas tendrán que atenerse a ese juicio divino porque ya no habrá Misericordia para la raza humana. Ya Cristo se habrá levantado del Trono del Padre, y ya no habrá Sangre en el Lugar de Intercesión en el Cielo, porque la Sangre de Intercesión en el Cielo, en el Trono de Dios, es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Con esa Sangre Cristo como Sumo Sacerdote, como Melquisedec, el Sumo Sacerdote del Dios Altísimo, está haciendo Intercesión por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, el cual Lo recibe como su Salvador cuando viene a la Tierra a vivir en estos cuerpos mortales. Y cuando haya entrado hasta el último de los escogidos al Cuerpo Místico de Cristo, a la Iglesia de Jesucristo, entonces Cristo se levantará del Trono del Padre y tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo reclamando a todos los que El ha redimido con Su Sangre, resucitará a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y eternos y a nosotros nos transformará, y luego nos llevará con El al Cielo a la Cena de las Bodas del Cordero. Ese es el arrebatamiento o Rapto de los escogidos de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo, para ir a la Cena de las Bodas del Cordero con nuestro Padre Celestial, a la Casa de nuestro Padre Celestial. Ahora, para este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo, que es Su Cuerpo Místico de creyentes, y que es Su Templo Espiritual, El está construyendo el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, porque no puede haber un templo sin lugar santísimo. Por lo tanto este es el tiempo para la construcción del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo. ¿Y con qué construye Cristo Su Templo Espiritual? Con piedras vivas, o sea, con seres humanos que Lo reciben como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo les da Su Espíritu Santo y obtienen así el nuevo nacimiento, nacen en el Reino de Cristo. Por lo tanto son las piedras vivas que Cristo coloca en Su Templo que El está construyendo. Y ahora, estamos en el tiempo final, la construcción del Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, donde El está llamando y juntando esas piedras vivas, esos seres humanos que están destinados por Dios desde antes de la fundación del mundo, para formar parte del Templo Espiritual de Cristo, de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y así como envió cada Mensajero en cada edad, en cada etapa de Su Iglesia en los diferentes continentes del planeta Tierra, para este tiempo final El tiene un enviado prometido en la Escritura, para enviarlo a Su Iglesia y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y con ese Mensaje revelado que él traerá, ser llamado y juntado cada escogido de Dios de este tiempo final, ser llamado y juntado ¿dónde? En el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, ser colocado así en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora, ¿dónde será el llamado final de Cristo para llamar y juntar Sus escogidos del Día Postrero, como El dijo en San Mateo 24, verso 31, donde dice: *‘Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos.’*? Así como envió cada Mensajero en cada edad pasada, en cada tiempo pasado, para llamar y juntar los escogidos de cada tiempo pasado en el territorio correspondiente a cada tiempo, ahora, para este tiempo final por cuanto el llamado anterior fue en Norteamérica y el enviado fue el Rvdo. William Branham con el espíritu y virtud de Elías, y como precursor de la Segunda Venida de Cristo. De Norteamérica así como se movió de Asia Menor a Europa, y de Europa a Norteamérica Cristo en Espíritu Santo, y se manifestó por medio de esos Mensajeros, Cristo para este tiempo final se mueve de Norteamérica en Espíritu Santo a la América Latina y el Caribe, para cumplir Su promesa y llamar y juntar Sus escogidos de este tiempo final. Por lo tanto el llamado final de Cristo para Sus escogidos de entre los gentiles es en la América Latina y el Caribe, donde llama y junta Sus escogidos, los cuales tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. Y para hacer este llamado y este recogimiento de los escogidos del Día Postrero con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 22, quién es Su enviado. En Apocalipsis 22, verso 16 al 17, dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* ¿Quién es el enviado de Cristo conforme a Apocalipsis, capítulo 22, verso 16? El Angel del Señor Jesucristo. Los Mensajeros pasados fueron Angeles Mensajeros del Señor Jesucristo para edades pasadas. Un Angel es un Mensajero, un hombre enviado por Cristo al pueblo de Dios para darle el Mensaje correspondiente a esa etapa del Programa de Dios. Y este Angel Mensajero del Señor Jesucristo para este tiempo final para ser enviado y dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, es un Profeta Mensajero enviado por Jesucristo a Su Iglesia, y después lo enviará al pueblo hebreo, para llamar y juntar también los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu). Y ahora, este Angel Mensajero del Señor Jesucristo por cuanto es un Profeta enviado por Cristo a Su Iglesia, es el séptimo Profeta dispensacional, el cual Cristo ha prometido enviar a Su Iglesia para darle testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y así llamar y juntar los escogidos de Dios, y prepararlos para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Este Angel estará dando a conocer también los juicios divinos que han de venir sobre la raza humana. Este es un tiempo como los días de Noé y como los días de Lot también. Por lo tanto así como aquellos días hubo un Mensaje que anunció que el juicio divino vendría sobre la raza humana: sobre el mundo ante-diluviano en los días de Noé y sobre Sodoma y Gomorra en los días de Lot, este es un tiempo donde hay un Mensaje que anuncia que viene el juicio divino sobre la raza humana, el juicio divino de la gran tribulación. Pero antes de eso está el llamado para los escogidos de Dios, el llamado de la Gran Voz de Trompeta para llamar, juntar, recoger a los escogidos de Dios ¿dónde? En el Cuerpo Místico de Cristo (o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo). Y este llamado final corresponde a la América Latina y el Caribe, y aun si los escogidos de Dios latinoamericanos y caribeños se han ido a otros continentes, hasta allá le llega el Mensaje de Dios. Y también se extiende de la América Latina y el Caribe a otras naciones y continentes el Mensaje, para que todo aquel que quiera recibirlo lo reciba, y reciba la bendición de Jesucristo correspondiente a este tiempo final. Estamos en un tiempo en donde la Misericordia de Jesucristo está siendo extendida a todos los latinoamericanos y caribeños, y donde también se está anunciando que pronto vendrá el juicio divino. Pero antes vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, por lo cual tenemos que estar preparados con nuestras faltas, errores y pecados confesados a Cristo, estar todos bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, habiendo lavado nuestros pecados en la Sangre de Cristo y habiendo recibido Su Espíritu Santo, y así estar en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia de Jesucristo, listos esperando nuestra transformación. Ahora, hemos visto el misterio de nuestra estadía aquí en la Tierra: es para estar listos en este tiempo final, con nuestros pecados perdonados y estando todos bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y estar todos dentro del Nuevo Pacto cubiertos con la Sangre de Cristo, la Sangre del Nuevo Pacto, para pronto ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. Para eso es que estamos aquí en la Tierra, y para eso es que Cristo ha prometido enviar Su Angel Mensajero: para darnos el Mensaje con el cual nos llama y nos junta en el Cuerpo Místico de Cristo (o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo), y nos prepara para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En Apocalipsis 22, verso 6 también dice: “*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* Aquí nuevamente encontramos a Cristo prometiendo enviar Su Angel, diciendo que ha enviado Su Angel para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Es por medio del Mensaje de este Angel Mensajero de Jesucristo, que son dadas a conocer todas las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y con esa revelación divina nos llena del conocimiento de todo el Programa de Cristo para este tiempo final, y nos llama, nos recoge y nos junta en el Cuerpo Místico de Cristo (o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo), y así es como El en este tiempo final lleva a cabo Su Obra correspondiente a este tiempo, en la construcción de Su Templo Espiritual, que es Su Iglesia. Por lo tanto, amables amigos y hermanos presentes y radioyentes, estamos viviendo en el tiempo final, en el tiempo en que El está llamando y juntando Sus últimos escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes, en donde la mayoría son latinoamericanos y caribeños. Por lo tanto la bendición de Jesucristo le ha caído a la América Latina y el Caribe para este tiempo final. Y es en la América Latina y el Caribe en donde Cristo tendrá Su enviado de este tiempo final, que es el Angel del Señor Jesucristo, el último Profeta dispensacional para la Dispensación del Reino, para hacer el entrelace de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia. Hemos visto: el misterio del enviado de Dios, del enviado de Dios para cada dispensación, el cual hemos visto que ha sido siempre un Profeta dispensacional con un Mensaje dispensacional enviado al pueblo de Dios. Y hemos visto también el misterio de los demás Mensajeros que El ha enviado en diferentes etapas. Pero los mayores siempre han sido los Profetas Mensajeros dispensacionales. Para este tiempo final este Angel que Cristo promete enviar es el último Profeta dispensacional, el cual envía a Su Iglesia en este tiempo final. Y la Iglesia de Jesucristo se encuentra en la etapa que corresponde a la América Latina y al Caribe. Por lo tanto estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo en la América Latina y el Caribe, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y los Angeles celestiales estarán acompañándolo en esta labor correspondiente a este tiempo final. Así que, latinoamericanos y caribeños: la bendición de Cristo ha caído sobre los latinoamericanos y caribeños en este tiempo final, donde El para este tiempo final tendrá a Su Angel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y así nos estará (Cristo por medio de ese Angel Mensajero), llamándonos y juntándonos en Su Reino, Su Cuerpo Místico de creyentes. Ahora, ese Angel Mensajero no es el Señor Jesucristo, es el Instrumento de Cristo, el Mensajero de Cristo enviado a Su Iglesia para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto. ¿Cómo lo conoceremos? Por el Mensaje que él estará dándonos en este tiempo final, con el cual nos estará revelando todos estos misterios de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Estamos en el tiempo el fin, o sea, en el tiempo final, en el tiempo correspondiente al enviado de Dios, de Jesucristo a Su Iglesia, para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. “**EL ENVIADO DE DIOS.”** Hemos visto los enviados de Dios del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, de los cuales el Angel de Jesucristo es el último enviado de Dios, el último enviado de Jesucristo. Y todos ustedes, todos nosotros somos los últimos escogidos de Dios llamados y juntados en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. “**EL ENVIADO DE DIOS.”** Ha sido para mí un privilegio grande estar dándoles testimonio de: **“EL ENVIADO DE DIOS.”** ¿Para quién viene el enviado de Dios, enviado por Jesucristo? Para todos nosotros en la América Latina y el Caribe, y para todo ser humano que vive en este planeta Tierra. ***Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto Cristo complete Su Iglesia, resucite a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Muchas gracias por vuestra amable atención amigos y hermanos presentes y radioyentes, y pasen todos muy buenas noches. Y dejo con ustedes al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para darles teléfonos y direcciones, a los cuales ustedes amables radioyentes pueden llamar para pedir literatura completamente gratis con conferencias similares a esta que han escuchado en esta ocasión. Con nosotros nuevamente el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para continuar esta actividad de esta ocasión. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde; y ya tenemos acercándose a nosotros al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín. Dios les bendiga y les guarde a todos. “**EL ENVIADO DE DIOS.”**