--- title: 'Dolores de parto' date: 1974-10-30 activity: 1 place: city: Sabana Seca, Toa Baja state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- ...En esta noche, conforme a las Escrituras que hemos leído, pues vamos a tener un Mensajito sencillito acerca de dar a luz, o sea, acerca de los dolores de parto, como hemos leído aquí. Esta misma fue la Escritura que el hermano Branham usó cuando fue a predicar sobre ese tema: “Dolores de Parto.” Y este fue un Mensaje más importante de lo que la gente se han imaginado que fue este Mensaje. Porque este Mensaje, sabemos que cuando el hermano Branham terminó de predicar ese Mensaje, el sacerdote después, el mismo que le había dado la Biblia para que leyese en su Biblia, pues después que terminó el hermano Branham de predicar, vino y saludó al hermano Branham, y le dice: “Tú no terminaste el Mensaje.” El mismo sacerdote este, sabía que habían cosas que el hermano Branham podía decir ahí, que correspondían a ese Mensaje, pero que el hermano Branham las omitió, porque estaría hablando demasiado de claro en esa ocasión frente a esta gente; y quiso dejar la cosa, podríamos decir, un poco parabólica para ellos. Pero para la Novia esto no sería dejado atrás, porque la Novia ha recibido Un Mensaje; la Novia no ha recibido muchos mensajes, sino que la Novia ha recibido Un Mensaje. Hay muchos que han recibido uno de los Mensajes que predicó el hermano Branham, pero la Novia ha recibido El Mensaje que predicó el hermano Branham; que son dos cosas muy diferentes. O sea, que el Mensaje de Dios para la Novia, es el Mensaje que ha sido predicado a través del profeta; y ese Mensaje fue predicado en un lapso de tiempo bastante largo. O sea, es igual que el libro de Apocalipsis. El libro de Apocalipsis usted lo lee y usted dice: “Pues, esto a lo mejor, pues, vino en un día.” No. Eso tomó un lapso de tiempo de dos años. Y así también el Mensaje de la Novia o para la Novia, tomó un lapso de tiempo de unos cuantos años, y fue predicado en diferentes ocasiones. Por ejemplo, tenemos este Mensaje “Dolores de Parto,” donde el profeta trae muchas cosas muy importantes, y donde se cumplieron muchas cosas que se habían cumplido en el principio también. Como cuando el Señor entró a la Sinagoga, al templo, y fue allí; entonces le fue dado por el sacerdote el libro del profeta Isaías; y el Señor vino y lo leyó en el capítulo 61 de Isaías. Y ahí, el Señor comenzó a leer, y cuando llegó a la mitad del segundo versículo, allí se paró. ¿Por qué se paró allí? Porque allí tenía que pararse, porque el resto de ese segundo verso correspondía al tiempo final. O sea, el profeta dice: “Esa otra parte correspondía a la Segunda Venida de Cristo.” Se lo voy a leer de aquí, porque hay algo muy importante por aquí que debemos de ver. Fíjese aquí, en la página 6 del Mensaje titulado: “Hoy se ha cumplido esta Escritura.” El profeta dice: “*Hoy se ha cumplido esta Escritura.’ ¡Cuán preciosas son las Escrituras! Note Ud. en Isaías 61:1-2, de allí es donde nuestro Señor estaba leyendo. Ahora, a la mitad del segundo versículo El se detuvo donde dice: `El Espíritu del Señor es sobre mí.' ¿Por qué? Porque la otra parte del versículo, para traer juicio, no se aplicaba a Su Primera Venida, sino a Su Segunda Venida.”* El Señor cuando vino, Dios manifestado en carne, leyó hasta donde correspondía, porque la otra parte correspondía a la Segunda Venida de Cristo, o sea en la próxima ocasión que Dios se volviese a hacer carne. “*Entonces vemos que las Escrituras nunca fallan, siempre son perfectas. Jesús se detuvo exactamente donde se paró la Escritura, porque hasta allí era lo que habría de ser vindicado en Su día. Ahora eso fue en Su Primera Venida. En la Segunda Venida es cuando traerá el juicio sobre la tierra, no en aquel día, eso fue más bien cuando habría de predicar el año agradable.”* ¿Ve usted? El Señor no podía leer lo que no correspondía para aquella ocasión; porque lo que sería vindicado, lo que sería cumplido en aquel tiempo, era lo que estaba prometido para aquel tiempo; el resto se cumpliría en la Segunda Venida de Cristo, donde vendría como el León de la tribu de Judá, y vendría como Rey para traer juicio. Entonces al venir como Rey no viene como Intercesor, sino que viene como Juez; no viene como Abogado, sino como Juez, a juzgar y a traer juicio. Entonces vemos que esto tuvo su cumplimiento en este tiempo en que, cuando el hermano Branham estaba allá predicando en esta ocasión -en Phoenix, Arizona,- estaba predicando este Mensaje, allí se cumplió nuevamente lo que se cumplió en la Primera Venida de Cristo. Y se lo tuvo - le tuvo, la hermana Branham, que regalar una Biblia nueva al hermano Branham... Y todo eso está en el plan de Dios; porque el hermano Branham conoce bien la Biblia, y él conoce bien su Biblia; y él solamente lo que tiene es que ir a buscar una Escritura, y hace así y en seguida la consigue, porque conoce bien la Biblia. Pero para esos días tuvo que, la hermana Branham, regalarle una Biblia al hermano Branham. Y al regalarle esta Biblia, cuando el hermano Branham fue a buscar la Escritura que quería leer... él sabía cuál era, y el lugar; entonces, parecía que no había abierto su Biblia para marcarla como hacemos nosotros, que no tenemos buena memoria para saber en qué lugar está tal y tal texto, entonces yo tengo que hacer eso y meterle un papelito ahí; pero él no tenía que hacer eso, él sabía dónde estaba, y en seguida abría la Biblia y lo conseguía. Entonces, cuando fue a hacer eso, y a buscar, y citó la Escritura San Juan 16:20, y comienza a buscar y no lo encuentra, y pasa para acá y no encuentra a San Juan 16; entonces él le dice a la congregación que estaba allí presente: “Bueno, parece que esta Biblia, como es nueva, parece que ha habido algún problema y esta página no se encuentra, este capítulo no se encuentra en esta Biblia. Parece que se les pasó por alto.” Entonces se levantó un sacerdote, un obispo católico, y viene al frente y le trae su Biblia católica; él estaba invitado a estar en ese culto. Le trae su Biblia católica, y le dice: “Hijo, léela de mi libro.” Entonces el hermano Branham tomó la Biblia y lo leyó de ahí, y luego se lo entregó al sacerdote, y luego predicó su Mensaje “Dolores de Parto.” El hermano Branham, pues, no se está dando cuenta de lo que está pasando; no sabe que en esos momentos se está repitiendo la historia, igual a como fue en los días del Señor Jesucristo, que tuvo que el sacerdote levantarse, darle la Biblia para leer, y El leyó, y entonces se sentó, y entonces comenzó a decir: “Hoy se ha cumplido esta Escritura.” Bueno, entonces el hermano Branham predica su Mensaje “Dolores de Parto.” Y en ese Mensaje tan tremendo -que ya mismo yo le voy a citar algunos lugarcitos aquí.- él lo predicó. Pero el sacerdote, después que terminó; el obispo, después que terminó su Mensaje el hermano Branham, le dice: “Hijo, tú no terminaste tu Mensaje. ¿Qué te pasó? ¿Por qué no dijiste el resto?” Entonces el hermano Branham le dijo: “Estése quieto. Guarde su paz.” Entonces, luego en Indiana, cuando terminó ese culto, luego pues, el hermano Branham está hablando con su esposa cuando se pararon a comprar unas cositas en un “Taste Freez,” o algo así; entonces la hermana Branham se está disculpando con el hermano Branham, que le había regalado esa Biblia y había aparecido con una página menos; entonces al hermano Branham le da con chequear la Biblia. La chequeó de nuevo, y cuando la chequeó de nuevo y empieza a buscar la página, se da cuenta después, que era que estaban pegadas las dos. Entonces cuando se da cuenta que están pegadas, pues, él dice: “Pues... ¿Qué es lo que ha pasado? ¡Si estaba ahí! Y yo no la podía conseguir.” Entonces dice que escuchó una Voz que le habló, y le dijo que el Señor había entrado al templo, y el sacerdote se había levantado y le había dado la Biblia. Y eso fue lo mismo que sucedió con el hermano Branham. Entonces el hermano Branham viene a Indiana y predica el Mensaje “Hoy se ha cumplido esta Escritura ante vuestros ojos.” Y ahí, pues, lo que el sacerdote había dicho: “Tú no terminaste el Mensaje.” Pues entonces si leemos este otro, entonces encontrará que lo que el sacerdote quería que él dijese, está en este otro Mensaje, y en muchos más. Entonces vemos el cumplimiento de esta segunda parte de Isaías capítulo 61 y verso 2. Ahora, es tan importante lo que ha sucedido en este siglo XX, que todavía nosotros como Novia no hemos podido captar lo que significa para nosotros que nuevamente se haya cumplido la Escritura; no hemos podido captar todavía lo que significa para nosotros que Dios se haya hecho carne nuevamente; no hemos podido captar el sentido de lo que es que el Señor haya venido por segunda vez; no hemos podido entender todavía por completo esto. Pero cuando la Novia lo comprenda por completo, ella ha de recibir una tremenda bendición. Ahora, mire lo que dice el profeta en este mismo Mensaje “Dolores de Parto.” Dice que cuando para el pueblo de Israel, o sea, para la Iglesia hebrea... Para la Iglesia hebrea le vinieron dolores de parto, ¿para qué? Cuando fue a dar a luz al cristianismo, hubieron dolores de parto en aquellos tiempos. Y también, dice el profeta: “Lo viejo tiene que morir para nacer lo nuevo.” Si pudiéramos entender eso nada más! Estuviéramos al otro lado. Ahora yo le voy a leer aquí, en español, en este otro Mensaje que van juntos: “Hoy se ha cumplido esta Escritura,” página 4. Dice el profeta: “*Luego el domingo cuando entré al púlpito para predicarles, iba a hablarles sobre `Dolores de Parto,' donde Jesús había dicho: `La mujer cuando pare, tiene dolor, porque es venida su hora...' (Juan 16:21). Yo pues iba a hablar de este pasaje, teniendo `Dolores de Parto' como mi tema para decir que el mundo está en dolores de parto ahora mismo. Lo viejo tiene que despejarse para que lo nuevo pueda entrar. Igual como la semilla tiene que podrirse así para poder dar vida nueva. Los dolores de parto estremecieron al mundo en la Primera Guerra Mundial; allí tuvo un dolor tremendo porque tenían gas venenoso y las otras cosas que por poco destruyen el mundo. Entonces en la Segunda Guerra Mundial tuvo otro dolor más fuerte cuando tuvieron la bomba atómica y demás cosas. El mundo no puede soportar otro dolor de parto. Con los cohetes, etc., que tienen hoy día, otra guerra más echará el mundo al espacio libre porque el mundo ahora será librado. La Biblia dice que habrá una nueva tierra.* *Bajo el mensaje de cada profeta, Israel recibió un dolor de parto porque estos profetas llegaban a la escena después de que los teólogos y los clérigos tenían la iglesia en forma organizada; y cuando estos profetas venían a la escena con ASI DICE EL SEÑOR, sacudían las iglesias y ellas tenían dolores de parto. Por fin tuvo dolores de parto hasta dar a luz un Hijo del Evangelio, el cual fue la Palabra misma hecha carne. Entonces la iglesia verdadera está en dolores de parto en esta noche nuevamente para el nacimiento del Hijo de Dios que está por regresar.* *Todos nuestro teólogos, sistemas y denominaciones se han podrido debajo de nuestros pies. Así que estamos plenamente en dolores de parto. Un Mensaje de Dios siempre causa dolores más duros sobre la iglesia, pero dentro de poco tiempo ella dará a luz una Novia, la cual traerá a Jesucristo a Su Novia.”* Bueno, si pudiéramos ver todo lo que significa todo esto que les he leído, entonces podríamos ver más claramente el tiempo que estamos viviendo. Fíjese, el plan de Dios se desarrolla de la misma manera en las diferentes cosas. Por ejemplo en la Tierra, en esta Tierra, con relación a esta Tierra, se desarrolla el mismo plan que se desarrolla en la Iglesia, y es el mismo plan que se desarrolla en cada individuo; los mismos pasos por los cuales pasa el individuo, pasa la Iglesia y también pasa esta Tierra. Y cuando podemos ver eso, entonces podemos ver el momento en que estamos viviendo y el significado de estos dolores de parto. El mundo está en dolores de parto. La Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial fueron dolores de parto para esta Tierra, para dar a luz, dar a luz una Tierra nueva. Y la Iglesia, como grupo, como Iglesia, ha estado con dolores de parto para dar a luz, para dar a luz a Cristo. Y también la Novia ha estado y está con dolores de parto. O sea que hay que ver el cuadro en las diferentes etapas que tiene. El cuadro enfocado hacia el mundo: dolores de parto para dar a luz el Milenio, y para dar a luz después, más adelante, la eternidad, o sea la Tierra nueva; y luego la Iglesia, el grupo completo, vírgenes prudentes, vírgenes fatuas, o sea, la Iglesia, Laodicea completa: tuvo dolores de parto para dar a luz, para dar a luz la Novia. Dar a luz. Cuando se da a luz es cuando sale lo que tiene vida que está dentro de la mujer. Y lo que tenía vida, que estaba dentro de Laodicea, ¿qué era? La Novia; y tenía que salir. Entonces tuvo que pasar por las etapas de Lutero, Wesley, y entonces la Tercera Etapa: Vida. ¿Ve usted por las etapas que tuvo que pasar? Ahora, fíjese, eso es como grupo, como el grupo de Laodicea, o sea, la Iglesia en completo. Y así como la Iglesia hebrea, el judaísmo, tuvo dolores de parto para dar a luz ¿qué? el cristianismo; así también Laodicea ha tenido dolores de parto para dar a luz una nueva dispensación, una nueva edad. Sabemos que el profeta ha dicho que Padre, Hijo y Espíritu Santo, no son tres Dioses, sino que es el mismo Dios en tres dispensaciones diferentes. Como Padre, en la Ley, la paternidad; como Hijo, en la Gracia; y como Espíritu Santo, en esta tercera dispensación. Y nosotros hoy en día estamos en esa tercera dispensación de la cual nos habla el profeta. Entonces mirando en la página 4 del Mensaje titulado “El Rapto,” leemos lo que dice el profeta: “*Estamos haciendo un cambio de dispensación. Estamos a donde tenemos que dar vuelta a una esquina.”* ¿Vio? Estamos haciendo un cambio de dispensación. En los días del Señor Jesucristo, cuando estuvo aquí en la Tierra, se estaba haciendo un cambio de dispensación, se estaba cambiando de la Ley a la Gracia. Y ahora el profeta dice que en este tiempo se ha estado haciendo un cambio de dispensación. ¿Qué dispensación era la última dispensación, o la segunda? La Dispensación de la Gracia. Y dice que se está haciendo un cambio de dispensación, a una tercera dispensación, donde Dios estará manifiesto no como Padre ni como Hijo, sino como Espíritu Santo. Entonces usted puede ver que cuando fue a ocurrir el cambio de la Dispensación de la Ley a la Dispensación de la Gracia, ¿qué sucedió? El Dios Todopoderoso, que estaba como Padre en la Dispensación de la Ley, vino y se encarnó; creó un cuerpo en el vientre de María, y ahí entonces ese fue el lugar donde Dios moró, y desde ahí El llevó a cabo el plan que tenía preparado para llevarlo a cabo en esa ocasión, para dar comienzo a esa nueva dispensación, que era la Dispensación de la Gracia. Usted notará entonces que cada vez que termina una dispensación y comienza otra, Dios aparece en la escena, Dios desciende a la Tierra y toma un cuerpo de carne, y ahí El hace el cambio. Es el mismo Señor el que hace el cambio y la gente no se da cuenta. Estaba prometido que el mismo Dios que ha estado en la Dispensación de la Gracia manifestándose como Hijo de Dios, Dios en Espíritu, manifestándose como Hijo de Dios en la Dispensación de la Gracia, se encarnaría al final de Laodicea. Se encarnaría ¿dónde? En un cuerpo. En esta ocasión no tenía que crear otro cuerpo, porque ya en esta ocasión, pues, habían cuerpos redimidos, lavados con la Sangre de Cristo; y ya eso es algo que está preparado para la plenitud de Dios meterse dentro de él. Nunca antes se había metido en un cuerpo humano, por causa de que nunca antes había un cuerpo humano preparado; de los nacidos de mujer no había ningún cuerpo humano preparado para Dios entrar, porque todos estaban manchados con el pecado. Por eso en la Primera Venida tuvo que crear un cuerpo que no estuviera manchado con el pecado. Pero ya en este tiempo final, ya hay cuerpos limpios de todo pecado a través de la Sangre de Cristo; y como los hay, pues, Dios no tiene que crear otro. Por eso era que en los tiempos pasados, antes de venir Cristo, pues Dios no podía en un hombre meterse en toda Su plenitud. Y cuando en una ocasión estuvo metido en un cuerpo de carne en toda Su plenitud, Dios lo tuvo que crear; fue en los días de Abraham. En los días de Abraham como no había ninguno preparado, entonces Dios tuvo que crear uno, y dentro de ése meterse y aparecerle a Abraham, ¿ve? Pero en este tiempo sí. No solamente uno, hay muchos: usted, yo, el hermano Branham, todos. Pero de todos ellos, Dios había predestinado que comenzaría con uno de todos esos cuerpos; y comenzó con el séptimo mensajero. Porque el séptimo mensajero es la cabeza, es el líder, del grupo de escogidos de este tiempo, a los cuales les ha sido hecha la promesa de Dios meterse dentro de ellos en toda Su plenitud. Dios descendió en el día de Pentecostés y se metió dentro de los discípulos allí; pero allí no estaba la plenitud de Dios en ellos, era solamente una porción, era solamente las primicias. Pero para el grupo de escogidos de este tiempo es para los cuales está la promesa de recibir la plenitud del Espíritu Santo. Y ese es un privilegio que usted y yo tenemos, y eso es algo que los mismos apóstoles desearon recibir; ellos desearon vivir en este tiempo. Pero como no es del que quiere ni del que corre... ni es porque usted era mejor que los apóstoles. Imagínese, esos grandes apóstoles del Señor, hombres santos de Dios; imagínese, eran personas dignas de recibir esto que vamos a recibir nosotros. Pero a ellos no les tocó vivir en el tiempo que se iba a recibir; y como no les tocó en el tiempo en que se iba a recibir, pues entonces ellos tienen que esperar que nosotros lo recibamos primero, para después todos juntos entonces ser perfeccionados; ellos están esperando por nosotros. Vemos entonces que lo que nos ha tocado a nosotros es grande. Pero también vemos que la responsabilidad para nosotros es muy grande también. Ya tenemos lo que tuvieron los apóstoles. Con lo que ellos tuvieron, miren todas las cosas que ellos pudieron hacer. Con lo que nosotros tenemos hasta el momento, todo lo que ellos hicieron podemos hacerlo nosotros también, si tenemos fe. Hasta donde ellos llegaron, hasta ahí podemos llegar nosotros; y hasta donde llegó el profeta, llegaremos nosotros cuando tengamos la plenitud. ¿Ve? La otra parte, lo que no pudieron hacer ellos, que entonces el hermano Branham lo pudo hacer porque tenía la plenitud, entonces eso otro que ellos no podían hacer y que nosotros no podemos hacer hasta que no lo tengamos, lo vamos a hacer pronto, cuando lo tengamos. Entonces vemos que estamos en un tiempo muy importante. Y el profeta dice que lo viejo tiene que morir, tiene que despejarse, para que pueda entrar lo nuevo. La primera dispensación, la Dispensación de la Ley, tenía que desaparecer de aquellos que estaban entrando o que habían entrado a la segunda dispensación; y todo eso tenía que desaparecer, ser puesto en el lugar que correspondía, y comenzar aquella nueva dispensación que había comenzado, o sea la segunda dispensación; y entonces las cosas de la primera dispensación venían a ser tipo de las cosas que habrían en la segunda dispensación. Entonces para eso, pues Dios también escoge a los que El ha predestinado que va a escoger, para así que todo sea colocado en el lugar que corresponde ser colocado; porque Dios tiene un orden, Dios no es un Dios desordenado. Encontramos a través de los tiempos, en la primera dispensación y en la segunda dispensación, que Dios ha tenido un orden, y que para cada dispensación Dios ha escogido personas para cada clase de trabajo. Entonces no es del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia; y El escoge a quien El quiere escoger para llevar a cabo el trabajo que El quiera llevar a cabo. El profeta dice que nadie puede tomar el lugar de otro. Así que si nadie lo puede tomar, aunque cualquiera quiera tomarlo, no podrá ser instrumento de Dios para llevar a cabo la labor que Dios quiere llevar a cabo a través de fulano y no a través de fulano. Entonces si fulano trata de hacer esa labor, se encontrará haciendo servicio a Dios fuera de Su voluntad; y si hace servicio a Dios fuera de Su voluntad, ¿qué trae? lo que trajo Uza: muerte en el campamento, muerte espiritual. Por lo tanto, sabiendo que estamos en el tiempo más importante de la historia, entonces una de las cosas que usted tiene que reconocer como cristiano, como persona, es la posición suya en el cuerpo; usted saber para qué Dios lo escogió. Y si no sabe, averigüe con Dios; porque en el cuerpo de Cristo todos los miembros tienen una labor para Dios hacerla a través de él; es Dios el que la hace a través de usted. Ahora, cuando tratamos de hacer nosotros la labor de Dios, entonces ahí es que fallamos nosotros; pero cuando dejamos que Dios haga Su labor a través de quien El escoge para cierta cosa o para cierta cosa, entonces Dios es glorificado en esa forma. Siempre, siempre, el problema, ha dicho el profeta, que el problema siempre ha sido que todos quieren llevar la bola; como en los juegos de fútbol. Pues sabemos que hay solamente una bola, y con esa es que se van a anotar los puntos; y el que la toma, entonces tiene que llevarla al lugar donde se hace la anotación, donde se gana, donde se hacen los puntos, y el resto tiene que ayudarle a abrirle paso, en los que pertenecen a ese equipo. Y hay dos equipos aquí sobre la Tierra: el de Dios y el del diablo; hay solamente dos, y la victoria es segura y está asegurada que Dios la tendrá. Ahora, nosotros como participantes en este juego y que estamos metidos en él, entonces lo que hacemos solamente es ver y reconocer cuando la bola cae en manos de alguien; entonces abrirle campo para que anote un punto a favor de la Novia. Es como hemos visto en este tiempo, que al hermano Adalberto le ha caído la bola en la mano, la bola de la imprenta; y eso, pues, hay que reconocerlo. Y cuando lo reconocemos, le ayudamos a abrir campo, a abrir terreno, para que anote un punto a favor de la Novia, y la Novia tenga la Palabra escrita en sus manos, ¿ve? Si yo me pongo a tratar de tomar ese lugar que Dios le ha dado a Adalberto, entonces voy a tener problema, porque Dios no me ha llamado para eso; pero a él lo ha llamado. Y si usted se pone a examinar cuando Dios escoge a alguien para algo, usted notará que la forma en que Dios obra es una forma rara. Por ejemplo, si usted pensase que Dios va a dar una imprenta aquí en Puerto Rico, pues, usted en seguida pensaría: “Bueno, el que va a dirigir esa imprenta tiene que ser una persona que sepa de imprenta, que sepa de equipo, que sepa de todo.” Y sin embargo, cuando ve a quién le ha caído la pelota, la bola, en las manos, usted dice: “¡Pero, que cosa!” Cuando Dios escoge, escoge contrario a nuestros sentidos. Nuestros sentidos nos dice: “Eso no puede ser... tenía que ser de esta manera.” Pero como la obra es por la fe, y el Señor dijo: “No con espadas, ni con ejércitos; sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor.” Y como esto es una obra que es para ser llevada a cabo por el Espíritu del Señor a través de quién El escoja, pues, cuando vemos que Dios está haciendo la obra, vemos entonces que la gloria no se la podemos dar a él, porque él no sabe nada de eso; de imprenta, ¿qué sabe él? Entonces, para traducir Mensajes del profeta, del inglés al español, usted dice: “Bueno, si Dios va a escoger a alguien para una imprenta, para que traduzca los Mensajes del inglés al español, pues tiene que escoger a uno que sepa mucho inglés.” Y sin embargo escogió uno que no sabe inglés. Entonces lo que Dios hace es que después le pone a las personas que va a usar para la traducción, se las pone al lado. Pero usted puede ver que entonces es Dios y no el hombre. Entonces nadie puede llevarse la gloria; entonces nadie puede decir: “Bueno, estas traducciones tan buenas las tenemos porque el hermano Adalberto sabe mucho inglés y Dios lo escogió para eso.” No. Porque Dios fue el que eligió, y señaló, y preordenó; predestinó que aquí hubiera una imprenta para beneficio de los que no saben inglés; y escogió uno que no sabe inglés para eso, ¿ve? escogió uno que no sabe bregar con máquina de imprenta para darle una imprenta en las manos. Así es que Dios obra. Y cuando usted puede ver a Dios obrando en simplicidad, entonces usted podrá ver a Dios siempre. Dios ha dicho que El escoge lo que no es, para avergonzar ¿qué? lo que es. Ahí lo tiene, eso es lo que Dios ha dicho. ¿Por qué? El dice: “Para que ninguna carne se gloríe delante de Mí.” Porque siempre la tendencia de la gente es que si Dios hace algo a través de ellos, y ellos sabían de esa materia, entonces ellos dicen: “Bueno, Dios tenía que hacer esto de esa manera, porque yo sabía de eso.” Pero y cuando Dios realmente se manifiesta en simplicidad, y usted ve a Dios obrando, entonces usted tiene que ver que no es el hombre, sino que es Dios; y entonces cuando usted mira para el hombre, entonces: “Bueno, ¡qué milagro tremendo! que a través de fulano, que no sirve para nada, Dios está haciendo esta cosa tan tremenda.” ¿Ve? Dios obrando, y entonces la gloria se le da a Dios. Ahora, recuerden una cosa, que usted ni yo ni nadie le podemos dar gloria a Dios por algo que Dios haga, a menos que usted no reconozca la forma sencilla y simple en que Dios lo hace. Eso es uno de los secretos para darle gloria a Dios. Si usted nunca sabe cómo Dios lo hizo, usted nunca podrá darle gloria a Dios por lo que Dios hizo. Si usted nunca sabe cómo Dios hizo el plan de Redención, y cómo El nos redimió de todo pecado, y nos lavó de todo pecado, si usted no sabe cómo lo hizo, usted nunca podrá darle gloria a Dios por lo que El hizo, ¿ve? Pero usted sabe que fue a través de la muerte de Jesucristo en la Cruz del Calvario. SIEMPRE LA HISTORIA TIENE QUE ACOMPAÑAR A LO QUE DIOS HA HECHO. Y tiene que ser acompañada en la forma verídica. Si le cuentan a usted la historia de nuestra redención en una forma errada, usted nunca recibirá lo que Dios ha hecho en la redención. Miren ustedes, tantas religiones que hay reclamando como su líder a muchísimos hombres; pero nunca han reconocido a Jesucristo como el líder, como el Redentor, como el que murió por nosotros; entonces tienen otros líderes que murieron, pero que no han resucitado, y están esperando a que resuciten. ¿Ve usted? Siempre, siempre, por obligación, la historia tiene que acompañar lo que Dios manifiesta, lo que Dios hace. Y siempre la historia es un tropezadero, porque la historia siempre es tan sencilla que la gente no pueden creer. Porque ¿cómo iban a creer en aquellos tiempos, que a través de la muerte de un joven de unos 33 años y pico, Jesús de Nazaret, a través de la muerte de El y derramando El Su Sangre, pues que eso y con eso se estaba pagando el precio del pecado? Piense usted en eso. Eso no cabe en la cabeza. Pero cabe acá en el corazón de un verdadero creyente. ¿Ve lo sencillo que es todo el plan de Dios? Y siempre será de la misma manera: Simplicidad, Dios en simplicidad. Cuando vemos en Apocalipsis capítulo 5 que el anciano dice: “He aquí el León de la tribu de Judá, el cual ha vencido y ha prevalecido para tomar el Libro y abrir sus Sellos.” Y cuando Juan lo mira, ve un cordero. El profeta dice: “Dios en simplicidad.” Una cosa tan grande como esa: Dios apareciendo como el León de la tribu de Judá para así cumplir la Segunda Venida de Cristo, y que cuando aparece lo que parece es un corderito. Cuando la gente lo miran, si no tienen la revelación, nunca podrán captar lo que ha sucedido; y si no se capta lo que ha sucedido, no se recibe el beneficio para lo cual Dios ha hecho lo que ha hecho. En este tiempo, si no podemos captar lo que ha sucedido en este tiempo: que Dios ha venido en carne humana y se ha manifestado en esta ocasión como el León de la tribu de Judá, cumpliendo así Su Segunda Venida; si no lo podemos ver como León sino que lo miramos como Cordero, entonces no podemos recibir el beneficio de la obra que El ha venido a hacer como el León de la tribu de Judá. Porque cuando vino como Cordero, tenía una obra para llevar a cabo: la obra de Redención; y ya nosotros hemos recibido el beneficio de esa obra y de esa Primera Venida de Cristo. Pero El ha venido por segunda vez, y ha venido para llevar a cabo otra obra: la obra de reclamación. Y ese beneficio de esa obra no lo podemos recibir, a menos que no podamos ver a Dios manifestado en la forma en que se ha manifestado en este tiempo como León de la tribu de Judá. Entonces, para recibir la Redención hay que recibir a Dios manifestado como Cordero y reconocer Su sacrificio en la Cruz del Calvario. Y para recibir el beneficio de la manifestación de Dios en carne en este tiempo como el León de la tribu de Judá, entonces hay que reconocerlo como se ha manifestado y en la forma sencilla que lo ha hecho, y entonces ver cuáles son los beneficios prometidos en esta obra de Reclamación. Usted nunca podrá recibir el beneficio de una obra, a menos que usted no sepa cuál es el beneficio. Imagínese que le predicaran: “Allá murió en Jerusalén un joven de 33 años, llamado Jesús de Nazaret, y lo crucificaron allá y lo sentenciaron como un blasfemo.” Y no le digan que murió allí para redimirnos a nosotros. Pues usted puede oir la historia, y si no le dicen para qué murió, usted no puede recibir el beneficio, ¿ve? O sea que la historia de lo que Dios hace es algo muy importante en la predicación de la Palabra, para que así el beneficio para lo cual Dios ha obrado, se pueda recibir; porque si no, no se puede recibir. ¿Ve usted lo que le quiero decir? Entonces Dios en esta ocasión ha venido en carne, ha habido un cambio de dispensación, y ¿entonces qué sucede? Lo de la segunda dispensación tiene que ser colocado en su posición correcta; y lo de la tercera dispensación, en la cual nosotros estamos, tiene que ser colocado en su lugar; y ahí siempre es el problema. Y como dice el profeta: “siempre, lo duro para el mensajero es cambiar lo viejo a lo nuevo,” o sea, hacer el cambio; siempre ahí es el problema, porque muchos se quieren quedar en la dispensación que estaban. Porque “Bueno, estábamos bien aquí.” Los de la Ley querían quedarse allá: “No, estamos bien aquí. Tuvimos un profeta vindicado: a Moisés, uno que hizo todo lo que Dios le dijo que hiciera.” También los de la segunda dispensación: “También hemos tenido un mensajero, al mismo Dios hecho carne, Jesucristo.” Pero ya estamos en la tercera dispensación, y hemos tenido al tercer mensajero de la tercera dispensación: Dios en carne humana nuevamente. El mismo Dios en tres dispensaciones. Y para cada dispensación hay Palabra de Dios, Palabra nueva, y hay beneficios nuevos en cada dispensación. Los beneficios de la primera dispensación no son los de la segunda, y los de la segunda no son los de la tercera. Ya hemos recibido los de la segunda dispensación. ¿Fue salvo usted? ¿Recibió el Espíritu Santo? Todos esos son beneficios de la segunda dispensación. Pero ahora hemos comenzado una tercera dispensación, y hay beneficios grandes en esta tercera dispensación. En la segunda dispensación las cosas eran en parte, o sea, en cuanto al poder de Dios manifestado en medio del pueblo de Dios, era en parte; y en cuanto a recibir el Espíritu de Dios, no se recibió la plenitud, sino una porción de Dios. Pero cuando se llegó a la tercera dispensación, el primero de la tercera dispensación, nuestro profeta, recibió la plenitud, él la tenía, y en esta tercera dispensación comenzó por uno; y ahora continuará con todos aquellos que pertenecen a esta tercera dispensación, cuando ellos reconozcan su posición. Y esto de reconocer la posición cada cual, esto es algo que conlleva muchas cosas; o sea, es reconocer la posición en todo lo que conlleva la posición de cada uno de nosotros como individuos y como grupo también; porque son dos cosas diferentes. Entonces, uno solamente puede recibir el beneficio para lo cual el Señor ha venido en esta ocasión cuando uno reconoce la posición de uno como individuo y la posición de uno en el grupo de los predestinados. Los pecadores en la Dispensación de la Gracia solamente podían recibir el beneficio de la redención, de la salvación, como usted y yo lo recibimos. ¿Cuándo? Cuando reconocíamos la posición en que estábamos: pecadores. Reconocíamos que éramos pecadores, y reconocíamos entonces que había Uno que había muerto por nosotros; entonces reconocíamos eso y recibíamos el beneficio cuando nos arrepentíamos. Entonces llenábamos los requisitos establecidos de arrepentirnos y bautizarnos en el Nombre del Señor, y entonces ¿qué pasaba? Lo que el Señor había prometido para esos que se arrepintiesen y se bautizasen, entonces lo recibíamos, como lo recibimos. ¿Qué era lo que estaba prometido? El bautismo del Espíritu Santo. ¿Y qué es eso? Eso es Dios entrar al corazón de la persona, eso es el nuevo nacimiento. ¿Y cómo usted sabe que ha nacido de nuevo? Mire para atrás lo que usted era, y mire para adelante ahora lo que usted es, y mire haber si no ha habido algún cambio. Si no ha habido cambio, pues... debe de haberlo, busque al Señor para que lo haya. Entonces, mire usted los deseos de antes, los deseos al mundo y a las cosas del mundo, al pecado; y mire ahora usted sus deseos. Y si ha habido un cambio, entonces es que Alguien ha hecho ese cambio en usted. Ahora, encontramos que para cada dispensación hay promesas diferentes. Y la promesa que fue para la primera dispensación, no es la misma que fue para la segunda; y la que fue para la segunda, no es la misma que fue para la tercera. Por ejemplo, encontramos que en esta tercera dispensación ha sido hecha la promesa de recibir el Espíritu Santo, sí. Pero ¿en qué forma? Ya lo recibimos en la segunda dispensación. Ahora nos está prometido que lo recibiremos, pero en plenitud, ¿ve? Es el mismo Dios obrando en otra dispensación. Ahora, fíjese, lo que en la primera dispensación significaba entrar a la tierra prometida... ¿qué significaba entrar a la tierra prometida allá? Entrar a Palestina. Eso también estaba representado por el día sábado, reposo; representaba descanso. Entonces cuando vemos que en la segunda dispensación, ahora en la segunda dispensación, no hay que entrar literalmente a una tierra, en la segunda, no hay que entrar literalmente a una tierra; sino que esto de entrar a la tierra prometida, en la segunda dispensación, y esto de entrar en reposo, en sábado, en la segunda dispensación, lo cual allá en la primera era literal, en la segunda viene a ser espiritual. Entrar a reposo en sábado y entrar a la tierra prometida, es recibir el bautismo del Espíritu Santo, donde la persona nace de nuevo; porque ese es el nuevo nacimiento. Pero ahora en esta tercera dispensación, ¿qué nos tipifican estas cosas de la segunda y de la primera dispensación? Porque todo lo de la primera y de la segunda, lo que no se cumple literal, se cumple espiritual; muchas cosas pasan en lo literal y muchas cosas pasan en lo espiritual; porque Dios se perfecciona en tres. Esta es la dispensación del perfeccionamiento. Entonces, fíjese, lo de entrar a la tierra prometida, y entrar en reposo de la primera dispensación, o sea, el sábado, acá en esta tercera dispensación, ¿sabe lo que representa? Entrar al Milenio, que es el... la dispensación número siete, o sea, el séptimo milenio; y siete es reposo, sábado. Eso es entrar a la tierra prometida en lo literal. Pero entrar a la tierra prometida en lo espiritual, en este tiempo, así como en la segunda dispensación entrar a la tierra prometida era recibir el bautismo del Espíritu Santo; ahora en lo espiritual, entrar a la tierra prometida es recibir la plenitud del Espíritu Santo, lo cual estamos esperando nosotros. Ya hemos entrado a la tierra prometida en la segunda dispensación, o sea, lo que correspondía a la segunda dispensación, y hemos recibido todo el beneficio de la segunda dispensación; pero nosotros somos el grupo más privilegiado de todos los grupos a través de las edades. El profeta dice que Laodicea, esta edad final, es la Edad que se funde con la eternidad, ¿ve? Entonces este es el tiempo más importante de todos los tiempos. Entonces tenemos que ver lo que representa esto para nosotros, tenemos que vivir la dispensación en que estamos; si no la podemos vivir, no podremos nunca recibir el beneficio que hay en esta tercera dispensación. Y en esta tercera dispensación es que está la promesa del rapto; en esta tercera dispensación es que está la promesa de la plenitud de Dios también; en esta tercera dispensación es que está la promesa de la transformación; no estaba en la segunda ni en la primera, está en esta tercera dispensación. Y entrando totalmente a ella, como entraron los discípulos a la segunda, así es que podemos nosotros recibir todo lo que hay para nosotros. Si ligamos la primera dispensación con la segunda y con la tercera, nunca recibiremos lo que Dios tiene para nosotros. Mire usted los que han querido ligar la primera dispensación con la segunda dispensación: se encontraron guardando el sábado en la Dispensación de la Gracia, se encontraron que no querían comer carne de cerdo y otras cosas; y eso correspondía a la primera dispensación. Entonces ni reciben el beneficio de la primera, porque para recibir el beneficio de la primera, el Señor dijo, y el apóstol Pablo dice que hay que guardar toda la Ley, y el que la invalida en un punto, la invalidó completo. Así que como la invalidan en muchas cosas, pues, no reciben el beneficio de la primera. El apóstol decía que el que hacía la Ley, o sea, el que vivía la Ley, viviría por la Ley; pero encontramos que el Unico que pudo vivir la Ley fue Cristo, más nadie. Entonces encontramos que no pueden vivir por la Ley, y por la Gracia, pues le añaden a la Gracia lo de la primera dispensación, y entonces lo que hacen ¿qué es? una perversión. Y hay dos cosas muy duras en la Biblia, y una sentencia muy dura en la Biblia, para los que le añaden y para los que le quitan; tan malo es una cosa como otra. Añadirle trae confusión; añadirle lo que se hace es que se pervierte la Palabra de Dios; porque se toma todo lo que Dios dice y se le añade otras cosas que no van ahí. Entonces, añadiéndole, puede una persona, una persona añadiéndole a la Palabra puede hacer más daño que dejando la Palabra quieta; porque el añadirle a la Palabra es pervertir la Palabra, es hacer una perversión; y las perversiones no son halagadas por el Señor, sino que son condenadas. Por eso el profeta decía: “Diga lo que dicen las cintas, no le añada ni le quite a mis palabras.” ¿Ve? Porque es que si se le añade o si se le quita, hay peligro. Si se le añade, pues entonces lo que uno obtiene es una perversión tremenda. Y en una perversión nadie recibe ningún beneficio. Miren, los que le añadieron a la Dispensación de la Gracia, le añadieron lo de la Ley, ¿qué recibieron? Ningún beneficio. Todo es confundido y no pueden recibir ni lo de la Gracia ni lo de la Ley, ninguno de los dos beneficios, se quedan entre medio de las dos cosas, de la Ley y de la Gracia, sin son ni ton. Entonces nosotros, estando en la tercera dispensación, tenemos que ver qué es lo que corresponde para esta nueva dispensación en la cual nosotros estamos; porque esta no es la Dispensación de la Ley, tampoco es la Dispensación de la Gracia. La Ley en el tiempo de Moisés: el Judaísmo; la Gracia: el Cristianismo. Pero ahora estamos en una nueva fe. En el tiempo de la primera dispensación era la fe de la Ley, de la primera dispensación; pero luego vino la fe de la segunda dispensación, que fue la fe cristiana. Pero estamos en otra dispensación, en la cual hay otra fe; pero es la misma fe, pero en otra dispensación. Usted sabe que en el tiempo de los discípulos hubo mucho problema, porque imagínese, empezaron a ver a aquellos discípulos predicando, y estaban predicando una nueva fe, una nueva religión; pero no era la religión de allá de Moisés, era una cosa nueva, una nueva fe; pero era la misma fe, pero en otra dispensación; y como era en otra dispensación, pues era con otro nombre, otro nombre de Dios, el que correspondía a aquella dispensación. Entonces sabiendo nosotros que estamos en esta nueva dispensación, mire lo que el profeta nos dice aquí en el Mensaje titulado: “Alimento espiritual a su debido tiempo.” ¡Oiga! Con ese tema nada más, aprendemos mucho. Alimento espiritual para la Dispensación de la Ley bajo Moisés: Palabra de Dios para aquel tiempo, conforme a como correspondía en aquel tiempo. Alimento espiritual para la Dispensación de la Gracia. Pero Alimento espiritual para esta nueva dispensación. Y también hubo Alimento espiritual en cada edad de la Iglesia, porque es que Dios, el mismo plan que desarrolla mundialmente, lo desarrolla localmente; el mismo plan que Dios desarrolla con la Tierra, lo desarrolla con Su Iglesia, y lo desarrolla con el individuo también. Es el mismo plan. Entonces mire lo que el profeta dice aquí en la primera página, empezando. “Alimento espiritual a su debido tiempo.” Aquí dice el profeta: “*Deseo que se edifiquen ahora en los oráculos santos de Dios, en la fe - la fe de esta hora. Se va a necesitar más fe en esta edad que en cualquier otra edad anterior, porque se necesitará fe de rapto para que seamos levantados. Queremos pues que Uds. crean todo lo que han visto, y oído - la Palabra que han oído ser predicada, y las señales y maravillas que Uds. han visto. Deseamos que Uds. acumulen todo esto en sus corazones y lo consideren, si esto es Dios o no.”* ¿Y usted qué dice? ¿Es Dios todas esas señales, maravillas? ¿Y el cumplimiento de toda esa Escritura, qué es? Dios manifestado en carne en este tiempo. Ha sido Dios, ha sido la Segunda Venida de Cristo cumplida en nuestro tiempo y la gente no se han dado cuenta; y siempre que El ha venido, ha cambiado la dispensación vieja por una nueva, ha habido un cambio, y eso es lo duro para el mismo Señor cuando viene, porque la gente se quieren quedar en la Dispensación pasada. Ahora, fíjese cómo el profeta nos dice que él quiere: “Deseo que ustedes sean edificados.” Venían a ser edificados aquí; y él dice que seamos edificados en los oráculos santos, y ya a eso es que venimos aquí, a ser edificados. Por eso es que decimos: “Señor, edifícanos a todos en esta noche por tu Palabra, y a través de la predicación de Tu Palabra.” Entonces El quiere que nosotros seamos edificados a través de la predicación de la Palabra en la fe de esta hora; no en la fe de la hora de Moisés. En la fe de la hora de Moisés era el Judaísmo, la Ley; la fe de la hora de la Gracia era el cristianismo; pero la fe de la hora actual es otra. La fe de la hora del cristianismo era creer en Dios manifestado en carne y en todo lo que había hecho en esa ocasión cuando vino. Y Pablo decía: “Grande es el misterio de la piedad. Una cosa sin contradicción: Dios ha sido manifestado en carne.” Y comenzaba por ahí a explicar todo lo que el Señor había hecho. Y luego encontramos a través de toda la Biblia los beneficios que se recibieron, y que hemos recibido nosotros a través de la fe de la hora de la Gracia, la fe de esa segunda dispensación. Usted lo ha recibido, yo lo recibí. Pero ahora estamos en una nueva dispensación, y estamos en una nueva fe; y siempre la fe está basada en Dios, Dios manifestado en carne. Tenemos que tener fe en la Palabra de la hora, la promesa de la hora; así como tuvimos fe para creer en la promesa de la hora de la Gracia, que fue Dios manifestado en carne. Y cuando podemos tener fe en la promesa de la hora, que no es otra cosa sino Malaquías 4:5, Apocalipsis 10 del 1 al 7, Lucas 17:30, y todas esas Escrituras que nos muestran lo que sería la promesa para esta hora, y el profeta nos dice: “Y esto sería para la Iglesia, la Palabra encarnada, la Palabra hecha carne entre Su pueblo (y dice:). Y con todo y eso no lo pueden creer, no lo pueden recibir.” ¿Quién? Los que se quieren quedar en la dispensación segunda, la Dispensación de la Gracia. Pero hay una Novia que sí creerá todo lo que corresponde a esta dispensación. No se quedará en la primera dispensación, tampoco se quedará en la segunda; ya recibió todo el beneficio de la segunda. Ahora ha sido hecha la obra de reclamación y estamos siendo alineados por el Señor a través de Su Palabra, para que recibamos el beneficio de esta nueva dispensación. Y ya como les dije de los beneficios para esta tercera dispensación, son: la plenitud de Dios, uno; la transformación de nuestros cuerpos, dos; el rapto nuestro, tres; y gozarnos en la Cena del Cordero allá. ¡Oh! Y cuando podemos reconocer nuestra posición en esta tercera dispensación, y pararnos firmes, como se pararon los discípulos cuando comenzó la segunda; ellos recibieron el beneficio para aquel tiempo, y nosotros tenemos que recibir el nuestro para este tiempo. A ellos les tomó muy poco tiempo. Desde que el Señor partió, hasta que ellos recibieron el beneficio de la segunda, le tomó diez días nada más, hasta que ellos recibieron la promesa de ser llenos del Espíritu. A nosotros, desde que el profeta se ha ido, hasta el momento, ya van nueve años. Bueno, ojalá que esto sea día por año; porque si no es día por año, pues, nos ha tomado demasiado de mucho tiempo. Ellos en diez días pudieron recibir la promesa de ser llenos del Espíritu Santo; y nosotros teniendo la misma promesa, pero en plenitud, ser llenos de la plenitud, ya llevamos nueve para diez. Todavía no lo hemos recibido, pero esperamos que lo que el Señor nos ha prometido sea una realidad. ¿Cuándo será eso? Cuando nos acomodemos como ellos se acomodaron; ellos se acomodaron a la segunda dispensación y se olvidaron de la primera, y pusieron las cosas en su lugar; no les importaba que los de la primera dijeran lo que dijeran. Así nosotros, cuando estemos por completo en todo lo que corresponde a esta tercera dispensación; lo que El ha prometido, vendrá. Y cuando todo lo que Dios ha dicho a través del profeta sea predicado en la forma correcta, y le sea predicado a la Novia; la Novia va a recibir lo que Dios ha dicho. Porque la Biblia dice que la Palabra de Dios no vuelve a El vacía, sino que hará aquello para lo cual fue enviada. Lo que siempre pasa es que si la gente predica... o redención mal predicado, pues la gente no se salvan; si predican sanidad divina mal predicado, pues la gente no se sanan, ¿ve? Entonces la Palabra que ha sido traída por el mensajero, hemos tenido diez años o nueve años, desde que él se fue hasta este tiempo; y el 99% de lo que yo y todos los ministros del Mensaje hemos predicado, ha sido el 99% concepción intelectual; y esto yo lo reconozco desde yo para abajo, o para arriba (yo creo que es para arriba). Entonces desde los más bajitos hasta los más grandes, lo que se ha predicado ha sido principalmente intelectualidad, conocimiento intelectual del Mensaje. Así como a través de tantos y tantos siglos, lo que se predicó fue la Biblia en forma intelectual; pero tuvo que venir Dios a través de un profeta para decirnos el significado de esta Biblia. ¿Cuántas veces habíamos leído lo que decía: “El Hijo del Hombre que vendría como vino en los días de Lot”? ¿Cuántos habían entendido eso? Qué mal nos habían interpretado eso, ¿verdad? Pero cuando vino Dios y levantó al séptimo mensajero, nos dijo lo que quería decir eso; y era muy diferente al concepto intelectual que tenían todos los líderes religiosos. Entonces, si vemos un sinnúmero de promesas de la Biblia, que se habían predicado dándole una interpretación intelectual; y cuando se han cumplido en este tiempo, pues la gente no lo han podido ver, ¿por qué? Porque lo estaban esperando de la manera intelectual que les había sido predicada; pero no era de esa manera, sino que era de la manera de Dios; porque los pensamientos de Dios están más altos que nuestros pensamientos; y si están más altos, por más que tratemos de alcanzar el entendimiento correcto de la Palabra de Dios por nuestro pensamiento, por nuestro intelecto, nunca lo alcanzaremos, porque está más alto que el nuestro. Y si está más alto, entonces lo único que podemos hacer es: “Señor, con esto no llego a ningún sitio, ni a primera base. Señor, que Tu Mente se manifieste en mí, y entonces comience a revelarme el significado de cada cosa. Y entonces usted sabrá lo que dice ahí la Palabra. Mire, eso que dice: “Donde estuviere el cuerpo muerto, ahí se juntarán las águilas.” ¿Cuándo usted vino a entender eso? Oh, nos rompíamos la cabeza. ¡Qué cosa! El Señor hablando de una cosa y de momento sale con eso. Oh, gloria al Señor, bendito el Señor. Vemos siempre que el cumplimiento de lo que Dios promete es tan sencillo, es tan simple, que la gente con un entendimiento intelectual le dan una interpretación tan tremenda a lo que Dios ha dicho, y hacen la cosa tan grande, que cuando Dios lo cumple es tan sencillo que: “No, no. Es de la manera grande que ha dicho fulano y sutano, y no de la manera sencilla que Dios lo cumple.” Entonces cuando hemos visto que el Hijo del Hombre vendría, se manifestaría en estos días finales, pues, la gente, ¿qué están esperando? Ver al mismo Señor Jesucristo, con el mismo cuerpo que se fue, descender en las nubes, y todo el mundo verlo allá arriba. Pero no sería de esa manera intelectual que la gente interpretaron. Eso es algo terrenal, algo humano, una interpretación humana; pero la interpretación de Dios es su cumplimiento. Cuando El lo ha cumplido, ahora vemos que era la Venida del Hijo del Hombre. La Venida del Hijo del Hombre era Dios hecho carne; porque el Hijo del Hombre allá, ¿qué era? Dios hecho carne. Y si el Hijo del Hombre allá era Dios hecho carne, el Hijo del Hombre acá tiene que ser Dios hecho carne; no puede ser otra cosa. Entonces fíjese, siempre, siempre, la concepción intelectual, la interpretación intelectual, lo que hace es que le añade a la Palabra de Dios. “Sí. Aquí dice la Palabra... Sí. Amén. Yo lo creo. Y quiere decir esto (¿ve?). Pero quiere decir esto otro, pero esto es esto.” La Palabra no puede ser interpretada por ningún hombre, Dios no necesita intérprete, Dios no necesita ayudante, Dios es Su propio interprete. Y si Dios es Su propio intérprete, entonces estamos fuera del cuadro para ponernos a interpretar la Palabra de Dios. Encontramos que en los seminarios e institutos, creen que comparando Escritura por aquí y Escritura por allá, creen que van a lograr alcanzar la correcta interpretación de la Palabra; pero eso no se alcanza de esa manera. También encontramos que muchos quieren tomar textos aislados de la Biblia para establecer sus propios credos; porque un credo es algo que usted ha leído de la Palabra y le ha dado su propia interpretación; y eso usted lo cree así, pues ese es su credo, esa es su creencia, ¿ve? Y cada religión tiene su credo, su forma de creer lo que Dios ha dicho. Pero hay una forma correcta, y esa es la Palabra de Dios. Y esa forma correcta solamente viene por el Señor, viene por revelación; y siempre, siempre, todo el mundo quiere tener la revelación de Dios, ¿quién no quisiera tener la revelación de Dios? Pero siempre que se quiere tener la revelación de Dios se sale corriendo por el camino equivocado; y en vez de salir corriendo, lo que hay es que quedarse quieto; quedarse quieto, para que entonces, si Dios quiere revelarle a alguien algo, pues que se lo revele. Pero siempre cada cual quiere salir corriendo para conseguir lo que Dios quiere decir aquí, lo que Dios quiere decir acá, y entonces al salir corriendo, pues, Dios no está ahí; y si Dios no está ahí, entonces lo que se puede hacer es conseguirse por aquí lo que ha dicho Dios por aquí en la Biblia, lo que ha dicho Dios por aquí en este Mensaje, y juntarse eso por aquí y por acá, y tener una conclusión, llegar a una conclusión; y cuando se llega a una conclusión, no se ha llegado a obtener una revelación. Y esa conclusión puede estar correcta, pero también puede estar equivocada. Y el noventa y nueve por ciento está equivocado. Entonces usted ni yo, ni nadie, quiere una parte de la revelación de Dios, usted ni yo queremos una parte de la verdad, la queremos toda. No queremos la verdad con añadiduras, ni tampoco queremos media verdad, o sea, quitándole unas partes. Ni queremos la verdad a medias, ni tampoco queremos la verdad con algunas añadiduras; porque eso, un poquito de levadura, leuda toda la masa. Entonces, si leuda toda la masa, entonces lo bueno que usted sabe se le daña con esa poca de cosa que no es Palabra de Dios. Ahora, vamos a llegar a algo ya mismo. Sabemos que ya estamos en esta tercera dispensación, sabemos que hay algo muy importante para la Novia, muchas promesas gloriosas; sabemos que en este tiempo, como en todos los tiempos, todo el mundo ha querido tener la revelación de la Palabra; pero esto no es del que quiere ni del que corre, y no todos la tuvieron en el pasado, ni en la primera dispensación ni en la segunda dispensación; y si todos no la tuvieron allá en la primera, todos no la iban a tener en la segunda; y si todos no la tuvieron en la segunda, tampoco todos la tendrán en la tercera. Por lo tanto, esto pertenece a Dios. Y si pertenece a Dios, pues El es el que elige como El quiera hacerlo y a través de quien El quiera hacerlo. Hemos visto en este tiempo una carrera tremenda, una carrera tremenda de predicación de la Palabra de Dios; y se ha estado predicando la Palabra en la redondez de la Tierra. Y cada ministro que la predica, la predica con sinceridad. No crea que un ministro que se para en un púlpito para predicar lo que Dios ha dicho por el profeta, se para con el propósito de engañar a la gente, no; se para con el propósito de traer la verdad de Dios, hablada por el profeta. Pero no todos tienen la revelación de Dios para cuando hablan lo que Dios ha dicho por el profeta, decirlo de la manera correcta, sin añadirle ni quitarle; entonces al meter su propia idea y su propia forma de... su propio punto de vista para ver eso que el profeta ha dicho, ahí es que echan a perder lo que Dios ha hablado, y entonces no puede producir aquello para lo cual ha sido predicado por el profeta, ¿ve? No puede producir aquello para lo cual ha sido hablado. Entonces, fíjese, primero tenía que ser hablado por el profeta, porque la Palabra viene al profeta. Luego tiene que ser hablado nuevamente. Ya está hablado: Ya tenemos la Palabra hablada, y ya también la estamos teniendo escrita; también tenemos la Biblia. Esta Biblia fue hablada primero y después fue escrita. Luego encontramos que muchos han querido predicar la Biblia; y han habido 900 y pico de ideas diferentes, de interpretaciones intelectuales, mentales, con relación a lo que Dios dice aquí; pero Dios tuvo que entremedio de todas esas interpretaciones que habían, Dios mismo descender a la Tierra, encarnarse, y decir: “Esto quiere decir esto. Y esto quiere decir esto.” ¿Ve? El mismo Dios, que es Espíritu, tuvo que meterse en alguien para decir lo que significaba cada cosa de estas. Han sido habladas muchas cosas en esta edad en que estamos viviendo, en esta tercera dispensación, muchas cosas. Y así como en la edad pasada han habido 900 y pico de interpretaciones diferentes para el Mensaje para la Dispensación de la Gracia, yo no sé cuántas interpretaciones diferentes hay en esta tercera dispensación en que estamos viviendo; pero hay unas cuantas interpretaciones diferentes una de otra, con relación a lo que Dios ha hablado a través del profeta. Y no es que las personas que lo hagan, o que lo hayan predicado, no es que ellos quieran predicar mal; es que por no tener la revelación de arriba, no han podido dar en el blanco. Fíjese, mire una cosa tan sencilla aquí en la Biblia, sobre el bautismo en agua, que dice el Señor, bautizando en Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y luego los discípulos bautizan en el Nombre del Señor Jesucristo. Entonces, una cosa tan sencilla como esa, todavía los trinitarios no han podido ver eso; y eso es una cosa sencilla. Entonces los otros que vieron lo del bautismo en el Nombre del Señor, pues entonces le dieron su propia interpretación intelectual, y al darle su propia interpretación intelectual vinieron y le añadieron que el bautismo en agua era para remisión, ¿ve? Le añadieron a esa verdad de la Palabra. Y al añadirle, lo pervirtieron también. - Por eso es que cualquiera que fue bautizado allá, por alguna denominación que bautiza en el Nombre de Jesús, o en el Nombre del Señor Jesucristo, tiene que bautizarse de nuevo; porque lo bautizaron con un bautismo intelectual, y un bautismo denominacional, bajo la interpretación intelectual de esa organización, ¿ve? Pero no bajo la revelación dada por el Espíritu en la Palabra, que son dos cosas diferentes. Entonces, en este tiempo, pues pasa lo mismo. Con una mente intelectual para conseguir lo que el profeta ha dicho, lo que Dios ha dicho por el profeta, nadie podrá conseguir realmente el verdadero significado de lo que Dios ha dicho por el profeta; porque todo eso queda encubierto de los ojos de los sabios; los sabios son los que usan el intelecto. Y cualquier persona, aunque no sea un sabio en cuanto a grados de escuela, aunque no tenga ni escuela, si usa el intelecto, es un intelectual; porque un intelectual es uno que usa el intelecto; puede haberlo educado en una escuela, o puede ser que no lo haya educado en una escuela, pero se pone a usarlo; y si se pone a usarlo para interpretar la Palabra, es un intelectual. También puede haber una persona muy inteligente; pero si no usa el intelecto en la Palabra, sino que deja que la revelación de Dios fluya, él, esa persona no es un intelectual, aunque tenga universidad; sino que es un hombre espiritual con revelación de lo alto; porque lo que está usando no es el intelecto, sino la revelación de Dios. Así que por esto no podemos señalar a una persona que sea muy educada en universidad, no lo podemos señalar como un hombre intelectual en el Palabra. Puede que no sea un intelectual en la Palabra, sino que sea un hombre con revelación en la Palabra. Fíjese, Pablo mismo era un hombre intelectual, y la intelectualidad la estaba usando en la Palabra, y estaba persiguiendo a los cristianos; pero cuando echó a un lado la intelectualidad y todo lo que había estudiado, y lo botó para el lado, entonces empezó la revelación de Dios a funcionar, y ya no era un hombre intelectual, era un hombre espiritual, era un hombre con revelación de lo alto. Ahora, fíjese, encontramos que han sido habladas muchas cosas para la Novia, y que solamente la Novia es la que las tiene que entender; y el profeta nos ha dicho que la revelación, aunque es dada por el mensajero, siempre se necesita el elemento espiritual, que es la revelación, para ser entendida esa revelación que ha sido traída; si no, no se puede entender. Ahora, fíjese usted con lo del bautismo en agua cómo las religiones han malinterpretado eso; y eso para usted eso es el a-b-c; para usted y para mí eso es tan sencillo y tan simple que hasta nuestros hijos que son pequeñitos lo ven; sin embargo los grandotes de seminario no ven eso. Ahora, si a través de la Biblia, la cual tenemos aquí escrita, todo el misterio de Dios no estaba revelado todavía, sino que sería revelado en este tiempo; y todos estos Mensajes que han sido predicados en este tiempo, es parte de la Biblia, de la misma Palabra, es lo que Juan oyó y no pudo escribir, pero que en este tiempo sería escrito; oh, eso debe ser un regocijo para el hermano Adalberto, que le ha tocado escribirlos. A Juan le fue prohibido y a él le fue permitido. Bueno, y a nosotros hoy en día como ministros nos es permitido predicarlo, hablarlo; porque es una bienaventuranza el... para el que oye y lee; para el que puede escuchar o puede leer; bienaventurado el que lee y oye las palabras del libro de esta profecía; es una bienaventuranza. Cree para cuando... el que las oye, las oye de la manera correcta, es una bienaventuranza; para el que las oye en una manera equivocada, pues es una confusión. Así como el evangelio, como la Palabra: el que oye la predicación de la Palabra mal, se meterá a una denominación, se meterá a una secta religiosa, con unos o con otros, donde todos están enredados. ¿Por qué? Porque la oye mal. Pero cuando la oye bien, se meterá a la Palabra, ¿ve? Así que para los predicadores esto es algo muy importante que nosotros tenemos que tener en cuenta: el predicar la Palabra. Todos lo hacemos con el mejor deseo, con la mejor buena voluntad, y con el propósito de que todo el pueblo de Dios sea beneficiado de lo que predicamos, y el propósito es que Dios se manifieste en lo que es predicado. Eso es el deseo de todo predicador. Aun de los predicadores de las denominaciones, es el deseo de ellos. Pero eso en ningún momento quiere decir que porque su deseo sea eso, lo que estén haciendo esté bien hecho. Una cosa es la buena intención y otra cosa es la mala predicación; y una mala predicación no consiste en la forma de hablar del predicador, sino consiste en lo que habla, en el contenido de esa predicación. Entonces, tenemos el Mensaje más grande de todos los tiempos: el Mensaje de la tercera dispensación; un Mensaje completo, en el cual todos los misterios de Dios han sido consumados; no hay ningún misterio, todos están revelados, todos; que si no los entendemos todos es porque todavía, pues, no ha llegado el momento de oirlos predicados en la forma que hay que predicarlos; pero cuando se predican en la forma que hay que predicarlos, entonces los oiremos; y lo que ya oímos, lo que ya hemos oído, pues nos estamos gozando en ello. Por ejemplo, usted encontrará que el Señor, en una ocasión le preguntaron: “Oye, ¿y por qué tú les hablas en parábolas a las gentes, y cuando estás con nosotros solo nos hablas abiertamente?” El Señor les dijo: “Bueno, para que viendo, no vean; y oyendo, no oigan y se conviertan y yo los salve; pero a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de Dios, del Reino de los Cielos. Pero a ellos no; por eso les hablo en parábolas.” Eso fue cuando Dios se manifestó en carne allá. Cuando Dios se ha manifestado en carne acá, aunque toda la revelación ha sido traída, encontramos y encontraremos siempre, que hay cosas que por más cabeza que la gente le dé, no pueden salir con ello. ¿Por qué? Porque son cosas especiales para la Novia. Y eso solamente será dado a conocer a la Novia. Fíjese, hay un Mensaje... y recuerde que todos estos Mensajes predicados por el profeta, son para la Novia; el resto lo tomará en forma intelectual y le dará su propia interpretación, que parecerá muy bonita, pero que no será la correcta, y por lo tanto no podrá recibir el beneficio para lo cual ha venido ese Mensaje. Ahora, fíjese, este Mensaje titulado “El Futuro Hogar de la Novia.” Cualquiera lee ese Mensaje, y no se da cuenta de las cosas que han sido reveladas en ese Mensaje. Y luego que el profeta las revela, después que lo hace, ¿sabe lo que hace? Después que él revela esas cosas, que es la revelación para esta tercera dispensación; entonces después que él trae la revelación, viene y habla cosas conforme a la segunda dispensación, y entonces queda tapado esa revelación que está ahí; y solamente cuando **alguien** al cual Dios se le revele, y solamente un pueblo, la Novia, los verdaderos escogidos, serán los únicos que podrán ver; entonces los verdaderos verán que el profeta siguió hablando aquí conforme a la segunda dispensación: “sí, eso está glorioso;” pero mirarán ahí debajo y verán lo que habló para la tercera. Por ejemplo, usted busca en el libro de Apocalipsis, hablando el profeta acerca de la Nueva Jerusalén cuando desciende del cielo; él está hablando y dice: “Y el Señor fue a preparar la Nueva Jerusalén, esa Ciudad gloriosa, fue a prepararla, y El dijo que vendría nuevamente y nos llevaría allá.” Bueno, por ahí él sigue hablando conforme al entendimiento que hay intelectualmente en la segunda dispensación, y la forma en que todos los predicadores de la segunda dispensación lo entienden; pero luego él mete la revelación, en poquitas palabras la trae, y después sigue como si estuviera hablándole a los de la segunda dispensación; pero lo trajo (la revelación a los de la tercera dispensación). Entonces, cuando usted puede captar lo que fue revelado ahí, entonces usted cuando ve en Apocalipsis que la Biblia dice, y Juan dice, que fue llevado a un lugar, a un monte alto, y le fue mostrado ¿qué? la Nueva Jerusalén que descendía del cielo, entonces comienza a describirla, las diferentes bellezas que tenía esa Ciudad gloriosa. Entonces ahí, si usted por revelación no puede ver lo que fue revelado, usted dice: “Bueno, la Nueva Jerusalén, la Ciudad de oro, el edificio, eso desciende de allá arriba.” Entonces con razón, por ahí, pues, los científicos han visto una estrella cuadrada. Bueno, eso pensábamos nosotros, todos nosotros, cuando oímos de esa noticia, y así lo veíamos, conforme a la forma de entenderse conforme a la segunda dispensación. Pero cuando podemos ver la revelación que ha sido traída en ese Mensaje; y cuando vemos que la ciudad, la parte literal, la ciudad, el edificio, sube de la Tierra, los volcanes lo levantan, entonces decimos: “Pero una cosa, ¿qué es lo que desciende? Si la Ciudad sube de la Tierra, ¿qué es lo que está bajando?” Es la Nueva Jerusalén también. Pero está la Nueva Jerusalén como ciudad, como lugar, y está la Nueva Jerusalén como pueblo; está la Nueva Jerusalén como la ciudad, y está la Nueva Jerusalén como los habitantes de la ciudad. Y Pablo, el apóstol San Pablo, dice que pertenecemos a la Nueva Jerusalén, la celestial; y dice que somos templos del Espíritu Santo. Entonces ahí, en ese Mensaje, el profeta trajo la revelación en cortas palabras, y después que la trajo, siguió hablando... ...mira y dice: “No, la que viene descendiendo es... la ciudad literal viene descendiendo, la ciudad literal que es de oro.” Pero la Ciudad que viene descendiendo es la Novia. Usted y yo somos los que estamos ahí en Apocalipsis descendiendo con el Señor. Y ahora, fíjese... y eso está también aquí en la Biblia, eso no... eso está aquí. Vamos a ver si lo dice aquí también. Apocalipsis 21, del 9 en adelante, dice: “*Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la esposa, mujer del Cordero.”* ¿A quién es que le va a mostrar? A la Esposa. No es la Novia ya, ya es Esposa, ya está casada. A la Esposa, Mujer del Cordero. “*Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios.”* ¿Qué era lo que venía descendiendo? La Esposa. La Esposa descendiendo del cielo, la Esposa del Cordero, ¿ve? La Mujer del Cordero. ¿Y quién es esa? Usted y yo, y los demás de las otras dispensaciones que ya están allá en cuerpos teofánicos, pero que pronto tendrán su cuerpo glorificado juntamente con nosotros. Ahora, fíjese cómo una cosa tan sencilla se le puede pasar por encima a muchos. A todas las religiones se les pasó por encima, ahí diciendo que es la Esposa, la Mujer del Cordero. Pero eso por una mente intelectual no puede ser captado. Y como la revelación es para la Novia, solamente la Novia la escuchará en el tiempo asignado de la manera correcta. Todo está. Toda la revelación ha sido traída. Pero está ahí todita. Y depende ahora del elemento espiritual, o sea, de la revelación espiritual de parte de Dios, que Dios la ponga en los predicadores, para que puedan hablar la Palabra de la manera que realmente es; o sea, con el mismo sentido con que Dios la dio; porque un poquito para acá, no es lo correcto, un poquito para acá, tampoco; es el centro de toda la Palabra. Y eso el sentido de esa Palabra, solamente Dios la conoce. Entonces dependemos del Señor. Y para podernos ir de aquí dependemos de que Dios se mueva de esa manera, y se revele de esa manera, y lo haga a través de... como dice el profeta, de algunos vasos vacíos. ¿Sabe que el profeta oró, y dijo: “Señor levanta unos vasos vacíos en algún lugar (en algún lugar), y estremece a este mundo”? Bueno, El tiene que conseguir algunos vasos vacíos; porque es que, mire, cuando todo el mundo dice que sabe y quiere saber, y conoce el Mensaje, pues están llenos, llenos de su propio conocimiento y Dios no los puede usar. Entonces necesita vasos vacíos que no estén llenos de conocimiento intelectual, de interpretación intelectual, que no se hayan roto la cabeza interpretando la Palabra, sino que hayan esperado en el Señor: “Señor, Tú dices esto aquí, pero yo no sé de eso. ¿Qué es lo que Tú dices ahí?” Entonces cuando El encuentra unos pocos de vasos así, si encuentra 10, si encuentra 20, si encuentra 15, o si encuentra uno solo, pues Dios va a hacer lo que El ha prometido que va a hacer; y entonces el pueblo de Dios va a escuchar la Palabra, el Mensaje de la hora, de la manera correcta. Entonces, ¿qué va a pasar? Bueno, pues, imagínese, si hubiesen 20 o 30 interpretaciones diferentes intelectuales del Mensaje de la hora, pues va a ser muy diferente a la interpretación intelectual que se le ha dado al Mensaje de la hora; y cuando eso se vea y se oiga, entonces va a sonar un poquito raro: “Pero, qué raro es esto.” Bueno, así también dijeron todas las religiones cuando oyeron a Dios a través del hermano Branham: “Es un profeta, pero su doctrina... hum, hum.” Cuando se tiene que saber, que si es un profeta, pues su doctrina es lo más importante, y su doctrina es lo que necesita el pueblo, esa doctrina. Entonces tenemos que esperar en el Señor, buscar al Señor; porque hasta que no escuche la Novia el Mensaje de la hora, de la manera correcta, no podrá recibir el beneficio para lo cual ha sido traído, no lo podrá recibir; y si no lo puede recibir, entonces yo creo que es un tiempo para nosotros de grande desesperación, es un tiempo para nosotros de entrar en desesperación; porque ya hemos oído muchísima predicación del Mensaje de la hora. El profeta dice en el Mensaje “Desesperación:” “Ya hemos asistido demasiado a la iglesia, ya hemos orado bastante.” Sí. Pero hemos tenido la necesidad de orar porque Dios se revele, porque Dios dé a conocer el Mensaje de la hora en la manera que es realmente; mientras tanto, seguiremos aquí. Ahora, tenemos muchos temas muy importantes en el Mensaje de la hora, muchos temas; y en todos esos temas la Novia necesita oir ASI DICE EL SEÑOR; porque si no, no recibirá, no le producirá, aquello para lo cual el profeta lo habló. El profeta dice que el Mensaje de cada edad viene por el mensajero de cada edad, pero se difunde por los ministros, que son bien entrenados en el Mensaje. Pero dice: “Pero no todos conocen lo necesario, que es decir lo que ha dicho el profeta, y nada más que eso.” Entonces vemos que el Mensaje de cada edad viene por el mensajero; pero la difusión de ese Mensaje, el que se extienda ese Mensaje, entonces cae en las manos de los ministros. Pero no todos comprenden lo necesario, que es: hablar el Mensaje de la manera correcta. Y para hablarlo de la manera correcta, entonces hay que buscar a Aquel que se lo dio al profeta para que le diga: “¿Qué Tú quieres decir aquí? ¿Y aquí, qué Tú quieres decir, Señor?” Porque si no, uno va a estar enredado siempre, y entonces la Novia no va a recibir aquello para lo cual ha sido dado el Mensaje. Sabemos que la hora en que estamos viviendo es una hora muy delicada, sabemos que estamos en el Aposento Alto, como los discípulos; y ya estamos en el día número nueve, en el año número nueve. ¡Oh, y cuánto deseamos nosotros que el tipo se cumpla en este tiempo, que el tipo del Aposento Alto se cumpla, eso es nuestro deseo! Yo creo que no hay nadie que no esté deseando que ese sea el tipo que se cumpla. Hemos estado vigilando todos los tipos, porque tenemos que estarlos vigilando; porque Dios, como obró la primera vez, obrará siempre. Y algunos de los tipos de la segunda dispensación y de la primera dispensación, alguno de esos tipos, se cumplirá acá. Ahora, ¿cuál será? Bueno, esperamos que sea ahora el del Aposento Alto. Estamos en el día número nueve, en el año número nueve; y yo creo que el Señor ha estado poniendo muchas cositas en su lugar, ¿verdad? Yo creo que nunca habíamos visto que estábamos en una nueva dispensación, y que estábamos en una nueva dispensación con el mismo Dios de la primera, el mismo Dios de la segunda, pero con un Nombre Nuevo en esta nueva dispensación; y yo creo que el terreno está bien adelantado, pero nos falta todavía por caminar alguno. Ahora fíjese, después de los Sellos, el profeta dijo que el Mensaje más importante, después de los Sellos, el Mensaje que debe seguir a los Sellos es el Mensaje “La Señal.” Y el Mensaje “La Señal” está compuesto del Mensaje que predicó en la mañana y el que predicó en la noche; el de la noche fue la continuación. Entonces, en ese Mensaje la Novia recibirá grande bendición, una bendición tremenda, porque es lo que le sigue a los Sellos. Entonces, en los Sellos vemos a Dios manifestado en carne, vemos la Segunda Venida de Cristo; y luego, en “La Señal,” vemos lo que Dios ha prometido para la Novia. Entonces yo he visto en ese Mensaje algo muy importante para la Novia; aunque fue un Mensaje que el profeta lo predicó en una forma tan sencilla, que a cualquiera se la pasa por encima, a cualquiera. Mire, el profeta predicó en ese Mensaje, utilizando como ejemplo la primera dispensación, y también usó la segunda dispensación; y a menos que usted no sepa que estamos en una tercera dispensación, si no lo sabe, para comenzar no puede entender nada de ese Mensaje, NADA. Porque fue traída la revelación ahí para la Novia, y luego fue tapada; y se quedó como un Mensaje para la segunda dispensación, pero es un Mensaje para esta tercera dispensación; y solamente la Novia lo verá, nadie más. Es tan y tan importante, que después de los Sellos, después de conocer esos misterios de los Sellos, lo próximo es conocer el misterio de la Señal. El dijo que era lo más importante después de los Sellos, él dijo que estuvo por mucho tiempo recibiendo, y todo iba dirigiéndose hacia esa dirección. Entonces, siendo tan importante, entonces Dios se tiene que mover a la escena para revelar el misterio que hay ahí, porque si no, se nos pasará por encima; y si se nos pasa por encima, entonces el propósito de ese Mensaje no funciona para nosotros. Hay tres dispensaciones. Lo que Dios hizo en la primera dispensación, vino a ser un tipo para la segunda dispensación; lo que Dios hizo en la segunda dispensación, juntamente con lo que hizo en la primera, las dos vienen a ser tipo de lo que Dios haría en esta tercera dispensación. Y Dios se perfecciona en tres. Siempre que tomemos a Dios y tratemos de mirarlo desde un sólo ángulo, fracasaremos; porque Dios se perfecciona en tres. Y si Dios se perfecciona en tres, entonces hay que mirar el plan de Dios por este lado, y luego irse por el otro lado y verlo por el otro lado, y luego irse por el otro lado y verlo por el otro lado, ¿ve? para poder ver el plan completo de Dios. Si no, entonces veremos un solo lado, y con un solo lado nunca llegaremos a la perfección; porque Dios se perfecciona en tres. Y cuando la Novia vea el plan de Dios por las tres esquinas, entonces Ella puede, entonces estar lista, y reclamar lo que le pertenece a Ella. Este Mensaje es tan y tan tremendo, que pone a cualquiera a temblar, al uno saber lo que representa este Mensaje para la Novia. En “La Estatura del Hombre Perfecto,” el profeta nos habló acerca de que venía la Edad eterna, o sea, la Edad de la Piedra Angular; y dijo que iban a ser muy pocos los que estarían ahí, en esa edad, o sea, en la Edad de la Palabra en la cual nosotros estamos, que es la Edad de la Piedra Angular; porque en esa Edad de la Palabra es donde se heredan todas las promesas de Dios para nosotros. Para nosotros en este tiempo, nos está prometida la doble porción. Ahora, sabemos que la doble porción es la plenitud del Espíritu, es lo dinámico, el Espíritu Santo, es lo dinámico viniendo a cada individuo. Ahora, fíjese, para que no se le vaya a confundir el cuadro: La Novia ha recibido la plenitud de Dios. Lo vieron, ¿verdad? Entonces, ahora les voy a decir otra cosa: Usted y yo recibiremos la plenitud de Dios. Parece contrario, pero no es contrario. La Novia como grupo, como el grupo de la Novia, como la Edad de la Palabra, como la Edad de este tiempo, ha recibido la plenitud de Dios. ¿Por qué? Porque recibió a Dios manifestado en carne, Dios manifestado en carne en el séptimo mensajero; entonces al recibirlo, pues estaba ahí, y si estaba ahí, pues lo tenía ahí. Luego encontramos que Dios no se manifiesta de una sola manera, Dios se manifiesta en tres, dice el profeta. Y ese es el secreto y la clave para poder entender el Mensaje de la hora. Entonces Dios se manifiesta en toda Su plenitud en carne humana; eso es Dios en toda Su plenitud. Dios entre nosotros, como dice aquí en el Mensaje titulado “Desesperación,” página 5, dice: “*Y ahora el Espíritu Santo completo visita a la Iglesia manifestando a Dios en carne humana; igual como hizo antes de la quema de Sodoma, lo cual es un tipo. El apareció a Abraham. Todas las cosas que no había hecho a través de las edades de la Iglesia, ahora las está haciendo, volviéndonos a la Palabra, porque todos los mensajes tienen que estar conectados con toda la Palabra. Y en los últimos días los Siete Sellos han sido abiertos para reunir todas las cosas que habían sido pasadas por alto a través de las edades, y así juntar todo esto en un solo Cuerpo -la Novia; porque todos aquellos que vivieron en esas edades no podían ser perfeccionados sin que esta Iglesia (la Novia de los últimos días) fuese perfeccionada, y así perfeccionarlos a ellos; y entonces todos juntos ser raptados.* *La Señal, Jesucristo, el Espíritu Santo, está entre nosotros.”* Ahí tiene la Señal, la Señal entre la Novia. ¿Cómo? En carne humana. Aceptar la Señal en carne humana es aceptar a Dios en toda Su plenitud; pero eso no quiere decir que por eso usted Lo tenga dentro; eso no quiere decir que al usted aceptar a Dios manifestado en carne, ya por eso está dentro. Cuando usted lo reconoce está haciendo lo mismo que hicieron los discípulos: los discípulos Lo reconocieron, Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Pero eso no quería decir que ya él lo tuviera por dentro. El Señor le dijo que el Espíritu Santo estaba con ellos, y estaría también en ellos. Ahora, mire lo que dice aquí en... capítulo 16 de San Juan, el verso 7, dice: “*Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo vaya; porque si yo no fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré.”* ¿Ve usted? El Espíritu Santo estaba en medio de ellos. ¿Pero cómo estaba? Estaba encarnado, en carne humana, Jesucristo. Jesucristo era el Espíritu Santo en carne humana; porque Dios es Espíritu, Dios es el Espíritu Santo. Entonces vemos que Aquel era el Espíritu Santo, pero con una vestidura humana. Pero Aquel dijo: “Yo me voy a meter dentro de ustedes.” Se iba a meter dentro de ellos; pero para meterse dentro de ellos, tenía que dejar aquella vestidura; para luego meterse dentro de ellos, tenía que irse. Entonces vemos que el profeta dice: “Dios, la Palabra, el Espíritu Santo, es el mismo Dios. Jesucristo, la Biblia, la Palabra y el Espíritu Santo, es el mismo Dios. No son tres Dioses, es el mismo Dios; pero es el mismo Dios manifestado en formas diferentes, manifestado en carne.” Ahora, el profeta dice: “La Biblia. La Biblia es Dios en letra. Es el mismo Dios, pero en letra; pero es el mismo Dios. Pero es en otra forma, otra forma visible de Dios.” El profeta dice: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre, excepto en Su cuerpo físico; pero es el mismo.” También el profeta dice: “El Mensaje y el mensajero es la misma cosa, son el mismo.” ¿Ve? El Mensaje y el mensajero son el mismo. Ahora, ¿cómo usted puede entender eso? Son el mismo. También el profeta dice: “La Palabra y el Espíritu Santo son la misma cosa.” San Juan dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” Ahí lo tiene. “Y el Verbo se hizo carne.” Tomó otra forma. Luego encontramos que el profeta dice: “La Palabra, la Biblia, es Dios, es el mismo Dios tomando otra forma.” El profeta dice que el Mensaje de la hora es el mismo Señor; también dice que el Mensaje es el mismo mensajero, son la misma cosa; porque Dios y la Palabra son la misma cosa. El Señor le dijo a Sus discípulos: “El que me ama, mi Palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.” ¿Ve? Ellos tenían la Palabra. El Señor Jesucristo era la Palabra en carne. Luego encontramos que la Palabra en carne salió... de la Palabra en carne salió la Palabra en forma de Mensaje; y era la Palabra, y ellos tenían la Palabra, en forma de Mensaje, en forma de predicación, en forma de Palabra revelada, de revelación; y aquella revelación era la Palabra, era el mismo Dios; porque el Señor dijo: “Mis palabras son Espíritu y son Vida.” ¿Ve? Entonces ellos la tenían en forma de Mensaje; porque el Mensaje es la Palabra, y el Mensaje y la Palabra son el mismo Dios, pero en forma de Mensaje; el mismo Dios. Y Dios es Espíritu. Es el mismo Espíritu de Dios manifestado en otra forma; ya no en carne, sino en forma de Mensaje, en Palabra. Y ellos tenían eso. Pero el Señor les dijo: “Pero van a tener más.” Porque es que Dios se perfecciona en tres: Dios en carne; Dios en Palabra, en Mensaje; y Dios en Espíritu, lo que El es, descendiendo sobre ellos en el día de Pentecostés. Y el profeta dice: “En el primer éxodo, bajo la Ley, allá en el primer éxodo, la sangre era la señal. La sangre era la señal.” ¿Porqué la sangre? Porque aquel animalito no tenía alma; por lo tanto el espíritu de aquel animalito no podía venir sobre el creyente; entonces la sangre era la señal. Pero ya en el segundo éxodo, ya la Sangre del que fue derramado allí, aquella Sangre, aquella Sangre tenía una vida; aquella vida era Dios, que estaba dentro de aquel cuerpo, era el Espíritu Santo. Entonces la señal del segundo éxodo ¿qué era? La vida de la Sangre. Y recibir el Espíritu, aquella Vida, representaba y quería decir que la Sangre de aquel Cordero había sido aplicada. Después de ser aplicada la Sangre y cumplir los requisitos, entonces viene la Señal, que es el bautismo del Espíritu Santo. Entonces, sabiendo que Dios se perfecciona en tres; y que como Dios obra la primera vez, siempre seguirá obrando; entonces, sabiendo nosotros que estamos en una tercera dispensación, entonces la pregunta es: “¿Qué nos quiso decir, qué nos quiso revelar el profeta, con este Mensaje “La Señal,” y con este otro Mensaje “Desesperación”? El profeta nos dice en este Mensaje de “La Señal,” nos dice que el Espíritu Santo es la Señal. El Espíritu Santo fue la Señal en el segundo, el Espíritu Santo es la Señal en el tercero. Ahora, esto hay que entenderlo bien, porque si no, uno se enredaría todito, y no tendría entonces ningún beneficio de lo que el profeta ha dicho. Recuerde: La Señal es el Espíritu Santo; es Dios en toda Su plenitud. El profeta dice: “El Espíritu Santo, Jesucristo, la Señal está entre nosotros hoy.” ¿Ve? En carne humana. Es el mismo Espíritu, en toda Su plenitud, pero metido en un cuerpo de carne en medio de la Novia como grupo. Como grupo la Novia recibió la Señal; porque es Dios encarnado, el Espíritu en toda Su plenitud. Luego, cuando deja Su trabajo de manifestarse en carne, ¿cómo Lo tenemos hoy? Tenemos la Señal en medio nuestro. ¿Cómo la tenemos? En forma de un Mensaje. Este es un Mensaje en toda Su plenitud, es Dios en toda Su plenitud; y la Palabra es Dios, y está en forma de Palabra, en forma de Mensaje; y nos ha sido prometido que vendría la Señal en forma de Espíritu en toda Su plenitud, que es lo que estamos esperando. ¿Ve? Porque Dios se perfecciona en tres, y Dios se manifiesta en tres formas: En carne, en forma de Mensaje, en un Mensaje -más bien-, en un Mensaje, y luego en un Espíritu, metiéndose en usted y en mí. Y eso no lo tiene usted ni lo tengo yo. Tenemos la Señal del segundo éxodo, que es el bautismo del Espíritu Santo como primicia; pero la Señal del tercer éxodo, la Señal del tercer éxodo como Espíritu Santo en toda Su plenitud, es lo que estamos esperando. La Novia lo recibió en carne, la Señal, lo ha recibido, lo tiene en medio nuestro, la Señal en Mensaje; y nos falta recibirla en Espíritu, ¿ve? porque Dios se perfecciona en tres. Si lo miramos desde un solo lado, veremos un solo lado; pero cuando le vamos buscando todos los lados, entonces veremos que no tiene un lado, ni tiene dos, sino que Dios siempre obra en tres, se perfecciona en tres. Entonces podemos ver lo que entonces dice el profeta, dice: “La Señal para el creyente en este día, es el Espíritu Santo.” Para el creyente como individuo, ¿ve? ¿Qué es? El Espíritu Santo. Dice el profeta: “Cuando usted cree Su Palabra, la Señal estará sobre usted.” Fíjese, primero tuvimos que recibirlo, a Dios manifestado en carne, que es la Señal, reconocerlo; y cuando lo hemos reconocido, entonces tenemos ahora la Palabra en forma de Mensaje, es la Señal, y cuando... dice: “Cuando creemos la Palabra, Su Palabra (que es la Señal en forma de Mensaje), entonces la Señal estará sobre usted.” ¿Qué? La Señal en Espíritu vendrá sobre usted. ¿Después de qué? Después de creer Su Palabra como Mensaje. Entonces usted tiene que aplicar la Palabra como Señal en esta hora, y hacer todo lo que está de acuerdo a la Palabra, actuar conforme a la Palabra, para que entonces la Señal en Espíritu y como Espíritu, venga a usted. Entonces la Señal del tercer éxodo, la Señal dentro de usted, es la plenitud del Espíritu Santo, la Señal del tercer éxodo; la segundo éxodo es el bautismo del Espíritu Santo, que son las primicias. Ya usted y yo tenemos la Señal del segundo éxodo, el bautismo del Espíritu Santo; entonces estamos en espera de la Señal en Espíritu en toda Su plenitud, y estamos aplicando la Señal en Palabra en toda Su plenitud en medio nuestro, y cada cual aplíquela en su casa, aplíquela en su vida, apliquémosla en medio nuestro, y vendrá entonces en Espíritu. Mire lo que dice: *“Obediencia completa a la Palabra de Dios, le dará derecho a la Señal.”* Página 39 y 40 del Mensaje “La Señal.” Estoy leyendo del Mensaje “La Señal.” Todo esto lo leí del Mensaje “La Señal.” Entonces fíjese, también el profeta dice: “Hemos venido a través de justificación, etc., pero este es el tiempo cuando la Señal tiene que ser aplicada.” ¿Por qué este es el tiempo? Porque estamos en una nueva dispensación. El profeta en ese Mensaje dice que la Señal no podía venir en ningún otro tiempo, sino en el tiempo de la tarde. Así que la Señal del tercer éxodo no es la misma Señal del segundo; porque esta Señal del tercer éxodo no podía venir en ningún otro tiempo. Y sabemos que la Señal del segundo éxodo, que es el bautismo del Espíritu Santo como primicia, vino en otros tiempos, vino a través de la Dispensación de la Gracia; pero ahora estamos en otra dispensación, por lo tanto ahora es la plenitud del Espíritu. El profeta dice que la Señal para nosotros es el bautismo del Espíritu Santo. Entonces, dice, mire... en la página 5 de “La Señal,” dice: “*La señal no existía hasta el tiempo del atardecer.”* No existía. La Señal no existía en ningún otro tiempo, la plenitud de Dios no estaba a la disposición de nadie en ningún otro tiempo. La Señal del segundo éxodo sí existía, desde el día de Pentecostés para adelante; pero la Señal del tercer éxodo no existía hasta el tiempo de la tarde; y cuando apareció, apareció en carne humana. “La Señal, Jesucristo, el Espíritu Santo, está en medio nuestro,” dijo el profeta. ¿Cómo estaba? En carne humana, en él. Luego ha quedado la Señal en Palabra, en Mensaje, y ya está por ahí. Cuando tengamos aplicada la Señal en forma de Mensaje, cuando tengamos el Mensaje aplicado y vivido en nuestras vidas, entonces viene en Espíritu; porque El dijo: “El que me ama, mi Palabra guardará.” ¿Ve? “Guardará mi Palabra, y vendremos a él y haremos con él morada.” Hablando de lo que habrían de recibir el día de Pentecostés. Y es lo mismo hoy. Es lo que nos ha sido prometido a nosotros en este tiempo. Por lo tanto, sabiendo que hay tres éxodos, y sabiendo que para cada éxodo hay tres señales, entonces tenemos que poner en orden nuestras vidas, nuestras casas; toda la Novia tiene que estar puesta en orden de acuerdo a este tercer éxodo, aplicando la Palabra, para entonces poder venir la Señal en forma de Espíritu. Recuerde: Tenemos la Señal en forma de Palabra; porque es la Palabra en toda Su plenitud, y la Palabra es Dios; pero El tiene que venir en toda Su plenitud dentro de nosotros, y eso ocurre cuando esté manifiesto en toda Su plenitud como Palabra; o sea, cuando tengamos toda la Palabra cumplida; porque los discípulos no pudieron recibir el día de Pentecostés, lo que les había sido prometido, hasta que no tuvieron todo en orden, hasta que no cumplieron toda la Palabra; y así nos pasa a nosotros hoy, así nos pasa a nosotros hoy. Y no vendrá hasta que primero no tengamos todo en la forma que tiene que estar. Bueno, algunas veces pensamos que tienen que ser todos los que estén... toda la Novia, o lo que se conoce como la Novia, todos los que han creído el Mensaje, tendrían que estar en orden para el Señor poderse derramar en toda Su plenitud. No. Los únicos que tienen que estar en la posición correcta son los que lo van a recibir. Cuando el Señor se fue, habían como 500. Pero solamente cuadraron con la Palabra 120, y esos Lo recibieron; los otros no. De todos los que hay en el Mensaje, los que cuadren con la Palabra son los que lo van a recibir; y cuando cuadren con todo, estarán listos para recibirlo. Si son 2000, pues 2000 Lo recibirán; sin son 100, 100 Lo recibirán; sin son 5, pues 5 Lo recibirán. Los que estén en la posición correcta, haciendo las cosas como corresponde en esta ocasión de este tercer éxodo. Ahora, mire cómo va a venir lo que el Señor nos ha prometido; porque Dios, de la manera que obra la primer vez, obra siempre. ¿Cómo vino el día de Pentecostés la Señal para ellos? Un estruendo del cielo, un viento recio, y se llenó toda la casa, y fueron llenos del Espíritu Santo. ¿Cómo vendrá para nosotros? Vamos a ver lo que dice el profeta. Página 12 del Mensaje titulado “Tres Clases de Creyentes,” el profeta dice: “*¡A mí no me importa lo que ellos digan! Yo todavía creo que si el rifle está bien alineado y con la puntería correcta, ciertamente dará en el blanco. Y yo creo que si un creyente está correcto con la Palabra de Dios, él dará exactamente en toda promesa de la Palabra de Dios, vez tras vez. Estoy completamente persuadido de eso. Cuánto más cuando vemos que estamos en esta edad y que estas cosas tienen que ser así. Yo ciertamente creo que cuando esta Novia elegida, llamada y puesta en el Libro de la Vida... Entonces vendrá un estruendo del Cielo que infundirá un tremendo bautismo del Espíritu Santo en esta Novia hasta tal punto que la sacará de la tierra en el Rapto. Dios lo ha prometido así.”* Eso es lo que dice que va a suceder cuando venga la plenitud sobre la Novia. Página 12 del Mensaje titulado “Tres Clases de Creyentes.” Así vino allá en el día de Pentecostés, y mire cómo está prometido que vendrá en este tiempo. Mire cómo vino la Señal a ellos allá, era el Espíritu Santo, y mire cómo vino, y mire cómo vendrá la Señal de la plenitud del Espíritu Santo hoy acá. Así está prometido y así se cumplirá. Los que se pusieron de acuerdo allí, estuvieron de acuerdo, recibieron lo que Dios les prometió; los que no, se fueron. Hoy en día no es irse del Mensaje, es irse de la Piedra Angular; y eso es salirse de la dispensación en que estamos actualmente; meterse para la segunda dispensación, eso es hacer lo que hicieron los 380. Estamos en la Piedra Angular, en el tiempo donde estamos siendo arreglados por el Señor en la forma que El quiere, para recibir lo que El nos ha prometido. Ahora, ustedes han visto que Dios se ha estado moviendo aquí en Puerto Rico. Y nos hemos dado cuenta nosotros como ministros, que en la forma que Dios se ha movido aquí en Puerto Rico, hemos visto a través de todos los países que en esta forma que El se ha movido aquí no se había movido en ningún otro lugar. Muchos trataron de conseguir estas cosas que Dios ha estado dando; trataron de conseguir y adivinaron algunas; y adivinaron algunas y le añadieron otras cosas. Y lo que consiguieron fue un entendimiento intelectual de lo que el profeta ha dicho. ¡Gloria al Señor! Hemos visto lo que Dios ha estado haciendo, y hemos visto que ha estado dando en el blanco vez tras vez. Hemos visto al Señor moviéndose de la manera que se ha movido, y hemos visto que no ha fallado. Ahora, hemos visto que hay algo de parte del Señor, que El está haciendo. Hemos visto que estamos en el Aposento Alto, como estaban los discípulos allá. Pero si nosotros pudiéramos dar una miradita para atrás, y ver cómo se estaban moviendo las cosas allá, y pudiéramos aplicar eso acá, porque de la manera que Dios obra una vez, obra siempre; entonces podíamos cuadrar más rápido con el plan de Dios, y Dios haría más rápidamente lo que El ha prometido que va a hacer. El lo haría, El está esperando por nosotros. Bueno, si viéramos el cuadro allá, vemos que allá, pues, habían muchos; de los muchos quedaron pocos; y de los pocos que quedaron habían bastante ministros también allí; habían por lo menos doce apóstoles. Pero si viéramos el cuadro, y lo que Dios estaba haciendo allí, y cómo Dios estaba poniendo las cosas allá en orden, y viéramos cómo estos doce apóstoles estaba unidos uno al otro, y estaban cuadrando con lo que correspondía para esa nueva dispensación; y no solamente eso, sino que cuando hubo que predicar algo el día de Pentecostés, se pararon junto a Pedro, y le dijeron: “Habla.” El habló y los demás acentuaban con un Amén lo que él decía. Ahora, recuerden que la historia se repite siempre; y como pasa la primer vez, pasa siempre. Mire, allá en el aposento alto, los discípulos estaban allí, habían 120 ya, ya a lo último quedaban 120. El profeta dice que entre ellos mismos, algunos de los apóstoles decían: “Bueno, vamos a salir ya. Ya tenemos el Espíritu Santo, vamos a salir ya.” Entonces ¿qué sucedía? Pedro se levantaban y decía: “No, todavía no; porque falta esto que dice aquí el profeta, el profeta Joel dice que tiene que pasar esto, y por aquí dice esto, y esto no se ha cumplido. Y si no se ha cumplido esto, no tenemos el bautismo del Espíritu Santo, no tenemos la Señal del segundo éxodo; y si no la tenemos, pues, vamos a cuadrar con toda la Palabra, vamos a aplicar todo lo que nos ha sido revelado, para entonces que venga el Espíritu Santo.” Hoy estamos también esperando la plenitud del Espíritu Santo. No la tenemos. La tenía el profeta, pero nosotros no la tenemos. En ese librito que les leí, el profeta dice cómo va a venir: Como vinieron las primicias allá, va a venir la plenitud acá. Porque es que Dios como obra la primer vez, obra siempre, ¿ve? Entonces, si esto no se ha cumplido, pues no la tenemos. Entonces al no tener la Señal del tercer éxodo como Espíritu Santo en toda Su plenitud, entonces tenemos que ver dónde el profeta dice por aquí, lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que cuadrar por acá, tener el cuadro completo, para que pueda venir. Recuerden: Allí muchos creían que la tenían. De los apóstoles muchos creían que la tenían. Y Pedro tenía que pararse: “No, falta esto que dijo aquí el profeta, falta esto.” Entonces cuando cuadraron con todo, entonces vino. Ellos no podían salir hasta que no lo tuvieran. Bueno, entonces así nos pasa hoy en día a nosotros. Estamos en la misma situación, en la misma Piedra Angular, en el mismo Aposento Alto; por lo tanto tiene que ser de la misma manera. Entonces si algo podríamos hacer nosotros es orar, orar para que pase lo mismo que pasó allá. La cosa estaba entre doce apóstoles, en que esos doce apóstoles tenían que poner las cosas como iban; y entre todos ellos, pues, Dios le había dado la llave a uno de ellos; y los otros podían brincar y saltar, y decir que ya tenían esto y lo otro; y después, a lo último él venía, el que tenía la llave, se paraba y decía: “Hum, hum, eso no es así. Por aquí dice el profeta así, el profeta Joel dice así.” ¿Ve? La llave era la revelación de la Palabra hecha carne para aquel tiempo. ¿Usted sabe por qué han salido tantos brincando y saltando, diciendo que tienen el manto de Elías, y que tienen esto, y que les ha caído el manto de Elías? ¿Quieren ustedes saber por qué? Después de eso yo les voy a decir lo que le ha tocado a la Novia de Puerto Rico y dónde el profeta lo dice. Pero vamos a buscar por aquí: Página 116 de los Sellos, y luego... Página 154 y 155. Yo creo que con esa es suficiente. Dice el profeta -en la mitad del párrafo del centro-, dice: “*Satanás es muy sagaz, cuando él ve que algo viene, entonces le tira todo lo que puede para echarlo a perder antes de que llegue.”* Bueno, si usted puede ver algo ahí, entonces usted verá que siempre que Dios vaya a hacer algo, entonces el diablo se adelantará para hacer algo que se parezca, para cuando venga lo que es correcto: “¡Jumj! Ya con eso se salió otro. Eso ya es viejo para nosotros. Ya ese perro me mordió una vez, ya no me muerde dos veces.” ¿Ve? Antes de venir el Señor Jesucristo, ¿qué sucedió? Vino Teudas y Judas, el diablo los levantó; y cuando vino el Señor Jesucristo, la gente decían: “¿A quién va a coger ese con ese cuento? Si ya vinieron dos primero que él con el mismo cuento.” Pero sin embargo el tercer que vino era el verdadero. En este tiempo, cuando Dios prometió que habría de enviar un profeta, ¿no se levantaron muchos falsos por ahí, diciendo que ellos eran Dios encarnado? Es más, aquí en Puerto Rico hasta una mujer se levantó diciendo eso, que era Dios encarnado, y que tenía el Nombre Nuevo de Dios. ¿Por qué? Porque el diablo ve y mira la Palabra, y mira lo que viene; y cuando él ve que el tiempo está por ahí cerquita, él se sale con algo parecido, para cuando venga lo que es correcto: “Hum, hum, esa es la misma cosa.” Y cuando viene lo que es correcto, solamente lo verán los escogidos; el resto le pondrá la mirada a las imitaciones que el diablo había hecho y no podrán recibir lo que es correcto. Pero el que es de Dios lo verá porque lo verá, porque Dios se lo mostrará; y si Dios se lo mostrará, pues no va a haber problema; porque Dios no le habla a Sus hijos como muchos piensan, Dios les habla por Su Palabra, Dios le revela Su Palabra a Sus hijos, y ellos entonces ven el cuadro; y cuando ellos ven el cuadro en la Palabra, entonces le dan gloria a Dios por lo que Dios ha hecho. Ahora, vamos a la página 479, y usted va a ver ahí la oración que hizo el profeta, la petición del profeta. Y usted entonces se dará cuenta por qué han salido tantos imitadores tratando de pervertir eso que está ahí; porque el profeta pidió eso. Y el profeta lo pidió y Dios lo dará, así como lo hizo con Pedro; y cuando lo cumpla, han salido tantas imitaciones que: “Ah, si es la misma cosa.” Bueno, mire lo que dice el profeta aquí en la página 479, finalizando, dice: “*Ruego que me ayudes y me concedas ser sincero, honesto y verdadero para que así pueda llevar el Mensaje hasta donde me es ordenado llevarlo. Luego* (recuerde, al Señor le fue ordenado llevarlo hasta cierto sitio) *...Luego, cuando me llegue el tiempo de descanso, cuando llegue allá al río y me llegue las olas, oh Dios, concede que pueda entregar esta Espada a otro que sea honrado y que lleve la verdad. Concédelo Señor.”* ¿Qué es la Espada? La Espada le cayó al profeta en la mano. ¿Qué dice el profeta que es la Espada? El profeta hablando de lo que es la Espada, aquí en la página 470, dice: “*Tenía las manos así alzadas, y de repente algo me cayó en la mano. Ahora, yo no sé, no puedo decir. ¿Sería que estaba dormi­do? Yo no sé. ¿Estaba como fuera de mí? Yo no sé. ¿Fue una visión? No les puedo decir. Lo único que puedo decir es que fue igual a como cuando llegaron esos Angeles: Entonces esto cayó en mis manos y alcé la vista para ver, y era una espada. Tenía el puño de marfil, muy bello y la guarnición era de oro puro; y la espada misma era como de cromo, como plata, pero muy brillante y tenía un filo tan tremendo. Y pensé: `Eso es muy hermoso.' Y me cabía perfectamente en la mano. Entonces me di cuenta y dije: `Pero yo siempre he tenido un temor de estas cosas' - una espada. Pensé: `¿Qué haré con esto?'* *En ese momento una Voz tronó por todo el cañón e hizo rodar las piedras, y dijo: `ESTA ES LA ESPADA DEL REY.' Entonces volví en mí. Ahora, si hubiera dicho: `La espada de un rey,' entonces sería otra cosa. Pero dijo: `La espada del Rey.' Hay un solo Rey; ese es Dios. El tiene una sola Espada. ¡Su Palabra, por la cual yo vivo! ¡Que Dios me ayude a traer Su santa vestidura y con Su Palabra abierta aquí, ES LA PALABRA! AMEN.”* ¿Ve? Y allá está orando porque esa Espada, la Palabra, le sea dada, le sea entregada, él entregarla a otro; entonces por eso es que han salido tantas imitaciones. Y el diablo, sabiendo que algo Dios está por hacer e iba a hacer, porque vio que fue hablado, entonces el diablo, antes que venga lo que Dios va a hacer, hace las imitaciones y entonces aparecen muchos pervertidores corriendo con... diciendo que tienen la revelación de la Palabra; porque la Espada en la mano es la revelación completa del Mensaje. Entonces muchos: “Esta es la revelación.” Entonces al no ser la revelación genuina lo que hacen es que engañan al que le siga, y al engañarlo entonces no le es efectiva la Palabra, y al no serle efectiva... porque el profeta dice que si usted invalida la Palabra, no le es efectiva, no le funciona, no hace aquello para lo cual ha sido enviada. No esté esperando Rapto con una Palabra invalidada, no esté esperando Rapto con una perversión; tiene que ser con la Palabra pura, que es la Espada de dos filos. Entonces esa fue la oración del profeta. El sabía las perversiones que ya habían en ese tiempo en que él estaba aquí; muchos tratando de decir: “El profeta quiere decir esto, quiere decir lo otro.” Con una interpretación intelectual de lo que el profeta estaba diciendo, y no con la revelación genuina de lo que estaba siendo dicho. Cuando eso se cumpla, entonces tendremos ASI DICE EL SEÑOR de nuevo; cuando eso se cumpla, entonces escucharemos y recibiremos y oiremos el Mensaje de la hora, de la manera correcta. Mientras tanto lo que escucharemos serán conjeturas. Ahora, fíjese, no nos vamos a quedar ahí nada más. Ya vimos eso. Ahora, nos gustaría saber, porque todos estamos esperando y deseando, bueno, que venga lo que va a venir, y que venga de la manera que el Señor nos ha dicho. Vamos a ver lo que el profeta ha dicho aquí, y entonces veremos más o menos, podremos saber, dónde Dios va a obrar, para que todo eso se cumpla. El profeta en el Mensaje titulado “Velo Adentro,” página 6; el profeta dice aquí ya finalizando: “*Algunas veces Ud. piensa que lleva el camino correcto, cuando en realidad está errado; pero Ud. no puede ir hacia la derecha y a la izquierda a la misma vez...”* Eso nos quiere decir mucho a nosotros: Usted no puede ir hacia la Palabra, la revelación genuina, que es la derecha, y a la izquierda a la misma vez; no puede ir a la revelación genuina y a las conjeturas, las dos cosas a la misma vez juntas; porque no se puede las dos cosas a la misma vez. O es revelación, o es conjetura. No pueden ser revelación y conjetura a la misma vez; porque la conjetura invalida la poquita de revelación que usted tiene, y al invalidarla, pues, un poquito de levadura le leudó toda la masa y viene a ser todo conjetura. Bueno: “*...pero Ud. no puede ir hacia la derecha y a la izquierda a la misma vez. Si Ud. se dirige a la izquierda ahí llegará. Si Ud. se dirige hacia la derecha (lo correcto), todo le saldrá bien. Nada podrá evitar que Ud. llegue al lugar correcto. Puede parecer que Ud. está equivocado, pero Ud. va por el camino correcto.”* ¿Ve? Puede parecer que sea una equivocación, porque la mayoría estará en contra de usted, y porque la mayoría tiene un conocimiento intelectual. Pero si usted va por lo correcto, olvídese de lo que puedan decir los demás. Dice: “*Siga al compás...”* Al Compás. No es siga al compás, al paso, sino: siga al Compás. El Compás es el Espíritu Santo, que viene a ser lo que los barcos usan como la brújula, que les señala la dirección hacia donde ellos van. “*Siga al compás, y el compás es el Espíritu Santo. El polo magnético del norte mantiene a ese compás apuntando exactamente hacia el norte. ¿No es maravilloso que la electrónica del aire...?* *Yo estaba parado cerca del Polo Norte, hace algunos años y aquí uno ve luces nórdicas pasando y los relámpagos de luces amarillas y verdes en la oscuridad de la media noche que alumbraría tanto como está de iluminado este salón; y yo pensé que allá en América Central, o desde cualquier lugar ese compás...”* ¿Quién es el Compás? El Espíritu Santo. Recuerde: está hablando en dos términos: está hablando en términos espirituales y en términos científicos, o literales; no pierda eso de vista. Recuerde que cuando el profeta quiere dar una revelación bien grande, viene y la ilustra en una cosa física, para que los entendidos capten lo espiritual; porque lo más importante no es lo físico, es lo espiritual, lo que hay ahí escondido. Ya yo creo que ustedes han visto algo. Hay un Compás, y desde algún lugar.. y dice: “*...y yo pensé que allá en América Central, o desde cualquier lugar ese compás apuntará exactamente hacia ese polo magnético. Lo guiará hacia el norte en cada ocasión* (No algunas veces. En cada ocasión)*. Y qué glorioso es saber que tenemos un sistema magnético en Gloria...”* ¿Ve? Un sistema magnético espiritual, un Polo Norte espiritual, que es Cristo, la Palabra; un Compás espiritual, que es el Espíritu Santo; y un lugar por ahí por la América Central, o algún lugar por ahí, desde donde apuntará directamente hacia el Norte. Ahora, vamos a... él habló aquí en términos también de mapas y esas cosas, de América Central y... pues hay que buscar eso para ver. Permítanme un momentito. (El hermano William sale un momento para buscar una esfera del mundo -Ed). Está un poco lleno de golpes, pero está mucho mejor que la bola del mundo. Este tiene menos que este planeta Tierra. Bueno, el Polo Norte está acá arriba, que representa a Cristo. América Central está aquí; todo esto. Y el profeta dice que hay un lugar por la América Central, por ahí, o en algún lugar por ahí, que apunta directamente hacia el Norte. Entonces... científicamente está probado eso; en lo literal lo hay, y en lo espiritual ustedes lo están viendo. Bueno, aquí hay un triángulo. Entonces ese triángulo, una de las esquinas de ese triángulo, toca a Puerto Rico por el área de Fajardo, la otra toca por aquí a Miami, y la otra toca a Bermúdas. Bueno, ahí tienen el triángulo. Y entonces usted tira una raya desde aquí, desde Puerto Rico, y pasa por Bermúdas, y llega directo al Polo Norte. Bueno, ya vimos eso. Ahora vamos a ver lo que dice aquí. Y ya mismo le voy a buscar otra cosita ahí. No le voy a leer tanto, porque este es un reportaje bastante largo; solamente les voy a leer esta partecita del triángulo: “El triángulo es uno de los dos únicos lugares de la Tierra (dos únicos lugares; es uno de ellos) donde la brújula (¿ve? la brújula, el compás) ...donde la brújula (la brújula de los barcos) ...donde la brújula señala al Norte verdadero. Normalmente la aguja imantada señala al Norte magnético, no al real (no al real, no al verdadero Norte); el cambio puede significar salirse de la ruta hasta veinte grados...” (Je Je) NO SEÑALAR AL POLO NORTE VERDADERO, ESO REPRESENTA HASTA SALIRSE VEINTE GRADOS DE LA RUTA VERDADERA (Je Je) Oh, aplique eso en lo espiritual, a ver cuántos grados fuera de la ruta del Polo Norte verdadero, Cristo, Dios manifestado en carne... “Si el navegante no es suficientemente hábil como para compensar este error, puede tener serios problemas.” ¿Ve? El Navegante viene a ser el Capitán, ¿verdad? El Capitán que dirige al que va a en el timón, al timonero. Entonces... aquí hay Capitanes también, hay buenos pastores; pero hay que señalar directamente al Norte verdadero. “El otro lugar donde la brújula se enloquece, es en el Mar del Diablo (eso es por las Filipinas; por allá).” Fíjese, mire, hay dos lugares solamente. A este lugar que está entre Puerto Rico, Miami y la Isla Bermúdas, le llaman el Triángulo del Diablo; y a aquel lugar, al otro, le llaman el Mar del Diablo. ¿Qué le parece? Ahora, sabemos que en lo espiritual han habido dos lugares en la Tierra que han señalado directamente al Norte verdadero. Cuando el Norte verdadero, que es Dios hecho carne, vino la primera vez; desde un lugar, desde allá de Palestina, señaló directamente al Norte verdadero: Dios manifestado en carne. Estuvo bajo el dominio romano en aquellos tiempos y tenía dos ciudadanías. Bueno, entonces sabemos que los romanos estaban gobernando, la bestia estaba gobernando, aquella área. No es raro que la imagen de la bestia esté gobernando, dominando, la otra área cuando se cumpla acá en este tiempo. Bueno, ya hemos visto que ese lugar en lo literal, del cual habla el profeta, que señala al Norte verdadero, se encuentra aquí en esta área de Puerto Rico, ahí frente a Fajardo, y pasa ese triángulo a Miami, y luego a las Islas Bermúdas. Dice que el navegante que se meta ahí, se pierde; ahí se le enloquecen las agujas de la navegación, ahí también los aviones que pasen por encima se les enloquece todo y pierden el control y no pueden manejar, ni los aviones ni los barcos, y desaparecen ahí. Eso también en lo espiritual es de la misma manera. Ahora, fíjese qué sencillo es todo. En lo espiritual habría un lugar también, ahí por la América Central o por ahí, que señalaría directamente siempre al Norte verdadero. ¿Y cuál es el Norte verdadero? Dios, la Palabra hecha carne. Lo hemos visto también en lo espiritual: lo hemos visto señalando a la Palabra encarnada en este tiempo y al Nombre Nuevo de la Palabra; y es el único lugar que señala exactamente, sin desviarse un grado, ni dos, ni diez. De cualquier lugar se puede señalar quizás con veinte grados de desvío; pero no es con veinte grados, es directamente sin fallar, y eso lo hemos visto y los estamos viendo y seguiremos viéndolo. Porque el plan de Dios es como fue cuando señaló directamente al Norte verdadero en la Primera Venida de Cristo. Lo que allí fue señalado por los discípulos, por los apóstoles, hasta el apóstol de los gentiles, San Pablo (hasta ese era judío); de allá fue la primera ocasión. Y lo que fue señalado allí hacia el Norte verdadero, tuvo que permanecer a través de las siete edades de la Iglesia. Y lo que es señalado en esta segunda ocasión, permanecerá; permanecerá por las edades venideras. Y lo que hoy oímos se seguirá oyendo en el Milenio. Hasta el Nombre Nuevo ha sido señalado; el Nombre Nuevo del Norte verdadero. Hemos visto todas estas cosas, y ahora vemos que estaba en los Mensajes del profeta, nada acontece por casualidad. Por eso es que, fíjese, hemos oído también a muchos que han dicho: El espíritu de Elías está en esta isla. Sí. Y muchos también, pues, han querido conseguir la revelación que está; han querido conseguirla, pero eso no se puede conseguir así; eso el Dueño de eso es Dios, y El, cuando quiere y a quien quiere y como quiera, El lo revela. Así que no es del que quiere ni del que corre; por lo tanto, encontramos que esta bendición que ustedes tienen, nadie se la puede arrebatar, porque estaba predestinada para ustedes; y al decir `para ustedes' me incluyo yo también ahí, ¿sabe? No me voy a quedar fuera, porque yo soy también de aquí. Ahora, estamos viendo estas cosas tan maravillosas que estaban prometidas que habrían de acontecer en este tiempo. Esto que está saliendo de aquí, esto que está siendo apuntado directamente hacia el Polo verdadero, Dios manifestado en carne con Su Nombre Nuevo y todo lo que conlleva eso, es lo que Dios tiene para toda la Novia; no es para alguno, es para toda la Novia alrededor de la Tierra. Ya la Novia de la América Latina, yo creo que casi toda ya está lista, ya lo ha recibido; pero falta la Novia de otros países, de dondequiera que esté. De los otros países yo creo que sean poquiticos, yo creo que el trabajo va a ser más suave. Entonces hemos visto esto tan sencillo, que aparentemente, pues, si Dios no lo revela, ¿quién va a saber que estas cosas estaban en esos Mensajes? Nadie; porque el que lo dió fue el Señor. Ahora, fíjese, ese reportaje del triángulo, fíjese cómo le llaman: “El Triángulo del Diablo.” Fíjese también cómo el otro lugar allá le llaman: “El Mar del Diablo.” Porque es el área donde todo el mundo se confunde. Entonces mire cómo al Señor, Dios manifestado en carne, le llamaron también Beelzebú allá; y miren cómo también a esto que está siendo revelado por el Señor, le llaman del diablo; la misma cosa. Así que cuando la gente no entienden algo y lo ven muy misterioso, dicen: “Eso es del diablo.” Ahora, ¿sabe lo que también dice en este reportaje? Dice que ese lugar de ahí del triángulo ese, ellos dicen que puede ser una de tres cosas -yo le voy a decir una sola de las tres cosas:- Ellos creen que puede ser que sea el lugar de los carros de fuego, de los platillos voladores, porque siempre de ahí es que salen y para ese sitio es que cogen siempre. Bueno, yo no digo que sea eso, ni que... a mí la parte que me interesa es la parte espiritual; la parte espiritual es la de nosotros, y el resto, pues Dios lo hará después. Ahora, miren otra cosa muy significativo aquí. ¿Ven ustedes que aquí está Puerto Rico? Ahora, esta liniecita ahí de puntitos ahí, se llama el Trópico de Cáncer. ¿Qué dice el profeta que es cáncer? Revelación. Mire por donde pasa el Trópico de Revelación (Je Je). Oh, no son casualidades; pasa por ahí mismo, toca el triángulo, pasa ahí frente a Puerto Rico. ¿Por qué tenía que el Señor nacer en Belén? Porque Belén quiere decir “Casa de Pan,” ¿ve? Entonces, los lugares donde el Señor, el lugar donde el Señor nació, luego el lugar para donde el Angel del Señor le dijo a José que cogiera, y luego donde se crió, todo eso tenía un significado y estaba ordenado por Dios para que se cumpliese lo que estaba prometido que se tenía que cumplir. Tenía que nacer en Belén para cumplir que tenía que salir de la “Casa del Pan”; entonces habían profecías que estaban relacionadas con ese lugar, y también tenía que irse a Egipto para que se cumpliese lo que decía: “De Egipto llamé a mi Hijo.” Y así tenía también que irse a Nazaret para que fuera un nazareno y pudiera tener pelo largo, y no bebiera sidra ni estas cosas. Entonces tenía que ser nazareno, entonces tenía que irse a Nazaret. Así que cada sitio tiene un significado en el plan de Dios. Ahora, fíjese, la isla de Puerto Rico, ¿cómo le llaman? La Isla del Mar y el Sol. ¿Y qué representa el sol? Cristo. ¿Y qué representa el mar? Agua, gente. Esta es la isla desde donde Dios está haciendo todo lo que va a hacer para toda la Novia, para toda la gente; y no solamente la gente de este tiempo, sino todo lo que va a hacer para el Milenio también. Ya vemos que Dios está haciendo todo en esa forma, ¿ve usted? O sea, todo el Mensaje, toda la Palabra, toda la revelación, de lo que será en el futuro, y lo que hay que establecer en el presente, ya vemos cómo está saliendo. No podía salir de otro lugar ni de otra forma, porque estaba establecido ahí en la Palabra, en lo que el profeta dijo, y estaba establecido conforme al plan de Dios. Como pasó en los Estados Unidos: No podía salir el profeta de este tiempo, no podía salir de otro sitio, porque estaba establecido que tenía que salir de allí, y Dios inspiró para que pusieran en el billete de a dólar, pusieran un águila, y pusieran una pirámide, y pusieran la piedra angular con un ojo mirando, un ojo humano, que es el águila, el profeta, ¿ve? Todo tenía que cumplirse ahí. Entonces vemos que tuvo que nacer en Kentucky, y ahí estaba un leñador cortando un árbol. “El hacha está puesta sobre los árboles, y el que no lleve buen fruto, será cortado.” Venía para juicio. Y también tenía que irse a Indiana, y allá estaba un tren viniendo con un vagón vacío, con vagones vacíos. ¿No es así que viene el Señor a buscar Su Novia? Viene para llenar todo y llevársela, ¿ve? ¿No es eso acaso el cumplimiento de ese sueño o visión que muchas veces muchas personas decían: “He visto que del cielo baja un tren vacío que viene a buscar gente”? Mírelo ahí, estaba en Indiana el símbolo también; se ha cumplido, y no lo han visto. Entonces para la apertura de los Sellos no podía quedarse en Indiana, tenía que irse al Oeste, e irse a Arizona, donde el símbolo allí es el sol poniéndose sobre una montaña o sobre las montañas; porque estaba prometido que al tiempo de la tarde habría luz, el tiempo en que el sol se estaba poniendo, habría luz, ¿ve? Entonces el tiempo de la luz es el tiempo de la Venida de Cristo, y tenía que cumplirse donde estuviera el símbolo. Y estaba allá, pues allá se cumplió, y apareció, y le tomaron la fotografía; ahí se cumplió la Venida de Cristo. La señal del Hijo del Hombre fue vista en el cielo, y fue retratada también. Tenía que ser allá porque allá era que estaba el símbolo. Entonces usted puede ver que Puerto Rico ha tenido unos cuantos símbolos muy importantes, y que esto no ha sido casualidad, sino que Dios ha inspirado todo esto, para que el plan que El iba a desarrollar fuese puesto en símbolos primero, antes de Dios hacerlo. Siempre que Dios va a hacer algo, siempre El envía los símbolos primero, ¿ve? En Estados Unidos envió los símbolos primero e inspiró a que se hiciera el billete de esa manera, a que pusieran esos símbolos en los diferentes estados; porque en esos lugares Dios iba a cumplir ciertas cosas. Y aun los nombres de algunas montañas, tuvieron que ponerle los nombres que correspondía para este tiempo. No hay casualidades en Dios, sino que lo que hay es predestinación, elección, de parte de Dios. Ahora, si usted mira los símbolos de Puerto Rico, usted verá que aquí... Mire el símbolo de Puerto Rico, mire el símbolo del escudo de armas. Y dicen que el primero que hubo en Puerto Rico fue este. Ahora, si usted mira los dos, están sentados sobre... el cordero está sentado sobre un libro, es el Libro de los Siete Sellos; es más, hasta los sellos ahí los tiene marcados en forma redonda, mire: uno, dos, tres, cuatro... hasta siete. ¡Oh, bendito el Señor! Tiene hasta leones ahí. Leones. Y eso no es otra cosa, sino predicadores rugiendo. No tiene tantos, pero tiene; tiene los necesarios para que rujan lo suficiente. Entonces, no solamente eso, aquí el símbolo de la capital es un cordero parado sobre una peña, y... ustedes deben tener este símbolo, porque el hermano Adalberto lo sacó en la imprenta, y lo han... y ustedes lo deben tener por ahí. Dice, hablando de este símbolo, dice: “Nuestra ciudad capital tiene su propio escudo, se parece mucho al escudo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico; ya que ambos tienen como figura principal al cordero de Dios o cordero pascual, que representa a la vez (a la misma vez) a Jesucristo y a Juan el Bautista.” ¿Por qué tenía que ser de esa manera? Porque donde estuvieran estos símbolos, ahí se entendería que en el mismo precursor estaría el mismo precursado; porque nuestro símbolo dice que ese cordero es Jesucristo y que también es el profeta, el precursor de la Primera Venida de Cristo. Pero ustedes saben que en el primer precursor no se cumplió las dos cosas a la vez. Así que está señalando a aquel en el cual se cumplirían las dos cosas a la vez. Y sigue más abajo diciendo: “Secundariamente el cordero representa también a Juan el Bautista, precursor del Salvador; fue Juan el Bautista que señaló a Jesucristo, diciendo: `He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.' Nuestra ciudad capital se bautizó con el nombre de San Juan Bautista; primeramente la isla de Puerto Rico se llamó con ese nombre (toda la isla; o sea que esta es la isla de Elías) ...se llamó de ese nombre que hoy ostenta únicamente la capital. San Juan Bautista es además, el patrón de la ciudad y de la isla (¿Quién es el patrón de esta isla? Elías). La roca sobre la cual se yergue el cordero tiene un doble significado: Representa en primer lugar el monte Sion, símbolo de la ciudad santa de Jerusalén y de la Iglesia. El chorro de agua que mana de la roca representa los ríos del Paraíso, y los sacramentos, particularmente el Bautismo. La roca colocada sobre hondas de agua, significa en segundo lugar, la isleta de San Juan... (y no quiero seguirles leyendo esto).” Ahora, fíjese usted, la Primera Venida de Cristo y la Segunda Venida de Cristo, vino utilizando dos símbolos muy importantes. La Primera Venida de Cristo El vino como Cordero de Dios, bajo el símbolo de cordero; y la Segunda Venida de Cristo El vino bajo el símbolo de león. Entonces, fíjese usted cómo aun en nuestra isla, estos dos símbolos del cordero y el león están en Puerto Rico; y por eso es que Dios tenía en Sus planes lo que está haciendo; y por eso es que la Segunda Venida de Cristo y la Primera Venida de Cristo, ha sido separada en la forma correcta. Y la manifestación de Dios en carne, y la carne donde Dios se ha manifestado, ha sido separada en la forma correcta. O sea que se ha reconocido, por revelación, que el cuerpo donde Dios se manifestó, ese no es Cristo, sino el cuerpo donde El se metió; pero el que estaba dentro de él es Cristo; se pudo hacer la separación. ¿Por qué? Porque Dios así lo había ordenado, que en algún lugar se iba... El iba a dar la revelación correcta de todo lo que ha sido revelado en este tiempo. Y esto no nos debe poner a nosotros orgullosos, sino bien humildes, bien sencillos; porque al que mucho le es dado... ¡jumj! ya usted sabe el resto. Nos es demandado que este Mensaje, que toda la revelación, nos es demandado y nos es puesto en nuestras manos, que toda esta revelación y todo el Mensaje, sea llevado como fue llevado por los discípulos: a toda la Novia. La bendición es grande, pero la responsabilidad también es grande. Entonces, fíjese, hemos visto que Puerto Rico también es llamada “La Perla del Caribe.” Una perla... la hemos visto aquí. ¿Ve? Ese triángulo ahí, como una perla ahí, en el Caribe también. Bueno, Puerto Rico también pertenece a las Antillas Occidentales. ¿Sabe usted que también dice la Biblia: “Como relámpago que sale del Oriente y se muestra en el Occidente”? De aquí es que se señala directamente al Occidente, a donde el Señor ha aparecido por segunda vez. Y el profeta dice ahí -en el Mensaje ese que les leí- que señalaría siempre, siempre, al Norte verdadero en cada ocasión, o sea, sin fallar. Entonces, Puerto Rico también pertenece a las Antillas Mayores, y es la menor; y de las Menores es la mayor. Hemos visto que todas estas cosas no son casualidades, sino que son el plan de Dios que El ha estado desarrollando por tantos y tantos años, y que ahora El nos ha permitido ver esa parte del plan, porque ya el diablo no lo puede interrumpir. Antes, si él lo llega a saber... si él lo llega a saber, hubiera hecho mucho daño; pero ya es demasiado tarde. Ustedes saben bien que siempre han habido muchas personas que han dicho que Puerto Rico es el país que más se parece a Palestina. Mire, hasta tiene dos ciudadanías, como Palestina tenía dos ciudadanías en el tiempo en que vino el Señor. Tenía la ciudadanía de ellos y la ciudadanía romana, ¿ve? Entonces también Puerto Rico tiene dos ciudadanías. Y Puerto Rico es más o menos el tamaño de allá de Palestina; y las similitudes son muchísimas. Allá Palestina estaba gobernada bajo el control de la bestia, y acá Puerto Rico está gobernado bajo el control de la imagen de la bestia. Así que ya yo creo que podemos ver más claro el plan de Dios. Y estas cosas, pues, la Novia tenía que saberlas a su debido tiempo, porque estas son cosas del plan de Dios y que nos corresponde saberlas a nosotros. Es más, yo creo que nosotros somos de los últimos que sabemos estas cosas. Bueno, ahora nos llegó a lo último, pues... Pero ya en Venezuela, en Venezuela han hablado y ellos vieron lo que había de Dios aquí; pero ahora, pues hemos estado presentándole a través de los Mensajes del profeta dónde el profeta habla de estas cosas. Y el profeta, o sea, el mensajero, y el Mensaje son la misma cosa. Si usted encuentra el Mensaje, usted encontró el Mensajero. Si usted no encuentra el Mensaje, si usted ha perdido de vista el Mensaje, ha perdido de vista al profeta; lo ha confundido, y no sabe quién es el profeta; pero él es Dios manifestado en carne. Ahora... y esto, yo no le quiero decir con esto mucho, sino piense en esto que el profeta dice aquí: página 14 del Mensaje titulado “Señores ¿es este el tiempo?” Recuerde que yo le dije: Si usted se encuentra con el Mensaje en la forma correcta, con la revelación genuina del Mensaje, usted se ha encontrado con el profeta; porque el mensajero y el Mensaje son la misma cosa, dice... Bueno. Página 14 (página 20 -Ed) del Mensaje “Señores, ¿es este el tiempo?” En dos lugares aquí el profeta dice: “*...la interpretación de un sueño que no hace mucho tiempo le había dado* (y dice la persona, pero yo no la voy a decir) *y le dije que esperase en el Señor, que algún día le encontraría a él en una isla, y ahí estaba él.”* Y más abajito dice: *“y yo estaba sobre ella. Te encontraré en la isla, hermano...* (y dice el nombre del hermano)*.”* Bueno, la revelación de los Sellos a Juan, ¿dónde le fue dada? En una isla. ¿Y quién se la dio? Usted sabe quién se la dio. El profeta dice que fue un profeta. Usted sabe que fue el séptimo mensajero quien le dio la revelación del Apocalipsis a Juan, y fue durante un lapso de tiempo de dos años. Bueno, ahora, mire esto. Si el hermano Branham, que vivió en el siglo xx, sin estar aquí en la Tierra todavía... ...y luego coger a Juan y traerlo al siglo xx. Ahora que no está aquí, ¿no podrá pasar de allá a acá y hacer lo mismo? ¿No podrá pasar, cuántos años, nueve años, si pasó casi veinte siglos y buscó a Juan y le dijo: “Esto es esto”? Y después no solamente eso, después pasó del siglo xx y lo llevó al Milenio, y le dijo: “Esto es esto.” En Dios no hay tiempo. El ahora está en una dimensión donde no hay límites. Así que estamos viviendo en un día muy importante. Más importante de lo que nosotros nos imaginamos, y más glorioso para nosotros de lo que nos podíamos imaginar. Ahora, usted sabiendo lo que nos ha tocado a nosotros aquí en Puerto Rico, entonces sepa también que la responsabilidad es grande, y de que el galardón también es grande, y de que el trabajo de nosotros tiene que ser el trabajo más esforzado de todos los hermanos de la Novia. Y esto que Dios ha estado revelando no es para nosotros nada más, es para la Novia del Señor completa. Y ha venido en la forma que ha venido, porque así Dios lo ordenó. Y que hayan estado estos símbolos aquí en Puerto Rico, eso no es casualidad; que haya estado el símbolo del cordero en el área metropolitana y del león allá en Ponce, eso no es casualidad. Cuando el anciano le dijo a Juan: “Mira Juan, no llores más. He aquí el León de la tribu de Judá.” Cuando Juan miró, dice que vio un cordero; pero la revelación, el profeta dice: “el anciano estaba correcto cuando dijo que era un león.” Porque la revelación de la Palabra, la apertura de los Sellos, el dar a conocer todo el misterio de los Sellos, ¿cómo fue que fue dado a conocer? Dios manifestado como León. Por lo tanto, todo esto también tenía que estar aquí en Puerto Rico para Dios hacer lo que iba a hacer; porque Dios primero obra y pone los símbolos, para después El hacer lo que El ha simbolizado que va a hacer. Ahora, aun después que los Sellos han sido abiertos, aun después que los Sellos han sido abiertos, a menos que usted no tenga revelación usted nunca entenderá que los Sellos fueron abiertos por el Señor como León y no como Cordero; porque después de traer la revelación el profeta, entonces hace como les dije ahorita: que después de traerla - trajo la revelación, después le hace así y la tapa con algo de la segunda dispensación; entonces después que trae la revelación que el Cordero cuando termina Su Obra de Redención entonces deja Su trabajo como Cordero, como Intercesor, y aparece como León para hacer Su Reclamo y abrir los Sellos... Después que El trae todo eso y dice que el Cordero ha cambiado Su trabajo de Cordero a León (eso está en la página 85, 86 y 87, y muchas páginas más del Libro de los Sellos), entonces él dice: “Ya El no es un Cordero, sino un León.” ¿Ve? Un León. Pero entonces encuentra usted más adelante, que después el profeta sigue hablando en otras ocasiones, y dice: “El Cordero abrió los Sellos.” Pero si usted sabe lo que él dijo, usted sabe que ese Cordero ya no es Cordero, sino León: el León de la tribu de Judá, Dios, que se ha manifestado en carne en este tiempo y ha revelado al pueblo de Dios todos los misterios de Dios. Entonces, si usted no tiene la revelación, usted seguirá creyendo que fue el Cordero; pero fue el León. Ya no es Cordero, sino León; y por eso tiene el Nombre de Rey, el Nombre de León, el Nombre con el cual va a reinar en el Milenio. Por eso es que nosotros sabemos el Nombre Nuevo, sabemos el Nombre que Dios va a usar en el Milenio; porque ha venido como León con ese Nombre puesto en El en Su manifestación en carne. Y esto mismo, pues, tenía que suceder aquí en Puerto Rico, porque así estaba simbolizado. Entonces vemos que el plan de Dios es más glorioso de lo que nosotros nos podemos imaginar, y que nadie puede añadir ni quitar al plan de Dios; que lo mejor que podemos hacer es alegrarnos, gozarnos, en ver el plan de Dios y darle gloria a Dios. Nadie puede ocupar la posición de nadie. La posición del Señor como León no puede ser ocupada por el Señor como Cordero; porque como León es que El revela todos los misterios. Bueno, y qué bien han caído estos símbolos aquí en Puerto Rico, ¿verdad? Que tenemos al Cordero aquí en Puerto Rico y al León también. Bueno, esto no es casualidad, esto es predestinación. Y si es predestinación entonces la suerte que nos ha tocado es tan y tan grande, que debemos estar más que agradecidos. Ahora, ¿no ha sido mejor que haya sido de la manera que ha sido, y no que haya sido en otro país? ¿Ah? ¿Le gustaría a usted que hubiera sido en otro lugar, pudiendo haber sido aquí? Entonces gocémonos y alegrémonos, démosle gracias al Señor. Y entonces conforme a la promesa de Dios a través de lo que el profeta ha dicho aquí... se la leeré de nuevo: “*...y yo pensé que allá en América Central, o desde cualquier lugar ese compás apuntará exactamente hacia ese polo magnético. Lo guiará hacia el norte en cada ocasión.”* Y eso es lo que Dios está haciendo, y lo que Dios seguirá haciendo. Está apuntando directamente hacia el Norte, hacia esta parte; y ese Norte es Cristo, Dios manifestado en carne. Por eso es que cuando se habla del Nombre Nuevo, se apunta directamente al Norte. Y del Norte pues Dios... en el Norte Dios se manifestó en carne y allí tiene Su Nombre Nuevo, es un Nombre del Norte (Je Je). No es un Nombre del sur, no es un Nombre del Africa; es un Nombre del Norte. ¿Y por qué tiene que ser el Nombre así, de Estados Unidos? Porque era del Norte. Porque así estaba profetizado, y así tenía que acontecer; como dice Isaías 30 por ahí, que el Nombre del Señor vendría de lejos para los judíos, cuando le apareciera ahora para la gran tribulación Dios les vendría con un nombre de lejos, de Estados Unidos, con el Nombre Nuevo. Bueno, ya yo creo que estamos concluyendo, estamos viendo, yo creo, el plan del Señor; estamos viendo que la Novia ha comenzado a tener lo que necesitaba, ha comenzado a tener la dirección completa hacia el Norte, ha comenzado a tener predicación que apunta directamente hacia el Norte, la Palabra revelada. Entonces yo creo que si no, pues falta poco, de que se cumpla la petición que el profeta le hizo al Señor. Yo creo que falta poco; si no se ha cumplido, falta poco, que se cumpla eso que el profeta le pidió al Señor. Porque cuando eso se cumpla, será Palabra sobre Palabra, sin lugar a dudas; y entonces no habrá lugar a equivocaciones, sino será directamente hacia el Norte: la Palabra en toda ocasión, será Palabra revelada en todo momento, donde entonces la Novia... no solamente la Novia de Puerto Rico; no crea que estas cosas son para usted y para mí nada más; todas estas cosas son para toda la Novia, para toda la Novia. Así como aquellos que tenían los apóstoles en el aposento alto, aquellos 120, y todo aquello que pusieron en orden, todo aquello fue para toda la Novia a través de las edades, ¿lo ve? Así que la bendición que nos ha tocado a nosotros, mire, es para tener un deseo y un espíritu de agradecimiento tan grande al Señor, que deseásemos cada día tener cultos sin término de finalización; o sea, tener solamente la hora de comienzo, pero sin tener tiempo de salida; pero algún día llegaremos a eso. No se apure, cuando la persecución apriete, vamos a perder todos los trabajos, y entonces no va a tener nadie que madrugar para ir al trabajo, y entonces pues... Pero ojalá que podamos entrar antes que lleguen esos días, que ya están por ahí... ya está todo preparado; ya lo de comprar y vender, ya ustedes lo han visto cómo están preparando el terreno, para que de momento: “Bueno, ahora es así. Ahora está establecido obligatoriamente.” Eso está por ahí pegadito. Pero yo creo que antes de que llegue eso por completo, yo creo que la Novia aquí en Puerto Rico estará recibiendo grandes bendiciones antes de que llegue ese momento. Y yo creo que antes de salir este año, yo espero que todo esté puesto en el orden que corresponde estar para que recibamos lo que el Señor nos ha prometido: la plenitud. Que recibamos la Señal en Espíritu. Ya la recibimos en carne, la recibimos y la estamos recibiendo y aplicando en Palabra; pero nos falta recibirla en Espíritu, que es la plenitud. Así que tenemos la Señal. Sí. En Palabra, en Mensaje. ¡APLIQUELO! OBEDIENCIA COMPLETA, TOTAL, A TODA LA PALABRA, A TODO EL MENSAJE, LE DA DERECHO A LA SEÑAL, LE DA DERECHO A LA PLENITUD. Oh, estamos como en los días del aposento alto. Siempre, pues... veremos siempre, pues, que pasará lo mismo que pasó allá, tiene que pasar; pero la Novia llegará a donde tiene que llegar. Llegará, porque Dios ha dicho que va a llegar. Y si El ha dicho que va a llegar, va a llegar. Y si de los quinientos que habían allá, se tiene que ir más de la mitad, se va. Pero se quedan los que van a llegar, y se quedan con el plan que Dios tiene. Dios tiene un plan. Usted ni yo podemos hacer un plan para esta hora, ya Dios lo tiene. Ya nos ha mostrado también aquí en Puerto Rico qué es lo que tiene, o por lo menos hemos visto parte; y estamos viendo que la cosa es más seria de lo que nosotros nos imaginamos. Hay un plan completo, es un plan completo; y nadie lo puede alterar. Si yo tratase de alterarlo, ay de mí; ay de mí, porque entonces al alterar el plan, entonces Dios no puede hacer lo que El ha prometido; y todos aquí como ministros, ministros del Señor aquí en Puerto Rico, ninguno podemos alterar el plan del Señor. Y así como en los tiempos de los apóstoles había un plan, había un orden, y el Señor había establecido todo, y había que entrar por el plan que Dios tenía allí para poder ellos recibir lo que Dios les había prometido; así también es hoy. Y si ustedes observan, fíjense, habían 120; de los 120 habían doce predicadores. Yo creo que más o menos eso es lo que hay en Puerto Rico, ¿verdad? Yo creo que no habemos tantos aquí en Puerto Rico, muy poquititos. Siempre cuando Dios va a hacer algo, pues no tiene muchos; porque si hay muchísimos, se pelean unos con otros. Entonces, aun de los doce, estuvieron nueve días que no estuvieron muy de acuerdo, siendo apóstoles ellos. Y en unas ocasiones algunos de ellos se levantaban: “No. Hay que empezar ya. Ya tenemos esto, ya tenemos lo otro.” Entonces uno de ellos, que tenía la llave, que le fue dada la llave, se paraba y decía: “Hum, hum, un momento. Aquí nadie va a abrir la Puerta, la llave la tengo... la tiene Pedro. Nadie va a abrir la Puerta. Aquí el Señor ha dicho que va a ser así. Y que esto hay que arreglarlo primero. Y que cuando esté todo arreglado, entonces se cumple lo que dijo Joel. Y entonces viene el Espíritu, y entonces habrá una señal que será vista. Y eso ustedes no lo han visto todavía.” Y así también ha prometido el Señor que va a suceder, como sucedió allá: un estruendo del cielo; eso lo dice el profeta, ahí nadie le puede quitar ni añadir. ¡Aleluya! Nadie le puede quitar a lo que dijo el profeta, ni le puede añadir, sino que hay que esperar el cumplimiento de cada cosa, y hacer lo que hay que hacer; porque las cosas que hay que hacer no se pueden dejar para mañana; y las que van a ser para mañana no se pueden hacer hoy. Cada cosa tiene su tiempo. El tiempo de hoy es poner todo en su sitio y practicar todo como corresponde a esta tercera dispensación. Ahora, fíjese, de doce apóstoles, entre los doce no estaban muy de acuerdo; y de doce, de entre los doce, Dios tenía tres. De entre los doce tenía tres; y fue los que llevó allá cuando El fue a ser adoptado. Oh, siempre Dios ha obrado de esa manera. De entre... Escoge poquitos, y de los poquitos escoge dos o tres, y con esos dos o tres, pues... Vamos a verlo más claro: De doce, tenía tres; y entre los tres, y a uno de los tres, le dio la llave. Y entonces los doce, todos juntos, cuando llegaba el momento para abrir la puerta con la llave: “Bueno Pedro, tú eres el... tienes la llave. Así que a ti te toca hablar, porque... La llave es la revelación de la Palabra hecha carne. A ti es que te toca eso. Nosotros nos paramos a tu lado.” ¿Ve? A lo último se pusieron de acuerdo. Ya el día diez estaban de acuerdo todos. Entonces Pedro se paró, cuando recibieron lo que iban a recibir, se paró: “Bueno, esto es esto.” Y entonces los otros doce: “Como dice Pedro es. Amén a lo que dice Pedro.” ¿Ve? Así que tenemos que ver el plan. Si hemos visto que Dios tiene algo en esta isla, hemos visto también que Dios tiene algunos ministros aquí. Son poquitos; quizás no pase de doce. Pero también yo creo que han estado viendo algo más; y hemos estado viendo que Dios para ciertas cosas importantes que está haciendo y que va a hacer, también ha tenido tres. Y eso pues, todos ustedes lo han visto; porque hay un plan y un propósito especial del Señor en medio de la Novia aquí en Puerto Rico. Y esto ningún hombre lo puede hacer, solamente Dios; y nosotros como Sus hijos y como ministros del Señor: gozosos, contentos, al ver lo que Dios está haciendo. Y: “Señor, sigue haciendo lo que Tú estás haciendo. Oh, Señor, sigue moviéndote en la forma que te estás moviendo.” Oh, hemos visto esto en una forma tan maravillosa, que solamente podemos decirle al Señor: “Señor, sigue obrando, sigue haciendo lo que estás haciendo; sigue moviéndote de la manera que te has estado moviendo.” Oh, bendito el Señor. Estas cosas, cuando son dichas no son dichas para que usted vaya a inclinarse a cierta manera de creer, sino para que usted se agarre bien de la Palabra. Y recuerde que cuando estas cosas se dicen, y se dice la historia de lo que Dios está haciendo, y de lo que ha hecho, y se dice lo que Dios va a hacer, usted necesita saber las cosas como son, porque a través de la historia de la Biblia, encontramos que... Fíjese, Moisés cuando tuvo su experiencia, vino y la contó, se la contó al pueblo. Pablo tuvo su experiencia, y vino y se la contó al pueblo. Moisés le dijo: “Dios me reveló cuál era el Nombre, porque yo le pregunté: `¿Cuál es Tu Nombre para decírselo a Tu pueblo?” Entonces, Pablo también, cuando se encontró con la Columna de fuego, entonces le preguntó: “¿Cuál es Tu Nombre?” Y le fue dicho el Nombre, el Nombre de la segunda dispensación; a Moisés le fue dicho el Nombre de la Primera. Y estamos en la tercera. Oh, bendito el Señor para siempre. **Y siempre la historia tiene que acompañar a lo que Dios hace, porque si no, el diablo se mete.** Y el diablo destruye y pervierte todo lo que Dios hace si el pueblo de Dios no conoce las cosas realmente como Dios las ha hecho. Imagínese, nosotros hemos oído a muchos predicadores predicando acerca de los Sellos, acerca de todas esas cosas; pero nunca dicen que fue el hermano Branham que trajo esa revelación. Entonces lo hacen pasar como que son ellos, entonces la gente... Imagínese, si no hay Mensaje en Laodicea, si cualquiera viene con un chispito del Mensaje de la hora y lo lleva allá: “Oh, ese predicador sí sabe.” Entonces eso es lo que ellos quieren. Entonces cogen de lo que el profeta ha dicho y lo pasan como de ellos allá, y: “¡Oh, qué tremendo!” Y entonces cuando hablan del profeta, dicen: “Bueno, él fue un hombre bueno, pero tenía unas doctrinas raras.” ¡Pero y cómo no se atreven darle todos los Mensajes del profeta para que los lean, y el pueblo diga si es verdad o no es verdad! “No (dice), él tenía unas doctrinas raras.” Pero cogen los libros y los leen, y entonces aprenden de ahí para predicar, pero no se atreven a decir que están aprendiendo del profeta. ¿Ve? Entonces cada cosa tiene que ser colocada en su lugar, y en la forma correcta; **porque siempre la historia tiene que ser contada, narrada, de la manera verdadera.** Porque de otra manera, ¿cómo podríamos saber que Dios sacó al pueblo de Israel en un éxodo, si no sabemos que fue a través de Moisés? ¿Um? ¿Cómo podemos saber de la Redención, si no sabemos que fue a través de Jesucristo? ¿Ve que la historia siempre tiene que ser acompañada de lo que Dios usa, de la cosa sencilla, simple, que Dios usa, para que la Gloria sea dada a Dios? Porque cuando Dios usa una cosa simple, sencilla, ¿quién se atreve a darle la Gloria a una cosa sencilla? Lo único que podemos decir es: “Tenía que ser Dios, porque de eso no puede salir nada bueno. Tenía que ser Dios, porque ¿qué sabe ése para estar metido en esas cosas?” “Tenía que ser Dios para poder poner cada cosa en su sitio a través de Pablo... ¡Si ése era un perseguidor! ¿Qué bueno podía salir de ése?” “Tenía que ser Dios a través de Moisés, pues, si ése ¿qué sabía? Lo que sabían los egipcios allá.” ¿Ve? Entonces cuando le damos la Gloria a Dios, Dios se agrada de eso. Pero cuando no sabemos lo que Dios ha hecho y cómo lo ha hecho, ¿cómo le vamos a dar Gloria a Dios? Entonces la Gloria siempre hay que darla a Dios, y nunca mirar los instrumentos que Dios usa. Aunque en la Biblia vemos que fueron colocados los instrumentos de Dios en la posición que les correspondía. Imagínese, cuando hablaban de Pedro, Jacobo y Juan; Pablo mismo dijo: “Esos son las columnas de la Iglesia allá de los hebreos, de la Iglesia allá apostólica; esos son las columnas allá.” Ellos reconocían que esos eran las columnas. Pablo mismo lo reconocía. Es más, Pablo decía: “Y Pedro. Dios hizo de Pedro, apóstol para los judíos.” Y también Pablo... y eso no era echándoselas Pablo: “E hizo por mí, apóstol para los gentiles.” Es más, Pablo contaba muchas cosas, y después decía: “Bueno, toleren un poco mi locura.” ¿Ve? Le tenían por loco, por las cosas que él hablaba, las cosas que tenía; y algunas veces tenía que hablar hasta en forma parabólica, decía: “Yo sé de un hombre que fue al tercer cielo, vio cosas y...” Nosotros sabemos que estaba hablando de él mismo; pero ya la cosa estaba tan en contra de Pablo, porque bueno, tanto: “Que el Señor me reveló, que Dios me dijo, que el Angel del Señor me habló, que el evangelio que recibí no lo recibí de hombre sino por el mismo Señor.” “Este hombre todo es `Dios.' Todo lo que sabe, disque Dios se lo reveló.” ¿Ve? Porque él no estaba hablando de una manera intelectual, sino que lo que tenía era por revelación de Dios. Entonces vemos que siempre que Dios hace algo, siempre pues, habrán luchas. Y ahora que ustedes saben todas estas cosas que Dios había establecido en Su plan, predestinado, que El iba a hacer de algún lugar de la América Central por ahí, o de algún lugar, y ahora al usted ver lo que Dios está haciendo, ahora usted se da cuenta cuál es ese lugar, y lo que falta por ser hecho. Pero eso cálleselo para usted. De lo que ustedes han oído en esta noche, eso ustedes no deben hablarle nada a nadie; nada. El que no estuvo aquí, pues... Debió de haber estado para escucharlo; si no estuvo, pues... No es bueno que le cuenten. Guarden esas cosas; porque usted sabe. Si llegan a saber otros, muchas otras personas, sobre estas cosas y sobre este plan que Dios tiene, pueden suceder dos cosas: Pueden aparecer manufacturados que, por lo que han visto, y por lo que leen ahí, y por lo que Dios ha estado haciendo, entonces... como Tomás: Ahora ve, ahora cree. Y lo otro es que nos van a criticar al nosotros saber cuál es el plan que Dios tiene aquí en Puerto Rico; nos van a criticar como criticaron al pueblo de Dios allá en los tiempos pasados, como criticaron al hermano Branham también. Así que mejor quédese calladito, guárdeselo. Ya usted sabe todas estas cosas; y ahora esto sépalo para servirle al Señor lo más cerca posible y para trabajar en la Obra del Señor lo más que pueda trabajar. Yo creo que podemos confiar en ustedes, ¿verdad? Si no, pues entonces... Si no pueden guardar esos secreticos que Dios nos ha dicho en esta noche, pues... No se le va a poder decir nada más; y hay muchísimas cosas, otras cosas. Y yo creo que ustedes, pues... se descuidaron en algunas ocasiones; y muchas cosas que no debieron de decirlas, las dijeron. Pídale perdón al Señor, los que hicieron lo que no debían de hacer, y decirle cosas que ustedes oyeron, decírselas a otro que no... El que no estuvo, pues no estuvo; que las oiga en alguna grabación si es que está interesado. Pero usted haga como María: Guárdelo en el corazón todo eso, para que haga aquello para lo cual Dios lo ha enviado y usted lo ha oído. Yo creo que podemos confiar, ¿verdad? de ahora en adelante. Fueron un poquito... En cuanto a... Creo que en casi todos los lugares, o en todos los lugares, un poquito... Hablamos, quizás, o los hermanos hablaron, para afuera, quizás; pero aguántense ahora, porque el Señor tiene muchas cosas más para revelarle a Su pueblo, y eso es para la Novia. Después, cuando venga el revestimiento, pues entonces si el mundo tiene que oir muchas cosas, pues las va a oir; pero ahora esto es para nosotros. Guárdelo, no se lo diga a nadie; y que si alguien fuera de aquí lo sabe, que lo sepa a través de un predicador cuando lo predique, o que algún predicador se lo diga a la persona que sea. Bueno, esto era vigilia en esta noche, ¿verdad? Le habían anunciado vigilia. La vigilia que teníamos allá en Ponce, la dimos, terminamos tempranito; pero habíamos acordado el hermano Candelario, el hermano Adalberto y yo, que para que ustedes no fueran allá a Ponce, porque era un poquito duro; imagínese, en aquellos días estaba lloviendo; acá estaba lloviendo muchísimo, pero allá no estaba lloviendo, allá no teníamos problema, pero acá pues, la cosa era bastante dura; entonces pues, para que ustedes no fueran, habíamos acordado entonces que íbamos a hacer el culto acá, Adalberto venía con los hermanos de allá y ustedes estarían acá, empezaríamos temprano, y terminaríamos de 10:00 a 11:00 (fue, ¿verdad?) La primer vez que puedo terminar a la hora correcta, a las 11:00 en punto. Bueno, no me pase de tiempo, sino que terminé a la hora que tenía que terminar. Dios nos bendiga en esta noche, Dios nos guarde, y nos ayude, y nos recupere para mañana trabajar. “**DOLORES DE PARTO.”**