--- title: 'Examinándonos nosotros mismos' date: 1999-04-27 activity: 1 place: Topo Chico city: Monterrey state: Nuevo León country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, ministros, compañeros en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual, quiero leer una Escritura. Vamos a leer en Hebreos, capítulo 3, y el libro de los Hechos, capítulo 7. Capítulo 7 del libro de los Hechos dice, hablándonos del rey David, dice… verso 46 en adelante del capítulo 7 del libro de los Hechos: *“Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.* *Mas Salomón le edificó casa;* *si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:* *El cielo es mi trono,* *Y la tierra el estrado de mis pies.* *¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor;* *¿O cuál es el lugar de mi reposo?* *¿No hizo mi mano todas estas cosas?”.* Y ahora, vayamos a Hebreos, capítulo 3, verso 5 en adelante, donde dice: *“Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;* *pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.* Nuestro tema es: **“EXAMINAOS VOSOTROS MISMOS”.** En el capítulo 2 también, de Efesios, verso 14 en adelante, dice: *“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,* *aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,* *y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.* *Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;* *porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.* *Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,* *edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,* *en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;* *en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.* Ahora, podemos ver, en estas Escrituras que hemos tenido, que Dios no habita en templos hechos de mano, de concreto, de madera, de piedra, de oro, de lo que sea; pero ahora, vean ustedes, Cristo está construyendo un Templo espiritual con seres humanos, donde Dios habitará; y esa es Su Iglesia. Y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo es un Templo espiritual como individuo, donde Dios habitará, donde Dios se manifestará en toda Su plenitud; pero primero recibimos las primicias del Espíritu, y así recibimos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, que es el cuerpo angelical; y en el Día Postrero recibiremos el cuerpo físico y eterno, y Dios morará en cada hijo Suyo en toda Su plenitud, y todos seremos iguales a Jesucristo nuestro Salvador. Ahora, este Programa de Redención que Cristo está realizando, para lo cual Él vino en Su Primera Venida y murió en la Cruz del Calvario, vean ustedes, Él está haciendo intercesión por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y en Espíritu Santo, Él, desde el Día de Pentecostés hacia acá, ha estado en medio de Su Iglesia de edad en edad. Y la revelación de Jesucristo en Su Iglesia, de edad en edad, encontramos que ha producido esa parte del Templo espiritual correspondiente a cada edad; ha llamado y ha juntado a los escogidos de cada edad, y se ha construido así cada parte de ese Templo espiritual correspondiente al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo; y esta revelación de Cristo para cada edad es la que ha producido esa labor. La revelación de Cristo en cada edad ha sido Cristo revelado en Espíritu Santo en el ángel mensajero de cada edad; ahí estuvo la revelación de Jesucristo, Cristo velado en carne humana en el mensajero de su edad (de cada edad), y revelado a través del mensajero de su edad, en la porción correspondiente a cada edad. Y así es como Cristo ha venido revelándose de edad en edad en Espíritu Santo, a través del mensajero de cada edad; esa ha sido la revelación de Cristo en medio de Su Iglesia a través de las diferentes edades, esa es la revelación de Jesucristo. Y cuando llegamos al Día Postrero, a la Edad de la Piedra Angular, se abre la etapa del Lugar Santísimo, del Templo espiritual de Cristo, para ser construido ese lugar; y con la revelación de Cristo para el Día Postrero son llamados y juntados todos los escogidos de Dios del Día Postrero, a medida que van escuchando el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino; y así se va formando la Edad de la Piedra Angular, el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, con seres humanos. Vean cómo Cristo en Espíritu Santo ha viajado del este (la tierra de Israel) a Asia Menor, de Asia Menor a Europa, y de Europa a Norteamérica, y de Norteamérica a la América Latina y el Caribe. Ahora, si observamos bien, siempre ha sido a través de la revelación de Jesucristo correspondiente a cada edad, a través del mensajero de cada edad, en esa manifestación de Cristo en el mensajero de cada edad, y en el territorio correspondiente a esa revelación de Cristo, y en el idioma correspondiente a ese tiempo, que es el idioma que hable el mensajero (y si habla otros idiomas, también son usados por Cristo para hablar la Palabra). Y ahora vean cómo la revelación de Cristo —contenida en símbolos en el Apocalipsis— la encontramos a través de las diferentes edades, manifestado Cristo en el ángel mensajero de cada edad. Y para este tiempo final la revelación de Cristo es en favor de los latinoamericanos y caribeños. Cuando terminaron esas etapas y esa manifestación de Cristo a través de Sus ángeles mensajeros, quizás muchas personas pensaron: “Todo se acabó”. Y nosotros decimos: “Todo se acabó para los de las siete edades y sus territorios”. Por eso es que nuestro hermano Branham dijo que el tiempo para Norteamérica arrepentirse le había pasado, ya se le fue el tiempo, y que ya no tenían tiempo para redención, el tiempo de redención, y que no tendría otro avivamiento. Es que Dios lo que da es un avivamiento en cada edad, el avivamiento de cada edad; y ya a la primera edad le pasó, a Asia Menor, a la segunda también, a la tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima también. Y el único avivamiento que está prometido para el Día Postrero, está prometido para venir a la Iglesia del Señor Jesucristo. Pero miren, ya esos territorios donde se cumplieron las siete edades tuvieron su avivamiento, su despertamiento, en el tiempo que Dios les envió el mensajero; y después que se les pasa el tiempo, entonces quieren que Dios les envíe de nuevo al mismo mensajero, para que les dé un avivamiento, un despertamiento; pero ya ese tiempo pasó. En la página 100 del libro de *Edades*, dice: *“90. La iglesia nunca ha aprendido esto de las Escrituras o de la historia. Cada vez que Dios da una visitación del Espíritu Santo y la gente obtiene su libertad, después de un tiempo se esclavizan en la misma cosa de donde salieron”.* Vean, cada vez que Dios da una visitación del Espíritu, esto es por medio del mensajero de cada edad, y la gente recibe su liberación; pero después que les pasa esa edad, luego ¿qué hacen? Vuelven y entran a aquello de donde antes habían salido. Y ahora: *“Cuando Lutero salió del catolicismo, la gente quedó libertada por un tiempo. Pero cuando él murió, la gente simplemente organizó lo que pensaban que él creía y establecieron sus propios credos e ideas, y repudiaban a todo aquel que profesaba diferente a ellos”.* Eso es lo que ha pasado de edad en edad, cuando termina una edad. Y Dios, y Cristo visita de nuevo a Su Iglesia, la visita en ¿qué? En una nueva edad, a través de un nuevo mensajero. Y los que pertenecen a la edad que ya pasó, organizan todo lo que el mensajero pasado predicaba, y ellos interpretaron qué significaba, o sea, ellos le dan su interpretación de lo que creía el mensajero y de lo que él enseñó, y vuelven y se esclavizan; y luego, al mensajero y al grupo que viene con el mensajero nuevo, lo persiguen, y comienzan a hablar mal de él para que no se levante; en vez de darle la mano y decirle: “Mira, ahora les toca a ustedes, vamos a ayudarlos para que ustedes puedan echar hacia adelante”. No, más bien tratan de aplastarlo a él y al grupo que viene con él, para que no puedan echar hacia adelante. Pero no hay ningún problema, los que se quedan en una edad a lo único que pueden llegar… pueden hacer una de dos cosas, y tienen que hacer una de dos cosas. Los del tiempo de cada edad solamente pueden hacer una de dos cosas, y es: unirse al nuevo grupo… Porque vean ustedes, siempre, de una edad —cuando termina— sale un grupo y un mensajero, y comienzan una nueva edad; porque el Espíritu de Dios se mueve con ese hombre y comienza una nueva edad; y empieza a llamar (de esa edad que ya terminó) empieza a llamar gente, y se comienza una nueva edad; y con ese grupo lleva a cabo Cristo la Obra de esa nueva edad. Pero los que se quedaron y no quieren entrar a la nueva edad, comienzan a hablar mal del mensajero y del grupo que con ese mensajero salió de esa edad que ya terminó. Y cuando una edad termina ¿qué es lo mejor que se puede hacer? Pues salir de ella, porque ya Dios no enviará más avivamiento a esa edad; ya el que iba a enviar lo envío a través del mensajero de esa edad. Por lo tanto, si quieren un nuevo avivamiento, otro avivamiento, tienen que moverse a una nueva edad donde Dios envíe un nuevo mensajero, y en donde Cristo venga velado y revelado con la Palabra correspondiente a esa nueva edad, y entonces obtienen un despertamiento espiritual, un avivamiento. Pueden moverse hacia adelante, y obtener la bendición que Cristo tiene para la nueva edad y nueva dispensación, o hacer lo que han hecho los que se quedaron en otras edades pasadas: establecer sus dogmas y credos alrededor de lo que ellos piensan o interpretan que quiso decir el mensajero que ellos tuvieron, y ahí se forman en un grupo denominal, denominacional. Así ha venido sucediendo de edad en edad. Y ahora, luego de la séptima edad de la Iglesia gentil solamente hay una cosa para hacer, y es caminar hacia adelante y subir más arriba, a la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo llama y dice: “Sube acá”. Vean que Él siempre ha estado mandando o llamando a Sus hijos a ir subiendo a la edad donde Él se encuentra. Pero ahora es la subida a la Edad de la Piedra Angular, y eso es un rapto espiritual, porque ya se va a subir a una nueva edad, una edad celestial, una edad eterna, una edad paralela a la edad de la Primera Venida de Cristo. Porque la Edad de la Piedra Angular es la edad de y para la Segunda Venida de Cristo; es la edad para la manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo, el cual ha venido manifestándose, velándose y revelándose en Sus siete ángeles mensajeros de edad en edad, para revelarse en el Día Postrero en la Piedra Angular, velarse y revelarse en Su Ángel Mensajero, y ahí visitar a Su Iglesia; por eso la manda a subir más arriba, a la cumbre del Monte de Dios, a la cumbre de la Iglesia de Jesucristo, que es la Edad de la Piedra Angular. Por eso Moisés subió a la cumbre del monte Sinaí, Elías subió a la cumbre del monte Carmelo, Jesús subió con Pedro, Jacobo y Juan a la cumbre del monte de la Transfiguración; y ahora Cristo llama a Su Iglesia a subir a la cumbre del Monte de Sion, a la cumbre del Monte de Dios, a la cumbre de la Iglesia de Jesucristo, que es la Edad de la Piedra Angular. Esa es la edad para la adopción de los hijos e hijas de Dios. Pero los que no quieren subir y se queden en otras etapas de la Iglesia, alguna piedrita le tiraran a los que suban arriba; pero recuerden que una piedra tirada hacia arriba no hace mucho daño, pero una piedra tirada de arriba hacia abajo, esa sí que hace mucho daño. Ahora, para este tiempo final, la Edad de la Piedra Angular corresponde a los latinoamericanos y caribeños, y el idioma principal de los latinoamericanos y caribeños es el español. Ese es el idioma en donde los misterios del Día Postrero estarán siendo dados a conocer, ese es el idioma en el cual se estará predicando el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la Dispensación del Reino. Ese es el idioma a través del cual Cristo, el Ángel del Pacto velado y revelado en y a través de Su Ángel Mensajero nos hablará todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final. En la página 212 del libro de *Los Sellos*, dice: *“\[104\]… La Novia todavía no ha tenido un avivamiento; todavía no ha habido allí ningún avivamiento, ninguna manifestación de Dios para sacudir a la Novia. Estamos esperando eso. Se necesitarán esos Siete Truenos misteriosos para despertarla. Él los mandará, lo ha prometido”.* ¿Qué es lo que le dará el avivamiento, el despertamiento del Día Postrero, a la Iglesia de Jesucristo? Los Siete Truenos, eso es lo que despierta a los escogidos de Dios del Día Postrero. Y los Siete Truenos es la Voz de Cristo, la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo. Cristo viniendo en medio de Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, velado y revelado en Su Ángel, nos hablará todas estas cosas que deben suceder pronto; y ¿qué será eso? Pues los Siete Truenos hablándonos en el Día Postrero. Porque los Siete Truenos es la Voz de Cristo, la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, es la Voz de nuestro amado Salvador Jesucristo, el cual en Apocalipsis 4, verso 1, nos dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Y luego en Apocalipsis 22, verso 6, dice: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado a Su Ángel, para manifestar a Sus siervos, para mostrar a Sus siervos (¿qué?) las cosas que han de suceder, o deben suceder pronto”, vamos a ver: *“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.* Y Apocalipsis 22, verso 16, dice: *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.* Ahora tenemos el cuadro claro de la revelación de Jesucristo en Su Iglesia de edad en edad. La revelación de Jesucristo es por medio del mensajero correspondiente a cada edad; y la revelación y manifestación final de Jesucristo en medio de Su Iglesia es por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto; y por cuanto será Su manifestación final, será en el tiempo para la adopción; y adoptará a Su Ángel, y también adoptará a todos los creyentes del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular. Estamos en la Edad de Adopción. Ahora, vean ustedes, fueron a los que estaban en la Edad de Adopción, la Edad de la Piedra Angular, los que estuvieron con Jesús (Pedro, Jacobo y Juan) en el Monte de la Transfiguración viendo la adopción de Jesús; y luego fueron los de la Edad de la Piedra Angular. Miren bien: los de la Edad de la Piedra Angular, que eran los creyentes en Jesús. Los discípulos de Juan no eran de la Edad de la Piedra Angular, los discípulos de Juan eran de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley. Para ser de la Edad de la Piedra Angular del Día de Jesús, tenían que seguir a Jesús, seguir al precursado; los seguidores del precursor no podían decir que eran de la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, el Día de Pentecostés ¿quiénes recibieron el Espíritu Santo: los seguidores de Juan que no siguieron a Jesús, o los seguidores de Jesús?, entre los cuales hubo muchos que habían seguido primero a Juan el Bautista. Fueron los seguidores de Jesús los que recibieron el Espíritu Santo, el Espíritu de adopción. Juan el Bautista había dicho: “El que viene después de mí les va a bautizar con Espíritu Santo y Fuego”[1](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote1sym). Y para el tiempo final todos los creyentes en Cristo están esperando el nuevo cuerpo, nuestra transformación, la doble porción, están esperando la plenitud de Dios. ¿Y quiénes serán los que la recibirán? De los que estén vivos la recibirán los seguidores del precursado, porque esos estarán en la Edad de Adopción, que es la Edad de la Piedra Angular, esa es la edad de la cumbre del Monte de Sion, la cumbre de la Iglesia de Jesucristo, la Edad de Oro de la Iglesia de Jesucristo. Y ahora, Cristo velado y revelado por medio de Su Ángel Mensajero estará hablándonos todas las cosas que deben suceder pronto; y estará así, Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, clamando como cuando ruge un león y los Siete Truenos hablándonos sus voces, revelándonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Venida del Señor, el misterio que causó silencio en el Cielo cuando fue abierto en el Cielo. Ahora miren, el misterio de la Segunda Venida de Cristo es paralelo al misterio de la Primera Venida de Cristo. El precursor de la Segunda Venida de Cristo, en la página 472 del libro de *Los Sellos*, dice: “Cuando el Séptimo Sello comience será un misterio por completo”. Cuando la Primera Venida de Cristo comenzó fue un misterio, aunque no había sido profetizado que sería un misterio, porque fue dicho dónde nacería el Mesías: en Belén de Judea, sería por medio de una mujer, una joven, una virgen descendiente del rey David; todas esas cosas ya estaban profetizadas, y sin embargo fue un misterio para muchas personas la Primera Venida de Cristo; y ese misterio… y eso fue un misterio por cerca de 30 años, y nadie sabía (excepto dos o tres personas: María, José, y algunas personas más) que ya la Primera Venida de Cristo estaba cumplida en medio del pueblo hebreo. Y ahora, toda esa etapa antes del ministerio de Jesús era un misterio; no estaba abierto al público ese misterio; pero luego cuando comenzó Su ministerio vino a ser un discípulo del precursor, fue bautizado por el precursor, siguió al precursor algunos días, y después el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo por 40 días y 40 noches[2](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote2sym); luego comenzó Su ministerio. Y aparentemente era una división del grupo de Juan, aparecía como una división, pues uno de los discípulos del precursor, uno de los discípulos de Juan había comenzado en el ministerio y se estaba llevando, aparecía como que se estaba llevando una parte de los discípulos de Juan; porque Juan el apóstol (San Juan) y Andrés eran discípulos de Juan el Bautista, pero cuando escucharon a Juan el Bautista que dijo: *“He aquí el Cordero de Dios”*, ya eso fue la segunda ocasión en que Juan habló así de Jesús, y ellos se fueron con Jesús[3](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote3sym). A la vista de los demás discípulos no se veía muy bien que los seguidores de Juan ahora se fueran a ir con un discípulo de Juan el Bautista, y a formar otro grupo; y luego siguieron yéndose más discípulos de Juan, ya fueron colocados bajo el ministerio del precursado, de Jesucristo. Y ahora, Jesús habla de Juan, y dice: “Juan era antorcha que ardía (o sea, una lámpara que alumbraba); y ustedes quisieron caminar a su luz. Mas yo tengo mayor testimonio que Juan”[4](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote4sym). Lo escuchan hablar así, y dicen: “Ya se quiere llevar los discípulos de Juan, y les dice que tiene más luz, que tiene un testimonio mayor que Juan”. ¿Ve? Y los que lo oyeron y eran discípulos de Juan y se fueron con Jesús, los que no se fueron con Jesús de seguro los criticaron: “Pero, ¿por qué se van a ir con Jesús, si comenzamos con Juan?”. Pero Juan (dice San Pablo) enseñó al pueblo que creyeran en el que vendría después de él[5](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote5sym), porque un precursor viene para anunciarle al pueblo que después de él viene otro al cual deben seguir; y Juan dijo: “Y el que viene después de mí es el que los va a bautizar con Espíritu Santo y Fuego, y Él es el que va a llevar a cabo la cosecha, y también el que va coger la paja y la va a echar en el fuego; pero el trigo lo va a almacenar en el Alfolí”. Y ahora, en una ocasión le dicen a Juan unas personas: “Mira, aquel de cual tú diste testimonio, ahora a Él le siguen más personas que a ti, y bautiza más personas que tú”. ¿Qué pensarían algunas personas?: “Ahora Juan se pone celoso, y habla dos o tres cosas en contra de Jesús, y en contra de sus discípulos que se le fueron con Jesús”; pero Juan dice: “El hombre no puede hacer nada de sí mismo”, o sea que lo que Él está haciendo no lo está haciendo de sí mismo: “El hombre no puede hacer nada de sí mismo si no le fuere dado de Dios (lo que Él está haciendo, le está siendo dado de parte de Dios); por lo tanto, a Él le conviene crecer, y a mí menguar”[6](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote6sym). Pues, si eso está reflejado en la luz: sale el sol en la mañana, da su recorrido, y en la tarde comienza a caer ya (¿de qué hora en adelante, Miguel?), ¿como de las 3 de la tarde en adelante? 3 a 4 de la tarde comienza a caer; y cuando comienza a caer no hay quién detenga su caída, excepto que aparezca un Josué que pare el sol[7](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote7sym). Y ahora, comienza a caer el sol, y conforme al Génesis los días terminan y comienzan (¿dónde?) en la tarde; y por eso es que el pueblo hebreo el sábado, cuando lo comienzan, lo comienza el viernes después de la caída del sol: Cuando cae el sol, ahí se marca el fin del día viernes y comienza el día sábado; y la luz del sol del viernes llega (¿hasta dónde?) hasta la caída del sol, donde se marca el fin de ese día; y de ahí en adelante, toda la luz que se vea es la luz de ¿qué día? La luz del sábado, donde Dios da una muestra, donde se da una muestra de lo que será la luz que saldrá por la mañana del sábado. Y ahora, vamos a ver algo, si lo conseguimos rápido. Juan era la Luz de la tarde de la edad séptima de la Iglesia hebrea bajo la Ley, era la Luz de la quinta dispensación que estaba llegando a su final, era la última lámpara, la última edad con su mecha encendida; pero luego vendría una Luz mayor, el cual fue el precursado: Cristo; y cuando Cristo apareció, ahí se entrelazaron dos días dispensacionales, y dos edades: dos días dispensacionales de la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la Ley, y la Edad de la Piedra Angular con la edad séptima de la Iglesia hebrea bajo la Ley. Y la Luz de Juan se estaba apagando. Jesús dijo: “Él era antorcha que ardía, que alumbraba”, pero Jesús dijo: “Mas yo tengo mayor testimonio que Juan”; por lo tanto, tenía más Luz. Es la Luz del mundo[8](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote8sym). Página 112 de *Citas*, verso 977, nos dice: *977 - “La señal no existía hasta el tiempo del atardecer. Y este es el atardecer de la edad en que vivimos. Este es el atardecer para la iglesia. Este es el atardecer para mí. Este es el atardecer para mi Mensaje. Ya estoy muriendo, me voy, me estoy mudando. Y este es el atardecer del Evangelio. Hemos venido a través de justificación, etc., pero este es el tiempo cuando la Señal tiene que ser aplicada”.* Y ahora vean, así como Juan el Bautista llegó a su atardecer, y dijo (hablando de Cristo): “A Él le conviene crecer, y a mí menguar”…, la Luz de la tarde del séptimo día, o séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, se estaba apagando: Juan el Bautista. Cuando ya está en la cárcel está bastante apagadita, a tal grado que manda a preguntarle a Jesús si Él es el que había de venir o si esperan a otro; y Jesús le manda a decir con Sus discípulos: “Los ciegos ven, los cojos andan”, le mostró a los discípulos de Juan todas esas cosas, pues Jesús estaba sanando a los enfermos allí, les dijo: “Vayan y digan a Juan lo que ustedes están viendo: los cojos saltan, los ciegos ven, los muertos son resucitados, y a los pobres es predicado el Evangelio”[9](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote9sym). Cuando Juan escuchó esa noticia, tenía que ir a Isaías, capítulo 61, verso 1 en adelante, y ver que eso era lo que el Mesías haría en Su Venida; y si Jesús lo estaba haciendo, Él es Aquel que iba a venir después de Juan el Bautista. Vean, Jesús no le dijo, ni le mandó a decir a Juan: “Sí, digan a Juan que yo soy”…; sin embargo, a la mujer samaritana le dijo: “Yo soy”[10](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote10sym); y al joven ciego, al cual lo sanó, le dijo: “Yo soy que hablo contigo, yo mismo soy”[11](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote11sym); y sin embargo a Juan, Su precursor, no le mandó a decir: “Digan a Juan que yo soy”, más bien: “Digan a Juan lo que ustedes están viendo que yo estoy haciendo”; y lo que estaba haciendo Jesús era exactamente lo que estaba prometido que el Mesías haría, y si Juan creía lo que estaba prometido que el Mesías haría, pues tenía que creer entonces que Jesús era el que vendría después de él. Vean cómo Cristo trató a Juan. Ahora, podemos ver que así como para Juan le llegó el tiempo en que su Luz se fue apagando…, porque eso es lo que le sucede a la luz en la tarde: va cayendo el sol, va menguando, le conviene menguar a la luz de la tarde; pero al que viene después, le conviene crecer. Y miren, la luz de la tarde va menguando, y representa al mensajero con su Mensaje dándole Luz al pueblo; va menguando, como lo dijo el reverendo William Branham ahí. Y la Luz de la séptima edad va menguando, se va apagando, y termina su tiempo a la caída del sol; pero recuerden que la caída del sol es cuando se deja de ver el sol, pero todavía sigue alumbrando, pero esa luz ya pertenece al próximo día. Colocando, por ejemplo, el día sábado y domingo, en el tiempo de la tarde, cuando cae la luz del sol en la tarde del sábado, cuando llega a cierto punto, luego de ahí en adelante toda la luz que se está viendo pertenece al domingo. Y toda la Luz que Juan tenía que dar la dio hasta cierto punto, pero después de cierto punto en adelante ya no alumbraba más; él dijo: “A mí me conviene menguar”; hasta que llegó el momento en que, con lo que les dijo a sus discípulos que le preguntaran a Jesús, ponía en duda aun a sus mismos discípulos. Pero miren ustedes a Él (a Jesús) le conviene crecer; y Jesús dijo: “Yo soy la Luz del mundo”; y aunque se veía algo sencillo allí alumbrando solamente en un territorio, encontramos que luego alumbraría el mundo entero, en la mañana; pero allí estaba en el tiempo de la tarde, entrelazándose la Luz de la tarde con dos días: el día séptimo de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, y su Luz llegando a su final, y la Luz del domingo, de la Edad la Piedra Angular, comenzando allí, y dándonos muestra de lo que sería en la nueva dispensación. Y ahora, para este tiempo final el reverendo William Branham dice que él ha llegado a su final, que él está muriendo y se está yendo. Y ahora, vamos a ver en la página 474 del libro de *Los Sellos*; dice: *“\[173\]. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder. ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo”.* O sea que los Siete Truenos, al hablarle a la Iglesia de Jesucristo, le estarán revelando el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo; ese es el misterio contenido en el Séptimo Sello, en los Siete Truenos, y ese es el misterio del Séptimo Sello. Y ese misterio siendo revelado por los Siete Truenos es lo que le da el avivamiento, el despertamiento espiritual, a la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular. Por eso hay que estar en la Edad de la Piedra Angular para escuchar la Voz de Cristo hablándonos como cuando un león ruge, y Siete Truenos hablando sus voces y revelándonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo. En ninguna de las otras edades fue revelado; por lo tanto, ninguna persona se puede quedar en ninguna de las edades pasadas para obtener esa revelación: tienen que subir a la Edad de la Piedra Angular. *“174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo. Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré. ¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi. Ahora, esa es la verdad”.* Y ahora, miren ustedes cómo el reverendo William Branham, precursor de la Segunda Venida de Cristo, habla en la misma forma que habló Juan el Bautista. Por lo tanto, el que vendrá después de él podrá también decir que el reverendo William Branham era una antorcha, una Luz en la séptima lámpara del candelabro, alumbrando; y alumbró a muchas personas y en muchos lugares, alumbró en la séptima edad de la Iglesia gentil; pero el que viene después de él puede decir: “Más yo tengo mayor testimonio que él, mayor Luz”. Y cuando llega el punto donde la Luz de la tarde termina su recorrido, luego la Luz de la séptima edad de la Iglesia gentil termina, aunque todavía haya claridad en la Tierra; pero de ahí en adelante, la Luz que estará alumbrando, Cristo, el Espíritu Santo alumbrando, será la Luz de un nuevo Día, y estará alumbrándonos con esa Luz de un nuevo Día. Y luego, esa misma Luz que hemos visto en la tarde (después que terminó el ministerio del cuarto Elías)… recuerden, miren cómo se entrelaza en la tarde la Luz de dos días: la Luz de la séptima edad de la Iglesia gentil con la Luz de la Edad de la Piedra Angular; ahí se entrelazan y ahí es donde viene la Luz de Cristo revelado por medio del precursor de la Segunda Venida de Cristo, por medio del cuarto Elías, y se entrelaza con la Luz de Cristo en Su Ángel Mensajero, en el ministerio de Elías en su quinta manifestación; sigue Elías. Y ahora, ya Elías no estará en la luna predicando; estará más allá de la luna, estará predicando en y sobre el Sol: la Edad de la Piedra Angular. Y en sueños o visiones que hayan visto a Elías en el sol predicando[12](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote12sym), vean ustedes lo que eso significa: en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Sol, la Edad de Cristo, la Edad de la Segunda Venida de Cristo. Cuando sale el sol ya no se necesita la luna; por lo tanto no se necesita que Elías esté en la luna, lo necesitamos (¿dónde?) en el Sol, la Edad del Sol, la Edad de la Piedra Angular; y ahí necesitamos también a Moisés; y ahí necesitamos también el ministerio de Jesús, por eso Su rostro resplandeció como el sol. Y ahora, podemos ver que de cierto momento en adelante, la luz que es manifestada en la Tierra pertenece al nuevo día que luego amanecerá; y eso nos habla de la nueva dispensación y del nuevo día milenial y de la nueva edad. Y ahora, nosotros estamos viviendo en este tiempo en el cual el entrelace de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia se está efectuando, y el entrelace de la Edad de la Piedra Angular con la séptima edad de la Iglesia gentil, y el entrelace del ministerio de Elías por quinta ocasión con el ministerio de Elías con y en la cuarta ocasión, o sea, el entrelace del quinto Elías con el cuarto Elías, o viceversa. Y miren ustedes, donde el sol en la tarde termina de alumbrar, ahí sigue alumbrando el mismo sol, pero ya dando luz para un nuevo día; y donde Elías en su cuarta manifestación termina de dar Luz, continúa Elías en su quinta manifestación. Pero todo eso es Cristo revelado; es la revelación de Cristo, la revelación de Cristo en cada ángel mensajero de edad en edad; y donde termina uno, continúa el otro, pero es el mismo personaje: Jesucristo en Espíritu Santo en Sus diferentes manifestaciones a través de Sus diferentes mensajeros, y a través de los cuales cumple Su promesa correspondiente a cada edad. Y ahora, podemos ver el por qué cuando se nos habla de la Venida de Elías por quinta ocasión, en la página 399 del libro de *Los Sellos*, en la pregunta número 11, cuando se la hicieron, donde le preguntan: *“11. El Elías que viene a predicar a los judíos, ¿es el verdadero Elías que estuvo en los días de Achab, o será solamente el espíritu de Elías en otro hombre?* (La contestación fue): *“\[94\]. Yo he pensado que será un hombre de este tiempo ungido con ese espíritu”.* Y ahí continúa el ministerio de Elías. Todo eso en el tiempo de la tarde, para dar Luz para una nueva dispensación y una nueva edad. Y por consiguiente hay un nuevo pueblo; así como en la revelación de Jesucristo durante las diferentes edades a través del mensajero de cada edad… Vean, hubo un mensajero, cada vez que venía la revelación de Cristo para una nueva edad había un nuevo mensajero. Ningún mensajero ministró dos edades, y tampoco tuvo Dios dos mensajeros en una misma edad, porque Dios no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo. ¿Y qué significa eso? Pero, ¿no hubo profetas contemporáneos unos con otros? Sí los hubo; pero el mensajero de una edad viene solo, no puede aparecer otro mensajero para esa edad habiendo un mensajero para esa edad. Y cuando Dios promete dos o promete tres para una misma edad o una misma dispensación, eso es el Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto, operando dos o tres ministerios en la misma persona; porque no tiene dos profetas (y menos, tres) a la misma vez, para una misma edad o para una misma dispensación. Ahora, ¿vieron lo sencillo que es? Si no fuera así entonces encontraríamos una contradicción en lo que dijo el reverendo William Branham, de que Dios no tenía dos profetas mayores al mismo tiempo. Ahora, miren, estuvo Juan el Bautista y estuvo Jesús, dos profetas grandes allí. Jesús habló de Juan y dijo: “De los nacidos de mujer no hubo ninguno mayor que Juan”[13](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote13sym); y ahora, Jesús es mayor que Juan, y están al mismo tiempo ministrando. ¿Y cómo entonces se entiende que no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo, y podemos ver a Jesús y a Juan allí ministrando, y a otros profetas en otros tiempos? Están allí ministrando al mismo tiempo, pero Juan el Bautista es profeta mensajero de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, y Jesús es el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, en una nueva dispensación que se está abriendo. ¿Ven que aunque estaban allí no estaban en la misma edad? Ahora, si para una misma edad y para una misma dispensación están prometidos uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis o siete mensajeros para ser el mensajero de esa edad o dispensación: Cristo, el Ángel del Pacto, tiene que estar en el velo de carne, en el instrumento, operando esos ministerios en un profeta. Y por eso es que en Jesús estaba el ministerio de Moisés, el ministerio de Elías, el ministerio de Juan el Bautista también, el ministerio de Jeremías, el ministerio de Ezequiel… ¿Y por qué estaban todos esos ministerios en Él? Porque el que tiene ministerios es el Espíritu Santo, y estaba en Jesús en toda Su plenitud; por lo tanto, todos los ministerios estaban condensados en un solo hombre: en Jesús. La gente decía…, cuando Jesús preguntó: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”, comenzaron a decir Sus discípulos: “Unos dicen que tú eres Juan el Bautista que has resucitado”… Y por eso es que muchas personas, como uno de los reyes decía…, el que mató a Juan el Bautista quería ver a Jesús, quería verlo obrando, porque decía: “Este es Juan el Bautista, al cual yo decapité, el cual ha resucitado”[14](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote14sym); así que estaría temblando ese rey, porque pensaba que había resucitado Juan el Bautista. Y otros decían: “No, es el profeta Elías que ha regresado”[15](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote15sym), pues ellos sabían que Elías tenía que venir, y ellos sabían que aquel era el tiempo en que Elías tenía que venir; y pensaban que Jesús era Elías. Pero Jesús dijo que Juan el Bautista era el Elías que tenía que venir, el cual tenía que venir primero que Él. Y otros decían: “Es Jeremías”, y otros decían: “Es alguno de los profetas que ha resucitado”. Y Jesús pregunta a Sus discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen ustedes que es el Hijo del Hombre?”. Pedro dijo: “¡Tú! ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!”[16](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote16sym). Y ahora, Cristo teniendo en Él la plenitud de Dios, el Ángel del Pacto dentro de Él manifestado en toda Su plenitud, tenía todos los ministerios. Por eso, así como Moisés alimentó al pueblo hebreo por cuarenta años con maná y codornices, con carne[17](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote17sym), por medio de la Palabra creadora que habló de parte de Dios, no tenía que después estar todos los días hablándola; ya la habló para todo el tiempo en que el pueblo hebreo estuviera en el desierto; o sea que habló una palabra, y por cuarenta años se mantuvo esa palabra dando el alimento para el pueblo. Pero ahora Jesús en dos ocasiones tiene multitudes de personas, multitud de personas escuchándolo, y después tienen hambre; y Jesús tomó unos panecitos y unos pececitos, los bendice, los multiplica, y alimenta a la gente[18](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote18sym), como lo había hecho el profeta Moisés. Y luego, en otras ocasiones, hizo cosas que parecía ser otro de los profetas. O sea que en esta ocasión de la multiplicación de los panes y los peces, para muchas personas quizás Jesús era Moisés; pero en Jesús estaba el ministerio de Moisés, un profeta como Moisés allí estaba. Estaba el ministerio de Elías, estaba el ministerio de Juan el Bautista también, todos los ministerios estaban en Él, porque en Él estaba el Espíritu Santo en toda Su plenitud. Y ahora, vean ustedes, por eso Él podía prometer dar ministerios, y Él es el que ha estado dando esos ministerios, colocando esos ministerios en Sus mensajeros, de etapa en etapa. Y en el reverendo William Branham colocó, o sea, operó el ministerio de Elías por cuarta ocasión, precursando la Segunda Venida de Cristo. Y el mismo Espíritu Santo que estuvo en el reverendo William Branham, es el que estuvo en los otros ángeles mensajeros operando el ministerio de cada una de esas edades. Y ese mismo Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, es el que regresa en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, y unge un hombre con Su Espíritu, y opera en él el ministerio de Elías por quinta ocasión. Dice: *“\[94\]. Yo he pensado que será un hombre de este tiempo ungido con ese espíritu; porque allá, cuando Elías ya había subido y Eliseo se encontró con los hijos de los profetas, ellos dijeron: ‘El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo’. Es que Eliseo obró igual a Elías”.* Y ahora, estos hijos de los profetas vieron el espíritu de Elías en Eliseo; reconocieron que el espíritu de Elías estaba en Eliseo, porque lo vieron obrando igual a Elías. Y ahora, lo más grande que Elías había hecho, y lo último más grande que había hecho Elías, era abrir el Jordán con su manto, y eso fue lo mismo que hizo Eliseo de regreso, con el manto de Elías. Los hijos de los profetas dijeron: “El espíritu de Elías de reposó sobre Eliseo”. Eliseo había pedido la doble porción y recibió la doble porción del espíritu de Elías[19](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote19sym). Y ahora, ¿qué fue lo más grande que hizo Elías en su cuarta manifestación? Vamos a ver si tenemos a Miguel por aquí… Vamos a dar la oportunidad aquí para cinco personas (con cinco es suficiente, podrían ser tres), y no es para darle notas a ninguno, sino para ver en realidad… Y vamos a empezar con Miguel: ¿Qué fue lo más grande que hizo el cuarto Elías en todo su ministerio? \[Hno. Miguel: *Precursar la Venida del Señor*\]. Y precursando la Venida del Señor, ¿qué fue lo más grande que hizo? \[Hno. Miguel: *La revelación de los Sellos*\]. No hay que preguntarle a nadie más, porque ya Miguel lo dijo. Y reveló, habló solamente (¿de cuántos?) de seis; y dijo que el otro sería revelado más adelante, cuando viniera Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo. Ahora, el Espíritu Santo, Cristo, ha estado viniendo de edad en edad en el mensajero de cada edad. Y ahora, Cristo viniendo en el Día Postrero estará manifestando el ministerio de Elías, y lo encontraremos así como hizo Elías allá: abriendo el Jordán, pasando al otro lado; y luego Eliseo abriendo el Jordán de allá para acá. Y ahora, Cristo, el Espíritu Santo manifestando el ministerio de Elías por quinta ocasión, estará abriendo el Séptimo Sello; porque eso es lo más grande que hizo Elías: abrir los Sellos hasta el Sexto Sello, estar dando a conocer acerca de los siete Sellos. Y donde lo dejó el cuarto Elías, lo continúa el quinto Elías; donde terminó el cuarto Elías, continúa o comienza el quinto Elías. Miren, cruzando el Jordán, cruzaron de aquí hacia allá, porque abrió Elías el Jordán, y cruzó y llegó hasta *aquí*, en el cruce del Jordán; y luego Eliseo cuando viene, ¿dónde comienza? Comienza *aquí* mismo: Donde había terminado Elías, ahí viene y abre el Jordán y pasa al otro lado. Y los hijos de los profetas dijeron: “El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo”. Luego, la tercera ocasión en que el espíritu de Elías reposó sobre otro hombre, fue en Juan el Bautista, y Jesús dijo: “Él es aquel Elías que había de venir”. Y muchos de los discípulos de Jesús ni sabían que Juan el Bautista era el Elías que habría de venir; no se habían dado cuenta que el espíritu de Elías había reposado sobre Juan el Bautista, el cual estaba ungido con el Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre[20](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote20sym), y el Arcángel Gabriel dijo que vendría en el espíritu o con el espíritu y poder, virtud de Elías, para convertir el corazón de los padres a los hijos[21](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote21sym). Y ahora, el espíritu de Elías que estuvo en Elías Tisbita (el espíritu ministerial), en Eliseo por segunda vez, en Juan el Bautista por tercera vez, luego vino en otro hombre: el reverendo William Branham, por cuarta ocasión, reposó sobre él como precursor de la Segunda Venida de Cristo. Y la quinta ocasión en que viene el espíritu y virtud Elías en el Día Postrero, es en aquel donde viene Cristo, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, porque Él es el que tiene ministerios. Y en quien venga el Espíritu Santo en el Día Postrero, ahí viene el ministerio de Elías por quinta ocasión, el ministerio de Moisés por segunda ocasión, y el ministerio de Jesús por segunda ocasión; porque esos son ministerios de Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, y Él los estará operando en este tiempo final conforme a Su promesa. Y ahí tendrá Su revelación final, la revelación final de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la cual cumplirá todo Su Programa. Y esa es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y ahora, miren ustedes, la luz de la tarde, vean ustedes, llega hasta cierto momento en donde termina el día, pero todavía hay luz; y luego esa luz que continúa ahí viéndose, pertenece a un nuevo día, digamos al día domingo. Y es cuando ya ha terminado el día, a la caída del día, conforme a como el pueblo hebreo observa: cuando para ellos el día viernes termina y comienza el día sábado, todavía es de día. En algunos países es antes de las 6:00 de la tarde, depende la estación del año; y yo tengo revistas donde en algunas temporadas del año el día cae, termina, a las…, digamos a las 5:49 o a las 5:59; tengo hasta a las 5:49 (me parece) que termina el día y comienza el día sábado. Comenzar un sábado el viernes a las 5:49, eso es algo inconcebible para una persona; como también es inconcebible para una persona que haya comenzado a entrelazarse la séptima dispensación en este tiempo, y que la Edad de la Piedra Angular haya comenzado, y que el séptimo milenio ya haya comenzado (si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene), y que ya estemos en el Día Postrero delante de Dios; todo eso es inconcebible a la mente humana. Pero miren, hay una explicación: comenzar el día sábado a las 5:49 (o cinco y cincuenta y algo) es inconcebible para la mente humana, y principalmente para las personas que no conocen las leyes establecidas por Dios al pueblo hebreo, pues todos dicen: “No, si el día termina, el día viernes termina a las 12 de la noche; y a las 12:01 ya estamos en el día sábado”; eso es de acuerdo a los calendarios gentiles, pero conforme al calendario hebreo religioso no es así. Y ahora, tenemos que nosotros guiarnos por la Palabra de Dios, por el Programa de Dios, y ver las cosas de acuerdo a lo que Dios ha prometido. Y ahora, ¿en qué etapa es que la estrella de la tarde se ve? Cuando ya ha caído el sol; aunque todavía es de día y está ya gradualmente entrando la noche, entra la tarde, va oscureciendo gradualmente, se llega (como dicen en la República Mexicana) a la hora cero: que usted prende una luz, una linterna, y no alumbra nada, pero ya usted ve que está entrando una penumbra, esa es la hora cero; pero ya todo eso pertenece a un nuevo día. Y aun antes de esa hora cero también pertenecía a un nuevo día; porque desde el momento en que ya el sol cae y la gente no ve el sol, pero todavía sigue alumbrando (digamos) por una hora, de 30 minutos en adelante…, y las personas pueden decir: “Todavía es de día, aunque no estamos viendo el sol”; pero ya esa luz pertenece al próximo día; y Dios nos está dando una muestra de que para el próximo día saldrá el sol. Ahora, ¿por dónde es que vemos la nuestra? Por el oeste vemos la muestra de lo que será el sol alumbrando por el este. De lo que será el Mensaje del este vemos la muestra en el oeste, de lo que será el Mensaje para el pueblo hebreo vemos la muestra en medio de la Iglesia gentil, en el oeste, en la América Latina y el Caribe, para hablar más claro. Porque el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, miren quién es. Página 57 del libro de *Los Sellos* en español, dice: *“‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’”.* Vean, también en febrero 28 de 1963 fue en la tarde, a la caída del sol, que tomaron la foto; y todo eso ocurrió ¿dónde? En el oeste, en el oeste, ocurrió en el oeste de Norteamérica, y en el oeste del mundo, que es el continente americano, que incluye Norteamérica, Centroamérica, Suramérica y el Caribe. Y el Ángel que era diferente a los demás volaba del oeste hacia el este, ¿mirando hacia dónde? Hacia el este. El precursor de la Segunda Venida de Cristo estaba mirando del este hacia el oeste, para ver al Ángel que venía del oeste hacia el este; y en el precursor se reflejó mucho de lo que Cristo hará en este tiempo final. Miren, vamos (en palabras claras): el precursor en el este tuvo que ir al oeste para encontrarse con los ángeles; y luego tuvo que ir del oeste al este para hablar de los Sellos; porque el Mensaje del oeste luego es predicado (¿dónde?) en el este: el pueblo hebreo. Y ese Ángel diferente a los demás vuela de oeste a este, porque la Segunda Venida de Cristo es de oeste a este. La Primera Venida de Cristo fue de este a oeste, por eso desde el este (Medio Oriente) se ha estado predicando la Primera Venida de Cristo hasta llegar al oeste; y la Segunda Venida de Cristo es de oeste a este, se comienza a predicar en el oeste y se llega hasta el este; y allí es donde se establece el Reino Milenial y Cristo se sienta en el Trono de David. Y ahora, la estrella de la tarde, miren, se comienza a ver en el oeste, luego que ya el día cayó; y la estrella de la tarde, eso es Elías, Elías alumbrando en medio de la Iglesia de Jesucristo: Luego que ha terminado la séptima edad de la Iglesia gentil, y ha terminado el ministerio del cuarto Elías, tenemos el ministerio de Elías por quinta ocasión, alumbrando en la Iglesia de Jesucristo con la revelación de la Palabra, y dando a conocer el misterio del Séptimo Sello. Y la estrella de la tarde, ¿saben ustedes una cosa? ¿Se ve dónde? En el oeste, pero luego la estrella de la mañana… ¿Cuál es la estrella de la tarde, Miguel?, ¿cuál es la estrella de la tarde?, ¿saben ustedes cuál es la estrella de la tarde? La estrella de la tarde se ve por el oeste; y luego en la mañana se ve la estrella de la mañana, y es la misma estrella. Y miren esa misma estrella aquí, pero manifestado por medio de Su Ángel: *“‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’.* *17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:* *‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’.* *18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.* El Mensajero a Israel viene por Su Iglesia, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo. ¿Y cómo viene por Su Iglesia en el Día Postrero? Viene en la Edad de la Piedra Angular; el cual se veló por medio de Sus mensajeros, se estará velando en carne humana por medio de Su Ángel Mensajero, y estará hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. Y por consiguiente estaremos escuchando la Voz del Ángel Fuerte a través de Su Ángel Mensajero, clamando como cuando ruge un león y Siete Truenos emitiendo sus voces; y revelándonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo. Cristo dijo: “Al que venciere, yo le daré autoridad sobre las naciones…”, dice: *“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y* (Él) *las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas* (delante de Él) *como vaso de alfarero (…) y le daré la estrella de la mañana”.* A ese Vencedor le dará la Estrella de la Mañana. ¿Y cómo le va a dar la Estrella de la Mañana, y quién es la Estrella de la Mañana? Eso fue Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 al 28. Y Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 dice: *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.* Y ahora, Él le dará la Estrella resplandeciente de la Mañana, y la Estrella resplandeciente de la Mañana es Cristo, el Ángel del Pacto, el Mensajero a Israel. Y ahora, ¿cuándo le dará la Estrella resplandeciente de la Mañana? Se la da en la tarde. Y cuando la recibe, cuando recibe la Estrella resplandeciente de la Mañana, la recibe en la tarde; y resplandece Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en la tarde, como la Estrella de la Tarde. Y es luego la misma Estrella: Cristo a través de Su Ángel Mensajero, en la mañana, resplandeciendo para el pueblo hebreo, para anunciarle que un nuevo día dispensacional está comenzando y que un nuevo día está rayando, la mañana de un nuevo día está rayando, el alba está rayando. Y así hace como el despertador, que le da la alarma al pueblo hebreo. Un despertador sonando en la mañana despierta a cualquiera, y el pueblo hebreo es el reloj de Dios, pero la alarma es el Ángel que recibe la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y ahora, con la Estrella resplandeciente de la Mañana para los madrugadores, estarán viendo que la Estrella de la Mañana fue la misma Estrella de la Tarde; la misma Estrella que salió por el oeste, que fue vista por el oeste, luego es la misma Estrella, el mismo mensajero en el cual Cristo estará resplandeciendo, alumbrando, dando el Mensaje por el este. Porque Cristo, el Ángel del Pacto, vuela de oeste a este. La Estrella de la Mañana aparece en el oeste primero ¿cómo? En la tarde, es la Estrella de la Tarde, Cristo en medio de Su Iglesia revelado por medio de Su Ángel; y luego Cristo revelado con el pueblo hebreo en la mañana de un nuevo día dispensacional. Y por el este, el pueblo hebreo que está en el Medio Oriente, vean ustedes, la misma Estrella, el mismo Cristo en Su Ángel Mensajero; pero primero viene por Su Iglesia, Cristo velado y revelado en el Día Postrero; y esa es la revelación de Jesucristo en el Día Postrero, eso es Cristo revelado en el Día Postrero en medio de Su Iglesia. Y la historia del Séptimo Sello así es como se va haciendo, así como la historia de cada Sello y de cada edad fue realizada cuando Dios envió al mensajero de cada edad; y Cristo estuvo en el mensajero de cada edad velado y revelado, llevando a cabo Su Obra correspondiente a cada edad; y así se llevó a cabo la historia de la Obra de Cristo de cada edad; pero antes de ser historia fue una realidad vivida por Cristo y Su Iglesia en cada edad. Ahora, podemos ver que a medida que vamos viviendo en el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo, vamos haciendo (¿qué?) la historia; porque la historia se hace a medida que se vive en la Tierra; a medida que se vive y se trabaja en la Tierra, se va haciendo la historia. Y así es con Cristo y Su Iglesia: la historia del Día Postrero, de la Iglesia de Jesucristo, vean cómo va siendo hecha: primero, vean ustedes, la historia se hace a través de las vivencias que se tienen, la historia es el fruto de las vivencias; o sea, la historia es en sí todo lo que sucedió, algo que sucedió y luego se da a conocer, se abre ese misterio de lo que sucedió; es la revelación abierta de lo que fue una realidad en un tiempo. Y ahora, ¿saben ustedes una cosa? Que nuestra historia nunca terminará; más bien habrá historias de las diferentes etapas de nuestra vida y de nuestra edad, pero nunca terminarán; podrán seguir escribiendo historias de diferentes etapas, pero nunca terminarán. Y ahora, podemos ver que nosotros tenemos que estar conscientes y examinarnos nosotros mismos para ver cómo va nuestra historia con la historia del Séptimo Sello; si la historia de nuestra vida está dentro de la historia del Séptimo Sello; porque ahí es donde debe estar nuestra historia, la historia de nuestra vida: como parte de la historia del Séptimo Sello; pero que antes de ser historia tiene que ser una realidad. Por eso tenemos que vivir la realidad del Séptimo Sello, la realidad de nuestra edad y de nuestra dispensación, para que así estemos también en las diferentes etapas históricas del Séptimo Sello, de la revelación de Cristo en este tiempo final. Hemos visto en esta ocasión, hemos visto cómo Cristo ha obrado de etapa en etapa. Y ahora miren una cosa aquí: por qué Cristo cuando envió a Su Ángel Mensajero no le dio todo claro para que se lo diera a Juan el apóstol, y le fue dado a Juan en símbolos todo. La página 14 del libro de *Las Edades* sin editar… (deben conseguir este libro los que no lo tengan) Es el libro de *Las Edades*, pero aquí estamos en capítulo 1, dice… verso 106 dice: *“106. El primer versículo es develando a Cristo, la revelación o descubrimiento, o como la última edad y la Venida del Señor estaban cubiertas* (o sea, encubiertas) *para los apóstoles, ellos hicieron la pregunta, pero solo uno vivió para obtener la revelación, y aun él no lo entendió”.* Solo Juan el apóstol vivió para obtener esa revelación, pero aun no entendió esa revelación, porque la historia todavía no había ocurrido. Por eso cuando el reverendo William Branham predica el mensaje de *Las Edades* y predica el mensaje de *Los Sellos*, lo que él está abriendo es la historia de todo lo que ha ocurrido conforme a las profecías en las diferentes etapas de la Iglesia de Jesucristo; y entonces muestra que hubo siete edades y siete mensajeros, y siete Mensajes en las siete etapas de la Iglesia, las cuales (esas etapas) fueron representadas en las siete iglesias que estaban en Asia Menor. Y él identifica al mensajero de cada edad, el cual solamente había sido mencionado como el ángel de la Iglesia de Éfeso, el ángel de la Iglesia…, y así por el estilo es mencionado el ángel de cada una de las Iglesias. Dice: *“El ángel de la Iglesia en Éfeso, el otro es el ángel de la Iglesia en Esmirna, y el otro es el ángel de la Iglesia en Pérgamo…”*, y así por el estilo. Pero esos ángeles mensajeros, para la Iglesia de Jesucristo en sus siete etapas, tienen un nombre; y ese nombre fue revelado por el reverendo William Branham, a quien Cristo se lo reveló mostrándole en la historia de la Iglesia quiénes fueron esos hombres; porque en la historia ahí aparecen esos hombres trabajando en la Obra de Cristo, y la manifestación de Cristo en ellos; y el Espíritu de Dios le reveló al reverendo William Branham cada uno de esos mensajeros de cada edad, le mostró quién fue el mensajero de cada edad. Y para el Día Postrero, en la revelación del Séptimo Sello, Cristo, el Ángel del Pacto, le revela a Su Iglesia quién es el mensajero de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y le muestra que es el Ángel del Señor Jesucristo; y le abre la historia, le abre toda esa historia ministerial y toda la Obra que está haciendo Cristo, el Espíritu Santo, a través de Su Ángel Mensajero, y el Mensaje que predicaría el Ángel del Señor Jesucristo, que sería el Mensaje con el cual daría a conocer todas las cosas que deben suceder pronto; y ese sería el Mensaje del Evangelio del Reino, revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo. Y en la historia de los predicadores que se han entrelazado con la séptima edad de la Iglesia gentil, y con el Mensaje del precursor de la Segunda Venida de Cristo, hay que buscar todos los discípulos del precursor; y entre ellos encontraremos al que vendría dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, revelando todas estas cosas que deben suceder; y revelando el Séptimo Sello, y mostrando la manifestación de Cristo y los ministerios que Cristo estaría operando en ese tiempo final: los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús. Ese misterio de esos tres grandes ministerios nadie lo puede revelar, abrir al público, excepto el Ángel del Señor Jesucristo. Ese misterio del Séptimo Sello: la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, es un misterio que nadie más puede revelar. Y ahora, entre los discípulos de Juan el Bautista hubo uno que fue el que cumplió la Venida del precursado, la Venida del Mesías; y entre los discípulos del precursor de la Segunda Venida de Cristo habrá uno que cumplirá la Venida del precursado, cumplirá la Venida del Ángel del Señor Jesucristo, cumplirá la venida de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. Y la labor que estará haciendo el Espíritu Santo, Cristo, a través de Su Ángel, será la labor prometida para este tiempo final, que Cristo llevaría a cabo, con la cual llamaría y juntaría a Sus escogidos, y los prepararía para ser transformados y raptados. Y en esa Obra es que todos queremos ser hallados; y así seremos hallados en la historia del Séptimo Sello como buenos colaboradores del Séptimo Sello, como buenos colaboradores del Ángel de Jesucristo, a través del cual Cristo estará velado y revelado en el Día Postrero, llevando a cabo la labor del Día Postrero. Ese es el misterio del Séptimo Sello, ese es el misterio del Ángel que era diferente a los demás, del Ángel que era diferente a los demás, el Ángel Fuerte, Cristo viniendo en el Día Postrero, y velándose y revelándose por medio de Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular. Por eso el reverendo William Branham dijo que todo sería tan sencillo, que si no vigilábamos nos pasaría por encima. Pero recuerden, el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo, él solamente es Su instrumento, él es el profeta de la Dispensación del Reino. Es la primera ocasión en que Cristo envía a Su Iglesia un profeta dispensacional; la primera y la última, porque no tiene más profetas, ese es el último de los profetas de Dios, y es un profeta dispensacional. Y ese es el que viene con la revelación para el rapto de la Iglesia de Jesucristo, ese es el que viene con la revelación de la Segunda Venida de Cristo, la revelación del Séptimo Sello, la revelación de los Siete Truenos, que le dan la fe a la Iglesia del Señor Jesucristo para ser transformada y raptada, y llevada con Cristo a las Bodas del Cordero. El reverendo William Branham, hablando acerca de un hombre que tenga la fe de rapto, ¿saben lo que él dice? Vamos a ver si encontramos esto, si lo encontramos… Vamos a leer la página 54, verso 465; y si es ahí pues… Dice: *465 – “Enoc, quien creyó en Dios tanto hasta el punto que cuando él dio un paseo por la tarde con Él…”.* ¿Cuándo? Por la tarde. Recuerden que es al tiempo de la tarde, al tiempo en donde la estrella o lucero de la tarde está; y el tiempo de la tarde corresponde al oeste; el tiempo de la mañana corresponde al este, a Israel, porque el sol sale por la mañana, por el este, y por la tarde se termina su recorrido en el oeste. Y ahora vean: *465 – “Enoc, quien creyó en Dios tanto hasta el punto que cuando él dio un paseo por la tarde con Él, cansado de estar en la tierra, y se fue a Casa con Él”.* Y Enoc es tipo y figura de los que serán raptados, de la Iglesia de Jesucristo con el Ángel de Jesucristo. Séptimo (¿séptimo es, Miguel?) (¿desde quién?) desde Adán. Y ahora, el séptimo profeta dispensacional desde Adán ¿quién será? Ahí lo tenemos: séptimo también desde Adán, pero profeta dispensacional. *“Puede ser que yo no tenga esa clase de fe…”.* O sea, esa clase de fe que Enoc tenía; pero el séptimo desde Adán sí la tenía, y era el que esperaba irse, el que lo creía. *“… pero yo nunca me pararé en la vía de otro que tenga esa clase de fe* (o sea, que él no se parará en el camino de otro, ni para interrumpirle ni para nada de eso)*”.* Y ahora, el que tiene esa fe de rapto para el Día Postrero es Cristo a través de Su Ángel Mensajero, dándonos la fe de rapto, que es la fe, la revelación, del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo. Ahora, podemos ver que nosotros tenemos que examinarnos y estar conscientes de que todo está bien delante de Dios en nuestras vidas, y también en nuestro trabajo en la Obra del Señor Jesucristo; pues yo no deseo que ninguno de ustedes se quede aquí cuando ocurra la transformación y el rapto, y ustedes tampoco quieren quedarse aquí. Por lo tanto, examinémonos nosotros mismos: examinemos nuestras vidas, que estén bien con Dios; nuestros pecados confesados a Cristo nuestro Salvador, echados en la Sangre de Cristo, arrepentidos de nuestros pecados; y caminando con Cristo brazo a brazo, siempre orando a Él y pidiéndole que nos ayude en todo momento; y trabajando en Su Obra todos los días de nuestra vida en la forma correcta; conscientes de que estamos trabajando con toda nuestra alma, con todo nuestro entendimiento también; y trabajando sin limitaciones, o sea, trabajando en la Obra de Cristo llevando a cabo todo el trabajo que Él nos permita llevar a cabo. No decir: “Yo voy a hacer nada más que un poquitito”. “El que siembra (¿cómo?) escasamente, escasamente cosechará”[22](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote22sym). Nos falta muy poco tiempo para ser transformados, pero todavía tenemos oportunidad de trabajar en la Obra de Cristo. Trabajemos con toda nuestra alma y trabajemos sin limitaciones. Somos los últimos del Programa Divino de la Iglesia de Jesucristo, y nos ha tocado la Edad de Oro de la Iglesia, para estar conscientes del Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo. Y es el único grupo que trabaja consciente de la edad y dispensación en que está, y del Mensaje que Dios nos ha dado, y la forma de trabajar en Su Obra. Ahora podemos ver que tenemos todas las ventajas, todas las facilidades, y tenemos la bendición de Cristo. Este es el tiempo en donde Dios ha dado más luz, de todas las edades y de todas las dispensaciones. Este es el tiempo en donde Él nos ha abierto misterios que en otros tiempos no habían sido abiertos; solamente habían sido tocados por los profetas de edades y de dispensaciones, pero no habían sido entendidos completamente; pero ahora en este tiempo, vean, Dios nos los revela, y lo hace en una forma tan sencilla que hasta los niños los pueden entender. Así que trabajemos en la Obra de Cristo sin limitaciones, y estemos preparados porque pronto vamos a ser transformados. Nuestro hermano Branham dice, hablando de Enoc: “Yo no me pondré delante de un hombre que tenga esa clase de fe”, o sea: “no me pondré delante de él para hacerle la guerra”. Y así deben de pensar también todos Sus discípulos, para no pararse delante de él, sino al lado de él, del que tenga esa clase de fe; que solamente puede ser, para el Día Postrero, el Ángel del Señor Jesucristo; ese es el que tendrá esa clase de fe, esa clase de revelación, que es la revelación de los Siete Truenos, la revelación del Séptimo Sello. Así que brazo a brazo hemos comenzado a trabajar desde hace muchos años, y continuaremos trabajando en la Obra de Cristo; y luego nos encontraremos con un nuevo cuerpo; y nos encontraremos en la Cena de las Bodas del Cordero, habiendo ya terminado nuestra labor; y entonces recibiremos los galardones y las palmaditas de espalda. Por ahora lo que necesitamos es trabajar. El que siembra, el agricultor, antes de recibir las bendiciones del fruto, primero tiene (que ¿qué?) que trabajar; y así es con nosotros también. Y luego recibiremos las bendiciones de Cristo, las palabras hermosas de Cristo, que nos dirá: “En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré; entra en el gozo del Señor”[23](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote23sym). Así que examinándonos nosotros mismos, caminemos hacia adelante. A cada uno le toca examinarse a sí mismo, para que cuando después Cristo nos examine: estemos bien. Y caminemos hacia adelante en la Obra de Cristo, trabajando con toda nuestra alma, y dándole gracias por el privilegio que Él nos ha dado en este tiempo final. San Pablo deseó vivir en este tiempo… ¿Cómo que San Pablo deseó vivir en este tiempo? ¡Claro que sí! ¿No dijo él[24](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote24sym): “Yo quisiera estar ausente del cuerpo y presente a Dios, pero prefiero ser revestido (no desvestido, revestido); prefiero permanecer acá y ser revestido (o sea, ser transformado)”? Deseó vivir en nuestro tiempo. Y también nuestro hermano Branham deseó vivir en nuestro tiempo. Todos desearon vivir en nuestro tiempo. Y ahora a nosotros nos ha tocado vivir en este tiempo. Es un privilegio que Dios nos ha dado a todos nosotros, de vivir en este tiempo para estar trabajando brazo a brazo con Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Ángel del Pacto en Su Obra correspondiente a este tiempo final. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta tarde, dándoles testimonio de todas estas cosas del Programa de Dios. Y ya les veré en la actividad de la tarde o de la noche, la cual será ¿dónde? Aquí mismo. Así que oren por mí. Ya la garganta se me está arreglando. Es que, como que pesqué un resfriado en uno de los sitios…, y así como se desafinan las cuerdas de una guitarra, se desafinaron todas las cuerdas de la garganta. Y ayer, no se si notaron ustedes que mientras hablaba, y los días anteriores, estaba hablando, de momento tenía la voz gruesa y de momento se ponía tan finita, y cambiaba la… y tenía que otra vez hablar lo mismo para que quede más o menos el mismo tono; pero es un problema hablar así todo desafinado. Quizás algunas personas piensan que es el equipo, pero más bien son las cuerdas; pero ya pues, Dios me las está otra vez afinando. Todo el problema, vean ustedes, es flema que se me coloca ahí en la garganta, en las cuerdas vocales, y entonces se desafinan. Eso usted lo puede notar en la guitarra, si usted sabe tocar guitarra; y un nene (o algo) le pone las manos en las cuerdas cuando usted toca, ya pues están todas… el sonido es opaco; y si le coloca algo de metal en cierto sitio, entonces las notas salen más vibrantes o agudas; o sea, hay una variación. Y así es en las cuerdas, parece, de uno. Pero Dios me ha estado ayudando. Yo sé de uno que tenía un problema así y no quería llevar el Mensaje; pero miren, tuvo problemas. Ese fue Moisés. Pero Dios me ha ayudado a tal grado que, aun teniendo problemas en la garganta, en algunas ocasiones problemas bien difíciles, que son para uno no hablar en público, pero aun he dado el Mensaje que Él me ha dado para cada una de esas ocasiones, y Dios me ha ayudado en todo; y me seguirá ayudando. Aun con todos esos problemas, aun cuando los he tenido más difíciles, el Mensaje no ha tenido problema; o sea, la revelación ha venido como si no tuviera problemas en la garganta. Luego cuando queda escrito, ahí no aparece; pero el que escucha la grabación, pues ahí se da cuenta que tenía un poco de problema cuando estaba hablando. Pero en todo esto, todas las cosas obran para bien, todo eso está relacionado al tema, a lo que… a la página 472 de *Los Sellos*; la leen, y después ustedes saben el por qué algunas veces surgen esas dificultades. Pero todo eso Dios lo permite. Yo no quisiera, pero suceden estas cosas. Y por cuanto todo obra para bien, pues todo queda dentro de esa forma que Dios quería. Miren, Dios quería a Moisés así con ese problema; era Su mensajero y Dios lo iba a usar así. Pero todo eso iba a verse tan simple, hablándole al faraón y hablándole al pueblo hebreo, y Moisés no quería hablar así, tenía el problema para hablar. Y es lo que algunas veces pasa: que no queremos hablar porque queremos… no queremos hablar con problemas, porque queremos hablar clarito, de modo que los que escuchan escuchen algo nítido; pero con Dios las cosas son diferentes. Con Dios, vean ustedes, Dios puede usar a una persona sin problemas o con problemas en la voz, y Dios ser glorificado en esa simplicidad. A través de una persona como Moisés, con problemas hablando. ¿Era qué, Miguel? Tardo para hablar (eso es), tardo para hablar, tartamudo, que para hablar diez palabras necesita el tiempo que una persona normal… el tiempo que una persona usa para hablar 50 palabras, las usaría una persona para hablar 10 palabras. Pero el Mensaje de Dios iba a venir en esa forma: por medio de un hombre que tenía ese problema. ¿Pero saben ustedes una cosa? Que ahí en la voz de Moisés iba a estar aplicada la ley de la repetición, se la iba a aplicar Dios ahí mismito; así que no iba a tener problema. O sea que, vean ustedes, Dios obra en forma que para la mente humana no es lógico. Miren, ¿no dice?…, ¿en lengua de qué? “En lengua de tartamudos hablaré a este pueblo”[25](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote25sym); y Moisés no se dejó usar para ser ahí el tipo y figura de lo que Dios haría más adelante; pero Dios amaba y ama mucho a Moisés, fue el hombre más humilde de todo el pueblo hebreo; y nosotros amamos mucho también a Moisés, y lo vamos a encontrar, y vamos a hablar con él también. Y cuando hablemos con él, a lo mejor él nos diga: “Yo creo que ustedes eran el pueblo que Dios me dijo que me daría en lugar del pueblo hebreo”[26](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote26sym). Un pueblo mayor que el pueblo hebreo es la Iglesia del Señor Jesucristo. Pero vamos a dejar eso quietecito ahí, no vamos a entrar en esos detalles ahora, porque Moisés nos diría (cuando estemos hablando con él): “Pero, gracias a Dios que envió mi ministerio para el Día Postrero”. Bueno, vamos a dejar por aquí a Miguel. ¿Tirzo iría allá a la otra actividad? Ya está en la otra actividad. Ya me dieron un descansito acá, para estar acá y descansar un poquito, y recuperarme para la actividad de la noche; lo cual le agradezco a Andresito y también a Miguel por darme este descansito; y también espero que los hermanos en la congregación allá donde tenía que estar lo comprendan. Y espero que para esta noche Dios nos dé mucha Palabra, mucho Maná, del Maná que Él tenía escondido. ¿Y cuál es el tema de la noche, Miguel? Benjie lo debe tener por ahí: “EL TESTIMONIO DE LAS OBRAS”. Ese es un tema en… bajo este tema, pues hay mucho de lo cual puede ser hablado, y esperamos que Dios pues nos hable mucho acerca del testimonio de las obras. Recuerden que las obras es fe expresada, son las obras de la fe. Las obras que son obras de fe, son buenas; pero obras que no tienen nada que ver con la fe, la revelación, ya esas son obras humanas. Vamos a dejar eso quietecito ahí, porque si no, se nos entrelaza la actividad de la noche con esta; y es mejor pues esperar un poquito hasta la noche. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, y dejo nuevamente con nosotros al reverendo Miguel Bermúdez Marín. **“EXAMINÁNDONOS NOSOTROS MISMOS”.** *\[Revisión noviembre 2020\]*
[1](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote1anc) San Mateo 3:11, San Lucas 3:16
[2](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote2anc) San Mateo 4:1-11, San Marcos 1:12-13, San Lucas 4:1-13
[3](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote3anc) San Juan 1:35-37
[4](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote4anc) San Juan 5:35-36
[5](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote5anc) Hechos 19:4
[6](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote6anc) San Juan 3:26-30
[7](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote7anc) Josué 10:12-13
[8](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote8anc) San Juan 8:12
[9](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote9anc) San Mateo 11:2-6, San Lucas 7:18-23
[10](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote10anc) San Juan 4:26
[11](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote11anc) San Juan 9:1-7
[12](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote12anc) *Citas*, pág. 77, párr. 668
[13](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote13anc) San Mateo 11:11, San Lucas 7:28
[14](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote14anc) San Marcos 6:16, San Mateo 14:2, San Lucas 9:7
[15](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote15anc) San Marcos 6:15, San Lucas 9:8
[16](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote16anc) San Mateo 16:13-20, San Marcos 8:27-30, San Lucas 9:18-20
[17](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote17anc) Éxodo 16:12-35
[18](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote18anc) Alimentación de los cinco mil: Mt. 14:13-21, Mr. 6:30-44, Lc. 9:10-17, Jn. 6:1-13 / Alimentación de los cuatro mil: Mt. 15:32-38, Mr. 8:1-9
[19](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote19anc) 2 Reyes 2:8-15
[20](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote20anc) San Lucas 1:41-44
[21](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote21anc) San Lucas 1:11-19
[22](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote22anc) 2 Corintios 9:6
[23](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote23anc) San Mateo 25:23
[24](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote24anc) 2 Corintios 5:1-10
[25](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote25anc) Isaías 28:11
[26](https://www.carpa.com/es/conferences/1999/04/examinandonos-nosotros-mismos#sdfootnote26anc) Éxodo 32:10, Números 14:12