--- title: 'El rapto espiritual' date: 1975-06-22 activity: 1 place: city: Ponce state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Dice la Palabra del Señor; eso se encuentra en la página 130 y 131 de la Biblia mediana. Dice la Palabra del Señor, hablando con relación a la Segunda Venida de Cristo, dice \[RV1909. Primera de Tesalonicenses 4:13-18\]: *“Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.* *Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él á los que durmieron en Jesús.* *Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros á los que durmieron.* *Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero:* *Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.* *Por tanto, consolaos los unos á los otros en estas palabras”.* Nuevamente oremos al Señor por la Palabra y el Mensaje de la mañana: Padre celestial, en esta mañana ante Tu presencia estamos. Estamos adorando y glorificando Tu Nombre Eterno y glorioso; y aquí ha llegado el momento de Tu hablar a nuestros corazones. Y Te rogamos Tú hables a nuestros corazones en estos momentos y nos edifiques a todos, oh, Padre celestial. Padre, Te lo pido en Tu Nombre Eterno y glorioso. En el Nombre del Hijo de David. Amén, amén. En esta mañana vamos a hablar acerca del rapto. Es un tema muy sencillo, pero a la vez es un tema muy importante para todos los hijos de Dios. Este tema del rapto, para poderlo entender bien, tenemos que mirar lo que Dios ha prometido a través de todos los tiempos, a través de Su Palabra, y lo que Él ha cumplido en este tiempo en que nosotros estamos viviendo. Y tenemos que recordar que toda la Palabra, todas las Escrituras, todas las promesas tienen un doble cumplimiento. Tenemos que mirar siempre la Palabra; y cuando la miramos ver de qué forma la estamos mirando. Si nosotros miramos en las promesas del Señor, lo que Dios ha prometido y ha cumplido en este tiempo, si lo miramos desde un punto de vista literal, o si lo miramos desde un punto de vista espiritual; porque una misma Escritura tiene un significado literal con cumplimiento literal, y también tiene un significado espiritual con cumplimiento espiritual. Por lo tanto, este tema del rapto, cuando usted lo mira, tiene un cumplimiento literal y también tiene un cumplimiento espiritual; todo depende en qué forma usted esté mirando este tema del rapto. Por ejemplo, el cumplimiento literal de este tema del rapto, es cuando nosotros seamos raptados o pasados de esta dimensión en que vivimos en carne humana, seamos transformados y arrebatados de aquí, salgamos de esta Tierra e idos a la séptima dimensión; eso es usted mirando este tema del rapto, directamente en forma literal. Pero si usted lo mira en forma espiritual, entonces usted encuentra que hay algo muy glorioso, que nosotros si lo miramos de esa manera… porque primero, usted tiene que ver que las cosas se cumplen en lo espiritual y luego en lo literal ¿ve usted? Entonces, sí miramos el cumplimiento de este tema del rapto en lo espiritual, vamos a aprender muchísimo y vamos a ver bien claro lo que es el rapto en lo espiritual. Ahora, sépase bien, que cuando usted está mirando lo que dice la Palabra desde un punto de vista, si lo está mirando desde el punto de vista espiritual, entonces es de ese punto de vista espiritual; quizás al usted mirarlo desde el punto de vista espiritual, quizás usted lo ve todo cumplido; pero está cumplido en lo espiritual. Pero cuando lo mira desde el punto de vista literal, encuentra entonces que no está cumplido lo que usted está mirando. Entonces en eso nosotros tenemos que tener mucho cuidado y saber hacer la separación entre lo espiritual y lo literal ¿ve? Ahora, este tema del rapto, es un tema en el cual es hablado a través de toda la Palabra del Señor; y en el Mensaje de la hora es hablado este tema del rapto ampliamente. Ahora, ya vimos este tema del rapto en lo literal, lo cual será cuando seamos raptados literalmente nuestros cuerpos (¿ve?) como individuos, siendo parte del grupo, del grupo de carne humana que seremos transformados y raptados. Pero ahora, veamos que todo eso que está ahí, “que el mismo Señor descenderá del cielo, y descenderá con aclamación, voz de arcángel y con trompeta de Dios”, todo esto tiene una aplicación literal y tiene también una aplicación espiritual. Ahora, nadie estará, nadie estará en el cumplimiento de esto en lo literal, si primero no está en lo espiritual. Por ejemplo, si nadie podrá estar en el rapto en lo literal, si primero no está en el rapto espiritual, ¿ve usted? Entonces, si la aclamación, voz de arcángel y trompeta de Dios, si no la vemos nosotros, su cumplimiento en lo espiritual, entonces nunca veremos el cumplimiento literal de ello. Ahora vamos a ir inmediatamente, entonces, al cumplimiento de estas cosas en lo literal y este cumplimiento en lo espiritual. El cumplimiento de la voz de aclamación en lo literal, es el Mensaje de la hora. Voz de arcángel: es resurrección, y trompeta de Dios: es el rapto en literal. ¿Ve usted? Y esas tres cosas las hace el Señor cuando Él desciende del Cielo. Ahora, vamos a ver todo esto en lo espiritual, que es lo que cuenta para nosotros ahora. Actualmente lo que cuenta para nosotros es su cumplimiento en lo espiritual, para entonces los que están en ese cumplimiento en lo espiritual, pasen a estar en el cumplimiento en lo literal. Encontramos que el rapto ocurriría al final o luego de la séptima edad de la Iglesia, después de terminada la séptima edad de la Iglesia ¿qué ocurriría? El rapto. Vivimos en este tiempo, en el último tiempo, o sea, la última edad de la Iglesia, en lo literal; en lo literal, la última edad de la Iglesia en lo literal no ha terminado (en lo literal); porque estamos en la séptima edad, que es la edad de la Laodicea; y ella termina luego. O sea, ella termina cuando los escogidos son raptados ¿ve? Ahí es que ella termina. Pero en lo espiritual la séptima edad de la Iglesia, Laodicea, termina cuando los escogidos en lo espiritual fueron raptados, fueron sacados de ella, ¿ve? Entonces cuando termina Dios de tratar con la Laodicea en lo espiritual, ya no se encuentra allá adentro; ya salió de allá, porque salió el grupo que tenía que salir; y aún el mismo Señor estaba allá adentro y lo echaron fuera. ¿Ve usted? Ahora veamos, vamos a ahondar en esto. El mismo Señor descenderá del Cielo. Estamos viendo que el Señor ha descendido del Cielo, y ha descendido con aclamación, que es los Sellos, con la revelación de los Sellos. ¿Y cómo ha descendido el Señor? Ha descendido en carne humana ¿ve? Ha descendido en carne humana y ha descendido con el mensaje de los Sellos, con la revelación de los Sellos. Y también ha descendido con voz de arcángel; arcángel es: mensajero, mensajero mayor. El más grande mensajero es un arcángel, un ángel es un mensajero menor, pero un arcángel es un mensajero mayor. Entonces, ha descendido con voz de arcángel. Y esto no es otra cosa, sino el mismo Cristo vestido en carne humana como el Mensajero de la resurrección, para traer una resurrección: la resurrección de los muertos en Cristo, de los que duermen; porque los hijos de Dios no mueren, sino que duermen, están dormidos. Entonces, luego también encontramos que viene, en Su venida, cuando Él viene, viene con estas tres cosas: con aclamación, voz de arcángel y con trompeta de Dios. Trompeta de Dios es: rapto. Ahora, vamos a verlo, vamos a verlo en lo espiritual esto, cómo se ha cumplido. El mismo Señor ha descendido del Cielo; en Apocalipsis 10 nos dice que el Ángel Fuerte descendió envuelto en una nube; y esto pues ya lo vimos cumplido aquí cuando en el 63 le aparecieron los ángeles al profeta; allí apareció el mismo Señor también entre los ángeles, y al descender (y fue retratado), cuando bajó a la Tierra, ¿en qué bajó? Bajó en el cuerpo del séptimo mensajero; descendió en carne humana. Fue vista la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, y entonces se mete en el séptimo mensajero, y desciende aquí a la Tierra, y al estar aquí en la Tierra, ya podemos ver que ya dejó de ser el séptimo mensajero y se convirtió en el octavo mensajero; o sea, se convirtió en el Ángel Fuerte encarnado en el octavo mensajero. Ya de ahí para adelante, el séptimo mensajero desapareció, y apareció manifestado en carne humana el Ángel Fuerte, que es Cristo descendiendo del Cielo con aclamación, que es el mensaje de los hechos, conforme a como el profeta nos explica aquí en el mensaje titulado *El Rapto*. Aquí lo podemos ver. El Hermano Branham nos dice página 25, 27, 29 y 31, nos dice: *“Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo;* *Suceden tres cosas distintas: la aclamación, la voz, y la trompeta. Estas cosas tienen que suceder antes de la aparición de Jesús. Ahora, la aclamación... Jesús ejecuta las tres cosas en Su descenso. ¿Qué es una aclamación? Es el Mensaje, y sale primero. El Pan de Vida trayendo la Novia a fruición. Ahora Dios tiene un modo de hacer las cosas; y El nunca cambia Su Plan porque es el Dios inmutable. Además, Él dijo:* *Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. (Amós 3:7)”.* Y ahora asamos más adelante, a la página 27, dice: *“Él ordenó que estas cosas fueran así. Y tiene que mandar estas cosas. La primera cosa que sucede cuando El comienza a descender de los cielos: hay una ¡aclamación! ¿Qué es? Es un Mensaje para juntar a la gente. Primero viene un Mensaje. Ahora es el tiempo de aderezar las lámparas. ¿Cuál fue la vigilia cuando aderezaron sus lámparas? La séptima vigilia, no la sexta sino la séptima.* *(...)Algunas de las vírgenes hallaron que ni aun tenían aceite en sus lámparas. Pero ahora es el tiempo de aderezar las lámparas. Es el tiempo del capítulo cuatro de Malaquías. Es el tiempo de Lucas 17:30* (o sea, de la manifestación del Hijo del Hombre apareciendo como el Elías que habría de venir)*, y todas las demás profecías que vemos perfectamente colocadas en las Escrituras para este día, y las vemos claramente”.* Ahora pasamos a la página 29: *“Ahora la primera cosa es la aclamación, luego la voz y después la trompeta. La aclamación es un mensajero preparando a la gente. La segunda cosa es la voz de la resurrección. Es la misma voz que encontramos en Juan 11:38 44, la cual llamó a Lázaro del sepulcro. Tenemos pues la preparación de la Novia y luego la resurrección de los muertos, para subir todos juntos. Ahora fíjese, son tres cosas que suceden. La siguiente ¿cuál será? La trompeta. Una aclamación, una voz y una trompeta. La tercera cosa será la trompeta, lo cual en la Fiesta de las Trompetas, siempre era llamando a la gente a la Fiesta. Eso será la Cena del Cordero con la Novia, allá en el Cielo. ¿Ve Ud.? La primera cosa que sale es Su Mensaje, llamando a la Novia; luego es la resurrección de la Novia que duerme, la que ha muerto en las otras edades. Y todos se juntarán con la trompeta en la Fiesta en los Cielos. Eso es lo que sucede, amigo”.* ¿Ve usted? En lo literal vemos estas cosas, y en lo espiritual también vemos que todo esto se cumple. El Señor ha descendido en carne en el séptimo mensajero, y ha hecho las tres cosas, ¿ve? Ha hecho las tres cosas. Y la aclamación es la revelación de los Sellos que fue traída por el mismo Señor a través de carne humana, ¿ve? Dios manifestado en carne humana nos reveló el misterio de los Sellos. Luego viene la resurrección: voz de arcángel; eso ¿qué es lo que hace? Eso lo que hace es que trae la resurrección, la resurrección de los que duermen en los sepulcros; los trae y los reúne a todos. Y luego la trompeta de Dios ¿qué es lo que hace? Lo que hace es: llevarnos a la Cena del Cordero, o sea, nos rapta, a la Cena del Cordero. Ahora, todo eso lo veremos también lo literal cuando todo eso ocurra; y también en lo espiritual lo tenemos en medio nuestro cumplido hoy en día. Encontramos que ha habido una aclamación: la revelación de los Sellos; lo tenemos. Eso no es otra cosa, sino, ¿qué? Dios abriendo el Libro de la Vida y llamando a Sus escogidos, preparando a Sus escogidos. Luego la voz de arcángel o es otra cosa, si no, el Ángel Fuerte, que es Cristo, hablando a Sus escogidos que están metidos en los sepulcros denominacionales, llamándolos a una resurrección. Entonces, es la voz de la resurrección, a través de Dios manifestado en carne humana, para sacarnos de los sepulcros denominacionales. Y ahora vamos a pararnos hay un momentito y leer algo, porque esto lo más que cuenta para nosotros en esta hora en que vivimos. Si podemos estar en la resurrección espiritual, estaremos también en y con los que resucitan o resucitaron o resucitarán de las edades pasadas; y también estaremos en el rapto. Si no estamos en la voz de arcángel, o sea, la resurrección hoy en lo espiritual, no lo estaremos en lo literal. Aunque nosotros en lo literal no tenemos que resucitar, porque estamos vivos todavía; lo que tenemos es que ser transformados. Ahora veamos esta resurrección en lo espiritual. Página 11 y página 15 del mensaje titulado *Ya Ha Salido El Sol*, mire lo que dice aquí el profeta. Página 11 nos dice: *“52 …Por cuanto Yo vivo, vosotros también viviréis; Yo vivo en vosotros; y las obras que Yo hago (Juan 14:12) me identificarán a Mí entre vosotros. ¡Qué tremendo Mensaje! Con razón hemos tenido un mundo lleno de tinieblas teológicas. Pero habría de haber Luz nuevamente en el atardecer. ¡Habría una resurrección en el atardecer! Habría Luz en el atardecer”.* Al caer la tarde habría una resurrección. Ahora vamos a ver, esta resurrección vamos a verla a través del mismo mensaje, para así ver que ha sido está resurrección, la cual ha tenido lugar en nuestro tiempo. Página 15 dice el profeta: *“67 ¡La mecida de la Gavilla! Y, ¿qué cosa fue esa gavilla? Fue el primer grano que llegó a la madurez; el primero que probó que en verdad era trigo y que era una gavilla. ¡Aleluya! ESTOY SEGURO DE QUE ESTAN VIENDO LO QUE LES ESTOY DICIENDO. Él fue mecido sobre el pueblo; y por primera vez habrá, en la edad de la Novia, una resurrección de entre el denominacionalismo tan oscuro; habrá un Mensaje mostrando que la madurez completa de la Palabra ha vuelto de nuevo en todo su poder, y que será mecido sobre el pueblo por medio de las mismas señales y maravillas, tal como Él lo hizo en el pasado”.* Esta gavilla que sería mecida en este tiempo ¿qué es? El primero que llegaba madurez, el primero que llegaría a la perfección. Y eso no sería otra cosa, sino el primero que llegara a tener en él a Dios en toda Su plenitud manifestado plenamente en carne humana. Y esto no sería otra cosa, sino la Segunda Venida de Cristo; la cual se cumplió en el séptimo mensajero. Entonces el Señor viniendo en el séptimo mensajero, ¿qué es lo que hace?, ¿qué es lo que produce? Es esta gavilla siendo mecida: Lucas 17:30 y Malaquías 4:5, que es el Elías que habría de venir, que no es otro sino, el Hijo del Hombre, Dios en carne humana. ¿Y qué es lo que hace? Él viene con voz de arcángel. Para ¿qué? Para producir una resurrección. Eso es lo que Él trae; Él produce el trae una resurrección, ¿qué resurrección es la que Él trae? Una resurrección fuera del tenebroso denominacionalismo, una resurrección sacando fuera de la edad de la Laodicea a Sus escogidos, a Sus hijos; los resucita de los sepulcros denominacionales. Entonces al resucitarlos, ¿qué es lo que hace? Luego viene la trompeta de Dios. La trompeta de Dios es el rapto; y es el mismo Señor manifestado en carne humana produciendo las tres cosas. ¿Qué es lo que hace? Nos trajo la revelación de los Sellos; luego nos sacó, con la revelación de los Sellos nos sacó ¿de dónde? De las denominaciones. Nos resucitó de ahí de las denominaciones. Nos sacó de muerte y nos trajo a vida. Nos sacó de dogmas, credos y tradiciones, que es muerte, y nos trajo a ¿qué? A vida, a la Palabra, que es vida. Y luego, ¿qué es lo que hace? Nos rapta. La trompeta de Dios lo que hace es que produce el rapto. Y eso es el mismo Señor a través de carne humana, llamándonos en el rapto, espiritualmente hablando; o sea, llamándonos, sacándonos… nos sacó, nos resucitó de la Laodicea, de dogmas, credos y tradiciones, nos subió y entonces nos raptó a ¿qué? A la Piedra Angular, nos raptó a eternidad, nos raptó a esa Edad de la Palabra, la cual es una Edad eterna, la cual no pertenece a ninguna de las edades de la Iglesia, porque las edades de la Iglesia eran temporeras. Ninguna era eterna; pero la única Edad Eterna eres la Edad de la Novia, la Edad de la Piedra Angular, ¿ve? Por eso aquí dice, que…: *“Estoy seguro que ustedes saben lo que estoy hablando, fue mecido sobre la gente, y la primera vez ahí surgirá para la edad de la Novia”.* ¿Ve usted que sencillo es esto en lo espiritual? Entonces, todos los que oyeron la aclamación, que eran escogidos, ¿qué hicieron? Los escogidos, entonces también oyeron la voz de arcángel. ¿Y qué es la voz de arcángel? Es resurrección; y fueron resucitados, fueron sacados de las denominaciones, y fueron traídos a la Palabra, a vida eterna. Y luego han sido raptados, raptados ¿a dónde? Raptados a lo eterno, raptados a eternidad, raptados a la Mansión celestial, raptados al Trono de Dios: la Piedra Angular. Estamos hablando en los términos espirituales, que es la Edad de la Palabra, la Edad del Hijo del Hombre, la Edad del Esposa. Ahora fíjese cómo ocurrido este rapto en lo espiritual. Por eso es que, encontramos, que ha ocurrido la aclamación, ha ocurrido la voz de arcángel, que es la resurrección, y ha ocurrido el rapto, y muchos se han quedado (hablando en términos espirituales); muchos se han quedado, muchos no han escuchado la voz de la resurrección; al no escuchar la voz de la resurrección, porque estaba prometido que en el tiempo final los muertos, los escogidos, escucharían ¿qué? La Voz del Hijo del Hombre, porque el Hijo del Hombre se manifestaría en este tiempo final. Entonces los muertos, pero los muertos en Cristo (son los primeros que salen en la primera resurrección), entonces los muertos en Cristo, los muertos que están ahí metidos en la edad de la Laodicea, estaban ahí muertos; pero los santos no mueren, estaban dormidos solamente, dormidos en medio de toda esa gente muerta, muertas espirituales en los sepulcros denominacionales. Ellos están muertos, por eso ¿qué ha pasado? Ni escucharon la aclamación, ni escucharon la voz de arcángel, que es la voz de la resurrección, para salir fuera de las denominaciones, para salir fuera de la última edad de la Iglesia. Entonces al no poder escuchar ¿qué? La voz de la resurrección, la voz de arcángel, ¿qué ha pasado? Entonces se han quedado todavía en la Laodicea. Por eso no pueden pensar ni creer de que estamos en otra edad, en la Edad Eterna; por eso no pueden subir arriba, sino que se quedan ahí en la Laodicea, y no pueden salir de la Laodicea. ¿Por qué? Porque están muertos, y la señal de muerte que hay en la Laodicea ¿cuál es? El profeta dice. “Lenguas es señal de muerte”. Las lenguas fueron señal en aquel tiempo de Pentecostés, de que la Dispensación de la Ley había terminado; y lenguas hoy es señal de muerte también, señal que la dispensación gentil ha terminado y ha muerto, ¿ve? La última edad de la dispensación gentil ¿cuál era? La edad de la Laodicea. Terminó, murió, y ahora tiene sobre sus puertas la señal de muerte. ¿Cuál es? Lenguas. Por eso es que en este tiempo es un tiempo en que todas las religiones están hablando en lenguas. Empezaron los pentecostales, pero ya los evangélicos también hablan en lenguas, los católicos también hablan en lenguas, y todas las religiones ahora hablan en lenguas; porque esa es la señal de que están muertos, y no lo saben. ¿Ve? Entonces, vemos que ha ocurrido un rapto en lo espiritual, y ese es el rapto más importante para nosotros. Porque si estamos en este rapto, entonces cuando venga el rapto literal para llevarnos nuestros cuerpos, entonces ahí estará nuestro cuerpo también siendo transformado y raptado. Ahora fíjese cómo la voz de arcángel produce la resurrección cuando saca los muertos, lo resucita y los transforma; esa es la voz de arcángel. Nos trae una transformación. Trae una transformación de una persona muerta a una persona viva; transformado ese cuerpo. Y en lo espiritual ¿qué ha pasado? Al oírse la voz de arcángel fuimos resucitados y sacados de ahí, y fuimos transformados; fuimos transformados de ¿qué? Fuimos transformados… vamos a verlo por aquí donde el profeta lo dice, y así pues, no tendremos problemas nunca, si hablamos lo que el profeta ha hablado. Dice la página 24, la página 24 \[20\] comenzando ahí, dice \[*Ya Ha Salido el Sol*\]: *“118 Por lo tanto, tu cuerpo es el templo de lo Dinámico. ¿Por qué? ¡Desde el principio eres parte de lo mecánico! ¡Oh-h-! Ahí está tu resurrección. Ahí está la Iglesia con El en la resurrección. ¡Estos cuerpos ahora mismo están vivificados! ¿Ven? Ustedes han oído; ustedes creen; le ha cambiado de una denominación a la Palabra. ¿Ven?”* De una denominación, porque la última edad de la Iglesia ya es una denominación; la Laodicea se denominó, se convirtió en una denominación, y echó fuera a Cristo. Y entonces de una denominación, de la Laodicea se transformó a ¿qué? A la Palabra, la Piedra Angular. De la Laodicea se transformó a otra cosa. Fíjese, usted si era pentecostal, de pentecostal se transformó a ¿qué? A la Palabra; y usted sabe cómo se llama la Palabra ahora. Ahora usted no es pentecostal, ahora usted es otra cosa. Ahora usted no tiene el nombre pentecostal, sino que tiene el Nombre del Esposo. Entonces hubo una transformación. Entonces como grupo, nosotros estamos en el grupo que ha sido transformado; transformado de una denominación a la Palabra para la hora; ya usted no pertenece al pentecostalismo, sino a la Palabra, la Piedra Angular. Entonces cuando pertenecía el pentecostalismo o cuando estaba allá metido en el pentecostalismo, pues llevaba nombre pentecostal, ¿ve? Pero ahora que está en la Palabra, entonces lleva el Nombre de la Palabra, de la Palabra para esta hora manifestada en carne humana; lo cual es el Nombre de Dios. Porque el Nombre de Dios es la Palabra manifestada; la Palabra manifestada, expresada es la manifestación del Nombre de Dios. O sea, cuando la Palabra se encarna, esa es la manifestación del Nombre de Dios, entonces esa Palabra encarnada lleva el Nombre de Dios ahí puesto. Ahora, viendo que esto es algo muy tremendo, muy hermoso, muy bonito, entonces fíjese, hemos sido llamados por la aclamación y entramos a aclamación oyendo la voz de Dios a través del instrumento que Dios usó para revelarnos los Sellos. Luego oímos la Voz de Dios diciéndonos: “Salid de en medio de ella pueblo mío”. Al salir eso fue como cuando el Señor le dijo a Lázaro: “Lázaro, ven fuera”, la misma cosa. Dice el profeta que esta Voz de Tesalonicenses, es una Voz viva, así como en el tiempo de Lázaro cuando el Señor le dijo: “Lázaro, ven fuera”; así hemos visto que una Voz viva nos ha dicho: “Salid de en medio de ella pueblo mío. Salid de ese sepulcro, salid de esa cueva”, ¿ve? Entonces, Lázaro estaba ya podrido. Dice el profeta que ya se le había caído la nariz; porque cuando el Señor lo llamó ya tenía 4 días. Entonces, encontramos que toda persona, el cuerpo de toda persona comienza a corromperse después de las 72 horas; después de 3 días ya el cuerpo comienza a corromperse. Entonces ya Lázaro tenía 4 días, ya estaba en un estado de corrupción; pero el Señor lo llamó y lo resucitó, y entonces ¿qué pasó? Salió fuera. Fue en el cuarto día en que vino el tiempo de resurrección; y también es en el cuarto día en que es la resurrección. Fíjese, cuarto día de las edades, encontramos la edad de Lutero: un día. la edad de Wesley: otro día. la edad pentecostal: tercer día; pero el cuarto día: en la Edad de la Palabra, en el tiempo de la cuarta edad, que es la Edad de la Palabra, la Edad Eterna, ahí es que ocurre la resurrección ¿ve usted? Entonces en el cuarto día, cuando terminó el tercer día, fue que el Señor llamó a Lázaro fuera. Y cuándo terminó el tercer día, la edad pentecostal, la edad de la Laodicea, entonces es que el Señor llama a Sus hijos a salir de en medio de ella; porque ya lo que hay ahí es corrupción. Y aún nosotros mismos, estando allá adentro, ya espiritualmente hablando, ya estábamos entrando en corrupción. ¿Por qué? Porque, fíjese, tantas cosas corruptas, espiritualmente hablando, que hay ahí adentro en la Laodicea: venta de pasteles, dogmas, credos y tradiciones; todo eso es corrupción. Y todo eso ¿qué era lo que estaba haciendo? Haciendo esa corrupción espiritual en los escogidos. Pero el Señor habló la Palabra, nos llamó fuera, y hemos venido a una resurrección, y ahora estamos otra vez como en el principio; estamos otra vez como estaba la Iglesia en los tiempos de los apóstoles, en los tiempos de San Pedro y de todos estos apóstoles del Señor. No como en las edades, sino antes de las edades. Porque recuerden que el tiempo de los apóstoles, hasta cierto tiempo no pertenece a las edades de la Iglesia; porque las edades de la Iglesia comenzaron en el año 53 de la edad o era cristiana; y en ese año fue que comenzó las edades de la Iglesia. Las edades de la Iglesia corresponde a los gentiles. Pero aquel grupo de hebreos que eran del grupo de los apóstoles, la Iglesia hebrea, y tampoco, el grupo final, tampoco pertenece a las edades de la Iglesia. Aquel que grupo y este grupo, se unen ¿ve usted? Entonces estamos como en el principio nuevamente, como si no hubiera habido una muerte, como si no hubiéramos estado metidos allá en el sepulcro denominacional. Ahora vemos que esto ha sido algo muy maravilloso, porque en lo espiritual todo esto se ha estado volviendo de una manera tan y tan sencilla, que la gente no se han dado cuenta de lo que ha estado pasando. Por eso usted encuentra que el profeta en muchas ocasiones, dice que ya las Bodas ocurrieron; y pueden encontrar también en algunas ocasiones que el profeta señala que las bodas van a ser más adelante; o sea, entre cuando nos encontremos con el Señor en el aire, en algunas ocasiones usted ha encontrado que el profeta dice: “Cuando nos encontremos con el Señor en el aire, ahí serán las Bodas. Como lo fue cuando Rebeca se encontró con Isaac a mitad de camino, y entonces la metió a la casa de su mamá, y ahí entonces se casó con ella”, ¿ve usted? Pero eso está hablando no literal ¿ve? Cuando usted lo ve desde el punto de vista literal, entonces todo eso está para el futuro. Pero cuando usted te lo ve desde el punto de vista espiritual, ya todo eso ha ocurrido. Para poder estar en lo literal, tenemos que estar primero acá lo espiritual. Entonces, fíjese, la mitad del camino entre la Tierra y el Cielo, dice el profeta, que el Señor se encuentra con Su Novia, y la mete a la Casa de Él y se casa con Ella, ¿ve? Y él dice: “Eso acontecerá así también cuando seamos raptados y vayamos a nuestro hogar”. Eso es en lo literal; pero lo espiritual ¿qué ha pasado? En mitad del camino entre la Laodicea y la edad de la Palabra, ahí se ha encontrado el Señor con Su Novia, ¿ve? Ha sido en el aire ¿ve? en el aire, entre medio de la Laodicea y la Edad de la Palabra, ahí se encontró con Ella, y ¿qué hizo? La metió a la Casa, a la Piedra Angular, y se casó con Ella en lo espiritual. Por eso entonces usted cuando mira que el profeta ha dicho: “La Novia está casada”, usted puede ver entonces que está casada con el Hijo del Hombre que se encontró con ella, se encontró aquí en carne humana entre nosotros; y cuando le recibimos nos casamos con el Hijo del Hombre, con el Señor. Y nos metió ¿dónde? A la Casa, la Piedra Angular, a la Edad de la Palabra; nos sacó de la edad de la Laodicea y nos metió allá arriba. Por eso es que no tenemos pentecostalismo en medio nuestro, sino que lo que tenemos es la Palabra en medio nuestro. Ahora veamos a ver lo que dice el profeta con relación a las Bodas que han sido efectuadas en este tiempo. Página 31 nos dice el profeta \[*El Rapto*\]: *“Yo le puedo perdonar, pero siempre recordaré que Ud. hizo estas cosas malas. En tal caso Ud. no es justo, sino solamente perdonado. Pero en los ojos de Dios, la Novia es justificada. Nunca hizo el mal. Amén. Allí está parada, casada con el virtuoso Hijo de Dios. Nunca pecó. ¿Por qué? Porque fue preordenada; entró a esto sin elección propia. Y ahora, cuando oyó la Verdad y se entregó, entonces la sangre la limpió, y allí está, virtuosa, sin ningún pecado.* *El Mensaje entonces llama a la Novia: ¡La aclamación!”* ¿Ve? Cuando el Mensaje llamó la Novia, los Sellos llamó a la Novia, ¿qué pasó? Y Ella lo aceptó ¿qué pasó? Ahí quedó justificada. Y quedó ¿qué? Casada con él virtuoso Hijo de Dios. Entonces vino el tiempo de casarse… \[corte de audio\]... la Gran Fiesta en los Cielos, o sea, la Gran Cena del Cordero en los Cielos, la Novia congregándose en la Cena del Cordero. Eso ocurrirá al literalmente cuando subamos allá; pero espiritualmente ha sucedido también. Digo, con los que han oído la aclamación y luego han oído la voz de arcángel para salir de la Laodicea. El que no ha salido de la Laodicea y cree que estamos en la edad de la Laodicea, está metido ahí dentro, pues todavía él no ha oído nada; está muerto, porque ahí lo que están son muerto, porque ya los vivos salieron. Por eso dice la Escritura: “Levántate tú que duermes, despiértate tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo”. Levántate tú que duermes y despiértate de entre los muertos, o levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. \[Efesios 5:14\]. ¿Ve? Había que despertarse y levantarse de entre los muertos de la Laodicea. Y entonces ¿quién es el que alumbra? Se levanta, se sale fuera, y entonces le alumbra Cristo, que es ¿quién? Dios manifestado en carne, la Piedra Angular. Ahora, al esto ocurrir ¿qué ha pasado? Entonces cuando ha ocurrido este rapto, o sea, cuando hemos sido raptados, sacados de ahí, y metidos allá arriba a la Piedra Angular, que ese es el rapto lo espiritual que ha ocurrido, raptado de la Laodicea a la Edad de la Palabra, a la Edad de la Novia. Cuando eso ha ocurrido, entonces ¿qué es lo que hay allá preparado para los que han sido raptados, para los que han entrado a esa nueva edad, a esa Edad de Eterna, el cual es el Trono de Dios, el cual es el Reino de Dios? Los que han entrado al Reino de Dios ¿qué es lo que hay para ellos ahí? Lo que hay para ellos ahí es una cena, es la Cena del Cordero. Entonces espiritualmente estamos cenando ya hace tiempo. Cuando nosotros oímos el mensaje de los Sellos, oímos la revelación de los Sellos, y luego oímos la voz de arcángel que es la voz de resurrección mandando los a salir del Laodicea, y salimos de la Laodicea, fue duro para salir del Laodicea, porque siempre veíamos o pensábamos que estábamos ahí todavía; pero cuando el Señor nos abrió los ojos y nos enseñó que ya esa edad era un sepulcro y que había que salir de la Laodicea, y entonces vimos hacia dónde había que salir, entonces salimos. Y cuando salimos, esa salida o esa orden de salir, esa es la voz de arcángel. Esa es la Voz de Dios a través del mensajero ordenándole a salir de ahí; y al salir que es eso una resurrección. Entonces entramos a resurrección, resucitados de las denominaciones, de la Laodicea a Nueva Vida a la vida de la Palabra. Ya nomás la Laodicea si no la Palabra, la Edad de la Novia. Y luego, ¿qué pasó? Entonces oímos la Trompeta de Dios, que es el llamado, el llamado de ¿qué? El llamado de: “Sube acá,” el llamado del rapto: “Sube acá”. Fíjese, oímos la voz, allá, la apertura de los Sellos la oímos, supimos de eso. Luego, oímos la voz de salir, salimos. Luego de salir, para ¿dónde vamos a coger? Él dice: “Sube acá”. Oímos una trompeta: “Sube acá”, ¿a dónde? A la Piedra Angular. Y al subir allá, ¿qué lo que hay allá arriba? La Cena del Cordero esperándonos, la Cena del Cordero, que es en lo espiritual; es toda la comida de la Palabra de Dios preparada para los hijos de Dios. Entonces estamos cenando actualmente, porque el Señor dijo: “El que no coma la carne y beba la sangre del Hijo del Hombre, no tiene vida permanece siente en sí”. \[San Juan 6:53\]. ¿Y qué es esa cena? Esa cena es la carne y la sangre del Hijo del Hombre. ¿Qué es la carne y la sangre del Hijo del Hombre? Toda la revelación de la Palabra con relación a la manifestación del Hijo del Hombre hoy. Toda esa Palabra que tiene que ver con lo que Dios ha hecho hoy, todo eso es la comida, la cena para nosotros comer. Entonces estamos cenando ¿qué? La carne del Hijo del Hombre, la Palabra del ahora. Estamos, fíjese, nos comimos el Nombre, nos comimos la nueva edad en que estamos, la Edad de la Palabra, nos comimos Dios manifestado en carne (esto es hablando en términos espirituales). Muchos dicen o muchos pueden haber dicho: “Mm, mm eso sí yo no me lo como, eso si yo no lo paso por aquí”, (hablando en términos espirituales). Usted dice, muchos dicen: “Eso sí que yo no lo puedo comer” ¿ve? Pero es en términos espirituales. Pero los que han subido hacia arriba, sí que te están comiendo todo eso; porque eso es para lo que están allá arriba en la Piedra Angular, que es la Edad Eterna, han entrado a eternidad. El profeta Dice que una persona cuando recibe el Mensaje de la hora, realmente el Mensaje (que usted ya sabe que es el Mensaje), el Mensaje es Dios hecho carne en medio nuestro nuevamente; y cuando una persona lo recibe como realmente es, dice sin saber la persona, eso lo mete o lo envía a eternidad. ¿A dónde lo envía? Allá arriba, a eternidad. Todos los que han entrado realmente ahí, a la Edad de la Palabra, la Edad del Hijo del Hombre y han visto el Hijo del Hombre manifestado en carne humana hoy, han visto el Nombre del Hijo del Hombre y han visto todas estas cosas, están en la edad eterna, están en eternidad; y nunca podrán morir, ¿sabe usted? Eso el que realmente ha entrado, el que realmente ha subido, ese nunca podrá morir. No hay dogmas, credos, tradiciones, no hay denominación, no hay edad de la Laodicea que lo pueda echar para atrás; porque morir, ¿qué es morir? Morir es volver otra vez parala Laodicea. ¿Ve? Pero el que ha entrado allá arriba entró a eternidad, a vida eterna; y nunca jamás verá muerte. Nunca jamás volverá para la Laodicea, porque si vuelve para la Laodicea, ahí es que hay muerte y moriría espiritualmente. Pero si entró allá arriba, ya él sabe lo que hay abajo; sabe que para allá no vuelve, porque de allí salió, de la Laodicea. Salió y sabe que es un sepulcro \*\* en dónde lo que hay es, espiritualmente hablando, huesos secos, muertos espirituales; porque dónde único hay vida, es arriba en la Piedra Angular, porque es el Trono de Dios; y ahí es a donde el Señor llama a Sus escogidos. Por eso la Novia está, fue llamada, está casada, y está ¿qué ahora? Está comiendo en la Cena del Cordero. Ya está en la Cena del Cordero, comiéndose ¿qué? Comiéndose todo lo que había para Ella. Todas estas cosas que Dios nos ha estado dando, todo eso es la Cena del Cordero; todo eso, lo que está servido en esta Cena; y por eso es que no todo el mundo puede comer de estas cosas, porque para comer todas estas cosas hay que estar allá arriba; el que se queda o se quedó en la Laodicea, mm, mm, esa comida le hace daño, no se la puede comer, porque no es comida para la Laodicea. ¿Saben ustedes que la Laodicea está tipificada por los halcones, halcones y también por aves que no son águilas? Pero la Novia, la Esposa que ya está casada, que ya es Esposa, está tipificada por águilas. “Y donde estuviera el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”. \[San Mateo 24:28\]. El cuerpo muerto actualmente ¿dónde está? Arriba en la Edad de la Palabra; y el cuerpo muerto ¿de qué? El cuerpo muerto del Hijo del Hombre ¿ve? Entonces ¿qué es lo que está haciendo repartido actualmente? Está siendo repartido el cuerpo del Hijo del Hombre; la Palabra está siendo repartida, toda la Palabra está siendo repartida, y las águilas están comiendo su alimento y están donde está el cuerpo muerto, donde está el alimento de ellas, que es la Cena de las Bodas. La Cena del Cordero. Entonces encontramos que el resto no puede comer comida de águila; no se puede comer la carne del Hijo del Hombre, no se puede comer eso de que el Hijo del Hombre se ha manifestado hoy en carne humana, y que lo hemos visto, y que el Hijo del Hombre tiene el Nombre eterno de Dios; porque siempre cuando el Hijo del Hombre se manifiesta tiene nombre de Dios, ¿ve? Eso no se lo puede comer porque eso es carne de águila; eso es alimento para águila, pero no para halcones. Ahora los halcones y las águilas son hermanos ¿ve? Es después del águila, le seguía el halcón. Pero el halcón fue diseñado para volar alto; pero él se pervirtió y dejó de actuar como debía de actuar, y entonces dejó de volar alto como su hermano el águila; y entonces dice el profeta que se pasaba y se pasa por los postes de la luz, por los cables del teléfono velando a ver dónde encuentra un conejo por allí para comérselo, un conejo muerto para comérselo, o cualquier otra cosa; pero el águila está más arriba, por las alturas volando, y lo que come es carne fresca, carne acabada de matar. El profeta explica que esto no es otra cosa, sino los halcones tratando de comer, de conseguir conejos, conejos muertos por ahí, eso no es otra cosa sino los de la edad de la Laodicea comiéndose un maná pasado de tiempo; comiéndose conejos muertos es comiéndose el mensaje pentecostal, que ya eso pasó de tiempo y está podrido ¿ve? Pero las águilas volando las alturas de Dios y comiéndose el Maná para ese tiempo, comiéndose la carne del Hijo del Hombre, es los escogidos allá arriba en la Piedra Angular, los escogidos son las águilas comiéndose el Mensaje de la hora; y el Mensaje de la hora ¿es qué? Dios manifestado en carne con Su Nombre Eterno y glorioso puesto ahí en esa manifestación en carne y todas esas cosas; eso es el alimento espiritual para los que están en el rapto hoy, los que han sido raptados. Ya hemos sido raptados, espiritualmente hablando, ya estamos en la Cena del Cordero; y por eso es que usted siente tan buen sabor a esa Palabra en este tiempo, porque usted no le encuentra falta a esa Palabra, a esa cena que nos ha servido el Señor. Por donde quiera que usted lo coma es perfecto, no tiene falta, tiene buen sabor por todo sitio; pero es un alimento tan fuerte que a cualquiera de allá de la edad de la Laodicea, a cualquiera que se lo coma, le hace daño; su estómago espiritual no está preparado para comerse ese alimento ¿ve usted? Por eso es que cualquiera de la Laodicea que trate de meterse a la Cena, le hace daño; y no solamente eso, lo sacan fuera. Por eso la parábola de hombre que se metió dentro, cuando el Señor mandó a preparar una gran cena, dice que luego vino a ver los invitados y vio que había uno allí metido que no tenía vestido de boda; al no tener vestido de boda entró por alguna otra forma, por alguna otra puerta; era un denominacional, era un Laodicea, uno de la Laodicea y se metió, se quiso meter, se quiso colar, pero fue echado fuera; fue echado fuera todo enredado, atado de pies y de mano, y echado fuera para la gran tribulación ¿ve usted? Así que, ahí a esta Edad de la Palabra no se puede meter el que quiera meterse; solamente los escogidos que han sido predestinados para estar ahí, y han sido llamados; han sido llamados por el Señor, por Dios manifestado en carne. Nos trajo el Mensaje, luego nos llamó fuera y luego nos llamó arriba: “Salgan de ahí de la Laodicea, ¿y para dónde vamos a coger? “Suban acá arriba a la Edad de la Palabra, a la Edad de la Piedra Angular”. Y ahí estamos, porque ahí lo que hay es una fiesta gloriosa para todos los hijos de Dios. Estamos ahí con el Señor viendo el Señor cara cara, espiritualmente hablando; lo hemos visto, hemos visto Su Nombre Eterno y hemos visto todas estas cosas; lo hemos visto como Rey ¿ve? Porque está sobre el Trono. Lo hemos visto como Rey, porque así es que Él está en la Edad de la Palabra. Ahora, esto es algo maravilloso para nosotros. Ahora recordemos que también el profeta dice, que en el tiempo del fin, que en el tiempo del fin la cizaña también vendría a sentarse en el Reino junto con el trigo; vendría a sentarse. Y eso es lo que trata la cizaña: sentarse junto con el trigo en el Reino, acá en la Piedra Angular, pero ¿qué pasa? Es echado fuera. Ahí no, ese no es lugar para la cizaña; ese no es lugar nada más que para el trigo, para los hijos de Dios; y nadie más puede ver ni entender ni nada, solamente para los hijos de Dios. Sin embargo, un hijo de Dios quizás no ha estudiado mucho, quizás no sabe tanto, quizás no ha leído tanto, pero ¿qué pasa? Lo cree todo. ¿Ve que el profeta ha dicho aquí que Dios se ha manifestado en carne hoy? ¿Y qué es el Hijo del Hombre? Pues lo cree, ¿por qué? Porque no está muerto, y como está vivo entonces sus ojos pueden ver la Palabra; un muerto no puede ver nada de eso, no puede ver ni siquiera el Señor ha venido en carne humana hoy, aunque está ahí escrito. Fíjese, está ahí escrito, pero no lo puede ver, ¿por qué? Porque está muerto en el denominacionalismo pentecostal, que es lo que hay ahí es oscuridad y no puede ver. Con los ojos literales, físicos, lee, pero sus ojos espirituales están cegados. Laodicea está ciega, y como con lo que usted ve la Palabra… usted no ve la Palabra con sus ojos literales; con sus ojos literales, sus ojos físicos usted ve la letra de la Palabra; pero la Palabra, ver la Palabra, ver lo que significa, eso eso es ver la Palabra. Por eso el Señor dijo: “El que oye mi Palabra, tiene vida eterna”. \[San Juan 5:24\]. ¿Sabe lo que quiere decir ‘el que oye mi Palabra, el que escucha mi Palabra’? Quiere decir el que entiende mi Palabra tiene vida eterna. Por eso, es que fíjese, muchas personas oyen la Palabra de Dios, y sin embargo usted ve que no tiene vida eterna, ¿por qué? Porque la oyen con sus oídos físicos, pero no la oyen con sus oídos espiritual para entenderla; entonces no la entienden espiritualmente; y si no la entienden, no le puede producir vida eterna. Es el que entiende la Palabra, el que tiene vida eterna, ¿ve usted? Entonces no es el que ve con sus ojos físicos la Palabra escrita, el que tiene vida, sino el que la ve con sus ojos espirituales; y al verla con sus ojos espirituales, la recibe *acá* en el corazón. Fíjese, ¿ha visto usted a Dios manifestado en carne hoy? ¡Claro que lo ha visto! ¿Con qué lo ha visto? Con sus ojos espirituales, con sus ojos del alma. Muchos lo ven *aquí* escrito, pero espiritualmente no lo pueden ver, no lo pueden reconocer espiritualmente con sus ojos del alma. Sin embargo, usted lo ve escrito y lo ve desde lo profundo de *acá* y lo entiende; o sea, lo puedo entender, puede saber que eso es la verdad, y que es de esa manera cómo está ahí escrito. Ahora para nosotros en esta ocasión es un privilegio nosotros poder estar en la Gran Cena del Cordero, espiritualmente hablando. Yo creo que ahora pronto el Señor desea que sigamos hablando de todos estos temas así sencillitos en enseñanzas, trayendo la enseñanza de todos estos temas, y viendo todas estas cosas desde los dos puntos de vistas, o sea, desde los dos ángulos: desde el ángulo espiritual y desde el ángulo literal o físico, para que así podamos comernos todo ese alimento que hay, toda esa gran cena que hay servida… está toda la cena está servida, está ahí preparada, toda almacenada; y ahora entonces al nosotros tráela, predicarla, eso es se nos está siendo servido un plato de la Gran Cena del Cordero; y entonces cuando usted lo ve y lo recibe, usted se la está comiendo. Fíjese cómo es que se come en el Reino de Dios, hablando en términos espirituales, usted come ¿cuándo? Cuando lees traída la Palabra. “Porque no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. \[San Mateo 4:4\]. La comida más importante para los hijos de Dios no es la comida física, sino que es la comida espiritual, y esa comida espiritual es la Palabra de Dios; y cuando a usted le he traído a la Palabra de Dios, entonces cuando usted la ve que les traída, se la trae, usted ve que es la Palabra, y entonces usted la toma y la recibe en el corazón, eso es comerse esa Palabra. Así es que comemos, espiritualmente hablando. Porque cuando usted come en lo físico ¿qué es lo que usted hace? Lo que se le sirve lo toma y se lo echa adentro, para adentro; y en lo espiritual cuando se le sirve la Palabra, el Pan de vida, usted lo toma y lo echa para adentro también ¿ve usted? Siempre comer es echar para adentro; en lo físico usted come y echa para adentro, para el estómago; pero en lo espiritual usted come y echa para dentro, para el estómago espiritual suyo, que es el corazón, el alma. ¡Oh, bendito el Señor para siempre! Entonces cuando usted come ¿qué es lo que pasa? Eso le da fuerza para trabajar, para seguir adelante, para vivir, le da ánimo. Pero una persona que no come ¿qué le pasa? Se enferma, y después que se enferma se muere; y en lo espiritual, una persona que está en la Gran Cena del Cordero si no comió, se va a morir espiritualmente. Pero aquí, todos los que están ahí en esa Edad de la Palabra, todos los que están ahí están llenos de hambre, y están con hambre espiritual, porque saben que hay comida en abundancia y que tiene buen olor, buen sabor, está bien preparada. Fue preparada ¿por quién? Por el Hijo del Hombre. Fue preparada por el mismo Señor que vino en carne humana, y nos preparó esa Palabra. Mire, todo esto que está por aquí, todo esto que usted ve, esto no lo preparé yo ni lo preparo ustedes, esto lo preparó el Hijo del Hombre, esto lo trajo, esta comida la trajo predicada el Hijo del Hombre, Dios manifestado en carne. ¿Recuerdan ustedes que el Señor le mostró al hermano Branham, le mostró a él como un local, un sitio donde él estaba almacenando alimento, zanahorias y todas estas cosas? ¿Para qué estaría almacenando eso? Para la Gran Cena del Cordero, en lo espiritual; para esta Gran Cena fue que él estuvo almacenando toda esa Palabra, todo ese alimento; lo estuvo almacenando, predicándolo y siendo grabado; y ahora luego de ser grabado ha sido impreso en letras, y tenemos toda la comida de la Gran Cena la tenemos. Y ahora ¿qué es lo que está pasando? Está siendo servida, la Gran Cena está siendo servida. Los santos escogidos que han sido raptados están ahí en el Reino de Dios; y esa mesa de miles y miles de millas de largo, oh, están ahí todos los santos alrededor de esa mesa. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Ahí es donde todas las lágrimas también nos son limpiadas, ahí ve usted todas las lágrimas en lo espiritual han sido limpiadas; ya usted puede ver también que usted no tiene motivos para usted estar sufriendo, en cierto sentido, por sus amados familiares que ya partieron. Su papá o su mamá, si partieron y no conocían al Señor, no se preocupe, el Señor les ha limpiado las lágrimas haciéndonos saber que todo lo que amamos y todo lo que nos han amado, estarán también con nosotros, así como es con el hermano Branham. Todos los que han amado al hermano Branham y todos los que él ama, van a estar allí. El Señor nos ha consolado, nos ha limpiado nuestras lágrimas haciéndonos conocer todas estas cosas, y haciéndonos saber que nuestros familiares que están vivos, los reclamamos y no tenemos ningún problema con ellos, de que se vayan a perder, porque los tenemos reclamados. Y como decía nuestro hermano Adalberto Pérez en algunas ocasiones, lo reclamamos vivos o muertos; eso quiero decir más de lo que usted se imagina. Después que lo reclamamos, no importa que el Señor se lo lleve, no importa que mueran, a lo mejor después de reclamarlos a lo mejor se mueren rapidito. Pero, nosotros nos han sido secada nuestras lágrimas, sabiendo que aunque se vayan, primero que nosotros, aunque mueran está tan seguro porque le veremos después en la eternidad. Por lo tanto ¿ve usted? que hay motivos para estar contentos. Ahí en la Edad de la Palabra, en la Edad de la Piedra Angular no hay motivo para nosotros estar triste, hablando en términos espirituales; en lo espiritual usted no tiene motivos para estar triste; porque el Señor nos ha dado todo y ahora nos está dando la cena; la cena es la última comida, y es la Cena del Cordero la última comida, la comida de tarde, ¿ve usted? Al tiempo de la tarde habría luz y habría una cena también, la tenemos en medio nuestro, y lo bueno que está esa cena porque por donde quiera que usted toma es la carne de las águilas, la carne del Hijo del Hombre lo que podemos comer, y la sangre, y beber la sangre del Hijo del Hombre, así que… todo esto en los términos espirituales. Ahora vemos que estamos más más arriba de donde uno se puede imaginar. Usted ahora no tiene que tener preocupación de que si es o no es de la Novia, de que si se va en el rapto o no se va, si ya hizo este rapto, ese es el más importante, porque él que está en ese estará en el otro, ¿ve usted? Son poquitos, si son poquitos. Pero lo importante es que usted está ahí; si hubieran sido millones y si usted no fuese uno de los escogidos tampoco iba a estar aunque fueran millones, pero si solo es un grupito pequeño como lo sabemos, y usted es un escogido, pues usted está ahí aunque sean poquitos, usted es uno de los pocos. Y la identificación de que usted está en la cena y está comiendo es que usted le gusta lo que Dios nos ha servido en esta hora final, porque no se le está trayendo pensamientos o imaginaciones humanas o lo que en la Laodicea se enseña, sino lo que fue traído, enseñado a través del Hijo del Hombre que se manifestó en este tiempo. Todo lo que se le está dando ¿qué es? lo que fue almacenado, todo ese alimento que fue almacenado ahora está siendo repartido en esta hora para los hijos de Dios. Ahora ¿no se goza usted de ser lo que es y de estar dónde está? Es motivo realmente para alegría, para regocijo estar en el tiempo en que estamos; es tiempo de ¿qué? De jubileo, jubileo espiritual para todos los hijos de Dios, y júbilo tremendo en el cual ha entrado el pueblo del Señor. **“EL RAPTO”** un tema muy hermoso, muy precioso, y en esta mañana hemos visto el rapto mirándolo desde el punto de vista o desde el ángulo espiritual y su cumplimiento, y lo hemos visto ya cumplido. Recuerdan ustedes ese corito que los hermanos Fajardo sacaron, que se titula *El Rapto*, ¿cuántos lo recuerdan? El hermano Elías ¿no sé si lo tiene? Hemos sido raptado en el rapto de la Palabra, el rapto de la Palabra. Hemos sido raptados y estamos muy contentos de estar ahí; nadie nos hace mirar para atrás, para abajo. Igual que cuando seamos raptados en lo literal para venir para acá, esperaremos a que pase la Cena; después venderemos para abajo. Para venir para acá abajo, arriba están las cosas muy buenas; regresaremos para abajo cuando vengamos investidos con la plenitud de Dios para predicar entonces a la Laodicea, ¿ve? En el investimento, entonces vamos a bajar un poquito y predicar a ellos; ellos van a ver, pero no vamos a bajar para comer allá abajo; bajaremos cuando nos hayamos comido todo lo que haya allá arriba. Mientras, acá arriba en la edad de la Palabra estamos fiestando, estamos de Cena, ¿qué pasa abajo? En este tiempo, abajo, espiritualmente hablando, lo que están ahí abajo están en una gran tribulación, hablando espiritualmente; después la otra grande, la grande en lo literal viene tres años y medio después. Pero mientras la Novia está arriba en la Cena del Cordero disfrutando ahí, abajo en la edad de la Laodicea, lo que hay es tribulación, espiritualmente hablando. En la gran tribulación ¿qué es lo que pasa? El diablo se apodera de todos los reinos. El diablo se apodera de todo y establece su edén aquí en la Tierra. ¿Y qué es lo que hace en lo espiritual el diablo en la edad de la Laodicea en este tiempo? Ha establecido su edén en la edad de la Laodicea. Por eso el mensaje titulado *El Edén de Satanás*, donde el hermano Branham nos muestra qué es la Laodicea, es el edén de Satanás ¿ve? Ahí el diablo ha establecido su edén. Pero gracias al Señor, que el Señor sacó a la Novia de la edad de la Laodicea, y la tiene arriba donde está celebrándose la Gran Cena del Cordero. Pero abajo, una gran tribulación es lo que hay espiritualmente hablando. El diablo enseñoreado de todo lo que están ahí, gobernándolos a través de los falsos ungidos. Y así también el diablo en la gran tribulación gobernará a todo el mundo a través de la persona que tiene para hacer eso: del último papá; y usando los instrumentos que tiene ungidos en alrededor del mundo para gobernar al mundo entero. Ahora fíjese, cuando usted ve las cosas de una sola forma, usted solamente está viendo una parte del Plan de Dios; pero cuando usted lo puede mirar desde el punto espiritual, y míralo ahí en el punto espiritual, le saca todo el provecho, todo el beneficio, en lo espiritual; después lo mira desde el punto literal, y ve todo, toda la revelación con relación al cumplimiento en lo literal. En esta mañana hemos visto su cumplimiento en lo espiritual y estamos muy contentos de saber que estamos de fiesta, estamos de jubileo, estamos de cena, en la Gran Cena del Cordero, donde no hay diablo, ni demonio que se meta ahí. Si cualquiera trata de meterse no puedo entrar. Lo primero es que no quiere entrar ahí dentro ¿ve? No quieren entrar, así que no hay preocupación de que se vaya a meter alguien adentro, porque no pueden, no desean estar ahí. Y si alguno trata de colarse, es echado fuera, atado de pies y de mano, como dice la parábola; es atado fuera ¿para qué? Para ser echado la gran tribulación. ¿Ve usted que antes de la gran tribulación es la Cena y antes de la gran tribulación es que es echado fuera el que es echado para ser metido en la tribulación, ahí pegadito al tiempo de la tribulación? Así que estamos viviendo en un tiempo muy glorioso, el trigo está sentado en el Trono de Dios, en el Reino de Dios, comiendo lo que debe comer la Palabra; pero también la cizaña trató de meterse y fue echada para abajo, fue echada para la Laodicea; y ahí pues, las cosas están muy malas, muy tristes, para todos los que están ahí metidos. Dios nos bendiga en esta mañana, Dios nos guarde. Sabemos que estos mensajes han sido enseñanzas… son sencillitos; por eso es que tenemos que estar preparados con el Señor, para que cuando el Señor nos mande mensaje de enseñanza… usted sabe que no es como cuando uno está predicando con toda la garganta, sino está tocando por aquí, por allá, en esa forma sencilla; y uno tiene que estar con los ojos espirituales abiertos para captarlo todo, y que le sea de beneficio a uno cuando Dios nos permite estas cosas. Yo creo que van a seguir viniendo unos cuantos mensajitos de enseñanza. Hay unos cuantos ya preparados por ahí, mostrándonos el aspecto espiritual y el aspecto literal, en lo cual vamos a ver muchísimas cosas en este tiempo. Vamos a estar puestos en pie en esta mañana. ¿Hermano Elías sabe el corito este que habla del rapto, de la Palabra? Puede pasar por acá. Vamos a cantar ese corito, porque hemos hablado del rapto, hemos hablado del rapto en lo espiritual, y tenemos para cantarlo también, tenemos el corito que corresponde a lo que hemos predicado… \[corte de audio\]. Bueno, ya sabemos dónde estamos, sabemos dónde hemos subido, y ahora como individuos estamos subiendo también, como individuos hasta llegar a la plenitud; pero como grupo ya estamos ahí fiesteando hace tiempito, de la Gran Cena del Cordero. Vamos a inclinar nuestros rostros en esta mañana, vamos a ser despedidos en oración en esta mañana: Padre nuestro que estás en el Cielo. Dios Eterno, he aquí en esta mañana ante Tu presencia estamos. Te damos gracias por todas Tus bendiciones, gracias por esta bendición de poder estar en esta mañana adorando y glorificando Tu Nombre Eterno y glorioso. Gracias Padre celestial porque Tú has estado en esta mañana y estás con nosotros aquí, y estás hablándonos Tu Palabra, oh, Señor, estás enseñándonos todo lo que nosotros debemos saber en esta hora. Estás Señor, dándonos el alimento espiritual, estás dándonos Señor esta Gran Cena, la cual Señor nos fortalece, la cual nos edifica, la cual nos hace crecer como individuos hasta llegar a la estatura del hombre perfecto. Ahora, Padre celestial permítenos a todos en todos los días de nuestra vida, que nunca nos perdamos, Señor, ninguno de los momentos en que aquí nos reunimos para cenar contigo, para cenar, Señor, de esa Gran Cena del Cordero, para cenar la Palabra de esta hora. Ayúdanos a entender, Señor, lo importante que es el estar en esta cena cada día comiendo Tu Palabra, en cada momento que es servida, en cada culto, Señor. Ahora, Padre celestial, Dios Eterno, hemos de salir de aquí, Te rogamos vayas con nosotros, oh, Padre celestial y nos cuide en todos los momentos, oh, Dios Eterno. Padre en Tus manos estamos y en Tu Nombre Eterno y glorioso Te lo pedimos todo, oh, Padre celestial. En el Nombre del hijo de David. Amén, amén. **“EL RAPTO ESPIRITUAL”.**