--- title: 'Los gemelos de Dios' date: 1986-03-16 activity: 1 place: city: Cayey state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- … a ustedes, en esta hermosa mañana, para verles, saludarles y hablarles la Palabra correspondiente para este tiempo, para ver y entender las cosas en la forma que corresponde a nuestro tiempo. Reciban todos saludos de los hermanos de México, de Guatemala, y también de Costa Rica, quienes les aman en grande manera. En esta mañana quiero leer un pasaje, y es un pasaje muy conocido por nosotros, dice en el Evangelio según San Mateo, en el capítulo 24, capítulo 24 del Evangelio según San Mateo, verso 30 en adelante, dice de la siguiente manera: *“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el Cielo; y entonces* (se) *lamentarán todas las tribus de la tierra* (el lamento de todas las tribus de la Tierra viene después que se ve la señal del Hijo del Hombre en el Cielo)*, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del Cielo, con poder y gran gloria.* *Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del Cielo hasta el otro.* *De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.* *Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.* *De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.* Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita comprenderla, y nos permita no solamente entender ese pasaje, sino este pasaje también que quiero leerles, en San Lucas, capítulo 21 y verso 36, que dice: *“Velad, pues* (velad ¿por qué? Por la Venida del Hijo del Hombre)*, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán…”.* Los juicios de la gran tribulación, las cosas o el lamento que tendrán todas las tribus: “Entonces se lamentarán todas las tribus de la Tierra”. Entonces que seamos tenidos por dignos de escapar de esas cosas que les va a causar lamento a todas las tribus de la Tierra, que son los juicios apocalípticos de la gran tribulación. *“… que* (seamos) *tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”.* En estos días ya se está viendo el cometa Halley, y en Puerto Rico es uno de los sitios que se está viendo muy bien. Yo, allá en Guatemala, estuve en estos días pasados (yo creo que fue por ahí el lunes o martes, para verlo), y solamente se ve un puntito con un poco de resplandor; pero acá en Puerto Rico se ve muy bien, y he venido acá y estoy acá con ustedes, y quiero ver el cometa también desde acá, desde Puerto Rico, que es uno de los sitios, actualmente, por acá del área que está en un lugar en donde se puede ver bastante bien. Y yo quiero verlo también, ya compré unos binoculares, aunque tenía unos acá que los mandé a limpiar y eso; pero allá en Guatemala compré unos binoculares con zoom, para verlo mucho mejor, porque con los binoculares (los gemelos que les llaman), puedo verlo mucho mejor. Y yo no quiero perder este privilegio que tiene esta generación: de ver esa gran señal en el Cielo. Para después volver a ver esa señal se necesitan 76 años. Así que yo deseo verlo en estos días que está al alcance de la vista de los seres humanos; y con los gemelos o binoculares se ve mucho mejor, más claro. Y los binoculares lo que hacen es traer la imagen más cerca de uno, y uno puede verlo mucho mejor, porque es más difícil ir hasta él; porque se necesitan entonces cohetes y estas cosas para llegar hasta él. Pero a través de estos gemelos (los binoculares) podemos verlo mucho mejor, a eso de las 4:00 de la mañana ¿es?, desde las 4:00 hasta las 5:00 de la mañana o 5:30, se está viendo todos los días. Y ya dentro de poco va a desaparecer un poquito, y después aparece de nuevo, más arriba en el Cielo. Eso nos los estuvo explicando un ingeniero allá en el observatorio, del gobierno de allá de Guatemala. Y esto pues es bueno saberlo. Y es bueno saber que en estos días está a la disposición de nuestra vista, de todos aquellos que deseen verlo, pero tienen que madrugar. Así que siendo esta una señal grande, y diciendo algunos científicos y algunas revistas y periódicos y los medios de información, diciendo que tenemos de nuevo la Estrella de Belén; porque creen que fue el cometa Halley la misma Estrella de Belén dos mil años atrás que apareció en el Cielo, y que era la señal de la Primera Venida del Hijo del Hombre. Los magos decían: *“¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente…”* \[San Mateo 2:2\]. Y hoy en día estamos viendo en el occidente esa señal. Bueno, todos ya sabemos que siendo la Estrella de Belén la señal del Hijo del Hombre, de la Primera Venida, mostrando que estaba cumplida, realizada en medio del pueblo hebreo, el pueblo que tenía la promesa de la Primera Venida del Señor, la Primera Venida del Hijo del Hombre, y apareciendo esa señal en el Cielo; estando hablada también en la Biblia que una estrella saldría de Jacob \[Números 24:17\]; el pueblo hebreo tenía la Escritura que le decía esas cosas. Y tenía también el Cielo, que es la primer Biblia, que también le decía lo mismo: Que la Venida del Mesías, la Venida del Hijo del Hombre estaba realizada en esos días en la Tierra; pero Su ministerio todavía no estaba comenzando, se necesitaron unos, casi 30 años para comenzar Su ministerio; pero ya la señal estaba en el Cielo dando testimonio que el velo de carne, el instrumento en donde todas esas promesas se estaban ya comenzando a cumplir, estaba en la Tierra. Y eso es muy importante, porque las personas muchas veces quieren ver el final de lo que se va a cumplir en la Venida del Hijo del Hombre y no pueden ver el comienzo de la Venida del Hijo del Hombre. Y si no ven el comienzo, el final tampoco lo pueden ver; porque se va en una forma progresiva, se va creciendo en el cumplimiento de esa promesa. O sea que por alguna Escritura tiene que comenzar el cumplimiento de esas promesas; y a medida que va pasando el tiempo, más Escrituras se van cumpliendo en la persona en donde está esa promesa divina para ser realizada. Así pasó con el Señor Jesús, muchos esperaban la Venida del Hijo del Hombre, la Venida del Mesías como un rey, pero ya lo esperaban coronado, lo esperaban con todos los ángeles, lo esperaban ya con Su vestidura de rey; y cuando apareció, apareció como un niño naciendo, un infante naciendo de una virgen; pero así estaba prometido. Así que en Jerusalén se quedaron esperando que llegara, quizás en un caballo blanco, vestido como un guerrero, como un rey, pero eso no era para aquellos momentos. Aquellos momentos tenían que cumplirse las primeras Escrituras que decían: *“la virgen concebirá…”* \[Isaías 7:14\], y después de nueve meses normalmente es que nace un niño, después de los nueve meses, de pasar ese proceso, entonces: “dará a luz un niño”; y tendría todos esos títulos o atributos: Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros; Padre Eterno, Príncipe de Paz, Dios Fuerte \[Isaías 9:6\]; todos esos títulos estarían en ese Niño. Pero la gente siempre falla en ver la simplicidad en que Dios cumple todas Sus promesas. Cuando Dios promete algo grande, usted tiene que entender que comienza a cumplirse, eso grande en forma sencilla y en cosas pequeñas. Y comienza siempre… lo grande de Dios comienza siempre pequeño. El Señor, el Mesías, el Hijo del Hombre, dos mil años atrás comenzó en una célula, comenzó en forma microscópica el cumplimiento de esa promesa divina en esta Tierra cuando comenzó a materializarse, comenzó en forma tan pequeña que se necesitaba un microscopio para ver esa célula, y tampoco la podían ver, porque estaba en el vientre de una virgen. Recuerden que esa virgen representa a la Esposa del Cordero. Mientras estuvo ahí dentro nadie le podía ver, y nadie podía saber que era el Hijo de Dios, solamente ella lo sabía y también José lo sabía, solamente dos personas aquí en la Tierra sabían que era el cumplimiento de una promesa divina, la promesa mesiánica para aquel tiempo, nadie más sabía de lo que se trataba todo eso; y ellos no podían estar comentando mucho, porque les iban a llamar a ellos: “Locos”; y entonces iban a pensar mal de María y de José. Imagínese que se pusieran a decir, José y María, él…: “Lo que María tiene…”, que José se pusiera a decir: “Lo que María tiene en su vientre no es mío”, podía decir José, y era cierto, pero lo iban a malinterpretar. Y si María decía: “Tengo un hijo concebido en mi vientre, y no es de José”; ¡tremendo problema y oprobio que iban a echar sobre María y sobre José! Así que la situación se veía bastante difícil, pero era el cumplimiento en su comienzo de la promesa más grande que el pueblo hebreo tenía para aquel tiempo. Y recuerden que siempre que una promesa mayor en el Programa Divino está en el proceso para su cumplimiento, la situación y las condiciones son bastante complicadas, bastante difíciles, y la explicación más difícil todavía; porque es algo increíble, porque no tiene explicación científica, no tiene explicación humana; solamente hay una explicación y es la explicación bíblica, y esa explicación algunas personas no la pueden recibir, porque no la pueden entender. Así que las promesas divinas…, y mientras más grandes las promesas divinas son, más complicado es el cumplimiento de ellas para la gente comprenderlas. Pero recuerden ustedes, solamente José y María sabían lo que estaba aconteciendo; y al principio José no estaba muy de acuerdo, tuvo que venir el Ángel del Señor y decirle: “No tengas tú preocupación, lo que hay en ella no es tuyo, pero tampoco de otro hombre; es de Dios, es una creación divina, es conforme a la promesa divina” \[San Mateo 1:18-24\]; y como era conforme a la promesa divina, entonces, aunque José no entendía mucho, él entonces estaba de acuerdo, aunque podía ser criticado. Mejor era que se quedara callado la boca y no tratara de explicar nada, porque se le complicaba la situación. Así son las cosas en el Programa Divino, son conforme a la Mente Divina y no conforme a la mente humana; y Dios hace como Él desea hacer, sin pedirle permiso a los seres humanos. Él tiene un Programa, y en ese Programa es en el cual Él está ocupado desde su comienzo, nunca lo ha abandonado y nunca lo va a abandonar, como Él ha dicho así Él hará. Él no se arrepentirá de lo que Él ha planificado; y nadie le estorbará, nadie logrará impedir que Él haga lo que Él tiene planificado. Muchas personas piensan que le pueden interrumpir, estorbar a Dios lo que Él tiene programado, pero eso no es así, ya Él lo planificó desde antes de la fundación del mundo, y Él lo ha estado llevando a cabo, cada cosa en su tiempo señalado. Y quien haya tratado de interrumpir, de impedir que Dios haga como Él ha dicho, se ha colocado en el lugar de Faraón; y lo que ha sucedido es que la gloria de Dios y el juicio de Dios sea manifestado, para mostrar que además de Dios ser amor \[1 de Juan 4:8\], es también Fuego consumidor \[Hebreos 12:29\]. Así que a Dios no hay quién le gane una, menos, tantas cosas que Él tiene para hacer, no hay quien se lo impida. Usted y yo lo único que podemos hacer es estar de acuerdo con el Programa Divino, verlo en la Palabra, ver lo que Él tiene prometido y acoplarnos a ese Programa Divino; porque es la mejor posición que podemos adoptar como seres humanos. Porque, ¿quién le impedirá a Dios hacer lo que Él quiere hacer? Así que lo mejor es colocarnos en la posición correcta, ser vasos de honra y no vasos para juicio y destrucción \[Romanos 9:20-21\]; porque hay vasos para gloria de Dios y hay vasos para que el juicio divino se manifieste en ellos. Todos queremos que se manifieste la misericordia de Dios en nosotros. Así que eso es lo que deseamos, eso es lo que queremos, y eso es lo que podemos obtener cuando nos acoplamos al Programa Divino: lo podemos ver, lo podemos entender, y podemos estar brazo a brazo con Dios en ese Programa. Y decirle a Dios: “Nosotros somos y queremos ser siempre colaboradores, trabajadores en Tu Obra, en Tu Programa, que tienes para este tiempo”. Revisando a través de la historia humana encontramos que todos los que se han colocado al lado, brazo a brazo con Dios —de Su Programa— han tenido la victoria con Dios y delante de Dios son vencedores. Los que se han colocado en contra, aunque aparentemente han salido bien, sabemos que han salido muy mal, porque aún sus nombres han sido borrados del Libro de la Vida. Así que lo mejor es estar de acuerdo con el Programa Divino, lo entendamos bien o entendamos un poquito, pero mejor es que estemos de acuerdo con Él en todo. Y recuerden que Él no va a hacer nada sin que antes lo haya revelado a Sus siervos los profetas \[Amós 3:7\]. Por lo tanto, aquí tiene que estar todo lo que Dios tiene para hacer en este tiempo; fuera de lo que Él dice aquí, Él no puede hacer, porque estaría haciendo algo que no ha sido hablado, o sea, estaría haciendo algo que no está en Su Programa. Así que podemos entonces seguirle a Dios, seguirle el rastro a Dios, a través de las diferentes generaciones, podemos seguirle el rastro a Dios en todo lo que Él ha estado haciendo hasta nuestro tiempo, y ver a Dios en nuestro tiempo haciendo Su Obra, como dice la Escritura: “Su extraña Obra” \[Isaías 28:21\]; porque la Obra que Dios ha hecho en cada generación ha sido extraña para los seres humanos. Y la Primera Venida del Hijo del Hombre fue tan extraña, que dice la Escritura: “A los suyos vino, y los suyos no le recibieron” \[San Juan 1:11\]. Fue algo tan extraño para el pueblo hebreo que la Venida del Mesías, del Hijo del Hombre, del Rey que ellos estaban esperando fuese en esa forma, que no lo podían creer. Decían: “Este… ¿no es este el hijo de José y María?” \[San Mateo 13:55, San Juan 6:42\]; pues miren, no era el hijo de José. Él decía: “De Dios he venido” \[San Juan 8:42\]. Él decía: “Mi Padre está en el Cielo” \[San Mateo 7:21, 10:32, 12:50, 18:19\]. “Hijo de Dios soy” \[San Juan 10:36\], no hijo de José. Por eso Él decía: “En los negocios de Mi Padre me conviene estar” \[San Lucas 2:49\]; aunque Él era un carpintero, porque José era carpintero, su negocio no era trabajar como carpintero, aunque conocía la carpintería; pero Su negocio era hacer la Obra de Dios para aquel tiempo, o sea, cumplir todas las promesas del Mesías que están señaladas para aquel tiempo. Y en cada ocasión Él iba cumpliendo cada una de esas promesas: Tenía que nacer en Belén de Judea, pues nació en Belén de Judea. Tenía que ser nazareno, pues entonces tuvo que criarse en Nazaret. Tenía que ir a tal o cual lugar, pues iba a tal o cual lugar: tuvo que ir a Zabulón y Neftalí, porque allí había una Escritura para ese lugar, que decía: Neftalí y Zabulón, camino del Jordán, al otro lado del Jordán; o sea, Galilea de los gentiles. Vamos a leerlo aquí, para que ustedes vean por qué Él tenía que hacer así y pasar a ese lugar. Dice en el Evangelio según San Mateo, capítulo 14 o capítulo 4 y verso 15 del Evangelio según San Mateo, dice de la siguiente manera… del verso 12 en adelante del Evangelio según San Mateo, capítulo 4, verso 12 en adelante, dice: - ``` “Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea…”.* ``` Para todas las personas fue una acción de miedo, quizás, o de precaución, porque ya habían tomado preso a Juan; y Él entonces era la próxima persona que sería tomada presa; se fue a Galilea. Pero vean ustedes que aunque aparenta ser que estaba huyendo, por precaución, para que no le tomaran preso también, dice: *“… y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí,* *para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías…”.* Aún, aunque parecía estar huyendo, para que se cumpliese la Escritura Él tenía que llegar a ese lugar en una forma o en otra forma; aunque fuese huyendo, pero tenía que llegar. *“… para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:* *Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,* *Camino del mar, al otro lado del Jordán,* *Galilea de los gentiles;* *El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;* *Y a los asentados en región de sombra de muerte,* *Luz les resplandeció.* *Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los Cielos se ha acercado”.* Ahora, vean ustedes, para que se cumpliese esa Escritura tuvo que llegar hasta ese lugar. Así que hay muchas cosas que ocurren, que parecen ser, o meras casualidades, o que parecen ser que la persona se mueve por conveniencia, o por protegerse, o por precaución; pero al moverse llega a un sitio en donde había una promesa para ese sitio y se le cumple esa promesa a ese lugar o a esas personas. Y en la vida de Jesús hay un sin número de acontecimientos que fueron para que se cumpliese la Escritura \[San Mateo 1:22, 2:15, 4:14, 8:17, 12:17, 26:54; San Lucas 22:37, 24:44; San Juan 15:25, 17:12, 19:28, Hechos 1:16\], y Él decía en algunas ocasiones: “¿Y cómo entonces se van a cumplir las Escrituras si esto no acontece en esa forma?” \[San Mateo 26:54\]. Así que aun cuando uno de Sus discípulos le vendió, le entregó, también fue para que se cumpliese la Escritura \[San Mateo 26:24, 27:3-10; Zacarías 11:11-13\], ya estaba escrito que sería así, y alguien tenía que cumplir esa Escritura; y Él tenía entonces que morir, para entonces poder llevar a cabo la Obra de Redención como el Cordero de Dios. Así que cuando se llega el tiempo para que se cumplan las Escrituras señaladas para el tiempo, el que vive en ese tiempo tiene que caminar con sus ojos espirituales bien abiertos, porque toda Escritura prometida para ese tiempo se va a cumplir; y algunos van a malinterpretar muchas cosas, porque no estará conforme al nivel del pensamiento humano, sino en el nivel del pensamiento divino. Y usted y yo tenemos entonces que conocer el pensamiento divino y adaptarnos a la forma de Dios pensar; porque si nos ponemos a luchar con nuestra forma de pensar, entonces vamos a encontrar que Dios es injusto, y Dios no es injusto \[Deuteronomio 32:4; Hebreos 6:10; 1 Juan 1:9\]; vamos a pensar que Dios no está haciendo las cosas bien, vamos a pensar que no vale la pena servir a Dios, vamos a pensar que lo mismo da creer o no creer; pero esa es la forma de pensar humana, es la forma mezquina de pensar la mente humana. Y yo le preguntaría: ¿Y de qué le vale a usted pensar en esa forma mezquina, egoísta, y perder todos los derechos a la vida eterna, todos los derechos a vivir por toda la eternidad con un cuerpo eterno, glorificado como el del Señor Jesucristo, sin más problemas en la vida? ¿De qué le valió entonces a usted tratar de ser más justo que Dios, tratar de decir que la forma de usted pensar es mejor que la de Dios? Mire, usted es tan inteligente humanamente, que usted no puede heredar el Reino de Dios, porque usted quiere ser más inteligente que Dios, quiere saber más que Dios; y usted nunca podrá saber más que Dios. Imagínese que la mente que tenemos nosotros va a ser cambiada, todo va a ser cambiado, porque con lo que tenemos no podemos llegar a ningún lugar, todo va a ser cambiado: un cuerpo nuevo, un espíritu nuevo, todo será nuevo; y entonces ya entenderemos mucho mejor la forma de Dios pensar. Mientras tanto, tenemos la Escritura para que nosotros nos dejemos llevar por la Escritura; y en cada cierto tiempo Dios envía un mensajero para que nos dé Su Mensaje, nos dé a conocer la forma de Dios pensar para el tiempo en que uno vive, y le dé a conocer las promesas que Dios está cumpliendo en ese tiempo, de acuerdo a la mentalidad divina y no a la mentalidad teológica de los doctores en divinidad, no de acuerdo a la mentalidad humana de los grandes maestros de esta Tierra. Miren ustedes, en el tiempo del Señor Jesucristo estaba la mentalidad divina en Jesús manifestándose, anteriormente estuvo en Juan el Bautista; pero también estaba la mentalidad intelectual, teológica, en el sumo sacerdote y en los doctores de la Ley, en los levitas, o sea, sacerdotes de aquel tiempo. Y aquella mentalidad no estaba de acuerdo con el Programa que Dios tenía para aquel tiempo, aunque eran maestros de religión, aunque eran los instructores religiosos de aquel tiempo en el pueblo hebreo; sin embargo, servían para todo, menos para instruir correctamente al pueblo para que vieran y entendieran lo que Dios estaba haciendo en aquellos días. La enseñanza que ellos tenían para aquellos días con relación a lo que Dios estaba cumpliendo en el pueblo, era contraria a la realidad: se levantaron en contra ¿de quién? de Jesús de Nazaret, el cumplimiento de la promesa mesiánica para aquel tiempo. “A los suyos vino, y los suyos no le recibieron” \[San Juan 1:11\]. “Vino sin atractivo para que le desearan” \[Isaías 53:2\]. Si hubiera venido como el sumo sacerdote, hubiera sido el sumo sacerdote de aquel año conforme a la Ley, de acuerdo a la descendencia de Leví, pues todos le recibían, porque automáticamente al sumo sacerdote todos le recibían como sumo sacerdote, y escuchaban su mensaje y hacían y obedecían lo que el sumo sacerdote dijese conforme a lo que él entendía. Pero, sin embargo, el sumo sacerdote en aquel tiempo, con todo lo que sabía y con todo el título que tenía, que era el más grande en medio del pueblo de Israel, con todo y eso no servía para nada en cuanto al Programa de Dios, para guiar al pueblo hacia el cumplimiento de la promesa mesiánica en la persona del Señor Jesús, más bien estaba en contra del Mesías, en contra del Señor Jesucristo. Eso fue una desgracia para el sumo sacerdote de aquel tiempo, de en medio del pueblo hebreo, de la religión hebrea. Siempre que termina una edad o una dispensación, los ministros, encabezados por el líder máximo de esa religión y de esa dispensación, se levantan en contra del líder que comienza una nueva dispensación, y se levantan en contra del Mensaje que trae ese mensajero para introducir esa nueva dispensación. Eso siempre ha sido así: los de una dispensación o edad que pasó, persiguen a los de la nueva edad y dispensación, porque se dan cuenta que ya lo de ellos no sirve, sino que hay algo nuevo y se tienen que sujetar a lo nuevo que Dios tiene, y al mensajero nuevo que Dios trae, y de él es que tienen que recibir el nuevo Mensaje, y acoplarse a la nueva dispensación en la forma en que él la establezca; y olvidarse de la antigua edad o dispensación, y de las cosas que correspondían a esa dispensación pasada: se tienen que olvidar de todo y comenzar de nuevo, siendo enseñados por el mensajero de esa nueva edad o dispensación, el cual les establece cómo es que se va a hacer y cómo es que se va a creer en esa nueva edad o dispensación. Eso fue lo que pasó con el Señor Jesucristo: Él siendo El mensajero de una nueva edad y dispensación, de una nueva dispensación: la Dispensación de la Gracia, los de la Dispensación de la Ley no estaban de acuerdo, el sumo sacerdote tampoco estaba de acuerdo; tener que reconocer a Jesús como el líder máximo de Israel, el líder máximo religioso, eso quitaba al sumo sacerdote de su posición y colocaba al Señor Jesús sobre el sumo sacerdote. El sumo sacerdote estaba para servirle a Jesús. Y Jesús no había ido a los institutos ni seminarios de la religión hebrea, no era un ministro ordenado por la religión hebrea, ni siquiera era un levita para ser un sacerdote, un rabino. Le decían “Rabí” o “Rabino”, y no era rabino, porque no era de ninguno de sus institutos, ni de ninguno de sus seminarios teológicos, ni siquiera era de la descendencia de Leví para ser un sacerdote. Así que le llamaban “Rabí”, “Maestro”, y sin embargo ni había aprendido con ellos, con la religión de su tiempo, no había ido a sus institutos o seminarios o universidades, para aprender religión. Por eso decían: “Y de dónde saca Él esta doctrina, esta enseñanza, si no ha estudiado”. O sea, no había estudiado con ellos. Y Jesús decía: “Mi enseñanza, Mi doctrina es del que me envió, es del Cielo” \[San Juan 7:15-18\]. Y ese era todo el problema; porque no es lo mismo lo que enseñan en un seminario, un instituto, una universidad, no es lo mismo a lo que se enseña en el Cielo, en donde Dios enseña a Sus mensajeros, de donde viene la enseñanza de esos mensajeros. Por eso Él decía: “Mi doctrina es del Cielo”. “Y si ustedes no pueden creer en Mí, crean a las obras; porque ellas dan testimonio de Mí” \[San Juan 5:39, 14:10-11\]. Porque las obras que Él hacía, Él decía: “No las hago de Mí mismo, sino que el que me envió me muestra lo que yo debo hacer. Y como yo veo al Padre obrar, así es que yo obro; así que estas no son mis obras, sino las de Aquel que me ha enviado, el cual dijo que las haría y las está haciendo a través de mí; me muestra lo que yo debo hacer, y entonces Él hace estas cosas a través de mí” \[San Juan 5:19\]. Y Él dijo también: “Y la Palabra que yo hablo no la hablo de Mí mismo, sino que lo que yo oigo al Padre hablar, eso es lo que yo hablo” \[San Juan 12:49\]. Por eso orando, Él dijo: “Padre, la Palabra que me diste les he dado; y ellos la recibieron” \[San Juan 17:8\], Sus discípulos. No la palabra humana, intelectual, conforme al pensamiento humano, sino divina, del Cielo, conforme al pensamiento divino. Esa fue la Palabra que Jesús le daba al pueblo. Por eso Pedro, en una ocasión, cuando Jesús dijo: “Se quieren ir ustedes también?”. Pedro le dijo: “¿Y a quién iremos? ¿Al sumo sacerdote, a los levitas, a los sacerdotes que lo que predican es religión, y religión, y más religión?, y de eso ya tenemos muchísimo, todas las sinagogas enseñan religión, todos los predicadores enseñan religión, pero tú tienes algo que ellos no tienen. Ellos enseñan conforme a como les enseñaron allá en los seminarios, conforme a la mente humana; pero tú tienes una enseñanza muy diferente, y Tu Palabra no es cualquier palabra: Tú tienes palabras, pero Palabras de vida eterna” \[San Juan 6:67-69\]. Siempre el Mensaje que viene del Cielo, que es revelado por Dios al mensajero de cada edad o dispensación, esa Palabra es Palabra de vida eterna. Por eso Dios dijo a Moisés y Moisés le dijo al pueblo: “Profeta como yo (dijo Moisés), os levantará el Señor vuestro Dios, de entre vuestros hermanos”. Y Dios dijo: “Y pondré mi Palabra en su boca, y él hablará todo lo que yo le mandaré. Y cualquiera que no escucharé lo que él hablare en Mi Nombre, yo le pediré cuenta. Yo le desarraigaré del pueblo” \[Deuteronomio 18:15-19\]. Así que no es cualquier cosa vivir en un tiempo en donde Dios coloque Su Palabra en la boca de un hombre, de un profeta, y él la hable. Toda persona está responsabilizado en escuchar ese Mensaje, y cualquiera que no escuche tendrá que darle cuenta a Dios, y será desarraigado del pueblo; o sea, su nombre será borrado del Libro de la Vida. O sea que la cosa no es simple, sino que es muy seria delante de Dios la situación para los seres humanos, cuando Dios levanta un hombre y pone Su Palabra en la boca de ese hombre. Por eso Moisés dijo en esa Escritura, él luego de decir que Dios levantaría profeta de en medio del pueblo, dice \[Deuteronomio 18:15\]: *“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él* (oíd)*…”.* No dijo al sumo sacerdote, no dijo a los sacerdotes y levitas, sino: *“a él oíd”*. Y en cada edad, ¿a quién se debe oír? Al mensajero que Dios levanta y pone Su Mensaje en la boca de ese mensajero para hablarla al pueblo. No dice: “A todos los ministros escuchen, ni a los ministros principales”, sino al mensajero, al profeta que Él envía de en medio del pueblo. Y para cada edad o dispensación levanta uno solo. Dice: *“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú* (ese es Dios hablando)*; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandaré.* *Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.* Así que el Mensaje sale para todos los seres humanos, todos tienen el privilegio y el derecho de escuchar ese Mensaje, nadie tiene el derecho de impedirle escuchar ese Mensaje. Y las personas no podrán decir: “Fue que mi religión a donde yo asistía, o mi secta religiosa, o mi ministro, el ministro-pastor, o el sacerdote me dijo que no escuchase”. No, aquí dice: “Les levantaré profeta de en medio de sus hermanos, pondré Mi Palabra en su boca, él hablará todo lo que yo le mandaré. Y cualquiera que no escucharé Mi Palabra que él hablare en Mi Nombre, yo le pediré cuenta”. Eso de las excusas, de que no querían que escuchase, de que no lo dejaron escuchar, eso no es excusa delante de Dios. Todo ser humano está responsabilizado delante de Dios para escuchar la Palabra de Dios en boca del mensajero que Dios envíe para la edad o dispensación en que vive. Cualquier persona que trate de impedirlo dará cuenta también a Dios; pero la persona como individuo es responsable por escuchar, para escuchar está llamado. Por eso dice: “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el espíritu dice a las iglesias” \[Apocalipsis 2:7, 2:11, 2:17, 2:29, 3:6, 3:13, 3:22\]; porque es un Mensaje para todas las iglesias, para todos los seres humanos. Así ha sido en todos los tiempos. Piense usted en el tiempo de Noé. En el tiempo de Noé se levantó ese anciano con un Mensaje, el Mensaje no era de acuerdo a la forma de predicar de las religiones de aquel tiempo y sectas religiosas; era un Mensaje más bien de juicio y destrucción, no era un Mensaje para animar a ninguna persona, sino era un Mensaje para alertar a todas las personas para que se prepararan para el juicio que iba a venir. Y todas las religiones lo que desean es animar a la gente a vivir, animar a la gente a ser buenas personas, animar a la gente a ir a la iglesia, animar a la gente a un sinnúmero de cosas (que son buenas), pero que no es el todo de la vida del ser humano, y no es el todo delante de la presencia de Dios. Porque una persona con todas esas cosas buenas, con todo y eso puede estar muy mal delante de Dios al rechazar el Mensaje que Dios tiene para ese tiempo, y toda la justicia y todo lo bueno que haya sido la persona, eso no le cuenta delante del Señor. Por eso cuando le preguntaron al Señor: ¿Qué haremos para hacer las obras de Dios? Quizás algunos pensaron que Él les iba a decir: “Bueno, que ayunen mucho, o que hagan tal y tal cosa”. Jesús les digo: “Que creáis…”. Y ¿qué vamos a creer? “… en el que Él ha enviado” \[San Juan 6:28-29\]. Allá decían: “Nosotros tenemos a Moisés, nosotros creemos en el que Dios envío: a Moisés” \[San Juan 5:46, 9:29\]; pero no se daban cuenta que estaban viviendo en otra dispensación. Y el Enviado de Dios para ese tiempo no era Moisés, era Jesús, y en ese era en el cual tenían que creer. Todos los que podían decir que creían en Moisés, eso no era válido si no creían en Jesús. Él les decía: “Si creyeran en Moisés, ustedes creían en mí, porque de mí habló Moisés. Así que si dicen que creen en Moisés, crean eso que Moisés dijo de mí. Moisés dijo que yo vendría, que Dios levantaría un profeta de en medio de ustedes, como él, y aquí estoy”; así era que tenían que creerle a Moisés: creyendo lo que Moisés había dicho del Mesías que vendría. Muchas personas se pasan la vida diciendo: “Yo creo la Palabra de Dios, yo creo en Dios, yo creo en todo lo que Dios ha dicho”, pero cuando se tropiezan con el cumplimiento de la promesa de Dios para su tiempo, dicen: “¡Jum!, eso, eso yo no lo puedo creer, porque yo creo que eso va a ser en esta forma, en esta otra forma”. Mire, eso es lo que la mente humana de la persona está creyendo, pero ¿por qué no cree de acuerdo a la forma de Dios pensar? ¿Y saben cuál es la forma de Dios pensar? La forma de Dios pensar es expresada aquí en la Escritura, y luego es expresada en el cumplimiento de lo que dice la Escritura. Y el cumplimiento de lo que dice la Escritura es la interpretación de esto que está escrito. La Escritura, la Biblia, la profecía, no es de particular interpretación, ninguna persona, ninguna persona puede decir: “Yo estudié en tal seminario, en tal universidad, y yo tengo derecho y yo puedo interpretar lo que dice aquí”. No, Dios es Su propio intérprete. Así que eso de que, porque han ido a los institutos, a las universidades, pueden tomar la profecía bíblica y decir: “Esto tiene que ser en esta forma, y Dios tiene que cumplirlo en esta forma, porque así nos enseñaron en las universidades o en los institutos o seminarios”, esa es la equivocación más grande que puede tener una persona, y es el engaño más grande en el cual puede estar. Y cuando Dios cumple lo que Él prometió, mire, esa persona, esa persona tiene tanto y tanto problema para creer y recibir lo que Dios prometió en su cumplimiento cuando Él lo cumple, porque tiene su cabeza llena de una interpretación privada, humana, y se ha hecho más daño teniendo esa interpretación privada que no teniendo ninguna interpretación, y esperando que Dios cumpla lo que prometió, para decirle a lo que Dios prometió, al verlo cumplido: “¡Amén, así es!, porque así lo estás llevando a cabo”. La correcta interpretación de lo que Dios prometió es su cumplimiento, y nuestra mente tiene que ser ajustada a la forma de Dios, tiene que ser ajustada nuestra forma de pensar a la forma de Dios cumplir Sus promesas. Eso fue lo que le pasó al pueblo hebreo: Se quedó con sus propias interpretaciones, interpretaciones privadas, de sus institutos, de sus seminarios, de sus grandes líderes, y perdió la interpretación de Dios. Dios dijo: “Y todos serán enseñados de Dios, porque yo mismo que hablo estaré presente” \[Isaías 52:6, 54:13\]. Allí estaba presente en Jesús de Nazaret: Dios enseñándole a toda la gente el cumplimiento de la promesa para ese tiempo, mostrándole la Venida del Hijo del Hombre en aquellos días. El Hijo del Hombre identificándose en esos días como el cumplimiento de las promesas mesiánicas para ese tiempo, y diciéndoles: “El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido…”; y comenzó a decirles las cosas para las cuales había sido ungido: Para anunciar el año de la buena voluntad del Señor, y para sanar a los enfermos, a los ciegos, a los cojos, y todas estas cosas que correspondían a Su Primera Venida. Y después diciéndoles: “Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos” \[San Lucas 4:18-21\], mostrándoles que se estaba cumpliendo en Él; pero ellos, en vez de llenarse de alegría se llenaron de ira. ¿Ve usted que no siempre que Dios cumple lo que Él prometió la gente está contenta?, sino que cuando Dios cumple lo que Él prometió, los que pueden ver el cumplimiento de esas promesas, echando a un lado las interpretaciones humanas, las interpretaciones privadas que le han dado en las diferentes religiones y sectas religiosas, son los únicos que se llenan de alegría y de regocijo, como se llenaron de alegría y de regocijo los discípulos del Señor cuando Él entró a Jerusalén en Su Entrada Triunfal aquel domingo; y decían todos: “¡Hosanna al Rey que viene en el Nombre del Señor!”, y tiraban sus mantos para que Él pasase en aquel burrito blanco \[San Mateo 21:1-11\]. Esos habían echado a un lado las interpretaciones humanas, la interpretación privada que tenían las religiones de aquel tiempo, y habían tomado la interpretación divina que Dios le dio a Sus promesas, cumpliendo esas promesas. Cuando ellos tenían a Jesús y creían que Jesús era el Mesías, ellos tenían la interpretación divina hecha carne, hecha realidad; eso era lo que valía para aquel tiempo. Las religiones perdieron su valor ante el cumplimiento de la promesa mesiánica del Señor Jesucristo. Por eso Jesús les decía: “¡Generación de víboras, serpientes!” \[San Mateo 12:34, 23:33\]; y eso se lo decía a los líderes religiosos y a las religiones de aquel tiempo. Y les decía: “¿Quién les enseñó a ustedes a huir del fuego del infierno?, ¿quién les enseñó a ustedes eso?” \[San Mateo 3:7\]. “Los seminarios les han enseñado a ustedes que porque son buenos van a entrar al Cielo, y van a evitar el juicio del infierno; pero eso que les han enseñado está equivocado. Si ustedes no creen que yo soy, en vuestros pecados moriréis” \[San Juan 8:24\]. Así que no era cosa de ser religioso en aquel tiempo, no era cosa de decir: “A Moisés nosotros tenemos” \[San Juan 9:28-29\], y: “A Abraham tenemos por padre” \[San Mateo 3:9, San Lucas 3:8\]; era cosa de creer lo que Dios estaba cumpliendo en aquellos días, o si no, tenían que responder ante la presencia de Dios, sino —dijo Jesús: “En vuestros pecados moriréis” \[San Juan 8:24\]. En ese pecado de incredulidad, por ser incrédulos a lo que Dios está haciendo, ustedes morirán. @0:55:47 Así que, vean ustedes, Jesús, aparentemente como que estaba en contra de las religiones organizadas de aquel tiempo, y de las sectas religiosas y de los ministros de aquel tiempo; pero más bien era que ellos estaban en contra de Él, siendo Él el cumplimiento de las promesas divinas. Y entonces Él, en Su defensa, defendiendo Su posición, y mostrando que era el cumplimiento de la promesa divina para aquel tiempo, entonces los colocaba en el sitio conforme… en el sitio que les correspondía. Ellos se hacían pasar por la religión del pueblo, los guías del pueblo en lo espiritual; pero guiando al pueblo en lo espiritual estaban apartando al pueblo de Dios manifestado en carne humana, de Emanuel. Vean ustedes lo que hacían las religiones y los líderes religiosos y el líder máximo de la religión hebrea, el sumo pontífice de aquel tiempo: en vez de acercar más el pueblo a Dios, lo que hacían era alejarlo más y más de Dios manifestado en carne humana, de Emanuel. Pablo decía: “Grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne” \[Primera de Timoteo 3:16\]. Y vean ustedes lo que hacían las religiones y los líderes religiosos y las sectas de aquel tiempo. Siempre ha sido así, siempre ha sido en esa forma. Por lo tanto, usted y yo no nos vamos a maravillar en este tiempo final cuando la bestia y la imagen de la bestia se levanten en contra del cumplimiento de las promesas divinas para este tiempo final en que nosotros estamos viviendo; porque ha de ser en esa forma al final. Y los Gobiernos de esta Tierra se van a levantar organizados en contra del cumplimiento de las promesas divinas para el fin del tiempo. Bueno, esto está aquí en Apocalipsis, capítulo 17 y verso 11 en adelante; dice: *“La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.* *Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.* *Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.* *Pelearán contra el Cordero* (ahí lo tienen)*, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes* (no Cordero como en Su Primera Venida; porque el Cordero en el fin del siglo, en el fin del tiempo, se convierte en el León de la tribu de Judá para reclamar todos Sus derechos)*; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.* Esto habla de lo que acontecerá al final. Los escogidos, los elegidos, serán perseguidos, y también el Cordero; ya no como Cordero sino como León de la tribu de Judá y Rey de reyes, también recibirá una persecución muy grande, dice, por estos reyes, y por la bestia, la imagen de la bestia también, todo esto al final. Pero, dice: “El Cordero los vencerá, porque es Rey de reyes y Señor de señores”, lo cual no saben los reinos de los gentiles, que el Señor ha tenido un cambio de ministerio y un cambio de dispensación también. @1:00:36 Por eso para el reino de los gentiles, lo que vio Daniel y vio Nabucodonosor: la Piedra no cortada de manos, la Piedra Angular, la Piedra de Ángulo, viene en Su Segunda Venida, y también para Su pueblo; pero para el reino de los gentiles viene para herir el reino de los gentiles en su última etapa: los pies de hierro y de barro cocido, para que finalice el reino de los gentiles y de lugar, de paso, al Reino del Señor Jesucristo, para que pueda venir el Reino Milenial \[Daniel 2:31-45\]. Y para que caiga el reino de los gentiles tiene que ocurrir la Venida de la Piedra no cortada de manos: la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, ¿para qué? Para proclamarle al reino de los gentiles su fin, decirle: “El tiempo ha terminado, el tiempo ya no es más para los gentiles”. Y entonces, con ese Mensaje estará anunciándole el día de venganza del Dios nuestro, todo con la Palabra hablada, porque dice que de Su boca sale una Espada para herir con ella a todas las naciones \[Apocalipsis 19:15\], herirla proclamándole el día de venganza del Dios nuestro; porque todo en el Programa Divino es por la Palabra hablada. O sea, no es asunto de tomar una bomba atómica, no es asunto de tomar aviones, cohetes, y todas estas cosas, y hacerle guerra a otra nación, sino que es asunto de hablar la Palabra; porque “los Cielos y la Tierra pasarán, mas Mi Palabra no pasará \[San Mateo 24:35\], sino que hará aquello para lo cual ha sido enviada” \[Isaías 55:11\]. Con la Palabra hablada es que se materializa todo el Programa Divino, y eso viene entonces por la Palabra creadora, que hace todo lo que está prometido para nuestro tiempo: trae las grandes bendiciones para los escogidos y trae los grandes juicios divinos apocalípticos para el reino de los gentiles. Así que todo eso viene por la Palabra hablada. Entonces usted y yo tenemos que comprender una cosa: que toda cosa que va a venir primero es hablada, primero es traída al pueblo, lo que va a acontecer; “porque no hará nada el Señor, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos los profetas”. Si Dios va a hacer algo en algún tiempo, tiene que tener un profeta en ese tiempo en el cual coloque Su Palabra, él la hable y entonces realice lo que fue hablado; y el pueblo no puede recibir ninguna bendición ni ningún juicio si no hay un profeta que hable esa Palabra, o de bendición o de juicio. Es una Trompeta, un Mensaje, hablando bendición para unos y maldición, juicio divino para otros. Ahora, ¿de qué lugar está usted? Juicio y maldición y plagas para los incrédulos; bendición divina para los creyentes. Y todo eso viene en el Mensaje que es proclamado. Por eso, para la bendición de todos los escogidos, usted y yo tenemos que comprender que viene en la forma que Dios ha dicho en Su Palabra. Muchas personas están esperando la Venida del Hijo del Hombre, están esperando oír una trompeta literal, están esperando ver literalmente ángeles con alas; pero la realidad de esto es que la Venida del Señor conforme a Su promesa, es como fue mostrada en el Monte de la Transfiguración, en donde el Señor se transfiguró y Su rostro brilló como el sol \[San Mateo 17:1-3; San Lucas 9:28-31\]; porque el sol es tipo y figura del Señor Jesucristo en Su Segunda Venida. Y aparecieron a cada lado los Ángeles del Señor. Dice el profeta Malaquías en el capítulo 4: “A los que temen Mi Nombre nacerá el Sol de Justicia” \[Malaquías 4:2\]; y allí en el Monte de la Transfiguración estaba el Señor mostrando el nacimiento del Sol de Justicia en Su Venida; o sea, mostrando la Segunda Venida del Hijo del Hombre allí. Y cuando apareció allí el Señor Jesucristo, aparecieron las alas con que dice que vendrá el Sol de Justicia, y con esas alas traerá salud a los que temen el Nombre del Señor. Salud es salvación, salud es redención, salud es la redención o transformación de nuestros cuerpos terrenales, para tener un cuerpo eterno glorificado como el del Señor Jesucristo. En Sus Alas es que viene esa salud. Ahora, allí está todo mostrado. También en otras ocasiones Él dijo: “Muchos de los que están aquí no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino, viniendo con Sus Ángeles” \[San Mateo 16:28\]. Viene con Sus Ángeles. Ahora, en el Monte de la Transfiguración, allí, a cada lado del Señor estaban Sus Ángeles; y cuando los discípulos le vieron… (porque un ángel es un mensajero), y cuando los discípulos vieron los Ángeles del Señor, lo que vieron fue, a cada lado del Señor, a Moisés y a Elías hablando con el Señor; porque el ministerio de Moisés y Elías es el ministerio de los Ángeles del Señor que vienen con Gran Voz de Trompeta juntando a todos los escogidos. Ahora, vean ustedes que la bendición para los escogidos del tiempo final, para ser llamados, para ser recogidos y preparados para la transformación, esa bendición viene en el ministerio de los Ángeles del Señor, en el ministerio de Moisés y Elías, que vienen con Gran Voz de Trompeta esos ministerios llamando a los escogidos. La Gran Voz de Trompeta es el Mensaje Final, es la Trompeta Final que dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 15, cuando dice \[verso 51\]: “He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no moriremos, no dormiremos; mas todos seremos transformados, a la Final Trompeta; porque será tocada la Trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero, resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos (¿qué?) transformados”. ¿Cuándo? A la Final Trompeta. Es imprescindible esa Trompeta Final, esa Gran Voz de Trompeta con la cual los Ángeles, el ministerio de Moisés y Elías llama a todos los escogidos. No es asunto de decir: “Yo tengo una religión o yo tengo religión, o yo soy muy bueno”. No es asunto de religión, es asunto de lo que Dios ha dicho para llamar y recoger a todos los escogidos; y para llamar y recoger a los muertos en Cristo y traerlos en la resurrección, y para transformar a los vivos en Cristo. Es el ministerio de los Ángeles del Señor con la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje Final, proclamándole que hemos llegado al fin del siglo, al fin de esta generación que dijo el Señor Jesucristo que no pasaría sin antes acontecer estas cosas que Él prometió \[San Mateo 24:34\]. Estamos viviendo en el fin de esta generación, está generación comenzó —para unos— en el 1946, y para otros en el 1948. En el 1946 el pueblo hebreo, la higuera que reverdeció, de la parábola de Jesús \[San Marcos 13:28\], fue establecida como una nación libre y soberana en el 1946. Y en el 48 fue reconocida por las Naciones Unidas como una nación libre y soberana, y fue recibida en las Naciones Unidas. Desde el 1946 hasta el 1986 van 40 años. Una generación consta de 40 años. Del 1948 al 1988 son 40 años; termine en este año 86 o en el 88, esta generación que dijo Jesús que no pasaría sin que acontecieron estas cosas: la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles y con Gran Voz de Trompeta Sus Ángeles llamando y recogiendo los escogidos. Ya sea en el 86 o en el 88 que termine esta generación, lo importante es que antes de terminar, estas promesas, estas profecías de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a los escogidos, tiene que estar cumplida. ¡No pasará, no terminará, sin que antes se cumplan estas promesas! Para ver el cumplimiento de estas promesas vamos a necesitar los binoculares espirituales; así como para ver el cometa Halley necesitamos unos buenos binoculares, para tener una vista clara y completa de ese cometa; también vamos a necesitar los Binoculares espirituales que Dios ha prometido enviar: el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de los Dos Candeleros, el ministerio de los Ángeles del Señor con Gran Voz de Trompeta, con ese Mensaje que tomará la Venida del Hijo del Hombre y la traerá a nosotros como potentes Binoculares, y nos dejarán ver la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y nos dejarán ver el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, y nos dejarán ver todo lo que Dios estará haciendo en estos días conforme a lo que Él prometió. Necesitamos realmente ver estas promesas a través de estos binoculares, a través del ministerio de los Ángeles del Señor, del ministerio de los Dos Olivos, del ministerio de Moisés y Elías, que están prometidos (estos ministerios) conforme a la Escritura para el fin de esta generación. Están prometidos para llamar con Gran Voz de Trompeta a todos los escogidos, de entre los gentiles y también de entre los hebreos. Es el único ministerio —el de Moisés y Elías en la Venida del Hijo del Hombre— autorizado para llamar y recoger y preparar para la transformación a todos los escogidos en el tiempo final. Fuera de esos ministerios nadie más tiene un ministerio bíblico prometido para el fin de esta generación. Y para ver estas cosas que corresponden al fin de esta generación, y para ver la Venida del Hijo del Hombre, será exclusivamente a través del ministerio de los Ángeles del Señor; y la transformación de los escogidos será exclusivamente a través del ministerio de los Ángeles del Señor, y el llamado de los escogidos será exclusivamente a través de los Ángeles del Señor, y la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final será exclusivamente el Mensaje de los Ángeles del Señor. Fuera de ese Mensaje y del ministerio de Moisés y Elías, nadie más tiene ministerio ni tiene Mensaje para los escogidos de Dios en el fin de esta generación. Y tenemos que ser realistas. Y cualquier persona que crea o diga que tiene un ministerio para el fin de esta generación, aparte del ministerio de los Ángeles del Señor, del ministerio de los Dos Olivos, del ministerio de Moisés y Elías, que lo pruebe con la Escritura, no lo hay. El último ministerio que en esta Tierra se manifestará es el ministerio de Moisés y Elías, ese ministerio doble, gemelo, en la Venida del Hijo del Hombre; fuera de eso, los demás son imitadores. Cualquiera que diga que tiene un ministerio de Dios para llamar y juntar a los escogidos, fuera de ese ministerio prometido, es de los muchos que dijo el Señor que vendrían, el resto usted lo sabe. Cualquier ministro en el fin de esta generación que quiera tener un ministerio de Dios, aprobado por Dios, respaldado por Dios, y que sea de beneficio para los escogidos de Dios, tiene que someter ese ministerio: o de pastor o de evangelista o de maestro o de lo que sea, tiene que someterlo, ponerlo bajo el ministerio de los Ángeles del Señor, el ministerio de Moisés y Elías, si quiere tener un ministerio de beneficio para el pueblo; y si quiere predicar algo correcto tiene que someterlo a ese ministerio, y de ese ministerio tomar el Mensaje de Gran Voz de Trompeta y decir exactamente como dice el ministerio de Moisés y Elías; si es que quiere dar buenas cuentas a Dios y predicarle algo correcto al pueblo, fuera de eso no hay otra forma. Porque cualquier otra forma que quieran inventarse está fuera de la Escritura, cualquier otra forma que quieran inventarse está en la misma forma que tenía el pueblo hebreo con la religión hebrea, con las sectas religiosas hebreas, y con los ministros de la religión hebrea en los días del Señor Jesucristo. Ahí es que está cualquier otro ministerio que no se sujete al ministerio de los Dos Olivos, de los Dos Candeleros, de Moisés y Elías. Está colocado, entonces, cualquier otro ministerio que no se sujete a ese ministerio, está colocado en el ministerio de los fariseos y de los saduceos y del sumo pontífice de aquel tiempo, la misma cosa; por eso se levantarán en contra del ministerio que Dios tenga en esta Tierra para llamar con Gran Voz de Trompeta a todos los escogidos. Recuerden que siempre que Dios hace algo hay una lucha, una batalla; porque es que muchas personas dicen: “Después que nos hemos matado tanto estudiando, tantos años en la universidad y en un seminario, y tener un doctorado en divinidad, en teología, y ahora que venga otro a enseñarnos otra cosa diferente a la que aprendimos, eso no lo podemos aceptar”, dicen muchos. Así dijeron allá el sumo sacerdote, así dijeron los levitas, los fariseos, los saduceos, los doctores de la Ley; así que no está diciendo algo nuevo, sino que ya otros lo dijeron también. Así que lo mejor es reconocer lo que está prometido para nuestro tiempo y sujetarnos a eso, y olvidarnos de lo demás, para que no nos haga daño lo demás que no necesitamos. Ahora, siempre hay muchas luchas, muchos problemas, y algunas veces o casi siempre, el pueblo que recibe, que ve, que entiende lo que Dios prometió para ese tiempo, mire, son personas —muchos de ellos— llenos de problemas, llenos de dificultades. Y entonces las grandes religiones allá, en el tiempo de Jesús, decían: “Pero, si… quiénes son los que siguen a Jesús, ¿y quién es Jesús? Un hombre comelón, bebedor de vino, amigo de publicanos, de rameras \[San Mateo 11:19\], y un hombre de esa categoría, cómo va a decirnos a nosotros que es el Mesías; cuando nosotros tenemos gente tan santa acá, tenemos al sumo sacerdote, el hombre más santo del pueblo hebreo, de la religión hebrea, la cabeza de la religión, y Él dice que ese no es el Mesías”. La autoridad máxima de la religión hebrea decía que Jesús no era el Mesías, todos los líderes religiosos de la religión hebrea, excluyendo a José de Arimatea y a Nicodemo, y dos o tres así, que eran la excepción, el resto decían: “Ese no es el Mesías”. Pero algunos decían (como Nicodemo y José podían decir): “Miren, dejen a ese hombre quieto, porque si eso no es de Dios, se va a deshacer, como pasó en otras ocasiones con otros que no eran de Dios. No estén luchando tanto contra Él, porque si es de Dios no se va a deshacer, y nosotros vamos a ser hallados luchando, peleando en contra del mismo Dios” \[Hechos 5:38-39\]. Pero no piensa así toda la gente, algunos tienen temor de Dios y dicen: “Quién sabe si es de Dios, si Dios lo está haciendo en esa forma tan simple que nosotros mismos ni lo entendemos”. Miren, ya con la experiencia del pueblo hebreo, los gentiles deben de tener ya esa experiencia para no fallar en la Venida del Hijo del Hombre en el fin de esta generación con los Ángeles, y con la Gran Voz de Trompeta llamando a los escogidos; pero dicen algunos: “Nadie aprende por cabeza ajena”. Bueno, si para que el Evangelio pasara de los hebreos a los gentiles ellos tuvieron que rechazar la Primera Venida del Hijo del Hombre, para que pase el Evangelio de los gentiles hacia los hebreos también tendrán que rechazar los gentiles la Segunda Venida del Hijo del Hombre; porque si la aceptan, la reciben, entonces no puede pasar el Mensaje de Gran Voz de Trompeta a los hebreos; esa es la realidad que nosotros tendremos que encarar. Pero no todos lo van a rechazar, los escogidos, los entendidos entenderán y resplandecerán con el resplandor de la Venida del Hijo del Hombre como el relámpago resplandeciendo en el occidente \[San Mateo 24:27\]. Todavía los gentiles, en su mayoría, el reino de los gentiles, no sabe que la Venida del Hijo del Hombre es en el occidente, y sin embargo están esperando la Venida del Hijo del Hombre; y todavía no saben que es en el occidente, en el continente de América, que es el occidente en este planeta Tierra. Y Jesús dijo que era en el occidente, como el relámpago, la Venida del Hijo del Hombre; eso es una profecía. Pero los gentiles no comprenden todas estas cosas, aunque están esperando la Venida del Hijo del Hombre; pero no saben cómo, cuándo, y no saben un sinnúmero de cosas que corresponden a la Venida del Hijo del Hombre. Pero Dios enviará unos buenos binoculares que van a atraer hacia nosotros la Venida del Hijo del Hombre, para que la veamos, la entendamos y descubramos lo sencillo que es todo eso. Esas son las promesas para nuestro tiempo; y con los Gemelos (gemelos son binoculares, entre los latinos, toda la América Latina le conoce como gemelos), y eso es lo que Dios tiene para observar la Segunda Venida del Hijo del Hombre. Así como para observar el cometa Halley, con los gemelos, los binoculares, podremos verla muy bien. Bueno, ¿y qué es el cometa Halley? Bueno, el cometa Halley es la señal más grande que esta generación está teniendo en el Cielo; así como la señal más grande en el Cielo dos mil años atrás era la Estrella de Belén, porque era la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Por eso aquellos magos cuando llegaron a Jerusalén estaban preguntando ¿dónde estaba el Rey de los judíos que había nacido?, porque Su Estrella habían visto en el oriente \[San Mateo 2:1-2\]. Era la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Y dicen que era el mismo cometa Halley, algunos científicos, algunas publicaciones de periódicos, a través de los medios de información, dicen en algunas ocasiones que era el cometa Halley. Haya sido o no haya sido el cometa Halley, lo importante es que esa Estrella fue la señal de la Venida del Hijo del Hombre dos mil años atrás. Cuando apareció la señal en el Cielo, el Hijo del Hombre estaba en la Tierra en forma de niño, de bebé, y estuvo apareciendo en el Cielo por dos años, más o menos. Ahora, tenemos que entender que el Cielo es la primer Biblia, y lo mismo que dice *esta* Biblia es lo que dice esa primer Biblia. Siempre que se cumple en la Tierra una profecía importante en el Programa Divino, en el Cielo se ve una señal, que es la señal de que en la Tierra se está cumpliendo esa promesa divina. Entonces, *esta* Biblia da testimonio del cumplimiento de esa promesa, y la primer Biblia, mostrando esa señal para que los seres humanos la vean, también está dando testimonio del cumplimiento de esa promesa. Para nuestro tiempo los científicos dicen que la Estrella de Belén está de nuevo con nosotros; y haya sido o no haya sido la Estrella de Belén el cometa Halley, lo importante fue, que fue la Estrella de Belén la señal del Hijo del Hombre en el Cielo dos mil años atrás; y hoy el cometa Halley es la señal del Hijo del Hombre en el fin de esta generación. Lo crea la gente o no lo crea; porque la Escritura es la Escritura la crean o no la crean las personas, está *aquí* también. Y verán, entonces verán la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, está *aquí* en la Biblia, en *esta* tercer Biblia; y está también esa señal en el Cielo. En todos estos días estamos viendo esa señal (los que madrugan) porque es la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Aparece como una estrella, se ve como estrella de la mañana, y para verla hay que madrugar, se ve por el este, y hay que estar colocado, uno tiene que estar colocado en el oeste, mirando del oeste hacia el este. Así que viviendo nosotros en el continente americano, en el occidente, que es el mismo oeste, entonces podemos ver esa señal en la mañana, para reconocer que estamos viviendo en el tiempo de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, para con Gran Voz de Trompeta recoger a todos los escogidos. Una señal es una señal, la importancia la tiene lo que representa esa señal. Así que es bueno ver esa señal en el Cielo, porque es cada 76 años; pero es mucho mejor ver lo que esa señal representa aquí en la Tierra; porque muchos verán esa señal en el Cielo, pero no verán lo que esa señal representa aquí en la Tierra: Esa es la señal de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, llamando y recogiendo a todos los escogidos. Y lo que esa señal, lo que esa señal dice en el Cielo, lo dice también la Biblia. Y el cumplimiento de lo que dice la Biblia es también el cumplimiento de lo que dice esa señal; y lo mismo que dice esa señal es lo que dice la Biblia; y lo mismo que dice la Biblia y esa señal, es lo que estará diciendo el cumplimiento de esa señal, o sea, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, con ese Mensaje de Gran Voz de Trompeta llamando a los escogidos, ese Mensaje de Gran Voz de Trompeta estará diciendo lo mismo que dice *esta* Biblia, y estará diciendo lo mismo que dice esa señal; pero que la gente no puede leer, no puede entender lo que esa señal en el Cielo está diciendo; y tampoco puede entender lo que dice *esta* Biblia para este tiempo final. Por eso el Mensaje de Gran Voz de Trompeta estará dándole a conocer a todos los escogidos, en Su Mensaje —la Gran Voz de Trompeta— estará dándole a conocer a todos los escogidos el Programa completo de Dios, estará mostrándole a los escogidos las grandes bendiciones que hay para ellos, y estará mostrándole al reino de los gentiles los grandes juicios divinos apocalípticos que vienen sobre el reino de los gentiles. O sea que será un Mensaje que dará a conocer todos los misterios de Dios para este tiempo; y dando a conocer la Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en este tiempo final. Todo eso será lo que dará a conocer la Gran Voz de Trompeta, el Mensaje del fin de esta generación. Y todo esto estará siendo dado a conocer en la forma más simple, más sencilla, que usted haya conocido. Y para que entendamos todas estas cosas y no se nos escape, y nadie este preguntándose ¿dónde será?, ¿cómo vendrá?, y todas estas cosas, Jesús dice \[Apocalipsis 22:16\]: - ``` “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.* ``` El ministerio de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, la Gran Voz de Trompeta y todos estos misterios proféticos para este tiempo, estarán cumpliéndose en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; y él con ese doble ministerio de Moisés y Elías estará tocando la Gran Voz de Trompeta, el Mensaje Final y llamando a todos los escogidos. Porque Dios no tiene dos profetas mayores a la misma vez en la Tierra, pero sí Él puede tener dos ministerios o tres ministerios en esta Tierra operando a la misma vez a través de un profeta, de un hombre; y tendrá operando en Su Ángel Mensajero, en Su último profeta, en el Benjamín de los profetas, el ministerio de Elías por quinta vez y el ministerio de Moisés por segunda vez. Todo eso estará aquí en la Tierra para traerle la gran bendición prometida para los elegidos, para que puedan ser transformados y luego raptados, y los muertos ser resucitados al finalizar de la Gran Voz de Trompeta. Por eso dice que será tocada la Trompeta de Dios; y luego los muertos en Cristo resucitarán. Sin la Gran Voz de Trompeta no hay resurrección, porque esa Gran Voz de Trompeta es la Voz del Hijo de Dios. Y dijo Jesús: “Todos los muertos escucharán la Voz del Hijo de Dios, y se levantarán” \[San Juan 5:25\]. Y dice que también los vivos, dice: “A la Final Trompeta; porque será tocada la Trompeta de Dios, y todos seremos transformados” \[1 Corintios 15:52\]. Así que no se hagan de ideas, no se hagan de imaginaciones, la gente, de que por pertenecer a una religión o a una secta religiosa, por mejor que sea, van a ser transformados y van a ser raptados. Se requiere el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de los Ángeles del Señor con Gran Voz de Trompeta, con la Trompeta Final, con el Mensaje Final, para luego ser transformados los vivos, y resucitar, primeramente, los muertos en Cristo; fuera de eso: ni resurrección para los muertos ni transformación para los vivos. Tenemos que ser realistas. No podemos vivir de imaginaciones o de interpretaciones privadas de las diferentes religiones o sectas religiosas, que nos digan que porque somos muy buenos vamos a ser transformados y vamos a ser raptados. La transformación y el rapto depende exclusivamente de la Gran Voz de Trompeta bajo el ministerio de los Ángeles del Señor, que son el ministerio de Moisés y Elías manifestados en carne humana en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; fuera de eso, no se hagan de imaginaciones, no se hagan de una esperanza falsa, no se hagan de ilusiones, porque fuera de eso no hay ni transformación para los vivos ni resurrección para los muertos; ni siquiera hay juicio para los gentiles fuera del ministerio de los Ángeles del Señor, porque está exclusivamente bajo el ministerio de los Dos Olivos, de los Dos Candeleros. Por eso Apocalipsis dice que tendrán poder para cerrar el Cielo, que no llueva; tendrán poder para quemar con fuego a la Tierra, tendrán poder para ordenar que vengan las plagas que ellos quieran que vengan, y herir la Tierra con las plagas que ellos quieran cuantas veces quieran, con las plagas apocalípticas \[Apocalipsis 11:3-6\]. Todo eso está bajo el ministerio de Moisés y Elías, otro ministerio no está ordenado para hacer esa labor; porque dijo el Señor Jesucristo en la parábola del trigo y la cizaña: “No arranquen la cizaña, porque arrancando la cizaña pueden también arrancar el trigo. Dejen todo crecer junto hasta el fin del siglo, hasta el tiempo de la siega, de la cosecha; porque en el tiempo de la siega el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles, ¿para qué? Para llevar a cabo la cosecha del trigo y la cosecha de la cizaña”. Y dice que echarán a la cizaña en manojos en el fuego; y el trigo recogido y almacenado en el Alfolí de Dios \[San Mateo 13:26-42\]. ¿Quién dice el Señor Jesucristo que llevará a cabo esa labor? Sus Ángeles. Así que no hay cosecha sin los Ángeles segadores o cosechadores para el fin del siglo, porque el fin del siglo es el tiempo de la cosecha, de la siega, se sabrá que se está viviendo el fin del siglo cuando veamos el ministerio de los Ángeles, el ministerio de Moisés y Elías, con Gran Voz de Trompeta cosechando el trigo, recogiendo los escogidos; y luego cosecharán y echarán en el fuego y quemarán con fuego la cizaña. Así que se está en un proceso de cosecha del trigo y de la cizaña en el fin de esta generación, en el fin del siglo, se está en ese tiempo. Y el trigo, dice el Señor Jesucristo, son los hijos del Reino; la cizaña los hijos del malo. Así que eso es lo que tenemos para el fin del siglo; y el fin del siglo es la siega, la cosecha. Así que no podemos estar pensando en otras cosas, sino en lo que está prometido para nuestro tiempo; no mirando cosas que puedan hacernos tropezar, sino mirando lo que está prometido en la Escritura, y mirando el cumplimiento de estas promesas a medida que van siendo cumplidas. Eso es lo que está prometido para nuestro tiempo, eso es lo que Dios tiene que hacer; fuera de eso Él no tiene que hacer otra cosa. Así que miremos bien con nuestros Binoculares, porque Dios le da a todos los elegidos, Dios le da a esta nueva dispensación los Binoculares, los Gemelos, ese ministerio doble, ese doble ministerio, para que a través de ese ministerio doble, a través del Mensaje de ese ministerio podamos ver las cosas de Dios como son; podamos ver todas estas promesas en la forma en que son en realidad, y podamos ver el cumplimiento de cada una de ellas a medida que van cumpliéndose, sin importar lo que digan otras personas, otros predicadores, o las demás religiones. Miren, todas las religiones, todas las iglesias, en este tiempo tienen el privilegio más grande que hayan tenido iglesias, religiones, o sectas religiosas a través de la historia, porque tienen el privilegio grande de tener la promesa de parte del Señor Jesucristo de un mensajero que vendrá con el doble ministerio de Elías y de Moisés, para dar testimonio de estas cosas en y para todas las iglesias, para darle a conocer todos estos misterios a todas las iglesias, a todas las sectas religiosas, a todos los ministros, a todos los seres humanos. Si lo pierden es asunto de ellos, como fue asunto de las religiones, sectas religiosas y líderes religiosos del tiempo de Jesús, fue asunto de ellos perder el privilegio que perdieron, de ser enseñados de Dios a través del Señor Jesucristo, que tenía la enseñanza correcta para ese tiempo, de acuerdo a las promesas que Dios tenía para ese tiempo y que Dios estaba cumpliendo en esos días. La enseñanza no la tenía otra persona, la tenía el Señor Jesucristo. Hoy en día todas las iglesias tienen el mismo privilegio, es un tiempo paralelo al tiempo de la Primera Venida del Señor, con todas las cosas paralelas a aquel tiempo. Es necesario que seamos realistas. Si perdemos ese privilegio ¿quién se perjudica? El que lo pierde; y de qué le vale después decir que él tiene su religión, que él tiene su secta religiosa, o tiene su forma de creer las cosas, o cree en Dios a su manera. Mire, usted y yo no podemos creer en Dios a nuestra manera, tiene que ser a la manera de Él, a la forma de Él; porque quién es usted para decir: “Yo creo en Dios a mi manera”; pues mire, lo que usted crea no tiene ningún valor ni para Dios ni para usted mismo, usted tiene que creer en Dios como dice la Escritura: “Porque tales adoradores busca el Padre que le adoren; que le adoren en espíritu y en verdad” \[San Juan 4:23-24\], conforme a la Escritura. Y Él dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura” \[San Juan 7:38\], no como dicen las religiones, es como dice la Escritura. Estamos en un tiempo grande, un tiempo glorioso, un tiempo muy importante, estamos en un tiempo en que tenemos que creer en Dios y en Sus cosas como Él dice en la Escritura. Estamos viviendo en el fin de esta generación, la generación que no pasará sin que estas cosas acontezcan: la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles llamando y recogiendo a todos los escogidos. Esta es la generación que no pasará. Tenemos entonces que ver estas cosas en esta generación: la señal del Hijo del Hombre en el Cielo es la que estamos viendo en estos días, algunos le llaman el cometa Halley; pero esa es la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, así como la Estrella de Belén fue la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Muy pocos creyeron que la Estrella de Belén era la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Hoy en día sí sabemos que era la señal, pero ellos no lo supieron en su tiempo, y todavía no lo saben; pero los gentiles sí lo saben. Pero ahora es tiempo que los gentiles sepan cuál es la señal del Hijo del Hombre en el Cielo en Su Segunda Venida, y para eso Él dice: “Yo les envío mi Ángel para que dé testimonio de estas cosas en las iglesias, para que les muestre todas estas cosas, todas estas promesas que corresponden al fin de esta generación, para que les dé testimonio de toda esta revelación apocalíptica, y así todos puedan entender”, porque los entendidos entenderán \[Daniel 12:10\]. Así que veamos todas las promesas de Dios para el fin de esta generación, para el fin del siglo a través de los Binoculares, a través de los Gemelos de Dios, que Dios nos envía para que nos muestren estas cosas, para que dé testimonio de estas cosas en todas las iglesias. Es necesario que veamos entonces las cosas en la forma que nos estará mostrando el ministerio de los Dos Olivos, todas estas promesas divinas para el fin de esta generación; y así veamos todo lo que estaba muy lejos de nuestra vista y de nuestro oído. Es necesario que veamos las cosas en la forma que deben ser vistas. Así que usemos y veamos a través de los Gemelos, los Binoculares, la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta llamando a todos los escogidos; veamos así las cosas para estar preparados para la redención o transformación de nuestros cuerpos, porque la redención de nuestros cuerpos es la transformación de nuestros cuerpos. Y que el mundo sepa también que su lamento, las plagas apocalípticas, vendrán después de ver la señal del Hijo del Hombre en el Cielo; entiendan o no entiendan que están viendo la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Pero la entiendan o no la entiendan, saben que siempre que ese cometa ha sido visto en la Tierra, cada 76 años, han venido plaga sobre sobre la Tierra, juicios han caído sobre la Tierra, reyes, imperios completos han caído, y cosas grandes han acontecido en la Tierra. Ellos ya saben que cosas terribles vienen para este planeta Tierra; pero no saben todavía que es lo mismo que dice San Mateo 24, verso 30: “Y verán la señal del Hijo del Hombre en el Cielo; y entonces se lamentarán todas las tribus de la Tierra”, o sea, la gran tribulación viene después de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Ahora, no sabemos cuántos días, meses, o años después de aparecer la señal del Hijo del Hombre en el Cielo viene la gran tribulación; y no sabemos cuántos días, meses, o años después de aparecer la señal del Hijo del Hombre en el Cielo y de escuchar la Gran Voz de Trompeta viene la transformación de nuestros cuerpos, antecediéndole la resurrección de los muertos en Cristo, eso todavía no lo sabemos; pero una cosa sí sabemos, y es que está prometida para después de escuchar la Gran Voz de Trompeta, y haber visto la Venida del Hijo del Hombre. Así que lo importante es ver y recibir la Venida del Hijo del Hombre, ver Sus Ángeles, recibirlos, oír la Gran Voz de Trompeta con la que vienen llamando a los escogidos, y estar preparados delante del Hijo del Hombre, conforme a como Él dice que debemos estar. Él dice: “Velad (¿por qué?), por la Venida del Hijo del Hombre, que seáis tenidos por dignos de evitar estas cosas (¿cuáles? Las cosas por las cuales se van a lamentar todas las naciones), y estar en pie delante del Hijo del Hombre” \[San Lucas 21:36\]; estar en pie delante del Hijo del Hombre en Su Venida con Moisés y Elías, con Gran Voz de Trompeta, llamando y recogiendo a los escogidos; porque los escogidos al ser llamados y recogidos estarán en pie delante de ese ministerio del Señor con Gran Voz de Trompeta, y con ese ministerio de los Dos Olivos, que es el ministerio del fin del siglo para la gran cosecha. 11 DE JUNIO 2023 @1:55:57-\[P\] Así que eso es lo que tenemos en el Programa de Dios para este tiempo. Estemos en pie, entonces, en el fin de esta generación, siendo tenidos por dignos; porque no será cualquier persona, sino, dice: “Los que sean tenidos por dignos de evitar estas cosas que vendrán”. Así que no es asunto ni del que quiere ni del que corre \[Romanos 9:16\]; no es asunto de decir: “Yo soy muy bueno, y voy a estar bien delante de Dios”; no es asunto de decir: “A mí nadie me va a obligar a creer esas cosas”. Mire, nadie lo obliga a creer nada. Es asunto de que usted sea tenido por digno delante de Dios de evitar los juicios de la gran tribulación, y estar en pie delante del Hijo del Hombre, para estar preparado para la transformación de su cuerpo y para ver a los muertos resucitados, y luego ser raptados. Así que no se preocupe usted de que alguien le vaya a estar obligando a creer alguna cosa, o alguien le vaya a estar obligando a ir al culto, a estar en las actividades; eso es problema suyo. ¡Porque es usted el que va a recibir el beneficio de una vida eterna y un cuerpo eterno y una felicidad eterna! Así que no hay que estarlo obligando a usted. Estas son las promesas que hay para los elegidos; y si usted no es un elegido: va a tropezar en algo y se va a ir. Así que no se preocupe; no esté haciéndose usted el importante, y que haya que estarle rogando, como un niño bonito o una niña bonita, para que crea y para que venga a las actividades. No. Estamos en el tiempo final, en donde están siendo llamados todos los escogidos. Y usted cree no porque usted quiera creer, y no por el que usted haga fuerza para creer, sino porque es un escogido; y, con la Gran Voz de Trompeta, Dios le abre el entendimiento para que usted pueda entender y decir: “¡Esto era lo que yo estaba esperando!, y ¡esto yo lo creo de todo corazón! ¡Y nada me hace tropezar!, ¡y nada me impedirá para yo recibir todo lo que está prometido para los elegidos! Y yo sé que de un momento a otro, después que haya terminado la Gran Voz de Trompeta de dar el Mensaje que tiene que dar, y haber visto la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, yo sé que viene mi transformación y vienen los muertos en Cristo”. No importa los problemas que hayamos tenido, no importa cómo hayamos sido: viene esa resurrección de los muertos y viene la transformación de nuestros cuerpos. FIN 11 DE JUNIO 2023@1:59:16—\[P\] Esa es la promesa divina, y está hecha, no basada en lo bueno que usted y yo hemos sido, sino en lo bueno que Dios ha sido, y en lo amoroso que Dios ha sido para con Su pueblo, “porque de tal manera Dios nos amó, que dio a Su Hijo Unigénito en Su Primera Venida para morir por nosotros”. Por lo bueno que Dios es, porque de tal manera Él nos ha amado \[San Juan 3:16\]. Las personas que se creen muy buenas, que se creen muy santos, menosprecian el amor de Dios, la misericordia de Dios, y creen que por lo buenos que son Dios los tiene que transformar y los tiene que raptar y llevarlos a la eternidad; pero no es por lo bueno, es por lo bueno que Dios es; y para eso Él ha hecho un Programa: El Programa de Redención para la redención de nuestros cuerpos, basado no en nuestra propia justicia, sino en la justicia divina y en el amor divino. Porque, mire, algunas veces usted y yo decimos: “Yo amo mucho a Dios”, y muchas veces nos encontramos haciendo cosas que sabemos que desagradamos a Dios; y algunas veces somos en unas etapas muy santos, muy buenos, pero de momento nos volvemos rebeldes; y eso lo ha pasado toda persona. Pero Dios siempre ha sido un Dios amoroso con nosotros, y Su amor ha sido expresado en tal forma que usted y yo no podemos tener duda del amor de Dios; porque es fácil amar a una persona muy buena, pero cuando la persona no ha sido muy buena, entonces ahí se demuestra el amor que uno tiene por esa persona. Así ha sido con Dios. Dios podía decirle a usted, si fuera muy bueno o si no hubiera habido problemas en la raza humana, que nos amaba mucho; pero no había una prueba. “Pero de tal manera amó Dios a Sus hijos, que dio a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Ahí está expresado el amor de Dios. Que Dios siempre ha sido bueno y amoroso, y aun cuando Sus hijos se salieron de ese camino correcto desde la caída hacia acá, y se salieron de ese camino de santidad, con todo y eso Dios siguió amando a Sus hijos, e hizo un camino de regreso para Sus hijos. Así que Él no nos ama a nosotros porque nosotros le amamos a Él, sino que Él nos ama a nosotros, aún sin usted decir que lo ama a Él. Él nos amó primero, y nosotros podemos expresarle nuestro amor, pero Él lo ha expresado primero. Así que todo está basado en el amor de Dios, en el amor de Dios por y hacia nosotros y por cada uno de nosotros; por eso estamos viviendo en la Edad del Amor Divino, en la edad perfecta, pero que nosotros no somos perfectos. Pero al entrar en esa edad perfecta, vamos a llegar a la total perfección conforme a lo que Dios tiene programado, y entonces veremos a ver si encuentran faltas y errores en nosotros después que seamos transformados. Pero antes, antes sí, tenemos errores, faltas, pero eso no nos va a desanimar en la vida, más bien tenemos más entusiasmo en seguir hacia adelante, porque descubrimos que necesitamos que Dios produzca ese cambio en cada uno de nosotros. Porque si no, mientras más tarde, mientras más tiempo pase sin que ocurra, más errores y faltas tenemos; y mientras más tiempo pase, más viejos nos ponemos. Ahora, todos queremos regresar al original, todos sabemos que vamos a regresar a la posición original de hijos de Dios con eterna juventud, de 18 a 21 años, es lo que va a representar el cuerpo que vamos a tener, y no importa que pasen mil años o dos mil años, siempre va a parecer de 18 a 21 años. @2:05:48 Así que nosotros no nos preocupamos si nos ponemos viejos, porque tenemos uno ya preparado en el Programa Divino. Todavía no está materializado eso, pero ya está en el Programa Divino. Tenemos uno que va a ser jovencito y perfecto en todo. @2:06:12 Así que todo rasgo de imperfección va a desaparecer. Y cuando se dice ‘todo rasgo de imperfección’, es todo rasgo de imperfección. Así que estamos muy cerca de eso. Por eso es que no hay que estarle rogando a nadie; por eso no se les ruega ni a los que están aquí ni a los que están fuera tampoco. Es un Mensaje para todos, y cada cual lo recibe, si quiere recibirlo; y si no quiere recibirlo, no lo recibe. El que lo recibe, mire, lo que está asegurando es su transformación, su vida eterna, su juventud eterna, todas esas cosas. El que lo menosprecia, mire, está menospreciando todas las bendiciones que Dios le está ofreciendo. Así que no hay que obligar a nadie. Cada persona es responsable por sí misma. Así que cada persona asuma su responsabilidad, y no diga: “Yo no voy por Fulano y Zutano de Tal”. Más bien, estamos en la actividad por las promesas divinas que están aquí en la Escritura, y no porque alguien nos obliga a ir, o nos haga tropezar para que no vayamos. Mire, aquí no es asunto de mirar a las demás personas, sino mírese usted mismo; y mire lo que dice la Escritura; y mire el Mensaje, la Gran Voz de Trompeta, y camine hacia adelante. Ayude al que pueda ayudar, y al que se deja ayudar. El que no se deje ayudar, pues no se rompa la cabeza con él, sino ore por él; y cuando lo necesite, ayúdelo; dele de los folletos para que lea también; pero recuerde: la responsabilidad es individual. Y si otro tropieza, no tropiece usted. Usted no puede darse el lujo de perder la transformación, que está muy cerca. No sabemos si será en esta misma generación. Yo deseo que sea en esta misma generación. Así saldrán ustedes de mí y yo saldré de ustedes, en esta situación de cuerpos mortales, cuerpos corruptibles, llenos de tantos problemas. Y pasaremos a otra etapa todos juntos, a una etapa superior a esta que estamos; en donde ya yo los miraré a ustedes y no veré ni una falta en ustedes. Aunque yo, cuando los miro a ustedes, no veo falta en ustedes, porque miro a través del Sacrificio que fue hecho en la Cruz del Calvario, y miro hacia ustedes a través de la Escritura que dice que los escogidos serán recogidos con la Gran Voz de Trompeta. @2:09:54 Algunas veces digo: “Estos escogidos no son tan santos como los que se han quedado sin escuchar la Gran Voz de Trompeta, pero son los que tienen la promesa”. Es como el pueblo de Israel, el pueblo de Israel, la nación más rebelde es el pueblo hebreo. Miren, hablan de Moisés, que es el profeta más grande, el patriarca, fue rey de ellos durante su ministerio; pero el pueblo de Israel es un pueblo tan rebelde, que por diez ocasiones quisieron matarlo, quisieron darle por diez ocasiones diez golpes de Estado. Si Dios no sale en su defensa lo hubieran tumbado del poder, y del ministerio. Ya Moisés estaba cansado de ese pueblo, pero era el pueblo que tenía la promesa. Y porque Moisés se enojó en una ocasión por la actuación del pueblo… y en la primera ocasión Dios le dijo: “Hiere la roca” \[Éxodo 17:6\] y él la hirió con la vara; pero en la segunda ocasión le dijo: “Háblale” \[Números 20:8-12\], y Moisés tomó la vara, y lo que hizo fue herir a la roca. La primera ocasión estaba bien hiriendo la roca, porque Dios le dijo que lo hiciera así, porque el Señor sería herido una vez en la Cruz del Calvario, un solo Sacrificio, porque Cristo es la Roca que acompañaba al pueblo, representaba aquella roca a Cristo. Ahora, en la segunda ocasión Dios le dijo: “Háblale”; y Moisés hizo como hizo en la primera ocasión, pero fuera de la voluntad de Dios y con ira, enojado, Dios entonces se enojó con Moisés. Así que Moisés se desalentó mucho con el pueblo, un pueblo que por diez ocasiones quiere apedrearlo, quiere matarlo, que siempre estaba protestando, imagínese, un pueblo así es un pueblo difícil para guiarlo en la Palabra; lleno de problemas ese pueblo, lleno de faltas, lleno de errores, y tantas y tantas cosas, que ya Moisés estaba cansado; pero era el pueblo que tenía la promesa. En una ocasión —y que Moisés la perdió (la oportunidad)— Dios le dijo a Moisés: “Déjame destruir este pueblo; y yo te pondré sobre un pueblo mayor que te va a obedecer, un pueblo mejor que este” \[Éxodo 32:10\]; porque en lo literal había pueblos mejores, más obedientes, sumisos; pero el pueblo de Israel era el pueblo peor que había en esos días, un pueblo guerrero, y que hacía lo que Moisés le decía y hacían también lo que Moisés les decía que no hiciera. Así que siempre Moisés tenía que estarle diciendo, porque si no seguían haciendo cosas que no se les había dicho que hicieran; pero era el pueblo que tenía las promesas de Dios para aquel tiempo. Y por amor a Abraham, a Jacob, a Isaac y a los patriarcas, Dios estaba con ese pueblo. Y Moisés tenía que ser el profeta de ese pueblo, le gustase o no le gustase ese pueblo, estuviera de acuerdo o no estuviera de acuerdo con la forma de actuar de ese pueblo. Así que Dios lo colocó a él sobre un pueblo rebelde. Por eso Moisés cuando Dios lo envío decía: “No, a ese pueblo yo no quiero ir, ese pueblo es un pueblo rebelde. Llego allá y me van a decir: ‘Dios no te ha aparecido, nada. Eso no es verdad’” \[Éxodo 4:1\]. Y Moisés le tenía más miedo al pueblo hebreo que a Faraón. Es que un pueblo rebelde es lo último para bregar con él. Aún Moisés teniendo el Mensaje para ese tiempo, teniendo la señal, teniendo el ministerio para ese tiempo, el pueblo viendo lo que Dios estaba haciendo y sabiendo que ese era el Mensaje para ellos, con todo y eso le traía problemas a Moisés. Por diez veces quererlo apedrear, eso es bastante. Pero era el pueblo de las promesas divinas, y todavía tiene promesas divinas, las cuales les tienen que ser cumplidas en este tiempo final; y ese pueblo tiene que ser colocado a la cabeza de los reinos, para a través de ese pueblo Dios llevar a cabo el Reino Milenial en esta Tierra. Así que Dios no puede reinar en esta Tierra si no utiliza al pueblo hebreo, porque ellos son los que tienen la promesa. Así que con todo y ser como son, con todo y ser Jacob. Así que por eso ese pueblo es el pueblo que nadie puede maldecir, el pueblo que nadie puede tratar mal, porque el que lo haga tiene problemas con Dios. Así que ellos son como son, pero Dios obrará con ellos y les cumplirá Sus promesas. Y cuando Dios quiera que ellos sean buenos, pues va a cambiarles el corazón, y les dará un corazón nuevo, y un espíritu nuevo; y dice: “Y entonces me servirán y guardarán mis estatutos” \[Ezequiel 11:19-20, 36:26-28\]. Así que deje ese pueblo quieto, porque por más rebeldes que sean son el pueblo de Dios. Y entre los gentiles está el pueblo escogido, como escogidos de entre los gentiles, pero no como nación, sino como individuos; por eso el trato de Dios es individual para cada uno de nosotros, y las promesas de Dios son para todos, son para todos nosotros en este tiempo en que vivimos, sin obligar a nadie. Siéntase usted libre en el tiempo en que vivimos, vea lo que está prometido para nuestro tiempo, no se ponga a pelear con las cosas que Dios ha prometido. Mire, usted esté de acuerdo con eso o no esté de acuerdo, Dios lo hace como Él ha prometido. Así que mejor tenga su corazón abierto al Programa Divino, tenga su corazón preparado para recibir lo que Dios tiene para nuestro tiempo, sea sincero; y recuerde que no es por lo bueno que usted sea, no es por lo que usted pueda hacer, sino por lo que Él ha hecho por nosotros, y porque usted es un hijo de Dios; y eso no lo hizo usted, lo hizo Dios. A nosotros nos ha tocado vivir en el fin de esta generación, para ver todas estas promesas cumpliéndose con nuestros propios ojos, para eso es que vivimos en el fin de esta generación: para ver la Venida del Hijo del Hombre en el Cielo, para ver la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y para ser llamados y recogidos con la Gran Voz de Trompeta, y para ver a los muertos en Cristo cuando resuciten, y para nosotros ser transformados en este tiempo final en que vivimos. En cuanto a la transformación, para que nadie vaya a decir que yo dije que incluyo la transformación en esta generación, la saco a parte y la dejo sin colocarla ni dentro de esta generación ni en la próxima generación, la dejamos ahí; y cuando se cumpla, entonces yo les digo si estaba dentro de esta generación o fuera de esta generación. Si se cumple dentro de esta generación, ya ustedes saben que era también parte de la promesa para esta generación; pero esa la dejamos fuera, para que nadie entonces diga que yo estoy diciendo, y por eso entonces usted vaya a ser bueno y vaya a portarse muy bien y vaya a aparentar una cosa u otra cosa. Y después, si no, si pasa el 66 \[86\], vaya a decir que yo conté desde el 46 hasta el 66 \[86\] y no se cumplió la transformación de nuestros cuerpos, y entonces se ponga a hablar cosas que no debe de hablar, y después venga la transformación y se quede fuera, por tener la lengua en una forma que no tenía que tenerla para hablar lo que no debía hablar. Así que ya sea en esta generación o en la otra, después que termine esta, la resurrección de los muertos y la transformación tiene que venir, o para esta generación o para la próxima generación. Pero lo importante es que venga la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Gran Voz de Trompeta llamando y recogiendo a los escogidos; porque después de eso es que viene la resurrección de los muertos, para los que hayan escuchado la Voz del Hijo de Dios, la Trompeta Final, resucitarán; y para los vivos que hayan escuchado la Gran Voz de Trompeta serán transformados. Ahí está basada nuestra fe y nuestra esperanza: en la promesa del Señor Jesucristo. Así que si no ocurre la transformación de nuestros cuerpos en este año, pues la esperamos en el próximo año; si no ocurre en el próximo año, la esperamos en el otro; si no ocurre en el otro, pues la esperamos hasta que llegue. Pero recuerde una cosa: se espera una cosa como esa, escuchando la Gran Voz de Trompeta, que es lo que nos prepara para la transformación; y la esperamos estando recogidos, recogidos en la edad que nos toca y en la dispensación que nos toca, y en el grupo y con el grupo que ha sido llamado y recogido. Escuchando siempre la Gran Voz de Trompeta, estando a la expectativa para saber lo que esa Gran Voz de Trompeta está diciendo; porque todo lo que Dios vaya a darnos vendrá a través de esa Gran Voz de Trompeta, y la fe para el rapto y para la transformación está y se recibe a través de la Gran Voz de Trompeta. Por lo tanto, no podemos dejar de oír esa Gran Voz de Trompeta, porque es la Voz que nos va a traer la transformación de nuestros cuerpos; oyendo otras voces recibiremos otras cosas, menos la transformación. Porque la única Voz que tiene la promesa de traer la transformación es la Gran Voz de Trompeta. Así que no perdamos el tiempo escuchando otras voces que nos pueden decir otras cosas que no son las que necesitamos nosotros, y nos pueden apartar del camino de la transformación. Así que con nuestros ojos puestos en las promesas y en el cumplimiento de esas promesas, a medida que van siendo realizadas en el Programa de Dios, y con nuestro oído atento a la Voz del Señor Jesucristo, a la Gran Voz de Trompeta, que viene directamente de parte del Señor Jesucristo por Su Ángel Mensajero que Él promete enviarle para todas las iglesias, sigamos siempre adelante, sabiendo que tarde o temprano seremos transformados. La única forma para una persona estar seguro que va a ser transformado, y que va a ver los muertos cuando resuciten, es escuchando la Gran Voz de Trompeta; es lo único que le da seguridad a uno, es lo único que le asegura que uno va a ser transformado cuando sea el momento de la transformación. No hay otra cosa que le asegure la transformación, no hay otra cosa que le muestre a usted que usted es un elegido, un escogido; no hay otra cosa que le coloque la fe a usted en el grado más alto que pueda un ser humano tenerla, sino la Gran Voz de Trompeta; porque esa Gran Voz de Trompeta es el misterio de los Siete Truenos de Apocalipsis dando sus siete voces, eso es la Gran Voz de Trompeta dando a conocer el misterio del Séptimo Sello, o sea, el misterio de la Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, llamando a todos los elegidos con Gran Voz de Trompeta. Cuando usted y yo conocemos estas cosas nuestro corazón se siente seguro, sin mirar los obstáculos que tenemos, los problemas que tenemos en esta Tierra, sin mirar las dificultades que hay. Sabemos que fuera de eso no hay esperanza para el ser humano, fuera de eso no hay esperanza ni promesa de transformación para nadie en absoluto, ni siquiera para los santos que han muerto en el pasado, todos están esperando la Gran Voz de Trompeta, la Voz del Hijo de Dios allá en el Paraíso también. Si ellos necesitan esa Voz, ese Mensaje ¡cuánto más nosotros acá! Creo que estamos realmente viviendo en el tiempo más glorioso que ser humano ha vivido. Estamos viviendo en el tiempo en que nuevamente las palabras del Señor Jesucristo retumban en nuestros oídos y en nuestro corazón, cuando dijo: “Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque muchos de los profetas y de los santos y de los justos del pasado desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no oyeron” \[San Mateo 13:16\]. Muchos de los santos del pasado y profetas del pasado desearon ver la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y oír la Gran Voz de Trompeta llamando a los escogidos para ser llamados y recogidos; y no, ni lo vieron ni lo oyeron, no oyeron la Gran Voz de Trompeta, y por eso todavía están esperando la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles para escuchar la Gran Voz de Trompeta. Y desearon ver la señal del Hijo del Hombre en el Cielo y no la vieron, solamente escucharon acerca de ella, y algunos vieron en visión la Venida del Hijo del Hombre, pero vivir el tiempo en que sería una realidad esa señal, no vivieron ellos. Pero usted y yo sí vivimos en este tiempo, en el tiempo de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, y de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, llamando a todos los escogidos para la transformación de sus cuerpos, para la redención de sus cuerpos, y la resurrección de los muertos en Cristo. No para formar una religión más o una secta religiosa más, sino para ser preparados para la transformación de nuestros cuerpos, que es la adopción de los hijos de Dios en el Reino de Dios. Por lo cual la creación completa gime a una esperando la adopción de los hijos de Dios, la libertad de los hijos de Dios, en donde la misma creación será libertada \[Romanos 8:19-23\]. No es poco lo que estamos esperando, no es poco lo que hemos de recibir, y tampoco es poco lo que ya hemos recibido; porque ya lo que hemos recibido es lo que nos prepara para regresar a la eternidad en cuerpos glorificados, cuerpos transformados a imagen y semejanza del Señor Jesucristo; eso es lo que está preparado para todos los escogidos. Por eso, estemos preparados, sin tropezar en ningún momento por ninguna cosa. Tenemos las grandes promesas divinas en nuestro tiempo, sabemos cuáles son, las hemos estado viendo, hemos estado mirando por mucho tiempo, a través de los Gemelos, los Binoculares, el ministerio ordenado por Dios para mostrarnos todas estas cosas, traernos a la vista nuestra todas estas cosas para que las entendamos. Y solamente podemos decir una sola cosa, en cuanto a la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles y con Gran Voz de Trompeta llamando a todos los escogidos, solamente podemos decir una cosa, solamente podemos decir a Dios: “Eso era lo que nosotros estábamos esperando ver en este tiempo en que vivimos”, y es lo que Él nos está mostrando para este tiempo. Por eso el Mensaje de Gran Voz de Trompeta girará siempre alrededor de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles y con Gran Voz de Trompeta, llamando a todos los escogidos. Alrededor de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles girará el Mensaje de Gran Voz de Trompeta en el fin de esta generación; porque es lo más grande en el Programa Divino, es aquello por lo cual hubo silencio en el Cielo por casi media hora, que equivale a 20 años… veinte y pico de años de los nuestros. Pero algún día, algún día el mundo entero sabrá lo que ocasionó ese silencio en el Cielo por 20 años y algo; porque los años nuestros no son como los de Dios, y los de Dios no son como los nuestros. Así que media hora de las de Dios son veinte y pico de años. En la Primera Venida del Hijo del Hombre, antes de Él comenzar Su ministerio, y estar en Su etapa final de tres años y medio, transcurrieron casi 30 años; o sea, un poquito más de 30 minutos del reloj de Dios. Así que cuando Él terminó Su ministerio, ya llevaba como 45 minutos de los de Dios; y esos… esa más de media hora que tuvo Él antes de comenzar Su ministerio, si ustedes buscan en la Biblia, muy pocas cosas aparecen ahí: Su nacimiento \[San Mateo 1:18-25, 2:1; San Lucas 2:1-20\], y cuando Él fue circuncidado \[San Lucas 2:21-38\], cuando fue llevado a Egipto \[San Mateo 2:13-14\], y después cuando el Ángel le dijo que fuera llevado a Nazaret \[San Mateo 2:22-23, San Lucas 2:39-40\], y eso, muy pocos años tenía cuando eso. Después de eso volvió a aparecer a los 12 años \[San Lucas 2:41-52\], y después de los 12 años como que desapareció de la historia, y volvió a aparecer a los 30 años aproximadamente, cuando era bautizado por Juan el Bautista \[San Mateo 3:13-17, San Marcos 1:9-11, San Lucas 3:21-23, San Juan 1:29-34\]. La historia, la Biblia, guarda silencio de la vida del Señor Jesús hasta los 30 años, o sea que no se sabe de Su vida. A los 12 años se supo de aquella discusión o de aquel debate que tuvo el Señor Jesús cuando tenía 12 años, allá en el templo de Jerusalén con aquellos doctores de la Ley; pero el niño crecía en sabiduría y conocimiento de Dios, y el Espíritu de Dios estaba con Él. Pero como Su última etapa de los tres años y medio no había comenzado, la Biblia guardaba silencio. Bueno, habrá un silencio grande hasta que se comiencen los otros tres años y medio de ministerio para el pueblo hebreo; mientras tanto podremos decir que estaremos en el silencio de media hora (no sabemos cuándo terminará), de casi media hora o de media hora, pero que no llega a una hora. Así que ya sabemos que algún día el Cielo irrumpirá en regocijo, en alegría, y se formará un tremendo jubileo en el Cielo, y el silencio se acabará; pero eso no sabemos si ocurra exactamente en el momento que hayan de comenzar los tres años y medio para el pueblo hebreo, o si 40 días antes del comienzo para el pueblo hebreo de ese ministerio. Porque para el ministerio que va para el pueblo hebreo, para ese ministerio se va a necesitar que el Cielo completo manifieste su respaldo a ese ministerio que va a estremecer al pueblo hebreo, a todas las naciones, y va a traerle bendición al pueblo hebreo, y los juicios divinos apocalípticos para el reino de los gentiles. Pero ya eso será un ministerio adoptado, o sea que ya no vamos a tener estos cuerpos corruptibles que tenemos hoy en día, con los cuales tenemos muchos problemas. Por eso es que algunos han pensado que yo me olvidé del pueblo hebreo, pero no es que me olvidé del pueblo hebreo, sino que me recuerdo cada día más y más, y deseo ya tener lo que se necesita tener para afrontar la situación allá con el pueblo hebreo. Así que para los hebreos será un ministerio adoptado, pero no se puede adoptar un ministerio sin antes tener un proceso en el cual ese ministerio sea probado, y sea vindicado ese ministerio de que ha traído siempre la Palabra de Dios para ese tiempo. ¿Cómo se va a adoptar un ministerio si no se sabe qué predica? Pero el ministerio de Moisés y Elías será adoptado para llevarle el Mensaje al pueblo hebreo, porque será vindicado que el Mensaje que estará trayendo es el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, el Mensaje que llamará también al pueblo hebreo y recogerá a todos los elegidos: 144.000 hebreos que le están esperando; e irá con la Ley actualizada, que será el ministerio de Moisés el que actualizará esa Ley para el pueblo hebreo. Y nada será imposible para esos ministerios allá con el pueblo hebreo. Ahora, acá entre los gentiles hay ciertas limitaciones hasta que llegue la transformación, y hay cierto silencio en el Cielo; y como hay silencio en el Cielo, como el silencio es en el Cielo, nadie ve que el Cielo respalda un ministerio así. Porque era necesario silencio, para que nadie, ni en el Cielo ni en la Tierra pudiera interrumpir ese ministerio; y pensasen, pensaran que es un ministerio más, un predicador más hablando algunas cosas. Pero los elegidos, los escogidos que oyen la Gran Voz de Trompeta se dan cuenta que no es un Mensaje terrenal, que no es un Mensaje sacado de la cabeza de un ser humano, sino que es un Mensaje prometido por Dios para los elegidos, un Mensaje que no puede salir de la mente de un hombre sino de la Mente de Dios, que es el que prometió ese Mensaje. De otra forma no concordaría ese Mensaje con cada Escritura como concuerda con cada Escritura correspondiente para nuestro tiempo, tanto con el Antiguo Testamento como con el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento es encontrado ese Mensaje de Gran Voz de Trompeta en la trompeta del año del jubileo \[Levítico 25:9\], y en el Nuevo Testamento también \[1 Corintios 15:52\]. Así que por donde quiera cuadra ese Mensaje. Y algunas personas ignorantes dicen: “Me gustaría ver literalmente los ángeles del Cielo que vienen, y están y se ven y que se vea un respaldo de los ángeles del Cielo, volando y haciendo grandes milagros y señales”; pero si hay silencio en el Cielo, pues no pueden estar haciendo esas cosas; tienen que estar quietos. Dice: “Ninguna adoración en el Cielo”, para que el diablo no se diera cuenta de lo que Dios estaba llevando a cabo en la Tierra, conforme a Su Programa. Ese es el motivo de la media hora de silencio: para que el Programa de Dios no sea interrumpido por ese lapso de tiempo de veinte y pico de años que equivale la media hora de silencio, para que no haya imitaciones; y para que cualquiera que quiera imitar no pueda sacar una imitación perfecta; porque dice que los falsos ungidos, falsos cristos, engañarán, si fuera posible, aún a los escogidos \[San Mateo 24:5, 24:24, San Marcos 13:22\]. Imagínese, si llegan a saber lo que corresponde a nuestro tiempo, y cómo es y todas estas cosas, engañarían a muchos escogidos; y se levantarían otros, que no son el verdadero Ungido, el verdadero profeta de Dios, el verdadero Ángel del Señor Jesucristo con ese doble ministerio, se levantarían otros imitándolo y se dedicarían entonces a seguir el Mensaje de ese mensajero, para luego hacerle creer a sus seguidores que es un mensaje de ellos, sin darles a conocer a ellos que lo sacaron del mensajero del Señor Jesucristo; y lo harían pasar como un mensaje de ellos, y entonces le añadirían un sinnúmero de cosas para pervertir ese Mensaje, para hacerlo sin efecto para ellos, y los meterían a una edad que ya pasó, y lo mezclarían con un Mensaje de una dispensación pasada, y no produciría entonces la transformación de los escogidos. Así que por esa causa el Cielo guarda silencio. Quien tiene que saber que es el enviado, el mensajero del Señor Jesucristo, es el mensajero; y quien tiene que saber que tiene el Mensaje verdadero de Dios para su tiempo es el mensajero, y proclamarlo. Y ese Mensaje al ser proclamado por él, llamará y recogerá a todos los escogidos, y entonces ellos también se darán cuenta de quién es el mensajero del Señor Jesucristo, qué ministerio está operando en él, y qué Mensaje está él predicando; aunque no haga señales, aunque no haga milagros, aunque no haga maravillas, aunque no vean a los ángeles del Señor respaldándole; porque debe ser en esa forma, porque está prometido que es la Gran Voz de Trompeta llamando a los escogidos. Eso es lo que necesitamos nosotros, no necesitamos señales, milagros y maravillas. Cuando llegue el tiempo en que se necesite eso el Cielo ya no estará en silencio, y entonces aparecerán las grandes señales, milagros y maravillas que están aquí en la Escritura señaladas que llevarán a cabo el ministerio de Moisés y Elías. Así que para el pueblo hebreo, tres años y medio en donde verán esos milagros y señales; pero durante 40 días antes de comenzar esa etapa, puede venir también una etapa de testimonio entre los gentiles, para que entonces vean que no era un juego, que no era una broma, que no eran tonterías las que estaba creyendo ese pueblo, los elegidos, y que no eran tonterías las que estaba predicando el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo. Pero eso tiene su tiempo, y para eso tenemos paciencia, y deseamos que sea ya transformados. Yo desearía que eso sea ya estando en el nuevo cuerpo, porque sería algo maravilloso estrenar ese nuevo cuerpo bajo un ministerio delante del cual nadie se podrá parar para combatirlo, porque no serán señales pequeñas sino internacionales, y de conocimiento internacional o mundial, que llamarán la atención del pueblo hebreo, y dirán: “Pero si esto es lo que nosotros estamos esperando allá en Israel, ¿por qué está entre los gentiles? Queremos eso también nosotros entre el pueblo hebreo”. Así que será poquito tiempo que ellos van a permitir que esté eso entre los gentiles; pero no hay ningún problema, ya cuando eso ocurra, ya hemos recibido todo el beneficio de ese ministerio que está prometido para el pueblo hebreo. Así que queremos ver siempre el Programa Divino, lo que está aconteciendo en el Plan de Dios en nuestro tiempo en la Tierra, en el Cielo, y también aquí queremos verlo con y a través de los Gemelos, de los Binoculares de Dios, bajo el ministerio de los Dos Olivos, que son los Binoculares o gemelos de Dios. El ministerio Gemelo de Dios, el ministerio doble para el fin de esta generación, para llevar a cabo la cosecha entre los gentiles y entre los hebreos también. Fuera de eso no hay otra cosa, volvemos con el ministerio de Dios para este tiempo, y todos entonces decimos: “¡Pero si eso era lo que yo estaba esperando!”. ¿Y saben ustedes una cosa? Hace muchos años que yo estaba esperando eso también, y que yo leía en la Escritura, y les hablaba. Y un día Él me habló más claramente, en una noche, y cuando me habló, yo pensé, como muchos de ustedes pensaron al principio, y yo más: “¡Pero Señor, esto no puede ser posible!, pero tampoco puedo negar que sea posible con lo que tú me estás mostrando; pues sí yo he dicho que esto es lo que va a ocurrir, y ahora tú me muestras esas cosas, y me lo muestras en la Escritura”. Y yo le dije en esa ocasión: “Esto es demasiado para yo recibirlo, esto es demasiado para mí, yo nunca podía imaginarme que esto fuera de esta manera, pero, pruébamelo por la Escritura, y yo lo creo, aunque nadie más lo crea; y yo lo predicaré, aunque nadie más lo predique; y lo daré a conocer, aunque me quede solo, aunque nadie más lo crea, y yo me quede solo predicando esto y creyendo esto, yo lo predicaré, y lo creeré; pero muéstramelo, pruébamelo por la Escritura”. Y comenzó a llevarme desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y desde el Apocalipsis hasta el Génesis, hasta que yo dije: “Tienes razón, es de esa manera, me has probado todo, tú mismo, por la Escritura. No lo puedo negar, sé que es así”. Y seguida, en la próxima ocasión que prediqué, hablé de eso, y dije el por qué Dios no tenía dos profetas mayores al mismo tiempo, y el por qué yo estaba siempre tratando de predicar y explicar eso y no podía, hasta que ese día Él me abrió el cuadro acerca de ese tema, y me mostró el misterio que había ahí. Para mí fue muy difícil, la responsabilidad entonces fue mayor, en muchas ocasiones quizás he pensado y he deseado escapar, como Moisés deseó escapar del pueblo, pero no he podido; y no he visto forma tampoco de escapar. Y viendo que de estas cosas depende la transformación de los vivos y la resurrección de los muertos, he dicho: “Con problemas o sin problemas seguiré adelante, y diré todo lo que Dios me dé para el pueblo, hasta que diga la última Palabra que Él quiera, para que venga la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos, y yo pueda ser libertado también, en la libertad gloriosa de todos los hijos de Dios” \[Romanos 8:21\], y pueda yo terminar entre los gentiles con esta labor que Él me ha dado para llevar a cabo. No he luchado ni he peleado con nadie para que crean o no crean, solamente lo que he hecho es decir lo que Él me ha dicho que diga, decir lo que Él me ha dicho que es el Mensaje de Gran Voz de Trompeta para este tiempo, dar a conocer lo que Él me ha dicho que les dé a conocer a ustedes aquí, y a todos los demás en los demás países. El Mensaje no lo he limitado a un grupo de personas, sino lo he dejado libre para todas las iglesias, para todas las naciones, para todos los seres humanos. Todas las iglesias pueden obtener los mensajes a través de video, a través de cintas magnetofónicas y a través de folletos, para colocarlos en sus iglesias; para que los vean en videos, en películas, todas las iglesias, todas las congregaciones; lo lean en los folletos, toda la gente de todas las iglesias y de todas las naciones; no me he puesto a pelear, a luchar con ellos, con nadie, sino que les he dicho que es para todos, y que es una bendición que Dios tiene para todos los seres humanos, para la preparación de la transformación y el rapto de todos los escogidos. He tratado a todos en la misma forma, sin excepción de personas; y no he negado el Mensaje, no me he quedado con el Mensaje guardado para mí, sino que a medida que ha venido lo he dado en público, ha sido tomado en películas, en cintas magnetofónicas, y luego impreso, para todo el que quiera tomar del Mensaje de Dios, de esa Agua de vida eterna, que tome gratuitamente \[Apocalipsis 22:17\]. Y he reconocido que soy un mortal necesitado de la transformación, lleno de problemas, de errores, de faltas, de todas estas cosas que todos los seres humanos tienen también, soy igual a los demás seres humanos, no he tratado de ser superior a nadie, sino igual a los demás seres humanos. He amado a todos los seres humanos, y he deseado que todos lleguen a un nivel superior, a una etapa superior, que todos puedan llegar a subir el escalón hacia la perfección, y estar al nivel más alto que tendrá la raza humana, el nivel más alto, el cual será: el ser humano con un espíritu teofánico eterno de la sexta dimensión, y un cuerpo eterno de esta dimensión, pero perfecto, en plena juventud, para vivir por toda la eternidad, sin limitaciones, que puede viajar a otros mundos, como el Señor Jesucristo, y que no tendrá problemas, no tendrá faltas, no tendrá errores; un cuerpo en el cual no se podrá pecar. Ese será el nivel superior, más alto de la raza humana, es el nivel de la Nueva Creación; y a ese nivel es que yo he deseado que todos ustedes que me escuchan lleguen juntamente conmigo, porque yo también deseo llegar. Ya tenemos a Jesús, uno de ese nivel, el principio de la Creación de Dios, y nosotros somos la continuación de esa Creación; eso es lo que Dios tiene para Sus escogidos, para un grupo de privilegiados que estarán viviendo en esta Tierra, y para los que han muerto en el pasado, que son escogidos, los cuales se levantarán para recibir esa transformación, y estar colocados en el nivel más alto de la raza humana, el nivel de la perfección. Será el nivel más alto al cual toda persona no puede pertenecer, pero que todos los escogidos pertenecerán a ese nivel; el resto de los seres humanos será gobernado, dirigido por esa raza privilegiada que vivirá en esta Tierra, y que podrá caminar, viajar por otros mundos, por otras dimensiones; así como el Señor Jesucristo. Eso es de esa forma. Ahora, también sobre la Tierra estarán otras personas que les han hecho favores a los elegidos, otros que pertenecen a otro grupo, a otro nivel de seres humanos; pero el nivel más alto es el nivel del Señor Jesucristo, y seremos iguales y semejantes, a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Ese es el nivel más alto, y es el nivel según el Orden de Melquisedec, a ese nivel pertenecen los elegidos. Y la Gran Voz de Trompeta es para llamar a esos elegidos para la transformación de sus cuerpos, para la adopción, para llegar a la total perfección, y llegar a la estatura del Señor Jesucristo: la estatura de un Varón perfecto, a la estatura del Señor, a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. La imagen y semejanza la perdió la raza humana en la caída, allá en el Génesis, y en el Apocalipsis recupera esa imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Para eso y por eso estamos viviendo aquí en el fin de esta generación, para recibir la imagen y semejanza del Señor Jesucristo, luego que hayamos escuchado la Gran Voz de Trompeta en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y hayamos visto la señal del Hijo del Hombre en el Cielo; para eso estamos aquí. No estamos aquí para comer, dormir y trabajar, estamos aquí para ese propósito divino. Estemos conscientes del motivo de nuestra existencia aquí en la Tierra, y veamos estas cosas a través de los Gemelos, los Binoculares ministeriales que en esta Tierra estarán tocando la Gran Voz de Trompeta. En la forma en que la Gran Voz de Trompeta nos dé a conocer el motivo por lo cual estamos aquí, es la forma en que usted y yo tenemos que ver el motivo de nuestra existencia aquí en la Tierra, porque para eso es que tendremos los Gemelos, ese doble ministerio en esta Tierra; y todos decimos: “Eso es lo que estamos nosotros esperando”. Estamos esperando ese ministerio, estamos esperando todo lo que nos traiga ese ministerio, porque es el ministerio que nos tendrá al día en el conocimiento de las cosas que corresponden al Programa Divino para nuestra transformación. Así que no nos desanimamos en esta Tierra, siempre estaremos atentos a esta Gran Voz de Trompeta, a ese Mensaje Final de Dios, escuchándolo a través de videos, leyéndolo en folletos, escuchándolo en cassettes y también en los momentos en que podamos escuchar personalmente. Así que estaremos al tanto de todo, porque para nosotros es ese ministerio, y por corto tiempo. Así que los Gemelos para nosotros significan más de lo que para muchas personas significan un par de binoculares, con los cuales se puede ver ampliamente cosas que a simple vista no se pueden ver. Así que todas las iglesias van a necesitar, para ver la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, como debe ser vista para entenderla, unos buenos gemelos; y para ver la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, van a necesitar unos buenos Gemelos, los Gemelos que dicen aquí en Apocalipsis 11, que estarán en esta Tierra. Así que no unos gemelos hechos en un seminario, un instituto o en una universidad, sino en el Cielo, en la universidad del Cielo, en la universidad en donde Dios enseña a todos Sus mensajeros. Y que sea según el Orden de Melquisedec, del cual son todos los elegidos. Así que para que sea de ese Orden, tiene que ser uno de los elegidos también, ese Orden producirá ese ministerio. Bueno, yo creo que ya estamos concluyendo, ya les he dado aquí todo lo que no les pude dar en persona durante todo este tiempo que estuve por México, Guatemala y Costa Rica. Ya voy viajando también, para la Semana Santa estar en Venezuela y después pasar a Colombia, pero yo creo que todavía tenemos un domingo para estar aquí. Así que, hasta el momento, espero estar el próximo domingo aquí con ustedes, no tengo pasaje todavía comprado, ni itinerario hecho para ningún otro país; a menos que surja en esta misma semana, estaré con ustedes el próximo domingo, Dios mediante, si no surge otra cosa. Así que estaré con ustedes el 99%, para dejar un 1% en el aire, con el cual yo me pueda escapar de ustedes, si me tengo que escapar el domingo próximo. Vamos a dejar entonces 1% fuera, con el cual puedo salir, si tengo que salir; pero espero estar con ustedes el próximo domingo, disfrutando de… el domingo ¿de qué? de Ramos. Estaremos entonces (si estamos aquí) predicando acerca de la entrada triunfal a Jerusalén; y ese tema está muy bueno para el próximo domingo, porque vamos a tener una Entrada Triunfal a Israel, a Jerusalén. Y en esa, en esa sí que no van a ser solamente, como aquel grupito pequeño de los discípulos del Señor que clamaban: “¡Hosanna al que viene en el Nombre del Señor!” \[San Mateo 21:9, San Marcos 11:9-11, San Lucas 19:38, San Juan 12:12-13\], sino que va a ser el pueblo hebreo que estará clamando: “¡Hosanna al que viene en el Nombre del Señor!”. Así que lo que no hicieron allá, de todos modos lo van a tener que hacer; porque el Señor Jesucristo dijo: “No me verán hasta que digan…”. Y ya Él había entrado la primera vez, pero el pueblo no dijo así, sino los discípulos del Señor; pues entonces dijo después: “No me van a ver de nuevo, hasta que me vean y digan: ‘¡Hosanna al rey que viene en el Nombre del Señor!’”. O sea que ellos van a ver Su Venida y van a reconocer Su Venida, conforme a como dijo el Señor. Pero fíjense, han tenido que pasar dos mil años aproximadamente, pero lo que Dios dice se cumple, tarde o temprano. Hay cosas que se cumplen tarde, porque es para tarde, pero hay cosas que son para cumplirse inmediatamente. Lo de la transformación nuestra no es para muy tarde, es para pronto. Estamos en la edad, o sea día y edad, el día de redención, o sea, en la edad en donde tiene que ocurrir la redención de nuestros cuerpos, que es la transformación; ya estamos en esa edad, es la Edad de la Piedra Angular, la Edad Eterna; como es la Edad Eterna tiene que producir el cuerpo eterno. Así que ya estamos en ese tiempo, por eso estamos en el Mensaje eterno de Gran Voz de Trompeta, lo crea la gente o no lo crean, eso no hace ninguna diferencia. Lo importante es que los elegidos lo van a creer, y van a ser llamados y recogidos; y los entendidos van a entender. Por eso no hay que preocuparse en ese sentido; lo que hay es que traer el Mensaje de Gran Voz de Trompeta en la forma que tiene que venir, y lo demás lo hace Dios. Así que estamos en el tiempo más grande y más glorioso de todos los tiempos, estamos ya cerca de la Entrada Triunfal, la Entrada Triunfal a Jerusalén, al pueblo de Israel. Así que tenemos que estar preparados, listos, porque, así como Él entró con Sus discípulos allá, todos nosotros queremos entrar con Él, ya transformados, a la tierra que tiene la promesa de recibir al Rey, al Hijo de David; porque así es que ellos le están esperando: como Hijo de David, como Rey de reyes y Señor de señores, como León de la tribu de Judá. Bueno… y le van a recibir, porque entonces el respaldo del Cielo completo, con los arcángeles, querubines, serafines, estas huestes celestiales, y los carros de fuego o platillos voladores, se encargarán de hacer lo que tengan que hacer para que ese recibimiento sea conforme a lo que Dios tiene planificado. Así que eso será para luego, pero antes, nosotros estamos disfrutando de una etapa tan grande y tan gloriosa, que nuestros ojos son bienaventurados al ver lo que vemos, y nuestros oídos son bienaventurados al oír lo que estamos escuchando; porque esto es lo que desearon ver y oír los santos y los profetas del pasado, y ni lo vieron ni lo escucharon, solo en visiones y en profecías fue que ellos vieron y escucharon acerca de estas cosas. Y nosotros lo podemos ver y lo podemos oír, lo podemos ver con nuestros propios ojos a través del ministerio gemelo de los Ángeles del Señor, prometido con Gran Voz de Trompeta para llamar a todos los elegidos. ¡Esto era lo que nosotros estábamos esperando! Dios nos bendiga, Dios nos guarde, Dios nos ayude, y que Dios nos permita pasar a esa otra etapa. Yo deseo que esa otra etapa comience pronto. Algunas veces yo le he dicho a Dios: “Pero si ya yo no veo otra cosa que tenga yo que predicarles a ellos; por favor, que venga ya la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos, que han estado escuchando la Gran Voz de Trompeta; y entonces el resto que falta del Programa de Dios lo haremos ya con cuerpos transformados”. Si alguien tiene anhelo, deseo de que ocurra la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos soy yo; porque mientras esté en este cuerpo estaré luchando, estaré batallando, tendré problemas en esta Tierra, tendré luchas, cometeré errores, tendré faltas, y yo no quiero nada de eso; yo quiero un cuerpo perfecto, en el cual no cometa errores ni faltas, en el cual no tenga problemas, y el que surja lo resuelva inmediatamente. Y es una promesa que Él ha hecho para usted y para mí. Y yo quiero que Él cumpla esa promesa lo más pronto posible, y yo anhelo y deseo que Él lo haga en esta misma generación. Porque si lo hace en esta generación, estamos ya fuera del alcance de las cosas de este mundo, y estaremos ya en la etapa de perfección, en la etapa de una raza superior, de la cual solamente ha habido dos personas en esta Tierra, uno: Adán, y después el segundo Adán: el Señor Jesucristo. Una raza superior a cualquier ser humano que haya vivido en esta Tierra, y superior a cualquier ángel o querubín o serafín. Es lo superior de la Creación de Dios. Imagínese, Dios mismo es la cabeza de esa nueva raza, con Su cuerpo teofánico, y Su cuerpo que Él formó en el vientre de la virgen María; Él mismo se colocó a la cabeza de esa raza. Por eso seremos iguales a Él, a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Es tan grande y tan importante esa raza, que Dios mismo, el mismo Señor Jesucristo es la cabeza, la Piedra Angular, la Piedra del Ángulo de esa raza superior, eterna, de esa raza que no tiene limitaciones, y que es de acuerdo, conforme al Orden de Melquisedec. Por eso dice Jesús que Él es el principio de la Creación de Dios, de esa Nueva Creación \[Colosenses 1:15-18\]. Así que caminaremos un paso hacia la perfección, a la perfección total, hacia esa Nueva Creación Divina. Nosotros hemos sido escogidos y predestinados para ser a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, por eso la lucha en esta Tierra. Pero lo que sufrimos y luchamos y padecemos en esta Tierra, no es de comparar con la gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros \[Romanos 8:18\]. Y no sabíamos quiénes éramos, no sabíamos quiénes somos; pero ya vamos sabiendo, vamos entendiendo quiénes somos en esta Tierra, por qué estamos aquí en esta Tierra; y que nuestro tesoro está en el Cielo, y que nuestro Padre está en el Cielo, y que nuestra herencia está en el Cielo, y que hacemos tesoros en el Cielo, estamos haciendo tesoros en el Cielo, como dijo el Señor Jesucristo \[San Mateo 6:19-21, San Lucas 12:33\]. Así que con nuestros corazones colocados en las cosas del Cielo caminemos hacia adelante, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es en vano \[1 Corintios 15:58\], sino que recibirá Su recompensa de acuerdo a la intención de su corazón, y de acuerdo a lo que usted ha hecho. Y el que siembra escasamente, no espere cosechar abundantemente; pero el que siembra abundantemente, sepa que nadie le estorbará para cosechar en el Reino de Dios abundantemente \[2 Corintios 9:6\]. Todos queremos dar fruto a ciento por uno, para cosechar plenamente; para cosechar a ciento por uno hay que sembrar lo que corresponde para el tiempo en que uno vive. Tenemos que sembrar abundantemente para cosechar abundante, sin nadie obligar a uno. Este es el tiempo en que el ser humano se tiene que sentir libre completamente, y lleno del conocimiento de las cosas de Dios para actuar espontáneamente, libremente, sin nadie obligarlo, sabiendo quién él es, sabiendo cuál es el Programa de Dios, sabiendo qué es lo que Dios está haciendo en nuestro tiempo y qué nos espera a nosotros en el Programa Divino; y sabiendo que nada nos podrá apartar del Amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro, nada absolutamente \[Romanos 8:35\]. No pensando que hoy estamos salvos y mañana, por algún problema, ya nos hemos perdidos, en ninguna manera. Los hijos de Dios son hijos de Dios desde antes de la fundación del mundo. Estamos pasando por una etapa de proceso aquí en la Tierra, de muchas pruebas y problemas, pero seguimos siendo hijos de Dios, y no vamos a perdernos en ningún momento. Esté tranquilo y confiado en lo que Él dijo, dijo: “Mis ovejas, nadie las arrebatará de Mi Mano” \[San Juan 10:28\]. Así que esté tranquilo, confiado y firme en el Mensaje, en la Gran Voz de Trompeta, porque fuera de eso no hay esperanza, ni para usted ni para mí tampoco. La esperanza mía y la fe mí está basada en la promesa de Dios para este tiempo; y por eso estoy esperando mi transformación, la cual necesito urgentemente, por la cual clamo con urgencia. Algunas veces yo digo: “Es difícil un año más sin estar transformado, pero si no hay otro remedio, pues pasamos otro año”; pero nos gustaría, el resto de los años que vengan, pasarlos, pero con un cuerpo ya nuevo; yo lo necesito, y yo creo que cada uno de ustedes también. Entonces oremos a Dios, clamemos a Dios, como toda la Creación está clamando por la adopción, la transformación de los cuerpos de los elegidos, y la resurrección de los muertos. Nosotros que estamos vivos, que somos los que tenemos el derecho y el privilegio de pedir, y que Dios conteste nuestra oración, porque estamos viviendo en la edad que corresponde a este tiempo. Entonces todos juntos, los que vivimos aquí en Puerto Rico y en el resto de la América Latina, en todos los demás países, clamemos a Dios; porque Dios no da una cosa, Dios no cumple una promesa, a menos que el pueblo que la va a recibir esté clamando por esa promesa y la necesite en ese momento; si no la necesitamos y estamos conformes con estos cuerpos, nunca va a venir la transformación. Pero vamos a clamar por esa transformación, por la redención de nuestro cuerpo, diciéndole a Dios que sabemos, que estamos conscientes que estamos viviendo el día, la edad, la etapa de la transformación de los vivos y la resurrección de los muertos; y clamemos por el cumplimiento de esa promesa, para que Él la cumpla. No esperemos que tengamos una apertura grande para clamar por esa promesa. Es nuestra, es para nosotros esa promesa; pero tenemos que pedirla. Pidamos el cumplimiento de esa promesa y la recibiremos, clamemos antes que termine esta generación. Yo clamaré también a Dios por el cumplimiento de esa promesa, y si Dios nos escucha y está en Su Programa que sea para esta generación, entonces la recibiremos en esta generación. Si no está para esta generación, pues seguiremos clamando hasta que Él la cumpla. Porque de qué nos vale saber que estamos viviendo en la etapa o Edad de la Piedra Angular, la edad de redención, saber, conocer los misterios de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta llamando a los escogidos, saber que están siendo llamados todos los escogidos, conocer la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, verla en estos días, y no recibir la transformación de nuestros cuerpos y la resurrección de los muertos en estos días o en este tiempo final. Entonces, sin la transformación está incompleto todo lo que Dios tiene para este tiempo. Así que deseamos que Él complete Su Obra en este tiempo, y mi deseo es que lo haga en esta misma la generación, antes que termine, que es la generación que ha visto el pueblo hebreo regresar a su tierra. Así que clamemos por el cumplimiento de esa promesa, y veamos todas las cosas con Binoculares, con los Gemelos de San Mateo, capítulo 24, verso 30 y 31, los Ángeles del Señor con Gran Voz de Trompeta llamando a los elegidos. Esos son los Binoculares, los Gemelos que nos mostrarán todas estas cosas a todos los seres humanos y a todas las iglesias. Bueno, si eso es lo que nosotros estábamos esperando, estábamos esperando estas cosas, y estábamos esperando estas cosas, porque eran las cosas que Él había prometido para nosotros. Bueno, ya es una hora muy clave. Yo, ya es la segunda vez que veo el reloj; cuando lo vi hace algún momento eran las 2:00 de la tarde, y ya son las 2:14 o 13 minutos o 15 minutos; y me recordé —cuando vi que eran las 2:00 de la tarde— me recordé cuando el hermano Branham miró el reloj, y dijo: “Son las 2:00 de la tarde, está terminando la Segunda Etapa y está siendo introducida o comenzando o por comenzar la Tercera Etapa” \[SPN63-0728 Cristo Es El Misterio De Dios Revelado, pág. 90, párr. 637\]. Y ojalá estemos comenzando hoy una etapa final, en la cual obtengamos la transformación de nuestros cuerpos; porque yo lo necesito más que todos ustedes, si alguien necesita esa transformación soy yo, y usted me dice: “Yo también”. Todos la necesitamos, por lo tanto, vamos a pedirla para todos. Lo que Dios me dé a mí yo quiero compartirlo con ustedes; ustedes saben que siempre ha sido en esa forma, y siempre será en esa forma. Todas las bendiciones que Dios me dé a mí siempre las estaré compartiendo con todos los elegidos, no las tomaré para mí para yo quedarme con ellas. Así que siempre ha sido así y siempre será en esa forma. Así que Dios les bendiga, Dios les guarde. Muchas gracias por vuestra amable atención, que pasen todos muy buenas tardes; y será hasta el domingo próximo, Dios mediante, 99% seguro de que estaré aquí con ustedes. Dios les bendiga y Dios les guarde. **“LOS GEMELOS DE DIOS”.**